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Me parece una auténtica esquizofrenia (si se le permite
esta expresión a un enfermo mental como yo) el tratar de bucear
en ramas genealógicas para demostrar la españolidad o no de los
habitantes o visitantes de la península. Pero si vamos a ser así de
gilipollas, no está de más recordar que los descendientes de don
Pelayo, es decir, todos los futuros primeros reyes de España,
descendían de visigodos, una tribu germánica, y por tanto
“extranjera” o “forastera” como les gusta decir a muchos.
Estoy convencido (aunque si les digo la verdad, me importa
poco) de que en la España de Al-Andalus había muy pocas
personas que realmente tuvieran en sus venas sangre árabe,
egipcia, magrebí, bereber o de otra nacionalidad similar. Al igual
que pasó con los visigodos, esta etnia ocupaba los cargos
militares, administrativos, judiciales, etc… pero el 80 % (y me
quedo corto) de la población era de ascendencia hispanorromana,
es decir, autóctonos de la península, mestizos o puros de iberos,
celtas o romanos. ¿Pero es que a estas alturas nos vamos a poner
también a decir que iberos, celtas o romanos no eran de aquí?
Pues mire, si nos ponemos, pues vamos a decir que los únicos que
realmente eran “puros” eran Adán y Eva. Y si ellos emigraron (me
importa un bledo si por gusto o a la fuerza) pues aten cabos y
miren si no es un poco estúpido hablar de orígenes.
Bueno, a lo que iba. Decía que el 80 %, como mínimo, de los
andalusíes tenían un origen autóctono, aunque ya me empieza a
joder el maldito adjetivo. ¿Qué cómo era posible? Pues
sencillamente porque entre elegir cristiano o musulmán pues la
gente se hacía musulmán. ¿Por qué? Pues no lo sé. Cuestión de
gustos, supongo. Pero es un poco absurdo pensar que en 3 años
pueda conquistarse un país con esa facilidad, si no es porque la
gente se entrega voluntariamente. Los romanos comprobaron la
feroz resistencia de las tribus iberas y celtas y tardaron muchas
décadas en pacificar Hispania. ¿Les parece un cuento? Pues
consulten un libro de Historia. Quizás la cultura islámica ha
estado más cerca de los corazones hispanos que toda esa mierda
que nos cayó desde una maloliente covacha de Covadonga. Yo, que