Setmana San

SETMANA SANTA SAGUNTINA 2012
necesaria que nos impone. No podemos tener fe sin un ejercicio de dicha
fe”.
¿Quién no quiere ser feliz en esta vida? Creo que todos perseguimos
de una manera u otra la felicidad, con mayor o menor acierto, con
mayor o menor éxito. Todos deseamos tener paz en nuestro corazón, en
nuestra vida. Y muchas veces nos estrellamos. Somos tontos. Buscamos
muchas veces fuera de nosotros. Dios está más cerca de nosotros de lo
que creemos. Como dice S. Agustín: “Dios es más íntimo a nosotros, que
nosotros mismos”.
Es tiempo de poner en marcha la maquinaria de nuestra alma, donde
hace un tiempo Dios se hizo presente el día que recibimos el Bautismo.
Es tiempo de rezar. De orar a ese Padre nuestro que nos ama con locura
infinita. Es hora, siempre es hora, de volver a darle cuerda al reloj de nuestra
vida espiritual. Ese reloj que tal vez lleve parado hace mucho tiempo.
o que funciona sólo a ratos, en días concretos, en fechas señaladas .
La consecución de la felicidad exige una ascética personal. Sí, también
exige esfuerzo por nuestra parte. Exige renuncias, entrenamiento
continuo. Es un error creer que la felicidad se puede alcanzar mediante el
abandono a las inclinaciones del instinto. Es una mentira confundir felicidad
con el placer o la utilidad.
Como dice el Beato Juan Pablo II: “¿no está este trágico error en la
base de tanta desesperación, de tanto aburrimiento, de la vida que demasiado
a menudo podemos constatar en los espíritus juveniles? Decidles
que la fe y la felicidad no se excluyen mutuamente, sino que son distintos
nombres dados a una misma meta. ¡Pues la fe se le revela al hombre para
su felicidad!”
La fe está en la Palabra de Dios, en la oración, en la Misa, en el perdón
de los pecados por medio del sacramento de la Confesión. Y todo ello
nos llevará al Amor, Jesucristo. Y, por medio de Él, al amor al prójimo. Fe
y práctica. Fe y obras.
Pidámosle al Señor lo que le pedían los Apóstoles: adauge nobis
fidem , auméntanos la fe! Pidamos como el ciego del Evangelio: Señor, que
vea! Acudamos a nuestra Madre del Cielo para que nos ayude a quitar de
nosotros todo lo que nos separa de su Hijo.
44 La práctica de la fe