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DARWIN, UNA VIDA PARA UNA IDEA<br />
En 1859, tras 20 años <strong>de</strong> estudios minuciosos y reflexiones, <strong>Darwin</strong><br />
publicaba El origen <strong>de</strong> las especies. Esta obra no sólo revolucionó las<br />
ciencias <strong>de</strong> la vida, sino que reveló también al hombre su humil<strong>de</strong><br />
lugar entre los seres vivos. Si bien la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la evolución estaba ya en<br />
el ambiente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía tiempo, <strong>Darwin</strong> le dio la forma <strong>de</strong> una teoría<br />
elaborada, apuntalada sobre una i<strong>de</strong>a revolucionaria: la selección<br />
natural. Según ésta, los organismos se modifican <strong>de</strong> generación<br />
en generación para formar, en una larga escala <strong>de</strong> tiempo, nuevas<br />
especies. Asimismo, la selección natural, que garantiza la supervivencia<br />
y la muerte <strong>de</strong> los individuos, es responsable <strong>de</strong> la <strong>de</strong>saparición<br />
<strong>de</strong> las especies y <strong>de</strong> formas enteras <strong>de</strong> vida. El concepto, simple y<br />
po<strong>de</strong>roso, no <strong>de</strong>ja indiferente. Las reacciones son numerosas: <strong>de</strong>bates<br />
vehementes, polémicas, interpretaciones y transformaciones, que han<br />
persistido hasta nuestros días.<br />
En la misma Inglaterra colonialista en que los esclavos fueron proclamados<br />
iguales que los súbditos <strong>de</strong> su Majestad británica y en una<br />
nación impregnada <strong>de</strong> cultura bíblica don<strong>de</strong> se cuestionó el dogma <strong>de</strong><br />
la Creación, un caballero rural sin cargo universitario revolucionó<br />
nuestra concepción <strong>de</strong>l mundo. Inglaterra era<br />
entonces un país <strong>de</strong> contrastes, don<strong>de</strong> el conservadurismo<br />
reinante tenía el mérito <strong>de</strong> conservar... la<br />
libertad <strong>de</strong> pensamiento.<br />
Seguiremos la trayectoria <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> paso a paso,<br />
en los hechos afortunados que permitirán la maduración<br />
<strong>de</strong> sus i<strong>de</strong>as, la metamorfosis <strong>de</strong>l estudiante mediocre <strong>de</strong> la<br />
burguesía victoriana. Acompañaremos al naturalista paciente<br />
y meticuloso en su periplo con el Beagle, la "oportunidad <strong>de</strong><br />
su vida". Viaje que ínspiró su larga reflexión hacia una visión<br />
<strong>de</strong>l mundo difícil <strong>de</strong> aceptar. Por fin, enten<strong>de</strong>remos los orígenes<br />
y el propósito <strong>de</strong> la más bella teoría <strong>de</strong> la historia natural.<br />
Una cita extraída <strong>de</strong> El hombre sin atributos, <strong>de</strong> Robert Musil,<br />
nos guiará en nuestra exploración:<br />
No tienes más que representarte lo que ocurre en nuestros días:<br />
cuando un hombre importante lanza una i<strong>de</strong>a nueva al mundo,<br />
ésta se convierte inmediatamente en objeto <strong>de</strong> división; <strong>de</strong>spierta<br />
simpatías y antipatías. Al principio, los admiradores arrancan<br />
<strong>de</strong> ella gran<strong>de</strong>s trozos para su conveniencia y analizan a<br />
conciencia asu maestro como los zorros <strong>de</strong>smenuzan la<br />
carroña; <strong>de</strong>spués, los adversarios anonadan sus pasajes<br />
débiles, <strong>de</strong> modo que <strong>de</strong> la obra ya no queda más que<br />
un conjunto <strong>de</strong> aforismos que amigos y enemigos aprovechan<br />
asu agrado. Le sigue una ambigüedad general. No existe un<br />
Sí que no vaya acompañado <strong>de</strong> un No. Hagas lo que hagas,<br />
hallarás siempre veínte i<strong>de</strong>as nobles a favor y otras veinte en<br />
contra. Uno estaria tentado <strong>de</strong> creer que suce<strong>de</strong> como en el amor,<br />
el odio y el hambre, don<strong>de</strong> los gustos <strong>de</strong>ben ser distintos para que<br />
cada cual pueda tener el suyo.<br />
BARBARA CONTlNENZA<br />
Profesora <strong>de</strong> historia <strong>de</strong> las ciencias<br />
<strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Roma Tor Vergata<br />
PRESENTACION<br />
<strong>Darwin</strong> encaramado<br />
en el árbol <strong>de</strong> las especies.
La evolución.<br />
una revolución<br />
La teoría <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>, expuesta en 1859 en El origen <strong>de</strong> las especies,<br />
planteaba <strong>de</strong> raíz un nuevo concepto <strong>de</strong>l mundo.<br />
¿Se trataba <strong>de</strong> una revolución o <strong>de</strong> una evolución?<br />
1. <strong>Darwin</strong> transformó las ciencias <strong>de</strong> la vida<br />
<strong>de</strong>l mismo modo en que Copérnico había<br />
revolucionado la astronomía: la teoría<br />
<strong>de</strong> Copérnico cuarteó el geocentrismo;<br />
la <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> asestó un duro golpe al<br />
antropocentrismo. El Sistema copernicano<br />
reproducido abajo se ha extraído <strong>de</strong> las<br />
Entretiens sur la pluralité <strong>de</strong>s mon<strong>de</strong>s<br />
("Conversaciones acerca <strong>de</strong> la pluralidad <strong>de</strong> los<br />
mundos"), <strong>de</strong> Bernard le Bovier <strong>de</strong> Fontenelle<br />
(1657-1757), uno <strong>de</strong> los inspiradores <strong>de</strong> las<br />
nuevas concepciones naturalistas <strong>de</strong>sarrolladas<br />
en el Siglo <strong>de</strong> las Luces.<br />
4<br />
LoS historiadores insisten en ello: en su obra más célebre, The Origin<br />
o/species by means o/natural seleetion ("El origen <strong>de</strong> las especies por<br />
medio <strong>de</strong> la selección natural"), publicada en 1859, <strong>Darwin</strong> nunca<br />
empleó el término "evolución" y jamás se refirió a la especie humana.<br />
<strong>Darwin</strong> era valiente, pero no temerario.<br />
Con todo, el año 1859 representó un hito en la historia. Menos <strong>de</strong><br />
40 años <strong>de</strong>spués, el paleontólogo norteamericano Henry Fairfield Osborn<br />
(1857-1935) preparaba una <strong>de</strong> las primeras historias <strong>de</strong>l evolucionismo;<br />
como sería cada vez más frecuente, buscaba por todas partes precursores<br />
<strong>de</strong> la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> evolución. En 1894, en From the Greeks to <strong>Darwin</strong>, the <strong>de</strong>velopment<br />
o/the evolution i<strong>de</strong>a through twentyjour centuries ("De los griegos<br />
a <strong>Darwin</strong>, el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> evolución a través <strong>de</strong> veinticuatro<br />
siglos"), escribió: '''El antes y el <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>' serán siempre el ante<br />
y post urbem conditam <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> la biología." Según Osborn, la i<strong>de</strong>a<br />
<strong>de</strong> la evolución no era nueva, sino que había "alcanzado su madurez tras<br />
lentas contribuciones aportadas a lo largo <strong>de</strong> veinticuatro siglos. [...] Cuanto<br />
más se estudia la ley <strong>de</strong> la evolución, más se convence uno <strong>de</strong> que no se<br />
llegó a la misma por un <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong>cisivo, sino por el <strong>de</strong>sarrollo<br />
progresivo <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as subordinadas y conexas, antes <strong>de</strong> que fuera reconocida<br />
como un todo único, primero por Lamarck y <strong>de</strong>spués por <strong>Darwin</strong>."<br />
Osborn explica así la evolución <strong>de</strong>l concepto <strong>de</strong> evolución. Dicho <strong>de</strong>sarrollo<br />
guarda semejanza con un proceso darwinista. No es ninguna casualidad.<br />
La evolución darwinista <strong>de</strong> los seres vivos se produce gradualmente,<br />
sin saltos bruscos; el conocimiento avanza <strong>de</strong> forma pareja. Esa visión<br />
"continuista" y acumulativa <strong>de</strong> la ciencia correspon<strong>de</strong> a una aplicación<br />
(avant la lettre) <strong>de</strong> la teoría evolucionista <strong>de</strong>l conocimiento, que traslada el<br />
mecanismo darwinista <strong>de</strong> la evolución <strong>de</strong> los organismos al afloramiento y<br />
establecimiento <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as nuevas. La evolución se aplica a la Evolución.<br />
El hecho <strong>de</strong> que para <strong>Darwin</strong> la evolución no sea sinónimo <strong>de</strong> progreso<br />
(es <strong>de</strong>cir, un avance hacia una perfección cada vez mayor) es un <strong>de</strong>talle<br />
que, según Osborn, podríamos pasar por alto. También podrían ignorarse<br />
las diferencias entre la teoría <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> y la <strong>de</strong> Lamarck, consi<strong>de</strong>radas<br />
simples etapas <strong>de</strong> un largo recorrido. "El futuro ---concluía Osborn- nos<br />
dirá si los precursores <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> y el mismo <strong>Darwin</strong> [...] han resuelto <strong>de</strong><br />
manera satisfactoria este problema antiguo, o si <strong>de</strong>bemos esperar todavía<br />
a otro Newton para nuestra filosofía <strong>de</strong> la Naturaleza."<br />
Aludiendo a Newton, Osborn mencionaba una expresión comúnmente<br />
utilizada años antes <strong>de</strong>l fallecimiento <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> para rendirle homenaje.<br />
El "Newton <strong>de</strong> la brizna <strong>de</strong> hierba", cuyo advenimiento Inmanuel Kant<br />
TEMAS 54
{<br />
(1724-1804) no osaba esperar, se había encarnado<br />
finalmente en <strong>Darwin</strong>, el hombre<br />
que había sido capaz <strong>de</strong> explicar en términos<br />
<strong>de</strong> leyes puramente naturales el "misterio <strong>de</strong><br />
los misterios", la estrucmración y diferenciación<br />
<strong>de</strong> la vida sobre la Tierra.<br />
En la Crítica <strong>de</strong>L juicio (1790), Kant, en<br />
el punto culminante <strong>de</strong> su reflexión sobre la<br />
naturaleza <strong>de</strong> la ciencia y <strong>de</strong>l conocimiento,<br />
había afirmado: "es absolutamente cierto que<br />
no po<strong>de</strong>mos apren<strong>de</strong>r a conocer, por principios<br />
puramente mecánicos <strong>de</strong> la naturaleza,<br />
los seres organizados y su posibilidad interior<br />
[... ]. Es absurdo para los seres humanos [...]<br />
esperar que algún nuevo Newton venga un<br />
día a explicar la producción <strong>de</strong> una brizna<br />
<strong>de</strong> hierba por leyes namrales, a las que no presida <strong>de</strong>signio alguno [...]".<br />
Ahora bien, ya en 1868, en su Historia naturaL <strong>de</strong> La creación, el zoólogo<br />
alemán Ernst Heinrich Haeckel, discípulo autoproclamado y fiel continuador<br />
<strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>, se pronunciaba en contra <strong>de</strong>l pesimismo <strong>de</strong> Kant: anunciaba<br />
que <strong>Darwin</strong> había superado el concepto finalista o teleológico tradicional<br />
<strong>de</strong> la naturaleza, aquel que imponía una explicación <strong>de</strong> la naturaleza en<br />
términos <strong>de</strong> hechos pre<strong>de</strong>stinados. Libres <strong>de</strong> ese prejuicio, los hombres<br />
<strong>de</strong> la ciencia podían estudiar los fenómenos <strong>de</strong> la vida en su globalidad y<br />
explicarlos por causas naturales puramente mecánicas.<br />
En efecto, <strong>Darwin</strong> había concluido EL origen <strong>de</strong> Las especies afirmando,<br />
con la discreción y la mo<strong>de</strong>ración que le caracterizaban:<br />
Es interesante contempLar un enmarañado ribazo cubierto por muchas<br />
pLantas <strong>de</strong> varias clases, con aves que cantan en Los matorraLes, con diferentes<br />
insectos que revoLotean y con gusanos que se arrastran entre La tierra<br />
húmeda, y reflexionar que estas formas, primorosamente construidas, tan<br />
diferentes entre sí, y que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n mutuamente <strong>de</strong> modos tan compLejos,<br />
han sido producidas por Leyes que obran a nuestro aLre<strong>de</strong>dor. [... ] Hay<br />
gran<strong>de</strong>za en esta concepción <strong>de</strong> que La vida, con sus diferentes fuerzas, ha<br />
sido aLentada por eL Creador en un corto número <strong>de</strong> formas o en una soLa,<br />
y que, mientras este pLaneta ha ido girando según La constante Ley <strong>de</strong> La<br />
gravitación, se han <strong>de</strong>sarroLLado y se están <strong>de</strong>sarroLLando, a partir <strong>de</strong> un<br />
principio tan senciLLo, infinidad <strong>de</strong> formas Las más beLLas y portentosas.<br />
DARWIN<br />
2. "Cuando ya no
3. La transición <strong>de</strong>l comportamiento <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />
póngido hasta el homínido, obra <strong>de</strong> Stephan<br />
Freedman (1987). <strong>Darwin</strong> no abordó, en El<br />
origen <strong>de</strong> las especies, la cuestión <strong>de</strong>l origen<br />
<strong>de</strong>l hombre.<br />
4. El naturalista alemán Ernst Haeckel<br />
(1834-1919), ferviente <strong>de</strong>fensor <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong><br />
y <strong>de</strong> su teoría.<br />
6<br />
La evolución darwinista, un proceso <strong>de</strong> naturaleza mecánica<br />
Las "leyes que obran a nuestro alre<strong>de</strong>dor" son la ley <strong>de</strong>! <strong>de</strong>sarrollo y <strong>de</strong><br />
la reproducción, la herencia, la variabilidad, la selección natural, la divergencia<br />
<strong>de</strong> caracteres y la extinción <strong>de</strong> las formas menos adaptadas. El<br />
proceso que <strong>Darwin</strong> <strong>de</strong>scribe con tanta precisión en El origen <strong>de</strong> las especies<br />
es indudablemente mecánico. Y aunque no sepa fundamentar el origen<br />
<strong>de</strong> las especies sobre unas bases fisicoquímicas, su enfoque materialista y<br />
unificador es, a un tiempo, manifiesto e inquietante. Haecke! pregonaba:<br />
'''Evolución' es <strong>de</strong> ahora en a<strong>de</strong>lante la palabra mágica, merced a la cual<br />
po<strong>de</strong>mos aclarar, o por lo menos empezar a aclarar, los misterios que nos<br />
ro<strong>de</strong>an. Pero pocos han entendido realmente esta consigna, y pocos se han<br />
dado cuenta <strong>de</strong> que su importancia transforma el mundo".<br />
Dejando aparte la fogosidad retórica, el darwinismo aparece, en efecto,<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> su formulación, como una nueva concepción <strong>de</strong>l mundo. También<br />
se hizo habitual el uso <strong>de</strong> la expresión "revolución darwinista" para referirse<br />
al cambio radical <strong>de</strong> paradigma introducido por la teoría <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> en<br />
el dominio <strong>de</strong> las ciencias <strong>de</strong> la vida y en otras áreas.<br />
Haeckel reunió en un mismo Panteón los nombres <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> y <strong>de</strong><br />
Copérnico, el autor <strong>de</strong> otra gran revolución científica. En 1874, en Antropogenia<br />
o historia <strong>de</strong> la evolución humana, <strong>de</strong>claraba haber señalado por<br />
primera vez "los méritos <strong>de</strong> esos dos héroes en la erradicación <strong>de</strong>l concepto<br />
antropocéntrico y geocéntrico <strong>de</strong>l universo [...]. Del mismo modo que Copérnico<br />
dio su golpe <strong>de</strong> gracia al dogma geocéntrico en 1543 [...], <strong>Darwin</strong><br />
asestó un golpe fatal al dogma antropocéntrico en 1859". Afirmaba que<br />
la teoría darwinista era subversiva; <strong>de</strong>mostraba su importancia al subrayar<br />
que "la misma explica por medios mecánicos el origen <strong>de</strong> las formas<br />
orgánicas e i<strong>de</strong>ntifica las causas responsables" y que "queda casi eclipsada<br />
por la importancia <strong>de</strong>smesurada que adquiere por sí sola una consecuencia<br />
única y necesaria <strong>de</strong> la teoría [...): el origen animal <strong>de</strong>l hombre".<br />
Sigmund Freud, a punto <strong>de</strong> infligir a la humanidad un tercer golpe<br />
<strong>de</strong> gracia, retomará el tema <strong>de</strong>l "Copérnico <strong>de</strong>l mundo orgánico". En<br />
su Introducción al psicoanálisis (1916-1917), escribe que a lo largo <strong>de</strong> los<br />
siglos "la ciencia ha proporcionado al egoísmo ingenuo <strong>de</strong> la humanidad<br />
TEMAS 54
El hombre<br />
y los simios<br />
El <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> los simios antropomorfos suscitó<br />
numerosas polémicas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> principios <strong>de</strong>l siglo XIX<br />
Se temían las consecuencias nefastas, en el plano moral,<br />
<strong>de</strong> un acercamiento entre los simios y el hombre<br />
1. Sir Richard Owen (1804-1892), en una<br />
fotografía tomada hacia 1855. A este<br />
anatomista y paleontólogo <strong>de</strong>bemos el término<br />
dinosaurio. Opuesto a la tesis <strong>de</strong> la continuidad<br />
entre el animal y el hombre, Owen sostenía<br />
que la presencia <strong>de</strong> una pequeña estructura,<br />
el hippocampus minor, distinguía el cerebro<br />
humano <strong>de</strong>l cerebro <strong>de</strong> los simios.<br />
8<br />
.por qué <strong>de</strong>bieron científicos eminentes soportar numerosas<br />
l.<br />
acometidas <strong>de</strong> un público enar<strong>de</strong>cido? ¿Por qué surgieron<br />
tantas polémicas en e! seno <strong>de</strong> revistas cientÍficas y periódicos<br />
sobre un aspecto en apariencia tan marginal como la presencia<br />
o ausencia, en e! cerebro <strong>de</strong> los simios, <strong>de</strong> una pequeña estructura<br />
<strong>de</strong>nominada hippocampus minor? ¿Cómo logró una cuestión <strong>de</strong> anatomía<br />
comparada <strong>de</strong>spertar tales pasiones en la opinión pública, casi hasta e!<br />
punto <strong>de</strong> provocar reyertas?<br />
Richard Owen, uno <strong>de</strong> los principales protagonistas <strong>de</strong> la disputa, era<br />
entonces el mayor experto británico en simios. Des<strong>de</strong> los años treinta <strong>de</strong>!<br />
siglo XIX, había publicado varios trabajos sobre la osteología <strong>de</strong>! chimpancé<br />
y e! orangután; había conservado en alcohol cerebros <strong>de</strong> simio; también<br />
había llevado a cabo notables estudios paleontológicos, en particular sobre<br />
fósiles <strong>de</strong> reptiles. A él <strong>de</strong>bemos el término "dinosaurio", acuñado en<br />
1841 para <strong>de</strong>signar a un carnívoro gigante, <strong>de</strong>scrito por otros científicos<br />
y <strong>de</strong>nominado Megalosaurus.<br />
Los gran<strong>de</strong>s viajes habían favorecido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hada tiempo la recolección <strong>de</strong><br />
todo tipo <strong>de</strong> organismos. Sin embargo, los simios, a causa <strong>de</strong> su parecido<br />
con e! hombre, promovieron la publicación <strong>de</strong> relatos fantásticos don<strong>de</strong> se<br />
<strong>de</strong>scribían su comportamiento singular y capacidad extraordinaria. Cabe<br />
señalar que las poblaciones con las que los viajeros entraban en contacto<br />
durante sus expediciones, si bien eran indiscutiblemente humanas, presentaban<br />
--<strong>de</strong>s<strong>de</strong> e! punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong>! explorador- una forma <strong>de</strong> vida<br />
primitiva y "bestial". De hecho, cuanto más se distinguían esas poblaciones<br />
<strong>de</strong>! hombre blanco civilizado, más se tendía, sin muchos escrúpulos, a<br />
aproximarlos a los simios.<br />
La primera <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> un chimpancé data <strong>de</strong>! año 1699. Si bien<br />
disipaba las semejanzas entre e! simio y el hombre, equiparaba el pigmeo<br />
a una suerte <strong>de</strong> eslabón intermedio, que habría compartido con el hombre<br />
48 caracteres y 34 con los otros cuadrúmanos. Resultaba fácil ce<strong>de</strong>r a la<br />
tentación <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar formas "inferiores" <strong>de</strong> humanidad a·las tribus<br />
indígenas que se irían <strong>de</strong>scubriendo.<br />
En 1849, se supo, por e! relato <strong>de</strong> un misionero, <strong>de</strong> la existencia, en<br />
Africa occi<strong>de</strong>ntal, <strong>de</strong> un gran simio <strong>de</strong> apariencia feroz: el gorila. Se pidió<br />
enseguida la opinión a Owen sobre la inquietante semejanza entre ese animal<br />
imponente y la especie humana. Como había hecho ya en el pasado, fruto<br />
<strong>de</strong> su experiencia, e! cientÍfico se esforzó en calmar los ánimos inquietos.<br />
No obstante, en 1855, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> numerosos chimpancés y orangutanes,<br />
llegó a Londres e! primer ejemplar vivo <strong>de</strong> gorila. Se trataba <strong>de</strong> una hembra<br />
TEMAS 54
joven, que se convertiría en una atracción <strong>de</strong> circo, arrastrado por todo el<br />
país como un fenómeno <strong>de</strong> feria.<br />
El pobre animal <strong>de</strong>spertaba un profundo estupor allí don<strong>de</strong> se exhibía.<br />
Reavivó un <strong>de</strong>bate ya can<strong>de</strong>nte en los medios científicos, pero que, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
entonces, merced al impulso <strong>de</strong>l eslogan "el hombre mono", alcanzaría a<br />
un público más extenso. La atmósfera <strong>de</strong>bía guardar cierta semejanza con<br />
la que <strong>de</strong>scribió Georges Brassens en El Gorila:<br />
"A través <strong>de</strong> las anchas rejas <strong>de</strong> la jaula contemplaba un grupo <strong>de</strong> viejas<br />
,un gorila po<strong>de</strong>roso, sin reparo por lo que pensaran <strong>de</strong> él. Ajenas a roda,<br />
las comadres señalaban cierto lugar, que mi madre me ha prohibido rigurosamente<br />
citar aquí."<br />
El fijismo <strong>de</strong> Linné contra el continuismo <strong>de</strong> Buffon<br />
Regresemos al <strong>de</strong>bate científico, sin duda menos espectacular, aunque no<br />
menos vivo. Ya en 1735, Cad van Linné (1707-1778) reconoció la manifiesta<br />
semejanza física entre el hombre y el simio. Incluyó a ambos en el mismo<br />
or<strong>de</strong>n, el <strong>de</strong> los Anthropomorpha. Nuestro sistemático sueco era fijista. Consi<strong>de</strong>raba<br />
su clasificación inmutable. Su "sistema natural" <strong>de</strong>bía reflejar, mediante<br />
la individualización <strong>de</strong> caracteres esenciales y fijos, la división original <strong>de</strong><br />
los organismos en especies creadas ab initio por el Creador; esas especies se<br />
perpetuaban <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> generación en generación, siempre invariables, con<br />
la excepción <strong>de</strong> minúsculas diferencias acci<strong>de</strong>ntales e intrascen<strong>de</strong>ntes.<br />
Linné no tenía ninguna intención <strong>de</strong> atentar contra la i<strong>de</strong>a tradicional <strong>de</strong><br />
"hombre" en cuanto criatura intelectual y moralmente superior; ni siquiera<br />
pretendía contra<strong>de</strong>cir la noción <strong>de</strong> una creación divina según los preceptos<br />
<strong>de</strong>l libro <strong>de</strong>l Génesis. Sin embargo, su <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> incluir el hombre y el<br />
simio en el mismo or<strong>de</strong>n se consi<strong>de</strong>ró extraordinaria y provocativa. Pero<br />
Linné no se retractó. Desafió a los críticos a que mostraran las diferencias<br />
cuya existencia proclamaban.<br />
Paradójicamente, fue Georges-Louis Leclerc <strong>de</strong> Buffon (1707-1788) quien<br />
restituyó la distancia entre el hombre y el simio. El naturalista francés fue<br />
2. El simio bien educado (1827), cuadro<br />
caricaturesco <strong>de</strong>l pintor Edwin landseer.<br />
3. Georges-louis leclerc <strong>de</strong> Buffon (1707-1788),<br />
cuyo retrato (abajo) se conserva en el Museo<br />
<strong>de</strong> Versalles, fue precursor <strong>de</strong>l evolucionismo.<br />
Consi<strong>de</strong>raba las variaciones observadas en los<br />
seres vivos como un alejamiento <strong>de</strong> un "mol<strong>de</strong>"<br />
original.<br />
DARIVIN 9
una posición paralela al suelo, porgue su cabeza está más inclinada todavía<br />
que la <strong>de</strong>l simio. Se observa, proseguía Virey, una verda<strong>de</strong>ra gradación en<br />
la vida y las faculta<strong>de</strong>s <strong>de</strong> todos los cuerpos, ya que po<strong>de</strong>mos "<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>r"<br />
<strong>de</strong>l hombre blanco al negro, <strong>de</strong>l negro al hotentote, hasta el orangután.<br />
Merced a los estudios <strong>de</strong> expertos en sistemática y en anatomía comparada,<br />
que hasta la fecha habían recurrido exclusivamente a métodos <strong>de</strong>scriptivos<br />
y morfológicos, nacía una nueva disciplina: la antropología científica. Al<br />
aceptar el principio <strong>de</strong> una modificación gradual <strong>de</strong> las características anatómicas,<br />
se abría la puerta a una comparación cuantitativa que permitía<br />
medir la importancia <strong>de</strong> las modificaciones. Peter Camper (I 722-1789),<br />
médico y fisiólogo holandés, se había servido <strong>de</strong> diversas técnicas para<br />
<strong>de</strong>finir el "ángulo facial", un parámetro que empleaba para comparar el<br />
cráneo <strong>de</strong> distintas razas humanas entre sí y con el cráneo <strong>de</strong> simios. El<br />
análisis concernía sólo a la estructura ósea, sobre la cual se trazaban lineas<br />
que unían la oreja y la nariz, por un lado, y la frente y el mentón, por<br />
Otro. La intersección <strong>de</strong> esas líneas formaba un ángulo. Este pasaba <strong>de</strong><br />
42 grados en los simios rabones, a 58 grados en el orangután, 70 grados<br />
en el hombre negro y el calmuco, entre 80 y 90 grados en el hombre<br />
europeo, hasta los 90 grados <strong>de</strong> las efigies <strong>de</strong> las piedras grabadas <strong>de</strong>l arte<br />
romano y los 100 grados <strong>de</strong> la cabeza i<strong>de</strong>alizada <strong>de</strong>l Apolo griego, expresión<br />
suprema <strong>de</strong> belleza y nobleza. Según Camper, y con él un gran número<br />
<strong>de</strong> sus contemporáneos que siguieron <strong>de</strong>rroteros similares, se producía la<br />
convergencia <strong>de</strong> diversas tradiciones <strong>de</strong> <strong>investigación</strong>: la fisonomía antigua,<br />
la teoría <strong>de</strong>l arte, la anatomía y la antropología incipiente. Algunos incluso<br />
quisieron ver en ese análisis craneológico las premisas <strong>de</strong> la frenología.<br />
Sin embargo, la progresión que se <strong>de</strong>ducía <strong>de</strong> esa comparación estaba<br />
muy lejos <strong>de</strong> prefigurar una evolución, como lo indicaba la inclusión <strong>de</strong> la<br />
cabeza <strong>de</strong> Apolo, i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> belleza divina. En esa época, el mundo natural<br />
salia representarse mediante la escala natural o la "ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong>l ser", imagen<br />
muy antigua don<strong>de</strong> cada peldaño o eslabón <strong>de</strong> la naturaleza simbolizaba<br />
un nivel o segmento autónomo respecto <strong>de</strong>l anterior, es <strong>de</strong>cir, un acto <strong>de</strong><br />
creación in<strong>de</strong>pendiente. La imagen <strong>de</strong> la escalera ilustraba la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> una<br />
perfección creciente, que encontraba su más alta expresión en el nivel<br />
más elevado, ocupado, claro está, por el hombre (salvo en los casos que<br />
incluían criaturas celestes como los ángeles).<br />
Ciertamente, había parecidos inquietantes entre entida<strong>de</strong>s que ocupaban<br />
niveles distintos, pero no incomodaban a los partidarios <strong>de</strong> la escala natural.<br />
En tales casos recurrían a la hipótesis <strong>de</strong> la "<strong>de</strong>generación", sugerida ya por<br />
Buffon, es <strong>de</strong>cir, el alejamiento respecto <strong>de</strong> un mol<strong>de</strong> original <strong>de</strong>bido a las<br />
6. Estudio <strong>de</strong>l ángulo facial (intersección <strong>de</strong> la<br />
línea oreja-nariz con la línea frente-mentón)<br />
extraído <strong>de</strong> la edición <strong>de</strong> 1791 <strong>de</strong> una obra<br />
<strong>de</strong> Peter Campero Este naturalista holandés<br />
comparaba los simios con las "razas" humanas.<br />
7. la escala <strong>de</strong> la creación, en una ilustración<br />
proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la primera edición (1512) <strong>de</strong> De<br />
nova logica (1303) <strong>de</strong> Ramón lull (1232-1316).<br />
DARIVIN 11
8. Georges Cuvier, cuya estatua se encuentra<br />
en Montbéliard, su ciudad natal. negaba<br />
la existencia <strong>de</strong> una continuidad entre las<br />
especies.<br />
12<br />
condiciones <strong>de</strong>sfavorables <strong>de</strong> ciertas regiones. Así, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el hombre blanco, el<br />
más perfecto, se "<strong>de</strong>scendía" al negro, al hotenrote y así <strong>de</strong> forma sucesiva.<br />
Los europeos, más cerca <strong>de</strong> este i<strong>de</strong>al, enconrraron en ello una confirmación<br />
<strong>de</strong> su propia superioridad sobre arras razas humanas, "más simiescas".<br />
Hacia una <strong>de</strong>scripción funcional <strong>de</strong> los seres vivos<br />
En 1798, Etienne Geoffroy Sainr-Hilaire (1772-1844) y Georges Cuvier<br />
(1769-1832) retomaron la técnica <strong>de</strong>l ángulo facial, modificándola parcialmente.<br />
Las características anatómicas <strong>de</strong>l hombre se comparaban <strong>de</strong> nuevo<br />
frente a las <strong>de</strong> diversas especies <strong>de</strong> simios; pero los datos se ponían luego en<br />
relación con la conducta, a fin <strong>de</strong> correlacionar capacidad y ángulo facial.<br />
Los mandriles, simios particularmente feroces y violentos, poseían un ángulo<br />
facial <strong>de</strong> 30 grados; los macacos, más vivarachos y mansos, un ángulo comprendido<br />
entre 42 y 45 grados; los cercopitecos, <strong>de</strong>spiertos, alegres, <strong>de</strong>licados<br />
y apacibles, entre 50 y 60 grados; los gibones y los orangutanes, entre 56 y<br />
63 grados; por último, el hombre presentaba siempre un ángulo superior a<br />
70 grados. Después se propuso, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la misma especie humana, otra<br />
correlación entre la forma <strong>de</strong>l cráneo y la inteligencia: las poblaciones con<br />
una frente baja y una mandíbula prominente nunca estarían dotadas <strong>de</strong> una<br />
capacidad intelectual equivalente a la <strong>de</strong>l promedio <strong>de</strong> los europeos.<br />
Empezó entonces a imponerse una forma distinta <strong>de</strong> observar el mundo<br />
vivo. Se trataba <strong>de</strong> establecer nexos entre las partes <strong>de</strong> la estructura examinada<br />
y la función <strong>de</strong>sempeñada por una <strong>de</strong> tales partes en relación con las<br />
otras. Dicho <strong>de</strong> otro modo, consi<strong>de</strong>rar cada parte en relación con el todo<br />
y con la función que ejerce en el mismo. Ya no bastaba la <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong><br />
un hueso aislado: se asociaban la forma y posición <strong>de</strong> éste a la función que<br />
cumplía en el contexto <strong>de</strong> la organización general <strong>de</strong>l organismo. Según<br />
Cuvier, no existe "prácticamente ningún hueso que varíe en sus facetas,<br />
curvas y protuberancias, sin que los otros sufran variaciones proporcionales;<br />
<strong>de</strong>l examen <strong>de</strong> un hueso es posible <strong>de</strong>ducir, con ciertos límites, la<br />
estructura <strong>de</strong>l esqueleto enrero".<br />
De este principio nació la paleontología: la reconstrucción, a partir <strong>de</strong><br />
elementos fósiles, <strong>de</strong> organismos <strong>de</strong>saparecidos. La propia anatomía iba<br />
a abandonar el plano <strong>de</strong> la simple <strong>de</strong>scripción estructural y estática para<br />
orientarse hacia cuestiones dinámicas y funcionales. Para Sainr-Hilaire, si<br />
un órgano presentaba un crecimiento superior al normal, ese fenómeno<br />
repercutía <strong>de</strong> forma inmediata en las partes más cercanas, las cuales, a<br />
partir <strong>de</strong> ese momento, no lograban alcanzar su <strong>de</strong>sarrollo habitual; sin<br />
embargo, ninguna parte <strong>de</strong>saparecía: todas se conservaban.<br />
El <strong>de</strong>bate sobre el plan <strong>de</strong> organización<br />
Un "plan <strong>de</strong> organización" configuraba, pues, la estructura y relacionaba las<br />
funciones entre sí. Por mor <strong>de</strong> ese plan <strong>de</strong> organización, Cuvier y Saint<br />
Hilaire se enfrenraron en una controversia encendida que mereció la atención<br />
<strong>de</strong> la prensa en 1830 y que marcó una <strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s etapas <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong><br />
la biología. Cuvier i<strong>de</strong>ntificaba en el mundo animal cuatro gran<strong>de</strong>s grupos<br />
fundamentales: vertebrados, moluscos, articulados y radiados. Saint-Hilaire,<br />
en cambio, revindicaba una continuidad ininterrumpida <strong>de</strong> formas, una<br />
unidad <strong>de</strong>l plan <strong>de</strong> organización común a todos los animales. .<br />
Por un lado, Cuvier parecía <strong>de</strong>smarcarse <strong>de</strong> los esquemas <strong>de</strong> interpretación<br />
<strong>de</strong>l mundo vivo prece<strong>de</strong>ntes, rompiendo con la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la sucesión<br />
lineal y sin inrerrupciones. Por otro lado, si bien había manifestado interés<br />
por los aspectos históricos <strong>de</strong>l estudio <strong>de</strong> los animales (hasta el punto <strong>de</strong><br />
sentar las bases para la <strong>investigación</strong> <strong>de</strong> su prehistoria), seguía siendo un<br />
paladín <strong>de</strong>l fijismo, un <strong>de</strong>fensor intransigente <strong>de</strong>l catastrofismo. No entendía<br />
los fósiles como testigos <strong>de</strong> las transformaciones experimentadas por las<br />
especies, sino como vestigios <strong>de</strong> especies que habían vivido en el pasado<br />
TEMAS 54
y se habían extinguido en catástrofes súbitas. Para Cuvier, si las especies<br />
hubieran variado <strong>de</strong> forma progresiva, habríamos hallado los rastros <strong>de</strong> sus<br />
modificaciones graduales; y no habían aparecido hasra entonces.<br />
Geoffroy Saint-Hilaire tomó una dirección opuesta al principio <strong>de</strong> la<br />
constancia <strong>de</strong> las especies. Sostenía la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> un plan estructural común a<br />
todas, expuesto a modificaciones y transformaciones <strong>de</strong>pendientes <strong>de</strong>! medio.<br />
Sólo ese plan podría explicar lo que Cuvier se obstinaba en consi<strong>de</strong>rar<br />
como creado en su origen con el fin <strong>de</strong> ejercer una función <strong>de</strong>terminada<br />
y, por consiguiente, inmutable.<br />
Según ese razonamiento, contraatacaba Geoffroy Saint-Hilaire, un hombre<br />
que utiliza muletas estaría <strong>de</strong>stinado, en un principio, a ver su pierna<br />
paralizada o amputada. Somos simples historiadores <strong>de</strong> lo que existe;<br />
enten<strong>de</strong>mos las funciones sólo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber estudiado e intentado<br />
compren<strong>de</strong>r los instrumentos responsables <strong>de</strong> las mismas.<br />
Por otra parte, Geoffroy Saint-Hilaire se había convertido, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía<br />
tiempo, en adalid <strong>de</strong> las tesis transformistas <strong>de</strong> Jean-Baptiste Lamarck<br />
(1744-1829). Lamarck, fallecido cuando estallaba e! <strong>de</strong>bate en toda su<br />
virulencia, había sido ya el punto <strong>de</strong> mira <strong>de</strong> las críricas acerbas y sarcasmos<br />
<strong>de</strong> Cuvier. Para atacar las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> Lamarck, Cuvier aprovechó incluso e!<br />
elogio fúnebre que pronunció en su honor. Sin embargo, por una venganza<br />
<strong>de</strong>! <strong>de</strong>stino, este "e!ogio" no se publicó hasta 1832, tras su propia muerte.<br />
Cuvier afirmaba que las fantasías <strong>de</strong> Lamarck estimulaban la imaginación<br />
<strong>de</strong> poetas y metafísicos, pero no se sostenían ante cualquiera que hubiera<br />
disecado una mano, una víscera o una pluma.<br />
La naturaleza empezó por los más simples<br />
Lamarck ocupa un lugar privilegiado en e! <strong>de</strong>bate sobre e! evolucionismo,<br />
honor que <strong>de</strong>be, paradójicamente, a un Cuvier <strong>de</strong>seoso <strong>de</strong> ridiculizar sus<br />
tesis. Cuvier terminó por divulgar una suerte <strong>de</strong> caricatura, que supuso<br />
e! rechazo <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> Lamarck. Aunque <strong>Darwin</strong> creía no compartir la<br />
tesis <strong>de</strong> Lamarck, se le han reprochado ciertos rasgos <strong>de</strong> las mismas.<br />
A diferencia <strong>de</strong> Linné, Cuvier crea <strong>de</strong> nuevo dos ór<strong>de</strong>nes separados<br />
para e! hombre y los simios. Lamarck, en cambio, en su Filosofía zoológica<br />
(1809), clasifica al hombre en e! grupo <strong>de</strong> los mamíferos bímanos. A<strong>de</strong>más,<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> una visión materialista --coherente con lo que se consi<strong>de</strong>raría <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
entonces una teoría <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo y <strong>de</strong> la transformación <strong>de</strong> las especiesestablece<br />
una conexión real entre el hombre y los simios. Basando su clasificación<br />
zoológica en e! sistema nervioso, Lamarck or<strong>de</strong>na los animales en<br />
apáticos, sensibles e inteligentes. Realiza un análisis naturalista <strong>de</strong>! espíritu,<br />
entendido como la adquisición progresiva <strong>de</strong> faculta<strong>de</strong>s cada vez más<br />
complejas en la trama <strong>de</strong> interacciones entre e! organismo y su entorno.<br />
El concepto, totalmente transformista en a<strong>de</strong>lante, <strong>de</strong> las especies vivas<br />
va acompañado, sin embargo, <strong>de</strong> Otro cambio radical <strong>de</strong> perspectiva: la<br />
inversión <strong>de</strong> la scala naturae, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> e! ser más perfecto en la cúspi<strong>de</strong> <strong>de</strong> la<br />
escala, hasta el menos perfecto, en e! pie <strong>de</strong> la misma. Lamarck escribió:<br />
Si es verdad que todos los seres vivos son producciones <strong>de</strong> la Naturaleza,<br />
no es posible negarse a creer que no pudo crearlas más que <strong>de</strong> forma<br />
sucesiva. Hay motivo para pensar que comenzó por los más simples, no<br />
habiendo producido más que en último lugar las organizaciones <strong>de</strong> mayor<br />
complejidad, sea <strong>de</strong>! reino animal, sea <strong>de</strong>l vegetal.<br />
El or<strong>de</strong>n natural es, por tanto, e! que reproduce el "proceso <strong>de</strong> la<br />
naturaleza", es <strong>de</strong>cir, la sucesión temporal, histórica, a través <strong>de</strong> la cual<br />
se modifican las especies. Lamarck afirma que es la naturaleza la que ha<br />
"creado la organización, la vida, la capacidad <strong>de</strong> sentir; la que ha multiplicado<br />
y diversificado, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> límites que nos son <strong>de</strong>sconocidos, los<br />
órganos y las faculta<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los cuerpos organizados, cuya existencia mantiene<br />
o multiplica; la que ha creado en los animales, sólo a través <strong>de</strong> la<br />
DARVJIN<br />
9. Esta lámina <strong>de</strong>l Tableau élémentaire <strong>de</strong><br />
I'histoire naturelle <strong>de</strong>s animaux (1797), <strong>de</strong><br />
//1<br />
i<br />
.. J<br />
t<br />
i<br />
!<br />
Georges Cuvier, compara el cráneo <strong>de</strong> distintos<br />
mamíferos. Cuvier se proponía establecer una<br />
correlación entre I.a geometría craneana y las<br />
capacida<strong>de</strong>s intelectuales.<br />
13
comunicación. Al ejercitar la garganta, la lengua y los labios <strong>de</strong>sarrollarían<br />
la facultad <strong>de</strong>l habla. "Las necesida<strong>de</strong>s lo explicarían todo por sí solas;<br />
habrían originado los esfuerzos, mientras que los órganos propios <strong>de</strong> las<br />
arriculaciones se habrían <strong>de</strong>sarrollado por su uso habitual." Y concluye:<br />
"Tales,serían las reflexiones que se podrían plantear si el hombre, consi<strong>de</strong>rado<br />
aquí la raza preeminente en cuestión, no se distinguiera <strong>de</strong> los<br />
animales más que por las características <strong>de</strong> su organización, y si su origen<br />
no fuera diferente <strong>de</strong>l <strong>de</strong> éstos".<br />
En efecto. Decir primero una cosa y luego su contrario, tal parece ser<br />
la estrategia <strong>de</strong> Lamarck. Bien se trate <strong>de</strong> pru<strong>de</strong>ncia, <strong>de</strong> un guiño irónico<br />
o <strong>de</strong> una manera sutil <strong>de</strong> eludir las posibles censuras, <strong>de</strong>be admitirse un<br />
hecho: con Lamarck, el hombre se convierte en un animal natural, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
todos los puntos <strong>de</strong> vista, incluido el relativo a sus faculta<strong>de</strong>s intelectuales y<br />
morales. La explicación se encuentra en el mismo mecanismo que subyace<br />
bajo la transformación <strong>de</strong> todos los seres vivos: la modificación <strong>de</strong>l entorno<br />
provoca nuevas necesida<strong>de</strong>s, las nuevas necesida<strong>de</strong>s incitan a cambiar los<br />
hábitos, los hábitos modifican la estructura y, por fin, la tristemente célebre<br />
"herencia <strong>de</strong> los caracteres adquiridos" ratifica esas modificaciones.<br />
Como ya se ha señalado, Geoffroy Saint-Hilaire había tomado partido por<br />
algunas i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> Lamarck, pero aun así las <strong>de</strong>bió malinterpretar. El atribuía<br />
a las circunsrancias ambientales un tipo <strong>de</strong> intervención sobre el organismo<br />
mucho más directo que el propugnado por el propio Lamarck. Cuvier, que<br />
siempre se había opuesto a las i<strong>de</strong>as lamarquianas, hizo lo posible, con notable<br />
éxito, para que éstas fueran mal interpretadas. En la controversia que<br />
lo enfrentaba a Saint-Hilaire, Cuvier salió victorioso; pero el transformismo,<br />
pese a esa victoria pírrica, constituía una realidad ineludible.<br />
La disputa sobre el hippocampus minor<br />
Por aquel entonces, en Gran Bretaña, Charles Lyell (1797-1875) publicaba,<br />
entre 1830 y 1833, los PrincipIes o/ Geology, una obra que iba a ejercer<br />
una influencia <strong>de</strong>terminante sobre <strong>Darwin</strong>. En la misma se sometÍan a un<br />
examen profundo las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> Lamarck y se refutaban <strong>de</strong> forma categórica.<br />
Por lo que respecta al hombre, el autor manifestaba la inquietud <strong>de</strong> que<br />
las tesis <strong>de</strong> Lamarck llegaran a <strong>de</strong>struir "la fe <strong>de</strong>l hombre en la noble<br />
genealogía <strong>de</strong> su especie".<br />
Richard Owen, personaje al que nos hemos referido ya y que iba a recibir<br />
el apelativo <strong>de</strong> "Cuvier británico", había adquirido un merecido prestigio<br />
por sus trabajos <strong>de</strong> anatomía, paleontología y sistemática. Había <strong>de</strong>jado <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r una concepción totalmente estática <strong>de</strong> la naturaleza y admitía modificaciones<br />
compatibles con su i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> los "tipos". Según esa teoría, inspirada<br />
en el arquetipo platónico, existÍan tan sólo matrices i<strong>de</strong>ales, fundadas sobre<br />
principios geométricos (un número reducido <strong>de</strong> formas fundamentales), que<br />
se reconocían al estudiar lo que el propio Owen <strong>de</strong>nominaba "homologías".<br />
Esas homologías correspondían a semejanzas estructurales i<strong>de</strong>ntificables<br />
incluso en partes muy diferenciadas <strong>de</strong> varios organismos (por ejemplo,<br />
las alas <strong>de</strong> los pájaros y los miembros anteriores <strong>de</strong> los mamíferos), cuyas<br />
modificaciones, halladas también en los fósiles, no son más que diversas<br />
realizaciones <strong>de</strong> un mismo proyecto divino <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo i<strong>de</strong>al.<br />
A través <strong>de</strong> esa visión, Owen avanzó un paso más y <strong>de</strong>sarrolló la "teoría<br />
verrebral <strong>de</strong>l cráneo", según la cual los huesos <strong>de</strong>l cráneo correspon<strong>de</strong>rían<br />
a una transformación <strong>de</strong> las últimas vérrebras <strong>de</strong> la espina dorsal. A partir<br />
<strong>de</strong> ciertas características <strong>de</strong>l cerebro, clasificó los mamíferos y asignó el<br />
hombre a una subclase distinta, la <strong>de</strong> los Arquencéfalos. Subrayó, a<strong>de</strong>más,<br />
la estrecha semejanza entre las manos y los pies en los simios, contrariamente<br />
a lo que se observa en el hombre.<br />
Como ya se ha comentado, los simios estaban <strong>de</strong> moda. En todas partes<br />
se <strong>de</strong>batía sobre sus rasgos morfológicos "humanos". Se temían las conse-<br />
DARWIN<br />
11. la "escala anatómica", según el escritor y<br />
teólogo suizo Johann Kaspar Lavater (1741<br />
1801). Esta escala iba <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la "bestialidad<br />
<strong>de</strong>forme" <strong>de</strong> la rana hasta la belleza i<strong>de</strong>al <strong>de</strong><br />
Apolo.<br />
15
Babuinos<br />
y metafísica<br />
El 16 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1838 <strong>Darwin</strong> escribía: "El origen <strong>de</strong>l hombre<br />
ha quedado ahora probado. La metafísica <strong>de</strong>bería florecer.<br />
Quien entienda al babuino hará más por la metafísica que Locke"<br />
e<br />
.Qué hacía <strong>Darwin</strong> en ese entorno <strong>de</strong>l siglo XIX, mientras se<br />
<strong>de</strong>batía sobre las diferencias entre el hombre y los simios?<br />
Con casi cincuenta años <strong>de</strong> edad, miembro respetado <strong>de</strong> la<br />
comunidad científica, <strong>Darwin</strong> trabajaba <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía años, con<br />
una constancia notable, en un proyecto cuya intención, en un principio,<br />
no se atrevió a confesar ni siquiera a sí mismo. Pero ahora, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía<br />
poco, no sin cierta incomodidad e inquietud, lo estaba dando a conocer a<br />
un círculo reducido <strong>de</strong> amigos "escogidos" y dignos <strong>de</strong> confianza, aunque<br />
<strong>de</strong>stilando las informaciones. En 1844, en una carta dirigida a uno <strong>de</strong> esos<br />
amigos, el médico y botánico Joseph Dalton Hooker, escribía: "Estoy casi<br />
convencido, al contrario <strong>de</strong> lo que pensaba en un principio, <strong>de</strong> que las<br />
especies (es como si confesase un crimen) no son inmutables".<br />
En sus cua<strong>de</strong>rnos <strong>de</strong> notas privados, los célebres Cua<strong>de</strong>rnos que había empezado<br />
a redactar en 1837, don<strong>de</strong> se conce<strong>de</strong> cierta libertad, nos <strong>de</strong>svela sus<br />
pensamientos; <strong>Darwin</strong> se había asomado ya al problema <strong>de</strong> la continuidad<br />
entre el hombre y los otros animales, muy especialmente en los cua<strong>de</strong>rnos<br />
N y M (asignaba una letra <strong>de</strong>l alfabeto a cada uno), <strong>de</strong>nominados también<br />
Cua<strong>de</strong>rnos sobre eL hombre, eL espíritu y eL materiaLismo, o Cua<strong>de</strong>rnos metafísicos.<br />
En ellos aborda, repetidas veces, el tema <strong>de</strong> la expresión <strong>de</strong> las emociones, <strong>de</strong> la<br />
conciencia, <strong>de</strong> las relaciones entre el espíritu y el cuerpo, <strong>de</strong> la distinción entre<br />
el instinto y las faculta<strong>de</strong>s superiores, así como una serie <strong>de</strong> otras cuestiones<br />
que lo conducen a consi<strong>de</strong>raciones <strong>de</strong> naturaleza filosófica, religiosa y moral.<br />
En diversas ocasiones hace referencia a los simios, y sus observaciones <strong>de</strong>jan<br />
poco margen <strong>de</strong> duda acerca <strong>de</strong> su posición sobre este problema espinoso:<br />
para <strong>Darwin</strong>, e! hombre no ocupa un lugar privilegiado en e! universo.<br />
<strong>Darwin</strong> vio por primera vez un gran simio (Jenny, un orangután hembra<br />
<strong>de</strong> tres años) el 28 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1837, en el zoo <strong>de</strong> Londres. El animal<br />
había sobrevivido un invierno gracias al pabellón con calefacción que se<br />
había habilitado para las jirafas. Murió algunos meses <strong>de</strong>spués, pero no sin<br />
que antes lo hubiesen exhibido, púdicamente vestido con ropas femeninas,<br />
ante la duquesa <strong>de</strong> Cambridge.<br />
En los Cua<strong>de</strong>rnos <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> abundan las observaciones <strong>de</strong>talladas, las<br />
i<strong>de</strong>as improvisadas, las indicaciones para un examen profundo ulterior, las<br />
reflexiones lanzadas sobre el pape! casi en forma <strong>de</strong> aforismos. "El origen 1. Una <strong>de</strong> las representaciones más antiguas<br />
<strong>de</strong>l hombre ha quedado ahora probado. La metafísica <strong>de</strong>bería florecer. <strong>de</strong> simio antropomorfo, sin duda una<br />
Quien entienda al babuino hará más por la metafísica que Locke", escribió hembra <strong>de</strong> orangután, es ésta. Aparece en<br />
e! 16 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1838. En otras palabras, no se pue<strong>de</strong> preten<strong>de</strong>r inves Demonstris, <strong>de</strong> Fortunio liceti (1577-1657),<br />
tigar el origen <strong>de</strong>l conocimiento y estudiar la naturaleza <strong>de</strong>l espíritu sin embriólogo <strong>de</strong> Padua. Se reprodujo en<br />
haber comprendido el vínculo <strong>de</strong> parentesco entre el hombre y el simio. numerosos textos <strong>de</strong>l siglo XVIII.<br />
DARWIN 17
2. "Comparen un fueguino con un orangután,<br />
y ¡atrévanse a afirmar que las diferencias son<br />
muy gran<strong>de</strong>s!", escribió <strong>Darwin</strong> en un cua<strong>de</strong>rno<br />
en 1838. Arriba, un indígena <strong>de</strong> la Tierra <strong>de</strong>l<br />
Fuego según Comad Maertens, dibujante a<br />
