El artilugio tenia un duende.pdf
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- ¡Hielo! - dijo bruscamente -. Debe haber algún artefacto oculto... El espacio de donde había caído el trozo de yeso de la pared estaba blanco de hielo. Coghlan rascó en el hueco con la navaja. Y extrajo una capa de hielo delgadisima, casi infinitamente delgada. Debajo había más yeso húmedo, pero sin congelar. Coghlan frunció el ceño. Primero, hielo; después, humedad sin hielo alguno... y ninguna razón para que el hielo se formase allí..., en la superficie exterior de la pared. Un serpentín refrigerador no trabajaría así. La refrigeración no suele producirse por capas alternativas y en láminas tan delgadas... Coghlan hurgó más profundamente en el hueco producido con la punta de la navaja, El frío aumentaba cada vez más, hasta tal punto que el acero de la navaja se iba enfriando al profundizar en la pared. Coghlan tuvo que envolverla en su pañuelo para evitar el contacto de la mano con un frío tan intenso. Siguió profundizando todavía unos cuantos centímetros más y, al fin, apareció la piedra que constituía la pared del edificio. - ¡Demonio! - dijo bruscamente, mientras se echaba un poco hacia atrás contemplando detenidamente la abertura practicada. Se hizo un silencio. Había cavado un profundo agujero en la pared y no había encontrado más que una finísima capa de hielo debajo de otra de yeso podrido por la humedad y luego yeso otra vez Contempló aquel misterio desconcertado. Entonces se dio cuenta de que, aunque el hielo había sido extraído del agujero, había una especie de vaho o vapor científicamente inexplicable. Sopló en el interior del agujero, y produjo un grito de asombro. - ¡Cuando soplé, mi aliento se transformó en una especie de neblina al pasar por el sitio donde se juntan las capas de yeso! - su tono era de incredulidad. - ¿Entonces, hay refrigeración? - preguntó Ghalil. - ¡No hay nada! - protestó Coghlan ¡No tiene explicación posible la formación de un espacio frío en el interior de una cámara de aire! - ¡Ah! - repuso el turco con satisfacción -. ¡Luego progresamos! Dos cosas asociadas con otra están asociadas entre sí... ¡Esto se asocia con la imposibilidad de sus huellas digitales, de su grafología y de la amenaza al señor Mannard! - Me gustaría saber cuál es la causa natural de este misterio... - exclamó Coghlan, contemplando el agujero -. ¡El calor es absorbido y no hay nada que pueda absorberlo. . .! 42
Retiró su pañuelo de la navaja y frotó con una de sus esquinas la pared hasta que quedó humedecida. Luego, introdujo esta esquina en el agujero de la pared, dejándolo allí unos instantes, y extrayéndolo de nuevo. Al estirar el pañuelo, comprobó que en su tela húmeda había una línea de hielo perfectamente recta. ¡Jamás había visto una cosa como ésta! - dijo Coghlan, con un gesto de extrañeza -. ¡Es algo realmente nuevo! - ¡O extremadamente viejo!... - repuso Ghalil suavemente -. ¿Por qué no? - ¡No puede ser! - replicó Coghlan ¡Por lo menos, nosotros, los científicos, no sabemos hacerlo con los medios de que disponemos.. .! ¡Y puedo decirle que si nosotros no sabemos hacerlo, tampoco lo sabrían los antiguos! ¡Ese fenómeno sólo podría realizarse por medio de un campo de fuerzas de naturaleza desconocida, y no hay ningún campo de fuerzas conocido que absorba energía..! ¡Puede decirse, incluso, que su existencia es tan imposible como improbable! ¡Científicamente, un absurdo! ¿Cómo va a poder generarse un campo de fuerzas en una superficie plana? Comenzó a cavar de nuevo en el agujero, y luego, nerviosamente, en el borde mismo de la mancha de humedad. El yeso estaba más duro en aquella parte de la pared. Duval dijo, desanimado: - Pero ¿qué tiene que ver esa pared con la historia del Imperio bizantino, y con las huellas dactilares, y con el señor Mannard...? Coghlan continuaba hurgando en el yeso de la pared. De repente, se oyó un chasquido, rompiéndose la punta de la navaja, que cayó al suelo. Coghlan se quedó helado mirándose el dedo pulgar. Al romperse la navaja, le había producido un corte en la yema del mismo. Se hizo un silencio sepulcral en la estancia. -¿Qué ha ocurrido? - Que me he cortado el dedo pulgar.. -dijo Coghlan brevemente. Ghalil, con los ojos en blanco, atravesó la habitación precipitadamente y se dirigió hacia donde él estaba. 43
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quedó humedecida. Luego, introdujo esta esquina en el agujero de la pared,<br />
dejándolo allí <strong>un</strong>os instantes, y extrayéndolo de nuevo. Al estirar el pañuelo,<br />
comprobó que en su tela húmeda había <strong>un</strong>a línea de hielo perfectamente recta.<br />
¡Jamás había visto <strong>un</strong>a cosa como ésta! - dijo Coghlan, con <strong>un</strong> gesto de extrañeza<br />
-. ¡Es algo realmente nuevo!<br />
- ¡O extremadamente viejo!... - repuso Ghalil suavemente -. ¿Por qué no?<br />
- ¡No puede ser! - replicó Coghlan<br />
¡Por lo menos, nosotros, los científicos, no sabemos hacerlo con los medios de<br />
que disponemos.. .! ¡Y puedo decirle que si nosotros no sabemos hacerlo,<br />
tampoco lo sabrían los antiguos! ¡Ese fenómeno sólo podría realizarse por medio<br />
de <strong>un</strong> campo de fuerzas de naturaleza desconocida, y no hay ningún campo de<br />
fuerzas conocido que absorba energía..! ¡Puede decirse, incluso, que su<br />
existencia es tan imposible como improbable! ¡Científicamente, <strong>un</strong> absurdo!<br />
¿Cómo va a poder generarse <strong>un</strong> campo de fuerzas en <strong>un</strong>a superficie plana?<br />
Comenzó a cavar de nuevo en el agujero, y luego, nerviosamente, en el borde<br />
mismo de la mancha de humedad. <strong>El</strong> yeso estaba más duro en aquella parte de la<br />
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Duval dijo, desanimado:<br />
- Pero ¿qué tiene que ver esa pared con la historia del Imperio bizantino, y con las<br />
huellas dactilares, y con el señor Mannard...?<br />
Coghlan continuaba hurgando en el yeso de la pared.<br />
De repente, se oyó <strong>un</strong> chasquido, rompiéndose la p<strong>un</strong>ta de la navaja, que cayó al<br />
suelo.<br />
Coghlan se quedó helado mirándose el dedo pulgar. Al romperse la navaja, le<br />
había producido <strong>un</strong> corte en la yema del mismo. Se hizo <strong>un</strong> silencio sepulcral en la<br />
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