informe sobre las migraciones en el mundo 2008 - IOM Publications

CapÍtULO 13 - CONSEGUIR LOS MEJORES RESULTADOS DE LA COOPERACIÓN A ESCALA MUNDIAL, REGIONAL Y BILATERAL
las negociaciones bilaterales sobre la facilitación y la
reglamentación de la migración laboral, identificar
las ventajas y desventajas resultantes de la apertura
de nuevos canales para los trabajadores migrantes
de determinados países y sopesar la importancia
de ciertas cuestiones migratorias (por ejemplo, la
migración irregular) para asegurar la apertura de
canales regulares para los trabajadores migrantes.
4.4 Impedimentos para los Acuerdos Bilaterales
Sería errado suponer que el número relativamente
limitado de acuerdos laborales bilaterales concertados
y en aplicación hasta la fecha es un reflejo de la
asimetría de las relaciones entre los países de origen y
de destino, en la que los primeros estarían dispuestos
a concertar acuerdos bilaterales pero carecen de la
capacidad para convencer a los segundos. Es cierto
que muchos países de destino han rechazado ofertas
de los países de origen para negociar ese tipo de
acuerdos. España rechazó 40 de esas solicitudes
(Schulman, 2003), mientras que Filipinas y la
República de Moldova no han logrado concertar
acuerdos bilaterales con algunos importantes países
de destino (por ejemplo, Arabia Saudita, en el caso
de Filipinas; y 24 países que dependen en cierto
grado de los trabajadores migrantes de la República
de Moldova, en el caso de este país) 66 . Sin embargo,
las razones de esa falta de progreso son complejas.
Algunas de las dificultades pueden derivarse del
hecho de que una serie de países adoptan una
posición de principio que consiste en no recurrir a
acuerdos bilaterales, sino adoptar un enfoque más
universal con respecto a la migración laboral, es
decir, uno que no establezca diferencias sobre la
base de la nacionalidad. 67 Otros países de destino
66 Figuran entre ellos Alemania, Bosnia y Herzegovina, Bulgaria, el Canadá,
Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Francia, Grecia, Hungría, Israel, Italia,
Kuwait, Lituania, Polonia, la República Checa, la ex República Yugoslava
de Macedonia y la entonces Serbia y Montenegro (Sleptova, 2003).
67 Esta política se califica a veces como un enfoque unilateral.
Sin embargo, los enfoques de tipo universal y unilateral no
son necesariamente iguales. En realidad, un enfoque unilateral
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han concertado acuerdos bilaterales, pero pueden no
estar dispuestos a ampliar el número de beneficiarios
por diversas razones, como reservas en relación
con países que no ocupen un lugar prominente
en su lista de prioridades, o pueden albergar otros
temores (por ejemplo, con respecto a las condiciones
del mercado laboral nacional o a las normas de un
país de origen sobre la gobernanza y los derechos
humanos). También pueden surgir obstáculos a
causa de una divergencia de opiniones entre los
países de origen y de destino sobre las condiciones
de un acuerdo bilateral, o por la falta de capacidad
institucional para celebrar la negociación y proceder
a la aplicación de esos acuerdos.
a) Preferencia por un enfoque unilateral/
universal
Algunos países de destino no sienten la necesidad
de contar con acuerdos bilaterales ya que los
trabajadores extranjeros tienen acceso a sus
mercados laborales a través de su política general
de inmigración, y los derechos de los trabajadores
migrantes están protegidos en virtud de la legislación
nacional. También pueden temer que la concertación
de acuerdos bilaterales se traduzca en la concesión
de derechos adicionales a los migrantes, que no
disfrutan los trabajadores locales.
Los países que favorecen una política de inmigración
universal y ofrecen las mismas condiciones de
acceso a trabajadores de todas las nacionalidades,
pueden considerar que los acuerdos bilaterales
son discriminatorios ya que otorgan privilegios a
sugiere que un país ha establecido su propia política sobre la
base de objetivos identificados por su gobierno. Una política
universal (que no suponga diferencias en términos del origen
de los migrantes) puede ser resultado de ese tipo de proceso
unilateral. Sin embargo, no hay nada que impida a un país
celebrar consultas con los países de origen con vistas a mejorar
su política unilateral, y que, por lo tanto, se aleje de un enfoque
exclusivamente unilateral (véase también el Capítulo 11 y la
exposición relativa a la adopción de políticas “propicias para el
desarrollo”).