El señor Carranza tomO huen cuidado de ... - Bicentenario

CAPITULO X X I I I
L El senor Carranza pone to ronorimiento de los jefe constitucionalkias In
insuhordinaeión de Villa y dc sus (kneralrs. —2. Adliesiones a In Prirnera
Jefatura. —3. Desastre de Zacatecas -4. Soluci6n moment&nea del conflicto
con In Di yi'iôn del None. - 5. (:omhate de Orendáin y toma de Guadalajara.
Muerce del vecerano General Jos;. Maria Mier. —6. Primerus manilestaciones
del problema religioso. - 7 .Av anee de In columna (IC don Jests Carranza y
ocupación do San Luis-8. Deja ci Coronet ireviflo In jefatura del Estado
Mayor de la Primera Jefatura. —9. Fusilamienco del Coronet Vicente Samoa.
El señor Carranza tomO huen cuidado de comunicarse inmedialamente
por telégrafo con los Jefes ConstitucionaliMas de mayor jerarquia
para daries cuenta de la insulmrdinacion (IC Villa y (IC sus
Generates, to que Ic permitia pulsar ci grado de influencia que conservaba
sobre las demãs huesies revolucionarias y poner a prucba
la lealtad tie éstas.
El resuitaclo se hizo sentir inmediatamente: tie todas panes redbiO
ci señor Carranza mensajes de sincera y franca adhesion y ofrecimientes
(IC prestarle cumplido apoyo en caso de que se rompieran
las hostilidades con la Division del Norte.
Por ser ci Cuerpo de Ejército del Noroeste ci nOcico revolucionario
más hien organizado con quc contaba la Revolucion, a exccpciOn,
naturalmente, de la Division dcl None, y pot la encmistad que tie
antiguo se tenfan ci General Alvaro OhregOn y ci General Felipe
Angeles —inductor pricipal este ültimo, de la desobediencia de Villa
- sus companeros—, jingo quc de ins inensajes que se cruzO ci Primer
Jefe con los caudilios constitucionalistas, Ins was importantes fueron
ins cambiados con el propio Jefe del Cuerpo de Ejército del
Noroeste; en uno de cuyos telegramas ci señor Carranza comuni-

534 JUAN BARRACAN RODRIGUEZ
caba al General Obregon Ia clestituciOn de Angeles del cargo d€
Subsecretarjo tie Guerra.
He aqul ci texto, elocuente por si solo, de diehos mensajes:
"Cuartel General en Monterrey, N. L., jun10 26 de 1914. General
en Jefe, Alvaro ObregOn. Ixtlán. Con asentimiento mio general
Natera atacO Zacatecas, quc creyO tomar ayudado por fuerzas de
Durango, ]as que puse todas a su disposicion. Después de dos dias
tie combatir solicitO Ic mandara artilleria para entrar en Ia ciudad
después de haber ocupado todas las posiciones de lo- airecledores
tie la misma, con excepciOn de la Bufa y La EstaciOn del ferrocarril
Central, por lo cual ordené a Villa rnandara tres mil hombres y dos
baterias tie artilleria para que auxiliara a Natera. No habiendo
recibido contestación de Villa al dia siguiente ordenéle que en lugar
de tres mil mandara cinco mil hombres y la artilleria; me contestO
que no podia ayudar a Natera, pretextando interrupciOn de alguna
pane de la via y enfermedad del general Robles, a cuyo mando ordene
fuera ci auxilio. Junco con su Inensaje recibi otto en que soilcitaba
conferencia teiegráfica conmigo, en la que me manifesto que
no podia mandar una park de sus fuerzas y que de no lievarias
todas hacla dimisiOn del mando. Le contesté que no era necesario ni
conveniente su dimision, y que mandara ci refuerzo que Ic habia
ordenado; a lo que me manifesto que estaba enterarnente resuelto
a dejar el mando tie la DivisiOn. Acepté desde luego y liame a la
oficina tie telégrafos de TorreOn a todos Los generales bajo su mando
para que me indicaran cuãl de ellos debia substituirlo interinamente,
mientras designaba yo ci definitivo. Los generales me suplicaron
no diera por sucedido este incidente y que Villa continuara
al frente (IC la Division, a lo que no accedi por haber cometido Villa
una desobediencia grave. Los expresados generales insistieron en
que Villa no dimitiera y que marcharian con éi al sur. Para arreglar
estas dificultades, llamé a conferenciar conmigo a seis tie los generales
de la Division, a lo que no accedieron contestando con un
mensaje improplo su resolucion de marchar al sur, desobedeciendo
terminanternente las Ordenes recibidas y tratando en ci mismo mensaje
asuntos ajenos a su carâcter de militares. Les pedi por escrito

ll!STORL4 DEL EJERCITO CO.VSTITUcJOV.4t/ST4 535
ratiuicaciOn su mensaje y confirmaron to que hicieron. Villa mando
aprehender en Ciudad Juárez al Tesorero General y empleados,
contliiciénc!olos presos a Chihuahua. 'ía retire a Angeles de la Subsecretaria
de Guerra. Nada hay de cierto de las operaciones entre
mis Iuerzas y las de Villa. Las de Ci tomaron Zacatecas y las mias esperan
reparaciones de la vIa para avanzar sobre San Luis. Yo cuento,
con excepcion de Villa, con todas la- fuerzas constitucionalistas
de la NaciOn, pues todos los jefes me hall reiterado su adhesion. Saiñdolo
afectuosamente.—J'. Carrauza".
Parece que ci General Obregon no recil)io a tiempo el mensaje
anterior, pues con fecha 2 de julio dirigiO al Primer Jefe, el siguiente
telegrama: "Ahualulco, 2 de Julio de 1914. Primer Jefe del E. C.
Saltillo, Coah. Repetidas veces herne permitido telegrafiar a coronel
Calles sobre actitud dcl general Villa. Ruego a usted se sirva ordenar
me sean proporcionados. Respetuosamente.—El General en Jefe,
Alvaro Obregon".
Mientras tanto, el señor Carranza, fuC recibiendo, sucesivamente,
mensajes de adhesiOn y de lealtacl de los Jefes Constitucionalistas,
con lo que se fortificaban su posiciOn y autoridad para veneer al
enemigo comón, saivando las dificultades del momento.
A juzgar P°' ci telegrama anterior, el General ObregOn no habia
recibido aün notificaciOn oficial de la insubordinaciAn de Villa. Sin
embargo, en un gesto muy laudatorio, se apresuró a protestar su
adhesion al Primer Jefe, en mensaje que se transcribe a continuación,
sobrio come ninguno dc los que estilaba ci General Obregon,
pero conciso y terminante:
"Ahualulco, 2 (IC Julio de 1911. Primer Jefe del E. C. Saltillo,
oa}i. Dehido quiza interrupciones tclegrãuicas originadas por fuertes
Iluvias, hasta hoy no he recibido ningiin telegrama de usted con
los informes que se sirvio ofrecerine sobre actitud dcl general Villa.
EspCrolos tranquilo pan darlos a conocer a todas las fuerzas de
ml mando. Tengo plena confianza de que todos los jefes que están
subaiternados sabran siempre eumplir con su (leher, sin medir el
peligro iii tomar en cuenta la actitud de los demas jefes, respetando
y haciendo respetar ci Plan de Guadalupe y La ConveticiOn de Men-

536 JUAN BARRAGAN RODRIGUEZ
elova que lo elevO a usted a la categoria de Primer Jefe del Ejército
Constitucionalista. Respetuosamente.—E1 General en Jefe, Alvaro
Obregon".
Son, igualmente interesantes, los siguientes mensajes, por tratarse
de los primeros Jefes que en 1920 desconocieron a! Gobierno del
Presidente Carranza. Del Coronel Calles al Primer Jefe, por conducro
del Consul en Eagle Pass:
"Piedras Negras, junlo 19 de 1914. Señor V. Carranza. Saltillo.
HOnrome en transcribir a usted mensaje procedente de Nogales,
Ariz., de junio 19: "Sea cud fuere actitud que tomen gcncrales Villa
y Angeles cuente usted con icaltad fuerzas none este Estado. Ya
dicto providencias necesarias para cualquier emergencia. Respctuosamente.—El
Coronel, P. Elias ('dies". El COnsul, G. M.Seguin".
Del Teniente Coronel Arnulfo B. GOmez, Jefe del 3cr. Batallon
de Sonora y oficialidad del mismo:
"Nogales, Son-, 19 de junio de 1914. Primer Jefe del E. C. Saltillo,
Coali. El Jefe del 3cr. batallón de Sonora, mayor, oficiales y
tropa protestan enérgicamente contra la actitud tomada por general
Villa y ofrecen a usted como digno Primer Jcfc del Ejército Constitucionalista,
adhesion y lealtad hasta derramar nuestra Oltima go-
La de sangre.—El teniente coronel Arnulfo R. Come:. Mayor E. RamIre:.
Capitancs R. !)uran:o, F. Figueroa. Luis F. Iluerta, Ranuin
Anduaga, Pedro Veto, Lucas Vdzqucs. lenientes Telésforo Oc/zoa,
Manuel Aniado, Panzaleon Pineda. Subtenientes Francisco I. Rosas,
T. Campa, E. A. GOme:, Gilberto Solo, ConcepciOn Lw-ada, Ramon
P. Ilioreno y seiscientos individuos de tropa".
Villa no permaneci() inactivo ni un solo momento en TorreOn despUCS
de haherse insubordinado. Dos dIas apenas de ocurrido el incidente,
ya se encontraba en la EstaciOn de Fresnillo el General Urbina
con el grueso de las tropas de la Division del None, marchando
sobre Zacatecas, después de quc Natera habla suspendido el ataque
sufriendo grandes pérdidas por la falta de refuerzos oportunos. Con
esta movilizaciOn, Villa demostraba voluntariamente las falsedades
en que fundaba su excusa para no auxiliar a Natera, esto es, que ni

IJISTORIA DEL EJERCITO COV.ST/TL/C/ONAL!STA 537
el estado de la via era on impedimento para cumplir Ia orden y pie
tampoco eran indispensabies cinco dias para enviar ci refuerzo.
Zacatecas cayó en poder de Villa ci dia 23 de junio, despues de
varios dias de tremendos combates. Defendia la plaza ci General
federal Lois Medina BarnS,i, que tenia a sus ordenes doce mil soldados,
no diez mil como se suponia, numerosa artilleria y ametra-
iladoras, perfectame;itc fortificado, tanto en las posiciones naturales
(IC la ciuctad, como en ]as obras de defensa que expresamente habian
construulo los federales. En ci ataquc tomaron parttcipacion: la Division
del None, las Divisiones de Natera y Arrieta y Ia Bnigada de
Triana, estimándose ci efectivo dc ]as tropas revolucionarias en (lieciseis
mil hombres. El enemigo dcjO en poder de los vencedores
doce mil rifles máuser, doce cañones, varias ametralladoras y Seis
mil prusuoneros, hahiêmlose recogido del campo tie hatalla cuatno mu
ochocientos treinta y siete cacláveres de federates. Puede decirse que
toda la guarniciOn federal sucumbiO, pues Medina BarrOn, Argu-
metto y otros Generates apenas pudieroim escapar con trescientos hom-
bres rumbo a Aguascalientes. Por parte de las fuerzas constitucio-
nalistas hubo que lamentarse la muerte, en uno de los combates, del
General Trinidad Rodriguez, y la del General Toribio Ortega, quien
sucumhiO en Chihuahua a los j)O(os dias de la raida (IC Zacatecas,
vIctima dcl Li los title se (fesarroll en la ciu(lad como consecuencia
de la terrible mortandad.
Villa, a pesar de su insul)ordinacuon hacia la ['rimera Jefatura,
envió al señor Carranza un telegrama dandole parte de la toma de
Zacatecas y al final lo lelucitaba y Ic protestaba sus respetos. Con
esta nueva victoria y con su actutud tie sumisiOn, pensaba, sin duda,
desagraviar al Primer Jefe . Ademas, Villa trato (IC demostrar (jUe
se sonietia en to j )OSihle a la orden del Primer Jefe, (IC enviar los
refuerzos a Natera sin ir personalmenie, pues primero destaco a
Urbina y }a etlaritIt) estaba cmnpenado el ataque formal a la plaza
saliO d —Villa— de Torreon, con ci reslo de sus tro j)as a asumir
ci mando de las operaciones militares. Pot ultimo, al ocupar Zaca-
tecas, dejO que Natera asumiera ci matido militar y civil en su Ca-