bordo <strong>de</strong>l Beagle durante la segunda parte <strong>de</strong>l<br />
viaje <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>.<br />
18<br />
Algunos días más tar<strong>de</strong>, tomó notas sobre las muecas <strong>de</strong> los simios y se<br />
preguntó si reían o lloraban.<br />
E! 30 <strong>de</strong> agosto, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> reflexiones sobre la felicidad, el<br />
intelecto y los instintos, aña<strong>de</strong>: "El espíricu <strong>de</strong>l hombre no es más perfecto<br />
que los instintos <strong>de</strong> los animales en todas las cambiantes circunstancias<br />
[...]. ¡Luego nuestra ascen<strong>de</strong>ncia es el origen <strong>de</strong> nuestras malas pasiones!<br />
¡El diablo, bajo la forma <strong>de</strong> un babuino, es nuestro abue!o!".<br />
El 4 <strong>de</strong> septiembre escribió: "Platón [...] dice en e! Fedón que nuestras<br />
'i<strong>de</strong>as imaginarias' <strong>de</strong>rivan <strong>de</strong> la existencia anterior <strong>de</strong>l alma, no nacen <strong>de</strong> la<br />
experiencia. Por existencia anterior entiéndase simio". El 23 <strong>de</strong> septiembre, tras<br />
numerosas observaciones y comparaciones sobre la capacidad <strong>de</strong> expresión <strong>de</strong>l<br />
hombre y el simio, apunta: "Todo el argumento basado en la expresión, más<br />
que cualquier otro punto concerniente a la estructura, <strong>de</strong>be su interés a su<br />
conexión con la mente (mostrar que en lo tocanre a la menre hay un hiato,<br />
no un salto entre el hombre y los brutos) [...] Comparen a un fueguino con<br />
un orangután y ¡atrévanse a afirmar que la diferencia es muy gran<strong>de</strong>!".<br />
Por último, el 4 <strong>de</strong> octubre: "Escudiar la metafísica como siempre se<br />
ha hecho me parece tan ineficaz como querer saber <strong>de</strong> astronomía sin la<br />
ayuda <strong>de</strong> la mecánica. La experiencia <strong>de</strong>muestra que el problema <strong>de</strong> la<br />
mente no pue<strong>de</strong> resolverse atacando directamente la ciuda<strong>de</strong>la. La mente<br />
es una función <strong>de</strong>l cuerpo. Hay que proporcionar un fundamento sólido<br />
a partir <strong>de</strong>! cual extraer nuestros argumentos".<br />
El hippocampus minor ridiculizado por un hippopotamus major...<br />
Tan sólo se trata <strong>de</strong> unas breves citas. Sin embargo, son más que suficientes<br />
para convertir en un baluarte irrisorio ese hippocampus minor que Owen,<br />
veinte años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la redacción <strong>de</strong> las notas, quiso levantar para <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r<br />
la posición <strong>de</strong>l hombre en la naturaleza <strong>de</strong> los peligros que la asediaban.<br />
Este hippocampus minor ridiculizado encontraría pronto su justo lugar en<br />
un entretenido libro para niños, Los niños <strong>de</strong>l agua, escrito en 1863 por<br />
Charles Kingsley (1819-1875). Capellán <strong>de</strong> la reina Victoria, profesor <strong>de</strong><br />
historia en Cambridge, comprometido en las luchas sociales y fundador <strong>de</strong>l<br />
grupo <strong>de</strong> los "socialistas cristianos", Kingsley fue uno <strong>de</strong> los pocos clérigos<br />
que <strong>de</strong>fendieron a <strong>Darwin</strong> tras la publicación <strong>de</strong> El origen <strong>de</strong> las especies.<br />
En este relato fantástico, escrito con fines claramente pedagógico-morales<br />
y con una buena dosis <strong>de</strong> ironía, "una historia <strong>de</strong> hadas, nada más que un<br />
entretenimiento y una obra <strong>de</strong> la imaginación, <strong>de</strong> la que no se <strong>de</strong>be creer<br />
una palabra, aunque sea verda<strong>de</strong>ra", e! hippocampus minor se convertía en<br />
e! hippopotamus major. "No existe nada más fiable que la gran prueba <strong>de</strong>!<br />
hippopotamus. Si en cu cerebro hay un hippopotamus major, entonces no<br />
eres un mono, aunque poseas cuatro manos, y no tengas pies, y seas más<br />
simiesco que e! más simiesco <strong>de</strong> todos los monos <strong>de</strong>! zoo. Si, en cambio,<br />
se <strong>de</strong>scubriera un hippopotamus major en un solo cerebro <strong>de</strong> mono, no hay<br />
nada que hacer, nada librará a tu tatatatatatatatatatatatarabue!a <strong>de</strong> haber<br />
sido un mono también".<br />
Es comprensible que Owen y los teólogos biempensantes que lo apoyaban<br />
se sinrieran amenazados con esa nueva visión <strong>de</strong>l mundo y <strong>de</strong>l<br />
hombre (el hombre se había consi<strong>de</strong>rado "especial" durantes siglos). No<br />
es necesario ser un gran experto para enten<strong>de</strong>r también por qué <strong>Darwin</strong><br />
fue tan pru<strong>de</strong>nte y tardó tanto tiempo en hacer pública esta teoría <strong>de</strong><br />
la transformación <strong>de</strong> las especies, teoría <strong>de</strong> la que no podía menos que<br />
esperarse efectos explosivos.<br />
En realidad, en esa época ya existían al menos dos versiones <strong>de</strong> la que con el<br />
tiempo sería la teoría darwinista <strong>de</strong> la evolución, pero quién sabe si <strong>Darwin</strong> se<br />
hubiera <strong>de</strong>cidido a divulgar sus i<strong>de</strong>as si, precisamente en 1858, mientras Owen<br />
y Huxley mantenían su acalorado <strong>de</strong>bate, no hubiera recibido por correo, el<br />
18 <strong>de</strong> junio, el ensayo <strong>de</strong> un joven naturalista llamado Roben Wallace.<br />
TEMAS 54
Los años<br />
<strong>de</strong> formación<br />
Igual que su padre y su abuelo, el joven Charles inicia estudios <strong>de</strong><br />
medicina, que interrumpirá en 1827. Cuando se le reorienta hacia la<br />
vida eclesiástica, <strong>de</strong>muestra ya afición a la historia natural<br />
Charles <strong>Darwin</strong> nació el 12 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1809. Contrariamente a<br />
lo que se ha pretendido, <strong>Darwin</strong> no se hizo a sí mismo. Por ser<br />
responsable más que nadie --salvo quizá Men<strong>de</strong>l- <strong>de</strong> la importancia<br />
otorgada a las genealogías, conviene remontarse a sus dos<br />
ilustres abuelos, que no llegó a conocer.<br />
El abuelo materno se llamaba ]osiah Wedgwood (1730-1795). Aunque<br />
fue casi autodidacta, gracias a su espíritu empren<strong>de</strong>dor y a su talento<br />
para experimentar con nuevos materiales y técnicas, creó lo que se convertiría<br />
en una <strong>de</strong> las principales fábricas <strong>de</strong> porcelana <strong>de</strong> Gran Bretaña<br />
y proveedora <strong>de</strong> la casa real. Se casó con una prima, Sarah, con la que<br />
tuvo ocho hijos. La primogénita, Susannah (1765-1817), sería la madre<br />
<strong>de</strong> Charles <strong>Darwin</strong>.<br />
El abuelo paterno, Erasmus <strong>Darwin</strong> (1731-1802), fue médico, científico,<br />
inventor y poeta. Brillante, imaginativo y extraordinariamente activo en<br />
el cultivo <strong>de</strong> la mente y en sus aplicaciones. De su matrimonio con Mary<br />
Howard nacieron cinco hijos; dos <strong>de</strong> ellos fallecieron a muy corta edad;<br />
el tercero, Roben Waring <strong>Darwin</strong> (1766-1848), sería el padre <strong>de</strong> Charles;<br />
los otros dos, Charles y Erasmus, sucumbieron a la edad <strong>de</strong> 20 y 40 años,<br />
respectivamente. Charles, estudiante <strong>de</strong> medicina, pereció a causa <strong>de</strong> una<br />
infección contraída en una autopsia; Erasmus, abogado, abrumado por<br />
graves problemas financieros, se suicidó (murió ahogado) en un acceso<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>presión. Robert Waring bautizó a sus dos hijos con el nombre <strong>de</strong><br />
sus hermanos difuntos.<br />
La esposa <strong>de</strong> Erasmus, Mary Howard, murió a los 30 años <strong>de</strong> edad,<br />
cuando Robert Waring tenía sólo cuatro. Más a<strong>de</strong>lante, Erasmus se volvió<br />
a casar y cuvo otros siete hijos, sin contar uno o dos hijos ilegítimos<br />
más entre los dos matrimonios. Tal proliferación se inscribía en su visión<br />
<strong>de</strong> la actividad sexual, que Erasmus aplicaba <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista<br />
científico (como vínculo esencial en la gran ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong> los seres vivos) y<br />
literario (la <strong>de</strong>nominaba en sus poemas "obra maestra <strong>de</strong> la naturaleza").<br />
Era autoritario hasta el límite <strong>de</strong> la tiranía. Robert, el padre <strong>de</strong> Charles,<br />
se vio prácticamente obligado a empren<strong>de</strong>r los estudios <strong>de</strong> medicina. De<br />
ahí que se prometiera a sí mismo no comportarse con sus hijos como su<br />
padre lo había hecho con él.<br />
La influencia <strong>de</strong>l abuelo Erasmus<br />
Erasmus era un científico brillante. Se interesó por la física, la química, la<br />
botánica y la geología. Tradujo <strong>de</strong>l latín la obra <strong>de</strong> Linné Genera plantarurn.<br />
Escribió un poema enciclopédico en verso, titulado El jardín botánico.<br />
DARWIN<br />
1. Robert Waring <strong>Darwin</strong>, padre <strong>de</strong> Charles <strong>Darwin</strong><br />
(arriba), era médico. Erasmus <strong>Darwin</strong> (abajo),<br />
abuelo paterno <strong>de</strong> Charles, fue también el abuelo,<br />
por vía materna, <strong>de</strong>l naturalista, antropólogo y<br />
estadístico Francis Galton (1822-1911).<br />
19
tizaron un nivel <strong>de</strong> vida confortable en !he Mount, la gran resi<strong>de</strong>ncia que<br />
adquirieron en Shrewsbury.<br />
Antes <strong>de</strong> casarse, Robert preguntó a su padre sobre los motivos <strong>de</strong> la<br />
muerte <strong>de</strong> su madre Mary. La carta que enviaría Erasmus reviste su interés.<br />
Ofrece un testimonio directo <strong>de</strong>l tipo <strong>de</strong> comunicación que existía entre<br />
padre e hijo, explícita y "sin escrúpulos", como él mismo la <strong>de</strong>finió. La<br />
carta refleja algunas <strong>de</strong> sus i<strong>de</strong>as médicas, lamarckianas avant la lettre.<br />
Erasmus estaba convencido <strong>de</strong> que Mary había heredado <strong>de</strong> su padre, quien<br />
"nunca había caído en enajenación, aunque sí se había emborrachado, en<br />
público y en privado", una enfermedad hepática, típica <strong>de</strong>l alcoholismo,<br />
que la convertía en víctima <strong>de</strong> violentas crisis <strong>de</strong> dolor y convulsiones,<br />
"aliviadas a veces con gran<strong>de</strong>s dosis <strong>de</strong> opio y un poco <strong>de</strong> vino, al que<br />
se acostumbró [...]. Todas las enfermeda<strong>de</strong>s causadas por la bebida son<br />
hereditarias, pero sólo en parte; el origen <strong>de</strong> la epilepsia y la enajenación<br />
se encuentra, creo, en la bebida. Así lo he observado a menudo en la<br />
epilepsia. Pero una generación sobria basta para revertir el <strong>de</strong>sgaste <strong>de</strong> la<br />
generación que bebe. Conozco numerosas familias que presentan por un<br />
lado algunos <strong>de</strong>mentes y cuyos hijos, ahora adultos, no experimentan ningún<br />
síntoma. Si no fuera así, no habría en todo el reino una sola familia<br />
sin epilépticos, gotosoS y enajenados".<br />
A pesar <strong>de</strong> su creencia en la herencia <strong>de</strong> los caracteres adquiridos (el<br />
alcoholismo era consi<strong>de</strong>rado un caso típico), Erasmus pretendía tranquilizar<br />
así a su hijo. De hecho, Robert tuvo con Susannah seis hijos, todos<br />
ellos completamente sanos. Después <strong>de</strong> las tres primeras hijas, Marianne,<br />
Caroline y Susan, nació Erasmus; cuatro años <strong>de</strong>spués llegó Charles y<br />
15 meses más tar<strong>de</strong>, Catherine, la benjamina.<br />
Experiencia precoz <strong>de</strong>l dolor<br />
Susannah cayó enferma y murió tras un largo sufrimiento, en 1817,<br />
cuando Charles contaba tan sólo ocho años. El mismo señalaría en su<br />
Autobiografía (que escribió a los 67 años para sus hijos): "No recuerdo<br />
casi nada <strong>de</strong> ella, sólo su lecho <strong>de</strong> muerte, su vestido <strong>de</strong> terciopelo negro<br />
y su curiosa mesa <strong>de</strong> trabajo. Creo que mi falta <strong>de</strong> recuerdos sobre ella<br />
pue<strong>de</strong> atribuirse en parte a mis hermanas, quienes, a causa <strong>de</strong> su dolor,<br />
evitaban hablar <strong>de</strong> ella o pronunciar su nombre; podría también <strong>de</strong>berse<br />
a la propia invali<strong>de</strong>z <strong>de</strong> mi madre antes <strong>de</strong> su muerte".<br />
Esa experiencia precoz <strong>de</strong>l dolor y la ausencia <strong>de</strong> recuerdos sobre su<br />
madre se han consi<strong>de</strong>rado, en una biografía reciente escrita por John<br />
Bowlby, psiquiatra infantil y psicoanalista, uno <strong>de</strong> los elementos que <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>naron<br />
las graves alteraciones psíquicas y físicas que sufrió Charles<br />
durante toda su vida adulta. Trastornos gástricos, con vómitos y náuseas,<br />
palpitaciones, crisis <strong>de</strong> pánico y sensaciones <strong>de</strong> <strong>de</strong>smayo. El propio <strong>Darwin</strong><br />
anotó y <strong>de</strong>scribió pormenorizadamente esos síntomas, que condicionaron<br />
su existencia.<br />
4. Con William Small (1734-1775) y Matthew<br />
Boulton (1728-1809), Erasmus <strong>Darwin</strong> fue uno<br />
<strong>de</strong> los fundadores <strong>de</strong> la Sociedad <strong>de</strong> Lunáticos.<br />
El grabado <strong>de</strong> la izquierda representa una<br />
reunión <strong>de</strong> los miembros <strong>de</strong> esa sociedad en<br />
el domicilio <strong>de</strong> otro miembro ilustre, James<br />
Watt. Adviértanse las botellas esparcidas por el<br />
suelo. Arriba, Matthew Boulton, rico industrial<br />
<strong>de</strong> Birmingham, en su época <strong>de</strong> componente <strong>de</strong><br />
la Sociedad <strong>de</strong> Lunáticos.<br />
5..EI camafeo antiesclavista fabricado por<br />
Josiah Wedgwood, abuelo materno <strong>de</strong> Charles<br />
<strong>Darwin</strong>, rezaba: "¿Acaso no soy un hombre y un<br />
hermano?"<br />
DARWIN 21
6. Susannah Wedgwood, madre <strong>de</strong> Charles<br />
<strong>Darwin</strong>. Una enfermedad la llevó a la tumba en<br />
1817, cuando Charles contaba con ocho años<br />
<strong>de</strong> edad.<br />
7. Charles <strong>Darwin</strong> y su hermana Catherine,<br />
en un dibujo <strong>de</strong> Ellen Sharples.<br />
Ningún médico se hallaba entonces capacitado para emitir un diagnóstico<br />
preciso. Se avanzaron numerosas hipótesis. Hubo quien señaló la enfermedad<br />
<strong>de</strong> Chagas, transmitida por ciertas chinches, que <strong>Darwin</strong> habría<br />
contraído en América <strong>de</strong>l Sur a lo largo <strong>de</strong> su viaje. Sin embargo, dado<br />
que ciertos síntomas estaban presentes ya antes <strong>de</strong> su partida, muchos se<br />
inclinan por una afección psicosomática, sobre todo si se consi<strong>de</strong>ra que<br />
los trastornos tendían a manifestarse en situaciones <strong>de</strong> estrés emocional y<br />
<strong>de</strong> fatiga excesiva. Se sugirió también un "síndrome <strong>de</strong> hiperventilación"<br />
o una "neurosis <strong>de</strong> angustia".<br />
<strong>Darwin</strong> temía que se tratase <strong>de</strong> una enfermedad hereditaria. Se sentía<br />
angustiado, probablemente como su padre, por la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> haberla transmitido<br />
a sus hijos. Desgraciadamente, el <strong>de</strong>stino confirmó sus temores:<br />
en 1851, su hija mayor Annie falleció a la edad <strong>de</strong> diez años <strong>de</strong> una "fiebre<br />
gástrica biliar". La muerte <strong>de</strong> su madre, y luego <strong>de</strong> su hija, <strong>de</strong> una<br />
enfermedad gástrica, sumado a sus propias crisis <strong>de</strong> síntomas similares,<br />
le inquietaron. Tanto, que le provocaron una angustiosa ansiedad por la<br />
salud <strong>de</strong> sus otros hijos, que fueron durante tiempo el objeto <strong>de</strong> cuidados<br />
y atenciones obsesivos. ¿Cómo podía <strong>Darwin</strong> ignorar los riesgos <strong>de</strong> un<br />
matrimonio consanguíneo (Emma, su mujer, era prima hermana suya) e<br />
ignorar que "la lucha por la existencia" que favorece a los más fuertes y a<br />
los más sanos, y que él mismo teorizaba por entonces, no tenía motivos<br />
para pasar por alto a su familia?<br />
Concepción finalista <strong>de</strong> la historia<br />
No nos anticipemos y regresemos al <strong>Darwin</strong> mno, huérfano <strong>de</strong> madre a<br />
los ocho años, para conocer su formación. La necesidad <strong>de</strong> señalar ciertos<br />
acontecimientos más que otros favorece una cierta concepción finalista <strong>de</strong><br />
la historia <strong>de</strong> una vida cuyo <strong>de</strong>senlace y resultados conocemos. Sabemos<br />
dón<strong>de</strong> queremos ir y relataremos la historia en función <strong>de</strong> ese fin. Al actuar<br />
así, operamos -¿cabría acaso otra opción?- <strong>de</strong> modo contrario al<br />
<strong>de</strong> la naturaleza, que, según <strong>Darwin</strong>, selecciona y "escoge" sin proyecto ni<br />
objetivo. Ella no "sabe" dón<strong>de</strong> se dirige: lo que le importa es llegar.<br />
Tras la muerte <strong>de</strong> la madre <strong>de</strong> Charles, la vida en The Mount cambió <strong>de</strong><br />
forma radical. Las hermanas mayores asumieron la dirección <strong>de</strong> la casa y la<br />
educación <strong>de</strong> los pequeños. El carácter <strong>de</strong> un padre gravemente afectado, ya<br />
<strong>de</strong> por sí difícil, empeoró. Una vez más, en su autobiografía, <strong>Darwin</strong> nos<br />
ofrece un amplio relato sobre la figura paterna y nos muestra la veneración<br />
que le profesaba: "Corpulento, <strong>de</strong> espaldas anchas [... J, era el hombre<br />
más imponente que jamás haya visto". El doctor Robert medía un metro<br />
ochenta y llegó a pesar 150 kilos. "Sus principales características consistían<br />
en una simpatía arrolladora y capacidad <strong>de</strong> observación, cualida<strong>de</strong>s que<br />
nunca he visto superar, ni siquiera igualar. [...] Poseía (<strong>de</strong>bido seguramente<br />
a sus dotes <strong>de</strong> simpatía) una propensión excepcional a inspirar confianza<br />
[...]. Su éxito profesional fue muy notable, teniendo en cuenta que en un<br />
principio, según me contó, había odiado sobremanera la profesión médica;<br />
si él hubiera tenido la subsistencia mínimamente asegurada, o si su padre<br />
le hubiera dado opción, nunca hubiera ejercido <strong>de</strong> médico. Hasta el final<br />
<strong>de</strong> su vida, el pensamiento <strong>de</strong> una operación le ponía enfermo, y apenas<br />
soportaba ver a alguien sangrar, repugnancia que me transmitió".<br />
Esta <strong>de</strong>scripción resulta inquietante, ya que evoca las facetas <strong>de</strong> la profesión<br />
médica <strong>de</strong> la época: una cierta sensiblería, el papel <strong>de</strong> confi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l<br />
enfermo y los consejos sabios y casi didácticos prodigados a los esposos.<br />
<strong>Darwin</strong> proseguía con la lista <strong>de</strong> las cualida<strong>de</strong>s paternas: una memoria<br />
extraordinaria, un orador excelente, casi siempre <strong>de</strong> buen humor y jovial<br />
con todos, pero que se hacía obe<strong>de</strong>cer e incluso temer. Aunque irascible,<br />
sabía ser muy amable. Era hábil y pru<strong>de</strong>nte en los negocios. Y por último:<br />
"Mi padre no tenía espíritu científico, en la medida en que no trató <strong>de</strong><br />
22 TEMAS 54
generalizar en forma <strong>de</strong> leyes universales sus conocimientos. Sin embargo,<br />
presentaba una teoría para casi cualquier cosa que sucedía. No creo que<br />
le <strong>de</strong>ba mucho <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista intelectual, pero su ejemplo fue<br />
<strong>de</strong> gran valor moral para todos sus hijos".<br />
La escuela mediocre <strong>de</strong> Shrewsbury<br />
Durante un año, Charles frecuentó la escuela local. En 1818, a la edad<br />
<strong>de</strong> nueve años, lo internaron en la escuela <strong>de</strong> Shrewsbury. Allí pasaría<br />
siete años, sin gran provecho ni alegría. Consi<strong>de</strong>rada una <strong>de</strong> las mejores<br />
<strong>de</strong> Inglaterra, la escuela estaba dirigida por el reverendo Samuel Butler,<br />
abuelo <strong>de</strong>l célebre escritor Samuel Butler (1835-1902). Este último acogió<br />
al principio con entusiasmo la teoría darwinista, aunque terminaría por<br />
abandonarla y abrazar una concepción evolucionista fuertemente inspirada<br />
en el lamarckismo.<br />
En Así muere la carne, novela publicada a título póstumo en 1903,<br />
Butler trenza una sátira brillante y feroz <strong>de</strong> la sociedad victoriana, <strong>de</strong> sus<br />
actitu<strong>de</strong>s beatas y <strong>de</strong> sus instituciones opresoras, en especial, la familia y<br />
la escuela. El protagonista es inscrito, por la voluntad <strong>de</strong> su padre, en una<br />
prestigiosa escuela dirigida por un famoso doctor Skinner, que no es otro<br />
que el reverendo Butler, pérfidamente <strong>de</strong>scrito por su nieto irreverente:<br />
Cuando el doctor Skinner era todavía un hombre joven <strong>de</strong> apenas<br />
veinticinco años, quedó vacante el puesto <strong>de</strong> director <strong>de</strong> la escuela <strong>de</strong><br />
Roughborough. Se lo dieron a él sin vacilar. Los resultados justificaron<br />
la elección. Los alumnos <strong>de</strong>l doctor Skinner se distinguían en cualquier<br />
universidad a la que fueran. El mo<strong>de</strong>laba sus espíritus a partir <strong>de</strong>l suyo<br />
y les <strong>de</strong>jaba una huella en el alma, una marca que ya no se borraría en<br />
toda su vida.<br />
Las Meditaciones sobre la Epístola y la personalidad <strong>de</strong> San Judas habían<br />
dado renombre al doctor Skinner: "Esta obra analizaba con tal profundidad<br />
el tema, que quien la compraba no tenía ya necesidad, en a<strong>de</strong>lante, <strong>de</strong><br />
meditar sobre la Epístola <strong>de</strong> San Judas, y agotaba incluso a cualquiera que<br />
se ocupara <strong>de</strong> ella". En su domicilio contaba con un pequeño laboratorio<br />
"instalado en un rincón <strong>de</strong> la habitación; la existencia <strong>de</strong> ese laboratorio<br />
y el uso familiar, frecuente y más o menos exacto, <strong>de</strong> palabras como<br />
"carbonato", "hiposulfito", "fosfato" y "afinidad" bastaban para <strong>de</strong>mostrar,<br />
incluso a los más escépticos, que el doctor Skinner era un químico <strong>de</strong><br />
primer or<strong>de</strong>n. Puedo afirmar <strong>de</strong> paso que el doctor Skinner cultivaba<br />
también otras ciencias, amén <strong>de</strong> la química. Sabía poco <strong>de</strong> mucho; cada<br />
una <strong>de</strong> esas nociones limitadas constituía un peligro". Butler <strong>de</strong>scribía<br />
la biblioteca polvorienta, las doctas discusiones en las que participaba el<br />
doctor Skinner, la prosopopeya y la seriedad incómoda con las que hablaba<br />
<strong>de</strong> manera solemne, incluso <strong>de</strong> nimieda<strong>de</strong>s. Y concluía:<br />
Maestros <strong>de</strong> escuela, si alguien entre uste<strong>de</strong>s lee este libro, recuer<strong>de</strong>n<br />
que pue<strong>de</strong> suce<strong>de</strong>r que un chiquillo lloroso y tímido, conducido por su<br />
padre hasta su <strong>de</strong>spacho, a quien uste<strong>de</strong>s tratan con todo el menosprecio<br />
que merece y a quien hacen la vida intolerable durante años, pues bien,<br />
ese chiquillo pue<strong>de</strong> ser su futuro biógrafo. Cuando observen a un pobre<br />
chiquillo con los ojos abatidos, sentado en el bor<strong>de</strong> <strong>de</strong> la silla, contra la<br />
pared <strong>de</strong> su <strong>de</strong>spacho, no olvi<strong>de</strong>n repetirse: "Es posible que sea este niño<br />
quien, si no voy con cuidado, explique algún día a todo el mundo la<br />
clase <strong>de</strong> hombre que yo era". Si tan sólo dos o tres maestros <strong>de</strong> escuela<br />
aprendieran esta lección y la retuvieran, estos últimos capítulos no se<br />
habrán escrito en vano.<br />
Sin lugar a dudas, <strong>Darwin</strong> habría coincidido plenamente con esa opinión.<br />
Dejando <strong>de</strong> lado los resultados escolares que él mismo calificaba <strong>de</strong> mediocres,<br />
<strong>Darwin</strong> hallaba satisfacción en otras tareas. Empezaba a observar<br />
OARWlN<br />
8. la escuela <strong>de</strong> Shrewsbury, don<strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> fue<br />
internado a los nueve años. En aquel entonces,<br />
estaba dirigida por el reverendo Samuel Butler,<br />
abuelo <strong>de</strong>l escritor Samuel Butler (1835-1902).<br />
23
9. El médico y fisiólogo alemán Franz Joseph<br />
Gall (1758-1828) <strong>de</strong>fendió la existencia <strong>de</strong><br />
una correlación entre la forma <strong>de</strong>l cráneo<br />
y las faculta<strong>de</strong>s mentales. Fue el creador<br />
<strong>de</strong> la frenología, disciplina cuyo carácter<br />
científico era dudoso. Se trata <strong>de</strong> una doctrina<br />
<strong>de</strong>sacreditada en la actualidad.<br />
24<br />
la naturaleza y a coleccionar insectos y plantas. Hacia los 12 años, había<br />
aprendido a disparar el fusil. Pero lo que más le motivó fue la instalación,<br />
con su hermano Erasmus, en un cobertizo <strong>de</strong> la casa paterna, <strong>de</strong> un pequeño<br />
laboratorio, don<strong>de</strong> los dos llevaron a cabo experimentos <strong>de</strong> química a menudo<br />
tan malolientes, que sus compañeros le pusieron "Gas" por apodo.<br />
Los estudios <strong>de</strong> medicina en Edimburgo<br />
El padre <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>, consciente <strong>de</strong> los resultados académicos insatisfactOrios<br />
<strong>de</strong> su hijo, <strong>de</strong>cidió en 1825 enviarlo a Edimburgo para que iniciara<br />
los estudios <strong>de</strong> medicina con su hermano mayor, como era tradición<br />
en la familia. Charles frecuentó los cursos durante dos años, con una<br />
larga interrupción en verano; durante el mismo, <strong>de</strong> regreso a su hogar,<br />
atendía con cierta satisfacción a algunos pacientes pobres. Prosiguió con<br />
las lecciones y la práctica clínica, aunque sin excesivo entusiasmo. Los<br />
cursos carecían <strong>de</strong> interés para él: la Universidad <strong>de</strong> Edimburgo, aunque<br />
todavía la mejor <strong>de</strong> Gran Bretaña, atravesaba una crisis <strong>de</strong>bido, entre otras<br />
causas, a un <strong>de</strong>terioro progresivo <strong>de</strong>l nivel <strong>de</strong>l claustro docente. Con el<br />
apoyo político y eclesiástico, las cátedras se ocupaban como si se tratase<br />
<strong>de</strong> bienes familiares.<br />
Citaremos el caso emblemático <strong>de</strong> Alexan<strong>de</strong>r Momo, representante <strong>de</strong><br />
la tercera generación <strong>de</strong> catedráticos <strong>de</strong> anatomía y al que <strong>Darwin</strong> consi<strong>de</strong>raba<br />
sencillamente repugnante. Aupado allí en 1800, profesaba con<br />
indolencia, <strong>de</strong> manera prolija y aburrida. Desaliñado, presentaba manchas<br />
<strong>de</strong> la sangre <strong>de</strong> los cadáveres. Lo que menos le importaba era actualizar<br />
el contenido <strong>de</strong> sus clases según los avances <strong>de</strong> la ciencia, si damos por<br />
cierto un episodio en el que, utilizando para la lección las notas <strong>de</strong> su<br />
abuelo, olvidó poner al día las fechas y leyó, sin inmutarse: "Cuando yo<br />
era estudiante, en 1719...". El inci<strong>de</strong>nte es sintOmático <strong>de</strong> una enseñanza<br />
<strong>de</strong> la medicina que reconocía la benevolencia y la sabiduría <strong>de</strong> un creador<br />
divino, garante <strong>de</strong> una armonía <strong>de</strong> la Naturaleza y <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n social y moral.<br />
El mismo Momo <strong>de</strong>claraba enseñar anatomía "para situar el contextO <strong>de</strong> la<br />
creación animal, que ofrece sorpren<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong>mostraciones <strong>de</strong> la sabiduría<br />
y el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> su Autor".<br />
En esa época, prosperaron en Edimburgo numerosas escuelas privadas<br />
<strong>de</strong> medicina. CompetÍan con la Universidad al impartir una enseñanza <strong>de</strong><br />
calidad. Los estudiantes adquirían conocimientOs sobre las investigaciones<br />
llevadas a cabo en Francia y en Alemania, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la nueva anatomía comparada<br />
hasta los últimos <strong>de</strong>scubrimientos <strong>de</strong> la paleontología, sin olvidar<br />
la fisiología, la neurología y la nueva "ciencia" <strong>de</strong> la frenología, <strong>de</strong> Franz<br />
Gall y Johann Spurzheim.<br />
MOnJo se oponía a la frenología. Se esforzaba en <strong>de</strong>mostrar la ausencia<br />
<strong>de</strong> correlaciones entre la dimensión y la forma <strong>de</strong>l cráneo y las faculta<strong>de</strong>s<br />
mentales. Partiendo <strong>de</strong> la premisa que, <strong>de</strong> ser fiable la frenología, la interferencia<br />
<strong>de</strong> un cuerpo físico con el cerebro <strong>de</strong> un ser vivo habría producido<br />
distorsiones <strong>de</strong>l comportamiento, Momo creyó útil introducir agujas en<br />
el cerebro <strong>de</strong> ocas, conejos y gallinas, que a continuación <strong>de</strong>jaba corretear<br />
libremente. Al no manifestarse las supuestas alteraciones <strong>de</strong>l comportamiento,<br />
llegaba a la conclusión <strong>de</strong> que la frenología estaba equivocada.<br />
Aportó luego otros argumentos, como la existencia <strong>de</strong> espacio.s entre el<br />
cerebro y la caja craneana, que habrían impedido, según los principios <strong>de</strong><br />
la frenología, una comparación entre la forma <strong>de</strong>l cerebro y la presencia<br />
<strong>de</strong> protuberancias externas.<br />
Los razonamientos <strong>de</strong> Monro no carecían <strong>de</strong> interés, pero <strong>Darwin</strong> era<br />
incapaz <strong>de</strong> "amar el odio" que <strong>de</strong>stilaba su profesor. Anotaba las presuntas<br />
pruebas en sus apuntes. Sin convencerle las tesis <strong>de</strong> la frenología, se<br />
encontraba <strong>de</strong>cepcionado por el rumbo que tomaban los <strong>de</strong>bates, teñidos<br />
<strong>de</strong> animosidad y prejuicio, carentes <strong>de</strong> voluntad <strong>de</strong> verdad.<br />
TEMAS 54
Por otro lado, <strong>Darwin</strong> quedaría muy impresionado por una experiencia<br />
traumatizante: dos intervenciones quirúrgicas, una <strong>de</strong> ellas en un niño,<br />
ejecutadas sin anestesia. (En esa época no se disponía todavía <strong>de</strong> cloroformo.)<br />
Mostraba aprensión por los cadáveres utilizados en las disecciones.<br />
Con frecuencia se trataba <strong>de</strong> cuerpos mal conservados y empleados<br />
varias veces, dada su escasez. Los únicos cadáveres que la ley autorizaba<br />
disecar eran los <strong>de</strong> asesinos con<strong>de</strong>nados o <strong>de</strong> indigentes muertos durante<br />
su <strong>de</strong>tención. Era imposible satisfacer las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> las escuelas <strong>de</strong><br />
medicina. No sólo llegaron a robarse cadáveres, sino que, en 1828, se<br />
produjo e! asesinato <strong>de</strong> al menos dieciséis personas con e! fin <strong>de</strong> ven<strong>de</strong>r<br />
su cuerpo a los anatomistas. Este comercio terminó en un escándalo,<br />
seguido <strong>de</strong>! proceso y <strong>de</strong> la ejecución <strong>de</strong>! culpable, cuyo cuerpo... se puso<br />
a la disposición <strong>de</strong> la universidad para la disección. Todo ello resultaba<br />
excesivo para un <strong>Darwin</strong> sensible.<br />
La "eminencia clerical"<br />
Con todo, la experiencia <strong>de</strong> Edimburgo no fue ni mucho menos negativa:<br />
e! joven provinciano <strong>de</strong> dieciséis años encontró un mundo estimulante,<br />
rico en i<strong>de</strong>as y en personalida<strong>de</strong>s. Durante su segundo año<br />
en la universidad, Charles se orientaría con mayor <strong>de</strong>cisión hacia la<br />
historia natural (que en esa época abarcaba la zoología, la meteorología,<br />
la geología, la botánica, etcétera). Se integró en la "Sociedad Pliniana<br />
<strong>de</strong> Historia Natural", una <strong>de</strong> las múltiples asociaciones estudiantiles<br />
que había en Edimburgo. Allí circulaban i<strong>de</strong>as radicales y se discutía<br />
sobre política, ciencia e incluso sobre e! "espíritu" en los animales y en<br />
el hombre. <strong>Darwin</strong> conoció allí a Robert Grant (1793-1874), médico<br />
y zoólogo, especialista en anatomía <strong>de</strong> invertebrados. En París, Grant<br />
había estudiado, con Cuvier y Geoffroy Saint-Hilaire, embriología y<br />
anatomía comparada. Conocía las obras <strong>de</strong> los naturalistas franceses y<br />
en particular las <strong>de</strong> Lamarck, pero apreciaba igualmente los trabajos <strong>de</strong><br />
Erasmus <strong>Darwin</strong>. Durante ese período, Charles leyó la Zoonomia <strong>de</strong> su<br />
abuelo y, por lo menos en parte, e! Sistema <strong>de</strong> los animales sin vértebras<br />
(1801) <strong>de</strong> Lamarck (se <strong>de</strong>sconoce si leyó también e! prefacio <strong>de</strong> esa obra,<br />
don<strong>de</strong> Lamarck exponía sus i<strong>de</strong>as sobre la transformación <strong>de</strong> las especies<br />
bajo e! efecto <strong>de</strong> un "impulso interno").<br />
En su autobiografía, <strong>Darwin</strong> explica que no se <strong>de</strong>jó convencer por esas<br />
i<strong>de</strong>as: "Un día que paseábamos juntos, [Grant] dio rienda suelta a su gran<br />
admiración por Lamarck y sus puntos <strong>de</strong> vista sobre la evolución. Yo le<br />
escuchaba con un silencio asombrado y -hasta don<strong>de</strong> yo sé-- sin que ello<br />
afectara mi espíritu. Ya había leído la Zoonomia <strong>de</strong> mi abuelo, que sostiene<br />
opiniones semejantes, pero había <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> compartirlas. No obstante,<br />
es probable que e! hecho <strong>de</strong> haber oído exponer y alabar tales puntos <strong>de</strong><br />
vista, cuando era muy joven, favoreciese que yo los <strong>de</strong>fendiera, bajo una<br />
forma distinta, en e! Origen <strong>de</strong> las especies. En esa época, yo admiraba<br />
la Zoonomia; pero al leerla una segunda vez tras un intervalo <strong>de</strong> diez o<br />
quince años, me <strong>de</strong>cepcionó, por ser la <strong>de</strong>smesura <strong>de</strong> la especulación en<br />
comparación con los hechos presentados".<br />
En aquellos años, <strong>Darwin</strong> inicia investigaciones sobre e! terreno, apren<strong>de</strong><br />
a cazar y a i<strong>de</strong>ntificar muestras, a disecar pájaros y, sobre todo, entra en<br />
contacto con las corrientes i<strong>de</strong>ológicas que influyen en la vida política y<br />
cultural.<br />
En 1827, año en que Charles abandonó <strong>de</strong>finitivamente Edimburgo,<br />
Grant fue nombrado, sin que fuera óbice su reputación lamarckista, profesor<br />
<strong>de</strong> zoología en e! Colegio Universitario <strong>de</strong> Londres. Un éxito <strong>de</strong>slumbrante<br />
que fue canto <strong>de</strong>! cisne: e! profesor abandonó la escena académica en<br />
1835, excluido por Richard Owen, a quien había contrariado sobremanera<br />
y quien puso <strong>de</strong> relieve e! peligro <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> Grant por amalgamar<br />
DARWIN<br />
10. La frenología, el estudio <strong>de</strong> los rasgos<br />
mentales a partir <strong>de</strong> la forma <strong>de</strong>l cráneo,<br />
estaba en boga en la época <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>.<br />
Hallamos un ejemplo <strong>de</strong> ello en este<br />
portaplumas capitiforme, <strong>de</strong> la primera mitad<br />
<strong>de</strong>l siglo XIX. Se conserva en el Instituto <strong>de</strong><br />
Historia <strong>de</strong> la Medicina <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong><br />
Viena.<br />
25
11. El Christ College, en la Universidad <strong>de</strong><br />
Cambridge, don<strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> ingresó en 1827 para<br />
estudiar teología.<br />
lamarckismo, transformación <strong>de</strong> las especies y revolución francesa, i<strong>de</strong>as<br />
que amenazaban la estabilidad social y los valores morales.<br />
En 1827, tras un breve viaje a París (el único que hizo al continente<br />
europeo en toda su vida), <strong>Darwin</strong> regresó al hogar familiar para pasar<br />
el verano y disfrutar <strong>de</strong> un largo y merecido <strong>de</strong>scanso. La caza era su<br />
principal diversión; se consagró a ella con un ardor y entusiasmo tales<br />
que suscitaron la recriminación <strong>de</strong>l padre, <strong>de</strong>cepcionado por el fracaso<br />
en los estudios <strong>de</strong> medicina. "Te preocupas sólo <strong>de</strong> la caza, <strong>de</strong> los perros<br />
y <strong>de</strong> perseguir a las ratas ----se quejaba el doctor Robert airado--, serás<br />
la <strong>de</strong>shonra <strong>de</strong> la familia." Sin <strong>de</strong>jar lugar para la discusión, se <strong>de</strong>cidió<br />
entonces que Charles se <strong>de</strong>dicara a la vida eclesiástica y prosiguiera sus<br />
estudios en Cambridge. Nunca había sido su intención ser párroco anglicano,<br />
pero la i<strong>de</strong>a tampoco le disgustó. Le <strong>de</strong>bió parecer mucho peor<br />
oponerse a las <strong>de</strong>cisiones paternas. Después <strong>de</strong> todo, se trataba <strong>de</strong> una<br />
opción <strong>de</strong> vida bastante habitual y socialmente apreciada en las familias <strong>de</strong><br />
un cierto rango, sobre todo para quien no había manifestado una auténtica<br />
vocación. A<strong>de</strong>más, muchos naturalistas eran eclesiásticos. Con todo, tuvo<br />
momentos <strong>de</strong> perplejidad:<br />
Al haber <strong>de</strong>batido y reflexionado escasamente sobre el tema, tenía escrúpulos<br />
en <strong>de</strong>clarar mi creencia en todos los dogmas <strong>de</strong> la Iglesia <strong>de</strong> Inglaterra<br />
[...]. Como no dudaba en absoluto sobre la verdad estricta y literal<br />
<strong>de</strong> cada palabra <strong>de</strong> la Biblia, me convencía a mí mismo <strong>de</strong> que nuestro<br />
Credo <strong>de</strong>bía ser aceptado plenamente. No me impresionaba lo ilógico que<br />
hay en afirmar que creía en lo que no comprendía y que <strong>de</strong> hecho resulta<br />
ininteligible. Podría haber dicho con toda verdad que no <strong>de</strong>seaba poner<br />
en duda ningún dogma, pero nunca llegué a estar tan loco como para<br />
pensar y <strong>de</strong>clarar "credo quia incredibile n.<br />
<strong>Darwin</strong> rememora con ironía que, en una reunlOn <strong>de</strong> doctos frenólogos,<br />
el análisis <strong>de</strong> una fotografía suya había señalado claramente una<br />
"protuberancia <strong>de</strong> la clerecía lo bastante <strong>de</strong>sarrollada para dar lugar a diez<br />
sacerdotes". Explica: "Teniendo en cuenta la agresividad con que me he<br />
visto atacado por la ortodoxia, parece ridículo que en su día pretendiese<br />
ser pastor". De hecho, nunca llegó a serlo, si bien la religión ocuparía un<br />
lugar importante en su reflexión.<br />
Cambridge: teología y ciencias naturales<br />
A pesar <strong>de</strong> todo, <strong>Darwin</strong> frecuentó Cambridge durante unos tres años,<br />
<strong>de</strong> 1828 a 1831. Su opinión sobre la influencia <strong>de</strong> esos estudios en su<br />
educación difícilmente podría haber sido más lapidaria: "Perdí completamente<br />
el tiempo". A lo largo <strong>de</strong> esos años, estudió matemáticas, los<br />
clásicos y filosofía moral. Aprobó los exámenes. Por encima <strong>de</strong> todo, se<br />
puso a coleccionar insectos, una actividad muy <strong>de</strong> moda por entonces. Se<br />
trataba <strong>de</strong> una "simple pasión por la colección", como él precisa; pero si<br />
bien todavía no le empujaban intenciones sistemáticas ni científicas, ello le<br />
acercaba más a ese mundo natural que atraparía toda su atención. Como<br />
prueba <strong>de</strong> su entusiasmo, escribió: "Un día, al arrancar una vieja corteza,<br />
vi dos escarabajos extraños y atrapé uno con cada mano; vi <strong>de</strong>spués un<br />
tercero <strong>de</strong> un tipo distinto que no podía permitirme <strong>de</strong>jar escapar; <strong>de</strong><br />
modo que introduje en mi boca el que mantenía en la mano <strong>de</strong>recha.<br />
Pero ¡ay!, expulsó un líquido intensamente acre que me quemó la lengua,<br />
por lo que me vi obligado a escupir el escarabajo, que finalmente perdí,<br />
igual que el tercero".<br />
Asimismo, frecuentó cursos libres como las lecciones <strong>de</strong> botánica <strong>de</strong>l<br />
reverendo John Henslow (1796-1861), que se convertiría en uno <strong>de</strong> sus<br />
amigos más próximos. Abandonó, en cambio, aunque más tar<strong>de</strong> se arre<br />
26 TEMAS 54
pintió, el curso <strong>de</strong>l reverendo Adam Sedgwick (1785-1873), profesor <strong>de</strong><br />
geología. En agosto <strong>de</strong> 1831, estimulado por Henslow, realizó con él una<br />
breve expedición geológica en el norte <strong>de</strong>l País <strong>de</strong> Gales, don<strong>de</strong> empezó<br />
a familiarizarse con la estratigrafía.<br />
Las lecciones <strong>de</strong>l geólogo Adam Sedgwick<br />
Sedgwick ironizaba sobre las interpretaciones literales <strong>de</strong> los textos sagrados.<br />
Criticaba a los que veían en cada <strong>de</strong>scubrimiento geológico un argumento<br />
a favor <strong>de</strong>l relato bíblico <strong>de</strong>l Diluvio. Sin embargo, consi<strong>de</strong>raba que el<br />
"camino laborioso pero seguro <strong>de</strong> la inducción honesta" permitiría reconciliar<br />
las verda<strong>de</strong>s científicas y los dogmas religiosos. Contrario a cualquier<br />
forma <strong>de</strong> transformismo, será por tanto uno <strong>de</strong> los críticos más duros <strong>de</strong> un<br />
polémico libro: Vestigios <strong>de</strong> la historia natural <strong>de</strong> la creación, publicado <strong>de</strong><br />
forma anónima en 1844. Esta obra fue un auténtico éxito, como lo había<br />
previsto su autor, Roben Chambers (1802-1871), un editor y periodista <strong>de</strong><br />
Edimburgo consciente <strong>de</strong>l giro que había tomado el <strong>de</strong>bate en los círculos<br />
científicos y culturales, y <strong>de</strong>cidido a divulgarlo a un público más amplio.<br />
Redactado en un estilo simple y directo, el libro se publicó en un momento<br />
en que la disputa entre creacionismo y transformismo revelaba, más allá <strong>de</strong><br />
su carácter científico, una componente abiertamente i<strong>de</strong>ológica. La obra,<br />
con frecuencia provocadora, explotaba esa base i<strong>de</strong>ológica y proponía una<br />
"visión científica alternativa <strong>de</strong> progreso", una suerte <strong>de</strong> evolución cósmica<br />
que involucraba a todas las especies, incluida la humana, en una ascensión<br />
por etapas bajo una presión evolutiva intrínseca.<br />
Sedgwick lo atacó con todas las fuerzas: echó por tierra sus tesis, <strong>de</strong>nunció<br />
su falta <strong>de</strong> contenido científico y <strong>de</strong>claró que se trataba <strong>de</strong> una obra<br />
tan incalificable, que casi podía haberlo escrito una mujer --a <strong>de</strong>stacar<br />
la sensibilidad <strong>de</strong> la época-, si no fuera porque incluso una mujer no<br />
se habría rebajado a consi<strong>de</strong>rar indistintamente todos los fenómenos <strong>de</strong>l<br />
universo a través <strong>de</strong>l "progreso y <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> un materialismo repugnante,<br />
dogmático y <strong>de</strong>gradante". Pese a que sabía perfectamente cuán distinto<br />
era su concepto <strong>de</strong> evolución <strong>de</strong> la noción <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo y progreso lineal,<br />
¿cómo podía <strong>Darwin</strong> no sentirse amenazado por semejante ataque, si en<br />
el momento <strong>de</strong> aparecer el libro <strong>de</strong> Chambers su teoría <strong>de</strong> la evolución<br />
estaba ya estructurada y articulada?<br />
Sus temores estaban fundados. Obtendría prueba <strong>de</strong> ello en la carta<br />
que le escribió Sedgwick, en 1859, algunos días <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la publicación<br />
<strong>de</strong> El origen <strong>de</strong> las especies: "He leído su libro con más pena que<br />
alegría. He apreciado gran<strong>de</strong>mente algunas <strong>de</strong> sus partes; otras me han<br />
hecho <strong>de</strong>sternillar <strong>de</strong> risa hasta dolerme las costillas; y hay otras que las<br />
he leído con una profunda tristeza porque creo que son totalmente falsas<br />
y terriblemente perversas".<br />
Las enseñanzas <strong>de</strong> Sedgwick, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la campaña geológica <strong>de</strong> 1831, iniciarán<br />
al joven <strong>Darwin</strong> en la complejidad <strong>de</strong>l trabajo científico. En esa época,<br />
se <strong>de</strong>scubrió en los alre<strong>de</strong>dores <strong>de</strong> Shrewsbury una concha supuestamente<br />
tropical. Sedgwick se mostró escéptico ante tal hallazgo (probablemente<br />
un frau<strong>de</strong> inventado con astucia). En un principio, <strong>Darwin</strong> se sorprendió<br />
por la actitud <strong>de</strong> Sedgwick; pero más tar<strong>de</strong> comprendió que no basta un<br />
dato solitario para <strong>de</strong>mostrar un cuadro teórico estructurado, ni un único<br />
hecho para establecerlo.<br />
Escribió en su autobiografía: "Nada hasta entonces me había dado<br />
a enten<strong>de</strong>r mejor, a pesar <strong>de</strong> mis numerosas lecturas científicas, que<br />
la ciencia se basa en reagrupar los hechos para extraer <strong>de</strong> ellos leyes o<br />
conclusiones generales". Un juego sutil relaciona datos <strong>de</strong> observación,<br />
teorías e hipótesis. "Una anécdota <strong>de</strong>l viaje muestra hasta qué punto<br />
resulta fácil pasar por alto los fenómenos, aunque sean éstos notables,<br />
cuando no han sido observados antes por nadie. Pasamos muchas horas<br />
12. <strong>Darwin</strong> se arrepintió <strong>de</strong> no haber asistido<br />
a las clases <strong>de</strong> Adam Sedgwick, profesor <strong>de</strong><br />
geología <strong>de</strong> Cambridge (arriba). Sí acudió,<br />
en cambio, a las lecciones <strong>de</strong> botánica <strong>de</strong>l<br />
profesor John S. Henslow (abajo), con quien<br />
entabló amistad.<br />
DARWIN 27
El largo periplo<br />
<strong>de</strong>l Beagle<br />
Cuando se embarca en el Beagle en 1831, <strong>Darwin</strong> es un hombre joven<br />
<strong>de</strong> 22 años, pertrechado con una buena formación naturalista. A su<br />
regreso, tras cinco años <strong>de</strong> navegación, la fama le acompaña<br />
1. El naturalista y viajero alemán Alexan<strong>de</strong>r<br />
van Humboldt (1769-1858) (izquierda) y su<br />
compañero <strong>de</strong> expedición a América <strong>de</strong>l<br />
Sur Aimé Bonpland (1773-1858), pintados<br />
por Eduard En<strong>de</strong>r en 1850. El relato <strong>de</strong> van<br />
Humboldt había cautivado a <strong>Darwin</strong>.<br />
De entre sus lecturas en Cambridge, dos obras <strong>de</strong>spiertan en <strong>Darwin</strong><br />
"un <strong>de</strong>seo apremiante <strong>de</strong> realizar una aportación, siquiera mo<strong>de</strong>sta,<br />
a la noble edificación <strong>de</strong> las ciencias <strong>de</strong> la naturaleza. Ni una docena<br />
<strong>de</strong> <strong>libros</strong> me influyeron tanto". El primer libro, que ya hemos<br />
mencionado, es e! <strong>de</strong> Hersche!; e! otro, una obra en siete volúmenes <strong>de</strong><br />
Alexandre van Humboldt, Narración personal (1818). Este, reseña <strong>de</strong> un<br />
viaje a América <strong>de</strong>! Sur, muestra la diversidad <strong>de</strong> intereses <strong>de</strong> su prolífico<br />
autor. (Cosmos, título <strong>de</strong> su última obra, alberga veinte volúmenes.)<br />
Fascinado por los relatos <strong>de</strong> Humboldt, <strong>Darwin</strong> sueña en empren<strong>de</strong>r un viaje<br />
a Tenerife. Intentará atraer a Henslow y otros en su proyecto. "Conseguí que<br />
me presentaran a un comerciante <strong>de</strong> Londres para informarme sobre los navíos,<br />
pero ese proyecto se abortó al plantearse e! viaje <strong>de</strong>l Beagte". El 29 <strong>de</strong> agosto<br />
<strong>de</strong> 1831, en Shrewsbury, una carta <strong>de</strong> Henslow le transmite que el capitán<br />
Robert FitzRoy (1805-1865), <strong>de</strong> la Marina Real, busca un compañero <strong>de</strong> viaje<br />
instruido, dispuesto a embarcarse sin sueldo para que ayu<strong>de</strong> al naturalista <strong>de</strong>l<br />
barco en su labor cartográfica <strong>de</strong> las costas <strong>de</strong> América <strong>de</strong>l Sur. El viaje <strong>de</strong>be<br />
durar dos años y la partida está prevista para finales <strong>de</strong> septiembre.<br />
La propuesta parece hecha a medida. El navío está equipado para la<br />
<strong>investigación</strong> científica y <strong>Darwin</strong> se halla capacitado para sacarle partido a<br />
semejante ofrecimiento, provi<strong>de</strong>ncial e inesperado.<br />
Pero su entusiasmo queda atemperado<br />
con la reacción, previsible, <strong>de</strong>! doctor<br />
Robert <strong>Darwin</strong>, quien se opone a que su<br />
hijo abdique una vez más <strong>de</strong> sus obligaciones<br />
y responsabilida<strong>de</strong>s. Con todo, le <strong>de</strong>ja una<br />
puerta abierta: "Si encuentras un hombre con<br />
sentido común que te aconseje que vayas,<br />
lo consentiré".<br />
Charles reacciona con rapi<strong>de</strong>z. El primero<br />
<strong>de</strong> septiembre, se presenta en Maer, a unos<br />
30 kilómetros <strong>de</strong> Shrewsbury. Allí .vive su tío<br />
]osiah Wedgwood. A <strong>Darwin</strong> le gusta este<br />
lugar, don<strong>de</strong> había pasado largas vacaciones<br />
con sus primos. Encuentra un aliado en<br />
su tío, con quien mantiene unas relaciones<br />
excelentes, lo mismo que con el resto <strong>de</strong> la<br />
familia Wedgwood. Charles ha traído una<br />
lista <strong>de</strong> las objeciones paternas, que ]osiah va<br />
<strong>de</strong>smontando, una por una, en carta remitida<br />
30 TEMAS 54
la espalda al barco. Cuando le vimos por última vez estaba gordo, limpio, bien vestido;<br />
nunca había visto un cambio tan enorme y lamentable. Pero una vez que estuvo vestido<br />
y se hubo <strong>de</strong>svanecido la turbación inicial, volvió a ser el <strong>de</strong> antes. Cenó con el capitán<br />
FitzRoy y comió con la educación <strong>de</strong> siempre. Nos comentó que tenía suficiente (o como<br />
