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El artilugio tenia un duende.pdf

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Apolonio le miraba fijamente, con <strong>un</strong>a fuerza expresiva no habitual en él.<br />

- Tengo <strong>un</strong>a información para usted<br />

- repuso llanamente -, ¿quiere usted que se la diga?<br />

Coghlan asintió.<br />

- Soy <strong>un</strong> ilusionista profesional - dijo Apolonio, con <strong>un</strong>a extraña inflexión en su voz-<br />

. Mi profesión - siguió - consiste en engañar a las gentes... sólo con el fin de<br />

divertirlas. Mi fama es considerable.<br />

- Así he oído - concedió Coghlan.<br />

- Y le aseguro que es justificadisima...<br />

- añadió Apolonio -. Y eso que no empleo toda mi ciencia ilusionista en el<br />

escenario: los públicos corrientes no sabrían apreciarlo... - Su voz cambió,<br />

haciéndose deliberadamente sarcástica-. En mi país natal, existe <strong>un</strong>a superstición<br />

sobre los malos espíritus. Los magos, que constituyen la casta sacerdotal, son los<br />

poseedores de la ciencia y las tradiciones del... neoplatonismo, y utilizan para sus<br />

fines esa creencia supersticiosa, la cual es mantenida por ellos, que ahuyentan<br />

numerosos espíritus demoníacos. <strong>El</strong> proceso es visible. Suponga usted que yo le<br />

aseguro que hay <strong>un</strong>o de esos espíritus en esta habitación, escuchando lo que<br />

estamos hablando usted y yo...<br />

- Sería <strong>un</strong>a afirmación muy dudosa, mientras no me demostrara usted lo<br />

contrario... - repuso Coghlan, suavemente.<br />

- Permítame que se lo demuestre - rogó cortésmente Apolonio.<br />

Echó <strong>un</strong>a ojeada por el cuarto, como buscando <strong>un</strong>a indicación de algo que él sólo<br />

pudiera ver. Luego, extendió el brazo y señaló con su índice <strong>un</strong>a mesita que se<br />

hallaba al otro lado de la habitación, cerca de las ventanas abiertas. Al retraerse la<br />

manga por la postura forzada del brazo, apareció, reluciente, el ostentoso reloj de<br />

pulsera en su muñeca carnosa. Pron<strong>un</strong>ció <strong>un</strong>a serie de frases cabalísticas en voz<br />

grave y sonora...<br />

De repente, oyóse <strong>un</strong> ruido extraño y de la mesita comenzó a brotar <strong>un</strong>a<br />

humareda muy sutil, que se fue condensando hasta tomar la forma de <strong>un</strong>a figura<br />

fantasmal en el interior del cuarto. <strong>El</strong> materializado fantasma, en forma de pera, se<br />

mantuvo <strong>un</strong>os minutos en el aire, como <strong>un</strong> ente vivo y amenazador, y luego<br />

desapareció rápidamente por <strong>un</strong>a ventana. Era singularmente convincente.<br />

Coghlan meditó <strong>un</strong>os instantes. Luego, dijo pensativo:<br />

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