Clásicos ganaderos en Las Ventas: Torrestrella
Clásicos ganaderos en Las Ventas: Torrestrella
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agua-Braganza con cruce de sem<strong>en</strong>tales<br />
del conde de la Corte. Domecq cedió<br />
a Camacho el hierro, y a cambio se<br />
quedó con un reducido pero selecto<br />
lote de vacas.<br />
FORJA DE UN CARÁCTER<br />
Por esas fechas, Carlos Núñez puso a la<br />
v<strong>en</strong>ta una camada de eralas, 70 de las<br />
cuales adquirió don Álvaro junto con 10<br />
vacas viejas y un novillo de este mismo<br />
hierro de nombre Catalejo, que era hijo<br />
de Amistoso, padre fundam<strong>en</strong>tal de la línea<br />
Tamarón <strong>en</strong> la casa Núñez. Fruto de<br />
Catalejo y una de las vacas viejas de Núñez,<br />
llamada Lancera, nació Lancero, el<br />
sem<strong>en</strong>tal es<strong>en</strong>cial <strong>en</strong> la creación de<br />
“<strong>Torrestrella</strong>”, que también dejó una<br />
huella decisiva <strong>en</strong> las demás vacadas de<br />
la familia Domecq, <strong>en</strong> las que padreó<br />
profusam<strong>en</strong>te <strong>en</strong>tre 1960 y 1970. A<br />
cambio de préstamo de Lancero, don Álvaro<br />
utilizó algunos de los grandes sem<strong>en</strong>tales<br />
de su hermano Juan Pedro,<br />
como Desgreñao y Gusarapo. Así configuró<br />
definitivam<strong>en</strong>te las bases g<strong>en</strong>ealógicas<br />
de su ganadería, con unas pocas<br />
“gotas” de sangre vazqueña, sólidos cimi<strong>en</strong>tos<br />
de Núñez y simi<strong>en</strong>te de máxima<br />
calidad de Juan Pedro, todo ello mezclado<br />
con su particular alquimia y s<strong>en</strong>sibilidad.<br />
El caballero jerezano adquirió <strong>en</strong><br />
1955 el hierro de Suárez Ternero, cuyas<br />
reses sustituyó por las anteriorm<strong>en</strong>te citadas,<br />
y se hizo con la la finca “Los Alburejos”,<br />
<strong>en</strong> Medina Sidonia, de la que<br />
estaba <strong>en</strong>amorado desde su juv<strong>en</strong>tud,<br />
cuando allí participaba <strong>en</strong> t<strong>en</strong>taderos de<br />
machos. En 1957 la vacada de don Álvaro<br />
adopta el nombre definitivo de <strong>Torrestrella</strong>,<br />
viejo castillo árabe as<strong>en</strong>tado<br />
<strong>en</strong> las colinas que dominan “Los Alburejos”,<br />
con lo que se conforma definitivam<strong>en</strong>te<br />
todo el proyecto concebido por<br />
él algunos años antes.<br />
El clásico toro de <strong>Torrestrella</strong> es un<br />
animal guapo. Ti<strong>en</strong>e empaque, es más<br />
largo y hondo que el juampedro, pero<br />
bi<strong>en</strong> hecho; muy bi<strong>en</strong> armado, casi<br />
siempre astifino, adornado con notable<br />
diversidad de capas, si<strong>en</strong>do el salpicado<br />
o burraco el pelo <strong>en</strong>seña de la ganadería.<br />
Los hay también negros, castaños,<br />
salineros, sardos, cárd<strong>en</strong>os claros, <strong>en</strong>sabanados<br />
y algún que otro jabonero,<br />
evocador de la vieja sangre Veragua-Braganza.<br />
Por carácter, el toro clásico de don<br />
Álvaro posee mucho recorrido –cualidad<br />
muy de los Núñez que fijó el sem<strong>en</strong>tal<br />
Lancero– y un punto picante, que da la<br />
Álvaro Domecq padre e hijo <strong>en</strong> una imag<strong>en</strong> obt<strong>en</strong>ida el año 1987.<br />
necesaria emoción a la embestida sin<br />
restarle un ápice de <strong>en</strong>trega y nobleza.<br />
Toros de esta línea temperam<strong>en</strong>tal son<br />
los que han dado los triunfos históricos<br />
a este hierro y a los toreros que han sido<br />
capaces de estar a su altura.<br />
DEL DEBUT A<br />
BUENASUERTE<br />
Los torrestrellas debutaron <strong>en</strong> <strong>Las</strong> V<strong>en</strong>tas<br />
el 20 de abril de 1958, acompañados<br />
