Historia íntima del pene - Nau Llibres

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13.07.2013 Views

52 José Luis Arrondo Arrondo orgasmo sólo con acariciar estas zonas. El cuello, las mejillas, la cara interna de los muslos, las manos, los pies, la espalda y las nalgas son zonas altamente excitables. El trasero, el culo, tiene una evocación hacia el erotismo, aunque debemos reconocer que la zona glútea femenina es más atractiva que la nuestra. Por particularidades anatómicas y por consideraciones socioculturales, se ha convertido en una potente señal erógena: un culo pino y fi rme se percibe con un sutil mensaje libidinoso. La hembra tiene la espalda más arqueada; esta cierta lordosis6 hace que su trasero sea más respingón, más sobresaliente. A ello se une que, debido a la disposición de los huesos de la cadera y de las piernas, las mujeres hacen de su andar un bello y atractivo contoneo. Muchas mujeres saben que esto se puede resaltar con horas en un gimnasio, con masajes específi cos o con zapatos de tacón alto. En las mujeres caribeñas, lo sobresaliente del pandero es algo innato y en ocasiones resulta espectacular. Pero, ¡atención!, las nalgas de los varones también tienen su importancia, tanto antropológica como actual. Unos glúteos musculosos, pequeños y apretados sugieren vigor y pueden ser un reclamo para el ataque; a muchas mujeres se les va la vista. Según una encuesta de Dympanel, publicada en la revista Quo número 50, Noviembre de 1999, el 44% de los varones españoles creen que el tacto es el sentido más estimulante, seguido de la vista con un 36%. Las mujeres creen que el oído es el sentido que más les estimula. Las partes del cuerpo que más nos excitan son los pechos con el 47%, seguido de las nalgas con el 24%. La ropa interior resulta más excitante para los hombres (41%) que la ausencia total de las prendas (5%). Es socialmente admitido que cualquier prenda que insinúe, que sombree el pubis, los genitales o los pezones dispara la imaginación y encandila a los hombres. Y, contrariamente a lo que se podría pensar, los genitales al descubierto se ven poco excitante. Para terminar este apartado sobre la estimulación, deseo hacer referencia a dos citas que considero muy elocuentes y que pueden servir como broche fi nal. Como afi rma Félix López en un excelente libro sobre la Antropología de la Sexualidad, podemos decir que: “El cuerpo humano es un mapa erótico, lleno de valles, montañas, curvas, atajos y riberas, ríos profundos, playas de arena cálida, para poder ser explorado y gozado.” Por otra parte, Olga Bertomeu, expresa magistralmente, en su libro ya comentado: “¡Qué cuerpo el nuestro! Jamás la humanidad podrá inventar un lenguaje ni más extenso, ni más cálido, ni más cruel que el de nuestro cuerpo”. ¿Cuándo nos convenceremos los humanos de que ni un solo recoveco de nuestro cuerpo es ajeno al gozoso estremecimiento y a la irresistible seducción? 6 Lordosis: Curvadura de la columna vertebral de convexidad anterior.

Capítulo 5. La excitación: “Todo se nos levanta” El mantenimiento de una adecuada estimulación sexual mediante la percepción de todo tipo de estímulos sobre la mente y la piel, particularmente sobre las zonas erógenas, pone en marcha la fase de excitación, que tendrá como su punto máximo el orgasmo. La respuesta que se produce en nuestro cuerpo conlleva un aumento de la congestión, del enrojecimiento y de la sudoración.

52 José Luis Arrondo Arrondo<br />

orgasmo sólo con acariciar estas zonas. El cuello, las mejillas, la cara interna de los<br />

muslos, las manos, los pies, la espalda y las nalgas son zonas altamente excitables.<br />

El trasero, el culo, tiene una evocación hacia el erotismo, aunque debemos<br />

reconocer que la zona glútea femenina es más atractiva que la nuestra. Por<br />

particularidades anatómicas y por consideraciones socioculturales, se ha convertido<br />

en una potente señal erógena: un culo pino y fi rme se percibe con un<br />

sutil mensaje libidinoso. La hembra tiene la espalda más arqueada; esta cierta<br />

lordosis6 hace que su trasero sea más respingón, más sobresaliente. A ello se<br />

une que, debido a la disposición de los huesos de la cadera y de las piernas, las<br />

mujeres hacen de su andar un bello y atractivo contoneo. Muchas mujeres saben<br />

que esto se puede resaltar con horas en un gimnasio, con masajes específi cos o<br />

con zapatos de tacón alto. En las mujeres caribeñas, lo sobresaliente <strong>del</strong> pandero<br />

es algo innato y en ocasiones resulta espectacular. Pero, ¡atención!, las nalgas de<br />

los varones también tienen su importancia, tanto antropológica como actual.<br />

Unos glúteos musculosos, pequeños y apretados sugieren vigor y pueden ser un<br />

reclamo para el ataque; a muchas mujeres se les va la vista.<br />

Según una encuesta de Dympanel, publicada en la revista Quo número<br />

50, Noviembre de 1999, el 44% de los varones españoles creen que el tacto es<br />

el sentido más estimulante, seguido de la vista con un 36%. Las mujeres creen<br />

que el oído es el sentido que más les estimula. Las partes <strong>del</strong> cuerpo que más nos<br />

excitan son los pechos con el 47%, seguido de las nalgas con el 24%. La ropa<br />

interior resulta más excitante para los hombres (41%) que la ausencia total de<br />

las prendas (5%). Es socialmente admitido que cualquier prenda que insinúe,<br />

que sombree el pubis, los genitales o los pezones dispara la imaginación y encandila<br />

a los hombres. Y, contrariamente a lo que se podría pensar, los genitales<br />

al descubierto se ven poco excitante.<br />

Para terminar este apartado sobre la estimulación, deseo hacer referencia<br />

a dos citas que considero muy elocuentes y que pueden servir como broche<br />

fi nal. Como afi rma Félix López en un excelente libro sobre la Antropología de la<br />

Sexualidad, podemos decir que: “El cuerpo humano es un mapa erótico, lleno de<br />

valles, montañas, curvas, atajos y riberas, ríos profundos, playas de arena cálida,<br />

para poder ser explorado y gozado.” Por otra parte, Olga Bertomeu, expresa<br />

magistralmente, en su libro ya comentado: “¡Qué cuerpo el nuestro! Jamás la<br />

humanidad podrá inventar un lenguaje ni más extenso, ni más cálido, ni más<br />

cruel que el de nuestro cuerpo”.<br />

¿Cuándo nos convenceremos los humanos de que ni un solo recoveco de<br />

nuestro cuerpo es ajeno al gozoso estremecimiento y a la irresistible seducción?<br />

6 Lordosis: Curvadura de la columna vertebral de convexidad anterior.

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