538
JUAN BARRI4GAN RODRIGUEZ
lidad de Gobernador y Comandante Milicar del Estado, habiendo
rendido éstc, el parke oficial correspondiente. I
Con codes estos antecedentes, varies Jefes militares hicieron pwsión
en ci flnirno del enon Carranza para que se reconciliara con
Villa. Para Ilevar a cabo los arrcglos, fué designada una comisión
compuesta pot Ics Generates Antonio T. Villarreal, Cesáreo Castro
y Luis Caballero, quienes salicron de Salcillo hacia Torreón a conferenciar
con los delegados de la Division del None, ingenicro Manuel
Bonilla, doctor Miguel Silva y General José Isabel Robles. Tras
de varias piAtieas se convino en que Villa volviera a subordinarse
at Primer Jefe y que éste to designara nuevamente Jefe de la DivisiOn
del None. En realidad, ci señor Carranza comprendio que no
podia ser definitivo ese arreglo; pero para evitar que to juzgaran
tin obstáculo a la concordia entre Los revolucionarios, to aceptó, no
sin que manifestara a los comisionados su incredulidad respecto a
las nuevas protestas de adhesiOn de Villa, y hechos posteriores asi
to comprobaron. La DivisiOn del None, por su parke, nombrO una
comisiOn de Generates que pasO a Saltillo a pedir at señor Carranza:
que se ascendiera a Divisionario at General Villa, alegando que ya
to habian sido los Generates ObregOn y Gonzalez (el ascenso de to.,;
Generates Alvaro Obregon y Pablo Gonzalez a la rnás alta jerarquca
dcl Ejército, to acvrdó ci señor (:arranza en los dias en (4UC Villa
habia desconocido la autoridad de Ia Primera Jefatura); que volviera
a nombrarse Subsecretario de Guerra at General Angeles, en la
inteligencia de que inniediatarnente presentaria su renuncia, y, pot
Oltimo, que Sc le entregara a Villa un armamento y municiones lIegados
para él por Tampico, cuyo puerto estaba ya en poder (IC las
fuerzas constitucionalistas leales at Primer Jefe. El señor Carranza
aeeptO ünicamente La ültirna peticiOn, daitdo corno razones para no
aceptar las otras dos, que se sentiria lastimado en su prestigio corno
Primer Jefe (let Ejército at tener que otorgar un ascenso a Villa, no
obstante su reciente insubordinaciOn, pero comprendiendo que Villa
tenia méritos militares suficientes para ostentar el grade de Divisio
nano, ofrecia conceder ci ascenso en Un piazo breve, to cual hizo en
- I H pane oIical sabre la hatala de Zacateras, ligina en ri sp.ndke. ,'>mo
mento nómrro 34.

H/STORM DEL EJERCITO CONS TITUC/OiVALIST.4 539
ci mrs de septiembre; y respecto al General Angeles, alegO ci señor
Carranza que habiendo faltado en forma grave a su confianza como
niiembro de su Gabinete, no podia designarlo nuevamente Para un
cargo de esa naturaleza.
La soluciOn del conflicto, aunque no podia ser definitiva, como
con toda claridad previO el Primer Jefe, si diO ocasiOn a que se salvaran
los riesgos de aquel momento, y a que no fuera Villa ci Jefe
que avanzara sobre la capital de la RcpOblica.
Villa, tan pronto como hizo entrega de la ciudad de Zacatecas a!
General Natera, se regresó a Torreón con todas sus tropas, temeroso
dc que las fuerzas de Coahuila, leales al señor Carranza, trataran de
apoderarse de la region laguncra y Ic dejaran cortado de su base
de aprovisionamiento, que era Chihuahua. Ocurria que ci Primer
Jefe, tenicndo presente Ic desconfiado que era Villa, con objeto de
impedirle que despucs de la toma de Zacatecas siguiera al Sur, ordm6
que algunas fuerzas de Coahuila avanzaran sobre la via del
ferrocarril Coahuila y Pacifico, aparentando que trataban de apoderarse
de algunas plazas de la comarca lagunera. Otro de los obstáculos
con que tropezaba Villa para proseguir su avancc, era la carencia
de combustible para sus trenes, pucs ci señor Carranza, que
dcminaba toda la zona carbonifera, situada al None de Coahuila,
dispuso, precautoriamente, que no se le proporcionara carbon, Ic
que motivO varias representaciones de Villa.
El asalto y toma de la plaza de Zacatecas, come ya Ic ha hecho
no'tar don Federico Cervantes, "es particularmente notable por ser
el encuentro que más se aproxima en todas sus fases a la batalla
completa.... reconocimientos preliminares, toma de contacto con el
enemigo, estrechamiento del circuio del sitio, distribuciOn ordenada
dc las tropas, elecciOn de posiciones y establecimiento meditado de
la artilleria; empleo eficacisimo de ésta para apoyar ci avance
de las otras armas, cicccion de un frente principal de ataque, y dc
urn reserva: desarrollo regular y previsto de la batalia, asalto metodizado
de las posiciones, esfuerzo final y persecuciOn tan eficaz,
que la reserva aniquilo a las tropas en su retirada.
"La calidad de las posiciones de la defensa, quc parecian inexpugnables
y los efectivos combatientes, eran éstos: 12,000 hombrcs

540 JU.4.V IJARRAGAN RO1)RIGIJEZ
delen(lian la plaza en bieri elegidos atrincherarnientos: 20,000 revolucionarios
la sitiahan para asaltaria".
El General Felipe Angeles, por su parte, consignó los detalles de
dicha jornada en su "Diario", los cuales trasladamos a esta obra por
avenirse perfectamente con su caracter informativo:
VIA 17 DE JUN10
'E1 miércoles 17 dc jun10 de 1914 nos embarcamos en Torreón,
desde muy temprano, para marchar hacia Zacatecas. Mi artilieria
iba en cinco trenes; cuatro para sendos grupos, y ci quinto Iara ml
estado mayor, ci serviclo sanitario, Ia proveeduria y los obreros.
"A las ocho tie la mañana tenia que partir ci primer lien y cada
uno de los demas, quince minutos después del anterior; peru el qui nto
descarriló al salir, por ma) estado de la via yt no pudu partir 5mb
hasta las dos de la tank. El vaje fué lento. Repetidas veces llovió
sobre Ia tropa sin abrigos.
[MA 19 DE JUN10
"El diccinueve en la mañana ilegamos a Calera y desembarcamos
mnmediatamente.
"Calera está como a veinticinco kilómetros de Zacatecas. Ahi habian
desembarcado ]as tropas que me precedieron y permaneclan
acampadas en las inmediaciones.
"Por la buena amista(l y confianza que me dispensa el Jefe de la
Division, tome la iniciativa para hater el reconocimiento y (listrihuir
las IroNs alrededor (IC Zacatezas, en poswiones cercanas, tie (londe
part ieron para ci ataque.
a ml cairo a visitarme el señor general Chao, qUC acabaha
tie Ilegar, me indict) dOnde eslaba acampada so tropa y me prornetió
una escoita de treinta hombres para on reconocimiento hacia Morelos,
que Ic anuncié. Yo mismo acompañaré a usted, me
"En el camino encontramos un ranchito abandonado, San Vicente,
a tres kilOmetros de Morelos, que mandé reconocer. AM nos aicanzO
la escolta que se dividi6 en tres panes para explorar; un reconocimiento
(IC oficial fuC dirigido hacia los cerros de enfrente; otro, hacia
una bondonada y luegu a unos cerros (IC la izquierda, y ci resto
hacia Morelos.

HISTORIA DEL EJERC1TO CONSTITUC/OXALIsTA 541
"Vecinos de este pueblo y labradores (IC los campos POE donde
atraveszibarnos, nos informaron que venian huyendo del enernigo que
aCaI)aba (IC Ilegar a Morelos, j)retendien(Io quernar los forrajes y
prOvisiolies; ties mestraban ]as siluetas (IC lo, jinctes enernigo en
las erestas de los cerros proximos y nos aseguraban pie lo., disparos
que se escuchaban por la derecha cnn dcl enemigo quc hahia pasado
ya Morelos.
"Probablernente ci enernigo vhS que érarnos pocos, (a] vex hasta
nos conto, y, decidido, avanzó sobre nosotros, al galope y tireteándonos.
"Nos retiramos at paso, observãndolo, hacia San Vicente; alli lies
parapetarnos y sostuvirnos Uri pequeno tirotco de media hora, hasta
que ci enernigo se retiró, en orden.
"Luego que se oyó ci tirotco en ci camparnento de Calera, el general
Urbina envnS en nuestra ayuda al intrépido general Trinidad
Rodriguez Coil su brigada Cuauhtémoe, que barrio al enemigo de
los cerros de enfrente, adonde subitnos en seguida.
"Desde ml cerro alto que está junto a Morelos, vimos un nuevo
paisaje, bermesisimo. A It) lejos, la capiila de Vetagrancle se encaramaba
atrevida y se proyectaba en los cielos: till In)(o a Ia derecha,
cerros muy altos y misteriosos, lienos dc excavaciones dc minas o
fortificaciones; tal vex sobre cues estaria ci enernigo; más a la derecha
y a nuestros pies, la alfombra verde tic los campus, sembrados
de pueblos y de ãrboles. Ailá abajo, en el nacimiento del cerro
desde donde observábarnos, un ladrar dc perros y ci tirotco de los
suidados, los cncmigos que hulan y los nuestros que los persegulan
run en t usi asrilo y p recipi tacicSn, t ratanclo i igunos de corta r a aqu&
lies la retirada.
"Seria bueno, dije al general Trinidad Rodriguez, que su (rein
se detuviera en Morelos y en saja puestos avanzalos a aqucilas lomas
(IC en frente. Vu voy a Inter la artilieria }iara acatitoitarla Pfl
Morelos.
"F] waver Bazán fué a ese pueblo putt buscar los alojarnieritus,
los demás nos regresamos a Calera. Di la orderi para quc La \rtiilcvia
rnarchara a Morelos. El grupo (IC Carrillo partiO desde iuego.

