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Antonio Canicoba - 100 anos das Sociedades Emigrantes do ...

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trabajan<strong>do</strong> en Buenos Aires.<br />

Comenzamos una serie de<br />

historias de vida de personas<br />

de este municipio, que<br />

emigraron a América durante los<br />

<strong>do</strong>s siglos anteriores, con la<br />

biografía de <strong>Antonio</strong> <strong>Canicoba</strong>,<br />

una vida corta marcada por la<br />

experiencia de la emigración a<br />

Argentina como la de tantos<br />

pais<strong>anos</strong> suyos del municipio de<br />

Vedra que a principios del<br />

siglo XX se encontraban<br />

<strong>Antonio</strong> <strong>Canicoba</strong> nació el cinco de Enero de 1885 en el<br />

número 2 de la aldea de Rosende perteneciente la parroquia<br />

de San Cristovo de Merín, Vedra. Era hijo de Micaela<br />

<strong>Canicoba</strong> Albela y, según figura en el registro municipal,<br />

de padre desconoci<strong>do</strong>. Fue, por tanto, hijo ilegítimo de<br />

Micaela <strong>Canicoba</strong> que en aquel entonces, a la edad de 38<br />

años, estaba viuda y era madre de otros <strong>do</strong>s varones, Andrés<br />

y Manuel Tarrío <strong>Canicoba</strong>.<br />

En el padrón municipal de 1898 vemos la composición del<br />

hogar de <strong>Antonio</strong> que, con 12 años, vive en la casa <strong>do</strong>nde<br />

había naci<strong>do</strong> junto a su madre, sus herm<strong>anos</strong> y una tía de<br />

estos últimos, hermana del padre ya falleci<strong>do</strong>. Consta en el<br />

menciona<strong>do</strong> padrón que no sabe leer ni escribir y que to<strong>do</strong>s<br />

los miembros de la unidad familiar son labra<strong>do</strong>res salvo su<br />

hermano Andrés, de 21 años, con oficio de carpintero.<br />

La siguiente referencia <strong>do</strong>cumental a <strong>Antonio</strong> <strong>Canicoba</strong> la<br />

encontramos en el libro de matrimonios del registro<br />

parroquial de San Mamede de Ribadulla (parroquia vecina a<br />

la de Merín y perteneciente al municipio de Vedra). En


julio de 1913 contrae matrimonio en esa parroquia con<br />

Marcelina Fernández Alvela. Tienen 28 años él y 27 ella.<br />

Marcelina Fernández había naci<strong>do</strong> en Argunte, San Mamede de<br />

Ribadulla en el año 1886. En la plantilla municipal de 1898<br />

aparece como única hija del matrimonio forma<strong>do</strong> por Juan<br />

Fernández Cobas y Antonia Alvela Fernández, ambos de 48<br />

años. Residía a esas alturas en el hogar <strong>do</strong>nde había naci<strong>do</strong><br />

junto con su abuela, viuda, sus padres, <strong>do</strong>s tías y la hija<br />

ilegítima de una de ellas. Como la mayoría de sus vecinos,<br />

son labra<strong>do</strong>res. El camino de la emigración ya llevaba<br />

abierto en el valle del Ulla varias déca<strong>das</strong> cuan<strong>do</strong> <strong>Antonio</strong><br />

y Marcelina deciden embarcar rumbo a Buenos Aires [1]. Es<br />

probable que la decisión estuviese tomada antes de la boda<br />

pues los trámites para embarcar demoraban meses, sin tener<br />

en cuenta las dificultades que suponía disponer del dinero<br />

para los pasajes, en la mayoría de los casos presta<strong>do</strong>.<br />

Tenía que estar previsto su embarque con anterioridad a la<br />

boda porque si no sería imposible que hubieran llega<strong>do</strong> a<br />

Buenos Aires a finales de 1913. En el caso de este<br />

matrimonio, como en el de tantos otros, las posibilidades<br />

de sacar adelante una familia propia pasaban por aban<strong>do</strong>nar<br />

