You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
potingues y peluquería al día el sueldo que cobra un jubilado<br />
normal al mes.<br />
Pero hay que ser positivo. Dejemos a esta tribu que salga<br />
por televisión, que también hay gente que los ve y tratemos de<br />
reorientar nuestra nave y regresar sanos y salvos a buen puerto.<br />
Hay muchas recetas para estar más o menos satisfechos con<br />
nuestras vidas. Lo he dicho mil veces; el secreto es la renuncia,<br />
saltar a tiempo de este tren que va a mil por hora. Austeridad,<br />
ahorro, minimalismo, saboreo del presente. Lo dicen y lo han<br />
dicho decenas de escritores, de filósofos, de maestros, de<br />
líderes religiosos, pero nunca los creemos. Y la clave está en<br />
nosotros. Somos también responsables de la crisis. No podemos<br />
seguir esquilmando el Planeta y marginando a las poblaciones<br />
periféricas o esta situación reventará (está ya reventando) por<br />
algún lado. Hay sitio para todos, pero hay que compartir con<br />
generosidad y sin egoísmo. Cada persona dice mucho en el<br />
conjunto y no sólo como nos lo recuerdan los políticos, para echar<br />
una papeleta con el voto en una urna. Si cada uno de nosotros<br />
cambia siquiera una parte de su modo de vida, la sociedad entera<br />
volverá a recuperar el equilibrio. No sirve de nada quejarse,<br />
aunque a veces es preciso; lo he comprobado muchas veces, hasta<br />
la náusea. Sin embargo, aceptar lo que tenemos y tomarse la vida<br />
como un juego y no como una carrera de velocidad, una guerra<br />
con el vecino o una feroz competencia, nos ayudan a aprender, a<br />
fijarnos, a cambiar cosas, a comentar aspectos con otras<br />
personas, a adoptar pautas o costumbres más saludables o<br />
acertadas. Sentirse a gusto no tiene nada que ver con tener<br />
miles de cosas, sino saborear las pocas que tenemos. ¿Qué valor<br />
vamos a dar a algo si es fácil de conseguir? Nuestros padres o<br />
tíos, pero sobre todo nuestros abuelos, vivieron otras épocas.<br />
Muchos jóvenes los tratan de antiguos, de desfasados, de<br />
carcamales, de aburridos. Pero ellos seguramente vivían mejor<br />
que nosotros, a pesar de todo. Con más necesidades, más<br />
estrecheces o más miseria si se quiere, es cierto, pero con una<br />
vitalidad existencial que no veo casi nunca en esta sociedad.