Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
- Esperaba que vendría usted después de la excursión marítima - dijo<br />
cordialmente -. Monsieur Duval y yo continuamos intercambiando mutuas<br />
seguridades sobre nuestro l<strong>un</strong>atismo.<br />
- Cuando estábamos en el mar de Mármara, atracados al pequeño<br />
desembarcadero que hay en aquel lugar, alguien disparó contra el señor Mannard<br />
con el designio evidente de asesinarlo. Como ello debe formar parte de todo este<br />
enmarañado as<strong>un</strong>to, a<strong>un</strong>que parece cosa de locos, el hecho demuestra que es<br />
indudablemente serio... ¿Le dijeron a usted algo acerca de esto desde la<br />
comisaría?<br />
- No hubo necesidad - respondió Ghalil suavemente -, yo estaba allí...<br />
Coghlan se quedó perplejo.<br />
- Desde <strong>un</strong> principio creí que el señor Mannard se hallaba en peligro - explicó el<br />
policía apologéticamente -. Y, a decir verdad, creo que lo subestimé. Pero<br />
después que usted me dijo lo que había ocurrido anoche, tomé todas las<br />
precauciones para protegerlo. Y, por eso, me embarqué en el yate.<br />
Coghlan dijo incrédulamente:<br />
- ¡Pues no le vi a usted!...<br />
- Estaba oculto bajo cubierta - repuso Ghalil -, pero la mayoría de los marineros<br />
eran policías. ¿No se dio usted cuenta de que no eran marinos avezados?<br />
Coghlan no lograba poner orden en sus ideas.<br />
- Pero...<br />
- Esa bala no representaba <strong>un</strong> peligro para él... - aseguró Ghalil con aplomo. Yo<br />
estaba preocupado por la comida. En Istambul, cuando nos enfrentamos con <strong>un</strong><br />
pres<strong>un</strong>to crimen, no pensamos solamente en cuchillos y armas, sino también en<br />
veneno. Tomé todas las precauciones posibles para que Mannard no fuese<br />
envenenado. Obligaba al cocinero del yate a probar todos los alimentos antes de<br />
servirlos, y ese cocinero tenía la facultad de descubrir, con sólo tocar la vianda con<br />
la p<strong>un</strong>ta de la lengua, la más ligera traza del más corriente de los venenos. Una<br />
maravillosa facultad, ¿no cree?<br />
-Pero Mannard no fue envenenado, sino que alguien disparó contra él...<br />
<strong>El</strong> teniente Ghalii asintió. Luego, sopló tranquilamente sobre la ceniza de su<br />
cigarrillo.<br />
39