Episodios Nacionales - Mendizábal.pdf - Ataun
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vidad sin remilgos, mirando más a la eficacia de la suerte que al afán de pintarla y hacer arrumacos. Eran, pues, el uno clásico, romántico el otro. Disputaba Milagro por temperamento bullanguero y por llevar la contraria. Hillo, firme en el dogma rondeño, lo sostenía con seriedad, digna de una tesis escolástica. Tan pronto se arrancaba Milagro a sostener que D. Rafael era un chambón, que debía su boga a ser de la Grandeza, como le defendía resueltamente por su coraje ciego y sin arte. Consideraba a Montes por paisano, pues ambos eran de Chiclana; pero a lo mejor se complacía en llamarle gandul o figurero. «Pero usted, señor alma de cántaro -le decía Hillo sin poder contener su enojo-, ¿se ha enterado de lo que ha hecho ese tío en el segundo toro? Sin duda tiene usted telarañas en los ojos cuando no ha visto ese sublime arte del engaño, cuando no ha visto con qué salero se lo pasó a la fiera por delante de la cara para componerla,
para quitarle los resabios adquiridos durante la lidia, para igualarle... ¿O es que usted no sabe lo que es igualar al toro?... ¿Sabe acaso distinguir los pases? Para usted es lo mismo el natural que el redondo, el cambiado y el de pecho». -Lo que le digo a zumercé -afirmó Milagro al concluir la lidia del tercero-, es que este pase de pecho de D. Rafael no lo hace mejor el Verbo Divino. -¡Pero si ha sido una gran patochada! ¡Usted no lo entiende! ¡Si no estaba perfilado D. Rafael cuando se le vino el toro encima, y en vez de adelantar el brazo de la muleta hacia el terreno de afuera en la rectitud del toro, lo que hizo fue...! -Usted sí que no lo entiende. D. Rafael no movió los pies... -¡Pero si parecía un bailarín!
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para quitarle los resabios adquiridos durante la<br />
lidia, para igualarle... ¿O es que usted no sabe<br />
lo que es igualar al toro?... ¿Sabe acaso distinguir<br />
los pases? Para usted es lo mismo el natural<br />
que el redondo, el cambiado y el de pecho».<br />
-Lo que le digo a zumercé -afirmó Milagro al<br />
concluir la lidia del tercero-, es que este pase de<br />
pecho de D. Rafael no lo hace mejor el Verbo<br />
Divino.<br />
-¡Pero si ha sido una gran patochada! ¡Usted<br />
no lo entiende! ¡Si no estaba perfilado D. Rafael<br />
cuando se le vino el toro encima, y en vez de<br />
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-¡Pero si parecía un bailarín!