542 JUAN B.4RRAGAN RODRIGUEZ
"Un oficial me pedia instrucciones de pane (101 general Maclovio
Herrera; informándome quo acababa do Ilegar.
a ver at señor general Herrera; le dije que no habia yo recibido
ordenes para tomar ci mando do las tropas de Calera, que
tal vez tuviera ese mando e1 general Urbina, pero que Ic aconsejaba
yo se fuera a Cieneguilla, lugar aün no ocupado por tropas, con agua
y forrajes, y desde donde podria partir para el ataque, cuando se
ordenara. Yo no conocia Cieneguilla más que por informes do mi
gula y por la carta. Prometi at general Herrera visitarlo at dia siguiente
para estudiar ci terreno desde el punto de vista del empleo
de la artilleria y resolver cuánta podria enviarle.
"Los grupos do Saavedra, Jurado y Luevano, partieron también
para Morelos.
"Cayo un formidable aguacero y luego sopló un viento fuerte.
"Bastante avanzada La noche Ilegarnos a Morelos, los tres grupos
y mi estado mayor. Supe ahi quo Trinidad Rodriguez habia perseguido
at enemigo más alla do las Pilas y do Hacienda Nueva, y que
habia pedido auxilio at grupo de Carrillo para atacar at enemigo,
hecho fuerte en ci cerro y mina de Loreto.
DIA 20 DE JUN10
"Tcmé mi bane en una tinita mintiscula.
"El general Pflnfilo Natera fue a saludarme; iba montado en un
cabailito muy chico, pero de Icy. Desayunamos juntos. Prometió
acompañarme con su escolta y ann guiarme en el reconocimiento.
"Marchamos desde luego a Vetagrande, un mineral famoso; puebiccito
ahora muy Iriste, casi muerto.
"En la dma del cerro cercano vimos un panorama hermoso. A la
derecha ci Valle do Calera y Fresnillo, muy grande y muy aIM abajo,
con muchos poblados disueltos en la radiosa luz de la mañana.
Al frente, un extremo de la ciudad de Zacatecas, entre los cerros del
Grillo y de la Bufa: dos formidabks posiciones fortificadas. Entre
los dos cerros, alla en ci fondo, detrás (IC la punta visible de la cmdad,
ci cerro Clerigos. Detrás de la Bufa, una montana coronada
por una meseta muy amplia, azuleando en la lejania, bajo algunas
nubecillas vaporosas: como copes de algodón ingrávido. A nuestra

11/S TORIA DEL EJERCITO CONST/TUCJOjVALJSTA 543
izquierda, un taiweg que arranca casi de nuestros pies y remata cerca
de Guadalupe; pueblo que no se ye, pero que se adivina detris
de un cerrito conico. En la misma direccion y más lejos, el espejo
de una laguna, en cuyas orillas se yen alegres caserios. Y entre nosotros
y Zacatecas, dos lineas de lomerios, una bacia el Grillo y la
otra hacia la Bufa, partiendo ambas de las ruinas de un caserlo de
adobes, que fué en otro tiempo la mina de La Plata.
"AM tendrIa lugar seguramente la parte rnás importante de la hatalla.
Dc ahI no podia desprender los ojos. Poco a poco me ful dirigiendo
a ese campo futuro de hatalla; el general Natera me segula
de cerca, ci coronel Gonzalitos, discretamente, como a den metros:
los oficiales del estado mayor y la escolta yaclan ocultos y desmontados
del otto lado del cerro alto.
"Serla bueno, dije al simpático general Natera, que se trajeran
nuestros cahallos y que la escolta avanzara a ese caserlo (la mina
de La Plata) y se apoderara de él, para que viéramos más de cerca
y con tranquilidad.
"Al pasar la escolta pot el camino del puerto, tronó repetidas yeces
el cañon de la Bufa y despues se oyo el tiroteo de la lucha en el
caserlo, que al fin fué tornado pot la escolta mandada pot ci mayor
Caloca: un joven quc ci año pasado ahandono el Colegio Militar de
Chapultepec en busca mia, y respecto a quien ci señor Carranza ordeno
se quedara con ci general Natera.
"Despues de reconocer bien ese terreno, anduvimos un poco por
ci taiweg que termina cerca (Ic Guadalupe y regresamos a comer a
Morelos. Ordené al mayor Bazan que en la tarde marchara con los
dos primeros grupos a Vetagrande y que en la noche emplazara esa
arrilierla en posiciones desenfiladas, que batieran ci Grillo y la Bufa.
"Comimos bien y alegrernente con ci general Natera y nos dimos
cita para las tx-es de la tarde, con objeto de ix- a reconocer ci terreno
pot Cieneguilia, donde estaban las tropas de los generales Herrera
y Chao.
"Como a las dos ful a visitar al general Urhina, abojado en la casa
Municipal. Estaban con él Natera, Triana, Contreras y otros ofidales.
Ya habian convendo en quc las tropas de los tres Oltirnos
generales mencionados, más las de Bafluelos, Dominguez y Caloca

544 JUAN BARRAGA.V RO1)RIGUEZ
irian a Guadalupe a tomar posiciones. Asi es que, dijo Natera, quedo
yo relevado del compromiso de acompañar a usted en ci reconnczmicnto
de la tarde. informé a Urbina (IC que iba a mandar dos
grupos a Vetagrande para empiazarios en la noche en ci terreno en
que a mi juiclo iba a desarrollarse la 1)arte más importante de Ia
hatalla, y Ic supliqué me enviara tropas que sirvieran de sostén a
esa artilleria. Mc envió, en efecto, parte de su brigada, la brigada
al mando del general Ceniceros y un regimiento de Ia brigada Villa.
"tin enviado del general Herrera fue a huscarme a Morelos y a
recordarme que Ic habia prometido ir a visitarlo para estudiar ci
terreno desde ci punto de vista del ethpleo de la artilleria. El mayor
Cervantes, ci capitán Espinosa de Jos Monteros y yo, marchamos hacia
San Antonio, adonde ya las tropas de Herrera y Chao habian
avanzado. La artillerla del Grillo batia el terreno que recorriamos,
cercano dc La via ferrea, y hahIa acertado un cañonazo a una locoinotora
de nuestros trenes, tendidos clesdc Pimienta a FresniHo.
"Cuidado por ahi jmás vale por acá!—nos decia ci oficial enviado
del general Herrera, que nos servia de guia.—Por no tomar precauciones
nos hirieron al oficiai fulano y al zutano. Allá arriba,
l ye usted esa tierra removida? Es de una mina; ahI hay muchos federales,
nos han hecho un fuego del demonio".
"Mi caballo Ney ya no maqucaba y era una (lelicia su paso largo
y su galope vigoroso, pero sin sacudidas, al impulso (Ic sus delgados
y potentes remus.
"Encontramos al general Herrera en San Antonio, dentro de una
casa oscura Ilena dc oficiales tendidos en €1 suelo. Dc entre elks
salió el general, con su buen humor de siempre.—Buenas tardes, ml
general, ahorita samos a vet el terreno, espero nada más que inc
ensillen mi caballo o me ire en éstc.- -;,De quién es este caballo?
"Y subimos a una iomita.—;Cuidado, seflores, pongan pie en tie-
TEa!, desde aIM hacen muy buenos tiros.
"Obedecimos: desmontamos para it a la eresta; ci general Herrera
permanecio a caballo.
"Enfrente de la lomita que ocupahamos habia otra baja tarnbién
y iuego otra mis aita, bien ocupada pot ci enemigo y dominada
muy de cerca par ci Grillo y la Bufa. A La derecha estaba el cerro

l!ISTORI.4 DEL EJERCITO CONST!TUCIONALISTA 545
de Clérigos, coronado por puntitos negros (el 'memigo en acecho)
y más a la derecha, la montafla cuya cirna era la alta y amplia mesa,
vista ya en la mañana detras (IC la Bufa. También en esa mesa
hahia puntitos negros, Zeran amigos o enemigos? No lo sublamos.
"AVe usted, ml general, me decian, aquella mina? Esa es ci Rayo
y aquellas otras cosas? ZAquel corralon largo? Aill hay muchos
pelones; pero mándenos usted unos dos cañones y les pegamos has-
La dehajo de La lengua. ZAqui estará buena para tirar sabre aquellas
posiciones?"
"No, aqul está muy lejos, contesté. Voy a mandar seis cañones
que tengo disponibles, pero no los emplacen aqul; par La menos en
esa lomita de enfrente, y mejor seria par aIR, del lado derecho. Hay
que acercar los caflones para ver claramente que se está batiendo
al enemigo; y no ha y que tirar más que cuando la infanteria se lanza
al asalto. Ya saben, La artilleria intimida; cuando ci cañon truena,
el cnemigo se esconde y nuestra infanteria avanza, y cuando el
enemigo se atreve a asomar la cabeza, ya tiene a La infanteria nues-
Ira encima, y abandona apresurado la posición.
"El enemigo no nos hizo un solo disparo.
"Nos despedimos deseando estar junlos durante ci combate. Un
oficial nos acompano para que a so regreso sirviera de gula a la
artilleria que yo enviaria.
";CAmo cambia ci aspecto del terreno a la vuelta!, y es rnás largo
el camino, sabre todo para los caballos. En el cerro de la Sierpe, se
oia un tiroteo persistente. Dc Zacatecas salia una humareda quc
se elevaba muy alto y me pareció eso un inclicio de que Ia guarnición
federal iba a ahandonar Zacatecas. Me informaron que desde
la posicion del general Herrera se podia ir más rápidamente a Guadalupe
que desde Vetagrande, sabre lock para la artilleria, y pens6
que seria conveniente enviar todo ci tercer grupo a San Antonio
en lugar de las seis piezas que primero habia resuelto mandar. Si
los federales se retiraban se irlan por Guadalupe, y era necesario
que el General Herrera tuviera artilleria numerosa para que estuviera
en aptitud de perscguirlos con más eficacia.
"Al pasar por las Pilas ordené al mayor Carrillo que inmedia-

546 JUAN BARRAGAN RODRIGUEZ
tamente marchara a San Antonio a ponerse a las órdenes del general
Herrera para apoyar sus ataques.
"Cenamos conter-itos y dormimos (dices.
DIA 21 I)E JUN10
"Tome mi baiio un poco preocupado por no saber si ]as tropas
que servIan de sostén a los dos grupos de artilleria, establecidos la
noche anterior entre Vetagrande y Zacatecas, estarlan bien colocados
y serlan eficaces.
"OrdenC a! coronel Gonzalitos, que su batallon marchara de las
Pilas a Vetagrande para ayudar a proteger la atrilicria, y en seguida
marché con mi estado mayor, un pow de prisa.
"Llegamos a Vetagrande cuando un enviado del general Natera me
entregó un pliego de Cste, en el que me preguntaba qué sabla yo del
ataque de ese dia y qué misión tendrIan sus tropas.
"Le contesté también por escrito, que no ercia yo que ese dia comenzara
ci ataque: primero, porque aün no habia liegaclo ci general
Villa y él debia ser quien dirigiera la batalla; segundo, porque aün
no habian liegado las tropas y era una falta militar no emplear todas
las thsponibles, y tercero, porque aün no hablan Ilegado las municiones,
y no debia principiarse la bataila sin las municiones de
reserva.
"En cuanto a la mislón que incumbiria a sus tropas, cuando atacaran
Guadalupe, crela yo que dcbIa ser doble: prirnera, impedir
la liegada de refuerzos de Aguascalientes, destruyendo la via férrea
v destacando tropas para detener esos refuerzos; segunda, inipcdir
la salida de la guarnición de Zacatecas por ci rumbo de Guadalupe
hacia Aguascalientes, por niedio de tropas situadas en Guadalupe y
sus inmediaciones. Ambas tropas deberian estar ligadas para prestarse
mutuo apoyo.
"Habia en las estrechas calles de Vetagrande acumulacion de carros
del servicio de aprovisionamiento de la artilleria. Mandé buscar
locales para alojar a ml estado mayor y establecer ci hospital;
fuimos en seguida a ver desde ci cerro alto las posiciones tomadas
por la artilleria.
"La bateria del capitán Quiroz habia sido designada para ocupar