una casa y una tierra que no permitían la subsistencia de<br />

más individuos. La emigración transoceánica era en esos<br />

años la válvula de escape más socorrida pues los mecanismos<br />

que la permitían funcionaban a pleno rendimiento.<br />

A finales de 1915, Marcelina Fernández retornó a Vedra,<br />

junto a su primer hijo de poco más de un año y de nombre<br />

Luis, embarazada de la que será la segunda y última hija<br />

del matrimonio, María. Regresa a la casa de Argunte en la<br />

que vive su tía Antonia Fernández Cobas para cuidarla, la<br />

petición de esta, con la promesa de la futura herencia.<br />

Este hecho nos ofrece una idea de la importancia que la


mayoría de los emigra<strong>do</strong>s le otorgaban a la posibilidad de<br />

retorno y de cómo las estrategias de la emigración se<br />

planeaban en función de la posibilidad o no de adquirir o<br />

conservar el patrimonio, tierras y casa propia cuan<strong>do</strong><br />

menos, en la tierra de origen.<br />

<strong>Antonio</strong> pronto obtuvo trabajo en el Instituto Modelo de<br />

Clínica Médica como enfermero, un equivalente el que en la<br />

actualidad sería un cela<strong>do</strong>r en nuestros hospitales, y de<br />

esta breve, pero intensa etapa de su vida, es de la que<br />

disponemos de más información. Por un la<strong>do</strong>, tenemos<br />

referencias a su actividad como socio de la Sociedad<br />

Agrícola Residentes de él Municipio de Vedra en Buenos<br />

Aires” y, por otra, conservamos una serie de 10 cartas que<br />

recibe desde Vedra, to<strong>das</strong> remiti<strong>das</strong> por su mujer, salvo una<br />

que le envía su hermano Andrés y otra su madre.<br />

A través de los <strong>do</strong>cumentos de la Sociedad de Residentes<br />

del Municipio de Vedra, conserva<strong>do</strong>s en el Archivo Municipal<br />

de Vedra, sabemos que <strong>Antonio</strong> <strong>Canicoba</strong> ingresa en dicha<br />

sociedad a principios de 1916 presenta<strong>do</strong>, según era norma<br />

en esos años, por otro socio en activo de la institución,<br />

su presidente José Teira. Desde los primeros momentos da<br />

muestras de que quiere ser un socio comprometi<strong>do</strong> en los<br />

trabajos y en las actividades que lleva la sociedad y no<br />

sólo uno de los muchos socios que pagan su cuota pero no<br />

participan activamente en la vida de la asociación. En<br />

fechas próximas a su ingreso figura entre los miembros de<br />

las comisiones de fiestas encarga<strong>das</strong> de organizar las<br />

vela<strong>das</strong> que la sociedad celebra en los salones de la Casa<br />

Suiza o en el Centro de Almaceneros. Entre los años 1917 y<br />

1919 formará parte de las distintas comisiones directivas<br />

anuales bien sea como vocal por la parroquia de San Mamede<br />

o bien como tesorero suplente.


Si a los 12 años constaba como analfabeto en el padrón<br />

municipal lo cierto es que en años posteriores llegó a<br />

tener una instrucción suficiente como para poder estudiar,<br />

formarse como enfermero y ser elegi<strong>do</strong> de entre los<br />

enfermeros residentes del Hospital Rawson para el puesto de<br />

Mayor<strong>do</strong>mo, jefe de los enfermeros y de otro personal<br />

subalterno, trabajo que desempeñaría desde 1916.<br />

El pabellón del Instituto Modelo de Clínica Médica,<br />

dependiente del Hospital Rawson, había si<strong>do</strong> funda<strong>do</strong> en 1914<br />

