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María Luisa Daigre. Gabriela escondida. Una lectura de doce ...

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MARÍA LUISA DAIGRE<br />

GABRIELA ESCONDIDA. UNA LECTURA DE DOCE POEMAS DE TALA<br />

Santiago: Red Internacional <strong>de</strong>l Libro, 2005. 165 páginas.<br />

RESEÑAS<br />

Profesional <strong>de</strong>l área <strong>de</strong> la salud, especialmente vinculada a los estudios internacionales<br />

sobre el SIDA, la autora <strong>de</strong> este libro ha <strong>de</strong>stacado también como cuentista<br />

y fundamentalmente como poeta, al ganar diversos premios <strong>de</strong> convocatoria nacional.<br />

A<strong>de</strong>más, luego <strong>de</strong> publicar en antologías colectivas –Hojas <strong>de</strong> poesía, con el<br />

taller <strong>de</strong> Rossana Byrne, en 1993; Lucarna, con el taller <strong>de</strong> Andrés Morales, en 1996,<br />

y Mujeres en la poesía chilena actual, en 2000–, <strong>Daigre</strong> da a la imprenta Solsticio<br />

(Semejanza, 1998), libro <strong>de</strong> poemas publicado tras la experiencia <strong>de</strong> taller con Miguel<br />

Arteche. Es necesario informar que por alguna razón administrativa o, más bien,<br />

una sinrazón burocrática, Solsticio no llegó a las librerías, sino solo a algunos medios<br />

escritos y a unas pocas bibliotecas. Alegría tierna, sensibilidad meditativa, mucha luz<br />

y mucha sombra –¿qué solsticio es?, nos preguntamos con el Arteche <strong>de</strong> la contratapa–<br />

; Solsticio es un poemario valioso que merece <strong>lectura</strong> y difusión, como lo prueba el<br />

breve “Huida”: “¿Adón<strong>de</strong> huye el verano/cuando el sol se arrepiente?”, modulado<br />

en el tono <strong>de</strong> ese buen libro preguntón <strong>de</strong> Neruda; o este fragmento <strong>de</strong> “Patio veintinueve”:<br />

“[…] Confundidos quedan los huesos, /entrelazados para siempre miedos y<br />

sueños. / Esperan […]”, pulsado en la cuerda civil, chilena, <strong>de</strong> la Mistral <strong>de</strong> Poema <strong>de</strong><br />

Chile. La presente, entonces, no es la primera publicación en prosa <strong>de</strong> esta autora,<br />

pero sí su <strong>de</strong>but en el ensayo literario. El título nos <strong>de</strong>ja intuir la búsqueda y tal vez el<br />

hallazgo <strong>de</strong> una persona; el subtítulo nos advierte una modalidad <strong>de</strong> búsqueda: el<br />

ejercicio particular que es la <strong>lectura</strong>, y la <strong>lectura</strong> <strong>de</strong> poemas <strong>de</strong> un libro muy particular.<br />

A continuación, reseño muy brevemente las interpretaciones <strong>de</strong> la autora y termino<br />

con una valoración global <strong>de</strong> este libro.<br />

A cargo <strong>de</strong>l “Prólogo”, Andrés Morales subraya la complejidad <strong>de</strong> la obra<br />

mistraliana, para luego anunciar y respaldar la <strong>lectura</strong> <strong>de</strong> <strong>Daigre</strong>: es un trabajo que “no<br />

impone caprichosamente un mo<strong>de</strong>lo teórico don<strong>de</strong> es preciso utilizar un metalenguaje<br />

[y que] tampoco cae en el riesgo <strong>de</strong> ejercer la soberbia <strong>de</strong> la interpretación libre” (8).<br />

Tras la <strong>de</strong>dicatoria, “A Miguel Arteche”, y el epígrafe, “Mi corazón y mi pensamiento<br />

son una llama que clamorea al cielo por trepar hasta Dios”, <strong>de</strong> Mistral, la autora<br />

escribe su propia “Presentación”. En un tono confesional, <strong>Daigre</strong> nos refiere la circunstancia<br />

