15.07.2013 Views

El artilugio tenia un duende.pdf

El artilugio tenia un duende.pdf

El artilugio tenia un duende.pdf

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

- Creo que Tommy se ha visto metido en <strong>un</strong> as<strong>un</strong>to muy desagradable, a<strong>un</strong>que me<br />

parece que no ha dicho todo lo que sabe... Le conozco desde hace mucho tiempo,<br />

y creo que hay algo que le preocupa.<br />

Coghlan se puso colorado. Laurie podía leer imp<strong>un</strong>emente en su cerebro.<br />

-Había, en efecto -admitió-, <strong>un</strong>a linea de la que no he hablado. Mencionaba algo<br />

que no podía significar nada para nadie, sino para mi mismo... y a nadie he dicho<br />

<strong>un</strong>a sola palabra.<br />

Apolonio suspiró.<br />

- ¡Ah, cuántas veces he leído los pensamientos ajenos por ocultos que estos sean!<br />

Todo el m<strong>un</strong>do cree que sus pensamientos son únicos... Pero, insisto <strong>un</strong>a vez<br />

más, esto no me gusta nada.<br />

Laurie se inclinó hacia Coghlan. Y, apenas en <strong>un</strong> susurro, le dijo:<br />

- ¿Eso que no le has dicho a nadie... trataba de mí?<br />

Coghlan la miró confuso, inquieto, y asintió con la cabeza.<br />

- ¡Estupendo! - dijo Laurie, y le sonrió. Apolonio, de repente, hizo <strong>un</strong> ademán<br />

extraño. Levantó <strong>un</strong>a copa llena de agua y la mantuvo a la altura de sus ojos.<br />

- Les voy a Iniciar en el principio de la magia -dijo, gravemente-. Aquí tienen <strong>un</strong>a<br />

copa, llena de agua solamente. ¡Ya ven que no contiene otra cosa!<br />

Mannard la miró cautamente. E' agua estaba perfectamente clara. Apolonio la<br />

paseó alrededor de la mesa, siempre a la altura de los ojos.<br />

Decididamente, Mannard debía ser informado de aquel enmarañado as<strong>un</strong>to.<br />

<strong>El</strong> taxi corría alocado, ululando con su bocina infernal, recorriendo la gran ciudad.<br />

Al fin, se precipitó en la Grande Rue de Petra. Dio <strong>un</strong>a vuelta en forma de U.<br />

Culebreó entre <strong>un</strong> elegante y lujoso coche particular y <strong>un</strong> feroz « jeep» del ejército<br />

turco, dispersó <strong>un</strong> grupo familiar que, sin saber por qué, se había detenido en<br />

plena calzada, rozó ligeramente <strong>un</strong> descapotable que estaba estacionado allí<br />

cerca, dio <strong>un</strong> frenazo que hizo chirriar de nuevo las ruedas dejando su huella en el<br />

pavimento y se detuvo precisamente ante la marquesina del hotel Petra. <strong>El</strong><br />

conductor le reclamó a Coghlan, exactamente, seis veces la tarifa legal de la<br />

carrera.<br />

Coghlan se quedó perplejo. Pero conocía perfectamente a los habitantes de<br />

Istambul y sabía de qué pie cojeaban. Llamó por señas al commissionaire del<br />

hotel, puso en sus manos exactamente dos veces la tarifa que debía pagar y le<br />

15

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!