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México Bárbaro! - Webgarden

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con el de otros países latinoamericanos. Entre las personas que han viajado con frecuencia<br />

por Argentina, Chile, Brasil y aun Cuba, existe la opinión coincidente de que <strong>México</strong> es el<br />

más atrasado de los cinco ..., en materia de gobierno, en materia de educación pública y aun<br />

de industrialización. ¿Quién hizo a la Argentina? ¿Quién hizo a Chile? ¿Quién hizo al<br />

Brasil? ¿Por qué no encontramos un hacedor de estos países? Lo cierto es que la<br />

modernización que <strong>México</strong> ha logrado durante los últimos 34 años tiene que atribuirse a la<br />

evolución, es decir, al progreso general del mundo, y de ningún modo a Porfirio Díaz. En<br />

general, éste ha sido una fuerza reaccionaria, y sus pretensiones de progresista se fundan<br />

sobre un hecho: haber alentado al capital extranjero.<br />

- ¡Díaz, el pacificador, el más grande pacificador, más grande que Roosevelt! -exclamaba<br />

hace poco un político norteamericano en un banquete que se efectuó en la capital mexicana-<br />

. Estas expresiones, eran sólo el eco de voces más altas. Recuerdo haber leído, no hace<br />

mucho tiempo, la noticia de que la American Peace Society había designado a Porfirio Díaz<br />

como su vicepresidente honorario en consideración a que éste había establecido la paz en<br />

<strong>México</strong>. Tal teoría parece consistir en que la historia de <strong>México</strong>, anterior a Díaz, estuvo<br />

llena de guerras y de cambios violentos de gobierno, bajo Díaz no han ocurrido<br />

levantamientos violentos de largo alcance, por lo que necesariamente Díaz es una criatura<br />

humanitaria, semejante a Cristo, que se estremece ante la sola mención de derramamiento<br />

de sangre, y cuya bondad es tan ejemplar que ninguno de sus súbditos puede hacer otra<br />

cosa que imitarlo.<br />

En respuesta a todo ello sólo será necesario recordar al lector mis relatos de cómo Díaz<br />

empezó su carrera de estadista, de cómo perturbó la paz de <strong>México</strong>, y de cómo ha estado<br />

alterando la paz desde entonces, mediante una guerra sangrienta contra los movimientos<br />

democráticos respetables de su pueblo. Ha mantenido la paz -si a ello se puede llamar<br />

mantener la paz-, con el recurso de asesinar a sus oponentes en cuanto éstos han asomado<br />

sus cabezas sobre el horizonte. Tal es lo que el escritor mexicano De Zayas llama paz<br />

mecánica, la cual carece de la virtud de que sus frutos lleguen a madurar bajo su sombra, ni<br />

determina la felicidad de la nación, ni la prepara para alcanzarla. La prepara sólo para una<br />

violenta revolución.<br />

Durante más de 20 años, antes que llegara al poder supremo de <strong>México</strong>, Díaz había sido<br />

soldado profesional y casi de modo continuo estuvo en campaña. Las guerras de aquellos<br />

tiempos no fueron de ninguna manera innecesarias; <strong>México</strong> no luchó tan sólo porque<br />

estuviera en el carácter mexicano el buscar siempre dificultades, lo cual es inexacto; Díaz<br />

luchó en la Guerra de Tres Años, que liberó al país de la garra asfixiante de la Iglesia<br />

católica y logró establecer una verdadera constitución republicana. Más tarde luchó en la<br />

guerra contra Maximiliano, que terminó con la ejecución del príncipe austriaco a quien los<br />

ejércitos de Napoleón III habían impuesto como emperador.

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