él <strong>de</strong>cía, <strong>de</strong>masiado) para comer, que no pasaba frío, que sus amigos eran muy buenas<br />
personas y que no <strong>de</strong>seaba regresar a Inglaterra. Por la noche <strong>de</strong>scubrimos la causa <strong>de</strong><br />
este cambio <strong>de</strong> opinión tan gran<strong>de</strong> en ¡emmy: su joven y linda mujer [perteneciente a<br />
otra tribu] llegaba al barco [...]. Nos explicó que había construido él mismo su canoa y<br />
¡alar<strong>de</strong>aba <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r hablar un poco la lengua materna <strong>de</strong> su esposa! Pero, cosa curiosa,<br />
había enseñado algunas palabras en inglés a toda su tribu [...]. Todos nos apenamos al<br />
pensar que le estrechábamos la mano por última vez.<br />
Para los científicos <strong>de</strong> la época, resultaba difícil hablar <strong>de</strong>l "estado noble" <strong>de</strong>l hombre<br />
ante una humanidad tan <strong>de</strong>gradada e inculta. "Un salvaje sin civilizar, escribe <strong>Darwin</strong><br />
a su hermana Caroline en marzo <strong>de</strong> 1833, es en verdad uno <strong>de</strong> los espectáculos más<br />
<strong>de</strong>soladores <strong>de</strong>l mundo". No obstante, a pesar <strong>de</strong> las diferencias <strong>de</strong> raza y cultura, la<br />
especie humana sigue siendo única para él: no tiene la tentación <strong>de</strong> <strong>de</strong>sdibujar "la línea<br />
<strong>de</strong> separación" entre e! hombre y e! simio, como hacen muchos <strong>de</strong> sus contemporáneos<br />
que postulan la existencia <strong>de</strong> uno o varios grupos in<strong>de</strong>pendientes e intermedios en la<br />
taxonomía humana. Sin duda, para <strong>Darwin</strong>, esta experiencia fue un aprendizaje sobre<br />
la amplitud <strong>de</strong> las transformaciones en e! seno <strong>de</strong> una misma especie.<br />
El viaje proporciona a <strong>Darwin</strong> otras ocasiones para reflexionar sobre e! hombre y la<br />
civilización. En Buenos Aires la revolución hace estragos; tropas <strong>de</strong> soldados patrullan las<br />
calles. En Montevi<strong>de</strong>o, una clase dirigente corrupta e ignorante ejerce un po<strong>de</strong>r sanguinario.<br />
En Australia y Nueva Zelanda, los aborígenes van <strong>de</strong>sapareciendo progresivamente,<br />
diezmados por los recién llegados. En Argentina, es testigo <strong>de</strong> algunos episodios <strong>de</strong> la<br />
guerra exterminadora encabezada, por las tropas <strong>de</strong>! general Juan Manuel <strong>de</strong> Rosas contra<br />
los indios: ''Aquí todos están convencidos <strong>de</strong> li<strong>de</strong>rar la más justa <strong>de</strong> las guerras porque<br />
está dirigida contra los salvajes. ¿Quién podría creer que en nuestra época se cometieran<br />
tantas atrocida<strong>de</strong>s en un país cristiano y civilizado? Se perdona la vida a los niños para<br />
ven<strong>de</strong>rlos como sirvientes, esclavos mejor, por lo menos mientras sus dueños pue<strong>de</strong>n<br />
persuadirles <strong>de</strong> que los son". En las colonias españolas, apunta <strong>Darwin</strong>, los esclavos son<br />
mejor tratados que en los territorios portugueses o ingleses.<br />
La esclavización <strong>de</strong>spierta su indignación. A la cuestión le <strong>de</strong>dica las últimas páginas <strong>de</strong><br />
su diario <strong>de</strong> viaje. El 19 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1836, cuando e! Beagle pone rumbo a Inglaterra<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> Brasil, confiesa: "Doy gracias a Dios por no tener que visitar <strong>de</strong> nuevo un país con<br />
esclavos". El relato sobre las atrocida<strong>de</strong>s y cruelda<strong>de</strong>s a las que ha asistido toma aquí un<br />
valor explícito <strong>de</strong> testimonio y con<strong>de</strong>na:<br />
Imagine lo que sería vivir siempre bajo la amenaza <strong>de</strong> que su esposa e hijos -esos seres a<br />
los que incluso los esclavos tienen <strong>de</strong>recho a llamar suyos- le sean arrebatados y ¡vendidos<br />
como animales al mejor postor! Y que hombres que <strong>de</strong>claran amar a su prójimo como a sí<br />
38 TEMAS 54
11. Cabaña indígena<br />
<strong>de</strong> Tierra <strong>de</strong> Fuego.<br />
12. Iguana terrestre <strong>de</strong> las<br />
Galápagos (Conolophus<br />
subcristatus). Cabe <strong>de</strong>stacar<br />
su mimetismo <strong>de</strong> color<br />
con las rocas.<br />
mismos, que creen en Dios y que rezan para que se haga su voluntad en la Tierra, sean<br />
los mismos que excusan, mejor dicho, ¡qué ejecutan esos actos! Mi sangre se revela cuando<br />
pienso que nosotros los ingleses, y nuestros <strong>de</strong>scendientes americanos, en suma, todos nosotros<br />
que nos vanagloriamos tanto <strong>de</strong> nuestras liberta<strong>de</strong>s, ¡nos convirtamos en culpables <strong>de</strong> actos<br />
semejantes! Por lo menos, me queda el consueto <strong>de</strong> pensar que hayamos hecho, para expiar<br />
nuestros crímenes, el sacrificio más gran<strong>de</strong> que ninguna otra nación ha hecho todavía.<br />
El Parlamento inglés abolió en 1833 la esclavitud.<br />
Pinzones y tortugas <strong>de</strong> las Galápagos, pruebas contun<strong>de</strong>ntes<br />
Antes <strong>de</strong> ver a <strong>Darwin</strong> pisar su patria, retrocedamos hasta una etapa <strong>de</strong> su VIaje que<br />
sería crucial para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> su teoría sobre la evolución. El 17 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong><br />
1835, el Beagle atraca en la isla <strong>de</strong> San Cristóbal, en el archipiélago <strong>de</strong> las Galápagos,<br />
las islas <strong>de</strong> las tortugas. Se trata <strong>de</strong> un archipiélago <strong>de</strong> origen volcánico formado por<br />
una <strong>de</strong>cena <strong>de</strong> islas, cinco <strong>de</strong> ellas extensas; dista un millar aproximado <strong>de</strong> kilómetros<br />
<strong>de</strong> las costas <strong>de</strong> Ecuador. Las islas se hallan bastante cerca <strong>de</strong>l continente; a pesar <strong>de</strong> su<br />
situación geográfica, gozan <strong>de</strong> un clima templado gracias a la confluencia <strong>de</strong> corrientes<br />
oceánicas proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> la Antártida, entre ellas, la corriente <strong>de</strong> Humboldt. Razón por la<br />
que, como comprueba <strong>Darwin</strong> con estupor, los pingüinos, los osos marinos y los leones<br />
marinos cohabitan con aves tropicales, iguanas, tortugas, cactus. Hasta don<strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>.<br />
sabía, nunca había existido allí una población humana indígena.<br />
En ese lugar <strong>Darwin</strong> encuentra los célebres pinzones y las no menos famosas tortugas.<br />
Por lo que respecta a estas últimas, tendrá la oportunidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>scubrir su sabor: "La<br />
región ventral asada al estilo <strong>de</strong> los Gauchos, carne con cuero, es <strong>de</strong>cir, sin retirar la piel,<br />
es <strong>de</strong>liciosa; se hace una sopa muy sabrosa con tortugas jóvenes; pero no puedo <strong>de</strong>cir<br />
que esa carne me entusiasme". Sin embargo, parece no haber vislumbrado las diferencias,<br />
pequeñas aunque nítidas, que distinguen los diversos grupos <strong>de</strong> tortugas en razón <strong>de</strong> su<br />
isla <strong>de</strong> origen. No obstante, el vicegobernador Mr. Lawson ya le había informado que "las<br />
tortugas diferían <strong>de</strong> una isla a otra y podía adivinar sin equivocarse <strong>de</strong> qué isla provenía<br />
cualquier ejemplar que se le presentara'. De ello se habían percatado ya los propios corsarios,<br />
que frecuentaban las islas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el siglo XVII, así como los balleneros, que buscaban<br />
<strong>de</strong>scanso en las islas tras sus largas campañas <strong>de</strong> pesca. Los marineros saquearon las islas,<br />
llevándose tortugas por centenares para aprovisionarse <strong>de</strong> carne fresca.<br />
Poco tiempo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>, el ballenero en que iba Herman Melville (1819-189l)<br />
<strong>de</strong>sembarcó en las Galápagos. Allí encontró inspiración para Moby Dick. Atracar allí constituía<br />
toda una proeza; <strong>de</strong>bido a las fuertes corrientes, las islas, como espejismos y alucinaciones,<br />
aparecían y <strong>de</strong>saparecían <strong>de</strong> repente ante la vista. Se las llamó islas Encantadas, tal era la magia<br />
<strong>de</strong> su atmósfera, e inspiraron leyendas y supersticiones sin cuenta. Corría entre los marineros<br />
la leyenda <strong>de</strong> que si los capitanes <strong>de</strong> navío morían en ellas se transformaban en tortugas...<br />
Al principio <strong>Darwin</strong> pasa por alto las diferencias entre las tortugas: "Mezclaba las<br />
colecciones proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> dos islas. Nunca me hubiera imaginado que islas situadas a<br />
80 o 90 km <strong>de</strong> distancia, casi todas a la vista unas <strong>de</strong> otras, formadas exactamente por<br />
las mismas rocas, sometidas a un clima muy parecido y con una altitud semejante, albergaran<br />
animales distintos; pero pronto comprobaremos la veracidad <strong>de</strong> este hecho. [...]<br />
Tuve bastante suerte al procurarme un número suficiente <strong>de</strong> muestras para establecer el<br />
fenómeno particularmente <strong>de</strong>stacable <strong>de</strong> la distribución <strong>de</strong> los animales."<br />
Una vez más, <strong>Darwin</strong> admite no haberse percatado <strong>de</strong> lo que se le ofrecía a la vista,<br />
igual que había ocurrido durante la excursión geológica con Sedgwick que relata en su<br />
Autobiografía. Sin embargo, aunque el material no se catalogó con minuciosidad, sí fue<br />
examinado por expertos, una vez en Londres. A la luz <strong>de</strong> resultados análogos obtenidos en<br />
la clasificación <strong>de</strong> ejemplares <strong>de</strong> iguanas, y sobre todo <strong>de</strong> pinzones, quedó <strong>de</strong> inmediato<br />
<strong>de</strong>mostrado que, no obstante su asombroso parecido, pertenecían a especies distintas,<br />
características <strong>de</strong> cada isla.<br />
A propósito <strong>de</strong> los pinzones, <strong>Darwin</strong> había escrito en sus Notas ornitológicas: "Cuando<br />
veo estas islas tan próximas unas <strong>de</strong> otras, con una reserva animal escasa, habitadas por esas<br />
aves <strong>de</strong> estructura ligeramente distinta, que ocupan el mismo lugar en la naturaleza, <strong>de</strong>bo<br />
DARWIN 39
13. Tortuga gigante <strong>de</strong> las Galápagos<br />
(Geochelone elephantopus), <strong>de</strong> la isla <strong>de</strong><br />
Isabela.<br />
14. Torrentes <strong>de</strong> lava "en cuerdas" en la Bahía<br />
<strong>de</strong> Sullivan, isla <strong>de</strong> San Salvador (archipiélago<br />
<strong>de</strong> las Galápagos).<br />
sospechar que se trata sólo <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s l...]. Si existe una mínima base<br />
en estas observaciones, valdría la pena examinar la zoología <strong>de</strong> los Archipiélagos;<br />
ya que tales hechos socavarían la estabilidad <strong>de</strong> las especies".<br />
<strong>Darwin</strong> se inclinaba a consi<strong>de</strong>rar como variedad <strong>de</strong> una misma especie a<br />
los individuos ligeramente distintos que ocupaban las diferentes islas. A<strong>de</strong>más,<br />
hacía notar su parecido con otras especies observadas en el continente.<br />
En sí misma, la i<strong>de</strong>a no contra<strong>de</strong>cía todavía la interpretación tradicional.<br />
El propio Lyell se mostraba dispuesto a admitir cierta variabilidad en las<br />
especies; la consi<strong>de</strong>raba incluso necesaria para su dispersión a partir <strong>de</strong><br />
sus "centros <strong>de</strong> creación".<br />
En este punto discrepan los historiadores. Unos sostienen que <strong>Darwin</strong>,<br />
durante el viaje <strong>de</strong>l Beagle, no tuvo "revelaciones" acerca <strong>de</strong> la transmutación<br />
<strong>de</strong> las especies, que nada le llevó a pensar en términos <strong>de</strong> evolución y que<br />
encontraba interesantes, pero no problemáticas, las variaciones en el seno<br />
<strong>de</strong> los grupos. Otros, en cambio, estiman que i<strong>de</strong>ntificó rápidamente los<br />
elementos sobre los que basó la tesis <strong>de</strong> la transmutación <strong>de</strong> las especies, para<br />
llegar bastante pronto a una diferente explicación causal <strong>de</strong> su origen.<br />
Una única especie se modifica para conseguir distintos fines<br />
A pesar <strong>de</strong> su importancia, no vamos a entrar en este análisis histórico<br />
y nos referiremos a los escritos <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> en el Viaje <strong>de</strong> un naturalista,<br />
don<strong>de</strong> <strong>de</strong>staca con claridad el papel <strong>de</strong> las Galápagos en la teoría <strong>de</strong> la<br />
evolución. Vale, no obstante, la pena subrayar que <strong>Darwin</strong> retocó ciertas<br />
partes <strong>de</strong> su diario <strong>de</strong> viaje en su reedición <strong>de</strong> 1845; sometió a revisión<br />
profunda el capítulo consagrado a las Galápagos. Este capítulo constituye<br />
un testimonio histórico, no por lo que <strong>Darwin</strong> vislumbra durante el viaje,<br />
sino por lo que llega a pensar y estima po<strong>de</strong>r comunicar en 1845, a medio<br />
camino entre su regreso a Inglaterra, a finales <strong>de</strong> 1836, y la publicación<br />
<strong>de</strong> El origen <strong>de</strong> las especies, en 1859. En el transcurso <strong>de</strong> ese prolongado<br />
intervalo acomete un trabajo teórico y práctico impresionante para poner<br />
en or<strong>de</strong>n sus i<strong>de</strong>as sobre la evolución.<br />
La historia natural <strong>de</strong> las islas es sumamente curiosa y digna <strong>de</strong> la mayor<br />
atención, escribe <strong>Darwin</strong> sobre las Galápagos. La mayoría <strong>de</strong> los organismos<br />
son esencialmente indígenas y no se les encuentra en ningún otro sitio;<br />
incluso se observan diferencias entre los que viven en una isla y otra. Sin<br />
embargo, todos estos organismos presentan un grado <strong>de</strong> parentesco más<br />
o menos estrecho con los <strong>de</strong> América, a pesar <strong>de</strong> que el archipiélago esté<br />
separado <strong>de</strong>l continente por unas 500 o 600 millas marinas. En una<br />
palabra, este archipiélago constituye un pequeño mundo en sí mismo, o<br />
mejor, un satélite vinculado a América, <strong>de</strong> don<strong>de</strong> proce<strong>de</strong>n algunos organismos<br />
y <strong>de</strong> don<strong>de</strong> <strong>de</strong>riva el carácter general <strong>de</strong> sus especímenes indígenas.<br />
Nuestra sorpresa ante el número <strong>de</strong> seres aborígenes que enriquecen estas<br />
islas crece si consi<strong>de</strong>ramos a<strong>de</strong>más su limitada extensión. Al mirar cada<br />
colina coronada por su cráter y los límites <strong>de</strong> cada colada <strong>de</strong> lava, que se<br />
distinguen todavía con niti<strong>de</strong>z, nos sentimos inclinados a pensar que en<br />
un período, geológicamente reciente, el océano se extendía sin interrupción<br />
allí don<strong>de</strong> las islas se encuentran ahora. De este modo, en el tiempo y en<br />
el espacio, llegamos a las puertas <strong>de</strong>l misterio <strong>de</strong> los misterios, la·primera<br />
aparición <strong>de</strong> nuevos seres sobre esta Tierra.<br />
Sigue un inventario <strong>de</strong> las especies <strong>de</strong> aves observadas y, entre ellas, "un<br />
grupo muy singular <strong>de</strong> gorriones [los pinzones] que se parecen entre sí por<br />
la conformación <strong>de</strong> su pico, por su cola corta, por la forma <strong>de</strong> su cuerpo<br />
y por su plumaje. Hay trece especies, que Gould ha dividido en cuatro<br />
subgrupos. Todas son características <strong>de</strong> este archipiélago, como también lo<br />
es, por otra parte, el grupo entero [...]. El hecho más curioso es la perfecta<br />
40 TEMAS 54
I<br />
Las primicias<br />
<strong>de</strong> una teoría<br />
Tras haber confiado a expertos el material recolectado durante su viaje,<br />
<strong>Darwin</strong> empren<strong>de</strong> en 1837 la redacción <strong>de</strong> sus Cua<strong>de</strong>rnos. Aunque no<br />
son exhaustivos, la expresión "mi teoría" se torna recurrente<br />
1. El ornitólogo John Gould, a quien <strong>Darwin</strong> había<br />
confiado especímenes <strong>de</strong> aves recolectados<br />
durante su viaje, concluyó que diversos grupos<br />
proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> las Galápagos, como los<br />
pinzones, estaban constituidos por especies<br />
distintas si bien estrechamente emparentadas.<br />
Este dibujo <strong>de</strong> Gould, extraído <strong>de</strong> la obra<br />
Zoología <strong>de</strong>l víaje <strong>de</strong>l Beagle, representa el<br />
pinzón <strong>de</strong> cactus común (Geospíza scan<strong>de</strong>ns).<br />
42<br />
<strong>Darwin</strong> llega a Shrewsbury en coche el 4 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1836, en<br />
plena noche. Allí le reciben llenos <strong>de</strong> alegría sus hermanas y su<br />
padre, siente el placer intenso <strong>de</strong> regresar a su hogar. El largo viaje<br />
le ha cambiado. Leemos en su Autobiografía: "Es probable que mi<br />
mente madurara con los trabajos <strong>de</strong>l viaje, a juzgar por un comentario<br />
<strong>de</strong> mi padre, el observador más agudo que jamás he conocido, aunque<br />
escéptico por naturaleza y alejado <strong>de</strong> toda veleidad frenológica; nada más<br />
verme <strong>de</strong> vuelta, se volvió hacia mis hermanas y exclamó: 'Fijaos, la forma<br />
<strong>de</strong> su cabeza ha cambiado'''.<br />
<strong>Darwin</strong> se conce<strong>de</strong> sólo un breve respiro. No tarda en marcharse <strong>de</strong><br />
nuevo. Se <strong>de</strong>svía por Cambridge, para saludar a Henslow, y prosigue hacia<br />
Londres, don<strong>de</strong> conoce a Lyell y Owen. Va ampliando su círculo <strong>de</strong><br />
relaciones y confía las colecciones a clasificadores expertos: Henslow se<br />
encargará <strong>de</strong> las plantas; Leonard Jenyns, <strong>de</strong> los peces; Fre<strong>de</strong>rick William<br />
Hope, <strong>de</strong> los coleópteros; Miles Joseph Berkeley, <strong>de</strong> los hongos; Owen, <strong>de</strong><br />
los fósiles; George Waterhouse, <strong>de</strong> los mamíferos y una parte <strong>de</strong> las aves;<br />
Thomas Bell, <strong>de</strong> los reptiles; William Lonsdale,' <strong>de</strong> los corales; Christian<br />
Gorrfried Ehrenberg, <strong>de</strong> los protozoos ciliados; y John Gould, <strong>de</strong>l resto<br />
<strong>de</strong> las aves.<br />
En febrero <strong>de</strong> 1837, en su discurso presi<strong>de</strong>ncial <strong>de</strong> la Sociedad Geológica,<br />
Lyell utiliza los datos ya disponibles <strong>de</strong> Owen sobre los fósiles<br />
<strong>de</strong> América <strong>de</strong>l Sur. <strong>Darwin</strong>, que se ha convertido en miembro <strong>de</strong> esta<br />
sociedad científica y que ha impartido ya una conferencia sobre geología,<br />
asiste al evento. Lyell interpreta la afinidad entre las especies extinguidas<br />
y las especies vivas, que se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> claramente <strong>de</strong> los trabajos sobre los<br />
fósiles, en términos <strong>de</strong> "sucesión <strong>de</strong> las especies", concepto que esgrime<br />
para reforzar su tesis uniformitarista. El hecho <strong>de</strong> que los fósiles hallados<br />
por <strong>Darwin</strong> sean <strong>de</strong> formas hasta entonces <strong>de</strong>sconocidas y típicas <strong>de</strong><br />
América <strong>de</strong>l Sur <strong>de</strong>muestra que, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace largo tiempo, en cada continente<br />
medran formas perfectamente adaptadas a las condiciones locales,<br />
formas que han conservado su estructura característica. Owen· habla <strong>de</strong><br />
"persistencia <strong>de</strong>l tipo".<br />
Al mes siguiente, <strong>Darwin</strong> recibe las conclusiones <strong>de</strong> Gould. Los diversos<br />
pinzones y sinsontes <strong>de</strong> las Galápagos, aunque <strong>de</strong> estrecho parentesco,<br />
correspon<strong>de</strong>n a especies distintas. Ciertos rasgos, así la forma <strong>de</strong>l pico,<br />
presentan una variación gradual; permiten discriminar las especies en razón<br />
<strong>de</strong> las islas. Resulta evi<strong>de</strong>nte que el aislamiento constituye uno <strong>de</strong> los<br />
factores clave en esta diferenciación, que permite, no obstante, mantener<br />
la semejanza <strong>de</strong> todas esas especies con las <strong>de</strong>l continente.<br />
TEMAS 54
a la estructura, la herencia, herencia <strong>de</strong> la<br />
mente y la ten<strong>de</strong>ncia al cambio. Lamarck<br />
está, sin duda, presente en su pensamiento,<br />
pero <strong>Darwin</strong> precisa: "Los cambios no son<br />
e! resultado <strong>de</strong> la voluntad <strong>de</strong> los animales,<br />
sino <strong>de</strong> una ley <strong>de</strong> adaptación, igual que<br />
para los ácidos y las bases". O incluso: "La<br />
voluntad según Lamarck, absurda. No es<br />
aplicable a las plantas".<br />
<strong>Darwin</strong> subraya la diferencia entre su teoría<br />
y la <strong>de</strong> Lamarck, alejándose irremediablemente<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces <strong>de</strong> las posiciones<br />
creacionistas. Las páginas <strong>de</strong> los Cua<strong>de</strong>rnos<br />
no <strong>de</strong>jan ni un resquicio a la duda: "Evito<br />
<strong>de</strong>cir en qué medida me adhiero al materialismo;<br />
digo sólo que las emociones, los<br />
instintos, la magnitud <strong>de</strong>! talento, que son<br />
hereditarios, lo son porque e! cerebro <strong>de</strong>! niño guarda semejanza con la<br />
línea parental". Asimismo, polemiza <strong>de</strong> forma irónica con los expositores<br />
<strong>de</strong> la teología natural, <strong>de</strong>stacando lo falso para resaltar lo verda<strong>de</strong>ro: ''Aceptamos<br />
que los satélites, los planetas, los soles, los universos, es <strong>de</strong>cir, los<br />
sistemas universales en su totalidad, puedan estar gobernados por leyes;<br />
pero cuando nos referimos al más pequeño <strong>de</strong> los insectos, preten<strong>de</strong>mos<br />
que un acto especial <strong>de</strong> la creación lo haya hecho aparecer súbitamente,<br />
ya dotado <strong>de</strong> sus instintos, <strong>de</strong> su lugar en la naturaleza, <strong>de</strong> su hábitat".<br />
y ataca también e! prejuicio antropocéntrico: "El hecho <strong>de</strong> que las circunstancias<br />
hayan dado a la abeja e! instinto no es menos pertinente que<br />
e! hecho <strong>de</strong> que hayan dado al hombre e! inte!ecw".<br />
<strong>Darwin</strong> había traspasado la lin<strong>de</strong> <strong>de</strong> lo imaginable. En e! plano <strong>de</strong> las<br />
relaciones sociales y políticas, así como en e! <strong>de</strong> la teoría cientÍfica que<br />
elaboraba con gran esfuerzo, la divulgación <strong>de</strong> sus i<strong>de</strong>as habría sido una<br />
temeridad. Por un lado, se enfrentaba al creacionismo. <strong>Darwin</strong> conocía<br />
la intensidad <strong>de</strong> las vindicaciones <strong>de</strong> sus representantes; no resulta sorpren<strong>de</strong>nte<br />
que en los Cua<strong>de</strong>rnos evocara las persecuciones <strong>de</strong> los primeros<br />
astrónomos. El mismo Whewell, en la Historia <strong>de</strong> ¿as ciencias inductivas<br />
(1837), que se había publicado hacía poco, citaba <strong>de</strong> nuevo la "herejía"<br />
heliocéntrica <strong>de</strong> Copérnico, la con<strong>de</strong>na <strong>de</strong> Galileo por la Inquisición y la<br />
ejecución <strong>de</strong> Giordano Bruno en la hoguera. Whewe!1 hablaba con menosprecio<br />
<strong>de</strong> Galileo y <strong>de</strong> Bruno, que tachaba <strong>de</strong> arrogante, mientras que<br />
juzgaba con indulgencia la Inquisición, que había actuado con mo<strong>de</strong>ración<br />
y únicamente bajo e! apremio <strong>de</strong> las circunstancias.<br />
Por otro lado, estaba e1lamarckismo (lo que se tomaba por tal y lo que e!<br />
propio <strong>Darwin</strong>, siguiendo a Lyell, entendía por lamarckismo): voluntarismo,<br />
pulsión interna, <strong>de</strong>seo, progreso. A pesar <strong>de</strong> que dicha teoría perdiera fuerza<br />
en e! plano científico (basta pensar en Grant), los radicales se la habían<br />
apropiado porque se adaptaba a sus i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo autónomo <strong>de</strong> la<br />
naturaleza y <strong>de</strong> progreso. Los radicales eran anticlericales y materialistas;<br />
extremistas, preconizaban reformas sociales profundas. Se oponían a la<br />
aplicación <strong>de</strong>! Poor Law Amendment Bill. Este proyecto <strong>de</strong> enmienda a<br />
la ley <strong>de</strong> los pobres, <strong>de</strong>fendido por los liberales (whigs), eliminaba cualquier<br />
ayuda <strong>de</strong>! Estado a los necesitados y creaba situaciones <strong>de</strong> fuerte competencia<br />
para e! empleo. <strong>Darwin</strong> era un liberal, pertenecía a la clase acomodada<br />
y no tenía intención <strong>de</strong> renunciar a sus privilegios. No podía arriesgarse<br />
a que sus i<strong>de</strong>as sobre la transformación <strong>de</strong> las especies fueran explotadas<br />
con fines políticos. Los radicales eran, por otra parte, antimaltusianos; y<br />
precisamente en esa época <strong>Darwin</strong> acababa <strong>de</strong> hallar en Malthus una clave<br />
<strong>de</strong> interpretación para abordar algunos <strong>de</strong> sus problemas.<br />
DARWIN<br />
5. Este retrato <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>, lyell y Joseph Hooker<br />
(1817-1911) se conserva en la Real Escuela<br />
<strong>de</strong> Cirujanos <strong>de</strong> londres. Hooker, cirujano y<br />
botánico, conoció a <strong>Darwin</strong> en 1839. Examinó<br />
las plantas que <strong>Darwin</strong> había traído <strong>de</strong> la Tierra<br />
<strong>de</strong> Fuego; se convertiría en uno <strong>de</strong> sus amigos.<br />
45
•<br />
la <strong>investigación</strong> sobre e! material acopiado durante e! VIaje <strong>de</strong>! BeagLe,<br />
llegó a la conclusión <strong>de</strong> que cabía interpretar los hechos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la óptica<br />
<strong>de</strong> una modificación gradual <strong>de</strong> las especies. Sin embargo, faltaba compren<strong>de</strong>r<br />
el modo en que los "organismos <strong>de</strong> todo tipo se han adaptado<br />
magníficamente a sus condiciones <strong>de</strong> existencia". Esas adaptaciones perfectas<br />
constituían las premisas <strong>de</strong> la teología natural. Había llegado el momento<br />
<strong>de</strong> explicarlas.<br />
De la selección artificial a la selección natural<br />
Con esta finalidad, "sin una teoría preconcebida, según los auténticos<br />
principios baconianos [...]", <strong>Darwin</strong> reúne e! mayor número posible <strong>de</strong><br />
datos sobre las variaciones morfológicas <strong>de</strong> los animales y las plantas en<br />
la naturaleza y, muy particularmente, las especies domesticadas: palomas,<br />
perros, caballos y otros animales emparentados. Para ello interroga <strong>de</strong> forma<br />
sistemática, mediante cuestionarios impresos y otros medios, a gana<strong>de</strong>ros,<br />
criadores, viveristas y jardineros. La famosa afición <strong>de</strong> los ingleses por los<br />
animales y los jardines había convertido la cría y la jardinería en negocios<br />
florecientes. El propio <strong>Darwin</strong> cría palomas y otras aves para sus estudios.<br />
Reúne informaciones sobre cómo e! ojo experimentado <strong>de</strong>! especialista<br />
i<strong>de</strong>ntifica entre individuos <strong>de</strong> una misma especie variaciones casi imperceptibles<br />
que le permite seleccionarlos, escogiendo los mejor adaptados a<br />
sus propósitos y favoreciendo su reproducción mediante apareamientos<br />
pre<strong>de</strong>terminados.<br />
"Pronto comprendí, explica, que la selección constituía la clave <strong>de</strong>l<br />
éxito en materia <strong>de</strong> producción <strong>de</strong> especies útiles, lo mismo animales<br />
que vegetales". Al principio se interesa por e! mecanismo <strong>de</strong> variación; se<br />
percata luego <strong>de</strong> la analogía entre la selección realizada por los criadores<br />
y la que opera sobre la naturaleza. Sin duda alguna, había i<strong>de</strong>ntificado<br />
ya la semejanza entre esos dos procesos cuando escribió e! último <strong>de</strong> sus<br />
Cua<strong>de</strong>rnos sobre La transmutación, don<strong>de</strong> afirma: "El hecho <strong>de</strong> que las razas<br />
domésticas se obtengan <strong>de</strong> la misma manera que las especies (bien que en<br />
este último caso <strong>de</strong> forma mucho más perfecta e infinitamente más lenta)<br />
constituye una parte <strong>de</strong>stacable <strong>de</strong> mi teoría".<br />
DARWIN<br />
2. A la izquierda, Thomas Malthus (1766-1834).<br />
A la <strong>de</strong>recha, Harriet Martineau (1802-1876),<br />
<strong>de</strong>fensora apasionada <strong>de</strong> Malthus. Erasmus,<br />
hermano <strong>de</strong> Charles <strong>Darwin</strong>, era uno <strong>de</strong> los<br />
allegados <strong>de</strong> la autora.<br />
47
población, en la medida en que afecta al progreso futuro <strong>de</strong> la sociedad, con<br />
comentarios sobre las teorías <strong>de</strong>l Sr. Godwin, el Sr. Condorcet y otros autores. Se<br />
opone así, algunos años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la Revolución Francesa, a los utópicos<br />
y otros filósofos <strong>de</strong>l progreso que sostenían la tesis <strong>de</strong> la perfectibilidad <strong>de</strong>l<br />
hombre y la sociedad, y veían en la Revolución una ocasión para afirmar<br />
las docerinas igualitarias. En ese contexto, Malthus opina que la abolición<br />
<strong>de</strong> todas las leyes <strong>de</strong> subsidio a los pobres sería la "mejor solución para<br />
aumentar la felicidad <strong>de</strong>l pueblo inglés en su conjunto". A pesar <strong>de</strong> sus<br />
buenas intenciones, esas leyes sociales tienen, según Malthus, el efecto<br />
contrario al <strong>de</strong>seado. Subvencionar la miseria provoca un encarecimiento<br />
<strong>de</strong> los alimentos, un aumento <strong>de</strong>l coste <strong>de</strong>l erabajo, un laxismo en las<br />
costumbres y un <strong>de</strong>terioro general <strong>de</strong> las condiciones <strong>de</strong> vida. Esas leyes,<br />
afirma Malthus, "crean los pobres que ellas mismas <strong>de</strong>ben aten<strong>de</strong>r". Por<br />
el contrario, <strong>de</strong>fien<strong>de</strong> que los pobres tienen su <strong>de</strong>stino entre las manos y,<br />
en la medida en que "los mayores estímulos <strong>de</strong>l espíritu parecen ser las<br />
necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l cuerpo", aliviar su sufrimiento mediante la beneficencia<br />
equivale a fomentar su indolencia y sus vicios naturales.<br />
Maltus recomienda, sobre todo para las clases inferiores, el matrimonio<br />
tardío y la abstinencia sexual, sin excluir "prácticas no naturales" como el<br />
aborto y el infanticidio. Hay que reconocer que los remedios <strong>de</strong> Malthus<br />
eran, en su cinismo, más humanos que la solución "simple y poco onerosa"<br />
planteada unos 70 años antes por Jonathan Swift para resolver problemas<br />
análogos en Irlanda. En el panfleto satírico Una mo<strong>de</strong>sta proposición<br />
(1729), Swift propone la venta <strong>de</strong> los niños <strong>de</strong> un año <strong>de</strong> edad "a gente<br />
<strong>de</strong> bien y <strong>de</strong> calidad en todo el reino [...] para una buena mesa. Si se<br />
tienen visitas, <strong>de</strong> un niño saldrán dos fuentes <strong>de</strong> comida; si se cena en<br />
familia, un cuarto, paletilla o pierna, será suficiente, y sazonado con un<br />
poco <strong>de</strong> pimienta o <strong>de</strong> sal tras hervirlo resultará excelente hasta el cuarto<br />
día, sobre todo en invierno".<br />
Las propuestas <strong>de</strong> Malthus se fundan en tesis <strong>de</strong> filósofos y economistas<br />
<strong>de</strong>l siglo XVIII y en estudios más antiguos todavía sobre la expansión<br />
<strong>de</strong>mográfica. El mismo apela a David Hume y a Adam Smith. La i<strong>de</strong>a <strong>de</strong><br />
que las dimensiones <strong>de</strong> la población guardan una estrecha relación con<br />
la producción <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> subsistencia correspon<strong>de</strong> a una verdad<br />
adquirida. La esperanza <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r instaurar un equilibrio natural, como<br />
muchos otros habían pensado, queda <strong>de</strong>sautorizada por las condiciones<br />
<strong>de</strong> miseria creciente que oprimen a las clases inferiores. Basándose en<br />
datos <strong>de</strong>mográficos y estadísticos, Malthus pone <strong>de</strong> relieve la inexorable<br />
y creciente <strong>de</strong>sproporción entre el aumento <strong>de</strong> los recursos alimentarios,<br />
que sigue una progresión aritmética, y el crecimiento incontrolado <strong>de</strong> la<br />
población, <strong>de</strong> progresión geométrica.<br />
Tasas <strong>de</strong> reproducción y medios <strong>de</strong> subsistencia<br />
Ahora bien, "el crecimiento <strong>de</strong> la especie humana no pue<strong>de</strong> mantenerse al<br />
ritmo <strong>de</strong> crecimiento <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> subsistencia más que por la acción<br />
constante <strong>de</strong> la po<strong>de</strong>rosa ley <strong>de</strong> la necesidad". Aunque Malthus se preocupe,<br />
sobre todo, <strong>de</strong> la especie humana, la constatación es trasladable a otras<br />
especies: "En los reinos animal y vegetal, la naturaleza ha distribuido las<br />
semillas <strong>de</strong> la vida con una mano extraordinariamente generosa y liberal.<br />
Pero ha sido parca con el espacio y los alimentos necesarios para hacerlas<br />
crecer. Si hubiera suficientes alimentos y espacio don<strong>de</strong> exten<strong>de</strong>rse, los<br />
gérmenes <strong>de</strong> la vida presentes en un pequeño pedazo <strong>de</strong> tierra ocuparían<br />
millones <strong>de</strong> mundos en cuestión <strong>de</strong> unos millares <strong>de</strong> años. La necesidad,<br />
esa imperiosa ley natural que lo rige todo, los retiene <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> límites<br />
impuestos. [...] Y la raza humana tampoco pue<strong>de</strong> eludirla, cualesquiera<br />
que sean sus esfuerzos". La cuestión se plantea en términos más simples<br />
para plantas y animales, entre los que "los sujetos sobrantes son eliminados<br />
4. David Hume (1711-1776), uno <strong>de</strong> los filósofos<br />
británicos sobre el que se basó Malthus.<br />
DARWIN 49
5. El filósofo inglés Francis Bacon (1561-1626).<br />
Con la intención <strong>de</strong> romper con la tradición<br />
aristotélica y escolástica, propuso una nueva<br />
clasificación <strong>de</strong> las ciencias, fundada sobre la<br />
distinción <strong>de</strong> las faculta<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l alma (memoria,<br />
imaginación y razón). A<strong>de</strong>más, re<strong>de</strong>finió el<br />
conocimiento científico como la <strong>investigación</strong><br />
<strong>de</strong> las causas naturales <strong>de</strong> los hechos y la<br />
<strong>de</strong>terminación <strong>de</strong> su esencia. <strong>Darwin</strong> insistió en<br />
diversas ocasiones sobre la conformidad <strong>de</strong> sus<br />
trabajos con los principios baconianos.<br />
50<br />
por la falta <strong>de</strong> espacio y <strong>de</strong> alimento, o, en el caso <strong>de</strong> los animales, por<br />
los ataques <strong>de</strong> los <strong>de</strong>predadores". En cambio, en lo que atañe a la especie<br />
humana, don<strong>de</strong> el instinto <strong>de</strong> propagación no es menos intenso, es la<br />
razón la que <strong>de</strong>be frenar el impulso.<br />
En la sociedad y en la naturaleza, la necesidad <strong>de</strong> contener la procreación<br />
excesiva <strong>de</strong> la especie en relación con los recursos existentes se concretaría<br />
así en una competencia inevitable. Sin embargo, ese <strong>de</strong>stino sombrío <strong>de</strong><br />
lucha y sufrimiento entraba a formar parte, según Malthus, <strong>de</strong> un <strong>de</strong>signio<br />
provi<strong>de</strong>ncial:<br />
Para que los estímulos <strong>de</strong> este tipo fueran más constantes y para empujar<br />
al hombre a servir los <strong>de</strong>signios benevolentes <strong>de</strong> la Provi<strong>de</strong>ncia [...], se ha<br />
prescrito que la población creciera con mayor celeridad que las subsistencias.<br />
Esta ley general [...] engendra indiscutiblemente muchos males parciales,<br />
pero una pequeña reflexión nos convencerá sin duda <strong>de</strong> que éstos se ven<br />
en gran medida compensados por los beneficios que produce. Los fuertes<br />
estímulos parecen necesarios para suscitar el esfuerzo; y, para dirigir este<br />
esfuerzo y formar la facultad <strong>de</strong> razonamiento, parece absolutamente<br />
necesario que el Ser supremo actúe siempre conforme a leyes generales. La<br />
permanencia <strong>de</strong> las leyes <strong>de</strong> la naturaleza, o nuestra certidumbre <strong>de</strong> que<br />
las mismas causas producen los mismos efectos, constituye el fundamento<br />
<strong>de</strong> la facultad <strong>de</strong> razonar [...]. Si Dios modificara su <strong>de</strong>signio con frecuencia<br />
[...], se produciría probablemente una torpeza general y fatal <strong>de</strong><br />
todas las faculta<strong>de</strong>s humanas; incluso las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l cuerpo cesarían<br />
<strong>de</strong> incitar a los hombres a realizar un esfuerzo, sin que pudieran esperar<br />
razonablemente que sus esfuerzos, bien orientados, fueran coronados por<br />
éxitos [...]. Es a esta permanencia a la que <strong>de</strong>bemos los más gran<strong>de</strong>s y<br />
nobles esfuerzos <strong>de</strong>l espíritu. Es a esta permanencia a la que <strong>de</strong>bemos el<br />
pensamiento inmortal <strong>de</strong> un Newton.<br />
La argumentación <strong>de</strong> Malthus se inscribe en la teología natural. También<br />
para él, un proyecto divino gobierna los <strong>de</strong>stinos <strong>de</strong>l mundo, a través <strong>de</strong><br />
leyes naturales e inmutables. Una <strong>de</strong> esas leyes es la "lucha por la existencia",<br />
expresión presente ya en Lyell y en otros autores, y que él utiliza sin un<br />
énfasis particular. Aquí esa ley adquiere fuerza porque <strong>de</strong> ella se <strong>de</strong>ducen<br />
algunos cálculos. En ella se basa y se justifica el mo<strong>de</strong>lo económico <strong>de</strong> no<br />
intervencionismo, perfectamente adaptado a los intereses <strong>de</strong>l capitalismo<br />
incipiente <strong>de</strong> la revolución industrial. De la economía a la "economía <strong>de</strong><br />
la naturaleza' no hay más que un paso. La analogía es coherente y eficaz;<br />
<strong>de</strong> hecho, se halla difundida en las obras <strong>de</strong> los naturalistas. El propio<br />
<strong>Darwin</strong> la coge al vuelo.<br />
La biología al servicio <strong>de</strong> las ciencias sociales... y viceversa<br />
El <strong>de</strong>bate se centra en la aplicación, a las ciencias sociales y a la economía,<br />
<strong>de</strong> las ciencias biológicas (en especial <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> y <strong>de</strong><br />
la teoría <strong>de</strong> la selección natural). La discusión es compleja. Las ciencias<br />
sociales han utilizado la biología para explicar el funcionamiento <strong>de</strong> la<br />
sociedad y, a la inversa, la biología ha interpretado la naturaleza mediante<br />
mo<strong>de</strong>los sociales. El mismo Malthus había encontrado en la naturaleza<br />
la legitimación <strong>de</strong> sus tesis. De forma recíproca, la teoría <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>,<br />
(re)aplicada al dominio social, daría luz al "darwinismo social".<br />
La dimensión i<strong>de</strong>ológica <strong>de</strong>l <strong>de</strong>bate resulta evi<strong>de</strong>nte. Si el discurso <strong>de</strong><br />
Malthus intenta justificar, en el plano científico y en tanto que ley <strong>de</strong> la<br />
naturaleza, el statu quo social y <strong>de</strong>terminado mo<strong>de</strong>lo económico, la teoría<br />
darwinista proyecta sobre la naturaleza las estructuras y los conflictos <strong>de</strong><br />
la sociedad victoriana. En el paso <strong>de</strong> un contexto a otro, las traslaciones<br />
y las metáforas entrañan en su fundamento (en ocasiones <strong>de</strong> manera<br />
TEMAS 54
Vida privada<br />
El matrimonio en 1839, los hijos, la enfermedad, los problemas<br />
personales y las reflexiones teóricas agravan el conflicto interior<br />
que sufre <strong>Darwin</strong> sobre la religión. Se volverá agnóstico<br />
CASARSE<br />
Hijos (si Dios lo quiere) - una constante compañera<br />
(y amiga en la vejez) que se interesará<br />
por uno - objeto para ser amado y con el que<br />
entretenerse, - mejor que un perro en cualquier<br />
caso. - un hogar y alguien que se cui<strong>de</strong> <strong>de</strong><br />
él- los placeres <strong>de</strong> la música y <strong>de</strong>l cotorreo<br />
femenino. - Estas cosas son buenas para la<br />
salud. - Obligación <strong>de</strong> visitar y recibir a los<br />
familiares [tachado], pero una terrible pérdida<br />
<strong>de</strong> tiempo.<br />
Dios mío, es insoportable pensar en pasarse<br />
toda la vida como una abeja obrera, trabajando,<br />
trabajando, y sin hacer nada más.<br />
No, no, eso no pue<strong>de</strong> ser. -Imagínate pasándote<br />
el día entero solo en la ennegrecida y sucia casa<br />
<strong>de</strong> Londres. - Hazte sólo la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> una esposa<br />
buena y cariñosa sentada en un sofá, con un buen<br />
fuego, y <strong>libros</strong>, y quizá música - Compara esta<br />
visión con la dura realidad <strong>de</strong> Great Marlborough<br />
Sto Cásate, cásate, cásate. Q. E. D.<br />
NO CASARSE<br />
Sin hijos (sin una segunda vida), nadie que<br />
se ocupe <strong>de</strong> ti en la vejez. - ¿De qué sirve<br />
trabajar sin la simpatía <strong>de</strong> amigos próxímos y<br />
queridos? ¿Quiénes son los amigos próximos y<br />
queridos <strong>de</strong> los ancianos, sino su propia familia?<br />
Libertad para ir don<strong>de</strong> uno quiera - escoger<br />
Sociedad yfi"ecuentarla poco. - Conversación<br />
con hombres inteligentes en los clubes.<br />
No estar obligado a visitar a los parientes, ni<br />
ce<strong>de</strong>r a cada fruslería - los gastos y angustia<br />
por los hijos - las posibles peleas.<br />
Pérdida <strong>de</strong> tiempo, - no po<strong>de</strong>r leer por las<br />
noches - gordura y ociosidad - ansiedad y responsabilidad<br />
- menos dinero para <strong>libros</strong> y - Si<br />
muchos hijos, obligado a ganarse el pan - (Pero<br />
es muy malo para la salud trabajar <strong>de</strong>masiado).<br />
Quizás a mi mujer no le guste Londres; entonces<br />
la sentencia es el <strong>de</strong>stierro y la <strong>de</strong>gradación<br />
a una idiotez indolente y ociosa.<br />
<strong>Darwin</strong> no siguió las recomendaciones <strong>de</strong> continencia <strong>de</strong> Malthus.<br />
Muy al contrario, hizo caso al consejo <strong>de</strong> su padre <strong>de</strong> casarse<br />
rápidamente si quería tener hijos, ya que se acercaba a los treinta<br />
años. En noviembre <strong>de</strong> 1838, <strong>Darwin</strong> pi<strong>de</strong> en matrimonio a<br />
su prima Emma Wedgwood. Venía pensando en ello <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía algún<br />
tiempo, a la vez que le inquietaba su propia salud. Esos síntomas, que ya<br />
hemos mencionado y que lo acompañaron a lo largo <strong>de</strong> su vida, se manifestaban<br />
con frecuencia creciente. Su ritmo <strong>de</strong> trabajo es <strong>de</strong>senfrenado:<br />
lee continuamente, escribe memorias y anotaciones, su espíritu está en<br />
ebullición. Las i<strong>de</strong>as que va <strong>de</strong>sarrollando se le van convirtiendo paulatinamente<br />
en motivo <strong>de</strong> angustia. Encontrar una persona que se ocupe<br />
<strong>de</strong> él en e! futuro parecía una i<strong>de</strong>a razonable. Llegó a esa resolución tras<br />
un examen minucioso <strong>de</strong> la cuestión. Por increíble que parezca, nos <strong>de</strong>jó<br />
unas notas que dan fe <strong>de</strong> ello. Examinó las ventajas y los inconvenientes<br />
<strong>de</strong>! matrimonio, con una falta total <strong>de</strong> romanticismo. En e! dorso <strong>de</strong> la<br />
misma hoja concluye:<br />
Habiéndose <strong>de</strong>mostrado la necesidad <strong>de</strong>l matrimonio - ¿Cuándo? Más<br />
tar<strong>de</strong> o más temprano. El Gobernador dice que más temprano, ya que<br />
<strong>de</strong> lo contrario, mal asunto si se tienen hijos [...] Pero si me casara<br />
mañana: habría una infinidad <strong>de</strong> problemas y <strong>de</strong> gastos para adquirir y<br />
amueblar una casa; luchar para evitar la Sociedad -visitas matinales<br />
52 TEMAS 54
.<br />
-situaciones incómodas -pérdida <strong>de</strong> tiempo cada día. (A menos que<br />
la esposa sea un ángel y logre que uno no <strong>de</strong>je <strong>de</strong> ser laborioso.) ¿Cómo<br />
podría ahora ocuparme <strong>de</strong> mis asuntos si estuviera obligado a salir todos los<br />
días a pasear con mi mujer? ¡Ay! No podría apren<strong>de</strong>r francés, ni conocer<br />
el Continente, ni América, no podría subir en globo, no podría viajar<br />
solo a Gales -pobre esclavo - estarías peor que un negro - y a<strong>de</strong>más<br />
la horrenda pobreza (a menos que la esposa sea mejor que un ángel y<br />
tenga dinero). -Animo - No se pue<strong>de</strong> vivir esta vida solitaria, con<br />
una vejez renqueante, sin amistad, ni calor, ni hijos, ni quien te mire a<br />
la cara, ya con arrugas. -No importa, confíate a la suerte -mantente<br />
bien atento - Hay muchos esclavos jelices.<br />
<strong>Darwin</strong> no tiene nada <strong>de</strong> apasionado, por lo menos en esta facera... Sin<br />
embargo, una vez tomada la difícil <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> casarse y <strong>de</strong> participar en<br />
la reproducción <strong>de</strong> la especie, su elección le lleva resueltamente a Emma.<br />
Es rica, sabe francés, italiano y alemán, le gusta el <strong>de</strong>porte, sobresale en<br />
el tiro al arco, toca el piano (ha sido alumna <strong>de</strong> Chopin) y, muy probablemente,<br />
será un "ángel".<br />
<strong>Darwin</strong> acu<strong>de</strong> en diversas ocasiones a Maer, a la resi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> los<br />
Wedgwood. En el transcurso <strong>de</strong> una <strong>de</strong> esas visitas, durante un paseo, le<br />
llaman la atención unas lombrices que, mediante su acción lenta y casi<br />
imperceptible, han removido una buena extensión <strong>de</strong> tierra. La casualidad<br />
quiere que durante el paseo no estuviera acompañado <strong>de</strong> Emma; luego<br />
no estaba distraído. Sea como fuere, poco <strong>de</strong>spués presentará una breve<br />
exposición sobre el tema ante la Geological Society, y regresará sobre esta<br />
cuestión repetidas veces a lo largo <strong>de</strong> su vida. En octubre <strong>de</strong> 1881, algunos<br />
meses antes <strong>de</strong> su muerte, su último libro, 7he Formation o/ Vegetable<br />
Mould, through the Action o/Worms, with Observations o/their Habits ["La<br />
formación <strong>de</strong>l humus por la acción <strong>de</strong> las lombrices, con observaciones<br />
sobre sus hábitos"], tratará precisamente sobre las transformaciones increíbles<br />
<strong>de</strong>l suelo <strong>de</strong> que son capaces estas minúsculas criaturas mediante sus<br />
funciones digestivas. La obra tuvo un éxito indiscutible: en pocos meses<br />
se vendieron 3500 ejemplares.<br />
El 11 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1838 (el "gran día", day o/ days, escribe en su<br />
diario privado), se <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> a pedir la mano <strong>de</strong> Emma. Ella acepta y se casan<br />
el 29 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1839. En su diario escribe: "Me caso en Maer a la edad<br />
<strong>de</strong> treinta años; vuelvo a Londres." Eso es todo. La anotación siguiente data<br />
<strong>de</strong>l 5 <strong>de</strong> febrero: "He empezado con el alemán". Y el 7 <strong>de</strong> febrero: "He<br />
reemprendido la monografía sobre los bancos <strong>de</strong> cora!...". Esas anotaciones<br />
1. Down House (arriba, a la izquierda), don<strong>de</strong><br />
vivió <strong>Darwin</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1842. Esta<br />
casa se encuentra en el pueblo <strong>de</strong> Downe, unos<br />
25 kilómetros al sur <strong>de</strong> Londres. Emma <strong>Darwin</strong><br />
(arriba) es la esposa <strong>de</strong> Charles. Este retrato<br />
<strong>de</strong> George Richmond se conserva en Down<br />
House. Aliado, las páginas <strong>de</strong>l diario don<strong>de</strong><br />
<strong>Darwin</strong> sopesa las ventajas e inconvenientes<br />
<strong>de</strong>l matrimonio.<br />
DARWIN 53
2. <strong>Darwin</strong>, con su primogénito, William.<br />
Poco <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su nacimiento, <strong>Darwin</strong><br />
realizó observaciones sistemáticas sobre el<br />
aprendizaje y el comportamiento <strong>de</strong>l niño.<br />
son siempre lapidarias. Consigna esencialmente sus <strong>de</strong>splazamientos, las<br />
fechas <strong>de</strong> inicio y fin <strong>de</strong> sus trabajos y, con un <strong>de</strong>talle notable, la aparición<br />
<strong>de</strong> sus trastornos, así como Otros acontecimientos <strong>de</strong> importancia especial.<br />
El 27 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong>! mismo año, escribe: "Nacimiento <strong>de</strong> un hijo a las<br />
9 h 30." Se trata <strong>de</strong> William Erasmus (1839-1914). Alquilan una nueva<br />
casa en Londres, don<strong>de</strong> residirán hasta septiembre <strong>de</strong> 1842.<br />
El nacimiento <strong>de</strong> su primogénito,<br />
"excelente oportunidad para una observación minuciosa"<br />
Este nacimiento representa una nueva posibilidad <strong>de</strong> estudio, una "exce!ente<br />
oportunidad para una observación minuciosa". Des<strong>de</strong> los primeros días <strong>de</strong><br />
vida <strong>de</strong> su hijo, <strong>Darwin</strong> inicia una observación continua y sistemática <strong>de</strong> los<br />
comportamientos <strong>de</strong>! niño, que consigna escrupulosamente en sus notas.<br />
Siempre que pue<strong>de</strong>, establece analogías con e! comportamiento animal.<br />
