Episodios Nacionales - Mendizábal.pdf - Ataun
Episodios Nacionales - Mendizábal.pdf - Ataun Episodios Nacionales - Mendizábal.pdf - Ataun
-Nadie... Todo el mundo tiene historia. Por lo común no hay persona bien vestida que no lleve consigo su misterio: este misterio es algo que no debe saberse, y, sin embargo, se sabe, porque fíjese usted... Nada es aquí tan público como las cosas secretas... En fin, por tener todo el mundo historia, hasta usted la tiene, usted, querido Calpena, que acaba de llegar a Madrid; y antes de dar los primeros pasos en las tablas del teatro social, ya nos indica que trae buen papel en la comedia. -¡Yo! -exclamó Calpena palideciendo-. ¡Pobre de mí! ¡Si no soy nadie! -Los que empiezan no siendo nada, suelen acabar siéndolo todo. -Bueno. Pues si alrededor mío hay una historia y usted la sabe, amigo Serrano, ¿tendría inconveniente en contármela?
-Inconveniente, ninguno... pero la tos... ya ve... no puedo hablar... me ahogo... Aguardó Calpena a que el golpe de tos se calmase, y cuando hubo pasado, aún tuvo que esperar más tiempo, porque el infeliz tísico se quedó un rato sin respiración, los ojos inyectados, la frente sudorosa, las manos trémulas... -Pues sí... esta maldita tos no me deja vivir... Si yo no tosiera, sería orador, créame usted... Pues no hay que tomar a mala parte esto de las historias. ¡Tan joven y ya protagonista! Si he de ser franco, no puedo aún decir a usted cosas concretas... -¿Pues no asegura que lo sabe todo? -Todo no. Es muy pronto todavía, y aún son pocas las personas que se han fijado en el joven Calpena... Lo que yo he oído no es ofensivo para usted, ni mucho menos.
- Page 121 and 122: quiero decir que me crió para señ
- Page 123 and 124: pensamientos, guía de todos mis ac
- Page 125 and 126: Debo decir también que el buen se
- Page 127 and 128: colegio. Allí viví unos meses en
- Page 129 and 130: daría un destino en las oficinas d
- Page 131 and 132: Hablé con ella dos o tres veces, a
- Page 133 and 134: dera irrupción de bienes. Yo estoy
- Page 135 and 136: hacía ver cómo la poesía, para s
- Page 137 and 138: ciarás y saborearás sus hermosos
- Page 139 and 140: -Con que ya ve, Sr. D. Pedro, cómo
- Page 141 and 142: Serás grande, poderoso... Alégrat
- Page 143 and 144: arse las corridas en pleno día y n
- Page 145 and 146: dito el trazo, la gramática bastan
- Page 147 and 148: dizábal. Un tanto desconcertó a H
- Page 149 and 150: uno le tienen entre ojos por ser cr
- Page 151 and 152: »Con perdón del Sr. Utrilla, la l
- Page 153 and 154: -¿Y qué te importa, tontín? ¿Qu
- Page 155 and 156: duda, no señor... Por la fisonomí
- Page 157 and 158: edactor de La Abeja, ni con D. Áng
- Page 159 and 160: mozos de café con servicios para e
- Page 161 and 162: No siempre hablaba de lo mismo, aun
- Page 163 and 164: partidario -decía-, de que haya or
- Page 165 and 166: apenas paseaba, por no romper botas
- Page 167 and 168: -No sabía que los tres amantes de
- Page 169 and 170: -A mí... sí... pero no puedo cons
- Page 171: de las vidas, y las hago también p
- Page 175 and 176: Comprendiendo que había ido demasi
- Page 177 and 178: sabe!... le diré que debe su plaza
- Page 179 and 180: no, que si no hay mal que cien año
- Page 181 and 182: Y una mañana, medio loco ya, o loc
- Page 183 and 184: te, le miró, hizo un saludo monosi
- Page 185 and 186: El joven se inclinó. Cuando D. Jua
- Page 187 and 188: lar en un borrador, escribió la ca
- Page 189 and 190: Aquí sólo hacen carrera los parla
- Page 191 and 192: -Bueno, bueno. Tráiganme gente de
- Page 193 and 194: señor Seoane esta placita... Y ust
- Page 195 and 196: Olózaga para las doce, y también
- Page 197 and 198: ensueño era Córdoba, el caudillo
- Page 199 and 200: aplastándole la cabeza, Córdoba y
- Page 201 and 202: era coser y cantar, y que tendría
- Page 203 and 204: perfidia por sus ojos de fuego, el
- Page 205 and 206: se lamentaba de un olvido semejante
- Page 207 and 208: Guardó unos pasteles en las gaveta
- Page 209 and 210: «Hijo mío -decíale D. Pedro, res
- Page 211 and 212: pintaba, y las tres hacían en el c
- Page 213 and 214: pasos para redimirle de la quinta d
- Page 215 and 216: Con ella platicaba Calpena: notaba
- Page 217 and 218: erudita, lectora de Chateaubriand y
- Page 219 and 220: si... Ya sabes mi tema: hay que rem
- Page 221 and 222: de Matute... Ni le desagradaría a
-Inconveniente, ninguno... pero la tos... ya<br />
ve... no puedo hablar... me ahogo...<br />
Aguardó Calpena a que el golpe de tos se<br />
calmase, y cuando hubo pasado, aún tuvo que<br />
esperar más tiempo, porque el infeliz tísico se<br />
quedó un rato sin respiración, los ojos inyectados,<br />
la frente sudorosa, las manos trémulas...<br />
-Pues sí... esta maldita tos no me deja vivir...<br />
Si yo no tosiera, sería orador, créame usted...<br />
Pues no hay que tomar a mala parte esto de las<br />
historias. ¡Tan joven y ya protagonista! Si he de<br />
ser franco, no puedo aún decir a usted cosas<br />
concretas...<br />
-¿Pues no asegura que lo sabe todo?<br />
-Todo no. Es muy pronto todavía, y aún son<br />
pocas las personas que se han fijado en el joven<br />
Calpena... Lo que yo he oído no es ofensivo<br />
para usted, ni mucho menos.