- Page 1 and 2: Librodot En busca del tiempo perdid
- Page 3: momento los criados se levantarán,
- Page 7 and 8: el corazón palpitante; hasta que l
- Page 9 and 10: campanada que llamaba a la cena me
- Page 11 and 12: arrugas, cruzadas, si tenía que sa
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- Page 15 and 16: perder el tren si tiene que ir cami
- Page 17 and 18: conocía en la misma época, como s
- Page 19 and 20: otellas de vino de Asti), mi tía,
- Page 21 and 22: impresión extraña. Los pensamient
- Page 23 and 24: Buena manera tenía de educar a sus
- Page 25 and 26: molestar a mamá en presencia del s
- Page 27 and 28: que se molesta al verse perseguida
- Page 29 and 30: de café y del de pistacho. «Los d
- Page 31 and 32: limpio con que se te ponga malo? Ya
- Page 33 and 34: a mamá, que conmigo no se dejaba n
- Page 35 and 36: cualquier cosa de esas viejas que e
- Page 37 and 38: sumidas en la oscuridad: en la base
- Page 39 and 40: mis oídos y mi atención contra lo
- Page 41 and 42: del Espíritu Santo, a la que daba
- Page 43 and 44: costumbre de pensar en alta voz, ya
- Page 45 and 46: tía, y más vivo agrado, porque a
- Page 47 and 48: -¡No, señora, no! Mi tiempo vale
- Page 49 and 50: decían que habían ustedes encontr
- Page 51 and 52: hubieran estado puestos en un inmen
- Page 53 and 54: entre las flores y la piedra negruz
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mamá y no volver a verla, mostráb
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una aplicación constante y altiva,
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verla, y en el fondo admiraba a su
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Otras veces no me paraba en el bosq
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que el amor inspira, el nombre de u
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diabólica que debía corresponder
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estaba en mi corazón, que dos hora
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que parecía una lámina de Tratado
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hondamente ocultas en mi interior,
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Si cuando yo estaba leyendo un libr
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Francisca comparar un hombre a un l
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Antes de verlos, sólo al oír su n
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que mi tía había llevado una juve
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venía a decir lo mismo que yo escr
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Swann, y que, por reacción contra
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Mientras que yo estaba leyendo en e
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acerca de la parroquia de Combray),
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Teodoro le habrá enseñado a usted
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prodigadas a Eulalia. Y para Franci
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sábado hubiera tenido que esperar
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con su hija a nuestro lado. Persona
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de esos que todavía oigo algunas v
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Francisca a quien participaba sus s
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disfrutara de sus favores y que le
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dado su vida sin una queja por su h
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animación y fervor extraordinarios
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oído no percibe otra música que l
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imaginación de Legrandin que le re
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implorar juntos, con patética obst
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-Yo creí que ya lo sabía usted, L
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Ante nosotros un camino, con dos fi
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anuncian la proximidad de un poblad
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La miré primero con esa mirada que
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Le hubiera gustado ver a Swann, y v
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extensión, y yendo a morir a mis p
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pueda llegar algún día a vivir en
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débiles y calmosas. Pero salíamos
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Si el tiempo estaba malo, ya desde
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dorados, que lavó el chaparrón, l
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de un placer siempre idéntico. Ni
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de los últimos años, pobres obras
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. -Y ese retrato de mi padre, siemp
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ademanes de amabilidad que entremet
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celeste, por entre tierras negras y
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extraña, ineludible y funesta. Y a
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me los representaba, ora en un tapi
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descorazonado renunciaba por siempr
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En cuanto a la propia señora de Gu
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que me causaban y además porque me
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Martinville, volví la cabeza, y ot
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durante ciertos períodos, y que se
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Porque muchas veces he tenido deseo
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desiertas sus mesas, tanto que si a
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Claro que el .cogollito. no guardab
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dependía de la elección de Papa q
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corno las que tiene todo el mundo,
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cosas, estar iniciada. ¡Qué diver
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Así, siguiendo el consejo que su p
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estado juntos en cualquier sitio al
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se conservan; pero como no lo logra
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-¡Ah !, me alegro de que sepa uste
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desapareció. Anheló con toda el a
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Odette, ésta contestó. Sí, muy h
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valerosamente a los que no opinan c
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hubiera hecho desertar.. Dicen que
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ella le reconocía a marcharse junt
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esa virgen, a la que atribuía un p
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embargo, este parecido la revestía
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Así, el sencillo funcionamiento de
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tarde a casa de los Verdurin. Y no
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mismo, una necesidad absurda que po
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quiso dejar a su pensamiento tiempo
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que casi podía llamarse felicidad.
