D01DO fi - Diario de Mallorca

2-D LA ALMUDAINA Domingo, 16 de marzo de 2008 / Diario de Mallorca
◗ REPORTAJE
Imagen aérea del Castell de Bellver, uno de los centros de actividad de aquella efeméride.
La noticia de la guerra tardó 15 días en llegar
➔
Viene de la portada
A todo ello había que sumar el desgobierno y las
injusticias provocadas durante el período de Godoy.
Además, en el año 1807 unos grandes temporales
arruinaron campos, cultivos y caminos.
Una figura destacada de ese período fue el
mallorquín Miguel Cayetano Soler, responsable
de la Hacienda en tiempos de Godoy. Su política
para evitar la quiebra del Estado consistió en recortar
y crear impuestos. El del cuartillo del vino,
que afectaba directamente a los más pobres,
provocó una verdadera insurrección popular.
Cuando cayó Godoy, las turbas asaltaron la casa
de todos aquellos parientes suyos que disfrutaban
de cargos y privilegios en Palma. Se quemaron
cuadros, retratos e incluso las calesas en pleno
Born. Soler tuvo una muerte infortunada. Al
año siguiente, huyendo de la guerra, se refugió
en un pueblo de La Mancha. Allí le tomaron por
un general francés, y cuando él quiso deshacer el
equívoco y reveló su identidad, la gente identificó
al responsable del impuesto del vino y lo linchó.
La caída de Godoy tras el motín de Aranjuez
aquel mismo año supuso también un cambio para
otro personaje. Jovellanos, recluido en Bellver
por sus ideas liberales, sale en libertad y es
aclamado en Palma como un héroe.
Otro mallorquín importante era Pedro Caro
Sureda, marqués de la Romana. El año anterior
había marchado en apoyo de Napoleón al mando
de una fuerza de 14.000 hombres. Pasó por
Hamburgo y se instaló en Dinamarca. Tras el estallido
de la guerra, tuvo sus dificultades para regresar
vía Inglaterra y ponerse al lado de sus
compatriotas.
CRUJA EL PARCHE. En Mallorca, el 2 de mayo
fue el 15 de mayo. En esa fecha llegan las primeras
noticias de lo ocurrido en Madrid y la isla
entera se estremece ante la evidencia de una
guerra. Toda la tensión social y política estalla
entonces, canalizada contra Napoleón. La plaça
de Cort jugará un papel decisivo en todas aquellas
manifestaciones, como el día 28 de mayo en
que se fija la proclama con la declaración de
Si bien la
guerra napoleónica no supuso
para Mallorca hechos de armas, sí fue un
episodio cruel para los prisioneros franceses. El más
notable fue François Aragó, un joven científico del Rosselló
que participaba en la medición del meridiano para establecer
el metro como unidad de medida universal. Su habilidad a la hora de
conocer gentes y aprender otras lenguas le salvó la vida. Estaba en lo alto
de S’Esclop, con aparatos de medición y encendiendo hogueras por las noches.
Y eso fue rápidamente interpretado por la gente como una actividad de espía.
Advertido del peligro que corría, se escapó haciéndose pasar por mallorquín.
Al llegar a Palma era perseguido por la turba y recuerda con buen humor que debió
de ser el único preso que corría hacia la cárcel. En Bellver estuvo recluido un tiempo,
Prisioneros franceses
hasta que el propio gobernador le dejó escapar. Tomó un barco hacia Cabrera y, después
de muchas aventuras, logró por fin regresar a Francia. Los franceses que residían
en Mallorca fueron primero fichados y luego retenidos. Lo mismo que el edecán
de Napoleón que llegó a Palma con instrucciones para el capitán general. La gente
se reunió en torno al llaüt en el que había llegado con propósitos poco loables.
Lo llevaron al Castell de Sant Carles para evitar su linchamiento. Mucha
peor suerte tuvieron los famosos “franceses de Cabrera”, prisioneros
de Bailén. Los oficiales pasaron a Bellver, donde se leen todavía algunas
de sus inscripciones. Pero la tropa, en contra de los deseos
de la Junta local, fue recluida cinco años en Cabrera,
sin apenas comida ni medios. De unos 9.000 sólo
lograron sobrevivir, y en muy mal estado,
una tercera parte.
EN AQUEL AÑO DE 1808,
LLENO DE ALGARADAS Y DE
CONFLICTOS, NACÍA EL PRI-
MER ‘DIARIO POLÍTICO DE
MALLORCA’, EDITADO POR
UN CAPELLÁN CASTRENSE
“Jovellanos, recluido en Bellver por sus ideas liberales, sale en libertad y es acl
guerra: “Que toda la isla excitada de un común
impulso bajo la égida de su esclarecido Patrón
de las Españas se revista de espíritu militar, se
muestre digna del nombre de sus mayores y camine
de acuerdo con los denodados campeones
de la Metrópoli al Templo de la Gloria. ¡Al arma,
mallorquines! Cruja el parche”. El primer
efecto fue la fiebre patriótica. Un grupo de jóvenes
entró atropelladamente en Cort para coger
un retrato de Fernando VII, todavía no acabado.
Lo pasearon entre la multitud llevándolo a la Almudaina,
en uno de cuyos balcones quedó expuesto.
TAMBIÉN EL ESPÍRITU RELIGIOSO subió muchos
grados. Las iglesias de la ciudad celebraron
constantes novenas, se exponía el Santísimo, el
obispo Nadal pronunciaba encendidas homilías:
“¿Permitiréis que por las legiones de un monstruo
horrendo sean saqueados los templos, profanados
los altares, perseguidos los sacerdotes,
mofada y escarnecida nuestra religión?”.
En el curso de estos tiempos inciertos fueron
constantes las rogativas y actos religiosos. Como
cuando una larguísima procesión fue a recoger
la figura del Crist de la Sang para llevarla a
la Seo. Allá estuvo expuesta durante tres días, en
demanda de una victoria sobre el francés.
“Los oficiales pasaron a Bellver, donde se leen todavía algunas de sus inscripciones”. FOTO: CARLOS GARRIDO