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México Bárbaro! - Webgarden

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gobierno sobre la prensa, relativamente pocos crímenes de los jefes políticos son conocidos<br />

por el público; durante mi reciente visita a <strong>México</strong>, en el invierno y la primavera de 1909,<br />

los periódicos publicaron, con amplitud de detalle, dos matanzas en gran escala ocasionadas<br />

por jefes políticos. Una de ellas fue la de Tehuitzingo, donde 16 ciudadanos fueron<br />

ejecutados sin formación de juicio; la otra ocurrió en Velardeña donde, por efectuar una<br />

manifestación pública a despecho del jefe político, muchos fueron muertos a tiros en las<br />

calles y se estima que entre 12 y 32 más fueron capturados, puestos en línea y fusilados, y<br />

enterrados después en zanjas que antes de la ejecución les habían obligado a cavar.<br />

Lo que sigue es un comentario sobre el asunto de Tehuitzingo, publicado en el mes de abril<br />

por El País, diario católico conservador de la Ciudad de <strong>México</strong>:<br />

Terribles relatos han llegado a esta capital respecto a lo que sucede en Tehuitzingo, distrito<br />

de Acatlán, Estado de Puebla. Se dice con insistencia que 16 ciudadanos han sido<br />

ejecutados sin formación de causa y que muchos otros serán condenados a 20 años de<br />

reclusión en la fortaleza de San Juan de Ulúa.<br />

¿Cuáles son las causas que han originado esta bárbara persecución; que ha manchado de<br />

nuevo nuestro suelo con la sangre del pueblo?<br />

Es el feroz caciquismo que oprime al pueblo con pesado yugo y que lo ha privado de todos<br />

los beneficios de la paz.<br />

Pedimos, en nombre de la ley y de la humanidad, que cese esta hecatombe; pedimos que los<br />

culpables sean sometidos a juicio justo y sereno de acuerdo con la ley. Pero entre esos<br />

culpables deben ser incluidos los que provocaron el desorden, los que condujeron al pueblo<br />

a la desesperación, al pisotear sus derechos. Si el jefe político se atrevió a desafiar la ley<br />

imponiendo una elección, es tan culpable o más que los alborotadores y debe obligársele a<br />

que comparezca con ellos ante las autoridades para responder de sus actos.<br />

Esta es la expresión más violenta que se pennite aparecer en una publicación mexicana y<br />

hay pocos periódicos que se atrevan a llegar hasta ese punto. El País hubiera querido cargar<br />

la culpa en el general Díaz, como fundador que es y mantenedor de esos reinecillos de los<br />

pequeños zares, los jefes políticos; pero no se atrevió a hacerlo, puesto que en <strong>México</strong> el<br />

rey no puede equivocarse; en toda la República no hay una publicación tan fuerte que no<br />

pueda ser suprimida de golpe si criticara directamente a la cabeza del gobierno. El<br />

comentario de El Tiempo -otro diario conservador importante de la capital-, sobre la<br />

matanza de Velardeña, aparecido también en abril; expresó lo siguiente:<br />

Estas ejecuciones irregulares son causa de profundos disgustos y debe ponérsele un<br />

inmediato hasta aquí en bien del prestigio de las autoridades. Para lograr ese fin, es<br />

necesario que los autores de tales atropellos sean severamente castigados, como suponemos

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