Realiza pequeños experimentos, hace, por ejemplo, pequeños ruidos para<br />
<strong>de</strong>terminar a partir <strong>de</strong> qué edad e! niño i<strong>de</strong>ntifica la proce<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> los<br />
sonidos o <strong>de</strong>splaza rápidamente objetos cerca <strong>de</strong> su rostro para evaluar e!<br />
carácter reflejo <strong>de</strong> sus reacciones, in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> la experiencia. Estudia<br />
e! <strong>de</strong>sarrollo progresivo <strong>de</strong> la coordinación motora y <strong>de</strong> la facultad<br />
<strong>de</strong> manipulación <strong>de</strong> objetos. Se concentra muy especialmente en la aparición<br />
<strong>de</strong> las emociones y <strong>de</strong> las expresiones asociadas (ira y miedo, en<br />
particular); señala que e! niño reconoce pronto las expresiones faciales <strong>de</strong><br />
los <strong>de</strong>más. <strong>Darwin</strong> se interesa, sobre todo, en las expresiones, más que<br />
en las emociones como tales, y en su contenido subjetivo peculiar; a tal<br />
fin, aplica lo que se ha consi<strong>de</strong>rado una "táctica <strong>de</strong> la clasificación" <strong>de</strong><br />
los aspectos objetivos y observables <strong>de</strong> la expresión, muy diferente <strong>de</strong> los<br />
numerosos pasajes introspectivos, basados en e! autoanálisis, presentes en<br />
sus Cua<strong>de</strong>rnos anteriores.<br />
Asimismo, estudia e! problema <strong>de</strong> las asociaciones <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as y las primeras<br />
manifestaciones <strong>de</strong> la comunicación y <strong>de</strong>! lenguaje articulado. Compara<br />
e! comportamiento <strong>de</strong>! niño con el <strong>de</strong> los<br />
simios, a partir <strong>de</strong> diversas experiencias,<br />
como la observación <strong>de</strong> su propia imagen<br />
reflejada en un espejo. Un verda<strong>de</strong>ro método<br />
<strong>de</strong> observación, que preten<strong>de</strong> <strong>de</strong>mostrar la<br />
continuidad entre las funciones psíquicas<br />
animales y humanas y su origen natural común,<br />
va tomando forma; este aspecto había<br />
constituido ya uno <strong>de</strong> los principales centros<br />
<strong>de</strong> su reflexión en los Cua<strong>de</strong>rnos. Sus notas<br />
no se publicarán hasta 1877, en la revista<br />
Mind -don<strong>de</strong> habían salido varios artículos<br />
sobre e! origen natural <strong>de</strong>l lenguaje-, en<br />
parte por e! estímulo <strong>de</strong> la salida a la luz<br />
en 1871, y la reimpresión en 1874, <strong>de</strong> The<br />
Descent o/Man (La ascen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l hombre),<br />
don<strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> expresa sus opiniones sobre<br />
e! ser humano. En 1877, esas notas constituían,<br />
con su enfoque original, un trabajo<br />
innovador y sorpren<strong>de</strong>nte en e! dominio<br />
<strong>de</strong> la psicología infantil, sobre todo si se<br />
tiene en cuenta que fueron escritas 37 años<br />
antes; en la bibliografía anterior, este tipo<br />
<strong>de</strong> trabajos era rarísimo.<br />
Después <strong>de</strong> Doddy, apodo afectuoso <strong>de</strong><br />
William, nacieron otros nueve hijos: Annie<br />
en 1841; Mary al año siguiente (tan sólo<br />
54 TEMAS 54
Charles <strong>Darwin</strong> (]) Emma Wedgwood<br />
1809-1882 1808-1896<br />
1839<br />
William Annie Mary Henrietta Georges Elizabeth Francis Leonard Horace Charles<br />
Eleanor Waring<br />
1839-1914 1841-1851 1842 1843-1930 1845-1925 1847-1926 1848-1925 1850-1943 1851-1928 1856-1858<br />
fallecida<br />
a las tres semanas<br />
___sobreviviría tres semanas), Henrietta en 1843, George en 1845, Bessy en<br />
1847, Francis en 1848, Leonard en 1850, Horace en 1851 y, finalmente,<br />
en 1856, Charles Waring; este último probablemente renia trisomÍa y<br />
falleció a los 18 meses como consecuencia <strong>de</strong> una epi<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> escarlatina<br />
que también afectó a algunos <strong>de</strong> sus hermanos y hermanas.<br />
El dolor <strong>de</strong>l <strong>de</strong>ceso <strong>de</strong> su segunda hija, a la edad <strong>de</strong> diez años<br />
A pesar <strong>de</strong> que rrabajase ranto, parece que <strong>Darwin</strong> fue un padre afectuoso,<br />
que jugaba con sus hijos, presraba atención a su salud y se preocupaba<br />
por si habían heredado <strong>de</strong> él esa enfermedad jamás diagnosticada que le<br />
atormenraba. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> los dos hijos fallecidos muy pequeños -en aquella<br />
época la mortalidad infantil era muy elevada-, conoció el inmenso dolor<br />
<strong>de</strong>l <strong>de</strong>ceso <strong>de</strong> su segunda hija, Annie, a la edad <strong>de</strong> diez anos. La nina cayó<br />
enferma y su estado se <strong>de</strong>terioró progresivamente. <strong>Darwin</strong>, tras comprobar<br />
el fracaso <strong>de</strong> todo tipo <strong>de</strong> inrervenciones, <strong>de</strong>cidió someterla a un tipo <strong>de</strong><br />
hidroterapia practicada por el doctor Gully, terapeuta renombrado en la<br />
época. El mismo recurría a ella <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía algún tiempo -como última<br />
esperanza <strong>de</strong>l mal que le afligía-, a pesar <strong>de</strong> que anteriormenre habia consi<strong>de</strong>rado<br />
a ese médico un charlatán. El tratamiento hidroterápico consistía<br />
en una cura mediante duchas frías, friegas, compresas y abluciones diversas,<br />
siempre con agua fría, combinadas con un régimen riguroso y paseos; todo<br />
esto se basaba en el principio <strong>de</strong> que las enfermeda<strong>de</strong>s crónicas estaban<br />
causadas por un flujo <strong>de</strong> sangre insuficienre hacia los órganos internos.<br />
Una mezcla <strong>de</strong> homeopatía, mesmerismo y quiromancia estuvo muy <strong>de</strong><br />
moda enrre las clases acomodadas, afligidas por una especie <strong>de</strong> "enfermedad<br />
victoriana" que se caracterizaba por un abanico más o menos diverso <strong>de</strong><br />
trastornos psicofisicos. El doctor Gully tenia numerosos pacienres ilustres:<br />
Charles Dickens y su esposa, Thomas Carlyle y su esposa, George Eliot,<br />
Alfred Tennyson, Herbert Spencer y muchos otros.<br />
<strong>Darwin</strong> sacó cierto provecho <strong>de</strong> la terapia, pero no se pudo hacer nada<br />
para salvar a la pequena Annie. Más a<strong>de</strong>lante, <strong>de</strong>cepcionado por las graves<br />
recaídas, él mismo abandonará ese tipo <strong>de</strong> cura. La muerte <strong>de</strong> la hija hizo<br />
resurgir en él una cuestión no resuelra en la relación con su mujer: la actitud<br />
con respecto a la religión. Emma, profundamenre creyenre, encontraba<br />
consuelo en la fe. Por el contrario, <strong>Darwin</strong> se había ido alejando progresiva<br />
e inexorablemenre <strong>de</strong> la misma, ya anres <strong>de</strong> casarse; pero el respeto por<br />
los sentimientos <strong>de</strong> su esposa y la angustia <strong>de</strong> ésta por las elecciones <strong>de</strong><br />
su marido no <strong>de</strong>jaban <strong>de</strong> preocuparle.<br />
Una lenta evolución en sus convicciones,<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el "teísmo" hasta el "agnosticismo"<br />
En su Autobiografía, <strong>Darwin</strong> relata: "De este modo, la incredulidad me<br />
invadió muy lenramente, y finalmente se hizo total". Va adoptando una<br />
3. <strong>Darwin</strong> tuvo diez hijos, dos <strong>de</strong> los cuales<br />
(Mary y Charles Waring) murieron muy<br />
pequeños.<br />
4. Annie, la segunda hija <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>, a la edad<br />
<strong>de</strong> ocho años. Falleció <strong>de</strong> enfermedad dos<br />
años más tar<strong>de</strong>, en 1851. Este acontecimiento<br />
doloroso influyó en la evolución personal <strong>de</strong><br />
<strong>Darwin</strong> hacia el agnosticismo.<br />
DARWIN 55
5. <strong>Darwin</strong>, hacia la cincuentena, por la época en<br />
que apareció El origen <strong>de</strong> las especies (1859).<br />
"actitud escéptica y racionalista". La extrema dificultad, o incluso la imposibilidad,<br />
<strong>de</strong> concebir el universo y el mismo hombre "como el resultado<br />
<strong>de</strong> una necesidad o <strong>de</strong> un azar ciegos" conducen a la creencia en una<br />
"Causa Primera con un espíritu inteligente, análogo, en cierta medida,<br />
al <strong>de</strong>l hombre".<br />
Surge entonces La duda: ¿es <strong>de</strong> fiar eL espíritu <strong>de</strong>L hombre que, estoy<br />
convencido, se ha <strong>de</strong>sarroLLado a partir <strong>de</strong> un espíritu tan bajo como eL<br />
<strong>de</strong>L animaL más bajo, cuando extrae conclusiones tan grandiosas? ¿No<br />
serán éstas eL resultado <strong>de</strong> La conexión entre causa y efecto que se nos<br />
impone como si fuese necesaria, pero que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> probabLemente <strong>de</strong> una<br />
experiencia heredada? Tampoco <strong>de</strong>bemos pasar por alto La probabiLidad<br />
<strong>de</strong> que eL constante inculcar La creencia en Dios en eL espíritu <strong>de</strong> Los<br />
niños produzca un efecto tan po<strong>de</strong>roso, y quizá hereditario, sobre sus<br />
cerebros no <strong>de</strong>sarroLLados por compLeto, que Les resulte tan difíciL rechazar<br />
su creencia en Dios como a un mono abandonar su odio y miedo<br />
instintivo hacia La serpiente. No puedo preten<strong>de</strong>r arrojar La mínima Luz<br />
sobre probLemas tan oscuros. EL misterio <strong>de</strong>L principio <strong>de</strong> todas Las cosas<br />
es irresoLubLe para nosotros; es por eLLo por Lo que <strong>de</strong>bo contentarme con<br />
permanecer agnóstico.<br />
nomas Huxley forjó el término "agnosticismo" para <strong>de</strong>signar el distanciamiento<br />
respecto a todo tipo <strong>de</strong> "gnosis", es <strong>de</strong>cir, el conocimiento<br />
<strong>de</strong> los misterios religiosos. En Agnosticism, un ensayo escrito en 1889,<br />
Huxley confiesa<br />
Cuando alcancé La madurez inteLectuaL y empecé a preguntarme si era<br />
ateo, teísta o panteísta, materiaLista o i<strong>de</strong>aLista, cristiano o Librepensador,<br />
me di cuenta <strong>de</strong> que cuanto más aprendía y reflexionaba, menos fáciL era<br />
La respuesta, hasta que terminé por LLegar a La conclusión <strong>de</strong> que ninguna<br />
<strong>de</strong> esas <strong>de</strong>nominaciones me convenía, ni siquiera parciaLmente, excepto<br />
La última. La única cosa sobre La que se ponía <strong>de</strong> acuerdo La mayor<br />
parte <strong>de</strong> esta buena gente era precisamente sobre La que yo difería. ELLos<br />
estaban compLetamente seguros <strong>de</strong> haber alcanzado una cierta "gnosis'';<br />
con más o menos éxito habían resuelto eL problema <strong>de</strong> La existencia. En<br />
cambio, yo estaba compLetamente seguro <strong>de</strong> que no Lo había resuelto, y<br />
poseía una convicción bastante firme <strong>de</strong> que eL probLema era irresoLubLe.<br />
y, con Hume y Kant <strong>de</strong> mi Lado, no podía consi<strong>de</strong>rarme presuntuoso por<br />
mantenerme en esta opinión.<br />
Para <strong>Darwin</strong>, la aceptación <strong>de</strong> la etiqueta <strong>de</strong> agnóstico fue el resultado <strong>de</strong><br />
un largo trayecto interior, sobre todo teórico. Más allá <strong>de</strong> sus relaciones con<br />
Emma, el problema <strong>de</strong> la religión afectaba <strong>de</strong> manera inmediata y explícita<br />
a sus i<strong>de</strong>as sobre la existencia <strong>de</strong> leyes naturales, sobre su uniformidad y,<br />
por consiguiente, sobre su aplicación necesaria a todos los aspectos <strong>de</strong> la<br />
naturaleza, incluido el hombre. Es él quien consi<strong>de</strong>ra apropiado <strong>de</strong>nominar<br />
"teístas" las convicciones que él posee en la época <strong>de</strong> EL origen <strong>de</strong> Las<br />
especies. Estas convicciones cambiarán, hasta convertirse al agnosticismo,<br />
compromiso elegante que sirve para superar el conflicto entre la ciencia y<br />
la fe, intensamente sentido en la cultura y la sociedad victorianas.<br />
En este sentido, algunos comentaristas juzgan que el conflicto fue menos<br />
dramático <strong>de</strong> como se suele pintarlo, bien gracias a la especie <strong>de</strong> continuidad<br />
que había entre el pensamiento naturalista y esa teología natural<br />
que, a través <strong>de</strong> la "ley natural", celebraba la gran<strong>de</strong>za <strong>de</strong>l Creador, bien<br />
gracias a que en la mo<strong>de</strong>rada postura <strong>de</strong> los agnósticos se podía observar<br />
cierta religiosidad intrínseca que, pese a su arriscada <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> la ciencia,<br />
les llevaba a evitar una confrontación directa con la religión.<br />
56 TEMAS 54
2. El grupo <strong>de</strong> cirrípedos cuenta con unas 900<br />
especies, <strong>de</strong> las que forman parte percebes,<br />
anatifas y bálanos.<br />
58<br />
economía <strong>de</strong> la naturaleza. Ello exige una profunda reflexi6n; estudiar a<br />
Malthus y calcular las tasas <strong>de</strong> crecimiento...<br />
Las i<strong>de</strong>as anotadas anteriormente <strong>de</strong> manera fragmentaria se estructuran<br />
en este primer borrador <strong>de</strong> El origen <strong>de</strong> las especies en un verda<strong>de</strong>ro esquema<br />
expositivo. <strong>Darwin</strong> ya tiene en cuenta las posibles objeciones contra<br />
la teoría <strong>de</strong> la selección natural: "Se podría objetar que unos órganos tan<br />
perfectos como el ojo y la oreja no habrían podido constituirse nunca". E<br />
insiste sobre la gradación <strong>de</strong> la aparición <strong>de</strong> las diversas estructuras: "Pretendo<br />
simplemente <strong>de</strong>mostrar que la proposición [una aparición gradual<br />
<strong>de</strong> las diversas estructuras] no es tan monstruosa como parece a primera<br />
vista, y que si se pue<strong>de</strong>n alegar buenas razones para pensar que las especies<br />
<strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> progenitores comunes, la dificultad <strong>de</strong> imaginar formas <strong>de</strong><br />
estructura intermedia no basta para rechazar <strong>de</strong> entrada la teoría". En<br />
otro párrafo aborda las capacida<strong>de</strong>s mentales <strong>de</strong> los animales salvajes o<br />
domésticos, afirmando <strong>de</strong> nuevo que no quiere preocuparse <strong>de</strong>l origen <strong>de</strong><br />
la memoria, <strong>de</strong> la atención y <strong>de</strong> las diversas faculta<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l espíritu, "sino<br />
únicamente <strong>de</strong> sus diferencias en cada una <strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s divisiones <strong>de</strong><br />
la naturaleza".<br />
"Las formas específicas no son inmutables"<br />
En una segunda parte, "Sobre las pruebas geológicas", <strong>Darwin</strong> trata <strong>de</strong> los<br />
fósíles. "Si se reunieran todas las formas que han existido en algunas gran<strong>de</strong>s<br />
divisiones, se encontraría, con una buena aproximación, una gradación<br />
continua". Apunta que las opiniones <strong>de</strong> ciertos geólogos, especialmente <strong>de</strong><br />
Lyell, podrían representar un obstáculo para su teoría. Pero "si la geología<br />
no hace más que presentarnos, al ir arrancando grupos <strong>de</strong> hojas, ciertas<br />
páginas <strong>de</strong> los últimos capítulos <strong>de</strong> una historia, y cada página tan sólo<br />
ilustra una pequeña parte <strong>de</strong> los organismos <strong>de</strong> esa época, los hechos<br />
concuerdan perfectamente con mi teoría".<br />
También aborda la distribución geográfica <strong>de</strong> las especies, y utíliza<br />
entre otros los datos <strong>de</strong> las Galápagos. Afronta el gran problema <strong>de</strong> la<br />
clasificación y <strong>de</strong>l carácter arbitrario <strong>de</strong> los criterios adoptados para reagrupar<br />
los organismos. "La clasificación que todo el mundo consi<strong>de</strong>ra<br />
más correcta se <strong>de</strong>nomina Sistema Natural, pero nadie pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>finirlo<br />
[el diferente grado <strong>de</strong> afinidad entre los animales, con su correspondiente<br />
división en géneros, familias, ór<strong>de</strong>nes, etc.] [... J; si se [o utilizase con toda<br />
seriedad, el Sistema Natural <strong>de</strong>bería ser genealógico." <strong>Darwin</strong> examina<br />
ciertas semejanzas entre las estructuras <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s grupos <strong>de</strong> animales:<br />
"Por ejemplo, observamos el [ala <strong>de</strong>l] murciélago, [la pata <strong>de</strong>] el caballo,<br />
la aleta <strong>de</strong>l <strong>de</strong>lfín, la mano, todos ellos construidos según la misma estructura<br />
[...], notamos que hay un profundo nexo <strong>de</strong> unión entre ellos,<br />
e ilustrarlo es el fundamento y el objeto <strong>de</strong> lo que se <strong>de</strong>nomina Sistema<br />
Natural; y [ese nexo] es el fundamento <strong>de</strong> la distinción entre caracteres<br />
verda<strong>de</strong>ros y adaptativos. Ahora bien, este hecho extraordinario, que la<br />
mano, la pata, el ala y la aleta sean la misma cosa, lo explica <strong>de</strong> inmediato<br />
el principio <strong>de</strong> [la existencia <strong>de</strong>] formas-padre [...]". <strong>Darwin</strong> analiza la<br />
interpretación posible <strong>de</strong> los órganos llamados abortados, órganos que<br />
resultan inútiles, que habrían podido llegar a serlo "durante la sucesión<br />
<strong>de</strong> un número infinito <strong>de</strong> modificaciones". Menciona a Lamarck, para<br />
reafirmar que no existe "una ten<strong>de</strong>ncia hacia la perfección". Y concluye:<br />
"Estas son las razones que me llevan a pensar que las formas específicas<br />
no son inmutables".<br />
He ahí el "crimen" que confesará en su carta <strong>de</strong> 1844 dirigida al botánico<br />
]oseph Hooker, a la que ya hemos aludido (véase el capítulo ''Babuinos<br />
y metafísica"). (<strong>Darwin</strong> acababa <strong>de</strong> entablar con él relaciones epistolares<br />
porque, siguiendo el consejo <strong>de</strong> Henslow, que no disponía <strong>de</strong> tiempo<br />
TEMAS 54
para ello, <strong>de</strong>seaba confiarle el establecimiento <strong>de</strong>l catálogo <strong>de</strong> las plantas<br />
recolectadas en las Galápagos.)<br />
Algunas líneas <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la afirmación fatídica <strong>de</strong> que las especies no<br />
son inmutables, <strong>Darwin</strong> añadía en su manuscrito <strong>de</strong> 1842:<br />
Hay mucha gran<strong>de</strong>za en consi<strong>de</strong>rar a Los animaLes existentes bien Los<br />
<strong>de</strong>scendientes directos <strong>de</strong> formas sepuLtadas miLes <strong>de</strong> pies bajo tierra, bien<br />
Los cohere<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> un ancestro aún más remoto. ELLo concuerda con Lo<br />
que sabemos <strong>de</strong> La Ley impuesta a La materia por eL Creador, según La<br />
cuaL La creación y La extinción <strong>de</strong> Las formas, como eL nacimiento y<br />
La muerte <strong>de</strong> Los individuos, <strong>de</strong>ben ser eL efecto <strong>de</strong> medios [leyes] secundarios.<br />
Es ofensivo pensar que eL Creador <strong>de</strong> un número incontabLe <strong>de</strong><br />
sistemas <strong>de</strong> mundos tenga que haber creado cada una <strong>de</strong> Las miríadas<br />
<strong>de</strong> parásitos reptantes y <strong>de</strong> gusanos que todos Los días LLenan <strong>de</strong> vida eL<br />
sueLo y Las aguas <strong>de</strong> [este] soLo pLaneta. [... ] La muerte, eL hambre, La<br />
rapiña y La guerra escondidas en La naturaLeza han tenido como consecuencia<br />
eL bien más eLevado que podamos concebir: La creación <strong>de</strong> Los<br />
animaLes superiores ha venido directamente <strong>de</strong> ahí. Sin duda, La i<strong>de</strong>a<br />
<strong>de</strong> unas Leyes capaces <strong>de</strong> crear organismos individuaLes, caracterizados<br />
todos eLLos por La mayor precisión <strong>de</strong> ejecución y por Las adaptaciones<br />
más extensas, trascien<strong>de</strong> en un principio nuestras humil<strong>de</strong>s faculta<strong>de</strong>s.<br />
Se ajusta mejor a [nuestra mo<strong>de</strong>stia] suponer que cada uno <strong>de</strong> esos<br />
organismos exige eL fíat <strong>de</strong> un creador. Pero, en La misma proporción,<br />
La existencia <strong>de</strong> taLes Leyes <strong>de</strong>bería eLevar La i<strong>de</strong>a que nos hacemos <strong>de</strong>L<br />
po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>L Creador omnisciente.<br />
Mediante este artificio, <strong>Darwin</strong> aparta su teoría <strong>de</strong> un conflicto tajante<br />
con la religión. Dios no ha creado las especies <strong>de</strong> una en una, sino que<br />
ha impuesto la ley <strong>de</strong> la evolución a la materia inicial. <strong>Darwin</strong> <strong>de</strong>be a<br />
continuación <strong>de</strong>sarrollar e! esbozo: su teoría está bien articulada, pero es<br />
necesario reforzarla con todos los datos disponibles y recopilar OtrOS nuevos<br />
sobre la selección artificial, su variación y sus causas, los testimonios<br />
fósiles, e! <strong>de</strong>sarrollo embriológico y la distribución geográfica. Aún queda<br />
por realizar mucho trabajo antes <strong>de</strong> hacer pública una teoría todavía<br />
vulnerable.<br />
Londres, presa <strong>de</strong> la agitación social, se ha convertido en un lugar<br />
inhabitable. Charles y su esposa Emma han crecido en e! campo, tienen<br />
por entonces dos hijos (en espera <strong>de</strong> un tercero) y no se sienten bien en<br />
la ciudad. Con la ayuda <strong>de</strong>! doctor Robert (<strong>Darwin</strong> aún no ha obtenido<br />
beneficios <strong>de</strong> su trabajo), compran una casa<br />
en Downe, un pequeño pueblo <strong>de</strong> Kent, a<br />
unas dos horas <strong>de</strong> Londres. El 17 <strong>de</strong> septiembre<br />
<strong>de</strong> 1842 se mudan a Down House.<br />
La casa es enorme, con un jardín y siete<br />
hectáreas <strong>de</strong> bosque. Con e! tiempo, Da.rwin<br />
empren<strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s trabajos <strong>de</strong> renovación y<br />
<strong>de</strong> ampliación; compra un terreno adyacente<br />
don<strong>de</strong> planta arbustos y árboles, y hace<br />
trazar un sen<strong>de</strong>ro, el Sandwalk (camino <strong>de</strong><br />
arena), por e! que se paseará todos los días.<br />
Pasa una gran parte <strong>de</strong> la jornada, con un<br />
empleo estricto <strong>de</strong>l tiempo, en su <strong>de</strong>spacho<br />
espacioso y confortable. Pero no lleva<br />
una vida <strong>de</strong> recluso; frecuenta las socieda<strong>de</strong>s<br />
científicas y Down House se convierte<br />
en el lugar <strong>de</strong> encuentro <strong>de</strong> un círculo <strong>de</strong><br />
amigos y colegas.<br />
DARWIN<br />
3. Grabado extraído <strong>de</strong> Formas artísticas <strong>de</strong><br />
la naturaleza, <strong>de</strong> Ernst Haeckel (1834-1919).<br />
La clasificación <strong>de</strong> los cirrípedos, crustáceos<br />
marinos que viven sujetos a un soporte,<br />
planteaba serias dificulta<strong>de</strong>s. <strong>Darwin</strong> estudió<br />
en <strong>de</strong>talle este grupo <strong>de</strong> animales, lo que<br />
consolidó su reputación científica.<br />
4. Grabado extraído <strong>de</strong> Memoria sobre la<br />
familia <strong>de</strong> las melastomáceas, <strong>de</strong> Augustin<br />
Pyrame <strong>de</strong> Candolle (1828). Este botánico<br />
suizo contemporáneo <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> emprendió<br />
una vasta clasificación <strong>de</strong> los vegetales:<br />
la sistemática era la ciencia naturalista<br />
<strong>de</strong> la época.<br />
59
5. Robert Chambers (1802-1871), autor<br />
anónimo <strong>de</strong> Vestigios <strong>de</strong> la historia natural<br />
<strong>de</strong> la creación. La obra, publicada en 1844 y<br />
que admite la transmutación <strong>de</strong> las especies,<br />
provocó una gran agitación.<br />
60<br />
los resultados <strong>de</strong>l viaje <strong>de</strong>l Beagfe<br />
En su nueva resi<strong>de</strong>ncia, <strong>Darwin</strong> reempren<strong>de</strong> su trabajo sistemático sobre<br />
las notas y materiales recopilados durante el viaje <strong>de</strong>l BeagLe. Su obra<br />
sobre las barreras <strong>de</strong> coral data <strong>de</strong> 1842; en 1843 publica el último volumen<br />
<strong>de</strong> su ZooLogía <strong>de</strong>L viaje <strong>de</strong>L BeagLe, yen 1844 acaba el libro sobre<br />
las islas volcánicas. En 1845 aparece la segunda edición revisada <strong>de</strong> su<br />
diario <strong>de</strong> viaje; en 1846, su obra sobre la geología <strong>de</strong> América <strong>de</strong>l Sur.<br />
Mientras tanto, continúa estudiando el problema <strong>de</strong> las especies.<br />
A principios <strong>de</strong> 1844, retoma su borrador y empieza a elaborar una versión<br />
ampliada en unas 230 páginas. Aunque esta versión tampoco estaba pensada<br />
para ser publicada, en una carta dirigida a su esposa <strong>de</strong>l 5 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong><br />
1844 <strong>Darwin</strong> da instrucciones precisas para el caso <strong>de</strong> que falleciera antes<br />
<strong>de</strong> haber concluido la versión <strong>de</strong>finitiva: ''Acabo <strong>de</strong> finalizar mi borrador<br />
sobre la teoría <strong>de</strong> las especies. Con que hubiese, puesto que creo que es<br />
verda<strong>de</strong>ra, un solo juez competente que la aceptase, se la consi<strong>de</strong>rará un<br />
notable paso a<strong>de</strong>lante <strong>de</strong> la ciencia. Por 10 tanto, en caso <strong>de</strong> que muriese<br />
<strong>de</strong> repente, como mi último y más solemne <strong>de</strong>seo, que estoy seguro consi<strong>de</strong>rarás<br />
como si figurara legalmente en mi testamento, <strong>de</strong>stina 400 libras<br />
a su publicación". Al escribir una lista <strong>de</strong> editores posibles, sugiere a Lyell,<br />
eventualmente asistido por Hooker o por Henslow. Diez años más tar<strong>de</strong>,<br />
en 1854, cuando se prepara para iniciar una tercera versión, evi<strong>de</strong>ntemente<br />
angustiado por la perspectiva <strong>de</strong> no terminarla, añadirá: "Hooker es <strong>de</strong> lejos<br />
el mejor para editar mi volumen sobre las especies".<br />
El ensayo <strong>de</strong> 1844 está calcado sobre el borrador prece<strong>de</strong>nte, pero la<br />
argumentación es más sólida y los datos están organizados y <strong>de</strong>scritos con<br />
una mayor exactitud. Por lo que se refiere al estadio <strong>de</strong> elaboración <strong>de</strong> su<br />
teoría, su Autobiografía precisa que en aquella época<br />
pasé por alto un problema <strong>de</strong> gran importancia; me parece sorpren<strong>de</strong>nte,<br />
saLvo en virtud <strong>de</strong>l principio <strong>de</strong>L huevo <strong>de</strong> Colón, que Los pasase por alto,<br />
aL probLema y a La soLución. Se trata <strong>de</strong> La ten<strong>de</strong>ncia que tienen Los seres<br />
orgánicos <strong>de</strong> un mismo origen a divergir en su carácter a medida que se<br />
modifican. Que han divergido profundamente se hace patente en La manera<br />
en que Las especies <strong>de</strong> todo tipo se pue<strong>de</strong>n clasificar en géneros, Los géneros<br />
en familias, Las familias en subgrupos y así sucesivamente; y me acuerdo<br />
perfectamente <strong>de</strong>L Lugar <strong>de</strong>L camino, iba en mi carruaje, en que para mi<br />
gran gozo se me presentó La soLución; fue mucho <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> mi LLegada a<br />
Down. La soLución, según creo yo, es La siguiente: La <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia modificada<br />
<strong>de</strong> todas Las formas dominantes y en aumento tien<strong>de</strong> a adaptarse a<br />
Las muchas y muy diversas situaciones <strong>de</strong> La economía <strong>de</strong> La naturaLeza.<br />
A inicios <strong>de</strong>l año 1845, Hooker le remite el resultado <strong>de</strong> su trabajo sobre<br />
las plantas recolectadas en las Galápagos. Se trata <strong>de</strong> una confirmación<br />
más <strong>de</strong> la diferencia entre las especies <strong>de</strong> una isla a otra. En los meses<br />
anteriores, <strong>Darwin</strong> había estado informándole parcialmente sobre la teoría;<br />
Hooker manifiesta un interés pru<strong>de</strong>nte y una generosa disponibilidad. Sólo<br />
en 1847 le <strong>de</strong>jará leer una copia <strong>de</strong> su ensayo. Hooker no entendió <strong>de</strong><br />
inmediato el sentido profundo <strong>de</strong> la teoría, pero aun así emprendió un<br />
análisis crítico y minucioso <strong>de</strong> los numerosos temas abordados. <strong>Darwin</strong><br />
apreció mucho sus objeciones técnicas, <strong>de</strong>sprovistas <strong>de</strong> prejuicios tradicionales<br />
ajenos al discurso científico.<br />
En otoño <strong>de</strong> 1844 aparece Vestigios <strong>de</strong> La historia naturaL <strong>de</strong> La creación,<br />
obra <strong>de</strong> 400 páginas escrita anónimamente por Robert Chambers, futuro<br />
editor y científico aficionado. Este libro presenta una historia <strong>de</strong> la Tierra, <strong>de</strong><br />
la formación <strong>de</strong>l sistema solar a la aparición <strong>de</strong> los animales y <strong>de</strong> las plantas,<br />
el origen <strong>de</strong> la humanidad y el <strong>de</strong> las socieda<strong>de</strong>s. La obra, que produce<br />
un gran alboroto, conoce un éxito comercial, aunque es objeto también<br />
TEMAS 54
<strong>de</strong> ataques virulentos. La reacción <strong>de</strong> Sedwick expresa tanta indignación y<br />
es tan vehemente, que suscita reacciones a favor <strong>de</strong> Chambers, cuyo libro<br />
viene a simbolizar la oposición al po<strong>de</strong>r clerical y conservador.<br />
<strong>Darwin</strong>, por su parte, experimenta sentimientos más atemperados. La<br />
obra rompe con un tabú al admitir la transmutación, pero avanza opiniones<br />
sin un fundamento científico. Sin embargo, consi<strong>de</strong>ra inaceptable la crítica<br />
<strong>de</strong> Sedgwick. La obra no disgusta a Hooker, pero no pue<strong>de</strong> admitir que se<br />
especule sobre temas <strong>de</strong> esa clase; en otras ocasiones, ha criticado a "los que<br />
quieren hablar <strong>de</strong> las especies sin haber <strong>de</strong>scrito antes una en <strong>de</strong>talle". No<br />
olvi<strong>de</strong>mos que, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el siglo XVII y la reforma <strong>de</strong> la sistemática <strong>de</strong> Linné,<br />
<strong>de</strong>dicarse a la historia natural equivalía a i<strong>de</strong>ntificar un or<strong>de</strong>n vegetal o animal.<br />
Los botánicos y zoólogos se consagran casi exclusivamente a estudios<br />
sistemáticos, a menudo <strong>de</strong>scriptivos: clasificación y ciencia son sinónimos.<br />
De 1846 a 1852, trabajos sobre los cirrípedos<br />
<strong>Darwin</strong>, que ha subcontratado a otros para el trabajo taxonómico <strong>de</strong>l<br />
material recolectado durante el viaje <strong>de</strong>! Beagle, termina en diez años la<br />
tarea en la que se sumergió tras regresar <strong>de</strong>l viaje. No queda más que<br />
estudiar un minúsculo animal, un pequeño crustáceo que había recogido<br />
a lo largo <strong>de</strong> las COStas chilenas en 1835. Se trataba <strong>de</strong> un cirrípedo <strong>de</strong><br />
especie <strong>de</strong>sconocida. Hasta entonces, las investigaciones sobre este grupo<br />
<strong>de</strong> animales marinos sésiles (<strong>de</strong> los que forman parte los percebes y los<br />
bálanos) no habían dado más que resultados insatisfactorios. Para <strong>Darwin</strong><br />
era la oportunidad i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> adquirir, en e! dominio <strong>de</strong> la sistemática, una<br />
reputación que pudiera mantenerle al abrigo <strong>de</strong> los ataques sobre sus competencias<br />
reales. En octubre <strong>de</strong> 1846 se lanza a un estudio cuyo alcance y<br />
complejidad sin duda no había previsto, como tampoco el provecho que<br />
sacaría <strong>de</strong> él su teoría. "Los cirrípedos forman un grupo <strong>de</strong> especies difíciles<br />
<strong>de</strong> clasificar y muy variable; mi trabajo me resultó muy útil cuando en El<br />
origen <strong>de</strong> las especies tuve que analizar los principios <strong>de</strong> una clasificación<br />
natural", escribirá <strong>Darwin</strong> en su Autobiografta. Reúne materiales <strong>de</strong> diversas<br />
proce<strong>de</strong>ncias y su trabajo se extien<strong>de</strong> igualmente a los fósiles, hasta<br />
convertirse en una monografía exhaustiva sobre el tema, en tres gran<strong>de</strong>s<br />
volúmenes, que publica entre 1852 y 1854, o sea, unos ocho años <strong>de</strong>spués<br />
<strong>de</strong> que emprendiese la tarea. En 1853, recibe la Real Medalla por sus<br />
estudios sobre los corales y, en particular, sobre los cirrípedos.<br />
<strong>Darwin</strong> se vio obligado a equiparse <strong>de</strong> nuevos instrumentos adaptados<br />
para la disección <strong>de</strong> unos organismos tan pequeños y <strong>de</strong> un objetivo más<br />
potente para su microscopio. El <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> un mundo <strong>de</strong>sconocido<br />
le fascinó. Estudió la anatomía <strong>de</strong> esos animales, su reproducción, su ciclo<br />
biológico, sus fases <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo, los lazos <strong>de</strong> parentesco entre las especies<br />
actuales y las especies fósiles y, sobre todo, la variación, "esta enrevesada<br />
variación que me place cuando me doy a la especulación pero que como<br />
sistemático me resulta odiosa", escribe a Hooker en 1850. ¿Cómo saber<br />
si dos individuos que son distintos pertenecen o no a la misma especie?<br />
La variación le atormenta; aunque le reafirma más en sus i<strong>de</strong>as sobre la<br />
evolución, sus tentativas <strong>de</strong> distinguir las especies <strong>de</strong> las varieda<strong>de</strong>s le<br />
exasperan. "He mal<strong>de</strong>cido a las especies y me he preguntado qué pecado<br />
he podido cometer para recibir tal castigo."<br />
<strong>Darwin</strong> se encuentra finalmente en situación <strong>de</strong> utilizar sus <strong>de</strong>scubrimientos<br />
en el plano <strong>de</strong> la sistemática para verificar sus hipótesis relativas al<br />
mecanismo <strong>de</strong> la evolución. Por entonces ya sabe cuál es e! "pecado" que<br />
está purgando. El mismo se ha acusado <strong>de</strong> un <strong>de</strong>lito, e! <strong>de</strong> creer que las<br />
especies no son inmutables. Los estudios que publica sobre los cirrípedos<br />
son, sin embargo, un trabajo irreprochable <strong>de</strong> sistemática: en ellos no se<br />
traslucen las i<strong>de</strong>as que le han guiado y que se vieron confirmadas en e!<br />
transcurso <strong>de</strong> sus investigaciones.<br />
DARWIN<br />
6. Joseph Hooker contaba con la estima y<br />
confianza <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>, quien le envió en 1847<br />
una copia <strong>de</strong> su borrador sobre la teoría <strong>de</strong>l<br />
origen <strong>de</strong> las especies.<br />
61
Compañeros<br />
<strong>de</strong> viaje<br />
El verano <strong>de</strong> 1858, mientras prepara una tercera versión<br />
<strong>de</strong> la que iba a ser su obra maestra, <strong>Darwin</strong> recibe un artículo <strong>de</strong> Wallace<br />
que exponía unas i<strong>de</strong>as muy próximas a las suyas<br />
1. Richard Owen, en una caricatura aparecida<br />
en Vanity Fair, una revista semanal inglesa.<br />
Este paleontólogo creacionista se enfrentó<br />
a Thomas Huxley en una resonada polémica.<br />
Huxley sería uno <strong>de</strong> los seguidores más fieles<br />
<strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>.<br />
62<br />
Aprincipios <strong>de</strong> los años cincuenta <strong>de</strong>l siglG XIX, <strong>Darwin</strong> conoce a<br />
Huxley, por entonces miembro <strong>de</strong>l consejo <strong>de</strong> la Regia Sociedad<br />
<strong>de</strong> Londres. (<strong>Darwin</strong> será elegido para este mismo consejo en<br />
1854.) En 1853, Huxley le invita a explicar sus trabajos sobre los<br />
cirrípedos; el mismo año, en ocasión <strong>de</strong> la décima edición <strong>de</strong> los Vestigios<br />
<strong>de</strong> la historia natural <strong>de</strong> la creaci6n, la obra "transmutacionista" <strong>de</strong> Robert<br />
Chambers, que por entonces sigue teniendo éxito, Huxley publica una<br />
reseña virulenta don<strong>de</strong> ataca la transmutación <strong>de</strong> las especies; según él,<br />
la i<strong>de</strong>a insensata <strong>de</strong> progreso y los argumentos planteados por Chambers<br />
carecen <strong>de</strong> fundamento científico. <strong>Darwin</strong> se muestra dudoso. Se siente<br />
inclinado a aprobat esas críticas, <strong>de</strong> las que aprecia la inteligencia y el<br />
rigor (el concepto <strong>de</strong> evolución <strong>de</strong> Chambers no coinci<strong>de</strong> con el suyo);<br />
pero al mismo tiempo se pregunta si sus propios conceptos resistirían unos<br />
ataques <strong>de</strong> esa categoría.<br />
Es la época <strong>de</strong> los enfrentamientos entre Huxley y Owen. El hippocampus<br />
minor no es más que una <strong>de</strong> las numerosas manzanas <strong>de</strong> la discordia, no<br />
siempre <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n teórico o científico, entre ambos naturalistas. Huxley<br />
es adversario <strong>de</strong> Owen y consi<strong>de</strong>ra intolerables sus ataques contra Lyell<br />
(igual que <strong>Darwin</strong> y su grupo <strong>de</strong> amigos), pero es igualmente intransigente<br />
en su rechazo <strong>de</strong> la transmutación <strong>de</strong> las especies; es antimaltusiano. De<br />
todos modos, felicita en repetidas ocasiones a <strong>Darwin</strong> por su trabajo sobre<br />
los cirrípedos.<br />
<strong>Darwin</strong> escucha con atención las conferencias apasionadas <strong>de</strong> Huxley, lee<br />
las memorias que presenta, estudia sus trabajos. Le invita a las reuniones<br />
<strong>de</strong> Down House, a las que se unen las familias <strong>de</strong> los participantes y que<br />
son para él la oportunidad, cada vez más explícita, <strong>de</strong> confrontar sus opiniones<br />
con las <strong>de</strong> sus amigos naturalistas. Este grupo escogido <strong>de</strong> amigos<br />
manifiesta un amplio abanico <strong>de</strong> puntos <strong>de</strong> vista. Algunos, como Hooker,<br />
en a<strong>de</strong>lante un participante <strong>de</strong>stacado, dudan en aceptar plenamente cierras<br />
elementos <strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>. Otros, como el entomólogo Thomas Vernon<br />
Wollaston (1822-1878), parecen adherirse sin objeción a la t.eoría, pero<br />
la <strong>de</strong>snaturalizan con sus componendas pacificadoras. Huxley, para <strong>Darwin</strong>,<br />
todavía es un enigma. Finalmente está Lyell, el geólogo eminente...<br />
Lyell ha acogido bien las premisas y las consecuencias <strong>de</strong> la teoría.<br />
Sobre todo, teme estas últimas, a la vista <strong>de</strong> la agitación existente en<br />
los <strong>de</strong>bates públicos sobre la vinculación entre hombre y simio. Sin<br />
compartir las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>, tampoco se opone a ellas; antes bien,<br />
intenta enten<strong>de</strong>r no sólo la teoría como tal, sino la óptica evolucionista<br />
en general. En un esfuerzo <strong>de</strong> comprensión, <strong>de</strong>be repensar sus críticas<br />
TEMAS 54
lOS EXPERIMENTOS DE DARWIN .<br />
<strong>Darwin</strong> empezó con una colonia restringida <strong>de</strong> palomas, que fue enri <strong>de</strong> un largo tiempo sumergidos en agua salada. Durante meses tuvo por<br />
queciendo con diferentes razas proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> diversas partes <strong>de</strong>l mun aquí y allá, y no sólo en casa, <strong>de</strong>cenas <strong>de</strong> botellas llenas <strong>de</strong> agua salada:<br />
do. Estudiaba sus semejanzas y diferencias con el fin <strong>de</strong> establecer re a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> a sus hijos, <strong>Darwin</strong> hizo participar en este experimento, por<br />
laciones entre los grupos y remontarse hasta un posible origen común. otro lado extremadamente laborioso, a clases enteras <strong>de</strong> las parroquias<br />
Efectuaba a<strong>de</strong>más experimentos <strong>de</strong> selección, en los que llevaba a la vecinas. Algunas semillas fracasaban, pero otras resistían más allá <strong>de</strong><br />
práctica las nociones que había adquirido através <strong>de</strong> la bibliografía y la todas las previsiones y germinaban en ciertos casos <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> 80 días,<br />
relación directa con los criadores. Como le había sucedido antes con los y algunos granos <strong>de</strong> pimienta <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> cinco meses. Calculó las dis<br />
cirrípedos, se sumergió en el estudio <strong>de</strong>l material<br />
tancias que podrían recorrer en estos intervalos <strong>de</strong> tiempo las semillas<br />
que le llegaba <strong>de</strong> todas partes (esqueletos,<br />
transportadas por las corrientes. Recibió semillas tropicales, con<br />
carcasas <strong>de</strong> animales muertos, ejem<br />
sus vainas, que la corriente <strong>de</strong>l<br />
plares vivos). Pero no se limitaba a Golfo había transportado haslas<br />
palomas: realizaba, ala par,<br />
ta las costas <strong>de</strong> Noruega:<br />
experimentos con semillas, germinaron.<br />
para averiguar el modo en<br />
Pero no se <strong>de</strong>tuvo<br />
que ciertas especies vege ahí. Verificó si los granos<br />
tales habían alcanzando las podían quedar atrapados<br />
islas, separadas <strong>de</strong> la tierra en el plumaje <strong>de</strong> las aves:<br />
firme por una distancia inspeccionó el lodo pegado<br />
aveces consi<strong>de</strong>rable, y a sus patas y encontró incluso<br />
colonizarlas. larvas <strong>de</strong> animales. Hurgó en<br />
<strong>Darwin</strong> no estaba<br />
los excrementos para ver si las<br />
convencido <strong>de</strong> la existen<br />
simientes resistían a los jugos gástricos. Analizó el alimento regurgitado<br />
cia <strong>de</strong> "puentes <strong>de</strong> tierra" <strong>de</strong> tipo<br />
por las rapaces <strong>de</strong>l zoológico, a las que había ofrecido pequeños pájaros<br />
"Atlántida" que, según Lyell y otros imaginaban, habrían existido por alimentados con granos. Vio cómo germinaban semillas que habían<br />
todas partes, para <strong>de</strong>sparecer luego en las profundida<strong>de</strong>s marinas, no permanecido hasta 30 días <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l cuerpo <strong>de</strong> una paloma muerta, a<br />
sin que antes las especies continentales hubiesen llegado a las islas la que había <strong>de</strong>jado flotar en agua salada.<br />
y las poblaran. Por ese motivo se puso aestudiar los diversos medios<br />
Los resultados <strong>de</strong> todos estos experimentos eran más que suficientes<br />
potenciales <strong>de</strong> transporte <strong>de</strong> semillas. Descubrió que, contrariamente para confirmar su hipótesis: las especies continentales pue<strong>de</strong>n colonizar<br />
a lo que se pensaba, muchos granos todavía podían germinar <strong>de</strong>spués islas lejanas, incluso en ausencia <strong>de</strong> puentes <strong>de</strong> tierra.<br />
cazar animales raros que ven<strong>de</strong> luego a los coleccionistas. A principios <strong>de</strong><br />
los años cincuenta <strong>de</strong>l siglo XIX, tras haber presentado diversos informes<br />
sobre sus colecciones naturalistas y publicado un diario <strong>de</strong> viaje, inicia<br />
una correspon<strong>de</strong>ncia con <strong>Darwin</strong>. En 1854 vuelve a partir hacia las Indias<br />
orientales. Al año siguiente se publica su artículo titulado Sobre la ley que ha<br />
regulado la introducción <strong>de</strong> nuevas especies; en él Wallace presenta pruebas <strong>de</strong><br />
la evolución <strong>de</strong> las especies, pero sin explicar su mecanismo. Es Lyell quien<br />
señala el artículo a <strong>Darwin</strong>. Este último lo encuentra más bien ambiguo,<br />
pero anima por escrito a Wallace a proseguir su estudio, y le hace saber que<br />
él mismo trabaja en esas cuestiones <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace más <strong>de</strong> veinte años.<br />
La larga maduración <strong>de</strong> El origen <strong>de</strong> las especies<br />
A finales <strong>de</strong> 1857, respondiendo a Wallace, que le ha puesto al día sobre<br />
sus trabajos acerca <strong>de</strong> la distribución <strong>de</strong> las especies en las islas y que le ha<br />
preguntado sobre las noveda<strong>de</strong>s en sus proyectos, <strong>Darwin</strong> escribe: "Estoy<br />
muy contento <strong>de</strong> que estudie la distribución según una base teórica.<br />
Estoy totalmente convencido <strong>de</strong> que sin especulación no existen observaciones<br />
buenas y originales [...] Muy pocos naturalistas se preocupan <strong>de</strong><br />
cuestiones que vayan más allá <strong>de</strong> la simple <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> las especies". Y<br />
aña<strong>de</strong>: "Me pregunta si hablaré <strong>de</strong>l 'hombre'. Pienso que vaya evitar <strong>de</strong><br />
plano la cuestión, ro<strong>de</strong>ada <strong>de</strong> tantos prejuicios; aunque admito que se trata<br />
<strong>de</strong>l problema más importante y más interesante para un naturalista".<br />
Durante el fuego cruzado entre Owen y Huxley, <strong>Darwin</strong> toma una<br />
<strong>de</strong>cisión: no hará ninguna mención <strong>de</strong>l hombre en su trabajo, que progresa<br />
muy lentamente y no piensa po<strong>de</strong>r publicar antes <strong>de</strong> dos años (es<br />
64 TEMAS 54
la tercera versión <strong>de</strong> su manuscrito sobre el origen <strong>de</strong> las especies). Lyell<br />
anima a <strong>Darwin</strong> a expresarse abiertamente y le insiste que publique, al<br />
menos, ciertas partes <strong>de</strong> la teoría, por ejemplo sus experimentos con las<br />
palomas (véase el recuadro "Los experimentos <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>"). En efecto,<br />
<strong>Darwin</strong> llevaba a cabo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía tiempo una serie <strong>de</strong> experimentos para<br />
investigar, entre otras cosas, la disaibución geográfica <strong>de</strong> los organismos.<br />
Había optado por la redacción <strong>de</strong> una versión más larga y documentada,<br />
y todavía buscaba nuevas confirmaciones para sus hipótesis.<br />
En octubre <strong>de</strong> 1856, remite a Hooker los dos primeros capítulos <strong>de</strong> la<br />
nueva versión, consagrados principalmente a la variación <strong>de</strong> las especies domésticas.<br />
Al mismo tiempo, prosigue sus experimentos y establece contactos<br />
con otros científicos para obtener nuevas informaciones. Por mediación <strong>de</strong><br />
Hooker, entabla correspon<strong>de</strong>ncia con Asa Gray, botánico <strong>de</strong> Harvard que<br />
trabaja también en la distribución geográfica <strong>de</strong> las especies; en septiembre<br />
<strong>de</strong> 1857, le escribe una carta don<strong>de</strong> expone pormenorizadamente su<br />
tesis. A inicios <strong>de</strong>l año 1857, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un capítulo muy largo sobre la<br />
fecundidad y la esterilidad, empieza a escribir la parte relativa a la "lucha<br />
por la existencia" y dispone ya <strong>de</strong> cientos <strong>de</strong> páginas llenas <strong>de</strong> datos. Antes<br />
<strong>de</strong>l verano empren<strong>de</strong> la sección sobre la variación, para seguir <strong>de</strong>spués con<br />
la <strong>de</strong> la selección natural. Ha <strong>de</strong>cidido que el libro se titulará Selección<br />
natural. En marzo <strong>de</strong> 1858 están terminados diez capítulos, y estima que<br />
ya ha escrito dos tercios <strong>de</strong> la obra. No obstante, interrumpe su trabajo,<br />
como había ocurrido en diversas ocasiones, ante el empeoramiento <strong>de</strong> su<br />
salud, <strong>de</strong> su gran cansancio, así como <strong>de</strong> las preocupaciones que le provoca<br />
la salud <strong>de</strong> algunos <strong>de</strong> sus hijos.<br />
Empujado por la competencia <strong>de</strong> Wallace,<br />
<strong>Darwin</strong> se <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> a publicar<br />
El18 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1858, poco <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber retomado su trabajo, recibe<br />
<strong>de</strong> Wallace un artículo <strong>de</strong> unas veinte páginas titulado Sobre la ten<strong>de</strong>ncia<br />
<strong>de</strong> las varieda<strong>de</strong>s a apartarse in<strong>de</strong>finidamente <strong>de</strong>l tipo original. Charles<br />
3. El naturalista Alfred Russel Wallace<br />
en 1854, el año <strong>de</strong> su partida hacia Malasia.<br />
DARWIN 65
4. A la izquierda Asa Gray (1810-1888), uno <strong>de</strong><br />
los principales botánicos norteamericanos <strong>de</strong>l<br />
siglo XIX. Gracias en muy buena medida a su<br />
intermediación, la teoría <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> se divulgó<br />
en Norteamérica. A la <strong>de</strong>recha, Charles <strong>Darwin</strong><br />
en los años setenta.<br />
5. Thomas Huxley en 1857.<br />
Waring, el menor <strong>de</strong> sus hijos, fallece algunos días más tar<strong>de</strong>, con sólo<br />
dieciocho meses <strong>de</strong> vida. <strong>Darwin</strong> escribe en su Autobiografía: "Mis planes<br />
se conrrariaron, pues a principios <strong>de</strong> verano <strong>de</strong> 1858 el señor Wallace, que<br />
entonces se encontraba en el archipiélago malayo, me envió un ensayo [...]<br />
que contenía exactamente la misma teoría que la mía".<br />
Aunque no sean exactamente idénticas, ambas teorías son muy similares.<br />
Wallace trata sobre las varieda<strong>de</strong>s, la "lucha por la existencia", los ritmos<br />
<strong>de</strong> crecimiento <strong>de</strong> las poblaciones con respecto a los recursos, los cambios,<br />
aunque sean ínfimos, capaces <strong>de</strong> actuar favorable o <strong>de</strong>sfavorablemente<br />
sobre la supervivencia. Ante la docrrina <strong>de</strong> Lamarck, sostiene que sus<br />
hipótesis sobre las variaciones progresivas <strong>de</strong> las especies que resultarían<br />
<strong>de</strong> las tentativas <strong>de</strong> los animales por <strong>de</strong>sarrollar sus órganos útiles, han<br />
sido "refutadas fácilmente y en repetidas ocasiones por todos los escritores<br />
que han rratado <strong>de</strong> este tema". Y explicaba: "La jirafa no ha adquirido su<br />
