México Bárbaro! - Webgarden
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adicalmente a <strong>México</strong>, ya que cada uno de los capítulos que conforman esta obra,<br />
introduce al lector en las causas que generaron la explosión revolucionaria de principios del<br />
siglo XX.<br />
Prefacio<br />
Desde la primera edición de este libro -hace menos de cuatro meses que fue impreso-, las<br />
dos profecías que contiene se han cumplido: Decía que <strong>México</strong> está a punto de iniciar una<br />
revolución en favor de la democracia y que los Estados Unidos intervendrán con fuerzas<br />
armadas, si es necesario, para sostener a Díaz o a un sucesor dispuesto, a continuar su<br />
asociación especial con el capital norteamericano.<br />
En el momento de escribir estas líneas hay cerca de treinta mil soldados norteamericanos<br />
que patrullan la frontera mexicana, y barcos de guerra de los Estados Unidos navegan en la<br />
proximidad de puertos mexicanos. Aunque ni un solo soldado llegue a cruzar la línea, ni los<br />
barcos disparen un solo tiro, se trata de una intervención efectiva. El propósito declarado es<br />
el de aplastar la Revolución mediante el cierre de sus fuentes de aprovisionamiento; e<br />
impedir que los patriotas mexicanos residentes en los Estados Unidos vayan a luchar por la<br />
libertad de su país.<br />
La acción de movilizar las tropas fue tomada por el presidente Taft sin tener en cuenta los<br />
deseos del pueblo norteamericano y sin ofrecer a éste las explicaciones debidas. La<br />
incautación por las tropas de los abastecimientos para la Revolución y el arresto de reclutas<br />
revolucionarios son contrarios no solamente a todas las tradiciones de libertad política<br />
sobre las que se supone que está basado este país, sino que son ilegales, criminales y<br />
punibles, con multa y prisión según las leyes de los Estados Unidos. No constituye<br />
violación de ninguna ley estatal o federal el enviar a <strong>México</strong> alimentos, ni aun armas y<br />
municiones, con la clara intención de venderlos a los revolucionarios. Sin la proclamación<br />
formal de la ley marcial, las autoridades militares no tienen el derecho de transgredir las<br />
leyes civiles, y si lo hacen están sujetas a multa y prisión por detención ilegal.<br />
En la frontera no se ha proclamado la ley marcial; las autoridades militares a diario violan<br />
allí las leyes; pero las autoridades civiles están acobardadas, el pueblo está también<br />
acobardado y parece que las víctimas, mexicanas o norteamericanas, no obtienen<br />
compensación alguna. Por capricho del Ejecutivo se han subvertido la ley y la autoridad<br />
civil y, respecto a la situación mexicana, los Estados Unidos se han convertido en una<br />
dictadura militar tan siniestra e irresponsable como la del propio Díaz.<br />
¿Y para qué se hizo todo esto? Para mantener una esclavitud más cruel que la que existió en<br />
nuestros Estados del Sur; para apoyar a una tiranía política cien veces más injusta que<br />
aquella contra la que lucharon nuestros hombres del 76. Si se permite que de este modo<br />
continúe la política de la administración de Taft, tales propósitos serán alcanzados. Hasta<br />
ahora la Revolución se ha retardado tanto que, aunque al fin gane, tendrán que morir