HISTORIA DEL EJERCITO CONST1TUCIONALISTA 547
Ia dma de esc cerro alto: sus carros obstrulan ci camino; la entrada
en baterla marchaba muy lentamente P°' la gran pendiente del
terreno que exigia doblar los tiros do mulas. Pusimos pie a tierra.
Alla arriba vimos dos cañones y a sus sirvientes muy afanados,
obrando sobre las ruedas y la contera para lievar los cañones a sus
posiciOnes definitivas. Los gencrales Trinidad y José Rodriguez vinieron
a saludarme entusiasmados, como sicinpre apenas comenzaba
ci combate. Sobre la faida opuesta al enemigo dcl cent alto donde
estabamos, habla muchos caballos ensillados y sueltos pertenecientes
al sostén do la artillcria quc estaba emplazándose. El enemigo
canoncaba con ardor nucstra bateria, los soldados del sostén yacian
pecho a tierra dctrás de pequcños parapetos de piedra y los artilleros
trabajaban recelosos, porque la artillcria cnemiga ya les hahia
hecho algunas bajas. En un momento de descuido do los arlilicros,
un avantrén rcculó, primero lentamente, luego más aprisa;
algunos artilieros quisieron dctcnerlo sin éxito. FJ avantrén empezó
a voltear rapidamente y se dirigió hacia donde estaban los caballos
sueltos; ya fué imposible detenerlo y todo ci mundo sentia la angustia
por los caballos que en su carrera podria matar; pero éstos
so hacian a un lado oportunamente y el avanti-én scguia volteando y
saltando a veces, hasta quo hog6 al fondo del abismo. Allá a ho lejos
so vela el valle inrnenso, sembrado de pueblecitos, y árbolcs envueltos
en ha deslumbrante clauidad del dia.
"Del otro lado del cerro alto, en la dirección de Guadalupe y sobre
ci lomerlo de la mina de la Plata, se veian las cinco baterlas,
con sus artilleros inmóviles dctrás de las corazas, o bien haciendo
sus trincheras para àbrigarsc mejor del fuego persistente del enemigo.
Las baterias habian recibido orden do tomar posiciones, y de no
tirar, a pesar del fuego del adversario. Enfrente de las baterias se
distingulan los sostencs con sus soldados vestidos de kaki, tcndidos
pecho a tierra, o bien entre las ruinas del caserlo.
"Más lejos y a la dereeha, en la mina del cerro do Loreto, el enemigo
se batia con las brigaclas Villa y Cuauhtémoc, tendidas a lo
largo de una cresta situada allá abajo, sobre el costado. Mas lejos
aiTh, ascendia la cresta de la Sierpe, parecida al espinazo de un animal
gigantesco, poblada dc puntitos negros, enfilados desde el cerro

548 JUAN BARRAGAN RODRIGUEZ
alto do donde observábamos, pew asomando solo la cabeza del Lado
do Hacienda Nueva y de ]as Pilas, en donde teniamos Iropas.
"Los cañoncs del Grillo y de la Bufa tronahan siempre y nuestros
artilleros, inmOviles, reciblan las granadas enemigas.
"Alla, en ci extremo diametralmente opuesto a nuestra posición,
Dma y Herrera se batian.
"En la tarde establecimos ci hospital en los bajos tie nuestro alojamiento,
visitamos las baterias avanzadas y clegimos los puestos de
socorro para los heridos.
"LboviO despiadadamente sobre nuestros artilleros sin abrigos.
"Al retirarnos a Vetagrande, oimos los lamentos desgarradores
do los heridos graves y vimos los muertos que yacian en ci patio,
tendidos sobre camillas, cubierta la cara con un panuelo. Alguien
nos contó los grandes desirozos quc hahian hecho dos granadas, una
del enemigo quc habia pegado en una coraza de la bateria de Quiroz
y otra nuestra que hizo explosiOn en Las manos del artiliero que
Ic ponia ci percutor.
"Los caflones Schneider-Canet al hacer algunos tiros (IC arreglo,
no pudieron voiver a entrar en l)ateria y ci mayor Cervantes partw
pant San Antonio, ya de noehe, en iusca del teniente Pcrdomo, para
que pusiera en orriente los frenos de esos caflones. Tras de fatigosa
caminata, Cervantes regresO con Perdomo a Vetagrande, a las
ties de la mañana.
DIA 22 DE JUN10
"Desperté muy temprano, preocupa(bo por ]as Iluvias pie habian
caIo sobre mis soldados, por ci servicio de aiimentaciOn de la artilieria
cjue no era tan satisfactorio coma huhiera yo deseado y parque
los frenos de los cañones Sciineider .Caiiet no funcionaban bien,
tab vez porque Jos obreros los halilan eargado mal o porque las cargas
(IC prayeccion de los proycetiles cran defectuosas.
"Recomendé a Bazan fucra a (lar sus Ordenes para el huen funcionanuento
del servieio de avi tuallamiento, a Perdomo y a Espinosa
de los Monteros que fucran a Iratar de componer los frenos y a!
mayor Angeles que estableciera los puestos (IC socorro (IC los heridos.
"Supe que habia Ilegado a Morelos La brigada Zaragoza, bajo ci

IILSTORIA DEL EJERCITO COIVSTITUC!ONALIS7'A 549
mando del general HaIti Madero, y parli part ese pueblo con objeto
de ilevarme a Vetagraude Ia brigada; pen, piaticando con ci genenil
Urbina, en Morelos, me enteré de pie ya estaba destinada la
bngada Zaragoza a otra posición y hube de conformarme con interesar
a Raul a quc visitara las posiciones cercanas a Vctagrandc.
"Yendo de camino para ese mineral, nos alcanzo tin oficial y
nos J ijo pie ci general U rbi na habla mod i ficado la orden pa ra la
brigada Zaragoza, en ci sent i(lo (IC quc kern al terreno oeupa(Io POE
la artilleria. Est() me comprobO una vez muis ci burn tack) del general
Urbina para mandar, y ci deco de complacer a 10(10 ci intindo
sin perj u icio (Id servicio.
'Visité con Rañl la hateria (IC Quiroz, desde (loncle IC mostré to-
(las las posiciones.
"i)espues de corner, Rant se fu6 a ver su tropa y yo me encaminaha
a visitar la artilleria, cuando ci leniente Trucks me hizo
saber que ci general Villa acababa (IC ilegar y venia tras (IC nosotros.
"Lo virnos, como siempre, carinoso y entusiasta, montado en un
caballito brioso del general Urbina.
"Me ofrecI a mostrarle Las posiciones del campo de batalla. Fuimos
a ver las haterias y cuando avanzábamos más aIM nos encontramos
a Conzaiitos pie nos guió por los caminos mejor cuhiertos.
En las ruinas Jr la mba dc la Hula examine los grancles corralones,
para avauzar a elks en la noclir con las baterlas. OrdenC a
Espinosa de los Monicros fuera a truer al mayor Jurado para senalane
las posiciones que deberian tomar esa misma rioche sus I ics
baterias y a Saavedra la posición (IC irna de las suyas, cerca del caserio
(IC In mina y enfrente de la Bufa. Gonzaiitos me informó (IC
otra posición muy buena para tirar sobre La Bufa y la colina proxima
a ésla, y Lu comisionc para quc La senalara a Saavedra y 1e ordenara
tomaria en la noche.
"Dc regreso, LievC al señor general Villa a la posición (IC Quiroz.
Desde alli Ic mostrC toclo el campo de batalla.
"Me dijo: usted y tirhina entrarán por ahi, al frente de las baterias;
yo vendre por ci costado derecho, tambiCn atacando ci cerro
de Loreto. Urbina recomcndó que Ia baterla (IC Quiroz tirara sobre

550 JUAN JIARRAGAN RODRICUEZ
un cerro que flanqucaba a ]as tropas del general Villa, que ataca
nan Loreto.
"Ya para retirarme, me ordenó ci general Villa ciuc relevara con
la bnigada Zaragoza La pane de la de Morelos que servia de sostén
a Ia artillerla.
"Hicimos avanzar a la brigada Zaragoza por un camino desenfilado.
Solo al pasar por un puerto quedaba descubierta; pero all ordenamos
que pasara la tropa per pequeflos grupos y al galope. En
ci talweg que esté detras de la posiciOn que aün tenla la artillerla,
la tropa de la brigada echo pie a tierra y se formó sin caballos.
"Madero, el mayor Angeles, Cervantes, Espinosa de los Monteros
y yo, avanzamos para niostrar al prirnero las posiciones que con
su tropa debia relevar.
"La node está hümeda, nublada y surnamente oscura. La ünica
claridad era Ia luz dcl faro (IC Ia Bufa que giraba continuamente,
deteniéndose a veces sobre el terreno quc deseaba vanarnente cxplorar.
"A pesar dc que en dia habia visto varias veces el eampo que recorriatnos,
esa noehe andaba con extrema dificultad, metiéndome
frecuentemente en los numerosos charcos que hablan formado los
aguaceros. Por fortuna nos encontramos a un muchacho de nuestras
avanzadas pie nos gui\.
"Regresamos con difteultad. A rates parecia que la escasa luz
del faro nos seguia. Per fin encontramos a 'a tropa (IC la brigada
Zaragoza, pie a tierra, y ella nos indicó ci lugar a (londe estahan
nuestros caballos. Montamos y partimos lana Vetagrande, bajo la
menuda Iluvia, par ci camino mãs torte, que no estábamos acostumbrados
a seguir, por la necesidad de in desenfilados.
"El (pie iba a la cabeza era ci unico, tal vex, que hacia csfuerzos
por adivinar ci camino; nosotros segulamos confiados y taciturnos
la marcha dcl primero. Era una i )rOCCSión deliciosa, una procesión
de fantasmas, alejandose dcl enemigo que dormia sueiios dc pesadilla,
allá aireciedor dc aquel fare que no era sine un sintoma de
miedo, quc 110 servia para otra cosa, sine para hater creer que servia
de algo.
"Cenamos alegres en compañia (Ic (ion Angel Case y de dos me-

IJISTORIA DEL EJERCITO CONSTJTUCIO,V,4L/sr4 551
dicos del sei-vieio sanitario de la brigada. El primero me consuttó
clesde dónde podria presenciar la batalla del dia siguiente.
"Dormimos bien.
DIA 23 DE JUN10
"Despertamos tarde; me afeite, me bafle y camhie de ropa interior;
ciesayunamos, montamos a caballo; yo en mi Curley, brillante
Y musculoso.
"Un ayudante del coronet Conzalitos, pedia instrucciones por escrito:
se las di y repetI verbatmente at mismo coronel, a quien encontramos
más adelante.
"Fuimos a ver at general Ceniceros, para seflatarle su misión en
el combate. Et y Gonzalitos, tomarian et cent de la Tierra Negra,
vecino de la Bufa, hajo el amparo del fuego de tas baterias tie
Saavedra. Ratl Madero tomaria el cerro de la tierra colorada (el
de Loreto), bajo et amparo de tas haterias de Jurado, at mismo
tiempo que atacaran por Ia derecha las tropas que vendrian con el
General Villa.
"Dejamos los caballos al abrigo de las balas, y pie a tierra avan
zamos a las ruinas de la mina de la Plata.
"Nuestra artilterla habia desaparecido de sus posiciones primitivas
para tomar otras invisiblcs y muy próximas at enemigo; tres
baterias (el grupo de Jurado), fueron colocadas dentro de los corralones
dc las ruinas de la mina de la Plata; una de Saavedra,
prôxima a esas ruinas, sobre et ilano, pero detrás de la cresta de
una pequciiisima eminencia y frente a la Bufa; otra, en la extrema
izquicrda, también frente a la Bufa y biexi cubierta, detrás de una
cresta; Ia tercera bateria del grupo de Saavedra, continuaba en et
cerro alto de Vetagrande.
"Et enemigo debe de haherse sorprendido de la desaparición de
nuestras baterias, emplazadas dos dias antes sin combatir; su cañon
callaba, pero las balitas tie fusit silbaban como mosquitos vetoces
de vuelo rcctilineo.
"Adentro de los corratones, encontramos a Raàt Madero. "Todo
está listo, ml general, pero no son más que las nueve". A las diez
debia comenzar la batalla.