largo cuello por el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> alcanzar las ramas .<strong>de</strong> los arbustos más altos<br />
y haberlo estirado constantemente con ese propósito, sino simplemente<br />
porque cualquier variedad dotada <strong>de</strong> un cuello más largo <strong>de</strong> lo usual obtenía<br />
<strong>de</strong> inmediato una fuente nueva <strong>de</strong> pasto en el mismo terreno que<br />
sus compañeras <strong>de</strong> cuello más corto, y a la primera escasez <strong>de</strong> comida<br />
podía así sobrevividas."<br />
Wallace aborda el tema <strong>de</strong> las líneas divergentes con respecto a un tipo<br />
central, <strong>de</strong> la sucesión <strong>de</strong> especies sin parentesco, <strong>de</strong> la ausencia total <strong>de</strong><br />
límites <strong>de</strong>finidos en la producción <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s cada vez más alejadas<br />
<strong>de</strong>l tipo original. Y concluye haciendo hincapié, explícitamente, en la<br />
continuidad <strong>de</strong>l proceso: "A esta progresión por medio <strong>de</strong> pequeñísimos<br />
pasos, en direcciones diversas, pero siempre contrastada y equilibrada por<br />
esas condiciones necesarias a las que ha <strong>de</strong> sujetarse la existencia para<br />
preservarse, se la podría seguir, según se cree, hasta coincidir con todos<br />
los fenómenos presentados por los seres organizados, sus extinciones y su<br />
sucesión en épocas pasadas, y todas las extraordinarias modificaciones <strong>de</strong><br />
forma, <strong>de</strong> instinto y <strong>de</strong> costumbres que exhiben". Como comenta <strong>Darwin</strong><br />
con inquietud en una carta que escribe a Lyell, si el joven WalJace hubiera<br />
leído su manuscrito, no habría podido hacer una mejor síntesis.<br />
Todo lo que es nuevo es falso, todo lo que es verda<strong>de</strong>ro ya se sabía<br />
Por consejo <strong>de</strong> Lyell y Hooker, el ensayo <strong>de</strong> Wallace, junto con un extracto<br />
<strong>de</strong>l trabajo <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> y <strong>de</strong> la carta enviada por <strong>Darwin</strong> a Asa Gray el 5 <strong>de</strong><br />
66 TEMAS 54
septiembre <strong>de</strong> 1857 (don<strong>de</strong>, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> resumir sus 0plOlOnes, ilustra e!<br />
principio <strong>de</strong> divergencia <strong>de</strong> los caracteres) se presentaron e! 1 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong><br />
1858 a la Sociedad Linneana. Estos documentos estaban precedidos por una<br />
carta <strong>de</strong> Lyell y <strong>de</strong> Hooker, que daban fe <strong>de</strong> conocer los puntos <strong>de</strong> vista <strong>de</strong><br />
<strong>Darwin</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1844, y <strong>de</strong>! hecho que su teoría no había cambiado fundamentalmente<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1839. Ambos hombres confirman a<strong>de</strong>más que <strong>Darwin</strong><br />
y Wallace "han concebido, <strong>de</strong> forma in<strong>de</strong>pendiente y con <strong>de</strong>sconocimiento<br />
mutuo, la misma ingeniosa teoría sobre la aparición y perpetuación <strong>de</strong> las<br />
varieda<strong>de</strong>s y <strong>de</strong> las formas específicas sobre nuestro planeta".<br />
La teoría se recibe con una indiferencia casi general. <strong>Darwin</strong> comentará<br />
en su Autobiografía: "Sea como sea, nuestros trabajos conjuntos atrajeron<br />
apenas la atención: e! único comentario público <strong>de</strong>! que me acuerdo sobre<br />
la cuestión fue el <strong>de</strong>! Profesor Haughton <strong>de</strong> Dublín, quien juzgó que todo<br />
lo que contenían <strong>de</strong> nuevo era falso, y todo lo que había <strong>de</strong> verda<strong>de</strong>ro<br />
era viejo. Ello viene a <strong>de</strong>mostrar cómo un punto <strong>de</strong> vista nuevo <strong>de</strong>be<br />
argumentarse largo y tendido para que <strong>de</strong>spierte e! interés público".<br />
Esta indiferencia se refleja también en el informe anual <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>nte<br />
<strong>de</strong> la Sociedad Linneana, en aquella época Thomas Bell, quien escribe:<br />
"en realidad, e! año [oo.] no se ha caracterizado por ninguno <strong>de</strong> esos <strong>de</strong>scubrimientos<br />
singulares que [oo.] revolucionan el dominio <strong>de</strong> la ciencia<br />
al que pertenecen". Esta indiferencia parece, por lo tanto, contra<strong>de</strong>cir la<br />
tesis según la cual <strong>Darwin</strong>, igual que Wallace, tan sólo habrían expresado<br />
y sistematizado lo que ya se "respiraba en el aire". El mismo Wallace, que<br />
se alejará en a<strong>de</strong>lante <strong>de</strong> las posiciones <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>, afirmó siempre que la<br />
teoría <strong>de</strong> la selección natural es exclusivamente obra <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> y que su<br />
propio ensayo "nunca habría convencido a nadie o, como mucho, habría<br />
sido tachado <strong>de</strong> especulación ingeniosa, mientras que su obra revoluciona<br />
el estudio <strong>de</strong> la historia natural". El único mérito que reconocía e! buen<br />
Wallace era e! <strong>de</strong> haber empujado indirectamente a <strong>Darwin</strong> a que escribiera<br />
y publicara pronto su obra.<br />
DARWIN<br />
6. Según lamarck, las jirafas adquirían un largo<br />
cuello para llegar mejor a las hojas altas <strong>de</strong><br />
los árboles, lo que constituía un progreso para<br />
esos animales. En opinión <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>, las jirafas<br />
con un cuello largo se alimentan <strong>de</strong> las hojas<br />
altas que sus congéneres no pue<strong>de</strong>n alcanzar;<br />
<strong>de</strong> tal modo sobreviven y se reproducen mejor<br />
en tiempos <strong>de</strong> escasez, al seleccionarse dicho<br />
carácter.<br />
67
3. Ilustración extraída <strong>de</strong> los Estudios sobre<br />
los glaciares, <strong>de</strong> louis Agassiz, don<strong>de</strong> éste<br />
avanzaba la hipótesis <strong>de</strong> la existencia <strong>de</strong> un<br />
"período glacial" en el pasado.<br />
4. louis Agassiz (1807-1873) fue uno <strong>de</strong> los<br />
adversarios más acérrimos <strong>de</strong> la teoría<br />
<strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>.<br />
70<br />
concepto <strong>de</strong> especie no es más que una aplicación concreta<br />
<strong>de</strong> un problema fundamental <strong>de</strong> lógica y <strong>de</strong> teoría <strong>de</strong>l conocimiento.<br />
No obstante, en el contexto <strong>de</strong> la formulación <strong>de</strong><br />
las teorías biológicas, y en particular <strong>de</strong> la teoría evolucionista,<br />
la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> especie es crucial, el objeto, todavía<br />
hoy, <strong>de</strong> ásperas disputas que la teoría <strong>de</strong> la evolución no<br />
ha conseguido resolver o que incluso ha empeorado. Justo<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la publicación <strong>de</strong> El origen <strong>de</strong> las especies, uno<br />
<strong>de</strong> los adversarios más encarnizados <strong>de</strong> la teoría darwinista,<br />
Louis Agassiz, señaló: "Me parece que hay una gran confusión<br />
en la tesis general <strong>de</strong> la variabilidad <strong>de</strong> las especies,<br />
sobre la que se insiste tanto últimamente. Si las especies no<br />
existen, como sostienen los partidarios <strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong> la<br />
transmutación, entonces ¿cómo pue<strong>de</strong>n variar?".<br />
Según otros intérpretes, <strong>Darwin</strong> era consciente <strong>de</strong> la dificultad<br />
y habría evitado <strong>de</strong>liberadamente cualquier intento<br />
<strong>de</strong> re<strong>de</strong>finición. Al utilizar la noción <strong>de</strong> "especie" <strong>de</strong>finida<br />
por los naturalistas <strong>de</strong> la época, <strong>Darwin</strong> confirmaba que<br />
no se podía distinguir la palabra "especie" <strong>de</strong> la palabra "variedad"; y <strong>de</strong><br />
este modo se mostró partidario <strong>de</strong> una evolución divergente, don<strong>de</strong> las<br />
varieda<strong>de</strong>s no son más que especies que se están formando. La atención<br />
se centraba entonces en esas diferencias individuales, pequeñas y muy<br />
numerosas, que siempre habían molestado a los sistemáticos, pero que<br />
constituían, según <strong>Darwin</strong>, la materia bruta <strong>de</strong> la evolución:<br />
Nadie supone que todos los individuos <strong>de</strong> la misma especie estén fundidos<br />
absolutamente en el mismo mol<strong>de</strong>. li<strong>de</strong>s diferencias individuales revisten<br />
la mayor importancia para nosotros, porque frecuentemente, como es muy<br />
conocido <strong>de</strong> todo el mundo, son hereditarias, y aportan así materiales<br />
para que la selección natural opere sobre ellas y las acumule, <strong>de</strong> la misma<br />
manera que el hombre acumula en una dirección dada las diferencias<br />
individuales <strong>de</strong> sus producciones domésticas.<br />
¡Ahí está! Esas pocas líneas contienen la esencia <strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong> la evolución.<br />
Pero <strong>Darwin</strong> prosigue, imperturbable, comentando las dificulta<strong>de</strong>s a<br />
las que hace frente el naturalista sistemático para <strong>de</strong>tectar las diferencias y<br />
distinguir entre especie y variedad. Con este propósito, introduce algunos<br />
ejemplos, documenta casos particulares, repite y aclara sus tesis:<br />
El paso <strong>de</strong> un grado <strong>de</strong> diferencia a otro pue<strong>de</strong> ser en muchos casos<br />
el simple resultado <strong>de</strong> la naturaleza <strong>de</strong>l organismo y <strong>de</strong> las diferentes<br />
condiciones físicas a que haya estado expuesto largo tiempo; pero, por lo<br />
que se refiere a los caracteres más importantes y adaptativos, el paso <strong>de</strong><br />
un grado <strong>de</strong> diferencia a otro pue<strong>de</strong> atribuirse con seguridad a la acción<br />
acumulativa <strong>de</strong> la selección natural [...] y a los resultados <strong>de</strong> un mayor<br />
uso o <strong>de</strong>suso <strong>de</strong> sus partes. A una variedad bien caracterizada se la pue<strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>nominar, por lo tanto, especie incipiente.<br />
El tercer capítulo trata <strong>de</strong> la "lucha por la existencia". <strong>Darwin</strong> se refiere<br />
aquí a De Candolle, a Lyell y a Malthus, con su principio <strong>de</strong>l aumento en<br />
progresión geométrica <strong>de</strong>l número <strong>de</strong> organismos, según el cual "[...] nacen<br />
muchos más individuos <strong>de</strong> los que pue<strong>de</strong>n sobrevivir, y [...], en consecuencia,<br />
<strong>de</strong>be haber una lucha por la existencia que se repite con frecuencia", sea con<br />
otros individuos <strong>de</strong> la misma especie, sea con las condiciones físicas <strong>de</strong> la<br />
vida. Plantea unos ejemplos para <strong>de</strong>mostrar las interacciones complejas y a<br />
veces insospechables entre los seres vivos. En virtud <strong>de</strong> la lucha interespecífica<br />
y, sobre todo, en el seno <strong>de</strong> una misma especie, <strong>Darwin</strong> explica:<br />
TEMAS 54
Las variaciones, por ligeras que sean y cualquiera que sea la causa <strong>de</strong><br />
que procedan, si son en algún grado provechosas a los individuos <strong>de</strong> una<br />
especie en sus relaciones infinitamente complejas con otros seres orgánicos<br />
y con sus condiciones físicas <strong>de</strong> vida, ten<strong>de</strong>rán a la conservación <strong>de</strong> estos<br />
individuos y serán, en general, heredadas por la <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia [...]. He<br />
llamado a este principio, por el cual toda ligera variación, si es útil, se<br />
conserva, con el nombre <strong>de</strong> selección natural, a fin <strong>de</strong> señalar su relación<br />
con la facultad <strong>de</strong> selección <strong>de</strong>l hombre; pero la expresión, frecuentemente<br />
usada por el señor Herbert Spencer, <strong>de</strong> supervivencia <strong>de</strong> los más aptos es<br />
más exacta y a veces igualmente conveniente.<br />
"Selección natural" se transforma en "supervivencia <strong>de</strong>l más apto"<br />
Algunos han sostenido que a taíz <strong>de</strong> las acusaciones <strong>de</strong> antropomorfismo<br />
dirigidas contra la expresión "selección natural", <strong>Darwin</strong> adoptó en<br />
las últimas ediciones <strong>de</strong> El origen <strong>de</strong> las especies la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> Spencer,<br />
"supervivencia <strong>de</strong>l más apto" (survival 01 the fittest). La elección fue<br />
<strong>de</strong>safortunada por más <strong>de</strong> un motivo. En primer lugar, abría un nuevo<br />
frente <strong>de</strong> polémica, con quienes se preguntaban si la teoría <strong>de</strong> la selección<br />
natural no seria más que una vana tautología: los que sobreviven son los<br />
más aptos, pero los más aptos ¿no son precisamente los que sobreviven?<br />
A<strong>de</strong>más, el paralelismo con el pensamiento <strong>de</strong> Spencer no aclaraba apenas<br />
el concepto <strong>de</strong> la evolución <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>. Por otro lado, este último no<br />
tenía a Spencer en muy alta estima, e incluso escribió en su Autobiografía:<br />
"Sus conclusiones nunca me han convencido [...]. Sus generalizaciones<br />
fundamentales [...] quizá son, me atrevería a <strong>de</strong>cir, muy valiosas <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
un punto <strong>de</strong> vista filosófico, pero <strong>de</strong> tal naturaleza, que no me parece<br />
que tengan ninguna utilidad estrictamente científica".<br />
En efecto, Spencer concebía la evolución como un progreso, un <strong>de</strong>sarrollo<br />
<strong>de</strong> lo homogéneo hacia lo heterogéneo, un <strong>de</strong>spliegue <strong>de</strong> posibilida<strong>de</strong>s; para<br />
fundamentar su i<strong>de</strong>a, empleaba la analogía con la ontogénesis, es <strong>de</strong>cir, el<br />
<strong>de</strong>sarrollo, el crecimiento, <strong>de</strong> los individuos. Tal era el sentido habitual <strong>de</strong>l<br />
término "evolución"; se entien<strong>de</strong> mejor ahora que <strong>Darwin</strong> prefiriera referirse a<br />
veces a la "<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia con modificaciones". A<strong>de</strong>más, el interés por la evolución<br />
manifestado por Spencer había nacido en el terreno <strong>de</strong> la teoría social y<br />
se había inspirado en el lamarckismo, confirmándose así una vez más el cruce<br />
entre este último y la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> progreso. Por lo tanto, no es <strong>de</strong> extrañar que<br />
<strong>de</strong> la confusión entre darwinismo biológico y evolucionismo social surgiera<br />
una confusión interpretativa, bien reflejada en la etiqueta <strong>de</strong> "dalwinismo<br />
social", con todas las consecuencias a las que ya hemos aludido.<br />
Con más motivo, <strong>Darwin</strong> insistía: "Debo advertir ante todo que uso<br />
esta expresión [lucha por la existencia] en un sentido amplio y metafórico,<br />
que incluye la <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> un ser respecto <strong>de</strong> otro, e incluye -lo<br />
que es más importante- no sólo la vida <strong>de</strong>l individuo, sino también<br />
el éxito al <strong>de</strong>jar <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia". Sin embargo, ello no bastará para evitar<br />
la interpretación "agresiva" <strong>de</strong>l darwinismo, según la cual <strong>Darwin</strong> es el<br />
teórico <strong>de</strong> una naturaleza "roja <strong>de</strong> sangre en dientes y garras", conforme<br />
a la expresión <strong>de</strong> Alfred Tennyson en el poema In memoriam (1850),<br />
es <strong>de</strong>cir, un mundo don<strong>de</strong> los organismos, para sobrevivir, no pue<strong>de</strong>n<br />
más que luchar y matarse entre ellos. No obstante, la argumentación <strong>de</strong><br />
<strong>Darwin</strong> se <strong>de</strong>sarrolla esencialmente en torno a la dimensión ecológica y a<br />
la distribución geográfica <strong>de</strong> los organismos:<br />
De dos cánidos, en tiempo <strong>de</strong> hambre, pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse verda<strong>de</strong>ramente que<br />
luchan entre sí por cuál conseguirá comer o vivir; pero <strong>de</strong> una planta en<br />
el límite <strong>de</strong> un <strong>de</strong>sierto se dice que lucha por la vida contra la sequedad,<br />
aunque más propio sería <strong>de</strong>cir que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> la humedad. De una<br />
5. Herbert Spencer (1820-1903) concebía<br />
la evolución como un progreso, una<br />
complejificación creciente <strong>de</strong> lo homogéneo<br />
a lo heterogéneo. <strong>Darwin</strong> no manifestaba<br />
ningún interés en esa i<strong>de</strong>a, ni nunca empleó el<br />
término <strong>de</strong> evolución en la primera edición <strong>de</strong><br />
El origen <strong>de</strong> las especies; prefería la expresión<br />
"<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia con modificaciones".<br />
DARWIN 71
..lJl/hmpo.'/f1Iú'.Il:.·/(¡f/.<br />
6. El árbol genealógico <strong>de</strong>l hombre, tal<br />
como lo representó el naturalista alemán, y<br />
darwinista convencido, Ernst Haeckel en su<br />
obra Anthropogenie, a finales <strong>de</strong>l siglo XIX. Este<br />
árbol engloba todo el reino animal; el hombre<br />
se encuentra por casualidad en la rama central<br />
más alta... aunque la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> progreso sea<br />
ajena a la evolución darwiniana.<br />
planta que produce anualmente un millar <strong>de</strong> semillas, <strong>de</strong> las que, por<br />
término medio, sólo una llega a completo <strong>de</strong>sarrollo, pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse, con<br />
más exactitud, que lucha con las plantas <strong>de</strong> la misma clase o <strong>de</strong> otras<br />
que ya cubrían el suelo.<br />
A pesar <strong>de</strong> ello, muchos aceptarán o no el darwinismo según suscriban o<br />
no un mo<strong>de</strong>lo socioeconómico basado en la rivalidad y la competencia.<br />
<strong>Darwin</strong> <strong>de</strong>dica un capítulo emero <strong>de</strong> El origen <strong>de</strong> las especies a aclarar<br />
los malemendidos relativos a la expresión "selección natural":<br />
Algunos hasta han imaginado que la selección natural produce la variabilidad,<br />
cuando en realidad implica solamente la conservación <strong>de</strong> las<br />
variaciones que aparecen y benefician al ser, dadas sus condiciones <strong>de</strong><br />
vida [oo.]; y hasta se ha argiiido que, como las plantas no tienen voluntad,<br />
¡la selección natural no les es aplicable! En el sentido literal <strong>de</strong> la palabra,<br />
indudablemente, selección natural es una expresión falsa; pero ¿quién ha<br />
puesto alguna vez un reparo a los químicos que hablan <strong>de</strong> las afinida<strong>de</strong>s<br />
electivas <strong>de</strong> los diferentes elementos? [oo.] Se ha dicho que yo hablo <strong>de</strong> la<br />
selección natural como <strong>de</strong> una potencia activa o divinidad; pero, ¿quién<br />
pone algún reparo a un autor que habla <strong>de</strong> la atracción <strong>de</strong> la gravedad<br />
como si regulase los movimientos <strong>de</strong> los planetas? Todos sabemos lo que<br />
se entien<strong>de</strong> por tales expresiones metafóricas y qué implican; y son casi<br />
necesarias para la brevedad. Del mismo modo, a<strong>de</strong>más, es difícil evitar<br />
el personificar la palabra Naturaleza; pero por Naturaleza quiero <strong>de</strong>cir<br />
sólo la acción y el resultado totales <strong>de</strong> muchas leyes naturales y por leyes,<br />
la sucesión <strong>de</strong> hechos, en cuanto son conocidos por nosotros.<br />
<strong>Darwin</strong> quiere evitar cualquier imerpretación <strong>de</strong> tipo finalista: ningún<br />
propósito, ninguna volumad consciente, ninguna fuerza misteriosa guía<br />
el proceso <strong>de</strong> la selección.<br />
El árbol <strong>de</strong> las especies<br />
En este comexto, <strong>Darwin</strong> imroduce brevememe un tema que profundizará<br />
en La ascen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l hombre (1871), la selección sexual: "Esta forma <strong>de</strong><br />
selección <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>, no <strong>de</strong> una lucha por la existencia en relación con otros<br />
seres orgánicos o con las condiciones externas, sino <strong>de</strong> una lucha entre<br />
los individuos <strong>de</strong> un sexo -generalmente, los machos- por la posesión<br />
<strong>de</strong>l otro sexo. El resultado no es la muerte <strong>de</strong>l competidor <strong>de</strong>safortunado,<br />
sino el que <strong>de</strong>ja poca o ninguna <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia".<br />
La selección natural pue<strong>de</strong> dar lugar a la extinción o a la divergencia <strong>de</strong><br />
los caracteres. <strong>Darwin</strong> introduce esta i<strong>de</strong>a para explicar cómo "en la economía<br />
general <strong>de</strong> un país, cuamo más extensa y perfectameme diversificados<br />
para diferemes costumbres estén los animales y plamas, tamo mayor será<br />
el número <strong>de</strong> individuos que puedan mamenerse". Extinción y divergencia<br />
<strong>de</strong> caracteres se representan precisameme en el único diagrama que figura<br />
en toda la obra. Se trata <strong>de</strong> una esquematización puramente teórica <strong>de</strong> la<br />
<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia con modificación <strong>de</strong> las especies, durante extensos períodos<br />
<strong>de</strong> tiempo, que ilustra cómo "esas ventajas <strong>de</strong>rivadas <strong>de</strong> la divergencia <strong>de</strong><br />
caracteres tien<strong>de</strong>n a producirse cuando se combinan con la. selección<br />
natural y la extinción". Este diagrama no es más que una clasificación<br />
genealógica don<strong>de</strong> se ponen <strong>de</strong> manifiesto las relaciones <strong>de</strong> subordinación<br />
<strong>de</strong> [os diversos grupos <strong>de</strong> organismos.<br />
[oo.] Las varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> una misma especie, muy estrechamente relacionadas<br />
entre sí; las especies <strong>de</strong>l mismo género, menos relacionadas y <strong>de</strong><br />
modo <strong>de</strong>sigual, formando secciones o subgéneros; las especies <strong>de</strong> géneros<br />
distintos, mucho menos relacionadas; y los géneros, relacionados en gra<br />
72 TEMAS 54
7. los mecanismos responsables <strong>de</strong> la<br />
variación <strong>de</strong> los organismos vivos eran<br />
totalmente <strong>de</strong>sconocidos para <strong>Darwin</strong> y sus<br />
contemporáneos. las leyes <strong>de</strong> la herencia<br />
<strong>de</strong>scubiertas hacia los años 1860 por el padre<br />
Gregor Men<strong>de</strong>l (1822-1884) aportaron una<br />
primera explicación, pero permanecieron<br />
durante mucho tiempo ignoradas. En esta<br />
fotografía, tomada en el monasterio <strong>de</strong><br />
Altbrünn, Men<strong>de</strong>l es el tercero por la <strong>de</strong>recha.<br />
inheritance): que los hijos presentan caracteres intermedios con<br />
respecro a los <strong>de</strong> sus padres es una i<strong>de</strong>a casi universalmente<br />
aceptada. El mismo <strong>Darwin</strong> simpatiza con este concepro,<br />
a pesar <strong>de</strong> plantear importantes problemas<br />
a su teoría <strong>de</strong> las variaciones hereditarias. Estas<br />
se "diluirían" con los sucesivos cruzamienros,<br />
como apunta Henry ]enkin, profesor <strong>de</strong> la<br />
Universidad <strong>de</strong> Glasgow, en 1867. En efecro,<br />
si en un bote <strong>de</strong> pintura blanca se vierten<br />
algunas gotas <strong>de</strong> pintura negra (la variación)<br />
se obtiene pintura gris, <strong>de</strong> la que ya no se<br />
podrá recuperar el color negro puro; y si,<br />
a continuación se diluyen algunas gotas <strong>de</strong><br />
esta mezcla en pintura blanca, la modificación<br />
<strong>de</strong> color está <strong>de</strong>stinada a <strong>de</strong>saparecer. La<br />
objeción está bien fundamentada. <strong>Darwin</strong> es<br />
perfectamente consciente <strong>de</strong> ello, como también<br />
lo es <strong>de</strong> otros interrogantes que se <strong>de</strong>rivan <strong>de</strong> su<br />
teoría, a cuyo análisis <strong>de</strong>dica el sexto capítulo <strong>de</strong> EL<br />
origen <strong>de</strong> las especies. Recor<strong>de</strong>mos también que ulteriormente<br />
añadirá un capítulo como complemento a su obra, en<br />
respuesta a las críticas que se le formularon.<br />
En cuanto a las causas <strong>de</strong> las variaciones, <strong>Darwin</strong> insiste en aclarar la<br />
expresión "<strong>de</strong>bidas a la casualidad" que había utilizado para calificarlas (la<br />
biología evolucionista mo<strong>de</strong>rna utiliza la expresión "mutación aleatoria").<br />
El término "aleatorio" no significa aquí una ausencia <strong>de</strong> causas; significa<br />
solamente que cualesquiera que sean las causas <strong>de</strong> la mutación, ésta no<br />
constituye una respuesta <strong>de</strong>l patrimonio hereditario en vistas a una mejor<br />
adaptación <strong>de</strong>l organismo a su entorno. Dicho <strong>de</strong> otro modo, la mutación<br />
no va necesariamente en la misma dirección que las modificaciones <strong>de</strong>l<br />
medio y no resuelve los problemas que éste provoca en el organismo. En<br />
este sentido preciso es aleatoria, pues no persigue ningún fin. La selección<br />
sólo intervendrá a posteriori y la someterá a examen, conservando o eliminando<br />
lo que, según las circunstancias, será útil o perjudicial al individuo<br />
y, por consiguiente, a la especie.<br />
<strong>Darwin</strong> tiene motivos <strong>de</strong> sobra para temer ser mal interpretado y ver su<br />
discurso recaet en un marco provi<strong>de</strong>ncialista y finalista. Por eso se mantiene<br />
en precisar que "<strong>de</strong>bidas a la casualidad" es "una expresión completamente<br />
incorrecta", pero tiene la ventaja <strong>de</strong> reflejar nuestra ignorancia sobre las<br />
"causas <strong>de</strong> cada variación particular".<br />
Sin embargo, intenta i<strong>de</strong>ntificar las causas posibles <strong>de</strong> estas variaciones,<br />
examinando "las condiciones <strong>de</strong> vida a las que ha estado sometida cada<br />
especie durante varias generaciones sucesivas". No obstante, enseguida<br />
hace notar que se podrían dar "ejemplos <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s semejantes producidas<br />
por una misma especie en condiciones <strong>de</strong> vida tan diferentes como<br />
puedan concebirse", y por el contrario, "<strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s diferentes producidas<br />
en condiciones externas iguales al parecer". Consi<strong>de</strong>raciones tales como<br />
éstas le inclinaron "a atribuir menos importancia a la acción directa <strong>de</strong><br />
las condiciones ambientales que a una ten<strong>de</strong>ncia a vatiar <strong>de</strong>bida a causas<br />
que ignoramos por completo".<br />
<strong>Darwin</strong> escribe también que no cabe duda <strong>de</strong> que "el uso ha fortalecido<br />
y <strong>de</strong>sarrollado ciertos órganos en los animales domésticos, <strong>de</strong> que el<br />
<strong>de</strong>suso los ha hecho disminuir y <strong>de</strong> que estas modificaciones son hereditarias".<br />
Y cita, entre arras cosas, la atrofia <strong>de</strong> los ojos <strong>de</strong>l topo y <strong>de</strong> las<br />
alas <strong>de</strong>l avestruz, cuyas patas están muy <strong>de</strong>sarrolladas. También evoca la<br />
acción <strong>de</strong>l clima, en particular sobre las plantas, y las variaciones correlacionadas<br />
<strong>de</strong> las diferentes partes <strong>de</strong>l organismo, sobre todo durante el<br />
74 TEMAS 54
11. Dos varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> gallos, presentados en La<br />
variación <strong>de</strong> los animales y las plantas bajo la<br />
acción <strong>de</strong> la domesticación.<br />
78<br />
La i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la evolución se impuso fácilmente,<br />
no así la <strong>de</strong> la selección natural<br />
En el séptimo capítulo <strong>de</strong> EL origen <strong>de</strong> las especies, añadido en la sexta<br />
edición <strong>de</strong> 1872, <strong>Darwin</strong> respon<strong>de</strong> a otras críticas, en particular, al ataque<br />
<strong>de</strong>l zoólogo inglés Jackson Saint-Georges Mivart (1827-1900). Inicialmente<br />
favorable a las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>, Mivart había adoptado <strong>de</strong>spués una dura<br />
actitud crítica. Había atacado la selección natural en una obra publicada en<br />
1871, cuyo título, Génesis <strong>de</strong> las especies, <strong>de</strong>cía mucho sobre las intenciones<br />
<strong>de</strong> su autor. En efecto, Mivart reafirmaba su fe en el po<strong>de</strong>r divino y objetaba<br />
a <strong>Darwin</strong>, entre otras cosas, que la selección natural no explicaba la<br />
aparición <strong>de</strong> nuevas estructuras útiles para el organismo (véase el recuadro<br />
"Mivart, <strong>Darwin</strong> y los ojos <strong>de</strong> los peces planos").<br />
Refiriéndose a numerosos casos, <strong>Darwin</strong> <strong>de</strong>muestra cómo las costumbres,<br />
el uso y la correspon<strong>de</strong>ncia entre gradaciones <strong>de</strong> estructura y cambios <strong>de</strong><br />
función explican, en términos <strong>de</strong> selección natural, la adquisición progresiva<br />
<strong>de</strong> estructuras nuevas. En su réplica a Mivart, no vacila en utilizar los dos<br />
únicos ejemplos que tomó <strong>de</strong>l reino vegetal: la estructura <strong>de</strong> las flores <strong>de</strong><br />
las orquí<strong>de</strong>as y los movimientos <strong>de</strong> las plantas trepadoras. <strong>Darwin</strong> había<br />
<strong>de</strong>dicado a la cuestión dos trabajos, publicados tras la primera edición <strong>de</strong><br />
El origen <strong>de</strong> las especies.<br />
En La fecundaci6n <strong>de</strong> !as orquí<strong>de</strong>as por los insectos y los buenos resultados <strong>de</strong>l<br />
cruzamiento (1862), explicaba las ventajas <strong>de</strong> la fecundación cruzada e ilustraba<br />
cómo habían <strong>de</strong>sarrollado las orquí<strong>de</strong>as estructuras extraordinariamente<br />
adaptadas para atraer a los insectos en su provecho. En Los movimientos y<br />
los hábitos <strong>de</strong> las plantas trepadoras (1864), <strong>de</strong>scribía las diversas estrategias<br />
adoptadas por las plantas para "alcanzar la luz y el aire libre con el mínimo<br />
consumo <strong>de</strong> materia orgánica posible". Ambos estudios, más allá <strong>de</strong><br />
las numerosas informaciones que incluían, confirmaban el nuevo esquema<br />
explicativo <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>... y constituyeron <strong>de</strong> Jacto un ataque frontal contra la<br />
i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l Diseñador inteligente. No es sorpren<strong>de</strong>nte, pues, que se convirtieran<br />
en el punto <strong>de</strong> mira polémico <strong>de</strong> los críticos, que si bien habían reconocido<br />
la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> evolución, no podían <strong>de</strong>shacerse <strong>de</strong> una concepción metafísica<br />
<strong>de</strong> la naturaleza en provecho <strong>de</strong> una concepción materialista, ni abandonar<br />
la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> un arquitecto divino por la <strong>de</strong> un proceso ciego y mecanicista.<br />
En este sentido, no es la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la evolución en sí la que encontró los<br />
mayores obstáculos (en realidad, se afirmó y extendió con una rapi<strong>de</strong>z notable),<br />
sino la <strong>de</strong> la selección natural. La evolución se convirtió pronto en<br />
"un hecho", mientras que la selección se mantuvo durante mucho tiempo<br />
como "una hipótesis" (por lo <strong>de</strong>más peligrosa), término por el que se <strong>de</strong>jaba<br />
filtrar <strong>de</strong>liberadamente la i<strong>de</strong>a negativa <strong>de</strong> especulación no científica y no<br />
fundamentada en los hechos. Por lo tanto, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un punto <strong>de</strong> vista histórico<br />
es impru<strong>de</strong>nte emplear los términos "darwinismo" y "evolucionismo"<br />
como sinónimos. Muchos, entre ellos el círculo restringido <strong>de</strong> amigos <strong>de</strong><br />
<strong>Darwin</strong>, se <strong>de</strong>claraban evolucionistas, pero al mismo tiempo rechazaban<br />
ciertos elementos característicos <strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>.<br />
Incluso el gradualismo darwinista recibió <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un principio duras críticas,<br />
ya que atacaba la concepción existencialista y discreta <strong>de</strong>l mundo vivo.<br />
Fue así cómo, en contra <strong>de</strong> la evolución gradual teorizada por <strong>Darwin</strong><br />
(pequeñas variaciones aleatorias sometidas a la acción <strong>de</strong> la selección acaban<br />
por modificar las especies y originar otras nuevas), se afirmó la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong><br />
una evolución "por saltos", en la que las variaciones gran<strong>de</strong>s dan lugar a<br />
la formación <strong>de</strong> especies nuevas.<br />
La evolución por saltos, ¡una utopía!: Natura non facit sa/tus<br />
Se ha argumentado que existía una razón concreta para preferir la evolución<br />
por saltos a la evolución gradual: la primera permitía preservar la discontinuidad<br />
entre las especies y salvaguardar, aunque in extremis, la <strong>de</strong>finición<br />
TEMAS 54
esencialista <strong>de</strong> la especie. Sin embargo Leibniz ya había afirmado que "la<br />
Nacuraleza no crea ni especies ni géneros toralmente separados: entre ellos<br />
hay siempre algunas formas intermedias".<br />
Por otro lado, <strong>Darwin</strong> es muy claro sobre este punto. En su réplica<br />
a Mivarr, en la última edición <strong>de</strong> El origen <strong>de</strong> las especies, reafirma su<br />
posición:<br />
El señor Mivart, a<strong>de</strong>más, se inclina a opinar, y algunos naturalistas están<br />
<strong>de</strong> acuerdo con él, que las especies nuevas se manifiestan "súbitamente y<br />
por modificaciones que aparecen <strong>de</strong> una vez". [...] Piensa que es dificil<br />
creer que el ala <strong>de</strong> un ave se <strong>de</strong>sarrollase <strong>de</strong> otro modo que por una modificación<br />
'í-elativamente súbita <strong>de</strong> carácter señalado e importante" [...].<br />
Esta conclusión, que implica gran<strong>de</strong>s interrupciones o discontinuidad en<br />
las series, me parece sumamente improbable [...]. Según nuestra experiencia,<br />
las variaciones bruscas y muy marcadas se presentan en nuestras<br />
producciones domésticas aisladamente y a intervalos <strong>de</strong> tiempo bastante<br />
largos. Si esto ocurriese en estado natural, las variaciones estarían expuestas,<br />
como se explicó anteriormente, a per<strong>de</strong>rse por causas acci<strong>de</strong>ntales <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>strucción y por cruzamientos sucesivos, y sabemos que esto ocurre en<br />
estado doméstico, a menos que las variaciones bruscas <strong>de</strong> esta clase sean<br />
especialmente conservadas y separadas por el cuidado <strong>de</strong>! hombre.<br />
<strong>Darwin</strong> menciona el aislamiento en tanto que elemento esencial para la<br />
formación <strong>de</strong> razas domésticas. No obstante, contrariamente a las primeras<br />
formulaciones <strong>de</strong> su teoría, tien<strong>de</strong> a subestimar su papel en la nacuraleza.<br />
Este puntO consticuye, por otro lado, la causa <strong>de</strong> un <strong>de</strong>bate importante,<br />
incluido en el seno <strong>de</strong> la biología evolucionista mo<strong>de</strong>rna, en cuanto al<br />
papel primordial <strong>de</strong>l aislamiento geográfico en la formación <strong>de</strong> las especies<br />
nuevas. La posición <strong>de</strong>fendida por <strong>Darwin</strong> sobre el gradualismo y la<br />
importancia <strong>de</strong> la selección es clara y categórica. Véase cómo concluye el<br />
capículo consagrado a las objeciones formuladas contra su teoría:<br />
El que crea que alguna forma antigua, mediante una ten<strong>de</strong>ncia o fuerza<br />
interna, se transformó <strong>de</strong> repente, por ejemplo, en otra provista <strong>de</strong> alas,<br />
estará casi obligado a admitir, en oposición a toda analogía, que variaron<br />
simultáneamente muchos individuos. [...] Estará, a<strong>de</strong>más, obligado a creer<br />
que se han producido repentinamente muchas conformaciones admirablemente<br />
adaptadas a todas las otras partes <strong>de</strong>l mismo ser y a las condiciones<br />
ambientes; y no podrá presentar ni una sombra <strong>de</strong> explicación <strong>de</strong> estas<br />
complejas y portentosas adaptaciones. [...] Admitir todo esto es, a mi parecer,<br />
entrar en las regiones <strong>de</strong>l milagro y abandonar las <strong>de</strong> la <strong>Ciencia</strong>.<br />
<strong>Darwin</strong> aborda a continuación la cuestión <strong>de</strong>l instinto. Empren<strong>de</strong>r el<br />
escudio <strong>de</strong>l comportamiento es una <strong>de</strong>cisión indudablemente <strong>de</strong>licada y<br />
afirma no tener "la intención <strong>de</strong> investigar el origen <strong>de</strong> las faculta<strong>de</strong>s mentales".<br />
Según una estrategia muy similar a la adoptada para el concepto <strong>de</strong><br />
especie, <strong>de</strong>clara que no intentará dar <strong>de</strong>finición alguna <strong>de</strong>l instinto, y se<br />
limita a explicar: "Comúnmente se dice que es instintivo un acto ejecutado<br />
por un animal, especialmente si es un animal muy joven, sin experiencia,<br />
y cuando es realizado <strong>de</strong>! mismo modo por muchos individuos, sin que<br />
conozcan para qué fin se ejecuta". De este modo aplica al origen <strong>de</strong> los<br />
instintos e! mismo mecanismo que opera en la evolución en general:<br />
No sé ver dificultad alguna en que la selección natural conservase y acumulase<br />
continuamente variaciones <strong>de</strong>l instinto hasta cualquier grado que<br />
fuese provechoso. Así es, a mi parecer, cómo se han originado todos los<br />
instintos más complicados y maravitlosos. No dudo que ha ocurrido con los<br />
DARWIN<br />
12. Zarcillo <strong>de</strong> una planta trepadora que<br />
se enrosca en el tallo <strong>de</strong> otra planta. En<br />
Los movimientos y hábitos <strong>de</strong> las plantas<br />
trepadoras (1864), <strong>Darwin</strong> <strong>de</strong>scribía las<br />
diversas estrategias adoptadas por las plantas<br />
para alcanzar la luz y el aire libre utilizando la<br />
menor cantidad posible <strong>de</strong> materia orgánica..<br />
13. Las flores <strong>de</strong> las orquí<strong>de</strong>as poseen<br />
estructuras que parecen especialmente<br />
adaptadas para atraer a los insectos<br />
polinizadores. <strong>Darwin</strong> se centró en esta<br />
cuestión en su obra La fecundación <strong>de</strong> las<br />
orquí<strong>de</strong>as por los ínsectos y los buenos<br />
resultados <strong>de</strong>l cruzamiento, publicado en 1862.<br />
Abajo, una flor <strong>de</strong>l género Ophrys, sp.<br />
79
El origen<br />
<strong>de</strong> la mente<br />
Deberá proyectarse "mucha luz sobre el origen <strong>de</strong>l hombre y su historia':<br />
concluye <strong>Darwin</strong> en El origen <strong>de</strong> las especies. Tras un largo silencio,<br />
abordará esta <strong>de</strong>licada cuestión en 1870<br />
1. Una caricatura <strong>de</strong>l obispo <strong>de</strong> Oxford, Samuel<br />
Wilberforce, apodado "el untuoso Sam", uno<br />
<strong>de</strong> los protagonistas <strong>de</strong>l legendario, y en parte<br />
filosófico, <strong>de</strong>bate <strong>de</strong> Oxford sobre la teoría <strong>de</strong><br />
la evolución.<br />
82<br />
SaJvo algunas alusiones, e! hombre es e! gran ausente <strong>de</strong> El origen<br />
<strong>de</strong> las especies. <strong>Darwin</strong> ha eludido <strong>de</strong>liberadamente este tema. Sin<br />
duda, no se trataba únicamente <strong>de</strong> una maniobra táctica que pretendía<br />
evitar problemas, como había escrito en una carta a Wallace<br />
mencionada anteriormente. Algunos vieron en ello una <strong>de</strong>cisión polémica,<br />
coherente con e! antiantropocentrismo <strong>de</strong>! naturalista: omitir e! hombre en<br />
El origen <strong>de</strong> las especies equivalía a negarle un pape! central, a sobrenten<strong>de</strong>r<br />
que las leyes válidas para e! resto <strong>de</strong> seres vivos se le podían aplicar sin<br />
una distinción particular.<br />
Sin embargo, otros extraerán a su conveniencia conclusiones inevitables<br />
y avivarán e! <strong>de</strong>bate. Recuér<strong>de</strong>se que e! año anterior a la publicación<br />
<strong>de</strong> El origen <strong>de</strong> las especies, la discusión entre Owen y Huxley<br />
sobre e! hippocampus minor, conocido en términos populares como la<br />
polémica sobre "e! hombre mono", había alcanzado cotas máximas <strong>de</strong><br />
virulencia. Por encima <strong>de</strong> todo, e! tema sobre la animalidad <strong>de</strong>l hombre<br />
se había extendido más allá <strong>de</strong> los círculos cientÍficos, e incluso<br />
servía como argumento a favor <strong>de</strong> reivindicaciones político-i<strong>de</strong>ológicas.<br />
Caricaturas, dibujos humorísticos y rimas invadían la prensa satírica,<br />
como la célebre revista Puncho Evi<strong>de</strong>ntemente, es necesario distinguir<br />
el impacto <strong>de</strong> El origen <strong>de</strong> las especies en los medios estrictamente<br />
científicos <strong>de</strong> las reacciones mucho más espectaculares divulgadas por<br />
la prensa y las socieda<strong>de</strong>s científicas abiertas a un público más amplio,<br />
aunque cultivado.<br />
Se ha constatado que, tras salir a la luz El origen <strong>de</strong> las especies,<br />
fueron cada vez más abundantes las reseñas y comentarios sobre la<br />
obra, con la aparición <strong>de</strong> grupos <strong>de</strong> opinión más o menos sectarios a<br />
favor o en contra <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> y <strong>de</strong> sus i<strong>de</strong>as; en su mayoría, los <strong>de</strong>bates<br />
giraban en torno a sus consecuencias para el concepto <strong>de</strong> hombre<br />
y la explicación provi<strong>de</strong>ncialista <strong>de</strong>l mundo natural. Naturalmente,<br />
la prensa religiosa se pronunció contra las "herejías mo<strong>de</strong>rnas", utilizando<br />
todo tipo <strong>de</strong> estrategias en sus ataques: <strong>de</strong>nuncias, burlas,<br />
críticas <strong>de</strong> la estructura lógica y metodológica <strong>de</strong> las argumentaciones<br />
darwinistas. Hacia el fin <strong>de</strong> los años sesenta <strong>de</strong>l siglo XIX, cuando<br />
el éxito <strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong> la evolución era evi<strong>de</strong>nte y las metáforas <strong>de</strong><br />
<strong>Darwin</strong> se habían introducido (a menudo en un sentido impropio)<br />
en e! lenguaje corriente, los ataques se afinaron: sus <strong>de</strong>tractores recalcaron<br />
que la teoría aceptada <strong>de</strong> la evolución por los expertos no era<br />
la teoría darwinista, ya que muchos habían rechazado <strong>de</strong> la misma<br />
la selección natural.<br />
TEMAS 54
84 TEMAS 54
5. Macho <strong>de</strong>l ave <strong>de</strong>l paraíso raggiana<br />
(Paradisaea raggiana) efectuando su parada<br />
nupcial. Según <strong>Darwin</strong>, la lucha por la<br />
supervivencia está acompañada por una lucha<br />
constante por la posesión <strong>de</strong> las hembras. Esta<br />
lucha paralela ha incitado a los machos <strong>de</strong><br />
ciertas especies a <strong>de</strong>sarrollar unos ornamentos<br />
poco discretos, que no les son <strong>de</strong> ninguna<br />
utilidad en la lucha por la supervivencia, pero<br />
que atraen a las hembras y favorecen así su<br />
reproducción.<br />
86<br />
importantes, entre ellos La variación <strong>de</strong> los animales y las plantas bajo la<br />
acción <strong>de</strong> la domesticación, en 1868. No obstante, <strong>Darwin</strong> había evitado<br />
cuidadosamente la cuestión <strong>de</strong>l origen <strong>de</strong>l hombre. Inicialmente había<br />
previsto incluir en El origen <strong>de</strong> las especies un capítulo <strong>de</strong>dicado al hombre,<br />
pero había renunciado a ello a causa <strong>de</strong>l volumen excesivo que ya había<br />
alcanzado la obra. En los años setenta, <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> abordar este espinoso problema:<br />
"Cuando observé que muchos naturalistas aceptaban la doctrina<br />
<strong>de</strong> la evolución <strong>de</strong> las especies, me pareció oportuno trabajar sobre las<br />
notas que ya poseía y publicar especialmente un tratado sobre el origen<br />
<strong>de</strong>l Hombre", escribe en su Autobiografía.<br />
El hombre, un animal más<br />
Un nuevo cambio cultural incita a <strong>Darwin</strong> a expresarse sobre el origen <strong>de</strong>l<br />
hombre. Una serie <strong>de</strong> trabajos había dotado a la psicología <strong>de</strong> consistencia<br />
científica: los estudios en neurofisiología y en psicafisiología experimentales<br />
(estudios <strong>de</strong> las relaciones entre el funcionamiento <strong>de</strong>l cerebro y el comportamiento),<br />
el análisis fisiológico <strong>de</strong>l comportamiento, la aplicación <strong>de</strong><br />
técnicas <strong>de</strong> medición al análisis psicológico y el asociacionismo evolucionista<br />
<strong>de</strong> Spencer (según el cual, las asociaciones estímulo-respuesta se transmiten<br />
<strong>de</strong> una generación a otra mediante modificaciones <strong>de</strong>l sistema nervioso).<br />
Al liberarse <strong>de</strong> la tradición filosófica, la psicología había encontrado en<br />
las ciencias naturales un nuevo fundamento y, a su vez, había ofrecido a<br />
la <strong>investigación</strong> en biología la legitimización <strong>de</strong> un análisis científico <strong>de</strong>l<br />
espíritu, análisis al que <strong>Darwin</strong> se asiría sin vacilar.<br />
En 1871, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> tres años <strong>de</strong> trabajo, publica La ascen4encia <strong>de</strong>l<br />
hombre y la selección sexual. A partir <strong>de</strong> 1874, aparece una segunda edición<br />
revisada. En ella <strong>Darwin</strong> elabora <strong>de</strong> nuevo <strong>de</strong>smesuradamente sus notas,<br />
hasta convertirla en una obra en dos volúmenes que aborda, como indica<br />
su título, el concepto <strong>de</strong> selección sexual. Es uno <strong>de</strong> los aspectos <strong>de</strong> su<br />
teoría don<strong>de</strong> su <strong>de</strong>sacuerdo con Wallace es más profundo.<br />
"A menudo se ha afirmado con rotundidad -escribe <strong>Darwin</strong>- que<br />
nunca se podría conocer al hombre; pero la ignorancia engendra más<br />
confianza que el conocimiento, y son los que saben poco, y no los que<br />
TEMAS 54
saben mucho, los que afirman <strong>de</strong> una manera perentoria que la ciencia<br />
nunca podrá resolver talo cual problema". El objetivo principal <strong>de</strong> la<br />
obra es precisamente examinar si el hombre, igual que las otras especies,<br />
<strong>de</strong>scien<strong>de</strong> <strong>de</strong> alguna forma preexistente, compren<strong>de</strong>r <strong>de</strong> qué modo<br />
se produce y evaluar las diferencias entre las "razas" humanas. En La<br />
ascen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l hombre, <strong>Darwin</strong> formula finalmente el concepto naturalista<br />
<strong>de</strong>l hombre al que se adhiere <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la época <strong>de</strong> la redacción <strong>de</strong><br />
los Cua<strong>de</strong>rnos: la continuidad entre el hombre y los otros animales se<br />
aplica tanto a las características físicas como a las características mentales,<br />
morales y sociales. Se interesa en particular por las faculta<strong>de</strong>s intelectuales<br />
que dan lugar a una "capacidad mental superior" -tales como<br />
la curiosidad, la imitación, la atención, la memoria, la imaginación, la<br />
razón, la abstracción, el lenguaje y la conciencia-, no para <strong>de</strong>sarrollar<br />
una psicología sistemática, sino para <strong>de</strong>mostrar que esos temas pue<strong>de</strong>n<br />
ser abordados <strong>de</strong> manera coherente y eficaz en el cuadro <strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong><br />
la evolución.<br />
<strong>Darwin</strong> analiza la genealogía humana. Tras haber reafirmado la vali<strong>de</strong>z<br />
<strong>de</strong> las leyes generales que han llevado a la diversificación <strong>de</strong> los animales<br />
inferiores, escribe:<br />
[El hombre] se ha multiplicado tan rápidamente, que se ha visto sometido<br />
por fuerza a la lucha por la existencia y, en consecuencia, a la<br />
acción <strong>de</strong> la selección natural. Ha engendrado numerosas razas, algunas<br />
<strong>de</strong> effas tan divergentes, que varios naturalistas las han consi<strong>de</strong>rado especies<br />
distintas. El cuerpo <strong>de</strong>l hombre se ha construido según el mismo<br />
plan homólogo que el <strong>de</strong> otros mamíferos. Atraviesa las mismas fases <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>sarroffo embriológico. Conserva muchas conformaciones rudimentarias<br />
e inútiles que, sin duda, tuvieron su utilidad en el pasado. [...] Si el<br />
origen <strong>de</strong>l hombre hubiese sido totalmente diferente <strong>de</strong>l origen <strong>de</strong>l resto<br />
<strong>de</strong> los animales, esas manifestaciones dispares no serían más que errores<br />
sin sentido, y una hipótesis semejante es inadmisible. Por el contrario, esas<br />
manifestaciones se vuelven comprensibles, al menos en una gran parte, si<br />
se consi<strong>de</strong>ra que el hombre es, junto con otros mamíferos, el <strong>de</strong>scendiente<br />
común <strong>de</strong> algún tipo inferior <strong>de</strong>sconocido.<br />
6. Jóvenes woodabe, <strong>de</strong> Níger, maquillados y<br />
engalanados para la fiesta Gerewol, durante<br />
la cual las muchachas escogen al joven más<br />
apuesto <strong>de</strong>l año. Según <strong>Darwin</strong>, las diferencias<br />
entre las "razas" se <strong>de</strong>berían a la selección<br />
sexual; esas diferencias no son <strong>de</strong> ningún<br />
provecho especial para los hombres en la lucha<br />
por la existencia, pero les suponen una ventaja<br />
en la reproducción.
