Edição Especial - Faap

hubiera sido, siquiera, tema de campaña electoral. Gobernadores, senadores,
diputados de ese origen se encuentran por doquier. En la Argentina, en un
momento dado, de veintitrés provincias, ocho eran gobernadas por
descendientes de árabes. Es también un dato que en ninguna parte del mundo
las relaciones entre las poblaciones de origen árabe y judío son tan armoniosas.
Sin embargo, en la Argentina se registraron dos atentados terroristas de
gran escala en la década del noventa. Esos atentados, desde luego, suponían
en primer lugar, la transferencia a la región del conflicto global con Israel y
con la comunidad judía. En segundo lugar, también requerían la participación
activa de un Estado fuertemente integrado al movimiento fundamentalista
musulmán. Es asimismo lógico pensar que el Estado elegido como blanco del
ataque hubiera advertidamente o no agraviado al Estado responsable de la
planificación y financiamiento de las agresiones y, además, pudiera haber sido
considerado un blanco fácil.
Como es sabido, las investigaciones en la Argentina no han llegado a
resultados satisfactorios. Sin embargo, se mantienen activos los pedidos de
extradición de varios funcionarios y ex funcionarios de la embajada iraní en
Buenos Aires. La mayoría de los observadores cree, además, que en la
organización y ejecución de los ataques participó personal radicado transitoria
o permanentemente en la zona denominada de la Triple Frontera.
No hay duda que el grado de amenaza eventual proveniente de esa región
ha disminuido desde los esfuerzos tripartitos a nivel oficial comenzados desde
1995. También es cierto, sin embargo, que Ciudad del Este no es una zona que
pueda considerarse plenamente controlada por el estado paraguayo. El
movimiento de dinero que tiene lugar allí es demasiado grande. Las
posibilidades de blanqueo de capitales de oscuras procedencias son indudables.
Que la región se presta para el contrabando de vehículos, falsificación de
documentos, otros tipos de contrabando, tráfico de armas, de mujeres o de
menores parece difícil de discutir. Como también es posible que del área se
faciliten financiamientos a grupos internacionales indeseables. Existen versiones
que aseguran que cuando Estados Unidos se vea menos comprometido en Irak,
prestará nueva atención a la Triple Frontera.
Pese a los atentados en Buenos Aires parecería que la región no es blanco
prioritario del terrorismo fundamentalista. Éste opera siempre con alguna
fundamentación, aunque sea difícil de comprender y mucho menos de
compartir. Sin embargo, tanto la Argentina como Brasil están comprometidos
en la lucha global contra el terrorismo y eso obliga como mínimo a poner a
disposición de esa lucha todos los esfuerzos de inteligencia y recursos
informativos que sean posibles. Esto supone caminar sobre un campo minado
con los riesgos consiguientes.
7. Hicimos antes una referencia a la delincuencia organizada como una nueva
amenaza a la seguridad. Por de pronto quiero señalar que no me parece útil
emplear mucho tiempo en la distinción de las funciones estatales de defensa y
seguridad. En principio es claro que la defensa hace a lo militar y se refiere a la
La temática de seguridad..., Oscar Camilión, p. 17-29
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