por el Dr. Luis Agote, catedrático de Medicina Clínica e<br />

investiga<strong>do</strong>r responsable de la primera transfusión con<br />

sangre citratada realizada con éxito en el hombre. Esa<br />

primera transfusión de sangre, mezclada con un 25% de<br />

citrato sódico para evitar la coagulación, tuvo lugar el 9<br />

de noviembre de 1914 en una enferma con tuberculosis<br />

pulmonar que ocupaba la cama número 14 de a sala Fernández<br />

del Instituto Modelo. La sangre transfundida fuera<br />

previamente extraída de Ramón Mosquera, el portero del<br />

Instituto Modelo, gallego y amigo personal de <strong>Canicoba</strong>. El<br />

descubrimiento de esta técnica, la anticoagulación in<br />

Vitro, junto la aplicación de la refrigeración permitieron<br />

salvar miles de vi<strong>das</strong> durante la primera Guerra Mundial al<br />

poder trasladar la sangre a los hospitales de campaña.<br />

Según el <strong>do</strong>ctor Otháran, uno de los biógrafos del Dr. Luis<br />

Agote, en la presentación pública del descubrimiento<br />

participó to<strong>do</strong> el personal del Instituto Modelo, participó,<br />

por tanto, <strong>Antonio</strong> <strong>Canicoba</strong> que ya en aquel momento era uno<br />

de los enfermeros de dicho Instituto.<br />

Nos detenemos un poco en su trabajo en el Hospital Rawson<br />

porque son varias las fuentes que señalan que <strong>Antonio</strong><br />

<strong>Canicoba</strong> no pasó desapercibi<strong>do</strong> en esa institución. Así, en<br />

el número 19 de la revista El Eco de Teo, septiembre de<br />

1917, aparece una noticia con el siguiente titular:


Homenaje la un compañero. <strong>Antonio</strong> <strong>Canicoba</strong>. En dicho<br />

artículo se da noticia de que el 18 de Agosto de 1917<br />

<strong>Antonio</strong> <strong>Canicoba</strong> fue obsequia<strong>do</strong> con un banquete en la Villa<br />

Valcárcel, Pellegrini 46, Capital Federal, y reza: La<br />

iniciativa a parti<strong>do</strong> de to<strong>do</strong>s los emplea<strong>do</strong>s del Instituto<br />

de Clínica Médica del H. Rawson, con objeto de poner de<br />

relieve una vez más las grandes simpatías de que disfruta<br />

su mayor<strong>do</strong>mo y compañero.<br />

En otro párrafo: Un <strong>do</strong>ble significa<strong>do</strong> ha teni<strong>do</strong> esta<br />

demostración, y este es el de haberse adheri<strong>do</strong> al homenaje<br />

el administra<strong>do</strong>r del cita<strong>do</strong> establecimiento, señor Eduar<strong>do</strong><br />

Suárez. Lo que dice bien a las claras que el señor<br />

<strong>Canicoba</strong> no goza solamente de simpatía entre el personal<br />

subalterno, sino entre sus superiores también.<br />

No hay duda de que era un emplea<strong>do</strong> bien valora<strong>do</strong> en el<br />

Hospital Rawson pero, para quien resultaba imprescindible<br />

era para su familia, una familia formada, en 1916, por su<br />

señora Marcelina Fernández y los <strong>do</strong>s hijos del matrimonio,<br />

Luis y María. El primero naci<strong>do</strong> en Argentina y aunque lo<br />

traen a Galicia con casi <strong>do</strong>s años conservó durante buena<br />

parte de su vida la nacionalidad de ese país. En el caso de<br />

María, la hija más joven, la nacionalidad fue siempre la<br />

española ya que había nace en Galicia al poco tiempo de<br />

retornar su madre para la casa de Argunte. Padre e hija<br />

nunca se vieron en persona, <strong>Antonio</strong> la conoció gracias a<br />

una foto que le envió su mujer y a las descripciones que de<br />

ella le hacía en las cartas.<br />

Entre los años 1916 y 1919 Marcelina y <strong>Antonio</strong> se<br />

intercambian correspondencia con una frecuencia, en el<br />

primer año, casi mensual [2]. La mayoría de las cartas que<br />

se conservan son las envia<strong>das</strong> por Marcelina y tan sólo se<br />

conserva una de las envia<strong>das</strong> por <strong>Antonio</strong>. Las cartas de


