Historia íntima del pene - Nau Llibres
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46 José Luis Arrondo Arrondo<br />
terístico olor a azahar por las calles de Sevilla en el mes de Abril. Pero hoy,<br />
las industrias de la cosmética se han empeñado en atrofi ar nuestras primitivas<br />
cualidades, imponiéndonos fragancias desvirtuadas y artifi ciales. Algunos<br />
productos ya están provistos de sus feromonas, con la fi nalidad de asegurar<br />
el negocio, más que de despertar el erotismo. El anuncio de un perfume va<br />
ligado con imágenes o escenas cargadas de sensualidad.<br />
c) El oído<br />
El lenguaje verbal está repleto de matices que pueden abrirnos al mundo erótico<br />
y contribuir al <strong>del</strong>eite sexual. Parece que las mujeres son más sensibles<br />
a los estímulos verbales. Los sentimientos y las emociones se transmiten al<br />
otro en forma de palabras, susurros, suspiros, gritos, llantos y hasta gozosos<br />
gemidos. Cuando uno se está poniendo en trance, escuchar algunas palabras,<br />
casi susurros, que emanan a milímetros <strong>del</strong> pabellón auditivo –mensajes bonitos,<br />
sugerentes y de contenido ardiente– pueden hacernos temblar de emoción<br />
y predisponernos a una respuesta precoz y entusiasta. Aquí sí que es básico<br />
escuchar, que no oír, como diría una periodista a la que admiro, Pepa Fernández.<br />
Algunas parejas, mientras oyen palabras que podrían resultar insinuantes,<br />
suelen estar pensando de qué color pintar la habitación o a qué hora televisan<br />
el partido de fútbol. No sólo las palabras, sino determinados sonidos y piezas<br />
musicales pueden servir de estímulo. La música ha sido utilizada, desde las<br />
culturas más primitivas, como llamada a la sexualidad; se piensa, incluso,<br />
que es una atávica técnica de seducción, como sucede en algunas aves. Los<br />
tambores y otros instrumentos sonaban con ímpetu en cualquier ritual primitivo<br />
de carácter sensual. Incluso se ha demostrado que determinados ritmos<br />
musicales que poseen una cadencia semejante a las contracciones orgásmicas<br />
de los genitales aumentan la secreción de adrenalina, hormona que estimula<br />
más a la acción. Esto explica las locuras en las noches caribeñas, aderezadas<br />
con una buena dosis de vitamina R, el ron. Por otra parte, el lóbulo carnoso y<br />
colgante de la oreja es particularmente sensible a las chupadas, succiones y a<br />
los mordisqueos. Con respecto al oído, existe otro término que hace referencia<br />
a una forma de voyeurismo, pero con las orejas, el oyeurismo5 .<br />
d) El gusto<br />
En la relación sexual, debemos aprender a aderezar el deseo. La lista de<br />
sustancias afrodisíacas, alimentos potenciadores <strong>del</strong> deseo, es amplísima.<br />
Determinas comidas o productos alimenticios parece que pueden estimular<br />
el deseo sexual, la libido: ostras con vino seco, trufas, canela, espárragos,<br />
mariscos, chocolate... Sin embargo, muchos científi cos aseguran que su efecto<br />
sólo está en la mente de quien los saborea, convencidos de que ejercen ese<br />
papel. Amigos lectores, más a<strong>del</strong>ante dedicaremos un capítulo a este tema.<br />
5 Oyeurismo: disfrutar sexualmente con llamadas telefónicas de contenido erótico.