Libro: El asesinato del profesor de matemáticas
Libro: El asesinato del profesor de matemáticas
Libro: El asesinato del profesor de matemáticas
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
con una insospechada calma—. Ahora, ¿van a venir<br />
con nosotros o no?<br />
<strong>El</strong> agente <strong><strong>de</strong>l</strong> volante miró a su compañero.<br />
—A<strong><strong>de</strong>l</strong>ante —se encogió <strong>de</strong> hombros éste.<br />
—Subid —les or<strong>de</strong>nó el conductor.<br />
Obe<strong>de</strong>cieron. Subieron atrás y se quedaron muy impresionados<br />
por estar don<strong>de</strong> estaban. Lo malo era que<br />
si algún conocido los veía y le iba con el cuento a cualquiera<br />
<strong>de</strong> sus madres, pensarían que les habían <strong>de</strong>tenido<br />
a ellos.<br />
Menuda gracia.<br />
La imagen <strong><strong>de</strong>l</strong> Fepe muerto les hizo recobrar el peso<br />
abrumador <strong>de</strong> la realidad.<br />
—¿Por dón<strong>de</strong>? —quiso saber el conductor <strong><strong>de</strong>l</strong> coche<br />
patrulla.<br />
—Por aquí —señaló Luc.<br />
—¿Y ahora?<br />
—A la izquierda.<br />
No conducía con excesiva prisa. Ni siquiera había<br />
puesto la sirena. Nico estuvo a punto <strong>de</strong> recordárselo,<br />
pero prefirió no complicar las cosas. Acabarían en<br />
comisaría prestando <strong>de</strong>claración hasta Dios sabía<br />
cuándo.<br />
—Allá —dijo Luc.<br />
—Yo no quiero verlo otra vez —empezó a temblar<br />
A<strong><strong>de</strong>l</strong>a.<br />
—Venga, vamos —le pidió Nico—. Estamos juntos<br />
en esto, ¿no?<br />
<strong>El</strong> coche patrulla se <strong>de</strong>tuvo frente al solar.