Giobany Arévalo > Gabriela Torres Olivares >Anuar Jalife - Literal
Giobany Arévalo > Gabriela Torres Olivares >Anuar Jalife - Literal
Giobany Arévalo > Gabriela Torres Olivares >Anuar Jalife - Literal
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
de la acción a representar, así como un interés<br />
constante por sugerir distancias, volúmenes<br />
y movimientos de maneras inusitadas.<br />
Siempre realzadas por medio de un achurado<br />
minucioso, al que Gorey dedicó más y más<br />
esfuerzo a medida que pasaban los años, sus<br />
The Interesting List (crop)<br />
Zillah<br />
fi guras –seres humanos, animales, criaturas<br />
de origen desconocido– se desplazan por espacios<br />
sorprendentemente provistos de texturas,<br />
temperaturas y condiciones cambiantes<br />
de iluminación logradas exclusivamente por<br />
medio de líneas de longitud, grosor y densi-<br />
dad variables. Incluso, los dibujos en color de<br />
Gorey, relativamente escasos, se consideran<br />
generalmente menos expresivos que los que<br />
se limitan a sugerir el color. (Una imagen memorable<br />
de La pareja repugnante –The Loathsome<br />
Couple, 1977– muestra el interior de<br />
un cine a oscuras a la mitad de una proyección<br />
y consigue, sólo por medio de un control<br />
cuidadoso del achurado, sugerir el volumen<br />
de las fi las de espectadores y la luz debilísima<br />
refl ejada en ellos por la pantalla.)<br />
Por el otro lado están los textos: incluso<br />
El ala oeste (The West Wing, 1963), una serie<br />
de dibujos sin palabras justamente celebrada<br />
como una obra maestra de Gorey y tenida a<br />
veces por prueba de la preeminencia de lo<br />
dibujado sobre lo escrito en su obra, utiliza<br />
recursos textuales, pues marca cada dibujo<br />
–escenas misteriosas, elusivas más que francamente<br />
inquietantes, en el interior de una<br />
mansión– con números, como si cada imagen<br />
fuera inciso de una lista o término de una<br />
enumeración, y coloca un signo de infi nito<br />
(∞) en la última de todas: una vela encendida<br />
que fl ota en el aire. El efecto producido por<br />
estos pocos signos no es menos expresivo<br />
que el que producen sus narraciones y poemas<br />
más acabados, y que dejan ver un pronunciado<br />
gusto por el humor y lo macabro,<br />
una gran capacidad para el understatement<br />
e infl uencias de autores tan variados como<br />
Edward Lear, Alphonse Allais y Robert Musil.<br />
El lector atento de El ala oeste se queda, ante<br />
el último dibujo, con serias dudas sobre el<br />
sentido de las sutilezas del conjunto: ¿debe<br />
sospechar la existencia de más dibujos entre<br />
el veintitantos y el infi nito? ¿O el número es<br />
una califi cación, una gradación, una intensidad?<br />
Y en tal caso, ¿Intensidad de qué?<br />
Lo que queda claro es que siempre, aun<br />
en los trabajos más lacónicos, existe el desarrollo<br />
secuencial –el signo fundamental de<br />
identidad del cómic– y, más aún, la interrelación<br />
constante de las imágenes y los textos:<br />
dos “corrientes” o “fl ujos” de información<br />
distinguibles pero imposibles de separar. En<br />
la relación de uno y otro se encuentran invariablemente<br />
los efectos de sentido más<br />
importantes. En Los obeliscos chinos (The<br />
Chinese Obelisks, 1970), Gorey coloca su<br />
caricatura, que repitió en muchas otros ocasiones<br />
y es reconocible de inmediato para<br />
sus admiradores: un hombre alto, barbado,<br />
vestido con zapatos tenis y un grueso abrigo<br />
de piel. Sin embargo, el texto identifi ca<br />
al personaje como “The Writer”: el escritor,<br />
OTOÑO, 2009 LITERAL. VOCES LATINOAMERICANAS 25