552 JUAN RARRAGAN RODRIGUEZ
"El ingeniero Enrique Valle, que Ilegaba corriendo, me dijo:
"Vengo a ponerme a sus ordenes para lo quc le pueda servir, me
enticndc usted?"
"Un oficial del general Aguirre Benavides, me dijo quc la briga-
(Ia Robles, que train éste, esperaba ordcnes (IC aiguno. Quc se sirva
traerla aqul, conteslé, In empicaremos como reserva. Pero dcspués,
creyéndola mâs ütil en ci ataque sobre el cerro de la tierra negra, 10
invite a que la lanzara en cooperacion con ci general Ceniceros y ci
coroneI Gonzalitos.
"Que vengan los jcfes de grupo, rnandC, y al presentarse, les reiterC
las ordenes par los ataques. No faltaban mas que veirfie minulos;
todos deblan estar en sus puestos y empezarla el fuego a las
diez en punto.
"Por allá, en la direcciôn de Hacienda Nueva, se OyO el primer
tirotco. AhI venla ci general Villa.
"Los veinticuatro cañoncs próximos, emplazados entrc Vetagrande
y Zacatecas, tronaron; sus proyectilcs rasgaron el aire con silbidos
de muerte y explotaron unos en ci cerro de la tierra negra y altos
en Loreto. Las entrañas de las montaflas proximas, parecieron desgarrarse
mil vcces por efecto del ceo. Y las tropas de infanteria avanzaron
sobre el monte (IC esmeralda que cubria las lomas.
"Pot ci lado de San Antonio, all, par La aita meseta y por la Villa
de Guadalupe, tronaban tambiCn cañones y r fusiles y silbaban millares
de proycetiles; ]as montañas todas prolongaban las detonacioncs,
COma SI SC rasgaman en sus flancos, millares de piezas de Ida.
"Dc Zacatecas, del Grub, de la Bufa, del cerro dc ClCrigos y de
todas las posiciones federales, detonaban tambiCn las armas, mIensificando
aquel epico concierto.
"Las granadas enemigas comcnzaban a cxplotar en nuestra threeción;
pero muy alIas y muy largas.
"Alguien dijo que nos ercian demasiado lejos, dctrás de los paredonesz
otro aseguró que tiraban contra La caballeria nuestra, que
entraba en acción par la derecha. Otras granadas caian detrés de
nosotros, tal vcz tiradas sobre la más próxima bateria de Saavedra.
"Uno iiegó corriendo y nos informó que La baterla de la derecha
de Jurado, estaba siendo hatida pot in artilicria enemiga; otro dijo

111STORI.4 DEL EJERCITO CONSTITtJCJONALJ5T4 553
quc ties habian matado dos mulas de un granadazo; un tercero; que
habian desmontado la primera pieza de la rnás próxima baterla de
Saavedea.
"—.Venga usted a ver, nil general, por aqui, por esta puerta; yea
usted cómo casi todos los rastrilios cacn detras (IC la bateria. La primera
pieza ya no tenia sirvicntes y en las otras, estaban inmôviles
detrás de las corazas. Las granadas enemigas zumbaban y estallaban
en ci aire, lanzando su baz de balas o rebotaban con golpe seco y estallahan
despues lanzando de frente sus balas y de iado las piedras
y (lena del suelo; era aquél, un huracán trágico y aterrador.
"Voivi a ml observatorio primitivo, desde doMe no podia ver ci
efecto de las baterlas que tiraban sabre ci cerro de la tierra negra
y donde solo percibia el tie las baterias que batian el cerro de 1a
ticrra colorada, ci cerro de Loreto.
"Quiza alIá, en la tierra colorada removida, nuestras granaclas
soplarian también su huracán trágico; pero vistas par nosotros causahan
una imprcsión de regocijo, aunque (dcspués de los primeros
minutos) parecia que calan sobre parapetos y trincheras abandonados,
porque los punhitos negros que primero so agitaban sobre la
roja tierra, ya habian desaparecido.
"—Mire usted a 'Os nuestros, qué cerca cstán ya del enemigo!
Vea usted, la banderita nuestra es La más adelantada.
"—;Vea usted, yea usted; vealos pasaz-; yea usted cOmo se van ya!
"Nuestros soldados lanzaron gritos de alegria; las piezas alargaron
su tiro y nuestros infarites se lanzaron al ataque precipitadamente.
La banderita tricolor flameo airosa en la posicion conquistada. Eran
las diez y veinticinco minutos de la mañana.
"Paco tiempo dcspués la falda del cerro de Loreto se pablo de in.
fames nuestros que subian lenta y penosamente; los caballos fueron
Ilegando, lentamente también. Después, todos se velan bien formados
y abrigados.
"Era Ilegado ci tiempo de cambiar de posición. Ruego a! mayor
Cervantes vaya a ordenar que traigan nuestros caballos para hacer
el reconocimiento de Loreto y decidir el camino y nuevo emplazamiento
del grupo de baterias de Jurado.

554 JUAN BARRAGAN RODRIGUEZ
"El capitán Durón batia la posición intermedia entre Loreto v ci
Grille: aprobando, lo autoricé a que continuara.
"Galopando con mi estado mayor hacia Loreto, encontramos al
señor general Villa y su séquito; aquél venia en su poderoso aiazãn,
requirienclo la artilleria para establecerla en Loreto.—Ya viene, ml
general, Ic contesté. Y proseguimos hacia Loreto.
"—Se percatarla ci enemigo de que en ci grupo dC jinetes en
que ibamos, marchaba ci general Villa?—Tal vez; pero por lo menos
debe de haber adivinado en ci encuentro la fusion de dos estados
mayores importantes porque nos siguió eon sus fuegos en to(lo
ci trayecto. El jefe nos imponia el aire y nosotros Ic obedeclamos.-
Quienes cacrian en el camino?—Ojalá no fuera el jefe!—Las balas
pasaban zumbando y se incn,staban en la tierra con un golpe
redo y seco.
"El caballo del mayor Bazán fué herido en un casco, y su asistent;
en un hombro. Eso fué todo.
"En Loreto la Iluvia de las balas era eopiosa.—Dc dOnde yenian?—;Quién
sahe!—Tal vez de todas partes; pero no se pensaba
en tirar sobre ese enemigo misterioso; toda la atenciOn se concentraba
en apoyar el ataque de la inlanteria del general ServIn, que ascendia
por los flancos de la elevada Sierpe y estaha a punto de ser
rechazado.
"Todas nuestras tropas de Loreto tiraban sobre la dma de la Sierpe,
sin que la ayuda a Servin pareciera eficaz. El general Villa hizo
establecer en ci ángulo de una casa, una ametralladora cjue abrió su
fuego también sobre la Sierpe, sin quc tampoco ella facilitara ci
avance de Servin.
"Y la artilleria no podia liegar. ;:\ veces los minutes parecen
horas!
"Per fin iiegó un cañon y luego otros, al mando de DurOn. El
primer caflonazo sonO alegremente en los oldos nuestros, y probableniente
muy (Iesagra(lablemente en los de los defensores de la Sierpe.
Los primeros tiros que hicieron blanco, regocijaron a toda nuestra
tropa de Loreto, y al cabo de quince minulos el enemigo comenzó a
evacuar La posiciOn. Nuestra handerua tricolor flameó en la dma
y nttestros soldados lanzaron frenéticos hurras de entusiasmo. La in-

1/STORM DEL EJEh'C/TO COVST/TUC/ON4LlST4 553
fanterla toda de Servin, suhió por los enipinados flancos de Ia Sicrpe
a la anhciada dma. -
como ésla domina a! Grub, su toma fué ci segundo paso para
la conquista tic la rnás fuerte posición del enernigo.
"Los canones quc batieroit la Sierpe, no podian ser utilizados en
Ia misma posiciOn para tirar sobre ci Grub; habia que pasarlos al
frente de las casas en Un patio limitado hacia ci enemigo por Ufl
muro en arco de cIrcubo que tenla aberturas utilizabies corno caneneras.
Pero de ese lado de Las casas soplaba tin huracán de muerte;
las l)ahitas de fusil silbaban rápidas y las granadas estabiahan estruendosarnente.
Pocos cuerpos se quedaban crguidos, pocas frentes
se conservahan aitas.
"Di orden al capitán Duron de flue inandara traer Jos arwones y
entrara en baterla frente a la , casas pasando pot la derecha,
donde estuvo estahiccida la ametralbadora, s' me dirigi, enseguida,
a liacer entrar las dernás I)iezas flue apercihi pot La izqtiierda.
"1-labia por ese lack, detrñs tie las casas, un amontorlamiento desordenado
de soldados, de cabalios, de carruajes, de artilleria con
los tires pegados, pero sin sirvientes ni oficiales.
"Costó mucho trabajo conseguir f l ue reaparecieran los trenislas y
los oficiales y que éstos con(iujeran Jos caflones al patio tie quc se
ha hecho Inencion, pasando per tin camino estrecho, muy visible para
ci enemigo, y I)er11ctamente batido por su artillerla. Menester
fué hacer uso dcl revolver y revestirse de Ia mãs feroz encrgIa.
"133jo ci rnismo inipulso flue moviO la artilleria, avanzO taml)ien
Ia parte tie nuestra infantcrIa que se hahia rezagado; avan-zO con ci
ciorso encorvado y quiso ponerse a! abrigo dcl muro circular tie
donde la enipujamos hacia ci cnemigo rnostmandolc ci ejemiio dcl
resto tie Ia infanicria nuestra f l ue se batia mil metros adelante. Era
interesantisimno el seudo-avance de ésa iiuestra in lanieria rezagada
parccia qUC sopiaha delante de cues tin viento formidable flue muy
a su pesar, obuicuaha sit mardia y Ia hacia retmocetter cuatuio quena
avanzar. lQueridos soldados (lei pueblo, 01)1 igados per tlPl)Cr a
ser heroicos, cuantlo sus almas tiemhlan y Sus piernas flaqucaii!
"Una bateria quedO ernplazada en aquci patio; una hateria quc

556
JUAN B.4RRAGA.V RODRIGUEZ
tiró whit ci Grub, mientras recibia no solo ci fuego de la artilic-
Ha dc esa posiciOn, sino también y sobre todo, Cl (IC la Bum.
"Si nos rccliazaban de Loreto, si de ahi rechazahan a la artille-
Ha, ya no podria nuestra infantena proseguir sobre ci Grille, era
necesario batirse alli denodadamente, a pesar del violento fuego 9UC
ci enemigo tenla, cai 10(10 coneentrado sobre Loreto.
"La artilierla, tin mornento antes aterrorizada, estaha (IC rntcvo
enardecida y brava: traba j ai)a ahora heroicanwnte en mcdlii (IC la
liuvia de ploitio y acero.
"El general Villa, de })IC soi)re Un montOn (Ic piedras, segula atentaniente
el trabajo (Ic los artilleros, el progreso inuy lento y penoso
(IC nuestra infanterla y la febril actividad del enemigo Clue habia ya
sentido ci rudo empuje de la DivisiOn del Node y presentla la (ICrrota,
aunque tal vez no, la gran hecatombe, la gran eatéstrofe final.
"Dc repente una gran detonaciun; a tres metros de nosotros una
nuhe (IC hurno y 1)0i0 N, de P°-
"(:rei,llos que un torpedo enernigo habia hecho blanco sobre la
pieza mits prOxirna a nosotros y que tat vez habla matado a todos
sus sirvientes.
"Cuando ci humo y ci polvo se disipiron vimos vanos muertos:
tino con las dos manes arraneadas de cuajo mostrando at extremo
los huesos de los antel)razos, la cabeza despedazada y ci vientre destrozado
y con las ropas ennegrecidas: yacia inmOvil, como si hicicra
huras que estuviera muerto. Otro de los Clue mãs impresionahan, era
Un herido que tenia cara tie espanto y en la boca un buche de sangre
tie la que Sc escapaba un hilo por los entreabiertos labios, ternblorosos
de dolor.
"No habia si(Io un torpedo enemigo, sino una granada nuestra
que at irciararsc habia estaliado. Era necesario no dejar refiexionar
a nuestros artilleros; que HO SC (lieran cuelita del peligro que
habia en manejar nuestras granatlas; era necesario aturdirios, cuabquiera
que fucra ci media.
"—No ha pasado nada—le., grite,—hay que continuar sin descanso.
Algunos se tienen que morir, y pant que no nos murarnos nosotros,
es necesario matar ci enemigo.;Fuego sin interrupciOn!
"El fuego continUó más nutrido que antes. El general Villa, se

