Episodios Nacionales - Mendizábal.pdf - Ataun
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pre decían lo mismo. Por fin, comenzada la votación, los parroquianos de tribunas descendían a los salones bajos y pasillos. Los Procuradores, conforme votaban, iban apareciendo por las puertas del salón de sesiones, y el tumulto crecía, la atmósfera era espesa y cálida, y el ruido bastante a marear la cabeza más firme. Apareciósele Nicomedes, sofocadísimo, echando lumbre por los ojos, entre un pelotón de periodistas, y desde lejos le intimó en esta forma: «¡Eh, clérigo... en qué mal día viene! Imposible hacer nada hoy. Ya ve su merced el jaleo que hay aquí». En pocas palabras le informó D. Pedro de que no venía más que a retirar todo lo actuado, y a manifestar a su amigo que ya no quería más recomendaciones ni molestar a nadie. Sin hacer caso de lo que decía el presbítero, prorrumpió Iglesias en ruidosas exclamaciones, a las que siguieron cláusulas narrativas, en pintoresco y familiar lenguaje: «¡Válgame Dios, qué discurso nos ha largado el
camello! Lo que me hace más gracia es el tonillo sentencioso que toma para decir las mayores simplezas». Apretose el corrillo alrededor de Iglesias (metiéndose en él D. Pedro con empuje de codos), y uno de los jovenzuelos más avispados que en el cotarro bullían, se echó a reír diciendo: «¿Pero ustedes le oyeron los latines con que hoy nos ha obsequiado?... Mutatas mutandas... Es divino este señor». -Él no sabrá de citas históricas, como dijo ayer... pero lo que es gramática... -Esto del voto de confianza -manifestó con saña Nicomedes- resulta lo que digo en mi artículo de esta mañana: un cubilete de charlatán. -Como que todo esto no es más que un tapujo de los agios y embrollos que este D. Juan y Medio se trae.
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pre decían lo mismo. Por fin, comenzada la<br />
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crecía, la atmósfera era espesa y cálida, y<br />
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Apareciósele Nicomedes, sofocadísimo,<br />
echando lumbre por los ojos, entre un pelotón<br />
de periodistas, y desde lejos le intimó en esta<br />
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Imposible hacer nada hoy. Ya ve su merced el<br />
jaleo que hay aquí». En pocas palabras le informó<br />
D. Pedro de que no venía más que a retirar<br />
todo lo actuado, y a manifestar a su amigo<br />
que ya no quería más recomendaciones ni molestar<br />
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