9. La expresión <strong>de</strong> un chimpancé enfadado<br />
y gruñón, <strong>de</strong> nuevo según un dibujo<br />
<strong>de</strong>l natural <strong>de</strong> Wood.<br />
10. <strong>Darwin</strong> ilustró La expresión <strong>de</strong> las<br />
emociones con fotografías. Arriba, expresión<br />
<strong>de</strong> sorpresa; en la página siguiente,<br />
expresiones <strong>de</strong> disgusto.<br />
Cualquiera que admita el principio <strong>de</strong> la evolución y, en cambio, experimente<br />
alguna dificultad en creer que las hembras <strong>de</strong> los mamíferos,<br />
<strong>de</strong> las aves, <strong>de</strong> los reptiles y <strong>de</strong> los peces hayan podido <strong>de</strong>sarrollar<br />
el gusto por la belleza hacia los machos, gusto que por lo general<br />
concuerda con el nuestro, <strong>de</strong>be recordar que, en cada miembro<br />
<strong>de</strong> la serie <strong>de</strong> los vertebrados, las células nerviosas <strong>de</strong>l cerebro<br />
<strong>de</strong>rivan directamente <strong>de</strong> las que poseía el antepasado común<br />
<strong>de</strong>l grupo entero: el cerebro y las faculta<strong>de</strong>s mentales pue<strong>de</strong>n<br />
recorrer un <strong>de</strong>sarrollo análogo bajo condiciones semejantes<br />
y, en consecuencia, pue<strong>de</strong>n cumplir aproximadamente las<br />
mismas funciones.<br />
La selección sexual <strong>de</strong>sempeñó también un papel importante<br />
y coherente para la teoría en su globalidad. Al <strong>de</strong>mostrar<br />
los límites <strong>de</strong> acción <strong>de</strong> la selección natural, abría la<br />
posibilidad <strong>de</strong> una interpretación más amplia <strong>de</strong>l mecanismo<br />
selecüvo en general: la evolución no selecciona ranto una<br />
especie por su capacidad <strong>de</strong> sobrevivir cuanto por su éxito<br />
reproductor. Cuanto más importante sea la <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong><br />
un macho, más probabilida<strong>de</strong>s tendrá éste <strong>de</strong> transmitir su<br />
patrimonio genético. Es precisamente en esta dirección en la<br />
que se <strong>de</strong>sarrollará la biología evolucionista <strong>de</strong>l siglo xx. Algunos<br />
estudios han <strong>de</strong>mostrado, en efecto, que en ciertas especies existen<br />
genes (que intervienen, por ejemplo, en el metabolismo <strong>de</strong> las grasas) que<br />
favorecen la reproducción, aunque reducen la esperanza <strong>de</strong> vida.<br />
A pesar <strong>de</strong> ello, o quizás a causa <strong>de</strong> ello, la selección sexual fue el objeto<br />
<strong>de</strong> numerosas críticas. Hasta hace poco dio incluso lugar a múltiples<br />
ataques. Algunos han afirmado que se trataba <strong>de</strong> una simple hipótesis<br />
ad hoc, que sirvió para tapar las brechas <strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong> la evolución por<br />
selección natural.<br />
La expresión <strong>de</strong> las emociones<br />
En La ascen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l hombre, <strong>Darwin</strong> anuncia que <strong>de</strong>sea abordar <strong>de</strong> manera<br />
explícita otro aspecto, no por más específico menos significaüvo, en<br />
la reconstrucción <strong>de</strong> una historia natural <strong>de</strong>l espíritu. En la introducción<br />
escribe:<br />
Ténía la intención <strong>de</strong> añadir aquí un ensayo sobre la expresión <strong>de</strong> las<br />
diversas emociones en el hombre y los animales menos elevados, tema que<br />
me había llamado la atención, ya hace algunos años, en la obra <strong>de</strong> Sir<br />
Charles Bell. Este anatomista célebre sostiene que el hombre posee ciertos<br />
músculos únicamente <strong>de</strong>stinados a expresar sus emociones, opinión que yo<br />
<strong>de</strong>bía tener en cuenta, por oponerse claramente a la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que el hombre<br />
sea el <strong>de</strong>scendiente <strong>de</strong> cualquier otra forma inferior. Igualmente, <strong>de</strong>seaba<br />
verificar hasta qué punto las emociones se expresan <strong>de</strong> la misma manera<br />
en las diferentes razas humanas. Pero a causa <strong>de</strong> la longitud <strong>de</strong> la obra<br />
actual, he <strong>de</strong>bido renunciar a incluir en ella dicho ensayo, que está en<br />
parte terminado y será objeto <strong>de</strong> una publicación in<strong>de</strong>pendiente..<br />
La expresión <strong>de</strong> las emociones en el hombre y los animales aparece en 1872,<br />
un año <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> La ascen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l hombre. Una vez más, se trata <strong>de</strong> una<br />
obra más bien voluminosa: <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> una introducción y tres capítulos<br />
<strong>de</strong>dicados a enunciar los principios <strong>de</strong> la expresión, expone a lo largo <strong>de</strong><br />
dos capítulos los medios <strong>de</strong> expresión y las expresiones específicas en los<br />
animales. El resto <strong>de</strong>l libro, hasta llegar a las conclusiones, se <strong>de</strong>dica a las<br />
expresiones específicas <strong>de</strong>l hombre.<br />
90 TEMAS 54
<strong>Darwin</strong> analiza un enorme espectro <strong>de</strong> actitu<strong>de</strong>s o <strong>de</strong> senrimienros<br />
-sufrimienro y llantos, gozo y alegría, reflexión, odio e ira, <strong>de</strong>sprecio y<br />
disgusto, sorpresa y miedo y, finalmenre, el fenómeno <strong>de</strong>l rubor, "la más<br />
humana <strong>de</strong> todas las expresiones"-, y ofrece para cada comportamienro<br />
una <strong>de</strong>scripción esquemática en términos <strong>de</strong> fisiología neuromuscular,<br />
basada en múlriples ejemplos.<br />
A través <strong>de</strong> una exposición rápida y <strong>de</strong>nsa <strong>de</strong> las numerosas obras<br />
<strong>de</strong>stinadas al estudio <strong>de</strong> la expresión, <strong>Darwin</strong> se distancia <strong>de</strong> la vieja<br />
tradición <strong>de</strong> la fisiognomía, <strong>de</strong>finida como el "arte <strong>de</strong> conocer el carácter<br />
medianre el estudio <strong>de</strong>l estado habitual <strong>de</strong> los rasgos". Recor<strong>de</strong>mos que<br />
el capitán FitzRoy había dudado en admitirle a bordo <strong>de</strong>l Beagle a causa<br />
<strong>de</strong> su nariz.<br />
También critica a numerosos autores, como los ilustres fisiólogos Pierre<br />
Gratiolet y Charles Bell (éste había publicado en 1844 la tercera edición <strong>de</strong><br />
su Anatomía y filosofia <strong>de</strong> la expresión), quienes "parecen estar firmemenre<br />
convencidos <strong>de</strong> que la especie, incluida por supuesto la humana, apareció<br />
en su estado actual. Sir Charles Bell, imbuido <strong>de</strong> esta convicción, opina<br />
que muchos <strong>de</strong> nuestros músculos <strong>de</strong>l rostro son sólo instrumentos <strong>de</strong> la<br />
expresión o se hallan especialmente dispuestos para tal fin. Sin embargo, el<br />
simple hecho <strong>de</strong> que los simios anrropoi<strong>de</strong>s posean los mismos músculos<br />
faciales que nosotros <strong>de</strong>termina que esta afirmación sea muy improbable,<br />
ya que presumo que nadie estará dispuesto a admitir que los simios hayan<br />
sido provistos <strong>de</strong> músculos especiales únicamente para ejecutar sus<br />
<strong>de</strong>sagradables muecas. Asimismo, a casi todos los músculos <strong>de</strong>l rostro se<br />
les pue<strong>de</strong> asignar, con una gran verosimilitud, unos usos distintos, in<strong>de</strong>pendienres<br />
<strong>de</strong> la expresión".<br />
Al mismo tiempo que critica la teoría <strong>de</strong> las creaciones in<strong>de</strong>pendienres<br />
<strong>de</strong> las especies ("según esta doctrina, todo podría y pue<strong>de</strong> ser explicado <strong>de</strong><br />
igual modo; y su influencia ha sido tan funesta para la expresión como<br />
para todas las otras ramas <strong>de</strong> la historia natural"), <strong>Darwin</strong> llega a su tesis<br />
fundamental sobre la expresión:<br />
Ciertas expresiones <strong>de</strong> la especie humana, los pelos que se erizan en situación<br />
<strong>de</strong> terror extremo, los dientes que se enseñan en un arrebato <strong>de</strong><br />
rabia, son casi inexplicables si no se admite que el hombre ha vivido en<br />
el pasado en unas condiciones muy inftriores y parecidas a la bestialidad.<br />
La coinci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> ciertas expresiones en especies dispares (aunque<br />
próximas entre sí), por ejemplo, los movimientos <strong>de</strong> los mismos músculos<br />
<strong>de</strong>l rostro durante la risa en el hombre y en varios simios, se entien<strong>de</strong> un<br />
poco mejor si se cree en la <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> esas especies <strong>de</strong> un antepasado<br />
común. Aquel que acepta <strong>de</strong> manera general el <strong>de</strong>sarrollo gradual <strong>de</strong> la<br />
organización y <strong>de</strong> los hdbitos en todos lo animales verd aclararse toda<br />
la cuestión <strong>de</strong> la expresión <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un dngulo nuevo e interesante.<br />
La génesis <strong>de</strong> una expresión<br />
<strong>Darwin</strong> no ofrece una <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> la "emoción". En realidad, no se ocupa<br />
en absoluto <strong>de</strong>l tema y se concenrra en las expresiones, directamenre<br />
observables aunque su fugacidad y las sugestiones <strong>de</strong> nuestra imaginación<br />
nos lleven a veces al error. Con este fin, menciona en diversas ocasiones los<br />
estudios experimenrales <strong>de</strong> Guillaume-Benjamin Duchenne (1806-1875),<br />
neurólogo francés que había publicado, en 1862, Mecanismo <strong>de</strong> la fisonomía<br />
humana, o andlisis electrofisiológico <strong>de</strong> la expresión <strong>de</strong> las pasiones. Mediante<br />
la estimulación eléctrica <strong>de</strong> los músculos <strong>de</strong>l rostro, el neurólogo provoca<br />
movimientos expresivos asimilables a las expresiones auténricas, a fin <strong>de</strong><br />
analizar su fundamento fisiológico. <strong>Darwin</strong> tuvo la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> presenrar las<br />
abundantes fotografías tomadas por Duchenne a sujetos que <strong>de</strong>sconocen<br />
DARWIN 91
11. Una <strong>de</strong> las fotografías <strong>de</strong> los experimentos<br />
<strong>de</strong> Duchenne sobre la estimulación eléctrica <strong>de</strong><br />
los músculos <strong>de</strong>l rostro.<br />
12. Caricatura <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> como "hombremono",<br />
92<br />
totalmente las técnicas utilizadas por este último para inducir las expresiones;<br />
<strong>de</strong> este modo, <strong>Darwin</strong> verifica experimentalmente la capacidad<br />
<strong>de</strong> esos sujetos neutros para i<strong>de</strong>ntificar diferentes expresiones, fuera <strong>de</strong><br />
todo contexto. Su objetivo es correlacionar las expresiones y los "estados<br />
mentales" asociados.<br />
La fotografía ha empezado, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace muy poco, a servir <strong>de</strong> apoyo a<br />
la <strong>investigación</strong> científica. La expresión <strong>de</strong> las emociones es uno <strong>de</strong> los primeros<br />
textos don<strong>de</strong> se publican, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> las fotografías <strong>de</strong> Duchenne,<br />
unos clichés cuidadosamente escogidos por <strong>Darwin</strong> y, en ciertos casos,<br />
ejecutados expresamente por actores. En efecto, la técnica fotográfica <strong>de</strong><br />
la época exige mantener durante largo tiempo la postura, lo que difícilmente<br />
habría permitido captar las expresiones en directo. Por la misma<br />
razón, <strong>Darwin</strong> encarga realizar dibujos para ilustrar <strong>de</strong>l natural las posturas<br />
expresivas <strong>de</strong> los animales.<br />
A<strong>de</strong>más, <strong>Darwin</strong> explota una variedad <strong>de</strong> métodos que <strong>de</strong>scribe con<br />
pormenor. Igual que en los Cua<strong>de</strong>rnos y en el diario que escribe <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />
nacimiento <strong>de</strong> su primer hijo, para <strong>de</strong>mostrar el origen instintivo y no<br />
aprendido <strong>de</strong> ciertas expresiones, se basa en la observación <strong>de</strong> los niños<br />
"porque expresan diversas emociones 'con una energía extraordinaria', según<br />
<strong>de</strong>staca Sir Charles Bell". En segundo lugar, le parece oportuno estudiar<br />
a los alienados, "ya que están sujetos a las pasiones más fuertes y les dan<br />
libre curso". También indaga en las expresiones representadas por los pintores<br />
y escultores: "Había esperado encontrar una ayuda po<strong>de</strong>rosa en los<br />
gran<strong>de</strong>s maestros <strong>de</strong> la pintura y la escultura, que son unos observadores<br />
tan atentos [...J, pero salvo algunas excepciones, no he encontrado ningún<br />
provecho en ellos. La razón es, sin duda, que en las obras <strong>de</strong> arte la belleza<br />
constituye el fin principal; pero la intensa contracción <strong>de</strong> los músculos <strong>de</strong>l<br />
rostro es incompatible con la belleza". Incluso cita las célebres Conferencias<br />
sobre la expresión <strong>de</strong> los diferentes tipos <strong>de</strong> pasiones <strong>de</strong>l pintor Charles Le<br />
Brun, que datan <strong>de</strong> 1667 y que "contienen algunas observaciones buenas",<br />
junto con "extraños contrasentidos".<br />
Por otro lado, <strong>Darwin</strong> consi<strong>de</strong>ra "<strong>de</strong> la mayor importancia verificar<br />
si en todas las razas humanas, sobre todo las que han mantenido pocas<br />
relaciones con los europeos, existen las mismas expresiones y los mismos<br />
gestos, como se ha asegurado a menudo sin pruebas suficientes. Si los<br />
mismos movimientos <strong>de</strong> las facciones o <strong>de</strong>l cuerpo expresan las mismas<br />
emociones en razas humanas distintas po<strong>de</strong>mos concluir, con una gran<br />
probabilidad, que esas expresiones son las verda<strong>de</strong>ras, es <strong>de</strong>cir, son innatas<br />
o instintivas". Con esta finalidad había preparado, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1867, un cuestionario<br />
<strong>de</strong> dieciséis preguntas a las que respondieron funcionarios <strong>de</strong> las<br />
colonias y misioneros. De los resultados <strong>de</strong> la encuesta concluyó "que un<br />
mismo estado <strong>de</strong> espíritu se expresa en cualquier país con una <strong>de</strong>stacable<br />
uniformidad". Por último, realiza observaciones muy precisas sobre las<br />
expresiones <strong>de</strong> los animales, ya que" [ese aspecto] nos proporciona la base<br />
más segura para establecer <strong>de</strong> una manera general las causas o el origen<br />
<strong>de</strong> diversos movimientos <strong>de</strong> la expresión".<br />
<strong>Darwin</strong> formula así tres principios. El primero es el principio <strong>de</strong> la utilidad<br />
<strong>de</strong> los hábitos asociados, según el cual "los movimientos útiles para<br />
la consecución <strong>de</strong> un <strong>de</strong>seo o el alivio <strong>de</strong> una sensación dolorosa, si se<br />
repiten con frecuencia, se convierten en tan habituales que se reproducen<br />
cada vez que aparece este <strong>de</strong>seo o sensación". En otras palabras, los<br />
comportamientos instintivos se <strong>de</strong>rivan <strong>de</strong> costumbres adquiridas a través<br />
<strong>de</strong>l refuerzo psicológico. Por ejemplo, la actitud <strong>de</strong> un gato asustado por<br />
un perro será siempre la misma, caracterizada por el erizamiento <strong>de</strong> los<br />
pelos, el lomo curvado y la emisión <strong>de</strong> un soplido. El segundo principio<br />
es el principio <strong>de</strong> la antítesis, según el cual "el uso constante [...] afirma<br />
en nosotros la costumbre <strong>de</strong> ejecutar voluntariamente actos opuestos [...].<br />
TEMAS 54
Cuando <strong>Darwin</strong> enunció su teoría <strong>de</strong> la evolución, en 1859, los<br />
conocimientos sobre genética eran nulos. A principios <strong>de</strong>l siglo xx,<br />
los trabajos <strong>de</strong> Thomas Morgan (1866-1945) sobre la genética <strong>de</strong> los<br />
mutantes <strong>de</strong> Drosophila <strong>de</strong>mostraron que pequeñas mutaciones en un<br />
animal tienen a veces consecuencias muy importantes sobre su anatomía.<br />
A<strong>de</strong>más, el estudio <strong>de</strong> la genética <strong>de</strong> las poblaciones proporciona<br />
ciertos datos, como la frecuencia <strong>de</strong> un gen, que permiten observar la<br />
selección natural en acción. En 1937, el genético Theodosius Dobzhansky<br />
(1900-1975) señaló que tales estudios <strong>de</strong> genética aportan<br />
una nueva mirada sobre la teoría <strong>de</strong> la evolución, y elaboró la teoría<br />
sintética <strong>de</strong> la evolución que enlazaba la genética y el darwinismo. A él<br />
se unieron pronto el anatomista y embriólogo Julian Huxley (1887<br />
1975), el ornitólogo Ernst Mayr, el paleontólogo George G. Simpson<br />
(1902-1984) y el botánico G. Ledyard Stebbins, quienes aplicaron esas<br />
i<strong>de</strong>as a sus disciplinas. De ese acercamiento <strong>de</strong> evolución y genética<br />
nació el neodarwinismo: en el seno <strong>de</strong> las poblaciones, las variaciones<br />
hereditarias, resultado <strong>de</strong> mutaciones mínimas, se someten a la<br />
accíón <strong>de</strong> la selección natural, que modifica las frecuencias génicas <strong>de</strong><br />
esas poblaciones. Esos cambios conducen a una mejor adaptación <strong>de</strong><br />
los organismos. De esta síntesis <strong>de</strong>staca, sobre todo, la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> una<br />
evolución a pequeños pasos y la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> progreso, una <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as<br />
clave <strong>de</strong> Simpson: la evolución representaría, por una parte, una transformación<br />
gradual <strong>de</strong> lo vivo y, por otra parte, una progresión hacia<br />
una "mejor adaptación". A partir <strong>de</strong> los años setenta <strong>de</strong>l siglo xx, esta<br />
visión vacilará ante la irrupción, entre otras, <strong>de</strong> la biología molecular y<br />
la sistemática.<br />
Sin embargo, la conmoción no fue inmediata. Por causa tuvo más<br />
bien un cambio en la forma <strong>de</strong> ver el genoma: con gran sorpresa, los<br />
genéticos <strong>de</strong>scubren que el genoma no es una estructura compacta y<br />
rígida, a semejanza <strong>de</strong> un programa informático, sino una ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong><br />
elementos -los genes- capaces <strong>de</strong> duplicarse y recombinarse. A raíz<br />
<strong>de</strong> estas modificaciones aparecen nuevos genes, que pue<strong>de</strong>n adquirir<br />
entonces nuevas funciones. Ciertas secuencias, como los transposones,<br />
pue<strong>de</strong>n incluso <strong>de</strong>splazarse e insertar copias <strong>de</strong> sí mismos en<br />
otras partes <strong>de</strong>l genoma. Contra toda previsión, esos transposones tan<br />
sólo codifican las proteínas que les son útiles, pero que no sirven a su<br />
huésped. En el <strong>de</strong>cenio <strong>de</strong> 1990, algunos estudios <strong>de</strong>mostraron que los<br />
transposones son numerosos y ocupan, por ejemplo, el44 por ciento<br />
<strong>de</strong>l genoma humano. iCasi la mitad <strong>de</strong>l genoma, a priori, no tiene<br />
ninguna utilidad para el organismo!<br />
En esa época también se pone <strong>de</strong> manifiesto la existencia, en una<br />
misma célula, <strong>de</strong> conflictos en el interior <strong>de</strong>l genoma, o entre dos<br />
genomas diferentes, como los <strong>de</strong>l núcleo y las mitocondrias. Así pues,<br />
la selección no se aplica sólo sobre el organismo, sino sobre toda<br />
entidad más o menos autónoma que incluya uno o diversos genes. Se<br />
distinguen entonces diferentes niveles <strong>de</strong> selección según la entidad <strong>de</strong><br />
que se trate: el nivel molecular, el nivel celular y, por supuesto, el nível<br />
<strong>de</strong>l organismo. Algunos biólogos privilegian un nivel más que otro.<br />
<strong>Darwin</strong> opinaba que la selección actúa sobre el organismo, Wallace,<br />
sobre la especie. En el lado opuesto, Richard Dawkins, en los años<br />
setenta, únicamente consi<strong>de</strong>ra los genes como blanco <strong>de</strong> la selección y<br />
ve los organismos como instrumentos para propagar el ADN. El biólogo<br />
Stephen Jay Gould (1941-2002), en cambio, preconizará una evolución<br />
activa en todos los niveles.<br />
A lo largo <strong>de</strong> los años, los investigadores refutarán ciertos puntos<br />
<strong>de</strong> la teoría sintética. Así, en 1991 aparece la teoría neutralista <strong>de</strong> la<br />
evolución molecular <strong>de</strong> Motoo Kimura, según la cual, la mayoría <strong>de</strong> las<br />
mutaciones serían neutras y no aportarían ninguna ventaja selectiva.<br />
La cúpula <strong>de</strong> la catedral <strong>de</strong> San Marcos, en Venecia, reposa sobre<br />
cuatro arcos. Este tipo <strong>de</strong> arquitectura hace aparecer cuatro<br />
pechinas (en color azul) que el <strong>de</strong>corador ha aprovechado, pero<br />
que el arquitecto no había "programado". De igual modo, en los<br />
seres vivos la exaptación es la utilización <strong>de</strong> los caracteres que<br />
preexisten fortuitamente.<br />
En 1979, Gould y Richard Lewontin forjan el concepto <strong>de</strong> exaptación,<br />
esto es, la utilización, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un punto <strong>de</strong> vista evolutivo, <strong>de</strong> un carácter<br />
que preexistía fortuitamente. Dicho <strong>de</strong> otro modo, a partir <strong>de</strong> lo viejo la<br />
evolución construye algo nuevo.<br />
La historia <strong>de</strong> las especies también se reexamina: la c1adística,<br />
obra <strong>de</strong>l entomólogo alemán Willi Hennig (1915-1976) propone<br />
establecer árboles don<strong>de</strong> aparecen relaciones <strong>de</strong> parentesco, pero<br />
sin buscar los antepasados. En esta clasificación, los fósiles ya no son<br />
ancestros potenciales, sino "primos" en los que se examina el grado<br />
<strong>de</strong> parentesco con otras especies. La i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> "progreso" también es<br />
<strong>de</strong>batida, especialmente por Leigh Van Valen, quien, en 1973, constata<br />
que la probabilidad <strong>de</strong> extinción <strong>de</strong> una especie es in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong>l<br />
tiempo. En otras palabras, las especies evolucionan y se adaptan pero<br />
no modifican su probabilidad <strong>de</strong> extinción, ya que las otras especies<br />
también evolucionan.<br />
Finalmente, en 1977, el <strong>de</strong>bate se centra en los mismos orígenes <strong>de</strong><br />
la vida. La filogenia molecular ha <strong>de</strong>mostrado que las mitocondrias y<br />
los c1oroplastos son bacterias que viven en simbiosis en el citoplasma<br />
<strong>de</strong> las células <strong>de</strong> los mamíferos. Igualmente, ciertos transposones<br />
serían los vestigios <strong>de</strong> antiguos virus colonizadores ... No somos más<br />
que una quimera, y la visión gradualista hacia el progreso continuo se<br />
<strong>de</strong>sdibuja a favor <strong>de</strong>l "bricolaje <strong>de</strong> la evolución", que domina en todos<br />
los niveles <strong>de</strong> integración.<br />
DARWIN 93
13. Fotografía <strong>de</strong> prensa <strong>de</strong>l entierro <strong>de</strong><br />
Charles <strong>Darwin</strong>, celebrado en la abadía <strong>de</strong><br />
Westminster.<br />
94<br />
[A veces, incluso], en un estado <strong>de</strong> ánimo<br />
<strong>de</strong>terminado, <strong>de</strong>be producitse una ten<strong>de</strong>ncia<br />
involuntaria, irresistible, a la realización <strong>de</strong><br />
actos totalmente contrarios". <strong>Darwin</strong> señala<br />
el ejemplo <strong>de</strong> un perro dócil: "Ninguno <strong>de</strong><br />
sus movimientos, <strong>de</strong> sus exptesiones más<br />
claras <strong>de</strong> afecto le son <strong>de</strong> utilidad alguna al<br />
animal. Parece que éstas se explicitan porque<br />
se hallan en total oposición o antítesis con<br />
respecto a la expresión <strong>de</strong> cólera". El tercer<br />
principio, <strong>de</strong>nominado el principio <strong>de</strong> acción<br />
directa <strong>de</strong>l sistema nervioso, reúne los comportamientos<br />
que no pue<strong>de</strong>n incluirse en las<br />
categorías prece<strong>de</strong>ntes. Según <strong>Darwin</strong>, el exceso<br />
<strong>de</strong> energía nerviosa <strong>de</strong>splegada durante<br />
una emoción <strong>de</strong>riva hacia comportamientos<br />
como la transpiración o los temblotes, pOt<br />
la única razón <strong>de</strong> que ha <strong>de</strong> liberarse hacia<br />
algún sitio y esas vías se encuentran ya dibujadas:<br />
"La fuerza nerviosa fluye fácilmente<br />
pOt cauces que ya ha recorrido antes".<br />
A través <strong>de</strong> estos tres principios, <strong>Darwin</strong> confirma las opiniones generales<br />
sobre el carácter innato o hereditario <strong>de</strong> los principales actos expresivos.<br />
A<strong>de</strong>más, propone una explicación plausible sobre su génesis: esos actos<br />
se habrían ejecutado en un comienzo con un objetivo bien <strong>de</strong>finido, más<br />
tar<strong>de</strong> se habrían vuelto habituales y por último hereditarios, a veces con<br />
in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> su ventaja efectiva, siendo entonces utilizados <strong>de</strong> manera<br />
voluntaria y consciente como medio <strong>de</strong> comunicación. <strong>Darwin</strong> aña<strong>de</strong>:<br />
"Si se admite que la mayoría <strong>de</strong> los movimientos <strong>de</strong> la expresión se han<br />
adquirido gradualmente y se han convertido <strong>de</strong>spués en instintivos, hasta<br />
cierto punto parece probable, a priori, que la facultad <strong>de</strong> teconocerlos se<br />
haya vuelto instintiva a través <strong>de</strong> un mecanismo idéntico". Concluye su<br />
obra manifestando el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> un estudio más profundo <strong>de</strong> la exptesión<br />
en el futuro, en particular por algún "fisiólogo experto".<br />
La psicología <strong>de</strong> las plantas<br />
Después <strong>de</strong> sus dos gran<strong>de</strong>s obras sobre el hombre, <strong>Darwin</strong> reempren<strong>de</strong> el<br />
trabajo sobre las plantas. En 1875 publica una obra sobre las plantas insectívoras,<br />
a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> una edición ampliada <strong>de</strong>l trabajo sobre las plantas<br />
trepadoras y la segunda edición <strong>de</strong> La variación. A estas publicaciones les<br />
siguen, en 1876, un trabajo sobre la autofecundación y la fecundación<br />
cruzada y, al año siguiente, un estudio sobre las diferentes formas <strong>de</strong> las<br />
flores, así como una nueva edición <strong>de</strong>l libro sobre las orquí<strong>de</strong>as. Finalmente,<br />
en 1880, aparece La facultad motriz en las plantas.<br />
En efecto, <strong>Darwin</strong> indaga en las plantas las formas primitivas y elementales<br />
<strong>de</strong> las funciones psicológicas. Mediante análisis elaborados <strong>de</strong><br />
fisiología vegetal, explica cómo las plantas pue<strong>de</strong>n también presentar un<br />
"comportamiento", es <strong>de</strong>cir, efectuar movimientos, respon<strong>de</strong>r a estímulos,<br />
transmitir informaciones <strong>de</strong> una parte a otra <strong>de</strong> su organismo. Con la ayuda<br />
<strong>de</strong> su hijo Francis, realiza experimentos sobre las funciones complejas<br />
<strong>de</strong> las plantas insectívoras (sobre las que había iniciado sus observaciones<br />
en 1860). Examina las diferentes reacciones <strong>de</strong> las hojas frente a cuerpos<br />
orgánicos e inorgánicos, e investiga los procesos químicos que permiten a<br />
los pequeños tentáculos contraerse y atrapar su presa. "Ofrece" a las plantas<br />
toda clase <strong>de</strong> alimentos (carne asada, cartílagos, hueso, esmalte, urea,<br />
etc.) para estudiar sus procesos digestivos. Incluso les administra sustancias<br />
como la estricnina y la nicotina, cuyo efecto en el sistema nervioso <strong>de</strong><br />
TEMAS 54
los animales era conocido; observa que esas sustancias ejercen una acción<br />
estimulante y tóxica en las plantas; éstas parecen no reaccionar ante la<br />
morfina, la atropina, el curare y el veneno <strong>de</strong> cobra. <strong>Darwin</strong> compara<br />
inmediatamente ese comportamiento con las numerosas "acciones ejecutadas<br />
inconscientemente por los animales inferiores": "No es exagerado<br />
afirmar -escribe en 1880- que el extremo <strong>de</strong> la radícula, [...] capaz <strong>de</strong><br />
dirigir los movimientos <strong>de</strong> las partes adyacentes, actúa como el cerebro<br />
<strong>de</strong> un animal inferior; cerebro que está situado en el extremo anterior <strong>de</strong>l<br />
cuerpo, que recibe las impresiones <strong>de</strong> los órganos <strong>de</strong> los sentidos y dirige<br />
los numerosos movimientos".<br />
Su última obra, publicada algunos meses antes <strong>de</strong> su fallecimiento,<br />
está <strong>de</strong>dicada a las lombrices, que "han <strong>de</strong>sempeñado en la historia <strong>de</strong>l<br />
mundo un papel mucho más importante <strong>de</strong>l que la mayoría supondría<br />
en un primer momento". Des<strong>de</strong> un punto <strong>de</strong> vista sensorial, estas humil<strong>de</strong>s<br />
criaturas están poco dotadas: "No se pue<strong>de</strong> afirmar que vean,<br />
aunque puedan distinguir la luz <strong>de</strong> la oscuridad; son totalmente sordas<br />
y tienen poco olfato; sólo poseen muy <strong>de</strong>sarrollado el sentido <strong>de</strong>l tacto".<br />
Sin embargo, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> someterlas a experimentos minuciosos (construye<br />
hojas artificiales <strong>de</strong> formas diversas y observa las diferemes estrategias <strong>de</strong><br />
las lombrices para introducidas en sus galerías), <strong>Darwin</strong> está dispuesto a<br />
reconocerles "un cieno grado <strong>de</strong> inteligencia más que un simple impulso<br />
ciego <strong>de</strong>l instinto".<br />
Cuando este último trabajo estuvo listo para publicarse, <strong>Darwin</strong> lo añadió<br />
a la lista <strong>de</strong> sus publicaciones en su Autobiografía, que había empezado a<br />
escribir en 1876 y que <strong>de</strong> vez en cuando iba actualizando. En la conclusión<br />
<strong>de</strong> la Autobiografía, afirma:<br />
Mi éxito como hombre <strong>de</strong> ciencia, cuaLquiera que haya sido su aLcance, se<br />
<strong>de</strong>be, a mi mo<strong>de</strong>sto enten<strong>de</strong>r, a todo un conjunto compLejo <strong>de</strong> cuaLida<strong>de</strong>s<br />
y condiciones diversas, entre eLLas -Las más importantes- eL amor por<br />
La ciencia, mi paciencia sin Límites para reflexionar Largamente sobre un<br />
tema <strong>de</strong>terminado, mi actividad observadora y recopiladora <strong>de</strong> hechos y,<br />
finaLmente, una buena dosis <strong>de</strong> invención así como <strong>de</strong> sentido común.<br />
Dada La mediocridad <strong>de</strong> mis capacida<strong>de</strong>s, es verda<strong>de</strong>ramente sorpren<strong>de</strong>nte<br />
que yo haya influido tan consi<strong>de</strong>rablemente en La opinión <strong>de</strong> Los hombres<br />
<strong>de</strong> ciencia sobre aLgunos puntos importantes.<br />
Charles <strong>Darwin</strong> falleció el 18 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1882 y fue inhumado con<br />
todos los honores en la abadía <strong>de</strong> Westminster.<br />
¿Po<strong>de</strong>mos imaginar, por ejempLo, que eL hombre poseerá todavía aLma<br />
cuando La bioLogía y La psicoLogía hayan aprendido a enten<strong>de</strong>rLa, a tratarLa<br />
en su conjunto? Sin embargo, ¡aspiramos a ese momento! ¡ Tódo está ahí!<br />
EL saber es una actitud, una pasión. En el fondo, incluso es una actitud<br />
ilícita: como eL gusto por eL alcohoL, eL erotismo y La vioLencia, La necesidad<br />
<strong>de</strong> saber impLica La formación <strong>de</strong> un carácter que ya no está en equilibrio.<br />
Es totaLmente faLso afirmar que eL investigador persigue La verdad. Es eLLa<br />
quien Le persigue; éL, La soporta. Lo verda<strong>de</strong>ro es verda<strong>de</strong>ro, eL hecho es<br />
reaL in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong>L investigador: éste simpLemente tiene La pasión;<br />
La dipsomanía <strong>de</strong>L hecho <strong>de</strong>termina su carácter y éL se preocupa hasta La<br />
ansiedad por saber si sus constataciones engendrarán aLgo totaL, humano,<br />
cabaL, o si engendrarán cuaLquier cosa. Es una naturaLeza contradictoria,<br />
sufridora y, sin embargo, extraordinariamente enérgica (EL hombre sin<br />
atributos, Roben Musíl, 1930).<br />
Igual que el investigador <strong>de</strong> Robert Musil, Dalwin, investigador apasionado,<br />
consagró toda su vida a una verdad, la teoría <strong>de</strong> la evolución...<br />
DARWlN 95
BIOGRAFIA<br />
1809 Charles <strong>Darwin</strong> nace en Shrewsbury (Inglaterra), hijo 1847 Empren<strong>de</strong> la redacción <strong>de</strong> su monografía sobre los<br />
<strong>de</strong> Robert Waring <strong>Darwin</strong> y Susannah Wedgwood. cirrípedos, que le ocupará durante ocho años.<br />
1817 EI15 <strong>de</strong> julio su madre fallece prematuramente. 1851 Fallecimiento <strong>de</strong> su hija mayor Annie.<br />
Ese mismo año acu<strong>de</strong> a la Escuela <strong>de</strong> Shrewsbruy.<br />
1858 En la Sociedad Linneana lee un ensayo sobre la teoría<br />
1825 Se inscribe en la facultad <strong>de</strong> medicina <strong>de</strong> Edimburgo. <strong>de</strong> la evolución por medio <strong>de</strong> la selección natural y<br />
1828 Interrumpe sus estudios <strong>de</strong> medicina y se inscribe<br />
en la Universidad <strong>de</strong> Cambridge, con vistas a convertirse<br />
en pastor <strong>de</strong> la Iglesia anglicana.<br />
1831 Embarca en el bergantín Beagle, que bajo el mando <strong>de</strong>l<br />
capitán Robert FitzRoy leva anclas el 27 <strong>de</strong> diciembre en<br />
Plymouth para realizar un viaje alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l mundo. En<br />
presenta la memoria, <strong>de</strong> contenido análogo, que Alfred<br />
Wallace le ha enviado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el su<strong>de</strong>ste asiático. Su hijo<br />
menor, Charles Waring, fallece.<br />
1859 Publica El origen <strong>de</strong> las especies por medio <strong>de</strong> la selección<br />
natural (On the Origin ofSpecies by Means of Natural<br />
Selection).<br />
el transcurso <strong>de</strong>l viaje <strong>Darwin</strong> se convierte en el naturalis 1871 Publica La ascen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l hombre y la selección sexual<br />
ta oficial <strong>de</strong>l Beagle. (The Descent of Man and Selection in Relation to Sex).<br />
1836 El Beagle fon<strong>de</strong>a <strong>de</strong> nuevo en costas británicas. <strong>Darwin</strong> 1872 Publica La expresión <strong>de</strong> las emociones en el hombre<br />
se establece en Londres. y los animales (The Expression of the Emotions in Man<br />
1839 En enero se casa con su prima Emma Wedgwood;<br />
and Animals).<br />
en diciembre nace William, su primogénito. 1881 Termina su Autobiografia y publica La formación <strong>de</strong>l<br />
1841 Nacimiento <strong>de</strong> Annie, su hija mayor.<br />
1842 En otoño se muda con su familia a Down House, en Kent.<br />
1844 Empieza a trabajar en la teoría <strong>de</strong> la evolución.<br />
BIBLIOGRAFIA<br />
Obras <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> traducidas al español:<br />
DIARIO DE UN NATURALISTA ALREDEDOR DEL MUNDO. Trad. Juan Mateos <strong>de</strong> Diego. Espasa-Calpe<br />
LA ESTRUCTURA Y DISTRIBUCION DE LOS ARRECIFES DE CORAL. Los Libros <strong>de</strong> la Catarata<br />
humus por la acción <strong>de</strong> las lombrices (The formation<br />
of vegetable mould, through the action of worms).<br />
1882 El 19 <strong>de</strong> abril fallece en Down House.<br />
LA TEORIA DE LA EVOLUCION DE LAS ESPECIES. Trad. Joan Lluis Riera Rey. Dirigido por Fernando Pardos Martínez. Editorial Crítica. (Incluye textos<br />
<strong>de</strong> Alfred Russel Wallace.)<br />
EL ORIGEN DE LAS ESPECIES. Trad. Antonio <strong>de</strong> Zulueta. Editoríal Calpe<br />
LA FECUNDACION DE LAS ORQUIDEAS. Trad. Carmen Pastor Gradolí. Editoríal Laetoli.<br />
LA VARIACION DE LOS ANIMALES Y LAS PLANTAS BAJO DOMESTICACION. Trad. Armando Garcia González. Consejo Superior <strong>de</strong> Investigaciones<br />
Cientificas. Los Libros <strong>de</strong> la Catarata.<br />
EL ORIGEN DEL HOMBRE Y DE LA SELECClON EN RELACION AL SEXO. Editoríal Edaf.<br />
LA EXPRESION DE LAS EMOCIONES EN LOS ANIMALES Y EN EL HOMBRE. Trad. Ramón Fernán<strong>de</strong>z Rodríguez. Alianza Editorial.<br />
PLANTAS CARNIVORAS. Trad. Joandomenec Ros. Editorial Laetoli.<br />
ENSAYO SOBRE EL INSTINTO Y APUNTE BIOGRAFICO DE UN NIÑO. Trad. Eulalia Pérez Se<strong>de</strong>ño. Editorial Tecnos.<br />
AUTOBIOGRAFIA. Trad. Aarón Cohen y Maria Luisa <strong>de</strong> la Torre. Alianza Editorial.<br />
Las obras completas <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> en inglés se pue<strong>de</strong>n leer en darwin-online.org.uk<br />
La correspon<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> se pue<strong>de</strong> leer en www.darwinproject.ac.uk
Ciertos interruptores<br />
inscritos en el ADN<br />
<strong>de</strong>terminan cuándo<br />
y dón<strong>de</strong> se activan<br />
los genes. Gracias<br />
a ellos, los genomas<br />
producen una amplia<br />
diversidad <strong>de</strong> formas<br />
animales a partir<br />
<strong>de</strong> dotaciones génicas<br />
muy parecidas<br />
Aprimera vista parece la lista <strong>de</strong> animales<br />
<strong>de</strong> un zoo: un elefante, un armadillo,<br />
una zarigüeya, un <strong>de</strong>lfín, un perezoso,<br />
un erizo, murciélagos gran<strong>de</strong>s y pequeños, un<br />
par <strong>de</strong> musarañas, algunos peces, un macaco,<br />
un orangután, un chimpancé, un gorila y otras<br />
criaturas menos conocidas. Pero este elenco <strong>de</strong><br />
animales salvajes no tiene nada que ver con parque<br />
zoológico real alguno. No hay jaulas, ni bares,<br />
ni siquiera animales. Es un zoo "virtual", que sólo<br />
alberga las secuencias <strong>de</strong>l ADN <strong>de</strong> esos animales,<br />
vale <strong>de</strong>cir, los cientos o miles <strong>de</strong> millones <strong>de</strong> letras<br />
<strong>de</strong> código <strong>de</strong>l ADN que constituyen el listado<br />
genético <strong>de</strong> cada especie.<br />
Los visitantes más entusiastas <strong>de</strong> este nuevo<br />
zoo molecular son los biólogos porque en él pue<strong>de</strong>n<br />
encontrar un inmenso y <strong>de</strong>tallado registro<br />
<strong>de</strong> la evolución. Llevan <strong>de</strong>cenios queriendo averiguar<br />
cómo ha surgido la enorme diversidad <strong>de</strong><br />
especies. Des<strong>de</strong> hace medio siglo sabemos que los<br />
cambios en los rasgos físicos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el color <strong>de</strong>l<br />
cuerpo hasta el tamaño <strong>de</strong>l cerebro, se <strong>de</strong>ben a<br />
cambios en el ADN. Sin embargo, <strong>de</strong>terminar<br />
con precisión qué cambios <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la notable<br />
extensión <strong>de</strong> las secuencias <strong>de</strong>l ADN son los que<br />
confieren a los animales su aspecto característico<br />
era, hasta hace poco, inalcanzable.<br />
Hoy en día se está <strong>de</strong>scifrando la información<br />
registrada en el ADN para localizar las instrucciones<br />
por las que las especies <strong>de</strong> moscas, peces<br />
o pájaros difieren unas <strong>de</strong> otras, o por las que<br />
nosotros mismos somos distintos <strong>de</strong> los chimpancés.<br />
Esta búsqueda ha provocado un cambio<br />
sustancial en nuestro punto <strong>de</strong> vista. Durante<br />
la mayor parte <strong>de</strong> los últimos 40 años, más o<br />
menos, se había polarizado la atención en los<br />
genes (las secuencias <strong>de</strong> nucleótidos <strong>de</strong>l ADN<br />
que codifican las ca<strong>de</strong>nas <strong>de</strong> aminoácidos que<br />
forman las proteínas).<br />
INVESTIGACION y CIENCIA. julio, 2008
En busca <strong>de</strong> interruptores<br />
Una <strong>de</strong> las mayores trabas que limitan el <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> intensificadores humanos la encarna la dificultad <strong>de</strong> localizarlos en las vastas regiones<br />
no codificadoras <strong>de</strong>l genoma humano. Pero la selección natural tiene un gran po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> conservación. Dar con segmentos <strong>de</strong> ADN no codificador<br />
que se hayan conservado bien durante largos períodos <strong>de</strong> tiempo evolutivo es una forma <strong>de</strong> encontrar intensificadores.<br />
En este artículo hemos puesto especial énfasis en los cambios <strong>de</strong> los intensificadores, porque explican las diferencias entre organismos. Sin<br />
embargo, <strong>de</strong>be enten<strong>de</strong>rse que muchos intensificadores <strong>de</strong>sempeñan funciones que no han cambiado. El ritmo constante <strong>de</strong> las mutaciones va<br />
erosionando el parecido global entre las secuencias <strong>de</strong> ADN <strong>de</strong> especies distintas, amedida que van divergiendo; en cambio, la selección natural<br />
conservará las secuencias <strong>de</strong> los intensificadores que mantienen su función; aveces ese grado <strong>de</strong> conservación es extraordinario.<br />
Unos investigadores <strong>de</strong>l Instituto <strong>de</strong> Biología Molecular yCelular <strong>de</strong> Singapur y <strong>de</strong>l Instituto J. Craig Venter en Rockville (Maryland) han<br />
<strong>de</strong>scubierto que, apesar <strong>de</strong> los más <strong>de</strong> 500 millones <strong>de</strong> años <strong>de</strong> evolución que separan a los tiburones <strong>de</strong> los humanos, compartimos casi 5000<br />
elementos pertenecientes aregiones no codificadoras situadas cerca <strong>de</strong> genes y que parecen ser intensificadores. La mayoría <strong>de</strong> estos elementos<br />
tan bien conservados se hallan en las proximida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> genes que participan en la construcción <strong>de</strong>l cuerpo; es un reflejo <strong>de</strong> que los vertebrados<br />
compartan una misma arquitectura global.<br />
Todos los vertebrados presentan características anatómicas (órganos, tejidos, tipos celulares, etc.) que se han conservado durante su diversificación.<br />
Si se consi<strong>de</strong>ran distancias evolutivas más cortas, aumentan el número <strong>de</strong> elementos compartidos y el grado <strong>de</strong> similitud.<br />
Por tanto, gracias a la comparación <strong>de</strong> genomas el número <strong>de</strong> intensificadores conocidos en humanos, en mamíferos y en vertebrados crece<br />
<strong>de</strong>prisa ypodría conducir a la i<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong> las secuencias implicadas en la divergencia <strong>de</strong> las formas corporales.<br />
liarizados, se han estudiado Otros minoritarios.<br />
La carencia selectiva <strong>de</strong> proteína Duffy, que se<br />
encuentra en la superficie <strong>de</strong> los eritrocitos,<br />
caracteriza a uno <strong>de</strong> estos tipos. La proteína<br />
Duffy forma parte <strong>de</strong>l receptor utilizado por<br />
un parásito que provoca la malaria, Plasmodium<br />
vivax, para infectar los glóbulos rojos.<br />
Ahora bien, los eritrocitos <strong>de</strong> casi el 100 % <strong>de</strong><br />
la población <strong>de</strong> Africa occi<strong>de</strong>ntal carecen <strong>de</strong><br />
esta proteína, con lo que los individuos son<br />
resistentes a la infección.<br />
El gen Duffi se expresa también en otros<br />
tejidos <strong>de</strong>l organismo, entre ellos las células <strong>de</strong>l<br />
bazo, los riñones y e! cerebro. En la población<br />
africana, la expresión <strong>de</strong> Duffi en esos otros<br />
tejidos se mantiene. Como era <strong>de</strong> esperar, estos<br />
individuos Duffy-negativos son portadores <strong>de</strong><br />
una mutación en un intensificador <strong>de</strong>l gen<br />
Duffi que inutiliza el lugar <strong>de</strong> unión <strong>de</strong> un<br />
