Síndrome de Asperger: Una guía para los profesionales - Aetapi

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08.08.2013 Views

Una Guía para los profesionales de la educación Asociación Española de Profesionales del Autismo (AETAPI) (www.aetapi.com) esta acometiendo el análisis de las condiciones de aplicación y validez de pruebas diagnósticas disponibles en español, al igual que los criterios que podrían orientar al profesional a la hora de diseñar sus protocolos de evaluación, con el fin de lograr bases amplias y compartidas de información. - Seguir las recomendaciones recogidas en las Guías de buenas prácticas. El proceso diagnóstico del SA implica aspectos comunes con otros TEA, y por tanto se puede beneficiar de las recomendaciones de buenas prácticas publicadas tanto a nivel internacional (ver, por ejemplo, las recomendaciones y Guías de la Academia Americana de Neurología –Filipeck y cols., 1999; la NAS –Le Couteur, 2003–) como nacional. El GETEA, grupo de estudios enclavado en el Instituto de Salud Carlos III - Ministerio de Sanidad y Consumo (http:// iier.isciii.es/autismo), ha publicado la Guía de Buena Práctica para la detección (Hernández y cols., 2005) y la Guía de Buena Práctica para el diagnóstico (Diez Cuervo y cols., 2005), que incluyen útiles recomendaciones para proceder en relación con la detección y el diagnóstico. - Emitir informes diagnósticos escritos, razonados y con orientaciones, que estén fundamentados en las observaciones y resultados de las evaluaciones y pruebas aplicadas. El informe diagnóstico se debe complementar con el análisis de las necesidades más importantes de la persona y con orientaciones concretas y precisas tanto sobre la intervención sugerida como sobre los apoyos necesarios (programas educativos, programas conductuales, apoyos en la familia y la comunidad, etc.). - Proporcionar apoyo específico a la familia, especialmente en los momentos posteriores al diagnóstico. Una iniciativa importante en este sentido es la elaboración de guías que informen y orienten a la familia que acaba de recibir un diagnóstico de TEA para sus hijos (ver Bohórquez y cols., 2007, Anexo 1: Bibliografía comentada). - Aumentar la formación. La correcta aplicación de los criterios e instrumentos diagnósticos, y el desarrollo de valores éticos relativos a la práctica profesional, necesitan acciones estratégicas de formación de los profesionales dirigidas a la red de orientación escolar en general, y a los equipos específicos de trastornos generalizados del desarrollo en particular, con el fin de asegurar el cumplimiento de las condiciones de buena práctica. 44

45 NECESIDAD Nº 3: EVALUACIONES PSICOPEDAGÓGICAS COMPLETAS PARA DETERMINAR NECESIDADES DE APOYO EDUCATIVO ESPECÍFICAS Evidencias previas Síndrome de Asperger: Necesidades El diagnóstico clínico es un requisito necesario en muchos países (como España) para que las administraciones reconozcan las especiales necesidades de atención de ciertas personas y les provean de recursos. En el ámbito educativo, la determinación de las «necesidades educativas especiales» (según establece la Ley Orgánica de Educación) permite acceder a los apoyos fijados por la legislación. Pero el diagnóstico clínico es la fase inicial de un proceso de evaluación psicopedagógica más extenso cuyo objetivo último es la intervención, es decir, la planificación de estrategias de intervención dirigidas a lograr la plena inclusión y la calidad de vida. La evaluación psicopedagógica debe ir más allá del déficit y definir la discapacidad, es decir, las limitaciones en el funcionamiento de una persona delimitando puntos fuertes y dificultades, déficits y capacidades porque «los programas se deben diseñar a partir de los individuos, no de las etiquetas» (Volkmar y Klin, 2005, p.11 del manuscrito). La evidencia revisada, como hemos visto en el Capítulo 1, demuestra que las personas con SA, al igual que las personas con otros TGD, presentan un funcionamiento muy desigual, con «picos» de habilidades, pero también «valles» o déficits marcados. Pero además, hay que describir el funcionamiento de la persona en los contextos donde se desenvuelven, lo que implica valorar las condiciones del entorno escolar y familiar. Comprender la importancia que tienen los contextos en las personas con SA o AAF si bien no es algo novedoso, nos permite apreciar que cuando el entorno escolar y social se hace accesible «mentalmente» y se moviliza para prestar los apoyos que cada uno necesita, vemos más a la persona que a su discapacidad. Si por el contrario, el entorno se encentra lleno de «barreras» del tipo que sean: comunicativas, sociales, materiales, económicas…que dificultan el acceso a los aprendizajes o a la participación, la discapacidad sobresale por encima de la persona. Desde esta perspectiva contextual, la evaluación psicopedagógica permite identificar las «barreras para el aprendizaje y la participación» (ver Ainscow, 2001, Anexo 1: Bibliografía comentada) y consecuentemente determinar los apoyos necesarios para mejorar el funcionamiento adaptativo individual y la integración en la sociedad.