11/STORM DEl. EJERCITO CONSTITUc/ONALISr4 557
rctiró algunos pasos y se acostó en un mouton de arena.—No sabe
usted—me dijo—cuflnto dolor me causa una muerte semejante de
mis muchachos. Que los mate ci enemigo, pase; pero que los maten
nuestras mismas armas, no lo puedo soportar sin dolor.
"—Que haremos—continuo—para que nuestra infanterla siga
avanzando? Me parece que está ya on poco quebrantada.
"—Está ya muy cansada—contesté.—De un solo empuje no se
puede desalojar al enemigo (IC todas sus posiciones. AQuiere usted
quc Cervantes vaya a dar la orden para quc Ia infanterla avarice?
"Y partio Cervantes entusiasmado de ver qUe se le utilizaha en
esa comisicSn.
"Allá Ic vimos muy lejos, con su sombrero arriscado de on lade,
aI galope acompasado de so cahallo alazán.
"El general Raül Madero, dijo que sus tropas estaban agotadas y
pedia tropas frescas para Ianzarlas al asalto del Grub.
"Mi asistente Baca, nos trajo la comida que compartimos con ci
general Villa y con los oficiales que por ahi estaban.
"Comimos alegremente dentro de un caserOn de techo acribillado
por nuestras granadas. Nunca con més gusto he visto un destrozo
semejanie.
"Patti hacer la digestiOn, Cervantes y yo salimos a dat un paseo.
Nos encontramos un caballo herido que rematamos por compasiOn.
Muy debiles pareclan las detonaciones de las pistolas a nuestros oldos
ensordeci dos.
"A medida que avanzábamos, se nos hacia más perceptible ci ruido
de la lucha y otra vcz volvimos a enardecernos.
"l'or seguir ci ataque en direccion del Grillo, easi desde ci prindpio,
me vi })recisa(Io a abandonar mis baterias qe atacaban en
direcciOn de la Bula. Y Gonzalitos, iqu6 harla? iHabria comido?
HahrIa sick heri(Io?
"Vamos de aquel lado, decidI, y dejé un recado para ci general
Villa, part Id pandole mi al ejam iento.
"F:rvie a! capitan Quiroz, Ia orden para que abaridonara el cerro
alto (IC Vetagrande y se trasladara al Grille, donde recibirla nuevas
ordenes. Crel seguro 9UC mientras tardaba Quiroz en trasladarse, ci
Grille caeria en nuestro poder.

558 JUAN BARRAGAN RODRiGUEZ
"Saboreamas ci galope do nuestros cahailos, cuando pereihimos
a Gonzalitos, cojeando. Sc habla dislocado un pie.
"Si, señor: ya comi, me dijo sonriendo.
"Todo iba bien de aquel )ado, la colina dc Ia tierra negra fué
tomada desde luego y ahora sus soldados se batian con los de la
Bufa.
"Mandé avanzar una de las batcrIas de Saavedra a la colina que
e.stá a la espalda de la tierra negra, desde donde se velan admirablemente
Zacatecas, la Bufa y ci camino de Zacatecas a Guadalupe.
"Por allá lejos, del otro lado de Zacatecas, entre La Bula y ci
Grub, se veian tropas, seguramente nucstras, que se hablan apoderado
do una casa blanca y de Un gran corralón do junto. Prubabiemente
eran las tropas (Ic Herrera, Chao y Ortega.
"Cerca de nosotros, en nuestra posiciôn, habia algunos infantes
rezagados, do esos que siempre tienen pretexto para quedarse atrãs.
"La bateria do Saavedra se emplazó en la nueva posicion y abriâ
su fucgo sobre la Bufa.
"Ya la lucha tenia un aspecto completo de victoria próxima. La
Bufa y ci Grillo hacian debit resistencia. En mi concepto, todo era
cuestión de tiempo,. para dejar germinar en el enemigo [a idea de
la derrota.
"Del centro de La ciudad se elevó de pronto un humo amarillo como
si estuviera muy rnezclado con poivo. Tal vez un inccndio, quizã.
una explosion. Sacamos los relojes; eran las cineo hunts cincuenta
minutos de la tarde.
"Por todos lados nuestras tropas circundaban al enernigo y Jo estreehaban
rnàs y más.—Qué va a ser (Ic 61? i Por donde inlentarit
salir?
"El ingeniero Valle, ci mayor Cervantes, nii hermano y ye velamos
muchas tropas en ci camino de Zacatecas a Guadalajara y nos
alegraba verlas tan distintamente.
"A medida que ci ticmpo transcurria se velan más soldados, rnás
agrupados y corno si trataran de formarse. Luego })er(ihimos una
Linea delgada de infanteria que precedia a los jinetes estando estos
üliimos en columna (Iensa.—Que intentaban? z\caso una salida?
Pero en ese orden!!

IIISTORLI DEL EJERCITO CONSTITUCIONAL/STA 559
"Los vimos avanzar hacia Guadalupe después de retroceder desorganizados,
sin (listinguir hen a In Iropa nuestra que los rechazaba.
"En seguida se movieron hacia Jerez y retroec(Iieron. Intentaroii
despues salir por Vetagrande, dcl lado donde estábamos, y mandamus
cazarlos a 'us infantes, rezagados que estaban con nosotros. No
tengan miedo —'Cs dije—, no han de cunibatir, van ya de huida, no
se trata más que de exterminarlos.—Volvieron a retroceder.
"Finalmente, nos pareció ver que hacian un ñltimo esfuerzo desesperado
para lograr poder salir por donde prinwro to intentaron,
pot Guadalupe. '1 presenciamos la mâs completa desorganización.
No los Yciarnos cacr, pero to adivinabamos. La confieso sin rubor,
los vela aniquilar en ci colmo dcl regocijo: porque miraba las cosas
desde el punto de vista artistico, del éxito dc la labor hecha, de
la obra rnaestra terminada. Y mandé decir at general Villa: "'Ia ganamos,
mi general".
"I efectivamente, ya la batalla podia darse por terminada, aunque
faltaran muchos tiros por dispararse.
"Por ci Sur, del lado de los generates Herrera, Chao y Ortega,
allá en la rasa bianca con su corralon inmenso, se veian los resplandores
de los fogonnzos del cañon, como cardillos de espejitos diminutos.
"Del Grillo empezaban a descender poco a poquito, los puntitos
negros rumbo a la ciudad.
"Abajo de nosotros, a orillas del camino de Vetagrande, vimos
una presa de agua azul, muy limpia, at borde de unas casitas tranquilas.
Fuimos a visitarlas a pie, de paseo. La batalla ya no nos
inquietaha.
"A medida quc nos alejáhamos de las l)aterias de la izquierda,
percibiamos mejor los caflonazos de las dc la derecha, que tiraban
sobre el Grub, de cuya cima se iban rctirando los federales, at parecer,
tranquila y lentamente.
"En las casitas abandonadas de junto a la presa, reinaba una
grail quietud, turbada sOlo por una pareja de asnos que se hacian
caricias. Dc cuando en cuando zumbaba una que otra balita, extraviada
tal vez.
"El mayor Cervantes, at lado del ingeniero Valle y del mayor

560 JUAN BARRAGAN RODRIGUEZ
Angeles, yacia vientre en tierra apoyado, por detrás en las puntas
de los pies y por delante en los codos, con ci sombrero a media ca•
beza para observar en ci campo de sus gemelos detalics del combate
de la Bufa, entre las casas de la pintoresca Zacatecas, o alIa lcjos,
en La casa blanca con su corralén adjunto, en donde a Ia simple vista
Sc percibian algunas siluetas de jinetes y ci cardillo perenne del
grupo de baterias del mayor Cart-ilk.
"Margarito Orozco, ci valiente y entusiasta mutilado, venia al galope
de su brioso cabailo.
"—Buenas tardes, ml general, parece que ya vamos acabando.
"—Si; eche pie a tierra; daremos una vuelta por la presa.
"Nos sentamos a platicar en ci muro dc Ia presa, de nuestros ideales,
de la felicidad de todo ci mundo, y me dejó encantado el alma
grande y buena de mi amigo.
"Un soldado nuestro venia de Zacatecas, muerto de seth bcbió
avcntándose ci agua a la boca con la mano.
"La brisa de la tarde nos Ilevaba la pestc dc un cahailo muerto,
tirado a pocos pasos.
"Regrese a unirme con mis ayudantes y vi Is dma del Grillo, lIena
ya de infantes nuestros, que descendian de derecha a izquierda
sobre Zacatecas y también vi que empezaban a entrar tropas fluestras
a la Bufa, por la izquierda.
"Ahora —pensé---, ya no falta más que la parte final, muy desagradahie,
de La entrada a La ciudad conquistada, de la muerte de
los rezagados enemigos, quc se van de este mundo lienos dc espanto.
"Cervantes y Valle se intcrcsahan por ver esta fase de la lucha;
los comisioné para quc entraran desde luego a Zacatecas y buscaran
alojamiento pat-a la tropa y ci estado mayor, mientras nosotros iriamos
a Vetagrande, al arreglo del translaclo del hospital y las cocinas.
"El capitán Espinosa de los Monteros, fué ci comisionado para
Ilevar la orden a las baterias, de marchar a Zacatecas y acuartelarse
donde el mayor Cervantes indicara. Orden que fué recihida con
hurras.

J!LSTORIA DEL EJERCITO CONST/TUC!0N14L!STA 561
"Eran las 6 Ii. 45 m. de la tank; la temperatura era deliciosa;
ci sol de la gloria de este dia 23 de junk, mona apacibiemente.
"Regresé con mi hermano y mi asistente. Pot- aquel terrcno, (JUC
fué pot- mueho tiernpo del enemigo y que pocas horas antes era furiosarnente
disputado, podlarnos mat-char tranquilos put- su gran ru-
Ia visible de Zacatecas pot- ci pueblo iieno de rastrillazos de las granadas
enemigas.
"—Muchaclios, pueden irse ya a Zacatecas. La ciudad es fluestra—decia
yo a los soidados que encontraba en ci camino.
"El doctor Wishman, vacuA pnimero y nos siguió gran It-echo, pero
al fin se decidió pot- cntrar esa misma noche a Zacatecas.
"En Vetagrande recibieron con gran gusto la noticia del triunfo.
"Mi excitation al principio de la lucia se habia disipado a la
hot-a del crcpfisculo, y ahora, en Las tinieblas, yacia yo tranquilamente
tendido en mi catre ('C campafla y volvia a vet- las fases de
La clásica batalia adivinada, dada con tropas revolucionarias que se
organizaban e iristrulan a medida pie crecian.
"VolvIa a ver ci ataque I)riiicil)ai heuho sobre la linea de la Bufa,
ci Grub, de frente pot las tropas de Ceniceros, Aguirre Benavides,
Gonzalitos y Haul Madero, apoyadas par Ia artilleria y de flanco
pot- las tropas de Trinidad y José Rodriguez de don Rosallo Hernandez,
Almanza y toda la infanteria, en suma de diez mil hombres.
Rechazada la defensa de este frente principal, Ia guarnición no
podria continuar la resistencia, pot- estar la ciudad ubicada en cafla-
Ias dominadas pot ci Grillo y la Bufa y prctendcria salir pot
Sur o por ci Este. La salida pot ci Sur era improbable, porque la
ilnea (IC comunicaciones estaha al Este, por Guadalupe, hacia Aguascalientes.
Bastarian pues, tres mil hombres nuestros, quc atacando
por ci Sur, Laparan La salida de ese rumbo. En cambio en Guadalupe,
era necesaria una fucrtc reset-va, side mil hombres, con el centro
en Guadalupe y las alas obstru yendo la salida pat-a Jerez y Vetagraiide.Alli
se dat-ia ci goipe (IC masa al enemigo, clesmoralizado
pot- ci ataquc principal y dispuesto a abandonar la ciudad.
en ci desarroilo de La acciOn, qué correcciOn y (JtIe armonia
en Ia colc)caci(rn de La infanteria y la artilleria. La artilleria obrando
en masas y con ci casi exciusivo objeto, de batir y ncutraiizar