Marcelina Fernández a su mari<strong>do</strong> sirven para mantener los<br />

vínculos afectivos del matrimonio y su relación. En esas<br />

cartas Marcelina a<strong>do</strong>pta siempre un papel de señora<br />

enamorada de su mari<strong>do</strong>, subordinada a sus mandatos y<br />

eficiente administra<strong>do</strong>ra del dinero que él envía.<br />

Con una caligrafía y una ortografía bastante deficiente<br />

pero propia, con la importancia que eso tiene, Marcelina<br />

era capaz de relatarle a su mari<strong>do</strong>, sin la intermediación<br />

de terceras personas, las circunstancias económicas que le<br />

afectaban en el gobierno de la casa, las novedades<br />

ocurri<strong>das</strong> en la familia o en la parroquia y, sus<br />

sentimientos y esta<strong>do</strong>s de ánimo, marca<strong>do</strong>s estas últimas por<br />

la separación que vivía el matrimonio. To<strong>das</strong> las cartas<br />

tenían unos párrafos dedica<strong>do</strong>s la describirle a <strong>Antonio</strong> el<br />

físico y el comportamiento de los <strong>do</strong>s hijos del matrimonio.<br />

Es curioso constatar como la escasa escolarización en<br />

castellano antes de la emigración la lleva a emplear<br />

numerosos términos saca<strong>do</strong>s del castellano porteño que había<br />

aprendi<strong>do</strong> en su estancia en Buenos Aires, de hecho el único<br />

sitio <strong>do</strong>nde había vivi<strong>do</strong> que se hablaba castellano, entre<br />

ellos el empleo sistemático del pronombre os en lugar del<br />

tu peninsular o el uso de la palabra chancho para referirse<br />

al animal <strong>do</strong>méstico central en la economía y en la<br />

alimentación de las familias gallegas de la época.<br />

Las cartas de Marcelina nos confirman que la estrategia del<br />

matrimonio era la de que <strong>Antonio</strong> trabajarse una temporada<br />

más en Buenos Aires para ahorrar el dinero necesario,<br />

retornar y reunirse con la familia en la esperanza de que<br />

esos ahorros inverti<strong>do</strong>s en tierras harían viable la<br />

explotación agraria familiar. De lo que no hay duda es que<br />

en esos años las remesas de dinero que envía <strong>Antonio</strong><br />

puntualmente son las que permiten salir adelante a su<br />

familia puesto que los rendimientos de la explotación


familiar no llegan ni para pagar los impuestos habituales<br />

de la época, la contribución, los consumos, etc. y afrontar<br />

los gastos diarios.<br />

Así, en la carta de Marcelina con fecha de 15 de noviembre<br />

de 1916 podemos leer: de las <strong>do</strong>s vacas me alcanzaría la<br />

plata quedán<strong>do</strong>me sin tener con que cuidarme y to<strong>do</strong>s los<br />

demás gastos que he teni<strong>do</strong>. Yo te voy a mandar a decir<br />

<strong>do</strong>nde la gasto como es mi obligación. El 20 es la<br />

contribución y el consumo y se acaban de pagar las rentas<br />

y después te man<strong>do</strong> el apunte de to<strong>do</strong>. Es decir, con lo que<br />

le saca a <strong>do</strong>s vacas sólo puede pagar una pequeña parte de<br />

to<strong>do</strong>s los gastos que tiene la casa. Sin el dinero y otro<br />

tipo de bienes, como ropa o loza, remesa<strong>do</strong>s por <strong>Antonio</strong><br />

desde Buenos Aires no sería viable la vida de su mujer e<br />

hijos en Argunte.<br />

Es importante conocer estos aspectos de la vida de este<br />

emigrante para valorar en la justa medida gestos de<br />

generosidad que tenía con la gente que lo rodeaba y que lo<br />

hacían especialmente aprecia<strong>do</strong> tanto en el trabajo como en<br />

el seno de la Sociedad General, como era conocida<br />

coloquialmente la Sociedad Agrícola Municipal de Vedra.<br />

Hasta nosotros llegaron varios objetos que <strong>Antonio</strong> <strong>Canicoba</strong><br />

