La pureza, en una pastilla de jabón

44 ■ SOCIEDAD
Aprovechar los productos de la zona y la maravillosa
naturaleza que les rodea es la baza con la
que las monjas del Monasterio de Armenteira, en
Meis, elaboran sus variados y originales jabones.
AMAIA MAULEÓN ■ Vigo
“OraetLabora”.LaReglade
San Benito es la que se practica
en los monasterios y conventos
de vida consagrada. Monjas y
monjes elaboran en la mayoría de
ellos dulces y licores para tener
una fuente de ingresos.Sin embargo,
la crisis económica también
ha traspasado los tranquilos muros
de estos lugares y sus moradores
tienen muchas veces problemas
para vender sus productos
de los que,en ocasiones,depende
su supervivencia.La innovación y
la venta por internet es una opción
a la que cada vez se unen
más comunidades religiosas y
que supone acercarse, desde su
pequeña tienda en el monasterio,
a los hogares del mundo entero.
Las monjas del Monasterio de
Armenteira, en Meis, son unas de
las más innovadoras de toda España
ya que en lugar de los típicos
dulces que se elaboran en la
mayoría de los monasterios, ellas
han apostado por los jabones naturales,
fabricados con los ingredientes
que les ofrece la maravillosa
naturaleza que rodea el lugar.
Ocho monjas –la más joven
de 40 años y la mayor de 92– forman
parte de esta comunidad
que rehabilitó en 1989 el monasterio
pontevedrés y elaboran desde
hace nueve años jabones que,
cada temporada, renuevan con
esmero y mucha imaginación.“Habíamoshecho
antes ensayos con
mermeladas y con pescado
en conserva pero
se nos ocurrió aprovechar
las plantas medicinales
y los productos de
la zona y hacer jabones”,
recuerda la hermana
Paula,una de las dos únicas
gallegas de esta comunidad.
Las ocho están sumamente
implicadas en el
trabajo:“Unas nos encargamos
de la elaboración
en sí de los jabones,otras
del etiquetado, otra del
diseño, del montaje de
las cajas... es un trabajo
muy comunitario, muy
monástico, y lo hacemos
con todo el cariño del
mundo, que creemos que es algo
que también se transmite en el
producto”,aseguran.
Ese afán por promocionar lo
auténtico les llevó a probar con
una de las flores más características
de la comarca,la camelia,y el
jabón hecho con ella se ha convertido
en la estrella de la tienda.
“El Centro fitopatológico de Areeiro
nos proporciona el aceite de
camelia,que tiene unas propiedades
antioxidantes muy buenas y
endurece las uñas”, destaca la
hermana.
Tienen una línea de jabón de
aceites vegetales, elaborados todos
con proteína de millo, y otra
línea de jabones de glicerina,con
siete clases distintas.“Los de glicerina
tienen un proceso de elaboración
más rápido, mientras que
los de aceites vegetales son más
complicados, sobre todo por la
necesidad de secado que,en Gali-
Camelia, castaña, eucalipto y aloe vera son algunos
de los más demandados pero, en tiempos de
crisis, las ventas se resienten también en los monasterios.
Las religiosas, que precisan de estos in-
La pureza, en una pastilla de jabón
Las monjas del Monasterio de Armenteira, en Meis, elaboran artesanalmente jabones
aprovechando las camelias, las castañas, la miel de la zona y las plantas de su jardín
Las hermanas Lourdes y Paula, en la tienda del Monasterio de Armenteira con sus jabones. // Iñaki Abella
Jabón de castaña y, a la
derecha, la hermana Paula con
las hierbas del jardín. // I. Abella
cia, es a veces casi imposible”,
describe la hermana Paula.
Las religiosas aseguran que les
gusta estar“muy al día”en temas
de cosmética natural.“La gente
que viene al monasterio siempre
pregunta si tenemos algo nuevo y
nos gusta cada año ofrecer
algo original”, explican.Este
año han experimentado
con el de rosa
mosqueta. El paisaje rodeado
de castaños también
se refleja en su popular
jabón de castaña.
“Usamos también la miel
del Castrove,aloe vera de
nuestro jardín, eucalipto,
romero...”,añaden.
Cuando estas religiosas
rehabilitaron el monasterio
del siglo XII, reservaron
una de las estancias
con techos altos
para la elaboración de
los jabones.“La verdad es
que no necesitamos instrumentos
muy complejos;tan
solo tenemos una
cocina para calentar al
baño María los ingredientes,
batidoras, básculas de
precisión y una temperatura ambiente
adecuada”, explica la hermana
Paula. Sin embargo, pronto
quieren empezar a experimentar
con cremas“y para eso ya necesitamos
un taller que estamos construyendo”,adelantan.
Las religiosas advierten que
notan mucho los efectos de la crisis.“Hemos
empezado a promo-
cionar nuestros jabones en páginas
web y, además, intercambiamos
productos con otros monasterios
de la misma orden como el
del Sobrado o el de los monjes de
Oseira. Somos empresarias pero
lo nuestro es vivir de la fe y ser
mujeres sabias y transmitir a la
gente salud y limpieza por fuera y
por dentro. Jesús era bálsamo para
los pobres y nosotras queremos
ser bálsamo a través de estos jabones
elaborados con mucho cariño”,explican.
Esas bendiciones se las escriben
con especial cariño a los jabones
que empaquetan para detalles
de bodas.“Ojalá los matrimonios
para los que hemos hecho
estos jabones funcionen muy
bien”,sonríen.
FARO DE VIGO
DOMINGO, 23 DE JUNIO DE 2013
gresos para su subsistencia, idean cada año nuevas
propuestas. La venta de sus productos en páginas
de internet y el intercambio con otros monasterios
les ayudan a abrirse al mundo.
Las ventas, de
la clausura al
mundo en un clic
En España existen hoy alrededor
de 950 monasterios y
conventos dedicados a la oración
y la vida en común. El
número de monjes está en torno
a los 1.000 y el de monjas
supera ligeramente las 13.000.
Hace unos años, los dulces
elaborados por ellos mismos
en estos tranquilos lugares sólo
se podían adquirir cuando
se visitaba el monasterio. Hoy
existen varias páginas web
que permiten comprar desde
casa toda una serie de productos
artesanales de alta calidad
y producción limitada.
UnadeellaseslaFundación
Amplexus (www.monasteriosyconventos.com),
que
promociona sin ánimo de lucro
los jabones de Armenteira
y también los dulces del Monasterio
del Divino Pastor, en
Ferreira de Pantón, Lugo. Destacan
también declausura.com
y Monasterium.com.
“No existe un comercio
más justo que el de los monasterios;
lo que ganamos
con las ventas es para nuestras
necesidades básicas y para
pagar a dos personas de la
aldea que tenemos contratadas
y, cuando podemos, mandamos
también dinero a Cáritas”,apunta
la hermana Paula,
de Armenteira.