Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
han podido resistirse. Ni cilicios ni gatos de siete colas. La<br />
Naturaleza es un tsunami que se ríe de los ridículos diques de<br />
contención de la razón.<br />
Y si el sexo aletea desde nuestra infancia, ¿por qué<br />
demonios nos empeñamos en ocultarlo, en disfrazarlo, en<br />
reprimirlo? Al fin y al cabo, ¿qué hay de malo? Uno de los<br />
argumentos que muchos autores de nuestra mohosa y mustia<br />
civilización esgrimían era así de básico: el sexo nos deshumaniza;<br />
nos embrutece, nos aleja de Dios y de nuestros más nobles<br />
sentimientos y pensamientos. Personalmente me parece una<br />
gilipollez, habida cuenta que para mantener esa postura se<br />
necesita toda una vida dedicada a mirar para otro lado cuando el<br />
sexo escuece entre las piernas.<br />
Y al fin y al cabo, ¿qué se nos vende por amor? San Valentín<br />
y los centros comerciales; la boda en la que tenemos que empeñar<br />
hasta los testículos; una campaña de imagen ante la sociedad de<br />
la que se acaba hasta las narices, representando un papel que se<br />
cae a pedazos. No estoy en contra del amor. Me parece un<br />
sentimiento noble, cuando es espontáneo y sincero. Y también<br />
cuando ese amor no necesita de aderezos o salsas protocolarias.<br />
Pero me gustaría dejar bien claro que el sexo no ocupa una<br />
división inferior, y que el “sexo sin amor” también es posible. Al<br />
menos sin el amor occidental del que antes he hablado.<br />
Yo entiendo por amor el respetar a la otra persona; el<br />
colocarla en el mismo plano de igualdad que nosotros; en hacer<br />
que se encuentre a gusto en nuestra presencia, sin artificios ni<br />
doble intencionalidad; en definitiva, en que disfrute de nosotros<br />
como lo hacemos con él o ella. Así de claro. Todo lo demás son<br />
convencionalismos sociales y ganas de engañarse a uno mismo, a<br />
tu pareja y a los demás.<br />
Respeto, no obstante, la actitud de la gente que dice estar<br />
enamorada, y aunque ya he mostrado mi opinión sobre lo que<br />
entiendo por amor, a veces de nada sirve influir en situaciones<br />
ajenas. Yo también he pasado por la etapa del amor platónico, de<br />
las princesas azules y de la querencia espiritual. Pero me atrae