Descargar - Nodo 50

muy consciente de aquello ni era aún un apasionado de grupos o
cantantes.
Con el tiempo he ido coleccionando música y mis gustos se
han ido decantando por el rock y la psicodelia de los 60-70, algo
de lo que se llamó New Age, un poco de música española y poco
más. Meto en el saco, aunque resultará una ensalada bastante
colorista, a The Beatles, The Rolling Stones, Pink Floyd, Lou
Reed, David Bowie, Vangelis, Mike Olfield, Amaral, música étnica
(japonesa, china, islámica o hindú), Manolo García, Extremoduro,
The Police, Ariel Rot o Joaquín Sabina, entre otros. Es como
comer pipas: nunca te cansas. Entre ellos (y muchos más) escojo
dependiendo de mi estado de ánimo, si me apetece algo tranquilo
o con más ritmo y, en general, lo que me pide el cuerpo o el alma.
Aborrezco el tinglado que se ha montado con Operación
Triunfo y prácticamente no oigo a grupos que surgieron después
de los 90 (con buenas y raras excepciones). Prefiero ir a lo
seguro, sobre todo con los precios de los C.D.´s. Hoy mismo he
comprado 2 de oferta: un recopilatorio de Vangelis y otro de la
Velvet Underground.
Apuntaba al principio que vivimos en una época mediocre y
vulgar. No he sido justo con mucha gente: estos adjetivos se
encuentran, por lo general, en los grandes productos de
marketing, en la cultura de masas, en éxitos veraniegos y en las
modas. No es que estén mal, es que aburren. No tienen matices ni
otras lecturas y acabas harto de tararear el dichoso estribillo,
que se repite más que los hermanos Dalton. Así que si queréis un
consejo, apostar por la gente que vive la música intensamente y
probad otros sabores. Hay muy buena calidad por ahí, pero hay
que buscarla como las pepitas de oro: después de filtrar kilos de
arena.
ENERO 2007