<strong>de</strong> vida en que se fraguó el ahondamiento en el libro <strong>de</strong> nuestra Nobel<br />

–ahondamiento guiado por Arteche– pero, por sobre todo, expone sus propias razones<br />

para este libro: “el profundo amor y atracción que me acompaña <strong>de</strong>s<strong>de</strong> niña por la<br />

obra <strong>de</strong> <strong>Gabriela</strong> Mistral y mi <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> compartir con otros lectores el gozo <strong>de</strong> su<br />

poesía” (17). Después, en la última estación antes <strong>de</strong> la <strong>lectura</strong>, <strong>Daigre</strong> nos menciona<br />

y <strong>de</strong>talla lo que entien<strong>de</strong> como los tres pilares <strong>de</strong> la poesía <strong>de</strong> Mistral: “el amor a la


RESEÑAS<br />

naturaleza, sus <strong>lectura</strong>s <strong>de</strong> la Biblia y su peculiar sentido <strong>de</strong> lo religioso” (24). Es<br />

claro: en una antesala que tien<strong>de</strong> a <strong>de</strong>morar el ingreso a la <strong>lectura</strong> misma, la autora<br />

nos anuncia un recorrido personalísimo por un territorio conocido y la voluntad <strong>de</strong><br />

ganar a sus lectores para esta poesía. El fin es <strong>de</strong>scubrir a alguien; el medio, la <strong>lectura</strong><br />

<strong>de</strong> un puñado <strong>de</strong> poemas.<br />

La <strong>lectura</strong> discurre individualmente, poema por poema. Los textos abordados,<br />

que <strong>Daigre</strong> tuvo a bien transcribir, y las respectivas conclusiones son los siguientes.<br />

“Pan” resulta ser hallazgo y <strong>de</strong>sprendimiento <strong>de</strong> una esencia; “La medianoche” es la<br />

oscuridad nocturna como fuente <strong>de</strong> claridad y sentido; “Riqueza” realiza la síntesis<br />

<strong>de</strong> opuestos en un espacio <strong>de</strong> simetría; “Dos ángeles” plantea la amalgama <strong>de</strong> vida y<br />

muerte para una existencia plena; “Palomas” es el <strong>de</strong>lirio <strong>de</strong> la hablante transfigurada<br />

en paloma; “Paraíso” muestra la condición humana a las puertas <strong>de</strong> la trascen<strong>de</strong>ncia;<br />

“Beber” traza un viaje <strong>de</strong> retorno, a través <strong>de</strong>l agua, hasta el útero materno; “La flor<br />

<strong>de</strong>l aire” expone la poesía como gobernadora <strong>de</strong> una hablante que se le ha sometido<br />

libre y radicalmente; “La copa” reitera la presencia <strong>de</strong>l agua como vínculo vital ligado<br />

a lo divino; “La memoria divina” resulta otro poema <strong>de</strong> <strong>de</strong>sprendimiento y <strong>de</strong>spojo<br />

asociado a la eternidad; “La extranjera” expresa el dolor <strong>de</strong> una extrañeza en tierra<br />

natal, y “País <strong>de</strong> la ausencia” es un recorrido <strong>de</strong> pérdidas que termina en una recuperación<br />

<strong>de</strong> sí por parte <strong>de</strong> la hablante. La extensión <strong>de</strong> las <strong>lectura</strong>s varía con el modo:<br />

estrofa por estrofa, o por unida<strong>de</strong>s temáticas discrecionales. La autora no explicita<br />

métodos <strong>de</strong> <strong>lectura</strong>; sin embargo, su ejercicio interpretativo mezcla el biografismo<br />

