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diferentes del después que emplea Hegel en la caracterización de las tres<br />
épocas del arte: el primero, El final (Das ende), que Hegel lo aplica a la<br />
forma romántica en la medida en que ello representa el final de un período<br />
artístico y, por ello mismo, designa una cronología, un finalizar; el<br />
segundo, en cambio, tiene que ver con la Disolución (Auflösung), que es<br />
un término que se aplica a las transiciones de una época del arte a otra y,<br />
por tanto, contiene un matiz, un elemento de superación. En el primer<br />
aspecto, es donde cabe hablar de muerte del arte, pero en un sentido bien<br />
diferente a cualquier tentación apocalíptica. Hegel no se refiere al arte en<br />
sí, sino a una determinada manera de entender el arte, como la defendida<br />
por los miembros de la Hermandad de San Lucas -fundada el 10 de julio de<br />
1809-, más conocida como la de los Nazarenos, cuyas obras se inscriben<br />
dentro de la manifestación más ortodoxa del arte religioso.<br />
La máxima aspiración de la Hermandad, que controla, de hecho, las<br />
Academias artísticas de la Restauración, es elevar la pintura cristiana de<br />
historia a arte oficial, en consonancia con el espíritu de la Restauración<br />
política (1815-1830). La necesidad de vivir y de recrear un entorno apacible,<br />
profundamente religioso, que reviva el antiguo y más puro cristianismo,<br />
hace que Franz Pforr, Friedrich Overbeck y Peter Cornelius, los artistas<br />
más representativos de este movimiento artístico-religioso, se decanten<br />
por una pintura religiosa de hondas raíces medievales. De ahí que el<br />
rechazo por parte de Hegel de un arte de contenido religioso, cuyo ejemplo<br />
más obsoleto es el conservadurismo de los Nazarenos en su intento de<br />
reimplantar un arte sustancial, refleje el verdadero sentido de la muerte del<br />
arte, expresado lúcidamente por Heinrich von Kleist en la Carta de un<br />
pintor a su hijo (1810):<br />
me escribes diciendo que pintas una Virgen, y que tu sentido te<br />
parece tan impuro y carnal para la realización de esta obra, que cada