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NECESIDAD Nº 3: EVALUACIONES PSICOPEDAGÓGICAS<br />

COMPLETAS PARA DETERMINAR NECESIDADES DE<br />

APOYO EDUCATIVO ESPECÍFICAS<br />

Evi<strong>de</strong>ncias previas<br />

<strong>Síndrome</strong> <strong>de</strong> <strong>Asperger</strong>: Necesida<strong>de</strong>s<br />

El diagnóstico clínico es un requisito necesario en muchos países (como<br />

España) <strong>para</strong> que las administraciones reconozcan las especiales necesida<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong> atención <strong>de</strong> ciertas personas y les provean <strong>de</strong> recursos. En el ámbito<br />

educativo, la <strong>de</strong>terminación <strong>de</strong> las «necesida<strong>de</strong>s educativas especiales» (según<br />

establece la Ley Orgánica <strong>de</strong> Educación) permite acce<strong>de</strong>r a <strong>los</strong> apoyos fijados<br />

por la legislación.<br />

Pero el diagnóstico clínico es la fase inicial <strong>de</strong> un proceso <strong>de</strong> evaluación<br />

psicopedagógica más extenso cuyo objetivo último es la intervención, es <strong>de</strong>cir,<br />

la planificación <strong>de</strong> estrategias <strong>de</strong> intervención dirigidas a lograr la plena<br />

inclusión y la calidad <strong>de</strong> vida.<br />

La evaluación psicopedagógica <strong>de</strong>be ir más allá <strong>de</strong>l déficit y <strong>de</strong>finir la<br />

discapacidad, es <strong>de</strong>cir, las limitaciones en el funcionamiento <strong>de</strong> una persona<br />

<strong>de</strong>limitando puntos fuertes y dificulta<strong>de</strong>s, déficits y capacida<strong>de</strong>s porque «<strong>los</strong><br />

programas se <strong>de</strong>ben diseñar a partir <strong>de</strong> <strong>los</strong> individuos, no <strong>de</strong> las etiquetas»<br />

(Volkmar y Klin, 2005, p.11 <strong>de</strong>l manuscrito). La evi<strong>de</strong>ncia revisada, como<br />

hemos visto en el Capítulo 1, <strong>de</strong>muestra que las personas con SA, al igual que<br />

las personas con otros TGD, presentan un funcionamiento muy <strong>de</strong>sigual, con<br />

«picos» <strong>de</strong> habilida<strong>de</strong>s, pero también «valles» o déficits marcados.<br />

Pero a<strong>de</strong>más, hay que <strong>de</strong>scribir el funcionamiento <strong>de</strong> la persona en <strong>los</strong><br />

contextos don<strong>de</strong> se <strong>de</strong>senvuelven, lo que implica valorar las condiciones <strong>de</strong>l<br />

entorno escolar y familiar. Compren<strong>de</strong>r la importancia que tienen <strong>los</strong> contextos<br />

en las personas con SA o AAF si bien no es algo novedoso, nos permite apreciar<br />

que cuando el entorno escolar y social se hace accesible «mentalmente» y se<br />

moviliza <strong>para</strong> prestar <strong>los</strong> apoyos que cada uno necesita, vemos más a la persona<br />

que a su discapacidad. Si por el contrario, el entorno se encentra lleno <strong>de</strong><br />

«barreras» <strong>de</strong>l tipo que sean: comunicativas, sociales, materiales,<br />

económicas…que dificultan el acceso a <strong>los</strong> aprendizajes o a la participación,<br />

la discapacidad sobresale por encima <strong>de</strong> la persona.<br />

Des<strong>de</strong> esta perspectiva contextual, la evaluación psicopedagógica permite<br />

i<strong>de</strong>ntificar las «barreras <strong>para</strong> el aprendizaje y la participación» (ver Ainscow,<br />

2001, Anexo 1: Bibliografía comentada) y consecuentemente <strong>de</strong>terminar <strong>los</strong><br />

apoyos necesarios <strong>para</strong> mejorar el funcionamiento adaptativo individual y la<br />

integración en la sociedad.

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