Episodios Nacionales - Mendizábal.pdf - Ataun
Episodios Nacionales - Mendizábal.pdf - Ataun Episodios Nacionales - Mendizábal.pdf - Ataun
ces que no? ¿Pues de quién se trata? ¿No puedo saberlo? Sea quien fuere podré darte una opinión franca, un buen consejo. -Me hallo en una situación tal, que toda opinión que no sea la mía me hará el efecto de una enemistad irreconciliable; y en cuanto a los consejos, debe usted esperar a que yo se los pida. -Arrogantillo estás. Por lo que dices, voy entendiendo que tus amores son de esos que llaman, que llaman... no sé... esta clase de bregas son para mí desconocidas. Pero ello debe de ser cosa vergonzosa, una pasión de estas que nos ha traído el romanticismo, y que suelen acabar con descabello de media humanidad. Interrumpió el diálogo la llegada de una carta. Era de la mano oculta, que no había escrito en toda la semana. A Fernando le dio un vuelco el corazón, y barruntando que el contenido de la epístola heriría su vidriosa sensibilidad, rogó al
clérigo que la leyese. Él oiría, procurando enterarse, pues su espíritu, en aquellos días de ansias y delirio, no acudía fácilmente al reclamo de la realidad próxima. Después de suspirar fuerte, D. Pedro leyó: «¿Con que tenemos al niño enamorado? Ya me esperaba yo ese sarampión, que rara vez falla a los veintidós años. Paciencia, y pues no hay más remedio que pasarlo, no lo combatamos, y pónganse los medios para que brote bien... Tontín, se te tolera esa pasioncilla juvenil, que es el paso de la adolescencia a la madurez de la vida. Los hombres conceptúan eso necesario, inevitable; tales turbonadas, dicen, son necesarias, hasta convenientes. Sea: con pena lo admito, y te suplico que acabes cuanto antes, no sea que la enfermedad se meta demasiado en lo hondo. No tengo tranquilidad hasta que sepa el radical fin de esa novelesca aventurilla, y no dudes que he de saberlo, como supe lo del banquete que te dio la Zahón, como ten-
- Page 323 and 324: nada, pues procuraba colocar pronta
- Page 325 and 326: a muy bien dispuesto, aunque con un
- Page 327 and 328: selecto, formando igualdades. En el
- Page 329 and 330: -No le haga usted caso, señor Calp
- Page 331 and 332: -Lo prometo... -dijo Maturana-, sin
- Page 333 and 334: negaba, dando a entender que favore
- Page 335 and 336: vengándose de alguna trastadilla q
- Page 337 and 338: guardó su sorpresa y no dijo nada.
- Page 339 and 340: a la caridad sublime, a los más al
- Page 341 and 342: sé yo qué... No podía respirar..
- Page 343 and 344: -Según eso, ¿he de volver?... Al
- Page 345 and 346: encima de los obstáculos más impo
- Page 347 and 348: -Aura, no hables más o me muero...
- Page 349 and 350: -¡La madre!... ¡la madre!... -mur
- Page 351 and 352: ofetada en castigo de tanta necedad
- Page 353 and 354: seo... Había de llegar, puesto que
- Page 355 and 356: de valor. Aquella noche no llevaba
- Page 357 and 358: luz de su farolillo, allá junto a
- Page 359 and 360: cargado de la centinela, para avisa
- Page 361 and 362: mos nosotros unos pobrecitos, dejad
- Page 363 and 364: -Sí, sí -dijo Aura con tan vivo m
- Page 365 and 366: -Pues si Jacoba, y lo mismo podría
- Page 367 and 368: el sereno pasó varias veces, dirig
- Page 369 and 370: -XXIII- Más que inquieto, lleno de
- Page 371 and 372: momentos esperaba? Entregándose a
- Page 373: -Di que no los conoces. Mientras te
- Page 377 and 378: -Espérate un poquito y déjame aca
- Page 379 and 380: no, lo mismo. No altero mis propós
- Page 381 and 382: pobrísima estancia donde me criaro
- Page 383 and 384: Apóstol bendito mi patrono, santa
- Page 385 and 386: también su misterioso vigía, y qu
- Page 387 and 388: en mi colocación y no quiero perde
- Page 389 and 390: enemigos, alejándole de la meta de
- Page 391 and 392: al recato, sólo existía en su con
- Page 393 and 394: de pura fórmula, en que no se dice
- Page 395 and 396: dijo... Que no quería hablarme de
- Page 397 and 398: -No sé... creo que... Una noche, e
- Page 399 and 400: defendido con ardor, empezaban a se
- Page 401 and 402: a una tristeza profunda, y no veía
- Page 403 and 404: muestra por ti. Le desdeñas, evita
- Page 405 and 406: mermar o poner en peligro ese fant
- Page 407 and 408: insensato ha comprado armas: dos pi
- Page 409 and 410: fiambre, y ejemplos sueltos de pros
- Page 411 and 412: prema autoridad le había conferido
- Page 413 and 414: salir en posta, usted le incita a n
- Page 415 and 416: desgraciada ocasión cuatro palabre
- Page 417 and 418: gigantesca estatura descollaba D. J
- Page 419 and 420: camello! Lo que me hace más gracia
- Page 421 and 422: cambio por los de Cicerón. Pero to
- Page 423 and 424: convencimiento. Se ve que no cree e
clérigo que la leyese. Él oiría, procurando enterarse,<br />
pues su espíritu, en aquellos días de ansias<br />
y delirio, no acudía fácilmente al reclamo<br />
de la realidad próxima. Después de suspirar<br />
fuerte, D. Pedro leyó:<br />
«¿Con que tenemos al niño enamorado? Ya<br />
me esperaba yo ese sarampión, que rara vez<br />
falla a los veintidós años. Paciencia, y pues no<br />
hay más remedio que pasarlo, no lo combatamos,<br />
y pónganse los medios para que brote<br />
bien... Tontín, se te tolera esa pasioncilla juvenil,<br />
que es el paso de la adolescencia a la madurez<br />
de la vida. Los hombres conceptúan eso<br />
necesario, inevitable; tales turbonadas, dicen,<br />
son necesarias, hasta convenientes. Sea: con<br />
pena lo admito, y te suplico que acabes cuanto<br />
antes, no sea que la enfermedad se meta demasiado<br />
en lo hondo. No tengo tranquilidad hasta<br />
que sepa el radical fin de esa novelesca aventurilla,<br />
y no dudes que he de saberlo, como supe<br />
lo del banquete que te dio la Zahón, como ten-