<strong>de</strong>l siglo XIX, la ten<strong>de</strong>ncia impresionista que fue característica, por ejemplo, <strong>de</strong> Alone<br />

y, en menor medida, el estructuralismo <strong>de</strong> mediados <strong>de</strong>l XX. <strong>Daigre</strong> hace aparecer y<br />

<strong>de</strong>saparecer a la persona <strong>de</strong> <strong>Gabriela</strong> Mistral, tanto como establece nexos, siempre<br />

muy breves y certeros, con otros libros <strong>de</strong> la poeta y con filosofías y religiones.<br />

Concuerdo con Andrés Morales: aquí no hay dogmatismo ni capricho. Las<br />

sucesivas antesalas son el hincapié en lo que conviene recordar siempre: la <strong>lectura</strong> es<br />

experiencia personal; aventura <strong>de</strong> exploración, viaje <strong>de</strong> extrañamiento y reconocimiento<br />

<strong>de</strong> quien lee. Des<strong>de</strong> este lugar, <strong>Daigre</strong> no hace genuflexiones ante un altar<br />

crítico, sino asume la propia subjetividad. Ahí radica su impureza teórica; ahí radica<br />

su humanidad. Ni in<strong>de</strong>terminación ni sobre<strong>de</strong>terminación: fi<strong>de</strong>lidad. Para hallar a<br />

<strong>Gabriela</strong>, <strong>María</strong> <strong>Luisa</strong> se expone a sí misma: <strong>de</strong>ja en el viaje “su sangre <strong>de</strong> mil días”;<br />

<strong>Daigre</strong> lee ella entera: con reiteraciones, ocurrencias súbitas, lagunas inexplicables, preguntas<br />

bellas, lugares comunes… Lee con riesgo. Y lo ha conseguido: una luminosidad<br />

llega al rostro ya menos sombrío <strong>de</strong> la poeta, según vemos en la portada. Pero “<strong>escondida</strong>”<br />

es un participio adjetivado: enten<strong>de</strong>mos, así, que <strong>Gabriela</strong> es y está <strong>escondida</strong>;<br />

que se muestra para volver a ocultarse. Y <strong>Daigre</strong> entien<strong>de</strong> que su <strong>lectura</strong> es parcial<br />

y que solo así pue<strong>de</strong> hacerse partícipe. Porque el libro es imperfecto; el equilibrio no<br />

siempre es tal. Felizmente. Po<strong>de</strong>mos y <strong>de</strong>bemos discutirlo y completarlo (Y nada diré<br />

<strong>de</strong> la complejidad <strong>de</strong>l propio Tala, libro <strong>de</strong> mayor madurez poética que Ternura y,<br />

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RESEÑAS<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, Desolación.). Así como <strong>de</strong>bo <strong>de</strong>nunciar la presencia <strong>de</strong> unas pocas erratas<br />

y la falta <strong>de</strong> continuidad visual en marcas como entrecomillados, guiones, cursivas<br />

y mayúsculas. Cierto: <strong>Gabriela</strong> <strong>escondida</strong> será puesto a distancia por una parte<br />

<strong>de</strong> la aca<strong>de</strong>mia –presenta imprecisiones conceptuales, una bibliografía sucinta; carece<br />

<strong>de</strong> epílogo, postfacio y conclusión–, pero ayudará al lector común que es cualquiera<br />

<strong>de</strong> nosotros. La <strong>lectura</strong> <strong>de</strong> <strong>María</strong> <strong>Luisa</strong> <strong>Daigre</strong> nos motiva con buen ánimo, esto es,<br />

lúcidamente, en actitud <strong>de</strong> escucha y colaboración, para ir y para volver a Tala y a<br />

toda la poesía <strong>de</strong> <strong>Gabriela</strong> Mistral. Nos motiva para reincidir y así residir en ese<br />

campo <strong>de</strong> significaciones. ¿Qué otro norte quiere un lector <strong>de</strong> buena voluntad?<br />

Roberto Onell H.<br />

Pontificia Universidad Católica <strong>de</strong> Chile<br />

ronell@ucl.cl

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