Episodios Nacionales - Mendizábal.pdf - Ataun
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-¿Y su compañero de usted, ese viejo cegato...? -No sé nada. Es hombre muy reservado. -Bueno: desde ayer sospecho que esos malditos anilleros nos engañan. Siempre han sido lo mismo. Cuando están fuera del poder, nos buscan, nos agasajan, se arriman a la exaltación... Otra cosa: ¿No recuerda usted si entre las recomendaciones de candidatos, que hace diariamente este buen señor a Don Martín de los Heros, ha ido mi nombre? -Tampoco lo recuerdo. -Voy creyendo que Heros me engaña también. No puede esperarse otra cosa de quien no tiene iniciativa ni criterio para nada. Tanto a él como a Becerra les trata este señor como a criados.
-Pues mire usted -indicó Calpena esforzándose en hacer memoria-, yo tengo idea de haber visto el nombre de usted en alguna de las cartas que me ha dado D. Juan para contestarlas... -A ver si recuerda, hombre, a ver si recuerda... -dijo Iglesias aproximando su silla para poder hablar en voz más queda-. ¿Sería en una carta de D. Fernando Muñoz?... -¿El marido de la Reina? No... D. Fernando estuvo aquí una noche, y habló con el Presidente, lo que no tiene nada de particular, y por eso puedo decirlo. -¿Y no ha pasado por aquí una carta de D. Juan Muñoz, Padre jesuita, hermano de D. Fernando? Me consta que le suplicó se interesase en favor mío la persona que le salvó la vida en el colegio de San Isidro el día del degüello, en Julio de 1834.
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Otra cosa: ¿No recuerda usted si entre las recomendaciones<br />
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