Episodios Nacionales - Mendizábal.pdf - Ataun
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Jacoba tuvo que cogerle por un brazo, obligándole a recobrar su asiento a contestar formalmente a lo que tres o cuatro veces le había preguntado sin obtener respuesta. «No vuelvo a admitirle a usted en mi casa -le dijo- si no me contesta con claridad. A ver: si usted lo sabe, me lo tiene que decir... No valen misterios conmigo». -Señora mía -respondió D. José plantándose la mano abierta sobre el pecho-. Por el nombre que llevo, nombre ilustre si los hay; por la salud de mis hijos, por el amor purísimo de mi esposa, digo y juro que este mozo gallardo es hijo del mismísimo D. Juan Álvarez Mendizábal, mi augusto jefe. -Me lo figuraba -dijo Doña Jacoba con mirada resplandeciente-. Pero me falta saber otra cosa... ¿Y la madre?... ¿quién es la madre?
-¡La madre!... ¡la madre!... -murmuró Milagro como en grande confusión, pasándose la mano por el cráneo. -Sí, hombre... ¿quién es la madre? -¡La mamá!... ¡Ah!, ya recuerdo... Con el maldito néctar se le va a uno la memoria... Pues la madre... silencio, que no nos oiga nadie... es... ¡una reina! -¡Una reina! -exclamó D. Carlos con espantados ojos. -Chitón... Es un secreto... Y créanme a mí... peligran las cabezas de los insensatos que lo divulguen... -dijo Milagro puesto en pie, aplicando su dedo índice a los morros alargados-. ¡Una reina!... Chist... Aunque me amenacen de muerte, no saldrá de mi humilde labio el nombre del Reino en que reside la señora reina que...
- Page 297 and 298: -No he oído nada de eso -replicó
- Page 299 and 300: Antes que el invitado pudiese formu
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- Page 303 and 304: ién se sonrió al verla, y salió
- Page 305 and 306: -¿Iban con ellas los dos chicos de
- Page 307 and 308: ocupaba D. Carlos. Entre este y la
- Page 309 and 310: de Aura, que no podían ser contemp
- Page 311 and 312: -No me haga usted caso. Soy muy mal
- Page 313 and 314: le dije, ¡me subió un calor a la
- Page 315 and 316: destino. Era en verdad estupendo qu
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- Page 331 and 332: -Lo prometo... -dijo Maturana-, sin
- Page 333 and 334: negaba, dando a entender que favore
- Page 335 and 336: vengándose de alguna trastadilla q
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- Page 339 and 340: a la caridad sublime, a los más al
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Jacoba tuvo que cogerle por un brazo, obligándole<br />
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sin obtener respuesta. «No vuelvo a<br />
admitirle a usted en mi casa -le dijo- si no me<br />
contesta con claridad. A ver: si usted lo sabe,<br />
me lo tiene que decir... No valen misterios<br />
conmigo».<br />
-Señora mía -respondió D. José plantándose<br />
la mano abierta sobre el pecho-. Por el nombre<br />
que llevo, nombre ilustre si los hay; por la salud<br />
de mis hijos, por el amor purísimo de mi<br />
esposa, digo y juro que este mozo gallardo es<br />
hijo del mismísimo D. Juan Álvarez <strong>Mendizábal</strong>,<br />
mi augusto jefe.<br />
-Me lo figuraba -dijo Doña Jacoba con mirada<br />
resplandeciente-. Pero me falta saber otra<br />
cosa... ¿Y la madre?... ¿quién es la madre?