562 JUAN RARRAGAN RODRIGUEZ
las tropas tie la posición clue deseaba conquistar la infanterla, pues
apenas si se empleaba una baterla come contrabateria, y Ia infanteria
marchando resueltamente sabre la posición, desde clue la neutralizaciôn
se realizaba. 1Qu6 satisfaccion la de haher conseguido
esta liga de las armas, apenas iniciada en San Pedro dc las Cobnias,
con Madero y Aguirre Benavides, ciespués del desconcierto de
Torreon, ganada a fuerza de tenacidad y bravura! ;Y haberla rcalizado
con tanta perfección, al grade dc clue todo ci mundo siente la
necesidad de esa cooperación armónica!
"Y volvia a ver la batalla condensada en on ataque de frente de
las dos armas en concierto armonico, la salida a! Sur tapada, y la
reserva al ate, para dar ci golpe de maze al enemigo en derrota.
"Y sobre esa concepción teórica, clue resumla en grandes lineamientos
la batalla, vela yo acumuiarse los episodios c l ue más gratamente
me impresionaron; la precision de las fases; ci impetu del
ataque; ci huracán de acero y plomo; las detonaciones de las armas
multiplicadas al infiniLo per ci eco clue simulaba un cataclismo; ci
esfuerzo heroico de las almas débiles para marchar encorvados con.
tra la tempestad de la muerte; las muertes sábitas y trágicas tras las
explosiones de las granadas; los heridos heroicos, clue como Redolfo
Fierro, andan chorreando en sangre, olvidados de su persona, por seguir
calaborando eficazmente en el combate; por los heridos clue
de golpe quedaban inhabilitados para continuar la lucha y clue se
alejan tristemente del combate como ci intrépido Trinidad Rodriguez,
a quien la muerte sorpren(lió cuando La vida le decia enamorada:
"No Ic vayas, no es tiempo todavia". Y tantas y tantas cosas
hermosas. Y finalmente la serena caRla (Ic La tarde, con la plena
seguriclad (IC la victoria clue viene sonnezite y cariñosa a acariciar
Ia frente de Francisco Villa, ci glorioso y bravo soldado del pueblo.
"Bajo el encanto de la obra clásica (IC ese dIa fell; me hundi pMcidamente
en un sueflo reparador y sin aprensiones.
DIA 24 UE JUN10
"A La mañana siguiente, entramos en Zacatecas, visitando ci earnpo
de batalla por ci lade de la Bufa: en verdaderos nidos de aguila
se habia hecho fuerte el enemigo.

HISTORIA DEL EJERCITO CONSTITEJC!ONAL!STA 563
"Pocos muertos habla por aM; pero easi toctos, estaban atrozmente
heridos y sus attitudes revelaban una agonia dolorosa.
"Buscábamos como balm, los tithes de zapa y ci material y municiones
de artilleria.
"Con vigilantes asegurabamos la posesión tie las cosas que ibamos
hallando, mientras mandábamos tropas a recogerlas.
"Dentro tie la ciudad habia muchos mâs muertos: con las heridas
invariablemerne en la cabcza.
"La acumulación de nuestros soldados hacla par todas partes intransitahies
las cailes do la ciudad.
"Los eseombros de La Jefatura de Armas, obsirulan las calles circunvecinas.
Segun decian en la ciudad, familias enteras, perecicron
en ci derrumbe de ese edificia, hecho por los federales, no sé con
qué propósito.
"Tanta era la tropa, que Cervantes no pudo encontrar aiojamiento
para La artillerla y decidi ir a buscarlo en Ia (lireccion (le Aguascalientes,
en Guadalupe o más aIlá, cerca (IC la Laguna tie Pederni-
Ito, cuyo espejo vimos desdc que por primera vcz subimos at cerro
alto de Vetagrande.
"I i ci camino de Zacatecas a Guadalupe!!
"Una ternura infinita me oprimia ci corazón. Lo que la vispera
me causó tanto regoci jo comb inciicio inequivoco de triunfo, ahora
me conmovia hondamente.
"Los siete kiLometros de carretera entre Zacatecas y Guadalupe y
las regiones próximas de mm y otro laclo tic esa carretera, estaban
lienas do cadâveres, al grado do imposibilitar al principio ci (ransilo
de carruajes. Los cadáveres aIii tendidos eran, por lo menus, los
ocho décimos de Los federales muertos ci dia anterior en todo ci
campo (IC batalia.
"Los caballos muertos ya no tenian monturas, ni bricks, y ins
soldados, ni armas, ni tocado, ni caizado, y muchos, ni aun ropa
exterior.
"Por La calidad tic las prendas interiores del vestido, muehos de
Los muertos revelaban haber sido oficiales.
"Gracias a la fda temperatura de Zacatecas, ins cadavercs aün
no apestaban, y se podian observar sin repugnancia.

564 JUAN BARRAGAN RODRIGUEZ
"Todos los caballos estaban ya inflados por los gases, con los remos
rigidos y separados. En los soldados, aunque ya hahian sido
movidos at despojarlos Jr sus zapatos y i-opa exterior, hahia infinidad
de actitudes y de expresiones; quines hahian muerto plácidamente
y solo parecian dormir: quiénes guardaban actitud Jawsperada
y la mueca del dolor y del espanto.
pensar quc la mayor jmrtc de esos muertos fueron recogidos
(IC 'eva par ser enemigos de Huerta y por consiguiente amigos nucs-
Eros! iY pensar que algunos de cilos cran mis amigos, pie Ia inercia
del rebano mantuvo del lado de la injuslicia!
"En Guadalupe (como en Zacatecas) los vecinos estaban amedrentados.
;,Sus propiedades serian respetadas? Esta bien —declan;-que
aprovechen Los soidados to que tengo, para eso es; pero 9UC
respeten mi vida, la de ml esposa Y la (IC mis hijos.
"Iria señora en wi parto prematuro, hahia muerto de espanto.
"Y todos pedian salvo-conduct05 y todos se cli sl)utal)an ci honor tie
invitar a corner a los jefes principales, pan que tuvieran garantlas.
"La guerra pant nosotros los oficiales liena (IC encantos, producia
infinidad de penas y de desgraeias, pero cada quien debe verla segun
su oficto. l..o pie para UflOS Cs una catarnidad, para los otros es
un artc grandioso.
"En la mina de la Fe me aloje con el Estado Mayor; Ia tropa
quedo en Guadalup........
0
A j)esai de todas las provtdencias tomadas por ci Primer Jefe
IaI a evitar que Villa prosiguiera su rnarcha hacia la capital de Ia
flepñblica, temla, sin embargo, que ci audaz comandante de la DivisiOn
del Node to efectuara tic una mancra intern j)esttva. En consecuencia,
juzgo conveniente ci señor (.arranza dune instrucciones al
General ObregOn pant que activara sus operaciones sobre Guadalajara
y Méicico.
Igualmente activO ci Primer Jefe Ia martha de las tropas del Cuerpo
de Ejército dcl Noreste, de Saltillo hacia San Luis Potosi, y las
dcl General Jesus Carranza, de Tampico, también con destino a

11/STORM DEL EJERCITO CO:VST/flJC/QNALIS7',4 565
In capital potosina. Pero Villa, pretencliendo detener In martha del
General ()hregón. le coinunieó (JttC él se regresaria con su Division
at Norte, en vju-tud de Ins (lifiruhtades que he ponia ci senor Carranza
para suministrarle combustible con pie mover sus trenes;
ba quo Obregon, viendose priva(lo (IC in cooperariori lie ha DivisiOn
del Ntjrre. ni so atreveria a avanzar al centro del pis. Con este mativo,
ci General ObregOn girO al señor Carranza, ci siguiente mensaje:
"Alma! ulco. 6 de julio de 1914. Señor V. Cnrranza. Saitihlo, Coab.
General Villa comunhcarne quc regresarã con nis tropas a! forte.
Siendo ineonsecuencia eso a mi DivisiOn, In ünica que continuarã
avarice at stir, atentamente ruego a usted decirme que hay do cierto
sobre ci Particular. Respetuosamente.—Gencrai en Jefe, A. 0/ire-
On" .
El General ObregOn, tal ec)mo se to habia orciena(io ci senor Carranza,
lejos do detenerse, procedio con extraordinaria activiciad
avanzando rápidamente hacia Guadalajara. V ci lila 7 dc julio ci
Cuerpo de Ejéreito dcl Noroeste infligia en OrendOin, a In [)ivisiOn
Federal de Occidente que comail(Iaba Cl viejo General don Jose Maria
\lier, tina (lerrota cuyas proporciones sOlo pueden compararse
con ci (irsastre (IC Zacatecas, con In particularidad de quo en esta
accion sucumhiO, inclusive, ci Coniandanic en ide de ]as fuerzas
federales. Los panes pie ci General ObregOn rindiO a In Primera
Jelatu ra sobre tan imimrtailtes acriones dc guerra, asi comb sobre su
cntra(la a Ia ciudad de Guadalajara, tiecian, textualniente
"Orendain, 7 de julio de 1914. Primer Jefe. Saltillo, Coah. Conio
ofreci a usted, hemos destrozado In columna federal quo hahia
saiido a nuestro encuentro de Guadalajara. El combate dun) treinta
y seis horns y en esle niomcnto, 11 a. m. iiuye ci enernigo en desbandada
abandonand() (liez trenes y su artilleria. El General Diegucz
estã a In retaguard ia y dada ha to j)ografua dcl teriemio creo que
no lograrán escapar. Eclicito a usted respeluosarnente. —El General
en Jefe, A. Oliregón".
"Guadalaj ara, Jai., 8 de julio (IC 1914. .Scflor V. Carranza. Sal.
tub, Coali. En estos ninmentos 11 a. m. telegraflo a usted desde ci
Palacio de Gobierno dc esta capital. Con desastre eausado a la co-

566 JL/A,V IJARRAGAX RODRIGUEZ
lumna que salio a encontrarnos y derrota infligida por fucrzas al
mando del general Bianco, qe destaqué desde Ameca a cortar comunicaciones
con Mexico, los federales hall a dispersion;
son tenazmente perseguidos ell
fuga. Creo que ell
dias más tendrernos cinco mil prisioneros a juzgar por ci nümero recogido
liasta hoy. Nümero tie muertos es incalculable porque se ha
luchado en una zona (IC cien kilórnetros contra un enemigo mayor
de doce ml! hombres. Todavia en estos momentos están siendo batidas
las fracciones dispersas sobre la sierra. Toda su artilleria y demás
pei-trechos se encuentran diseminados en los distintos campos
tie combate. No puedo estimar aün el nómero de nuestras bajas; pero
puedo asegurar a usted que es muy reducido y sin que entre ellas
figure ningán jefe. Nuestro Ejército, corno siempre, supo ponerse a
Is altura de nuestra causa. Desbordante entusiasmo reina en esta
ciudad. Felicito a usted respetuosamente.—E! General en Jefe, A.
Obregon".
"Guadalajara, 9 tie julio de 1914. Primer Jefe. Saltillo, Coah.
Honrome comunicar a usted que hasta estos momentos, cinco p. m.,
ban sido capturados al enemigo: cincuenta y tres trenes, ocho caflones,
siete ametralladoras, dos furgones con parque de cañon, buena
cantidad de cartuchos tie fusiles y continiase todavia recogiendo
hotin. Respetuosarnenie.—General en Jefe, A. Obregon".
El General ObregOn solicito los ascensos tie los principales Jefes
quc se distinguieron en esos combates, para lo cual dirigiO al Primer
Jefe el siguiente telegrama:
"Guadalajara, 8 de julio de 1914. Señor V. Carranza. Saltillo,
Coah. Atentamente permitonie suplicar a usteci se sirva acordar los
ascensos a los grados inmediatos tie los generales brigadieres Manuel
M. Diêguez, Juan G. Cabral, Benjamin 11111 y Lucio Blanco,
mayores, tie artilleria, Juan Merigo, y de infanteria Francisco R.
Serrano; totios hall distinguiéndose por importantes servicios
que prestan a la causa y consitiero estricta justicia sus ascensos. Hespetuosamente.-Gcneral
en Jefe, A. Obregon".
El señor Carranza comunicO a Villa la toma tie Guadalajara y
éste Ic contestó lo siguiente:

