Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
intensa en conocimientos y revelaciones. Apoyo también la teoría<br />
de que compartió años de aprendizaje con la comunidad ascéticoreligiosa<br />
de los esenios, que vivían en las cercanías del Mar<br />
Muerto. Siguen siendo aún bastante desconocidos, como el<br />
propio Jesús. Toda una vida dedicada, pues, al difícil arte de<br />
entender la esencia humana, de conocer paraísos e infiernos, de<br />
navegar por los mil senderos de la existencia cotidiana, para<br />
renacer ya para siempre en Hombre, conocedor de sí mismo y de<br />
los demás. Un viaje fascinante, como otros héroes solares:<br />
Osiris, Hércules, Ulises, Buda, Sócrates o tantos otros. Esa es la<br />
grandeza de nuestro Cristo. Atravesar descalzo por las propias<br />
hogueras, con miedo, dolor, soledad, incomprensión, dudas,<br />
desesperación, para por fin amanecer en un espíritu nuevo, una<br />
piel nueva, donde la vida ya no duele y el presente resbala<br />
lentamente al compás de una inspiración y una expiración. Jesús<br />
se hace dios, después de morir como hombre, pero sin dejar<br />
nunca jamás de ser hombre. Y ese sentimiento de haber<br />
alcanzado su propio Centro ya no le abandonará hasta su muerte<br />
en el Gólgota, si realmente murió allí…<br />
Qué quieren que les diga. Ese viaje fascinante es para mí lo<br />
más importante a que puede aspirar una persona: ni riqueza ni<br />
poder ni nada puede igualar a la búsqueda de ese estado. Existe,<br />
pero su camino se pierde por mil laberintos, que hay que recorrer<br />
y que espera al que de verdad lo desea. Jesús no fue el único<br />
Cristo. Hubo otros antes que él y otros después de él. Es el<br />
modelo arquetípico, la constante que opera en nuestro<br />
subconsciente y que nos marca la pauta de hacia dónde debemos<br />
caminar. Tenía razón cuando dijo que él era el camino. Lo que él<br />
consiguió está al alcance de cualquier mortal que quiera<br />
arriesgarse en este viaje sin retorno.<br />
En cualquier momento de nuestra vida aparece esa<br />
quemazón que nos anuncia que algo no va bien, que no podemos<br />
seguir engañándonos a nosotros mismos. No se puede servir al<br />
propio tiempo a nuestra conciencia y al oro del emperador. O<br />
nosotros o la muerte. Y es por ello que existe un Cristo personal