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EL CULTO ZEN.<br />
Hablar del Zen es hablar de una escuela budista japonesa.<br />
Sus pilares, que empiezan a conocerse y extenderse por<br />
Occidente, lo constituyen la meditación, la creación artística<br />
(pintura, poesía, diseño de jardines…) y las artes marciales, a<br />
grandes rasgos.<br />
Su historia comienza en las escuelas budistas de China,<br />
pero se desarrolló sobre todo en Japón. Zen (en japonés) o Chan<br />
(en chino) son la trascripción del sánscrito Dhyana, que es el<br />
estado mental de quien medita. El Zen vivió su esplendor durante<br />
la dinastía Tang (600-900 d.C., aproximadamente) y se extendió<br />
por el sudeste asiático (Corea, Tíbet, Vietnam, Camboya,<br />
Tailandia o Japón). El Zen, como diversidad, aglutina el<br />
misticismo de India, el naturalismo y pragmatismo de la China<br />
taoísta/confucionista, y en su base las doctrinas de las escuelas<br />
budistas del Japón.<br />
Para la filosofía Zen meditar es la clave para alcanzar la<br />
paz interior. Similar en esto a otras religiones, sus<br />
recomendaciones para ello consisten en lo siguiente: habitación<br />
en silencio, semipenumbra, temperatura media, ropa cómoda, un<br />
cojín, respiración regular, sencillez y limpieza, espalda erguida y<br />
mente en blanco. Los maestros zen recomiendan montar un<br />
pequeño altar con imágenes, velas, incienso y gemas. Si se realiza<br />
correctamente, la meditación proporciona un estado de<br />
tranquilidad y paz muy placenteras.<br />
Otro aspecto del Zen son los jardines, sencillos y<br />
equilibrados, donde cada elemento (plantas, rocas, agua o arena)<br />
tiene una función simbólica, que favorece la introspección, la<br />
calma y la meditación. Otra herencia Zen del Japón actual es la<br />
ceremonia del té, exquisita, elaborada y lenta, que mitiga el<br />
estrés y nos sumerge en la eternidad de los tiempos.<br />
Y no podemos olvidarnos, por supuesto, del arte. Crear,<br />
para la doctrina Zen, implica dejarse llevar, ser espontáneos,<br />
olvidarnos en lo posible de la técnica y la perfección, en tanto el