HISTORIA DEL EJERCITO COVST1TUCIONAL1ST11 567
"Torreon, julio 10 de 1914. Señor V. Carranza. Saltillo, Coati.
Enrerado con gran satisfacción de la noticia que se sirve darme so.
tire In toma Jr la imporlante ciudad de Guadalajara por tropas del
General Obregén. Al Jar a usted Ins gracias más cumplidas pot su
bondadosa noticia Ic envio mis más cordiales felicitaciones por este
importante triunfo que espero nos acercarii muchIsirno at fin de In
noble causa que perseguimos. Salildolo mu y afectuosamente.—El
General en Jefe, Francisco Villa.".
Lucia Blanco y Miguel Acosta, con sus caballerias, fueron los h&
roes de esta jornada, segün reza uno de los panes de Obregón, ya
inserto.
En la acción quedo muerto en el campo de batalla el General don
José Maria Mier, Jefe de In Division Federal de Occidente. La muerte
del General Mier impidiO que pudierari realizarse los generosos
propOsitos abrigados pot ci señor Carranza, de (Inc. se respetara In
vida de este viejo soldado de In RepOblica, veterano de la segunda
guerra de independencia. El Primer Jefe, con mucha anticipaciOn,
habia recomendado de una manera especial at General Obregon pie
cuidara por la vida dcl ilustre guerrero, si cala prisionero de sus
tropas. Pero ni el señor Carranza ni nadie podia sustraer a dicho
soldaclo de In fatalidad de la guerra.
El General Manuel M. Diéguez se hizo cargo del Gobierno y de
In Comandancia Militar del Estado y el licenciado don Manuel
Aguirre Berlanga, que venia incorporado, desde Sonora, a) Cuerpo
de Ejército (let Noroeste, fué designado Secretario General de Gohi
e mo.
El viejo problema religioso, que dominO nuestra historia en todo
el curso del siglo XIX, y que se habia amortiguado en Ia somnolencia
de la dictadura porfirista, volviO a surgir como uno de los motivos
cjue causarlan rnãs hondas preocul)aciones en In nueva era, a
medida pie In BevoluciOn iba desentrañando Las causas promundas
que la motivahan, ms alIá (ICl aspecto politico con que se La conocia.
El demo católico tomaba, resueltamente, otra vez, partido del Indo
de Jos intercses creados, (IC manera que a cada paso tenia que
chocar con el avance impetuoso de las ideas de renovaciOn propala-

568 JUAN BARRAGAN RODRIGUEZ
das y sostenidas, con las armas en la mano, por los insurgentes. No
es de extraflar, pucs, que ci General Obrcgon, Jefe que se caracterizaba
en aquel entonces par su radicalisrno, viera en los sacerdotes a
agentes de la usurpaciOn huertista, Para los cuales reclamaba la
aplicacion de sanciones enérgicas contra su conducta, de igual manera
que en Nuevo Leon Ia hacla el General Antonio 1. Villarreal,
norubrado Gobernador (lei Estado, quien expulsara a los sacerdotes
extranjeros y los jesuitas, reglamentando, adernás, Ia forma del culto.
He aqul una de las manifestaciones de Ia que años más tarde se
habia de convertir en una guerra religiosa, a consecuencia (le la
cual perdio la vida el propio General Alvaro ObregOn, en la plenitud
dc sus éxitos politicos personales, cayenclo abatido, coma todo ci mundo
lo sabe, por Ia mane de un fanático. Decia ci General Obregon
al Primer Jefe:
"Ahualulco, 6 de julio de 1914. Scor V. Carranza. Saltillo, Coah.
HOnrome comunicar haber ordenado pie todos los fraiies de Tepic
abandonasen Territorio por haherse comprobado quc encabezaban
partidos politicos en favor de Huerta, publicando prensa partidaria
(lei usurpacior. Respetuosarnente.—El General en Jefe, .4. Obregdn".
Pocas semanas antes, al entrar triunfantes las tropas constitucionalistas
a Monterrey, el General Villarreal habia exteriorizado sus
impetus jacobinos, hacienclo victima de un extraflo radicalismo, a varios
santos y unos confesonarios, a los que sometiO a las torturas de
una curiosa inquisición, en Ia plaza páblica, donde el fuego consumiO
hasta la ñltima astilla de tan feroces enemigos (fl.
Tal corno Ia habia ordenaclo el señor Carranza, el Cuerpo de Ejército
(lei Noreste, al mando dcl General Pablo Gonzitlez, inició su
avance de Saltillo sobre San Luis Potosi, marcha pie tuvo quc dcctuarse
lentamente por haber destruiclo en su retirada, lo poco que
en buenas condiciones encuntraron dc via, las tropas federaics. Si.
muitáneamente, ci grueso (IC la Division dcl Centre que comandaba
ci General Jesus Carranza, y que se hallaha en Tampico, euvo puerto
cayera dias atrás en poder tic la RevoluciOn, emprcndiO, también,
la martha sabre la capital potosina.
Poco antes, y aprovechando Ia desmoralizacion del Ejereito Fede-

11ISTORI.4 DEL EJERC1TO CONST/TUCIO'L4J.f5TA 569
ral, ci General Alberto Carrera Torres y otros grupos qUC operaban
en Ia zona Oriente (IC San Luis, hicieron algunas dernostraciones de
asedio sobre Ia capital dcl Estado; pet-n at meorporarse a ésta Ia colurnita
mandacla F'°' ci General José Hcfugio Velasco, constitulda
per los restos (IC las (ilvisiones federales dcl Nazas y del Bravo pie
habian evacuado Ia., plazas del None, los Jefes Bevolucionarios ci.
tados luvieron pie replegarse a sus antiguas posiciones sobre Ia Iiflea
de San Lui a Tampico.
Al General Cart-era Torres, desde hacia varies meses, por Ia facilida(I
pie suponia ci hecho (IC cl ue desarrollaba sus actividades en
las cercanias de San Luis Potosi, se Ic venian incorporando muchos
(IC los sirnl)atiza(iores dcl movirniento constitucionalista, pie no halitan
encontrado el mode de marchar antes at Campo rcvolucionario.
F:ntre estos elementos, cabe citar at Coronet e ingeniero Vito Alessio
Robles, quieri Sc presento el dia 12 de abut de 1914, en ci campamento
de Carrera Torres, prosiguiendo, luego, a Saitillo, para unirse
at Primer Jefe.
El 4 de julio acampó ci General JesUs Carranza en Cerritos, togar
situado a cien kiliSmetros de San Luis, sobre Ia via a Tampico,
mientras pie el Cuerpo de Ejército (IC' Noreste ya se encontraba en
Chareas, en Ia linea (let Nacional. En ci carnino Sc habian incorporado
at General (:arranza Ia Brigada 21 (tue comandaba ci General
JesUs Agustin Castro y las fuerzas dcl Coronet Manuel C. Lárraga.
DCSPUCS h icirroji to propin los coilt ingentes (pie rnandaba Cart-era
Torres.
Como consecuencia dcl avance combinado dcl Cuerpo de Ejército
dcl Norestc y ck Ia Division del Centre, ci dia 18 (lei mismo mes
entrarori las fucrzas dcl General Carranza a la ciudad de San Luis
Potosi, pie previamente habian evacuado las tropas federates. Al
na siguiente hicieron su arribo las columnas del Noreste, entre las
cuales se distinguia, por su organizacion y d isciplitia, la DivisiOn (IC
Caballeria pie estaba a Ins Ordenes del General Francisco Murgula,
fuerte en cuatro mil hombres.
Con Ia concentraciOn (let Cuerpo de Ejército dcl Noreste, de Ia
DivisiOn dcl Centro y de las coluninas (IC los Generates Eulalio y

570 JUAN BARRAGAN RODRIGUEZ
Luis Gutiérrez, se reunian en San Luis Potosi no menos de veinte
mll soldados constitucionalistas, prestos a cooperar en las operaciones
sobre la capital de la Repüblica.
Por orden del Primer Jefe, el General Eulallo Gutiérrez se hizo
cargo del Gobierno y de la Comandancia Miiitar del Estado de San
Luis Potosi, ci 21 del propio mes de julio, pues aun cuando no era
hijo del Estado, habia silo el más activo de los revolucionarios que
habian actuado, consantemente, en la zona, durante la lucha armada.
En Saltillo causó baja ci Coronel Jacinto B. Treviflo como Jefe
del Estado Mayor Ic Is Primers Jefatura, siendo comisionado rrnr
ci señor Carranza pars que organizara en Tampico una Brigada que
se integrarla con las fuerzas de los Jefes Francisco de P. Marie!,
Amado Azuara y algunos otros que operaban en ci Estado Ic Hidalgo.
El Coronel Treviño, al dejar el Estado Mayor, fué ascendido
al grado be General Brigadier.
Yo crel sinceramente que habia llegado ci momento dc que se inc
nombrara Jefe del Estado Mayor, por 8cr, en categoria, ci inmedia
to inferior dc Treviño. Sin embargo, algunos personajes influyeron
cerca del señor Carranza para que no se hiciera tal designaein en
mi favor, a!egando que no contaba yo ni con la clad ni con ci gra.
do que se requerian Iara ocupar tan importatite cargo. Posiblemente
hayan tenido razón mis opositores, sobre todo, en cuanto al grado
que entonces ostentaba, que era el mismo de Mayor que me concedi6
ci General Jesás Agustin Castro en los primeros mescs de la
Revolución, tal como lo referi en ci capitulo VI de este libro. Solo
que la soluciOn que se diO al caso adoleciO be uno be los defecios
que hubiera tenido mi nombramiento, pues tuvo que ascenderse al
grado de Mayor al Capitán Jesus Valdés Leal, para encargarle la
sustituciOn del Coronel Treviflo.
En el avance de las fuerzas constitucionalistas hacia San tubs Potosi,
tuvo lugar un grave suceso. En la DivisiOn del General Eulalio
Gutierrez miiital)a, como Jefe de Estado Mayor, ci Coronel Vicente
Santos, dueflo Ic un catheter violento y muy aficionado a la embriaguez.
Santos trataba al General Murgula con demasiada confianza,
adquirida cuando hicieron junto-, la campana contra los orozquistas
en is época del Gobierno del señor Madero. Yo tuve oportunidad dc

JI/STORIA DEL El ERCITO COIVSTITUCIONAL!STA 571
conocer a Vicente Santos en Saltillo, dias antes de que se desarro-
Ilaran los bcchos que paso a relatar, y pude darme cuenta de que
tenia, además, la costumbre de expresarse en términos inconvenientes
de sus superiores, inclusive del señor Carranza. El dia 5 de Julie,
los Generates Murgula y Eulalic Gutiérrez y ci Coronet Santos
se encontraron en Matehuala y juntos se fueron en automóvil a Ia
estación de Charcas, Cuartel General de Murguia. En el camino uvieron
una fuerte discusión Murgula y Santos sobre asuntos politicos,
y éste insultô a aquél: Murgula lo lltno al orden haciendole
ver que era su superior y que si no se moderaba procederia en su
contra por insubordinacion. Santos siguió en su actitud provocativa,
y entonces, al liegar al campamento de Murgula, este Jefe, sin más
trãmite, ordeno que fuera pasado por las armas ci Coronel Santos;
orden que ejecutó una escoita de las tropas del propio Murguia. Este
incidente causó indignación entre las fuerzas de Gutiérrcz, quien
persorialmente fué a Saltillo a exponer su queja ante el Primer Jefe
y el General Gonzalez, pidiendo se procediera en contra de Murgula.
El señor Carranza mondo abrir una averiguación de los heelms
para proceder como hubiera lugar; pero no juzgó conveniente
procesar en ese momento al General Murgula, ni quitarle el mando
de la Division a su cargo, tal vez porque conocia la conducta de
Santos, cuya insubordinaciôn tenia ci agravante de haberse producido
en campaña y de haber sido cometida la falta con vias de heeho.
Ya estando en Mexico, el Primer Jefe quiso que se juzgara a Murgula;
pero la campaña en contra del villismo puso punto final al
incidente....