<strong>en</strong> el cartel de toreros por Juan Montero,<br />
Juan Antonio Romero y Fermín<br />
Murillo. Su juego aquella tarde fue más<br />
bi<strong>en</strong> soso y apagado, destacando por su<br />
bondad el cuarto, un jabonero sucio que<br />
fue ovacionado y at<strong>en</strong>dió por Botinero.<br />
Al año sigui<strong>en</strong>te, don Álvaro se llevó el<br />
premio al toro más bravo de los Sanfermines<br />
con Rabioso, pero no vino a<br />
Madrid. Sí lo hizo <strong>en</strong> 1960, casi a las<br />
puertas de la feria de San Isidro, con otro<br />
<strong>en</strong>cierro que fue estoqueado por Gregorio<br />
Sánchez, Fermín Murillo y Miguelín,<br />
y <strong>en</strong> el que saltó un morlaco sobresali<strong>en</strong>te<br />
por bravo, codicioso y noble:<br />
Borreguito, que cayó <strong>en</strong> manos de Murillo<br />
y le permitió hacer una fa<strong>en</strong>a de<br />
vuelta al ruedo.<br />
Durante los años 60 y comi<strong>en</strong>zos de<br />
los 70, los toros del caballero jerezano<br />
se pasearon <strong>en</strong> triunfo por las principales<br />
ferias: Pamplona, Val<strong>en</strong>cia, Bilbao,<br />
Barcelona, Sevilla y otras muchas. Ordóñez,<br />
Camino, Puerta, El Viti, Curro<br />
Romero o El Cordobés eran fijos fr<strong>en</strong>te<br />
a los toros del caballero jerezano. Pasaban<br />
los años, el cartel de la ganadería<br />
subía de continuo, pero por esos imponderables<br />
o caprichos del mundo<br />
taurino, el nombre de <strong>Torrestrella</strong> estuvo<br />
sin anunciarse <strong>en</strong> Madrid, más que <strong>en</strong><br />
la lidia de algún toro suelo de rejones,<br />
durante casi dos décadas. ¿Falta de<br />
confianza de don Álvaro <strong>en</strong> el juego de<br />
sus toros? Es dudoso a la vista de los exitosos<br />
preced<strong>en</strong>tes.<br />
Tardo mucho tiempo, pero la reaparición<br />
<strong>en</strong> <strong>Las</strong> V<strong>en</strong>tas y estr<strong>en</strong>o <strong>en</strong> San Isidro<br />
se produjo al fin el 24 de mayo de<br />
1979 y supuso un acontecimi<strong>en</strong>to memorable.<br />
La vacada se <strong>en</strong>contraba sin<br />
duda <strong>en</strong> el mejor mom<strong>en</strong>to de bravura<br />
de su historia, pero de esas situaciones<br />
<strong>en</strong> que el ganadero se la juega con las figuras,<br />
porque el temperam<strong>en</strong>to de sus<br />
toros estába muy subido de grados y necesitaban<br />
<strong>en</strong>fr<strong>en</strong>te a un torero con poderío<br />
y valor para, primero, dominarlos<br />
y luego torearlos por lo derecho y cortarles<br />
las orejas. Eso añadido al fuerte<br />
compromiso que siempre supone lidiar<br />
<strong>en</strong> Madrid.<br />
El señor de “Los Alburejos” apostó<br />
fuerte aquella tarde de su debut isidril,<br />
<strong>en</strong> que los tres toreros se jugaron el pellejo<br />
sin cu<strong>en</strong>to fr<strong>en</strong>te a una corrida atlética,<br />
musculada, con los pitones afilados<br />
como agujas y, sobre todo, crecida,<br />
desbordante por su acometividad. Abrió<br />
terna El Viti, que cortó una oreja del toro<br />
Santero, la última de su carrera <strong>en</strong> Madrid;<br />
Palomo Linares fue cogido y Paquirri<br />
fue el gran protagonista del festejo<br />
que supuso su consagración <strong>en</strong> Madrid<br />
tras cortar la oreja de su primero, Barbanegra,<br />
y las dos del que cerraba corrida,<br />
el salpicado Bu<strong>en</strong>asuerte, tras una<br />
fa<strong>en</strong>a espeluznante, un verdadero desafío<br />
a vida o muerte <strong>en</strong>tre un torero <strong>en</strong><br />
la cúspide de su madurez y un toro bravísimo,<br />
fijo y largo, pero de una acometividad<br />
agobiante, al que premiaron<br />
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