<strong>do</strong>nó a la Sociedad General en Abril de 1918, entre otros<br />

destacan los siguientes: un encuaderna<strong>do</strong>r automático para<br />

asuntos a despachar; una carpeta; un registra<strong>do</strong>r archivo<br />

para correspondencia y un álbum para fijar en él recortes<br />

de revistas, diarios o semanarios que habían teni<strong>do</strong> algún<br />

interés para la sociedad. El acta de la reunión de la<br />

Comisión Directiva del 27 de abril de 1918 termina con<br />

estas palabras: La comisión da las gracias al compañero<br />

<strong>Canicoba</strong> en nombre de la sociedad, elogian<strong>do</strong> el interés y<br />

celo que demuestra por el progreso de la misma.


En el número 24 de la revista El Eco de Teo [3] aparece una<br />

nota firmada por Telmo Requejo y Celestino Peitea<strong>do</strong>,<br />

presidente y secretario de la Sociedad General, que bajo el<br />

encabezamiento Eutimio Sarmiento dice lo siguiente: Nos es<br />

sumamente grato poner en conocimiento de los compañeros<br />

asocia<strong>do</strong>s, o no asocia<strong>do</strong>s, de esta Institución, los<br />

motivos que tenemos de inmensa gratitud con el señor cuyo<br />

nombre encabeza estas líneas. Presenta<strong>do</strong> a varios miembros<br />

de la actual C.D., hace años y a raíz de asuntos<br />

particulares, por el compañero A. <strong>Canicoba</strong>; hemos hecho<br />

uso de dicha amistad particular utilizán<strong>do</strong>la<br />

societariamente. Sólo conocemos que Eutimio Sarmiento era<br />

un joven argentino, culto, de madre natural de Trives que<br />

tiene una estrecha amistad con <strong>Antonio</strong> <strong>Canicoba</strong> por<br />

trabajar ambos en el Hospital Rawson. En el transcurso de<br />

los años 1917 y 1918 colaboró de algún mo<strong>do</strong> en la<br />

organización de las fiestas que tuvieron lugar en la<br />

Sociedad General, si bien no conocemos de qué manera<br />

concreta. Lo que sí sabemos es que no sería una excepción<br />

el que <strong>Antonio</strong> ponga a disposición de sus pais<strong>anos</strong> sus<br />

relaciones de amistad labra<strong>das</strong>, fundamentalmente, en el<br />

Hospital Rawson.<br />

En otra acta de la comisión directiva de la Sociedad<br />

Agrícola, Ganadera Municipal de Vedra en Sud América,<br />

nombre de la sociedad municipal desde su fusión con el<br />

Comité Auxiliar de la Sociedad Agrícola de Vedra en Buenos<br />

Aires, en agosto de 1917, se agradece el <strong>do</strong>nativo de 20<br />

pesos, moneda nacional argentina, que <strong>Antonio</strong> <strong>Canicoba</strong> hace<br />

a la Sociedad al renunciar a un premio que le correspondía<br />

por ser, junto con Telmo Requejo, el socio que más entra<strong>das</strong><br />

había vendi<strong>do</strong> para uno de los festivales organiza<strong>do</strong>s en ese<br />

año. Renunció a un premio de 20 pesos tien<strong>do</strong> que trabajar y<br />

