Episodios Nacionales - Mendizábal.pdf - Ataun
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-Toros de sentido... de excesivo sentido, maliciosos, imposibles para la brega, por lo cual creo que no puede acabar bien la elocuente corrida que estamos celebrando. -¡Ja, ja, ja!... Muy bien. En fin, concretemos: seamos explícitos y lacónicos, porque este joven (por Calpena) dirá, y con razón, que le estamos embromando. ¿Verdad, señor Calpena, que no entiende usted qué relación puede existir entre su persona y estas cosas desordenadas que acaba de oír? -En efecto: no se me alcanza qué concomitancia pueda tener mi humilde persona con esos agentes reservados, con esas intrigas, con el Sr. Dracón y demás... -Hemos sabido -dijo Nicomedes con campanuda solemnidad-, que de Francia se remitió un paquete de interesantes papeles a Madrid... No vaya usted a creer que intentamos sustraer ese tesoro, y apropiárnoslo por medios contrarios a
la hidalguía. En poder de usted se halla todavía el encargo. La persona que debía recogerlo ha sido presa, y probablemente no saldrá pronto de la cárcel. Es muy posible que alguien intente apoderarse del paquete, diciendo a usted que viene de parte de su legítimo dueño. Yo le suplico, señor D. Fernando, que no lo suelte, aunque los que vengan a pedirlo le presenten esquela del mismo Sr. D. Eugenio Aviraneta, a quien viene dirigido, porque tanto el recado como la esquela serán falsos de toda falsedad. -Pues correspondo a su franqueza -dijo D. Fernando, a quien todos oían con vivísima atención-, que no traigo yo encargo ni cosa alguna para ese señor que acaba de nombrar; y si algo hay en mi baúl, que me confiaron en la frontera personas de toda mi confianza, y que no conspiran ni han conspirado nunca, lo entregaré a quien venga a reclamarlo, siempre que acredite, por usual conocimiento, ser la persona a quien viene rotulado.
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la hidalguía. En poder de usted se halla todavía<br />
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Fernando, a quien todos oían con vivísima<br />
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