Episodios Nacionales - Mendizábal.pdf - Ataun

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02.07.2013 Views

delicadeza... Pues sí señor: espero de usted una prueba de amistad hacia mí y de interés por Aura. ¿No adivina lo que quiero? Que usted me ponga en comunicación con su jefe, y si es posible, y quiere extremar el favor, que antes de llevarme a la audiencia, le hable de mí, pues me figuro que el Sr. Mendizábal tiene de esta servidora una idea equivocada. Sin duda le han llevado algún cuento... En fin, yo quiero ver a Su Excelencia, deseo hablarle, y que usted tome mi empeño como cosa propia... Interesado en el asunto, por tratarse de la mujer que le fascinaba, Calpena quiso saber más, y descubrir qué relación podía existir entre la hermosa hija de Negretti, nieta de tan distintos abuelos, y el gran Mendizábal, relación cuyo simple anuncio le sorprendía y anonadaba. ¿Qué era, Santo Dios? Sólo por tirarle de la lengua a la Zahón y adquirir mayor conocimiento, cedió en aquel punto de sus supuestas confianzas con el Ministro, y ni afirmaba ni

negaba, dando a entender que favorecería las pretensiones de la jorobada, siempre que se le diese alguna explicación de ellas. Por este medio sutil pudo averiguar que D. Juan Álvarez era testamentario de Jenaro Negretti y depositario de su fortuna, con algo más de lo que referido queda. No se paraba en barras la codiciosa diamantista, y desde que Mendizábal vino a España y se puso a ministro, acarició la idea de que debía transferirle a ella las facultades que le otorgaba el testamento de Negretti. ¡Cosa más natural! Pues ¿cómo podía administrar holgadamente los bienes de la niña, un hombre abrumado de quehaceres políticos, con tantas cosas dentro de la cabeza? ¡Que la Hacienda, que el empréstito, que las juntas, que el Estatuto, que los frailes...! Imposible atender a todo, Señor. De su peso se caía que debía entenderse con la Zahón, y pedirle por favor que se encargarse de la tutela y gobierno de bienes de Aurora Negretti, pues

delicadeza... Pues sí señor: espero de usted una<br />

prueba de amistad hacia mí y de interés por<br />

Aura. ¿No adivina lo que quiero? Que usted me<br />

ponga en comunicación con su jefe, y si es posible,<br />

y quiere extremar el favor, que antes de<br />

llevarme a la audiencia, le hable de mí, pues me<br />

figuro que el Sr. <strong>Mendizábal</strong> tiene de esta servidora<br />

una idea equivocada. Sin duda le han<br />

llevado algún cuento... En fin, yo quiero ver a<br />

Su Excelencia, deseo hablarle, y que usted tome<br />

mi empeño como cosa propia...<br />

Interesado en el asunto, por tratarse de la<br />

mujer que le fascinaba, Calpena quiso saber<br />

más, y descubrir qué relación podía existir entre<br />

la hermosa hija de Negretti, nieta de tan<br />

distintos abuelos, y el gran <strong>Mendizábal</strong>, relación<br />

cuyo simple anuncio le sorprendía y anonadaba.<br />

¿Qué era, Santo Dios? Sólo por tirarle<br />

de la lengua a la Zahón y adquirir mayor conocimiento,<br />

cedió en aquel punto de sus supuestas<br />

confianzas con el Ministro, y ni afirmaba ni

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