ahorrar mucho para juntar los <strong>100</strong> o 150 pesos que le<br />

enviaba, con una regularidad aproximadamente semestral, a


su mujer. Era, como dijimos, una persona generosa y<br />

comprometida con la Sociedad General.<br />

En una carta que se conserva en malas condiciones, pero aún<br />

legible, fechada en el 4 de noviembre de 1918 en Buenos<br />

Aires, <strong>Antonio</strong> le relata a su mujer que desde principios<br />

del mes de octubre se encuentra enfermo, el parecer de<br />

gripe, por lo que no le había podi<strong>do</strong> enviar una carta con<br />

<strong>100</strong> pesos argentinos como era a su intención. En la misma<br />

carta escribe: yo no descanso día ni noche ni biene (sic)<br />

hora al mun<strong>do</strong> que no me acuerde de ti si yo me moriré sin<br />

ti ni los chicos sin yo verlos y abrazarlos besarlos. Los<br />

peores mie<strong>do</strong>s serían, por desgracia, los que se acabarían<br />

cumplien<strong>do</strong>. El 23 de noviembre de 1918 se encontraba<br />

ingresa<strong>do</strong> en el Hospital Rawson a la espera de ser opera<strong>do</strong><br />

y así se lo comunica a la comisión directiva de la<br />

Sociedad General mediante una carta, disculpán<strong>do</strong>se, al<br />

tiempo, por no poder asistir a las reuniones.<br />

Lo siguiente que sabemos de su vida y salud aparece en la<br />

revista El Eco de Teo <strong>do</strong>nde bajo el epígrafe Sumamente<br />

agradeci<strong>do</strong>s podemos leer: En el Instituto Modelo, del H.<br />

Rawson, ha si<strong>do</strong> practicada una operación quirúrgica<br />

(litiasis biliar) al amigo y compañero <strong>Antonio</strong> <strong>Canicoba</strong>,<br />

el lunes 25 del pasa<strong>do</strong> Noviembre. Continúan los autores de<br />

la nota de prensa felicitan<strong>do</strong> al equipo médico por su buen<br />

hacer y el éxito de la operación para terminar con estas<br />

palabras: Esta colectividad, sinceramente agradecida hace<br />

suyo el favor dispensa<strong>do</strong> al compañero <strong>Canicoba</strong> y<br />

<strong>do</strong>blemente agradecida tenien<strong>do</strong> en cuenta las atenciones<br />

presta<strong>das</strong> en varias ocasiones a otros conterráneos<br />

nuestros en el precita<strong>do</strong> instituto. Este es el<br />

sentimiento, con el cual rogamos al señor Agote acepte<br />

para él y para los que bajo su dirección actúan en el<br />

instituto Modelo, el homenaje de nuestro sentimiento y


espeto. Firman Celestino Peitea<strong>do</strong> y Telmo Requejo,<br />

presidente y secretario respectivamente de la Sociedad<br />

Residentes del Municipio de Vedra.<br />

Es patente que la presencia de <strong>Antonio</strong> <strong>Canicoba</strong> en el<br />

Rawson repercutía favorablemente en muchos de sus pais<strong>anos</strong><br />

cuan<strong>do</strong> necesitaban asistencia médica.<br />

Lo que le diagnosticaron a <strong>Antonio</strong> era lo que se conoce<br />

vulgarmente como cálculos en la vesícula biliar, y la<br />

operación a la que fue someti<strong>do</strong> consistió en extirpársela.<br />

Precisamente, el <strong>do</strong>ctor Agote había si<strong>do</strong> uno de los<br />

especialistas en esta enfermedad más reputa<strong>do</strong> a nivel<br />

internacional y ya en el año 1916 había publica<strong>do</strong> un libro<br />

con el título Litiasis Biliar.<br />

Durante los meses siguientes a la operación, <strong>Antonio</strong><br />

<strong>Canicoba</strong> continúa como mayor<strong>do</strong>mo en el Rawson y<br />

participan<strong>do</strong> activamente en la vida de la sociedad a la que<br />

pertenecía. En el mes de abril de 1919 forma parte de la<br />

comisión de fiestas que preparaba un festival para el 14 de<br />

junio de ese año. Lamentablemente, no podría completar esos<br />

trabajos puesto que, a principios de mayo de 1919, su salud<br />

vuelve a empeorar y ya no si recuperaría acaecien<strong>do</strong> su<br />

muerte el 7 de mayo de 1919. En el certifica<strong>do</strong> de defunción<br />

