Episodios Nacionales - Mendizábal.pdf - Ataun
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-Déjele usted, que ya, ya se la darán, y más de lo que merece. -¿Pero quién, por Cristo?... ¿Por quién vengo yo aquí? ¿En qué manos estoy? -En buenas manos, caballero -afirmó el patrón con sonrisa tan benévola y franca, que el desconcertado joven no tuvo más remedio que creerle. -Ese sujeto, ¿es de la policía? -Sí, señor. -¿Y por mandato de quién sale a mi encuentro la policía? -No sé, señor... Yo que usted, francamente, me cuidaría de coger la fruta que me cae entre las manos, sin meterme en averiguar quién plantó el árbol que la da tan rica.
Calló D. Fernando, sin dejar de mirar a su aposentador como se mira un jeroglífico. «Ese hombre se llama Muñoz...». -Y por mal nombre Edipo, porque fue, según dicen, del teatro... -Pues, la verdad, me disgusta que se haya ido sin que yo le dé siquiera las gracias, sin obtener de él una explicación de este misterio... ¿Quién le mandó?... ¿Cómo sabía mi llegada, mi nombre? -Él lo explicará cuando vuelva, señor... -Al menos, me dirá usted, como dueño de la casa, qué tengo que pagarle por este cuartoañadió Calpena impaciente y un tanto nervioso-. Podría ser que el precio fuese superior a mis recursos, y tuviera yo que buscar alojamiento más arreglado.
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Calló D. Fernando, sin dejar de mirar a su<br />
aposentador como se mira un jeroglífico.<br />
«Ese hombre se llama Muñoz...».<br />
-Y por mal nombre Edipo, porque fue, según<br />
dicen, del teatro...<br />
-Pues, la verdad, me disgusta que se haya<br />
ido sin que yo le dé siquiera las gracias, sin<br />
obtener de él una explicación de este misterio...<br />
¿Quién le mandó?... ¿Cómo sabía mi llegada,<br />
mi nombre?<br />
-Él lo explicará cuando vuelva, señor...<br />
-Al menos, me dirá usted, como dueño de la<br />
casa, qué tengo que pagarle por este cuartoañadió<br />
Calpena impaciente y un tanto nervioso-.<br />
Podría ser que el precio fuese superior a<br />
mis recursos, y tuviera yo que buscar alojamiento<br />
más arreglado.