15.07.2013 Views

Duras_ Marguerite-El Amante.pdf

Duras_ Marguerite-El Amante.pdf

Duras_ Marguerite-El Amante.pdf

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

44<br />

Ese es el lugar donde agarrarme más tarde, una vez ido el presente, con exclusión de<br />

cualquier otro lugar. Las horas que paso en el apartamento de Cholen hacen aparecer ese<br />

lugar envuelto en una luz fresca, nueva. Es un lugar irrespirable, rayana la muerte, un lugar<br />

de violencia, de dolor, de desesperación, de deshonra. Y tal es el lugar de Cholen. Al otro<br />

lado del río. Una vez cruzado el río.<br />

No he sabido qué fue de Hélène Lago-nelle, si murió. Fue ella la primera en dejar el<br />

pensionado, mucho antes de mi viaje a Francia. Regresó a Dalat. Su madre le pidió que<br />

volviera a Dalat. Creo recordar que para casarla, que debía encontrar un novato llegando de<br />

la metrópoli. Quizá me equivoque, quizá confunda lo que creía que le sucedería a Hélène<br />

Lagonelle con esa partida obligada, reclamada por su madre.<br />

Diré también lo que era, cómo era. Es así: roba a los criados para ir a fumar opio. Roba a<br />

nuestra madre. Registra los armarios. Roba. Juega. Antes de morir mi padre había<br />

comprado una casa en Entre-deux-Mers. Era nuestra única posesión. Juega. Mi madre la<br />

vende para pagar las deudas. No es suficiente, nunca es suficiente. Joven, intenta venderme<br />

a los clientes de la Coupole. Es por él por quien mi madre quiere seguir viviendo, para que<br />

siga comiendo, para que duerma abrigado, para que siga oyendo pronunciar su nombre. Y<br />

la propiedad que le compró cerca de Amboise, diez años de ahorros. Hipotecada en una<br />

noche. <strong>El</strong>la pagó los intereses. Y todo el fruto de la tala de árboles que ya he mencionado.<br />

En una noche. Robó a mi madre moribunda. Se trataba de alguien que registraba armarios,<br />

que tenía buen olfato, que sabía buscar bien, descubrir las buenas pilas de sábanas, los<br />

escondrijos. Robó las alianzas, cosas así, mucho, las joyas, el sustento. Robó a Dô, a los<br />

criados, a mi hermano menor. A mí, mucho. La hubiera vendido a ella, a su madre. Cuando<br />

muere la madre hace venir al notario, enseguida, en mitad del transtorno de la muerte. Sabe<br />

aprovecharse del trastorno de la muerte. <strong>El</strong> notario dice que el testamento no es válido. Que<br />

la madre ha favorecido demasiado al hijo mayor a mis expensas. La diferencia es enorme,<br />

risible. Es preciso que yo acepte o renuncie con pleno conocimiento de causa. Certifico que<br />

acepto: firmo. He aceptado. Mi hermano, con los ojos bajos, gracias. Llora. En medio del<br />

trastorno de la muerte de mi madre. Es sincero. Durante la liberación de París, perseguido<br />

sin duda por actos de colaboracionismo en el Sur, no sabe adonde ir. Viene a mi casa.<br />

Nunca lo he sabido muy bien, huye de un peligro. Quizás entregara a gente, judíos, todo es

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!