factor <strong>de</strong> transcripción que activa la expresión<br />
<strong>de</strong> Duffi en los precursores <strong>de</strong> los eritrocitos;<br />
ese intensificador, en cambio, no tiene ningún<br />
efecto en la producción <strong>de</strong> la proteína Duffy<br />
en otras partes <strong>de</strong>l organismo.<br />
Gregory A. Wray, <strong>de</strong> la Universidad Duke,<br />
y sus colaboradores han i<strong>de</strong>ntificado otros aspectos<br />
<strong>de</strong> la biología que han evolucionado a<br />
través <strong>de</strong> mutaciones en los intensificadores<br />
en diversos genes humanos. Una <strong>de</strong> las asociaciones<br />
más fascinantes que se han puesto<br />
<strong>de</strong> manifiesto hasta la fecha se refiere a una<br />
divergencia en las secuencias reguladoras que<br />
controlan el gen Prodynorphin, lo mismo en<br />
los gran<strong>de</strong>s simios que en el hombre. El gen<br />
en cuestión codifica una serie <strong>de</strong> pequeñas<br />
proteínas opioi<strong>de</strong>s producidas en el cerebro<br />
y que participan en la percepción, e! comporramiento<br />
y la memoria. En respuesta a<br />
estímulos, el gen humano se expresa <strong>de</strong> forma<br />
INVESTIGACION y CIENCIA, julio, 2008<br />
más intensa que el gen <strong>de</strong>l chimpancé. Existen<br />
sólidas pruebas que sugieren que la secuencia<br />
reguladora humana ha evolucionado por selección<br />
natural, es <strong>de</strong>cir, se mantuvo porque<br />
resultaba ventajosa.<br />
Tal y como ilustran los ejemplos aducidos,<br />
es indudable que las mutaciones en las regiones<br />
reguladoras <strong>de</strong>l ADN han <strong>de</strong>sempeñado un papel<br />
en la evolución humana y que, a<strong>de</strong>más, las<br />
variaciones en la regulación pue<strong>de</strong>n constituir<br />
una fuente rica <strong>de</strong> diferencias no sólo físicas,<br />
sino también en la salud <strong>de</strong> los individuos.<br />
Como no se pue<strong>de</strong> manipular el ADN <strong>de</strong> los<br />
seres humanos como si se tratara <strong>de</strong>! genoma <strong>de</strong><br />
moscas o peces, cuesta más estudiar los cambios<br />
en el ADN regulador a los que se <strong>de</strong>be nuestra<br />
divergencia <strong>de</strong> otras especies. No obstante,<br />
algunos nuevos métodos para el análisis <strong>de</strong><br />
genomas suponen avances prometedores.<br />
Nos hallamos en las etapas iniciales <strong>de</strong> la<br />
<strong>investigación</strong> <strong>de</strong> la evolución <strong>de</strong> las secuencias<br />
<strong>de</strong>l ADN que regulan los genes. En el<br />
zoológico virtual <strong>de</strong> genomas quedan todavía<br />
cientos <strong>de</strong> miles <strong>de</strong> interruptores genéticos<br />
por <strong>de</strong>scubrir o investigar. Sin embargo, ya<br />
cabe pre<strong>de</strong>cir que los cambios evolutivos <strong>de</strong><br />
la anatomía, en particular aquellos en los que<br />
intervienen genes pleiotrópicos, resultan <strong>de</strong><br />
cambios en los intensificadores génicos y no<br />
en los propios genes.<br />
Se ve así, a<strong>de</strong>más, cómo es posible que diversos<br />
grupos <strong>de</strong> animales companan la mayor<br />
parte, si no la totalidad, <strong>de</strong> los genes implicados<br />
en la construcción y diseño corporal: la diversidad<br />
<strong>de</strong>l reino animal <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>, sobre todo,<br />
<strong>de</strong> cómo y cuándo se utilizan esos genes. Para<br />
enten<strong>de</strong>r las diferencias morfológicas, no habremos<br />
<strong>de</strong> buscar en genes y proteínas, sino en<br />
ámbitos <strong>de</strong> nuestros genomas por explorar.<br />
Bibliografía<br />
complementaria<br />
EVOLUTlON AT TWO LEVELS:<br />
ON GENES AND FORMo Sean B.<br />
Carroll en PLoS Bialagy, vol. 3.<br />
págs. 1159-1166; julio <strong>de</strong> 2005.<br />
ENDLESS fORMS MOST BEAUTlFUL:<br />
THE NEW SCIENCE OF EVO DEVO<br />
AND THE MAKING OF THE ANIMAL<br />
KINGDOM. Sean B. Carroll. W.<br />
W. Norton, 2005.<br />
THE MAKING Of THE FITTEST: DNA<br />
AND THE ULTlMATE FORENSIC<br />
RECORD OF EVOLUTION. Sean B.<br />
Carroll. W. W. Norton, 2006.<br />
THE EVOLUTIONARY SIGNIFICANCE<br />
Of CIS-REGULATORY MUTATlONS.<br />
Gregory A. Wray en Nature<br />
Reviews Genetics, vol. 8, págs.<br />
206-216; marzo <strong>de</strong> 2007.<br />
EMERGING PRINCIPLES OF REGU<br />
LATORY EVOLUTION. Benjamin<br />
Prud'homme, Nicolas Gompel y<br />
Sean B. Carroll en Proceedings<br />
af the Natianal Aca<strong>de</strong>my of<br />
Sciences USA, vol. 104, suplemento<br />
1, págs. 8605-8612; 15<br />
<strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 2007.<br />
31
urante largo tiempo se<br />
había venido admitiendo<br />
que la vida en la Tierra<br />
constituía un fenómeno<br />
local. De acuerdo con la<br />
hipótesis más extendida,<br />
las células vivas primitivas surgiero n<br />
<strong>de</strong> la evolución quím ica en nuestro<br />
planeta, hace miles <strong>de</strong> millones <strong>de</strong><br />
años, en un proceso <strong>de</strong> abiogénesis.<br />
La posibilid ad <strong>de</strong> que las células, o<br />
sus precursores, llegaran <strong>de</strong>l espacio<br />
pertenecía al reino <strong>de</strong> la fantasía<br />
científica. Pero los avances logrados<br />
en el curso <strong>de</strong> los últim os diez años<br />
abonan la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que la biosfera <strong>de</strong><br />
nuestro planeta habría surgido <strong>de</strong> una<br />
semilla extraterrestre.<br />
Sabemos que en las primeras<br />
etapas <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> nuestro sistema<br />
solar habrían existido numerosos<br />
mundos con agua líquid a, el<br />
ingrediente esencial para la vida tal<br />
y como la conocemos. Datos recientes<br />
obtenidos <strong>de</strong> las exploraciones<br />
que la NASA ha realizado en Marte<br />
corroboran las antiguas sospechas: el<br />
agua fluyó alguna vez por el planeta<br />
rojo, al menos <strong>de</strong> forma intermiten <br />
te. No es <strong>de</strong>scabellad o, pues, pensar<br />
que la vida existió en Marte largo<br />
tiemp o atrás y que quizá continúa<br />
allí. La vida pudo haberse <strong>de</strong>sarrollado<br />
también en Europa, satélite <strong>de</strong><br />
Júpiter (el cuarto en razón <strong>de</strong>l tamaño),<br />
que parece albergar agua líquida<br />
bajo su helada superficie. El mayor<br />
satélite <strong>de</strong> Saturn o, Titán , abunda en<br />
compuestos orgánicos; habida cuenta<br />
<strong>de</strong> las temperaturas gélidas <strong>de</strong> dich a<br />
luna , la posibilidad <strong>de</strong> hallar formas<br />
<strong>de</strong> vida allí es escasa, pero no <strong>de</strong>be<br />
<strong>de</strong>scartarse. La vida podría haberse<br />
<strong>de</strong>sarroll ado incluso en el tórrido Venus.<br />
Aunque la superficie venusiana<br />
está sometida a una temperatura y<br />
presión atmosférica excesivas para<br />
ser habitable, el planeta podría haber<br />
albergado vida micr oscópica en las<br />
capas altas <strong>de</strong> la atmósfera. A<strong>de</strong>más,<br />
26<br />
pue<strong>de</strong> que en la superficie <strong>de</strong> Venus<br />
no hayan reinado siempre esas<br />
condiciones durísimas. Quizá Venus<br />
presentara antaño un ambiente similar<br />
al <strong>de</strong> la Tierra primitiva.<br />
Por otra parte, la extensión <strong>de</strong>l espacio<br />
interplanetario no constituye la<br />
barrera infranqu eable que apare nta.<br />
En el curso <strong>de</strong> los últimos veinte años<br />
se ha <strong>de</strong>scubierto, a partir <strong>de</strong> la composición<br />
<strong>de</strong> los gases atrapados en<br />
ciertas rocas, que una treintena larga<br />
<strong>de</strong> meteoritos hallados en la Tierra<br />
proce<strong>de</strong>n <strong>de</strong> la corteza <strong>de</strong> Marte. Al<br />
propio tiempo, se han hallado orga <br />
nismos aptos para sobrevivir en el<br />
interior <strong>de</strong> tales meteoritos, al menos<br />
durante un viaje corto. Aunque ello<br />
no significa que fueran los mismos<br />
organismos que viajaron, <strong>de</strong>muestra<br />
que otros podrían haberlo hecho. La<br />
vida habría aparecido en Marte y luego<br />
venido a la Tierra, o viceversa.<br />
Los expertos estudian ahora con tenacidad<br />
el transporte interplanetario<br />
<strong>de</strong> materiales biológicos para averiguar<br />
si el viaje pudo haber ocurrido<br />
alguna vez. Estos trabajos arrojarán<br />
nueva luz sobre algunas cuestiones<br />
can<strong>de</strong>ntes: ¿Dón<strong>de</strong> y cómo surgió la<br />
vida? ¿Caben otras formas <strong>de</strong> vida?<br />
¿Hay vida en alguna otro lugar <strong>de</strong>l<br />
universo?<br />
De la filoso fía al laborato rio<br />
A los prim eros filósofos, la creación<br />
<strong>de</strong> vida a partir <strong>de</strong> materia inerte les<br />
parecía algo tan mágico, exclusivo <strong>de</strong><br />
las <strong>de</strong>ida<strong>de</strong>s, que algunos optaron por<br />
suponer que las formas vivas llegaron<br />
a la Tierra proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> otro<br />
lugar. Anaxágoras, filósofo griego <strong>de</strong><br />
hace 2500 años, formuló la hipótesis<br />
<strong>de</strong> la "panespermia" ("se millas<br />
por doquier"). De acuer do con la<br />
misma, la vida, todas las cosas en<br />
realidad, surgieron <strong>de</strong> la combinación<br />
<strong>de</strong> semillas sutiles y dispersas por<br />
el cosmos . En la era mo<strong>de</strong>rna, Lord<br />
Kelvin, Svante Arrhenius y Francis<br />
• Según la hipótesis <strong>de</strong> la panespermia, las células o sus precursores<br />
habrían aparecido en otro planeta o satélite hace miles <strong>de</strong> millones <strong>de</strong><br />
años y viajado a la Tierra transportados por un meteorito.<br />
• Una pequeña fracción <strong>de</strong> las rocas expulsadas <strong>de</strong> Marte por impactos<br />
<strong>de</strong> asteroi<strong>de</strong>s o cometas habrían llegado a la Tierra en unos pocos<br />
años .<br />
• Para evaluar la viabilidad <strong>de</strong> la panespermia. los expertos estud iarán si<br />
los microorganismos sobreviven a un viaje interplanetario.<br />
Crick, entre otros, han abogado por<br />
formas diversas <strong>de</strong> panespermia.<br />
Aunque la proponen también otros<br />
autores <strong>de</strong> menos respetabilid ad, se<br />
trat a <strong>de</strong> una i<strong>de</strong>a que no po<strong>de</strong>mos<br />
ignorar a la hora <strong>de</strong> estudiar la distribución<br />
y evolución <strong>de</strong> la vida en el<br />
universo y cómo ésta apareció sobre<br />
la Tierra.<br />
En su formulación actual, la hipótesis<br />
<strong>de</strong> la panespe rmia se centra en<br />
los medios empleados por el material<br />
biol ógico para alcanzar nuestro planeta,<br />
no en el propio origen <strong>de</strong> la<br />
vida. Don<strong>de</strong> quiera que empeza ra,<br />
la vida surgió <strong>de</strong> materia inerte. La<br />
abiogénesis pasó <strong>de</strong>l domini o filosófico<br />
a la experimentación científica<br />
durante los años cincuenta <strong>de</strong>l siglo<br />
pasado, cuando Stanley L. Miller y<br />
Harold C. Urey, <strong>de</strong> la Universidad<br />
<strong>de</strong> Chicago, <strong>de</strong>mostraron que los<br />
aminoáci dos y otras moléculas <strong>de</strong><br />
importancia biológica se generaban<br />
a partir <strong>de</strong> compuestos simples que,<br />
se suponía, existieron en la Tierra<br />
primitiva. Ahora se cree que también<br />
las moléculas <strong>de</strong> ácido ribonucleico<br />
(ARN), cruciales para el <strong>de</strong>sarrollo<br />
<strong>de</strong> la vida, se ensamblaron a parti r<br />
<strong>de</strong> componentes más elementales.<br />
En las células actuales, moléculas<br />
especializadas <strong>de</strong> ARN participan en<br />
la síntesis <strong>de</strong> las proteínas. Algunos<br />
ácidos ribonucleicos actúan <strong>de</strong> mensajeros<br />
entre los genes (hechos <strong>de</strong><br />
ácido <strong>de</strong>soxirribonucleico, o ADN)<br />
y los rib osom as (las fá bricas <strong>de</strong><br />
proteínas <strong>de</strong> la célula). Otros ARN<br />
transportan aminoác idos (los constituyentes<br />
<strong>de</strong> las proteínas) a los ribosomas,<br />
que a su vez contienen otra<br />
clase <strong>de</strong> ARN . Los ARN trabajan a<br />
la par con enzimas que cataliza n la<br />
unión <strong>de</strong> los aminoácidos, pero los<br />
ARN ribosómicos realizan la etapa<br />
crucial <strong>de</strong> la síntesis proteica por sí<br />
mismos. Durante las primeras fases<br />
<strong>de</strong> la evolución <strong>de</strong> la vida, las enzimas<br />
pudieron haber sido ARN, no<br />
proteínas. Puesto que estas enzimas<br />
<strong>de</strong> ARN habrían fabricado las primeras<br />
proteínas sin la existencia previa<br />
<strong>de</strong> enzimas proteínicas, la abiogénesis<br />
escapa <strong>de</strong>l viejo problema sobre<br />
la prioridad <strong>de</strong>l huevo o la gallina,<br />
al que se le había atado con anterioridad.<br />
Un sis tema prebiótico <strong>de</strong><br />
ARN y proteínas habría <strong>de</strong>sarrollado,<br />
andando el tiempo, la capacidad <strong>de</strong><br />
repl icar sus constituyentes moleculares,<br />
<strong>de</strong> una forma basta en un co-<br />
INVESTIGACiÓN y CIENCIA, enero, 2006
mienzo, para ir adquiriendo eficacia<br />
creciente.<br />
Esta nueva concepción <strong>de</strong>l origen<br />
<strong>de</strong> la vida ha obligado a replantearse<br />
el <strong>de</strong>bate cient ífico sobre la panespermi<br />
a. Ya no se discut e si los<br />
prim eros microorganismos surgiero n<br />
en la Tierra o llegaron <strong>de</strong>l espacio.<br />
Durante los comi enzos caóticos <strong>de</strong>l<br />
sistema solar, nuestro planeta est uvo<br />
sometido a un intenso bombar<strong>de</strong>o <strong>de</strong><br />
meteoritos que contenían compuestos<br />
orgá nicos simples. La Tierra joven<br />
pudo haber recibido también moléculas<br />
<strong>de</strong> mayor complejidad con funciones<br />
enzi máticas; molécul as que,<br />
si bien prebi óticas, form aban parte<br />
<strong>de</strong> un sistema que podía co nducir a<br />
la vida. Tras aterri zar en un medi o<br />
a<strong>de</strong>cuado, éstas habrían co ntinuado<br />
El EXPRESO INTERPLANETARIO<br />
evo lucionando hasta for mar células<br />
vivas. Cabe, pues, un esce nario intermedio<br />
en el que la vida hundi era sus<br />
raíces en la Tierra y en el espac io.<br />
Pe ro, ¿cuáles fueron las etapas que<br />
condujeron al <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la vida y<br />
dón<strong>de</strong> se dieron? Y, una vez la vida<br />
arra igó, ¿has ta dónd e se extendió?<br />
Los investi gador es acostumbraban<br />
centrarse en la plausibilidad <strong>de</strong><br />
la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> panespermia. Han dado<br />
un paso al frente, para calcular la<br />
probabilidad <strong>de</strong> que los materi ales<br />
biológicos reali zaran el viaje a la<br />
Tie rra <strong>de</strong>s<strong>de</strong> otros planetas y satélites.<br />
Para iniciar el viaje interpl anetario,<br />
los materiales (rocas y partículas<br />
<strong>de</strong> polvo) habrían sido expulsados <strong>de</strong><br />
su planeta <strong>de</strong> origen tras el impacto<br />
<strong>de</strong> un cometa o un asteroi<strong>de</strong>. Du<br />
rante el viaje espac ia l, el campo<br />
gravi tatorio <strong>de</strong> otro plan eta o <strong>de</strong> un<br />
satélite los habría capturado. Lueg o,<br />
habrían <strong>de</strong>celerado hasta cae r hacia<br />
la superficie cruza ndo la atmósfera,<br />
si la hubiera.<br />
Transferenci as <strong>de</strong> ese tipo ocurren<br />
con frecuenci a por todo el sistema<br />
solar, aunque para el mat erial expulsado<br />
resulta más fácil viajar <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
los cuerpos más alejados <strong>de</strong>l Sol<br />
haci a los más cercanos y terminar<br />
en un obj eto <strong>de</strong> ma yor masa . De<br />
hecho, las simulaciones reali zadas<br />
por Brett Gladman, <strong>de</strong> la Universidad<br />
<strong>de</strong> Columbia Británica, sugieren que<br />
la masa transportada <strong>de</strong> la Tierra a<br />
Marte es muy inferior a la transferida<br />
<strong>de</strong> Marte a la Tierra. El escenario<br />
panespérmi co más estudiado se basa,<br />
INVESTIGACiÓNy CIENCIA, enero, 2006 27
El ARCA DE NOE COSMICA<br />
pu es, en el transporte <strong>de</strong> microorganism<br />
os, o sus precursores, <strong>de</strong> Marte<br />
a la Tierra.<br />
Las simulaciones <strong>de</strong> impactos <strong>de</strong><br />
asteroi<strong>de</strong>s y cometas en Ma rte ind ican<br />
que los mat eri ales sa len lanzados en<br />
múltiples direcciones. Para Gladman<br />
y sus colaboradores , cada pocos millones<br />
<strong>de</strong> años Marte sufre un imp acto<br />
<strong>de</strong> vio lencia suficie nte para eye ctar<br />
roc as que, co n el tiempo, alca nza rían<br />
la Tierra . El viaje int erpl anetario sue <br />
le ser bastant e largo: gran parte <strong>de</strong><br />
la casi tonelada <strong>de</strong> rocas marcianas<br />
qu e aterrizan en la Tierra anualme nte<br />
ha pasad o varios millones <strong>de</strong> años en<br />
el espacio. Só lo un a diminuta frac <br />
ció n (una <strong>de</strong> cada 10 mill ones) habrá<br />
permanecido menos <strong>de</strong> un año en el<br />
espacio. A los tres años <strong>de</strong>l impacto,<br />
han co mpletado el viaje Marte<br />
Tierra unas 10 rocas <strong>de</strong>l tam año <strong>de</strong><br />
28<br />
un puñ o co n un peso supe rior a los<br />
100 gra mos. Guijarros y part ícul as <strong>de</strong><br />
polvo tien<strong>de</strong> n a real izar viajes interplanetari<br />
os con mayor rapi<strong>de</strong>z; co n<br />
rocas, sin embargo, esos recorridos<br />
menu<strong>de</strong>an menos.<br />
¿Sobreviviría n las entida <strong>de</strong>s biológicas<br />
a es tos viajes? A nalice mos<br />
primero si los microorganism os re <br />
sistiría n la eye cci ón <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el cuerpo<br />
celes te pro genitor <strong>de</strong>l met eorito. En<br />
el laboratorio se ha observado, a través<br />
<strong>de</strong> ensayos <strong>de</strong> choque, que ciertas<br />
ca<strong>de</strong> nas <strong>de</strong> bacterias sobreviven a las<br />
aceler aciones y sac udidas (ca mbios<br />
<strong>de</strong> ace lerac ió n) qu e sufrirían en un a<br />
típica eye cción <strong>de</strong> altas pr esiones en<br />
Marte. Resulta <strong>de</strong> vital importa ncia,<br />
no obstante, que durant e el impacto<br />
y la expuls ión los meteoritos no se<br />
ca lienten hasta el punto <strong>de</strong> <strong>de</strong>struir<br />
el material biológico qu e portan.<br />
En un principio se creyó qu e cua lquier<br />
material ex pulsado co n una veloc<br />
idad superio r a la veloc idad <strong>de</strong><br />
escape <strong>de</strong> Marte terminaría, si no convertido<br />
en vapor, fundido <strong>de</strong>l tod o.<br />
A raíz <strong>de</strong>l posteri or <strong>de</strong>scubrimiento<br />
<strong>de</strong> meteoritos totalmente intacto s (sin<br />
fun dir) proced entes <strong>de</strong> la Luna y <strong>de</strong><br />
Marte, se <strong>de</strong>sechó esa i<strong>de</strong>a. H. Ja y<br />
Melos h, <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Arizo<br />
na, ca lculó qu e un pequeño porce<br />
ntaje <strong>de</strong> las roc as eyectadas serían<br />
ex pulsadas <strong>de</strong> Marte sin sufr ir ningún<br />
calenta miento . Según Melos h, cuando<br />
la onda <strong>de</strong> presión que, <strong>de</strong>bida<br />
al impacto, se propaga <strong>de</strong>l interior<br />
al ex ter ior alca nza la superficie <strong>de</strong>l<br />
pl anet a, lo hace co n una diferen cia<br />
<strong>de</strong> fase <strong>de</strong> 180 grados , lo que cancela<br />
la presión en una fina cap a <strong>de</strong><br />
rocas justo por <strong>de</strong>b ajo <strong>de</strong> la supe rficie.<br />
Da do qu e es ta capa ape nas sufre<br />
INVESTIGACiÓN y CI ENCIA, enero, 2006
compresion, mientra s que las capas<br />
interiores se hallan sometidas a una<br />
enorme presión, las rocas cercanas<br />
a la superficie se expulsan a gran<strong>de</strong>s<br />
velocida<strong>de</strong>s y sin sufrir apenas<br />
<strong>de</strong>formación.<br />
¿Qué <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> la capacidad <strong>de</strong> los<br />
microorganismos <strong>de</strong> sobrevivir a la<br />
entrada en la atmósfera terrestre? Edward<br />
An<strong>de</strong>rs, adscrito por entonces al<br />
Institut o Enrico Fermi <strong>de</strong> la Universidad<br />
<strong>de</strong> Chicago, <strong>de</strong>mostró que las<br />
partículas interplan etarias se frenan<br />
en la atmósfera alta <strong>de</strong> la Tierra,<br />
evitando así el calentamiento. Los<br />
meteoritos, en cambi o, sufren una<br />
fricción fort ísima: su superfic ie se<br />
fun<strong>de</strong> cuando atraviesan la atmósfera.<br />
Pero el pulso térmico tiene tiempo <strong>de</strong><br />
penetrar unos milím etros meteorito<br />
a<strong>de</strong>ntro, <strong>de</strong> forma que los organismos<br />
encerrados en la profundidad <strong>de</strong> la<br />
roca sobrevivirían.<br />
En el curso <strong>de</strong> los últimos cinco<br />
años, uno <strong>de</strong> los autores (Weiss)<br />
ha venido analizando con sus colabor<br />
adores dos tipos <strong>de</strong> meteoritos<br />
marcianos: los nakhlites, un conjunto<br />
<strong>de</strong> rocas expulsadas <strong>de</strong> Marte por<br />
un impacto cometario o <strong>de</strong> asteroi<strong>de</strong><br />
hace unos 11 millones <strong>de</strong> años, y<br />
ALH84001, que abandonó el planeta<br />
rojo cuatro millon es <strong>de</strong> años antes.<br />
(ALH8400 1 se hizo famoso en 1996,<br />
cuando un grupo <strong>de</strong> científicos li<strong>de</strong>rados<br />
por David McKay, <strong>de</strong>l Centro<br />
Espacial Johnson <strong>de</strong> la NASA, anunció<br />
el hallazgo <strong>de</strong> trazas <strong>de</strong> microorganismos<br />
fósiles que recordaban a<br />
las bacterias terrestres. Un <strong>de</strong>cenio<br />
<strong>de</strong>spués continúa el <strong>de</strong>bate sobre si<br />
este meteorito contiene o no huellas<br />
<strong>de</strong> vida marciana.)<br />
A parti r <strong>de</strong>l estudio <strong>de</strong> las propieda<strong>de</strong>s<br />
magnéticas <strong>de</strong> los meteoritos<br />
y la composición <strong>de</strong> los gases<br />
atrapados <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> éstos, el equipo<br />
<strong>de</strong> Weiss halló que ALH84001, y al<br />
menos dos <strong>de</strong> los siete nakhli tes <strong>de</strong>scubiertos<br />
hasta la fecha, apenas se<br />
habían calentado unos pocos cientos<br />
<strong>de</strong> grados Celsius <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que formaron<br />
parte <strong>de</strong> la superficie marciana.<br />
Es más, el hecho <strong>de</strong> que los nakhlites<br />
sean rocas casi prístin as, inalteradas<br />
por los efectos <strong>de</strong> las ondas <strong>de</strong><br />
choque <strong>de</strong> altas presiones, significa<br />
que el impacto en Marte no elevó<br />
su temp eratura por encima <strong>de</strong> los<br />
100 grados centígrados.<br />
No todos, pero sí buena parte <strong>de</strong><br />
los procariota s terrestres (organis-<br />
INVESTIGACiÓNy CIENCIA, enero, 2006<br />
mas unicelulares simples como las<br />
bacteria s, cuyo núcleo carece <strong>de</strong><br />
membrana) y los eucariotas (organismos<br />
con núcleos bien <strong>de</strong>finidos)<br />
sobrevivirían <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ese intervalo<br />
<strong>de</strong> temperaturas. Este resultado ofreció<br />
la primera prueba experimental<br />
<strong>de</strong> que los materiales viajarían <strong>de</strong><br />
planeta a planeta sin experimentar<br />
esterilizac ión térmic a en ningún momento,<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la eyecció n hasta el<br />
aterrizaje.<br />
El probl ema <strong>de</strong> la radiación<br />
Con todo, para que la panespermi a<br />
resulte viable los microorganismos<br />
<strong>de</strong>ben sobrevivir no sólo a la expulsión<br />
<strong>de</strong>l planeta <strong>de</strong> origen y la<br />
entrada en la atmósfera <strong>de</strong>l cuerpo <strong>de</strong><br />
llegada, sino superar también el viaje<br />
interplanetario. Los meteoroi<strong>de</strong>s y las<br />
partículas <strong>de</strong> polvo estarían expuestos<br />
al espacio vacío , a temperaturas extremas<br />
y a varios tipos <strong>de</strong> radiación.<br />
La <strong>de</strong> mayor peligro para la vida<br />
por ellos portada sería la luz solar<br />
ultravioleta (UY) <strong>de</strong> alta energía, que<br />
rompe los enlaces que unen los átomos<br />
<strong>de</strong> carbono <strong>de</strong> las molécula s orgánicas<br />
. Pero no resulta complicado<br />
protegerse <strong>de</strong> esa radiación: bastan<br />
unas micras <strong>de</strong> material opaco para<br />
resg uardar a las bacterias.<br />
Un proyecto europeo realizado en<br />
las instalaciones que la NASA utiliza<br />
para el estudio <strong>de</strong> exposiciones <strong>de</strong><br />
larga duración ("Lo ng Duration Exposure<br />
Facility", o LDEF, un satélite<br />
<strong>de</strong>splegado por la lanza<strong>de</strong>ra espacial<br />
en 1984 y rescatado <strong>de</strong> su órbita seis<br />
años <strong>de</strong>spués) <strong>de</strong>mostró que con una<br />
fina capa <strong>de</strong> aluminio se podía proteger<br />
<strong>de</strong> la radiación UY a esporas <strong>de</strong><br />
la bacteria Bacillus subtilis. De las<br />
esporas protegidas por el aluminio,<br />
aunque expuestas al vacío y a las<br />
temperaturas extremas <strong>de</strong>l espacio, un<br />
80 por ciento sobrevivió (se reanimaron<br />
como células bacterianas activas<br />
al final <strong>de</strong> la misión). En cuanto a<br />
las esporas que no estaban protegidas<br />
por el aluminio y, por tanto, quedaban<br />
a merced <strong>de</strong> la radiación UY directa<br />
<strong>de</strong>l Sol, la mayoría se <strong>de</strong>struyeron.<br />
No todas, sin embargo: una <strong>de</strong> cada<br />
diez mil permaneció viable (la presencia<br />
<strong>de</strong> sustancias como la glucosa<br />
y las sales aumentaron la tasa <strong>de</strong> supervivencia).<br />
Incluso en cuerpos <strong>de</strong><br />
las dimensiones <strong>de</strong> una partícula <strong>de</strong><br />
polvo, la radiación solar ultravioleta<br />
no tendría por qué este rilizar a<br />
una colo nia microbi ana entera. En<br />
el interior <strong>de</strong> un cuerpo <strong>de</strong> mayor<br />
tamaño (un guija rro, por eje mplo),<br />
la protección frente a la radiación<br />
ultravioleta sería todavía mayor.<br />
Este estudio <strong>de</strong> las radi aciones<br />
se llevó a cabo en una órbita baja<br />
terrestre, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la protección <strong>de</strong>l<br />
campo magnético <strong>de</strong> nuestro planeta.<br />
Por tanto, los resultados nada dicen<br />
sobre los efec tos <strong>de</strong> las partículas<br />
interplanetarias dotadas <strong>de</strong> carga que<br />
no atraviesan la magnetosfera <strong>de</strong> la<br />
Tierra. De vez en cuando, en el Sol<br />
se registran estallidos que producen<br />
iones y electrones <strong>de</strong> alta energía;<br />
a<strong>de</strong>m ás, las partícul as dotadas <strong>de</strong><br />
carga constituyen una <strong>de</strong> las componentes<br />
principal es <strong>de</strong> la radiación<br />
cós mica galáctica que bomb ar<strong>de</strong>a<br />
sin cesar el sistema solar. Proteger<br />
a los organismos <strong>de</strong> radiacio <br />
nes tan energéticas como los rayos<br />
gamma entraña mayor complejidad<br />
que apantallarlos ante la radiación<br />
ultr avioleta. Una capa <strong>de</strong> roca <strong>de</strong><br />
sólo unos micrometro s <strong>de</strong> espeso r<br />
bloquea la radiación ultravioleta. Sin<br />
embargo, a mayor escudo, mayor es<br />
la dosis <strong>de</strong> otros tipos <strong>de</strong> radiación,<br />
por una razón clara: la interacción<br />
entre partículas dotadas <strong>de</strong> carga y<br />
fotones <strong>de</strong> alta energía, por un lado,<br />
y materi al rocoso <strong>de</strong>l escudo, por<br />
otro, produ ce una auténtica lluvia <strong>de</strong><br />
radi ación secundaria en el interior<br />
<strong>de</strong>l meteorito.<br />
Esa llu via alcanzaría a cualquier<br />
micro organismo <strong>de</strong>l inter ior <strong>de</strong> la<br />
roca, salvo que ésta midi era dos o<br />
más metros <strong>de</strong> diámetro. Ahora bien,<br />
según hemos avanzado, ese tipo <strong>de</strong><br />
rocas no suelen empren<strong>de</strong>r viajes<br />
interpl anetarios rápidos . En consecuencia,<br />
a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la prot ección<br />
ultravioleta, importa sobremanera la<br />
resistencia <strong>de</strong>l microorganismo a todos<br />
los componentes <strong>de</strong> la radiación<br />
espacial y la celeridad con la que<br />
el meteorito portador se <strong>de</strong>splaza <strong>de</strong><br />
planeta a planeta. Cuanto más corto<br />
sea el viaje, menor será la dosis <strong>de</strong><br />
radiación y, por tanto, mayor el índice<br />
<strong>de</strong> supervivencia.<br />
En términos <strong>de</strong> resistencia a la<br />
radiación, B. subtilis es bastante robusta.<br />
Deinococcus radiodurans, una<br />
bacteria que Arthur W. An<strong>de</strong>rson <strong>de</strong>scubrió<br />
en los años cincuenta <strong>de</strong>l siglo<br />
pasado, lo es todavía más: sobrevive a<br />
las dosis <strong>de</strong> radiación que se aplican<br />
para esterilizar los productos alimen<br />
29
período <strong>de</strong>terminado. Ni siquiera la<br />
transferenci a <strong>de</strong> organismos viables<br />
garantiza el éxito <strong>de</strong> la germinación<br />
en el planeta que los rec ibe, sobre<br />
todo si ya hay vida anterior.<br />
Caben varias situaciones imagi <br />
nables. Los microorgani smos <strong>de</strong><br />
Marte llegaron a la Tierra <strong>de</strong>spués<br />
<strong>de</strong> que la vida surgiera <strong>de</strong> forma<br />
in<strong>de</strong>pendiente en nuestro planeta y<br />
no lograron reemplazar las especies<br />
locales ni coexistir con ellas . La<br />
vida marciana encontró en la Tierra<br />
un nicho apropiado, que no se ha<br />
i<strong>de</strong>ntificado todavía; <strong>de</strong> hecho, <strong>de</strong>l<br />
total <strong>de</strong> especies bacteriológicas que<br />
habitan nuestro planeta apenas se ha<br />
catalogado un pequeño porcentaje;<br />
incluso pudiera ser que pervivieran,<br />
sin i<strong>de</strong>ntificar, grupos <strong>de</strong> organismos<br />
carentes <strong>de</strong> relación genética con la<br />
vida terrestre conocida.<br />
Mientras no se <strong>de</strong>scubra vida en<br />
otro planeta o satélite, seguiremos<br />
ignorando si hubo panespermia y<br />
en qué grado. En el supues to <strong>de</strong><br />
que las futur as misiones espaciales<br />
hallaran vida en el planeta rojo y<br />
llegaran a la conclusión <strong>de</strong> que la<br />
bioquímica marciana difiere <strong>de</strong> la<br />
terrestre, quedaría <strong>de</strong>mostrado que<br />
la vida terrestre no proce<strong>de</strong> <strong>de</strong> Marte.<br />
Pero si las bioquímicas fueran<br />
similares, cabría preguntarse sobre<br />
la posibilidad <strong>de</strong> una fuente común<br />
para ambas biosferas. Para abordar<br />
esta cuestión, y suponiendo que las<br />
formas <strong>de</strong> vida marcianas utilizaban<br />
el ADN para almac enar la información<br />
genética, <strong>de</strong>berían estudiarse<br />
las secuencias <strong>de</strong> nucleótidos. Si las<br />
secuencias <strong>de</strong> ADN marcianas no<br />
siguieran el código genético que las<br />
células vivas terrestres util izan para<br />
la síntesis <strong>de</strong> proteínas, la hipótesis<br />
panespérmica entre Marte y la Tierra<br />
per<strong>de</strong>ría fuerza.<br />
No se agotan ahí las situaciones<br />
plausibles. Quizá la vida <strong>de</strong> Marte<br />
utilizara el ARN o una estructura parecida<br />
para su replicación. De hecho,<br />
podría ser que algunos organismos<br />
<strong>de</strong> la Tierra, aún por <strong>de</strong>scubrir, se<br />
ajustaran a esa categoría, en cuyo<br />
caso tales criaturas terrestres exóticas<br />
se hallarían emparentadas con<br />
las formas <strong>de</strong> vida marcianas.<br />
A modo <strong>de</strong> resum en: la vida<br />
terrestre pudo originarse en el propio<br />
planeta, resultar <strong>de</strong> una semilla<br />
biológica proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l espacio o<br />
surgir <strong>de</strong> una combinación <strong>de</strong> ambos<br />
INVESTIGACiÓNy CIENCIA, enero, 2006<br />
MONITORIZACION DEL ENTOR<br />
procesos. Cualquiera <strong>de</strong> esas situa ocurre con facilidad por todo el<br />
ciones fue posible. La confirmación cosmos. Es más, podrían compararse<br />
<strong>de</strong> una panespermia entre Marte y la organismos terrestres con formas <strong>de</strong><br />
Tierra sugeriría que la vida, una vez vida alienígena para elaborar una<br />
iniciada, se esparciría con presteza <strong>de</strong>finición más general <strong>de</strong> la vida.<br />
por todo un sistema estelar. Por fin, comenzaríamos a enten<strong>de</strong>r<br />
Si, por el contrario, se hallaran las leyes <strong>de</strong> la biología igual que<br />
organismos marcianos surgidos con compren<strong>de</strong>mos las <strong>de</strong> la física y la<br />
in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la vida terrestre , química: como propi eda<strong>de</strong>s fundaello<br />
indi caría qu e la abi ogénesis mentales <strong>de</strong> la natural eza.<br />
Losautores<br />
David Warmflash y Benjamin Weiss han seguido caminos distintos, aunque<br />
complementarios, en el estudio <strong>de</strong>l origen extraterrestre <strong>de</strong> la vida. Astrobiólogo <strong>de</strong><br />
la Universidad <strong>de</strong> Houston y <strong>de</strong>l Centro Espacial Johnson <strong>de</strong> la NASA, Warmflash<br />
participa en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> métodos <strong>de</strong> análisis moleculares que faciliten la búsqueda<br />
<strong>de</strong> microorganismos en Marte y en Europa, un satélite <strong>de</strong> Júpiter. Weiss es profesor<br />
<strong>de</strong> ciencias planetarias en el Instituto <strong>de</strong> Tecnología <strong>de</strong> Massachusetts. Ha estudiado<br />
varios meteoritos marcianos.<br />
Bibliografía complementaria<br />
WOR LOS IN THE MA KI NG: THE EVOLU TION OF THE UNIVERSE. Svante Arrhenius. Harper; 1908.<br />
THE STR UCTURAL BASIS OF RIBOSO ME ACTlVITY IN PEPTlOE BO NO SYNTHESIS. P. Nissen,<br />
J. Hansen, N. Ban, P. B. Moore, y T. A. Steitz en Science, vol. 289, págs. 878·879;<br />
11 <strong>de</strong> agosto 2000.<br />
RIS KS THREATENING VIABLE TRANSFER OF MICROBES BET WEEN BOOlES IN OUR SO LAR SYSTEM.<br />
C. Mileikowsky, F. A. Cucinotta, J. W. Wilson, B. Gladman, G. Horneck, L. Lin<strong>de</strong>gren,<br />
H. J. Melosh, H. Rickman, M. Valtonen y J. Q. Zheng en Planetary andSpace Science,<br />
vol. 48, tomo 11, págs. 1107·1115; septiembre 2000.<br />
MARTIAN SURFACEPALEO TE MPERATURES FROMTHER MOCHRO NOLOGY OF METEORITES. D. lo Shuster<br />
y B. P. Weiss en Science, vol. 309, págs. 594·600; 22 <strong>de</strong> julio 2005.<br />
QRIGI NS OF THE GENETlC COO E: THE ESCAPEO TRIPLET TH EOR Y. M. Yarus, J. G. Caporaso<br />
y R. Knight en Annual Review of Biochemistry, vol. 74, págs. 179·198; julio 2005.<br />
31
Turiasaurus rio<strong>de</strong>vensis:<br />
el gigante europeo<br />
Están apareciendo<br />
fósiles <strong>de</strong><br />
Turiasaurus<br />
rio<strong>de</strong>vensis,<br />
dinosaurio<br />
saurópodo gigante,<br />
en sedimentos<br />
<strong>de</strong> entre 140 y 150<br />
millones <strong>de</strong> años<br />
<strong>de</strong> antigüedad.<br />
El yacimiento<br />
se encuentra<br />
en España<br />
Rafael Royo Torres, Alberto Cobos y Luis Alcalá<br />
Hasta la fecha, los dinosaurios gigantes<br />
habían sido <strong>de</strong>scubiertos en el Nuevo<br />
Mundo o en Africa. Algunos ejemplos<br />
son los saurópodos Seismosaurus, hallado en<br />
Estados Unidos, Argentinosaurus, en Argentina,<br />
Paralititan, en Egipto, y Brachiosaurus, en<br />
Tanzania. Encontrar uno <strong>de</strong> ellos en Europa<br />
y en pleno siglo xxi parecía poco probable.<br />
Hallarlo en un pueblo turolense constituyó<br />
toda una sorpresa.<br />
Des<strong>de</strong> hacía más <strong>de</strong> diez años se tenía constancia<br />
<strong>de</strong> indicios <strong>de</strong> vertebrados mesozoicos<br />
en Rio<strong>de</strong>va, el pueblo en cuestión. Algunos<br />
fragmentos aislados habían aparecido entre los<br />
<strong>de</strong>sechos <strong>de</strong> unas obras <strong>de</strong> mejora <strong>de</strong> la carretera<br />
<strong>de</strong> acceso a la población. Cuando en 2002<br />
el equipo <strong>de</strong> paleontólogos <strong>de</strong> la Fundación<br />
Conjunto Paleontológico <strong>de</strong> Teruel-Dinópolis<br />
comenzó a recopilar la información disponible<br />
sobre ese y otros indicios, en el marco <strong>de</strong><br />
un programa encaminado a conseguir nuevos<br />
hallazgos <strong>de</strong> dinosaurios, Rio<strong>de</strong>va fue una <strong>de</strong><br />
las áreas seleccionadas. El 22 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong><br />
2003, al poco tiempo <strong>de</strong> empezar los trabajos<br />
<strong>de</strong> prospección paleontológica, se hallaron los<br />
primeros fósiles signifi cativos: unos centros<br />
vertebrales aislados <strong>de</strong> estegosáurido. En los<br />
meses siguientes se recuperaron restos en otros<br />
ocho lugares. La zona prometía <strong>de</strong>scubrimientos<br />
importantes.<br />
Las labores <strong>de</strong> campo se vieron recompensadas<br />
el 23 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 2003, día en que se<br />
<strong>de</strong>scubrió un nuevo yacimiento, en un paraje<br />
<strong>de</strong>nominado “El Humero”, junto al Barranco<br />
<strong>de</strong> Barrihonda y apenas a un kilómetro <strong>de</strong><br />
distancia <strong>de</strong> Rio<strong>de</strong>va. En una superfi cie <strong>de</strong><br />
unos 100 metros cuadrados había cientos<br />
<strong>de</strong> pequeños fragmentos <strong>de</strong> huesos fósiles;<br />
otros mayores se encontraban integrados en<br />
los muros <strong>de</strong> contención intercalados entre<br />
bloques <strong>de</strong> arenisca y cantos rodados. Fragmentos<br />
<strong>de</strong> una tibia, <strong>de</strong> un fémur y falanges<br />
<strong>de</strong>l pie que parecían haber pertenecido a un<br />
gran animal se amontonaban entre cardos y<br />
arbustos. Estos indicios bastaron para reconocer<br />
el enorme potencial <strong>de</strong>l décimo <strong>de</strong> los<br />
yacimientos registrados (RD-10), al que <strong>de</strong>nominamos<br />
Barrihonda-El Humero. Bajo aquel<br />
gigantesco rompecabezas <strong>de</strong> huesos troceados<br />
por el paso <strong>de</strong>l arado durante años, ¿podrían<br />
50 INVESTIGACION Y CIENCIA, junio, 2009<br />
FCPT-D Y CARMELO LOPEZ, UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA; LAS DEMAS IMAGENES: CORTESIA DE LOS AUTORES
1. RECONSTRUCCION<br />
<strong>de</strong> Turiasaurus rio<strong>de</strong>vensis<br />
y <strong>de</strong> su paisaje.<br />
2. CLASIFICACION<br />
<strong>de</strong> los dinosaurios<br />
saurópodos y<br />
posición <strong>de</strong>l nuevo<br />
clado Turiasauria<br />
(<strong>de</strong>recha).<br />
haberse conservado fosilizadas otras partes intactas<br />
<strong>de</strong>l esqueleto <strong>de</strong> un gran dinosaurio?<br />
Una nueva especie<br />
En los yacimientos <strong>de</strong> dinosaurios suele aparecer<br />
material suelto, que apenas permite atribuirlo<br />
a un taxón <strong>de</strong>terminado. En el caso <strong>de</strong>l<br />
gran dinosaurio <strong>de</strong> Rio<strong>de</strong>va se recuperaron<br />
numerosos huesos completos <strong>de</strong> un mismo<br />
individuo, que nos facilitaron su asignación<br />
a un género y una especie.<br />
Tras el examen <strong>de</strong> los primeros restos, se<br />
<strong>de</strong>terminó que se trataba <strong>de</strong> un dinosaurio<br />
saurópodo; lo avalaba la presencia <strong>de</strong> rasgos<br />
característicos en algunos huesos <strong>de</strong> las patas<br />
posteriores, entre ellos una falange <strong>de</strong>l pie,<br />
enorme. La comparamos con una falange similar<br />
<strong>de</strong>l dinosaurio Brachiosaurus, expuesto en<br />
Dinópolis-Teruel; tras observar la <strong>de</strong>smesurada<br />
diferencia <strong>de</strong> tamaño a favor <strong>de</strong> la encontrada<br />
en Barrihonda, resultaba evi<strong>de</strong>nte que estábamos<br />
ante un supergigante.<br />
Durante los meses <strong>de</strong> julio a diciembre<br />
<strong>de</strong> 2003 se <strong>de</strong>sarrolló la primera campaña <strong>de</strong><br />
excavaciones. Más tar<strong>de</strong>, como algunos hue-<br />
TRIASICO<br />
JURASICO<br />
CRETACICO<br />
SUPERIOR INFERIOR MEDIO SUP. INFERIOR<br />
SUPERIOR<br />
Mastrichtiano<br />
Campaniano<br />
Santoniano<br />
Coniaciano<br />
Turoniano<br />
Cenomaniano<br />
Albiano<br />
Aptiano<br />
Barremiano<br />
Hauteriviano<br />
Valanginiano<br />
140,2<br />
Berriasiano<br />
Titoniano<br />
Kimeridgiano 150,8<br />
Oxfordiano<br />
161,2<br />
Calloviano<br />
Batoniano<br />
Bajociano<br />
Aleniano<br />
175,6<br />
Toarciano<br />
Pliensbachiano<br />
Sinemuriano<br />
Hetangiano<br />
199,6<br />
Raetiano<br />
Noriano<br />
Carniano<br />
65,5<br />
99,6<br />
228,7<br />
sos continuaban bajo un talud próximo, fue<br />
necesaria la ayuda <strong>de</strong> maquinaria pesada para<br />
retirar la cobertera. Gracias a esto se pudo<br />
preparar una superfi cie <strong>de</strong> excavación <strong>de</strong> un<br />
tamaño semejante a la <strong>de</strong> una cancha <strong>de</strong> baloncesto;<br />
así, se recuperaron aún más huesos<br />
<strong>de</strong>l animal. La excavación continuó durante<br />
2004-2005. En total se recuperaron varios<br />
dientes, seis vértebras <strong>de</strong>l cuello, tres vértebras<br />
dorsales, dos vértebras <strong>de</strong> la cola, restos <strong>de</strong> la<br />
cintura escapular, una pata <strong>de</strong>lantera izquierda<br />
completa, —formada por un húmero (<strong>de</strong> 1,79<br />
metros <strong>de</strong> longitud), un radio, la ulna (cúbito),<br />
un carpal, cinco metacarpos y falanges <strong>de</strong> la<br />
mano—, así como restos <strong>de</strong> las patas traseras,<br />
consistentes en una fíbula (peroné), dos<br />
astrágalos, varios metatarsos y algunas falanges<br />
<strong>de</strong> los pies. De manera más fragmentaria se<br />
recogieron un sacro, parte <strong>de</strong> un fémur y una<br />
tibia, entre otros elementos.<br />
La información <strong>de</strong> que se disponía con tal<br />
cantidad <strong>de</strong> huesos fue sufi ciente para <strong>de</strong>terminar<br />
si el animal representaba una nueva<br />
especie <strong>de</strong> dinosaurio o si pertenecía a una<br />
ya conocida. Se trata <strong>de</strong> una especie nueva:<br />
INVESTIGACION Y CIENCIA, junio, 2009 51<br />
PROSAUROPODA<br />
Vulcanodon<br />
Shunosaurus<br />
Barapasaurus<br />
EUHELOPODIDAE<br />
SAUROPODA<br />
SAUROPODOMORPHA<br />
TURIASAURIA<br />
DIPLODOCOIDEA<br />
EUSAUROPODA<br />
Camarasaurus<br />
BRACHIOSAURIDAE<br />
TITANOSAURIA<br />
TITANOSAURIFORMES<br />
NEOSAUROPODA<br />
CONCEPTOS BASICOS<br />
En Rio<strong>de</strong>va, provincia <strong>de</strong><br />
Teruel, se ha <strong>de</strong>scubierto<br />
uno <strong>de</strong> los dinosaurios<br />
más gran<strong>de</strong> <strong>de</strong>l mundo.<br />
Se ha <strong>de</strong>terminado que<br />
los huesos <strong>de</strong>senterrados<br />
pertenecían a un animal<br />
<strong>de</strong> un género y especie<br />
(Turiasaurus rio<strong>de</strong>vensis)<br />
<strong>de</strong>sconocidos hasta ahora.<br />
Su masa corporal <strong>de</strong>bía<br />
<strong>de</strong> estar entre las 40 y las<br />
48 toneladas. Parece que<br />
sobrepasaba con holgura<br />
los 30 metros <strong>de</strong> longitud<br />
(era, pues, el mayor <strong>de</strong><br />
Europa).<br />
Vivió en la edad Titónico-<br />
Berriasiense, al fi nal <strong>de</strong>l<br />
Jurásico y principios <strong>de</strong>l<br />
Cretácico.<br />
El paisaje era por entonces<br />
muy diferente <strong>de</strong>l que hoy<br />
caracteriza a esa parte <strong>de</strong><br />
la cordillera Ibérica: una<br />
gran llanura sometida a<br />
las mareas y surcada por<br />
gran<strong>de</strong>s ríos caudalosos<br />
que <strong>de</strong>sembocaban en el<br />
mar <strong>de</strong> Tethys.