se indica como causa de la muerte un estropee cerebral.<br />

Tenía 34 años. Murió muy lejos de su familia y sin conocer<br />

su hija María pero, si atendemos a lo que dice la<br />

necrológica publicada en la revista El Eco de Teo, no murió<br />

sólo ni desatendi<strong>do</strong>, sus compañeros del Rawson y de la<br />

Sociedad de Residentes le acompañaron en to<strong>do</strong> momento.<br />

En la necrológica que publica El Eco de Teo en su número de<br />

junio de 1919, la más extensa de cuantas se habían<br />

publica<strong>do</strong> en esa revista, se relata con detalle el<br />

transcurrir de las honras fúnebres hacien<strong>do</strong> hincapié en que


fueron el propio Dr. Agote junto con el administra<strong>do</strong>r del<br />

hospital Rawson, Suárez, y su compañero Eutimio Sarmiento<br />

los que se encargaron de la organización del entierro. Ante<br />

su sepultura en el Cementerio del Oeste, Chacarita, y ante<br />

la comitiva fúnebre que lo acompañaba el administra<strong>do</strong>r del<br />

hospital Rawson pronunció el discurso que nos permitimos<br />

transcribir:<br />

En nombre del personal del Instituto Modelo y del Hospital<br />

Rawson, vengo a dar el último adiós al que fué en vida un<br />

buen emplea<strong>do</strong>, honra<strong>do</strong>, laborioso y leal. Cada cual en su<br />

esfera, si su desempeño aporta un grano de arena al<br />

bienestar común, y sí así lo consideramos no podemos menos<br />

de decir que dentro de sus modestas aptitudes fué un<br />

excelente e incansable hombre de labor y su recuer<strong>do</strong><br />

perdurará en el ánimo de jefes, compañeros y amigos.<br />

Exteriorízase esta manera de pensar con la presencia en<br />

este acto de personas que han sabi<strong>do</strong> de cerca apreciar sus<br />

condiciones de respetuosidad y afecto hacia sus jefes y de<br />

cariño y bondad hacia sus compañeros y subordina<strong>do</strong>s.<br />

Reciba, pues, nuestro leal mayor<strong>do</strong>mo este póstumo tributo,<br />

sincero y grande, en cuanto ello significa enaltecer al<br />

hombre que supo en vida dentro de su radio de acción<br />

conservar siempre el cariño y respeto de los que le<br />

rodearon.<br />

Y nosotros queremos añadir:<br />

<strong>Antonio</strong> <strong>Canicoba</strong>, bueno y generoso, que las losas del<br />

cementerio del Oeste te acaricien con el mismo amor que<br />

sentías por los tuyos y por tu tierra.<br />

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[1] Es preciso señalar que no era habitual que emigraran<br />

los <strong>do</strong>s miembros del matrimonio juntos. El hecho de que<br />

Marcelina fuera huérfana de padre y madre permitió que<br />

pudiera emigrar con su mari<strong>do</strong>. Si alguno de los padres<br />

hubiese esta<strong>do</strong> vivo en esas fechas, y sien<strong>do</strong> hija única, lo<br />

más normal es que ella hubiese queda<strong>do</strong> en la casa paterna<br />

para cuidarlos.<br />

[2] La máxima frecuencia posible para el correo entre<br />

Argentina y Galicia en la época.<br />

[3] La revista El Eco de Teo se publicó en Buenos Aires<br />

mensualmente desde 1916 hasta 1922 año en el que cambió su<br />

cabecera por la de Hércules. Estaba sostenida por las<br />

sociedades Residentes de Teo en Buenos Aires y la Sociedad<br />

Agrícola de Residentes de Vedra en Sud América. Su<br />

finalidad era satisfacer las necesidades de información de<br />

los asocia<strong>do</strong>s y no asocia<strong>do</strong>s procedentes de los municipios<br />

de Teo y Vedra fundamentalmente.

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