Fernando Fernan Gomez - El Viaje a Ninguna Parte.pdf
Fernando Fernan Gomez - El Viaje a Ninguna Parte.pdf
Fernando Fernan Gomez - El Viaje a Ninguna Parte.pdf
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
<strong><strong>Fernan</strong>do</strong> Fernán-Gómez<br />
tienen que marcharse, porque dentro de diez minutos va a empezar la<br />
función. Para verla hay que tomar otra consumición.<br />
La mayoría se fueron. Se quedaron sólo ocho o diez, porque la competencia<br />
del cine ya era muy dura para los espectáculos teatrales. Mi hijo<br />
Carlitos se quedó sentado a una de las mesas del fondo, impasible, hasta<br />
que la comedia llegó al desenlace.<br />
-«Papá, mamá, le elijo a él, a Roberto» decía mi prima Rosa con su voz<br />
aún infantil, muy en su papel de niña bien.<br />
-«Entonces, ¿yo me quedo compuesta y sin novio?» -replicaba Juanita.<br />
Y ahí intervenía yo con mi truco de la voz gangosa, que tantos éxitos<br />
me había proporcionado y que en aquella obra servía para reforzar el<br />
efecto cómico `de mi personaje, que era tartamudo.<br />
-«No, Luisita. Vámonos. Vámonos tú y yo en seguida... Yo tengo mi co...<br />
mi co... mi co...»<br />
-«¿Tu coche?» -preguntaba Juanita.<br />
-«Pero ¿usted tiene coche?» -preguntaba a su vez doña Julia, mi tía.<br />
-«Mi co... mi corazón para acompañar al tuyo.»<br />
Y siempre, como aquel día, sonaban unas risas.<br />
-«Porque aunque sea pobre -continuaba yo-, me sobra lo que hace falta<br />
para man... para man... para man...»<br />
-«Para mantenerla?» -preguntaba impaciente mi padre,<br />
-«Para mandar a tu familia al cuerno» -remataba yo. Y la frase era<br />
recibida con una carcajada.<br />
-«¡Grosero!»<br />
-«Mamá, le quiero.»<br />
Mi tía, doña Julia, exclamaba:<br />
-«¡Me ma...! ¡Me ma...! ¡Me ma...!»<br />
-«¡Mamá, no me insultes!» -protestaba Juanita.<br />
-«¡Me mataré si veo a mi hija con este desgraciado! ¡Me había contagiado!»<br />
Más risas de los espectadores. Y el primer actor Arturo Galván, mi<br />
padre, cerraba la comedia:<br />
-«Déjalos, Lupercia, déjalos. Son dos corazones que se acompañan. Y<br />
cuando se unen dos corazones, tienen más fuerza que todas las razones.»<br />
Nuevos y últimos aplausos. Mi hijo Carlitos también aplaudió. Lo vi<br />
porque estuve pendiente de él toda la representación. Dio dos palmadas.<br />
Mi padre y yo, sin quitarnos la pintura ni los trajes de escena, fuimos<br />
corriendo a buscarle. Aquella tarde todos habíamos hecho la función<br />
para él.<br />
-¿Qué? ¿Qué te ha parecido, nieto? -preguntó con su ancha sonrisa mi<br />
padre.<br />
-Había poco público porque es mala época del año -añadí yo-,pero los<br />
que había se han reído lo suyo, ¿verdad?<br />
12