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acariciarte?; y él se enfadaba, y
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porque le revelaba de pronto que la
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mismo que un hombre culto aprecia p
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Consideraba como una minoría super
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legustaba decirse que lo hacía por
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Swann, sin embargo, hubiera debido
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según su fraseología, y que andab
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que había muerto hacía poco, y Sw
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volviera a tomar billetes para ir c
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Trémoille, tan amigos de Swann; la
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perfectamente documentada por lo bi
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Le estoy asistiendo una artritis se
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-Yo te diré .repuso la señora. qu
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dificultades materiales con menos l
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Decíase Swann que aquel encanto de
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pared hasta llegar debajo de la ven
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estado simulando hacia Odette una e
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los golpes en los cristales. Swann
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placer de pasar un rato juntos, muy
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hubiera usted dejado también el co
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-Odette, usted se viene con nosotro
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esa mujer se cree que le gusta el A
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no ha llegado a comprender que hay
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Pero si no lo lograba, el señor Ve
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visto, sobre todo de que hubiera vi
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parecía sospechoso. Si le oía cit
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en cambio, se enriquecían; al abso
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fácilmente, podía alquilar una ca
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amante, reconocida y satisfecha, y
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si había decidido de qué color qu
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Su amor lo había desprendido de ta
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frecuencia, si era bastante mandarl
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el estudiante de estética que inte
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Al otro día, sin atreverse a hacer
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-No, no vale la pena molestarse en
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libertad. .Si no me quisiera un poc
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de las cuadras, como jardineros col
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nombre. Atravesó entonces una pequ
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Padua, aquella Injusticia junto a l
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casa de su tía la duquesa de Guerm
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sentimentalismo. Mientras tanto, la
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Laumes era de éstas. Le sucedía,
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mi tiempo .contestó la señora de
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Ahí tiene usted a Swann, que está
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ato con usted es que usted no está
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le representaban más dolorosamente
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-Quizá los quiere, sin gran pena,
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que se le abre al pianista no es un
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seguida, cariñosamente, el piano?
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de Swann, pero que le daba la dulzu
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hasta en las más tristes circunsta
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indelicados de otra persona, ella l
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No podía separarlos en su ánimo y
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determinada mujer, pero quedaban a
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de que aquella noche ya no le sonsa
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si se enteraba de esos hechos, aque
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no nos conocíamos mucho tú y yo,
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está aquí mejor que en su casa. Y
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Y, arrastrada por lo sincero de su
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mucho no haberse dado cuenta del mo
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que en el fondo de los abismos del
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verdad, aquel que yo me imaginaba l
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dándome prisa a vestirme, habría
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como un viejo cacharro normando que
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transcurren. Y ni siquiera desde el
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ilustrador delante del pórtico, co
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dolorosamente cerca de mí condensa
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todo el mundo se acercaba al río,
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creencia de que yo era para Gilbert
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comprarle, porque, según dijo con
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impaciencia y de aburrimiento al ve
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Respondía cortésmente a los salud
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enunciado yo. Y si, con verosímil
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antes, porque por un descuido mío
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medio de su relato, tan árido para
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Seguíamos andando hasta que, al ll
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desembocar por el paseo que viene d
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anónimos de sus paseos por el Bosq
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esa maravilla de las mujeres hermos
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la estación y el tiempo más que c