15.07.2013 Views

Duras_ Marguerite-El Amante.pdf

Duras_ Marguerite-El Amante.pdf

Duras_ Marguerite-El Amante.pdf

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

8<br />

Era diario. De eso estoy segura. Debía de ser brutal. Esa desesperación se manifestaba en<br />

un momento dado del día. Y después seguía la imposibilidad de seguir avanzando, o el<br />

sueño, o a veces nada, u otras veces, por el contrario, las compras de casas, las mudanzas, o<br />

a veces también ese humor, sólo ese humor, ese abatimiento o, a veces, una reina, todo<br />

cuanto se le pedía, todo cuanto se le ofrecía, la casa en el lago, sin ninguna tazón, mi padre<br />

ya moribundo, o ese sombrero de ala plana, porque la pequeña lo deseaba tanto, o también<br />

esos zapatos de lame dorados. O nada, o dormir, morir.<br />

Nunca había visto ninguna película con esas indias que llevan esos mismos sombreros de<br />

ala plana y trenzas por delante del cuerpo. Ese día también yo llevo trenzas, no las he<br />

recogido como hago normalmente, pero no son iguales. Llevo dos largas trenzas delante de<br />

mi cuerpo como esas mujeres de las películas que nunca he visto, pero son trenzas de niña.<br />

Desde que tengo el sombrero, para poder ponérmelo, ya no recojo mis cabellos. Desde hace<br />

algún tiempo me estiro el cabello, lo peino hacia atrás, me gustaría que fuera lacio, que se<br />

viera menos. Cada noche lo peino y antes de acostarme rehago mis colas tal como mi<br />

madre me enseñó. Mis cabellos son abundantes, flexibles, dolorosos, una mata cobriza que<br />

me llega a la cintura. Con frecuencia me dicen que es lo más bonito que tengo y yo pienso<br />

que eso significa que no soy guapa. Me haré cortar esa extraordinaria melena en París, a los<br />

veintitrés años, cinco años después de haber dejado a mi madre. Dije: corte. Cortó. Todo de<br />

un solo gesto, para pulir la obra la fría tijera rozó la piel de la nuca. Cayó al suelo. Me<br />

preguntaron si quería llevármelo. Dije no. Después ya no me han dicho que tengo un<br />

hermoso cabello, quiero decir que ya no me lo han dicho tanto, como lo decían antes, antes<br />

de cortármelo. Después, más bien han dicho: tiene una mirada bonita. La sonrisa también,<br />

no está mal.<br />

En el transbordador, miren, todavía las llevo. Quince años y medio. Ya voy maquillada.<br />

Uso crema Tokalon, intento disimular las pecas que tengo en la parte superior de la mejilla,<br />

debajo de los ojos. Debajo de la crema Tokalon uso polvos de color carne, marca<br />

Houbigan. Esos polvos son de mi madre que se los pone para ir a las reuniones de la<br />

Administración general. Ese día también llevo los labios pintados con carmín rojo oscuro<br />

como en aquel tiempo, cereza. No sé cómo me hice con él, quizá fue Hélène Lagonelle

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!