Episodios Nacionales - Mendizábal.pdf - Ataun
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nas apunta el bozo, pero que ya es poeta y prosista. Todos estos niños y otros se traen unas ideas sentimentales que creo yo harán más estragos que los devaneos fúnebres, incendiarios y sanguinolentos del romanticismo. Busque a ese Miguelito de los Santos y hágase su amigo. »Y vamos a lo principal. Esté usted preparado para un viaje, ¡oh pacientísimo señor D. Pedro!, y perdone que le haga andar de coronilla. Dentro de unos días, quizás mañana o pasado, será Fernando trasladado a una Intendencia de provincia, probablemente a Cádiz o Barcelona, lejos, lejos. Se le destina a las nuevas oficinas que se crean para la redención de censos y la venta de bienes del clero. No creo que se rebele contra las órdenes del Ministro, negándose a salir. Si así lo hiciera, será preciso recurrir a otros medios. Pero no es probable que llegue a tanto su rebeldía... Oiga usted lo que tiene que hacer. En cuanto él reciba su nuevo nombramiento, que irá acompañado de una orden para
salir en posta, usted le incita a no dilatar la partida, le dispone coche, se brinda a acompañarle, le dice que volverán pronto; pero la vuelta de ustedes será la del humo; y una vez allá, trínquemele bien. Si logramos apartarle de su infierno siquiera cuatro o cinco meses, estamos salvados, mi buen amigo y coadjutor. »Otra cosa tengo que advertirle. Debe usted, desde que disponga el viaje, abandonar el traje eclesiástico y vestirse de corto. Hasta creo que le sentará bien la ropa de hombre, digo, de paisano... tampoco es esto; vamos, de seglar. Como los vientos que hoy corren en España no son muy favorables a las personas eclesiásticas, por la guerra que estas hacen al Gobierno, unos con las armas en la mano, otros con sermones y escritos virulentos, no le conviene a nuestro cleriguito echarse con sotana y balandrán por esos mundos. Tenga presente que dentro de quince días, lo más, saldrá el decreto en que se ordena limpiar a los frailes el comedero, y ya
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trínquemele bien. Si logramos apartarle de su<br />
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»Otra cosa tengo que advertirle. Debe usted,<br />
desde que disponga el viaje, abandonar el traje<br />
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tampoco es esto; vamos, de seglar. Como<br />
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muy favorables a las personas eclesiásticas, por<br />
la guerra que estas hacen al Gobierno, unos con<br />
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cleriguito echarse con sotana y balandrán por<br />
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