You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
- Estaba pensando si ya no me querrías, Tommy - repuso, mimosa -. Y trataba de<br />
ensayar <strong>un</strong> gesto de desesperación por si llegaba el caso...<br />
Coghlan la miró a los ojos y trató de endurecer su corazón para hacerlo insensible'<br />
a los encantos de la muchacha. En dos ocasiones anteriores había roto<br />
resueltamente su decisión al ver a Laurie, porque le gustaba tanto que no lo podía<br />
remedian Pero <strong>tenia</strong> miedo que volviese a ocurrir ahora. Por eso, enfocó la<br />
conversación por otros derroteros.<br />
- ¡Buen día he tenido hoy...! - dijo en voz baja-. Mis visitantes me han dejado<br />
verdaderamente aturdido. Es algo increi1)le y le voy a pedir a Apolonio que me<br />
explique cómo han podido realizar algo tan fantástico e inverosímil. Yo creo que,<br />
más o menos, entra dentro de su especialidad.<br />
<strong>El</strong> maitre se inclinó ante el grupo y los condujo hasta la mesa. Estaban sólo los<br />
cuatro en el comedor y, al verlos entrar, <strong>un</strong>a orquesta de cuerda inició<br />
valientemente los compases de Rapsodia en azul, tratando de interpretar el «<br />
swing» americano en su versión del cercano Oriente. Había destellos de plata y<br />
cristal y se oía <strong>un</strong> murmullo de voces.<br />
Coghlan esperaba los entremeses mientras su rostro se iba entristeciendo cada<br />
vez más. Apolonio el Grande levantó su copa de vino. A Coghlan le molestaba ver<br />
la pulsera del reloj fuertemente incrustado en la muñeca del griego. Y, sin saber<br />
por qué, le irritaba también sobremanera el seg<strong>un</strong>dero de aquel reloj moviéndose<br />
incansablemente... Apolonio decía con voz suave:<br />
- ¡Creo que ha llegado la hora de revelarles mi gran fort<strong>un</strong>a! ¡Brindo por la<br />
naciente República Autónoma Neoplatónica! Alg<strong>un</strong>os creen que es <strong>un</strong>a utopía;<br />
otros, que es <strong>un</strong> timo y que yo soy el timador.. ¡Pero bebamos por su realidad!<br />
Bebió su copa. Luego, pareció más gordo todavía.<br />
- He tenido que asegurarme la financiación de los sobornos que ha sido preciso<br />
pagar - explicó. Todas sus papadas rebosaban felicidad-. ¡No debo revelar quién<br />
decidió enriquecer a ciertos truhanes políticos para ayudar a mi pueblo, pero soy<br />
muy dichoso. ¡Por mí y por mi pueblo!<br />
- ¡Magnífico! - dijo Mannard.<br />
- Ya no le molestaré más pidiéndole donativos - le aseguró Apolonio -. ¿No es <strong>un</strong><br />
alivio?<br />
Mannard rió entre dientes. Apolonio el Grande debía, indudablemente, estar<br />
hablando en broma. Habló de su «pueblo» con el aire del que no espera que lo<br />
13