Libro: El asesinato del profesor de matemáticas
Libro: El asesinato del profesor de matemáticas
Libro: El asesinato del profesor de matemáticas
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
con una mesita <strong><strong>de</strong>l</strong>ante, y A<strong><strong>de</strong>l</strong>a fue la primera en <strong>de</strong>rrumbarse<br />
en él. Nico la imitó y el tercero, sólo para<br />
no ser el único que estaba <strong>de</strong> pie, fue Luc.<br />
Aún no acababan <strong>de</strong> verlo claro.<br />
—Les oímos pelearse a los dos —musitó la chica.<br />
—¿Lo <strong><strong>de</strong>l</strong> otro día? No era una pelea, era una discusión<br />
—intervino el director <strong><strong>de</strong>l</strong> centro—. Las personas<br />
tienen diferencias <strong>de</strong> opinión y <strong>de</strong> criterio, y<br />
dado que yo soy el que manda y el <strong>profesor</strong> Romero<br />
tiene algunas i<strong>de</strong>as... peculiares, es normal que a veces<br />
no estemos <strong>de</strong> acuerdo. Cuando me explicó lo<br />
que pensaba hacer con vosotros, tampoco estuve <strong>de</strong><br />
acuerdo. No me pareció bien. Si esto se supiera, todos<br />
los alumnos querrían una segunda oportunidad<br />
en junio, no en septiembre. Pero Romero estaba seguro<br />
<strong>de</strong> que vosotros no erais tontos y que lo único<br />
que os pasaba era que ese rechazo a la asignatura os<br />
perjudicaba.<br />
—Gracias a vosotros he ganado la apuesta que hice<br />
y voy a conseguir algunos cambios y mejoras —Felipe<br />
Romero les guiñó un ojo.<br />
—Es... increíble —parpa<strong>de</strong>ó Luc.<br />
—Os he <strong>de</strong>mostrado que podíais, ¿no?<br />
—¡Jo! —bufó A<strong><strong>de</strong>l</strong>a.<br />
—Ya habéis oído al señor Fernán<strong>de</strong>z —les recordó—.<br />
Ni una palabra <strong>de</strong> esto a nadie. Era algo entre<br />
vosotros y yo. Me fastidiaba ese rechazo vuestro.<br />
—No va a creer que estamos curados, ¿verdad?<br />
—dudó Luc.