Libro: El asesinato del profesor de matemáticas
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—¡Entonces la siguiente válida es la nueve, que dice<br />
que la casa ver<strong>de</strong> está a la <strong>de</strong>recha <strong>de</strong> la marrón! —se<br />
animó también A<strong><strong>de</strong>l</strong>a.<br />
—¿Cómo va a ser válida si no sabes...? —objetó Luc.<br />
—¡Claro que sí! ¡Puesto que las <strong>de</strong> los extremos<br />
son la violeta y la gris, la ver<strong>de</strong> y la marrón están en el<br />
centro, y si la ver<strong>de</strong> está a la <strong>de</strong>recha, es que la marrón<br />
está a la izquierda!<br />
—¡La diez también se pue<strong>de</strong> poner, porque dice que<br />
José es vecino <strong><strong>de</strong>l</strong> que vive en la casa violeta! —cantó<br />
Nico. Escribió rápido los nuevos datos en los dos cuadros,<br />
A y B:<br />
Casa<br />
Nombre<br />
Pista<br />
Espía<br />
Casa<br />
Nombre<br />
Pista<br />
Espía<br />
A<br />
Gris Marrón Ver<strong>de</strong><br />
Violeta<br />
Jorge<br />
B<br />
Marrón<br />
José<br />
José<br />
Violeta<br />
Jorge<br />
Ver<strong>de</strong> Gris<br />
—Ahora veamos... —Nico volvió a leer las pistas aún<br />
no utilizadas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el comienzo—. La una no po<strong>de</strong>mos