10.08.2013 Views

México Bárbaro! - Webgarden

México Bárbaro! - Webgarden

México Bárbaro! - Webgarden

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

El presidente Díaz simuló investigar y pronunció su fallo; pero éste consistió en ordenar<br />

que la fábrica reanudara sus operaciones y que los obreros volvieran a trabajar jornadas de<br />

13 horas sin mejoría alguna en las condiciones de trabajo.<br />

Fieles a su promesa los huelguistas de Río Blanco se prepararon a acatar el fallo, pero se<br />

hallaban debilitados por el hambre, y para trabajar necesitaban sustento. En consecuencia,<br />

el día de su rendición, los obreros se reunieron frente a la tienda de raya de la empresa y<br />

pidieron para cada uno de ellos cierta cantidad de maíz y frijol, de manera que pudieran<br />

sostenerse durante la primera semana hasta que recibieran sus salarios.<br />

El encargado de la tienda se rió de la petición. A estos perros no les daremos ni agua, es la<br />

respuesta que se le atribuye. Fue entonces cuando una mujer, Margarita Martínez, exhortó<br />

al pueblo para que por la fuerza tomase las provisiones que le habían negado. Así se hizo.<br />

La gente saqueó la tienda, la incendió después y, por último, prendió fuego a la fábrica, que<br />

se hallaba enfrente.<br />

El pueblo no tenía la intención de cometer desórdenes; pero el gobierno sí esperaba que<br />

éstos se cometieran. Sin que los huelguistas lo advirtieran, algunos batallones de soldados<br />

regulares esperaban fuera del pueblo, al mando del general Rosalío Martínez, nada menos<br />

que el subsecretario de Guerra mismo. Los huelguistas no tenían armas; no estaban<br />

preparados para una revolución que no habían deseado causar; su reacción fue espontánea<br />

y, sin duda, natural. Un funcionario de la compañía me confió después que tal reacción<br />

pudo haber sido sometida por la fuerza local de policía, que era fuerte. No obstante,<br />

aparecieron los soldados como si surgieran del suelo. Dispararon sobre la multitud descarga<br />

tras descarga casi a quemarropa. No hubo ninguna resistencia. Se ametralló a la gente en las<br />

calles, sin miramientos por edad ni sexo; muchas mujeres y muchos niños se encontraron<br />

entre los muertos. Los trabajadores fueron perseguidos hasta sus casas, arrastrados fuera de<br />

sus escondites y muertos a balazos. Algunos huyeron a las montañas, donde los cazaron<br />

durante varios días; se disparaba sobre ellos en cuanto eran vistos. Un batallón de rurales se<br />

negó a disparar contra el pueblo; pero fue exterminado en el acto por los soldados en cuanto<br />

éstos llegaron.<br />

No hay cifras oficiales de los muertos en la matanza de Río Blanco; si las hubiera, desde<br />

luego serían falsas. Se cree que murieron entre 200 y 800 personas. La información acerca<br />

de la huelga de Río Blanco la obtuve de muchas y muy diversas fuentes: de un funcionario<br />

de la propia empresa; de un amigo del gobernador, que acompañó a caballo a los rurales<br />

cuando éstos cazaban en las montañas a los huelguistas fugitivos; de un periodista<br />

partidario de los obreros, que había escapado después de ser perseguido de cerca durante<br />

varios días; de supervivientes de la huelga y de otras personas que habían oído los relatos<br />

de testigos presenciales.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!