Descargar - Nodo 50

nos produce cansancio y somnolencia y satura las células. Desde
hace muchos años, soy incapaz de dormir en una habitación
cerrada. Me produce claustrofobia y la sensación de que voy a
morir contaminado o asfixiado. La sensación de limpieza, incluso
en pleno invierno, es de una pureza sublime. Por otro lado duermo
a ras del suelo, con un somier de láminas. Me gusta pensar que
estoy cerca de la tierra y que estar elevado desnaturaliza. Las
camas actuales son un invento absurdo, que nos alejan de las
sensaciones primitivas, cuando la gente dormía cerca de la tierra.
En cuanto a la higiene personal, en invierno es suficiente
con ducharse 1 ó 2 veces por semana (en verano 2, 3 ó 4 veces),
aunque debemos realizar una higiene corporal diaria, lavando las
zonas pilosas con agua y jabón. La piel no debe sufrir las
agresiones del contacto continuo con productos corrosivos, como
los jabones. Las duchas de verano deberían consistir en aplicar
jabón a las zonas pilosas y simple agua a la piel, excepto un día a
la semana que podemos aplicar este producto, junto a una
manopla de cuerda, para eliminar las células muertas. Ropa
sencilla y cómoda y un calzado adecuado son suficientes; la moda
muchas veces nos presiona a comprar cosas que no nos gustan, y
que sólo sirven para gastar más dinero, llenar los armarios y
cajones y sentirnos defraudados y con una sensación de hastío.
Hacer ejercicio a diario es fundamental, ya sean labores
domésticas, deporte o, sencillamente, caminar, que es muy
completo y además gratis. Ordenar la casa, lavar, hacer la
comida; cualquier ocupación es buena para mantenernos ocupados
y activos. Hay que aprovechar cualquier ocasión para pasear. Ir a
los sitios más lejanos para procurarnos lo que necesitamos,
cualquier excusa es buena para dejar el coche (quien lo tenga) y
caminar por las calles, los parques, el campo o la playa…
En tercer lugar las distracciones o entretenimientos. Toda
ocupación debe satisfacer las necesidades internas del ser
humano. Cada persona nace o se desarrolla con unas habilidades y
aficiones, que hay que potenciar desde nuestra infancia. En mi
caso me gusta leer, escribir, oír música, pintar, caminar y hacer