2. DETALLE DE LOS META-<br />
CARPOS <strong>de</strong> la mano izquierda<br />
<strong>de</strong> Turiasaurus en el yacimiento<br />
Barrihonda-El Humero.<br />
3. RESTOS FOSILES <strong>de</strong> una<br />
costilla y <strong>de</strong> una vértebra dorsal<br />
<strong>de</strong> Turiasaurus durante la campaña<br />
<strong>de</strong> excavación <strong>de</strong> 2005 en<br />
Barrihonda-El Humero.<br />
la pata <strong>de</strong>lantera izquierda completa servía <strong>de</strong><br />
holotipo (el elemento conservado en que se<br />
basa la <strong>de</strong>fi nición <strong>de</strong> la especie) y el resto <strong>de</strong>l<br />
material recuperado formaba el paratipo (los<br />
elementos que acompañan en esa <strong>de</strong>fi nición<br />
al holotipo). Las características exclusivas <strong>de</strong>l<br />
nuevo género y especie se encuentran en sus<br />
vértebras dorsales medias, en sus vértebras<br />
caudales distales, en las costillas cervicales<br />
anteriores y en las patas <strong>de</strong>lanteras y traseras<br />
(húmero, radio, ulna, carpal, tibia, fíbula y<br />
metatarso V).<br />
Sus características anatómicas y noveda<strong>de</strong>s<br />
evolutivas se publicaron en la revista Science<br />
<strong>de</strong>l 22 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 2006. Al espécimen<br />
se le <strong>de</strong>nominó Turiasaurus rio<strong>de</strong>vensis. El género<br />
Turiasaurus se tomó <strong>de</strong> “Turia”, palabra<br />
relacionada etimológicamente con Teruel y<br />
que da nombre a su río, y <strong>de</strong> sauros, término<br />
griego que signifi ca lagarto. El nombre <strong>de</strong> la<br />
especie se refi ere a Rio<strong>de</strong>va, don<strong>de</strong> se encuentra<br />
el yacimiento.<br />
La edad <strong>de</strong>l dinosaurio<br />
Uno <strong>de</strong> los problemas que hubo que resolver<br />
fue la edad geológica <strong>de</strong>l yacimiento. La zona<br />
no había atraído hasta entonces la atención <strong>de</strong><br />
los científi cos. La información disponible se<br />
restringía al Mapa Geológico Nacional y a dos<br />
publicaciones bastante recientes. Los trabajos<br />
en cuestión, realizados por investigadores <strong>de</strong><br />
la Universidad <strong>de</strong> Stuttgart, asignaban a los<br />
sedimentos un intervalo <strong>de</strong> edad muy amplio;<br />
abarcaba todo el Cretácico Inferior (entre hace<br />
146 y 100 millones <strong>de</strong> años). Tras meses <strong>de</strong><br />
trabajo se perfi laron columnas estratigráfi cas<br />
(dibujos <strong>de</strong> la sucesión vertical <strong>de</strong> rocas <strong>de</strong>l<br />
yacimiento) y se estudió la microfauna <strong>de</strong> los<br />
niveles fosilíferos. Toda esta información se<br />
comparó posteriormente con las diferentes<br />
formaciones geológicas <strong>de</strong>scritas en la cordillera<br />
Ibérica.<br />
Lo primero que se observó fue que los niveles<br />
don<strong>de</strong> se encontraban los dinosaurios<br />
se situaban por encima <strong>de</strong>l Jurásico Superior<br />
marino. Esto indicaba un cambio gradual, en<br />
el que las rocas calizas <strong>de</strong> origen marino <strong>de</strong>jaron<br />
paso a medios cada vez más continentales,<br />
representados por sedimentos arenosos y arcillosos.<br />
El yacimiento Barrihonda-El Humero<br />
se encontraba en rocas <strong>de</strong> la Formación Villar<br />
<strong>de</strong>l Arzobispo (<strong>de</strong> edad Titónico-Berriasiense,<br />
entre hace unos 151 y 140 millones <strong>de</strong> años,<br />
al fi nal <strong>de</strong>l Jurásico y principios <strong>de</strong>l Cretácico),<br />
que en Rio<strong>de</strong>va se caracteriza por alcanzar un<br />
gran espesor y presentar pocos niveles carbonatados.<br />
Como la microfauna encontrada por <strong>de</strong>bajo<br />
<strong>de</strong> los yacimientos <strong>de</strong> dinosaurios contiene al<br />
foraminífero Anchispirocyclina lusitanica, que<br />
aporta información acerca <strong>de</strong> la edad absoluta<br />
<strong>de</strong> las capas que lo contienen, y como a<strong>de</strong>más<br />
se ha podido correlacionar la sucesión<br />
estratigráfi ca <strong>de</strong> la parte superior (techo) <strong>de</strong>l<br />
afl oramiento, se calcula que el dinosaurio vivió<br />
entre hace unos 143 y 147 millones <strong>de</strong><br />
años, intervalo en el que se incluye el límite<br />
Jurásico-Cretácico.<br />
El lugar don<strong>de</strong> vivió<br />
El estudio geológico <strong>de</strong> los sedimentos aporta<br />
datos relevantes acerca <strong>de</strong> cómo era el ambiente<br />
don<strong>de</strong> quedó enterrado el dinosaurio.<br />
Los sedimentos con fósiles están formados<br />
por estratos <strong>de</strong> notable espesor, compuestos<br />
por arcillas rojas y grises, con presencia <strong>de</strong><br />
paleosuelos entre los que se intercalan gran<strong>de</strong>s<br />
capas <strong>de</strong> areniscas blancas y amarillentas.<br />
Estas capas incluyen a veces en su base limos<br />
52 INVESTIGACION Y CIENCIA, junio, 2009
laminados con restos vegetales, mol<strong>de</strong>s <strong>de</strong> bivalvos,<br />
gasterópodos y otros. Menos frecuentes<br />
son los niveles <strong>de</strong> oncolitos (estructuras sedimentarias<br />
que incluyen concreciones esféricas<br />
creadas por cianobacterias) con presencia <strong>de</strong><br />
ostreidos (ostras), lo que indica una clara infl<br />
uencia marina.<br />
A partir <strong>de</strong> estos datos sabemos que el paisaje<br />
fue muy diferente <strong>de</strong>l que hoy <strong>de</strong>fi ne a<br />
esa parte <strong>de</strong> la cordillera Ibérica: una extensa<br />
llanura sometida a la infl uencia <strong>de</strong> las mareas<br />
y surcada por ríos caudalosos que <strong>de</strong>sembocaban<br />
en el mar <strong>de</strong> Tethys (germen <strong>de</strong>l actual<br />
mar Mediterráneo). A<strong>de</strong>más, una abundante<br />
vegetación conformaría un lugar a<strong>de</strong>cuado para<br />
mantener a los protagonistas <strong>de</strong> la época, los<br />
dinosaurios.<br />
Un nuevo linaje<br />
Los dinosaurios saurópodos, entre los que se<br />
cuenta Turiasaurus rio<strong>de</strong>vensis, son cuadrúpedos,<br />
dotados <strong>de</strong> largos cuellos y colas. Por las características<br />
<strong>de</strong> sus dientes, con facetas <strong>de</strong> <strong>de</strong>sgaste,<br />
sabemos que eran <strong>de</strong> hábitos fi tófagos; se alimentaban<br />
<strong>de</strong> hojas <strong>de</strong> arbustos y árboles.<br />
La clasifi cación <strong>de</strong> los saurópodos ha ido<br />
variando en los últimos diez años. Se ha pa-<br />
TERUEL, TERRITORIO DE DINOSAURIOS<br />
El hallazgo <strong>de</strong> dinosaurios en la provincia<br />
<strong>de</strong> Teruel no es nuevo. Turiasaurus<br />
forma parte <strong>de</strong> una larga lista <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>scubrimientos paleontológicos que,<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el siglo XVIII, atrae hasta el sur <strong>de</strong><br />
Aragón a paleontólogos <strong>de</strong> toda Europa.<br />
La primera mención a dinosaurios en<br />
España, se remonta a 1872, cuando Juan<br />
Vilanova Piera (1822-1893) notifi có el<br />
hallazgo <strong>de</strong> Iguanodon en la localidad<br />
<strong>de</strong> Utrillas. Sin embargo, esta temprana<br />
mención no tuvo continuidad inmediata<br />
y, salvo excepciones, como la referencia<br />
<strong>de</strong> José Royo y Gómez en 1918 a restos<br />
proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> Mora <strong>de</strong> Rubielos, no se<br />
comenzó a estudiar <strong>de</strong> forma sistemática<br />
a los dinosaurios ibéricos hasta el último<br />
cuarto <strong>de</strong>l siglo XX. Entre las nuevas<br />
especies <strong>de</strong> dinosaurios <strong>de</strong>fi nidas en<br />
Teruel <strong>de</strong>staca Aragosaurus ischiaticus<br />
(<strong>de</strong>scubierta en Galve y <strong>de</strong>scrita en 1987<br />
por José Luis Sanz y colaboradores), ya<br />
que supuso el primer dinosaurio <strong>de</strong>fi nido en España. El último dinosaurio<br />
en sumarse a la lista ha sido Tastavinsaurus sanzi y otros están a la<br />
espera <strong>de</strong> ser publicados.<br />
Pero los huesos no son los únicos restos <strong>de</strong> dinosaurios que se<br />
encuentran en Teruel; también hay fósiles <strong>de</strong> huevos, como el ootaxón<br />
Macroolithus turolensis, proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> Galve y publicado por Olga Amo<br />
y colaboradores en el año 2000, que se ha relacionado con dinosaurios<br />
carnívoros similares a Oviraptor <strong>de</strong> Mongolia. Igualmente, y <strong>de</strong> eda<strong>de</strong>s<br />
geológicas muy dispares, hay yacimientos<br />
<strong>de</strong> huellas <strong>de</strong> dinosaurios producidas<br />
por saurópodos, tireóforos, terópodos y<br />
ornitópodos. Cabe <strong>de</strong>stacar que varios<br />
<strong>de</strong> estos yacimientos se encuentran<br />
en localida<strong>de</strong>s que también presentan<br />
huesos fósiles, por lo que el interés<br />
científi co se amplía consi<strong>de</strong>rablemente al<br />
disponer <strong>de</strong> una mayor información sobre<br />
restos directos e indirectos en las mismas<br />
formaciones geológicas.<br />
Entre los yacimientos <strong>de</strong> icnitas <strong>de</strong>stacan<br />
Las Cerradicas, en Galve, con huellas<br />
<strong>de</strong>l ornitópodo cuadrúpedo más pequeño<br />
registrado en el mundo, y El Castellar, en<br />
la localidad <strong>de</strong>l mismo nombre, don<strong>de</strong><br />
entre las más <strong>de</strong> 800 icnitas reconocidas<br />
existe un rastro producido por un<br />
carnívoro <strong>de</strong> más <strong>de</strong> nueve metros <strong>de</strong><br />
longitud. Resulta signifi cativo, a<strong>de</strong>más,<br />
que en varios <strong>de</strong> estos afl oramientos se<br />
conservan enormes huellas subcirculares<br />
y en forma <strong>de</strong> media luna (fotografía) producidas por los pies y las<br />
manos <strong>de</strong> saurópodos <strong>de</strong> gran talla, como Turiasaurus u otras especies<br />
coetáneas, <strong>de</strong> hace unos 145 millones <strong>de</strong> años.<br />
Un aspecto reseñable <strong>de</strong>l registro fósil turolense es que abarca un<br />
amplio abanico temporal, ya que existen restos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Jurásico Superior,<br />
hace 150 millones <strong>de</strong> años, hasta el Cretácico Superior, poco antes<br />
<strong>de</strong> la extinción <strong>de</strong> los dinosaurios en el límite Cretácico-Terciario, hace<br />
unos 65 millones <strong>de</strong> años.<br />
sado <strong>de</strong> un número restringido <strong>de</strong> “familias”<br />
a una cifra notable <strong>de</strong> clados (agrupaciones<br />
formadas por todas las especies que comparten<br />
un antepasado evolutivo común). Los saurópodos<br />
pue<strong>de</strong>n dividirse en dos gran<strong>de</strong>s grupos:<br />
los eusaurópodos basales y los neosaurópodos.<br />
Los primeros presentan caracteres primitivos<br />
y los segundos reúnen formas <strong>de</strong>rivadas, entre<br />
las que se encuentran también los individuos<br />
<strong>de</strong> mayor porte (Seismosaurus, Brachiosaurus<br />
y Argentinosaurus).<br />
Los caracteres <strong>de</strong>l esqueleto <strong>de</strong> Turiasaurus<br />
rio<strong>de</strong>vensis lo sitúan entre los saurópodos no<br />
neosaurópodos: la estructura interna <strong>de</strong>l hueso<br />
sin cavida<strong>de</strong>s en vértebras y costillas, una<br />
relación <strong>de</strong>l radio con el metacarpo más largo<br />
(McII) <strong>de</strong> 0,369, una fórmula <strong>de</strong> las falanges<br />
(el número <strong>de</strong> falanges por cada <strong>de</strong>do) <strong>de</strong> la<br />
mano <strong>de</strong> 2-2-2-2-¿? y el extremo proximal<br />
<strong>de</strong> la tibia comprimido mediolateralmente.<br />
Turiasaurus constituye la muy notable novedad<br />
<strong>de</strong> ser el primer saurópodo gigante incluido<br />
entre los eusaurópodos basales. Según el<br />
análisis fi logenético, está situado <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong><br />
un nuevo grupo al que aporta su nombre,<br />
Turiasauria, junto con Losillasaurus <strong>de</strong> Losilla<br />
<strong>de</strong> Aras (Valencia), y Galveosaurus <strong>de</strong> Galve<br />
DINOPOLIS.<br />
UNA GRAN<br />
ENCICLOPEDIA<br />
SOBRE LA HISTORIA<br />
DE LA VIDA<br />
EN LA TIERRA<br />
En 2001 abrió sus puertas al público<br />
el primero <strong>de</strong> los edifi cios <strong>de</strong>l<br />
proyecto Dinópolis, que hoy cuenta<br />
con un importante complejo<br />
paleontológico en la ciudad <strong>de</strong><br />
Teruel y cinco secciones distribuidas<br />
por la provincia, en lugares<br />
signifi cativos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un punto <strong>de</strong><br />
vista paleontológico: Peñarroya<br />
<strong>de</strong> Tastavins, Galve, Rubielos <strong>de</strong><br />
Mora, Albarracín y Castellote, así<br />
como un centro asociado en Mas<br />
<strong>de</strong> las Matas. A las facetas propias<br />
<strong>de</strong> difusión que se realizan a través<br />
<strong>de</strong> sus exposiciones (visitadas<br />
ya por más <strong>de</strong> 1,3 millones <strong>de</strong> personas)<br />
y <strong>de</strong> sus programas públicos,<br />
se suman las tareas <strong>de</strong> conservación<br />
<strong>de</strong> colecciones y <strong>de</strong><br />
yacimientos, así como <strong>de</strong> <strong>investigación</strong>,<br />
propias <strong>de</strong> un museo<br />
paleontológico.<br />
INVESTIGACION Y CIENCIA, junio, 2009 53
Los autores<br />
Rafael Royo Torres, Alberto<br />
Cobos y Luis Alcalá son<br />
paleontólogos <strong>de</strong> la Fundación<br />
Conjunto Paleontológico <strong>de</strong><br />
Teruel-Dinópolis. Royo Torres es<br />
doctor en ciencias geológicas<br />
por la Universidad <strong>de</strong> Zaragoza<br />
y especialista en dinosaurios<br />
saurópodos. Cobos se formó<br />
como geólogo en la Universidad<br />
<strong>de</strong>l País Vasco e investiga en la<br />
utilización <strong>de</strong> la paleontología<br />
como factor <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo. Alcalá<br />
es doctor en ciencias geológicas<br />
(paleontología) por la Universidad<br />
Complutense <strong>de</strong> Madrid y ha sido<br />
Conservador <strong>de</strong> Paleontología y<br />
Vicedirector <strong>de</strong> Exposiciones y<br />
Programas Públicos en el Museo<br />
Nacional <strong>de</strong> <strong>Ciencia</strong>s Naturales<br />
(CSIC).<br />
Agra<strong>de</strong>cimientos al Gobierno<br />
<strong>de</strong> Aragón y proyecto Valdinotur<br />
CGL 2006-13903-BTE.<br />
(Teruel), con los que comparte numerosos<br />
caracteres diagnósticos.<br />
La distribución geográfi ca y estratigráfi ca<br />
precisa <strong>de</strong> este nuevo clado es una <strong>de</strong> las tareas<br />
a <strong>de</strong>terminar en el futuro, pero todo indica<br />
que Turiasauria representa una radiación<br />
que se originó en Europa antes <strong>de</strong>l Titónico<br />
(Jurásico superior). El estudio comparado <strong>de</strong><br />
los dientes ha permitido también i<strong>de</strong>ntifi car<br />
material fragmentario proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> otros yacimientos<br />
europeos, lo que hace pensar que<br />
correspon<strong>de</strong>n al nuevo clado. En Francia se<br />
han <strong>de</strong>scrito dientes <strong>de</strong> Neosodon, dinosaurio<br />
que comparte con los dientes <strong>de</strong> Turiasaurus<br />
la constitución <strong>de</strong> sus coronas en forma <strong>de</strong><br />
corazón. Un diente similar fue localizado en<br />
el Museo Geológico en Lisboa, y un diente<br />
asignado al género Cardiodon, <strong>de</strong>l Jurásico<br />
Medio <strong>de</strong> Inglaterra, presenta coinci<strong>de</strong>ncias en<br />
su <strong>de</strong>scripción. Los dientes <strong>de</strong> Neosodon son<br />
más altos que los <strong>de</strong> Turiasaurus y más angostos<br />
en sentido labiolingual. Con Cardiodon<br />
ha sido imposible realizar una comparación<br />
directa porque el diente <strong>de</strong>scrito a mediados<br />
<strong>de</strong>l siglo xix por Richard Owen permanece<br />
en para<strong>de</strong>ro <strong>de</strong>sconocido.<br />
En cualquier caso, se ha <strong>de</strong>mostrado la<br />
presencia <strong>de</strong> un linaje <strong>de</strong>sconocido hasta la<br />
EN EL CONTEXTO DE LA PENINSULA IBERICA<br />
El registro <strong>de</strong> dinosaurios saurópodos en la península Ibérica presenta<br />
una alta diversidad, con ocho especies propias <strong>de</strong>scritas<br />
y un número abundante <strong>de</strong> grupos representados. Durante el Jurásico<br />
Inferior y Medio, la península formaba parte <strong>de</strong>l supercontinente<br />
Pangea. Entonces predominaban los saurópodos basales y eusaurópodos<br />
no neosaurópodos. Los datos más antiguos <strong>de</strong> dinosaurios<br />
saurópodos <strong>de</strong> España se encontrarían en el Sinemuriense <strong>de</strong> Soria,<br />
i<strong>de</strong>ntifi cados por icnitas en forma <strong>de</strong> media luna asignadas, con dudas,<br />
a manos <strong>de</strong> saurópodos. En el Calloviense (Jurásico Superior), el<br />
supercontinente Pangea comenzó a fragmentarse en dos: Laurasia al<br />
norte (Norteamérica, Europa y Asia) y Gondwana al sur (Sudamérica,<br />
Africa, India, Australia y Antártida). Se experimentó luego un máximo<br />
en la diversidad mundial <strong>de</strong> dinosaurios saurópodos en torno al tránsito<br />
Jurásico-Cretácico. En la península Ibérica se han <strong>de</strong>scrito, a<strong>de</strong>más<br />
<strong>de</strong> los tres géneros españoles <strong>de</strong> Turiasauria, restos portugueses <strong>de</strong><br />
diplodocoi<strong>de</strong>os (Dinheirosaurus), macronarios (Lourinhasaurus) y<br />
titanosauriformes (Lusotitan).<br />
4. DIENTE <strong>de</strong> Turiasaurus rio<strong>de</strong>vensis.<br />
El siguiente intervalo signifi cativo con restos <strong>de</strong> saurópodos<br />
pertenece al Cretácico Inferior (Hauteriviense-Aptiense). La península<br />
Ibérica, en dicho momento, formaba parte <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> archipiélagos<br />
con posibles conexiones esporádicas con Africa, Norteamérica y<br />
Asia. Los diplodócidos fueron reemplazados por los rebaquisáuridos,<br />
los turiasaurios se habrían extinguido y dominarían los Titanosauriformes<br />
basales, <strong>de</strong> los que abundan restos en la cordillera Ibérica. Algunos<br />
taxones que han sido reconocidos a partir <strong>de</strong> dientes aislados, como<br />
Oplosaurus armatus y “Pleurocoelus” val<strong>de</strong>nsis, indican una relación<br />
geográfi ca con el Reino Unido y Asia, don<strong>de</strong> se encontraron los primeros<br />
euhelopódidos.<br />
Durante el Cretácico Superior, el único grupo <strong>de</strong> saurópodos representado<br />
es el <strong>de</strong> los titanosaurios. Se han recuperado huesos, icnitas<br />
y huevos. En el Campaniense se <strong>de</strong>scriben formas <strong>de</strong> un titanosaurio<br />
pequeño, Lirainosaurus astibiae, <strong>de</strong>fi nido en el Condado <strong>de</strong> Treviño<br />
(Burgos). Y <strong>de</strong>l Maastrichtiense se citan titanosaurios <strong>de</strong> gran tamaño<br />
<strong>de</strong>l Pirineo a partir <strong>de</strong> huesos y yacimientos <strong>de</strong> huellas.<br />
54 INVESTIGACION Y CIENCIA, junio, 2009
Lista <strong>de</strong> huesos <strong>de</strong> Turiasaurus<br />
1 Falange ungueal<br />
2 Vértebra cervical<br />
3 Vértebra cervical<br />
4 Vértebra cervical<br />
5 Vértebra cervical<br />
6 Vértebra cervical<br />
7 Vértebra cervical<br />
8 Costilla dorsal<br />
9 Dos vértebras dorsales<br />
10 Costilla dorsal<br />
11 Dientes<br />
12 Vértebra caudal<br />
13 Vértebra caudal<br />
14 Costilla dorsal<br />
15 Costilla dorsal<br />
16 Costilla dorsal<br />
17 Astragalo<br />
18 Radio<br />
19 Costilla dorsal<br />
20 Falange <strong>de</strong>l pie<br />
21 Ulna<br />
36<br />
5. PLANO DE EXCAVACION<br />
<strong>de</strong>l yacimiento Barrihonda-El<br />
Humero.<br />
22 Húmero<br />
23 Metacarpo<br />
24 Metacarpo<br />
25 Metacarpo<br />
26 Metacarpo<br />
27 Metacarpo<br />
28 Escápula<br />
29 Fíbula<br />
30 Sacro<br />
31 In<strong>de</strong>terminado<br />
32 Costilla dorsal<br />
33 Vértebra dorsal<br />
34 Vértebra dorsal<br />
35 Costilla dorsal<br />
36 Vértebra dorsal<br />
37 Falange<br />
38 Esternal<br />
39 Falange ungueal <strong>de</strong> la mano<br />
40 Falange <strong>de</strong> la mano<br />
41 Falange <strong>de</strong> la mano<br />
42 Falange <strong>de</strong> la mano<br />
31<br />
30<br />
29<br />
MAPA DE EXCAVACION: BARRIHONDA-EL HUMERO<br />
RIODEVA (TERUEL) 2005<br />
32 33<br />
37<br />
35<br />
22<br />
34<br />
28 38<br />
21<br />
24 23<br />
26<br />
1825<br />
19<br />
17<br />
20<br />
16<br />
11<br />
27<br />
15<br />
14<br />
12<br />
N<br />
O<br />
S<br />
E<br />
0 50 100 200 cm<br />
10<br />
9<br />
1<br />
13<br />
28<br />
6<br />
8<br />
22<br />
21<br />
38<br />
4<br />
7<br />
5<br />
24 23<br />
39 41<br />
25<br />
40<br />
18<br />
42<br />
27<br />
26<br />
20 cm<br />
6. HUESOS <strong>de</strong> Turiasaurus<br />
rio<strong>de</strong>vensis encontrados hasta<br />
el momento, situados en su<br />
posición anatómica relativa.<br />
INVESTIGACION Y CIENCIA, junio, 2009 55<br />
5 m<br />
3<br />
2
7. PATA DELANTERA izquierda<br />
<strong>de</strong> Turiasaurus rio<strong>de</strong>vensis.<br />
fecha, <strong>de</strong>l que había restos <strong>de</strong> dientes dispersos<br />
por Europa que se habían estado catalogando<br />
como Sauropoda incertae sedis. Así, gracias al<br />
hallazgo <strong>de</strong> gran cantidad <strong>de</strong> material fósil <strong>de</strong><br />
Turiasaurus rio<strong>de</strong>vensis, se ha podido proponer<br />
que otros dinosaurios, como Losillasaurus, Galveosaurus,<br />
Neosodon y Cardiodon, forman parte<br />
<strong>de</strong> un grupo común, el clado Turiasauria.<br />
Peso y talla<br />
Turiasaurus rio<strong>de</strong>vensis, el primer eusaurópodo<br />
basal (es <strong>de</strong>cir, primitivo) gigante encontrado<br />
hasta la fecha en el mundo, <strong>de</strong>sarrolló una<br />
masa corporal <strong>de</strong> entre 40 y 48 toneladas; al<br />
parecer, sobrepasaba con holgura los 30 metros<br />
<strong>de</strong> longitud. ¿Cómo se ha podido obtener esta<br />
información?<br />
Con el paso <strong>de</strong>l tiempo, las estimaciones <strong>de</strong><br />
la masa corporal <strong>de</strong> los dinosaurios saurópodos<br />
han variado. Diríase que “han encogido”. Así,<br />
por ejemplo, un saurópodo <strong>de</strong> 24 metros <strong>de</strong><br />
longitud como Brachiosaurus ha ido perdiendo<br />
peso paulatinamente según se empleaban<br />
procedimientos cada vez más ajustados. Des<strong>de</strong><br />
los primeros trabajos publicados en 1962, en<br />
los que se le atribuían 78 toneladas, se ha<br />
pasado hoy a unas 30 o 40 toneladas, e incluso<br />
menos <strong>de</strong> 30, según los autores. Para calcular<br />
el peso <strong>de</strong> Turiasaurus escogimos uno <strong>de</strong> los<br />
métodos más conservadores, el propuesto por<br />
An<strong>de</strong>rson y colaboradores en 1985; a tenor<br />
<strong>de</strong>l mismo, Brachiosaurus pesaría 29 toneladas.<br />
Los cálculos obtenidos con ese método, que se<br />
basa en las dimensiones <strong>de</strong> la circunferencia<br />
menor <strong>de</strong> la diáfi sis <strong>de</strong>l húmero y <strong>de</strong>l fémur,<br />
indican que Turiasaurus pesaba entre 40 y<br />
48 toneladas.<br />
Al ser Turiasauria un nuevo linaje <strong>de</strong> dinosaurios,<br />
resultó complicado establecer comparaciones<br />
directas <strong>de</strong> las proporciones <strong>de</strong>l<br />
esqueleto con las <strong>de</strong> otros saurópodos. Por un<br />
lado, el tamaño <strong>de</strong> los elementos anatómicos<br />
<strong>de</strong> Turiasaurus resulta equiparable al <strong>de</strong> los<br />
mayores saurópodos conocidos. Por ejemplo, el<br />
húmero <strong>de</strong> Turiasaurus mi<strong>de</strong> 1790 milímetros<br />
<strong>de</strong> longitud, similar a la que se le supone (ya<br />
que no se lo ha encontrado) al húmero <strong>de</strong><br />
Argentinosaurus (1810 mm) y mayor que la <strong>de</strong>l<br />
húmero <strong>de</strong> Paralititan (1690 mm). Sólo los<br />
húmeros <strong>de</strong> algunos braquiosáuridos le superan<br />
en longitud; sin embargo, estos dinosaurios<br />
<strong>de</strong>sarrollaron unas extremida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>lanteras más<br />
largas que las traseras; no cabe, pues, compararlos<br />
con Turiasaurus. Esto explica que los<br />
huesos <strong>de</strong> la pata trasera <strong>de</strong> Turiasaurus sean<br />
<strong>de</strong> mayor tamaño que los <strong>de</strong> Brachiosaurus,<br />
aunque no lo sean los <strong>de</strong> las <strong>de</strong>lanteras. La<br />
falange ungueal I <strong>de</strong>l pie <strong>de</strong> Turiasaurus mi<strong>de</strong><br />
300 mm <strong>de</strong> longitud mientras que la <strong>de</strong> Brachiosaurus<br />
(HMN SII), sólo 240 mm.<br />
Géneros <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s saurópodos con longitu<strong>de</strong>s<br />
que exce<strong>de</strong>n los 30 metros y masas<br />
estimadas en 40.000 kg o superiores sólo se<br />
conocían entre los neosaurópodos (en diplodócidos<br />
y Titanosauriformes). Turiasaurus,<br />
sin embargo, <strong>de</strong>muestra que al menos uno<br />
8. PIE DERECHO <strong>de</strong> Turiasaurus rio<strong>de</strong>vensis.<br />
56 INVESTIGACION Y CIENCIA, junio, 2009
Método para el cálculo <strong>de</strong> masa y longitud <strong>de</strong> Turiasaurus rio<strong>de</strong>vensis<br />
El método <strong>de</strong> An<strong>de</strong>rson y colaboradores calcula la masa (M) <strong>de</strong> un<br />
dinosaurio cuadrúpedo basándose en las circunferencias mínimas<br />
(C) <strong>de</strong> la diáfi sis <strong>de</strong>l húmero (h) y <strong>de</strong>l fémur (f) <strong>de</strong> un mismo individuo<br />
según la fórmula M = 0,078 C 2,73<br />
h+f para dinosaurios cuadrúpedos.<br />
Según este método, Brachiosaurus brancai tendría una masa <strong>de</strong><br />
29 toneladas métricas.<br />
Por lo que respecta a Turiasaurus, conocemos la longitud <strong>de</strong>l húmero:<br />
1790 mm, pero sólo se dispone <strong>de</strong>l extremo distal <strong>de</strong>l fémur. Para conocer<br />
las dimensiones <strong>de</strong>l fémur, necesarias para la estimación <strong>de</strong> masa, se<br />
realizó un análisis comparado con huesos completos <strong>de</strong> otros saurópodos<br />
basales cercanos fi logenéticamente a Turiasaurus. Los saurópodos<br />
utilizados para tal operación fueron: Gongxianosaurus shibeiensis, Kotasaurus<br />
yamanpalliensis, Cetiosauriscus stewarti, Cetiosaurus oxoniensis,<br />
Jobaria tigui<strong>de</strong>nsis, Omeisaurus maoianus, Mamenchisaurus youngi y<br />
Ferganasaurus verzilini. Las ecuaciones alométricas generadas g conducen<br />
a una estimación <strong>de</strong> la longitud <strong>de</strong>l fémur mur<br />
<strong>de</strong> Turiasaurus rio<strong>de</strong>vensis <strong>de</strong> 2219 mm m y,<br />
en el caso <strong>de</strong> la tibia, <strong>de</strong> 1365 mm.<br />
La medida <strong>de</strong> circunferencia en la<br />
mitad <strong>de</strong> la diáfi sis <strong>de</strong>l húmero es <strong>de</strong> 755 55<br />
mm. Desafortunadamente, no disponemos emos<br />
Loxodonta africana<br />
<strong>de</strong> ese dato para el fémur, ya que sólo se ha<br />
conservado una parte distal que equivaldría aldría<br />
al 16 % <strong>de</strong>l total <strong>de</strong> su longitud. En esa a parte<br />
la diáfi sis mi<strong>de</strong> 980 mm <strong>de</strong> circunferencia. ncia.<br />
Para estimar la medida en la mitad <strong>de</strong> la<br />
<strong>de</strong> los linajes más basales llegó a alcanzar<br />
un porte gigante, al margen <strong>de</strong> los neosaurópodos.<br />
Turiasaurus rio<strong>de</strong>vensis es hasta la fecha el<br />
mayor dinosaurio <strong>de</strong> Europa y uno <strong>de</strong> los más<br />
gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l mundo, junto a Argentinosaurus<br />
(Argentina), Sauroposeidon (Estados Unidos),<br />
Amphicoelias (Estados Unidos) y Paralititan<br />
(Egipto). Un aspecto muy importante es que,<br />
entre todos los supergigantes, Turiasaurus es el<br />
más completo, incluso por <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> Seismosaurus<br />
(Estados Unidos); este dato tiene aún<br />
mayor signifi cación teniendo en cuenta que<br />
las excavaciones en el yacimiento Barrihonda-<br />
El Humero aún continúan y todavía están<br />
proporcionando nuevos fósiles.<br />
No estaba solo<br />
Des<strong>de</strong> que comenzaron los trabajos <strong>de</strong> prospección<br />
paleontológica en Rio<strong>de</strong>va se han<br />
documentado más <strong>de</strong> 40 puntos diferentes<br />
con restos <strong>de</strong> dinosaurio. Algunos sólo han<br />
proporcionado fragmentos aislados; otros se<br />
presentan como yacimientos potenciales. Ya<br />
se han acometido varias excavaciones, a<strong>de</strong>más<br />
<strong>de</strong> la <strong>de</strong> Barrihonda-El Humero. Así, en El<br />
Carrillejo (RD-11) se ha <strong>de</strong>scubierto una<br />
vértebra caudal que muestra afinida<strong>de</strong>s con<br />
Diplodocus y Barosaurus (saurópodos hallados<br />
en la Formación Morrison <strong>de</strong> Estados<br />
diáfi sis <strong>de</strong> este fémur hemos usado referencias <strong>de</strong> otros fémures <strong>de</strong> saurópodos<br />
conocidos. Como la mínima y la máxima diferencia entre las<br />
circunferencias <strong>de</strong> estos fémures al 16 % <strong>de</strong> su longitud con respecto<br />
a la parte media <strong>de</strong> la diáfi sis (don<strong>de</strong> se sitúa la menor circunferencia)<br />
varía entre un 81 % y 92 %, po<strong>de</strong>mos estimar que la circunferencia<br />
aproximada en la mitad <strong>de</strong> la diáfi sis <strong>de</strong>l fémur <strong>de</strong> Turiasaurus variaría<br />
entre 794 mm y 902 mm, por lo que, aplicando estos datos a la fórmula<br />
<strong>de</strong> An<strong>de</strong>rson y colaboradores, obtenemos que nuestro dinosaurio<br />
tendría una masa comprendida entre 39,90 y 47,36 toneladas.<br />
Teniendo en cuenta la siguiente ecuación, establecida para estimar<br />
longitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> dinosaurios saurópodos a partir <strong>de</strong> su masa, establecida<br />
por Seebacher en 2004:<br />
masa corporal (kg) = 214,44 (longitud total en m) 1,46<br />
se obtienen unas longitu<strong>de</strong>s para el dinosaurio <strong>de</strong> Rio<strong>de</strong>va <strong>de</strong> 36<br />
y 38 metros, , en función <strong>de</strong> las masas anteriormente calculadas.<br />
Estos datos establecen que Turiasaurus es uno <strong>de</strong> los mayores<br />
dinosaurios <strong>de</strong>scubiertos en el planeta.<br />
Unidos) y con Torniera (saurópodo <strong>de</strong> la<br />
Formación Tendaguru <strong>de</strong> Tanzania). El grupo<br />
al que pertenecen se <strong>de</strong>nomina Diplodocinae<br />
y su presencia en los tres continentes<br />
indica que hace unos 150 millones <strong>de</strong> años<br />
pudo haber existido comunicación terrestre<br />
entre ellos.<br />
En Rio<strong>de</strong>va convivieron diferentes especies<br />
<strong>de</strong> saurópodos. Se han <strong>de</strong>senterrado también<br />
restos <strong>de</strong> estegosaurios (dinosaurios con<br />
placas), ornitópodos primitivos (dinosaurios<br />
con pies <strong>de</strong> tres <strong>de</strong>dos) y terópodos (dinosaurios<br />
carnívoros) <strong>de</strong> diferentes tamaños.<br />
Animales <strong>de</strong> otro tipo también convivían con<br />
Turiasaurus; entre ellos, cocodrilos, tortugas<br />
y peces.<br />
Los trabajos continúan<br />
Las investigaciones en Rio<strong>de</strong>va han permitido<br />
<strong>de</strong>fi nir un nuevo género y especie, Turiasaurus<br />
rio<strong>de</strong>vensis, como el mayor dinosaurio<br />
<strong>de</strong> Europa; un nuevo clado, Turiasauria, con<br />
representantes en España, Portugal, Francia e<br />
Inglaterra; se han <strong>de</strong>scrito restos <strong>de</strong>l primer<br />
Diplodocinae <strong>de</strong> España, así como dos yacimientos<br />
<strong>de</strong> huellas y más <strong>de</strong> 40 puntos con<br />
restos <strong>de</strong> dinosaurio en el término municipal.<br />
Estos logros se han cosechado en cinco años <strong>de</strong><br />
trabajo, gracias a la instalación en Dinópolis<br />
<strong>de</strong> un equipo estable <strong>de</strong> paleontólogos.<br />
Turiasaurus rio<strong>de</strong>vensis<br />
Bibliografía<br />
complementaria<br />
CARACTERIZACION DE LOS DEPO-<br />
SITOS SEDIMENTARIOS CON DINO-<br />
SAURIOS DE RIODEVA (TERUEL).<br />
L. Luque, A. Cobos, R. Royo<br />
Torres, E. Espílez y L. Alcalá<br />
en Geogaceta, vol. 38, págs.<br />
27-30; 2005.<br />
A GIANT EUROPEAN DINOSAUR<br />
AND A NEW SAUROPOD CLADE.<br />
R. Royo Torres, A. Cobos<br />
y L. Alcalá en Science, vol. 314,<br />
págs. 1925-1927; 2006.<br />
RIODEVA SITES (TERUEL, SPAIN)<br />
SHEDDING LIGHT TO EUROPEAN<br />
SAUROPOD PHYLOGENY. R. Royo<br />
Torres, A. Cobos, A. Aberasturi,<br />
E. Espílez, I. Fierro, A. González,<br />
L. Luque, L. Mampel<br />
y L. Alcalá en Geogaceta,<br />
vol. 41, págs. 183-186; 2007.<br />
TERUEL, TERRITORIO PALEONTO-<br />
LOGICO. L. Alcalá y A. Cobos<br />
coord. en Fundamental, vol. 11,<br />
pág. 119; 2007.<br />
INVESTIGACION Y CIENCIA, junio, 2009 57
. "<br />
VO UCIOn<br />
<strong>de</strong> los<br />
48<br />
Las huellas genómicas en el ADN <strong>de</strong> los felinos salvajes<br />
<strong>de</strong> todo el mundo esclarecen el árbol genealógico<br />
<strong>de</strong> esta familia y revelan sus migraciones en el pasado<br />
• La historia evolutiva <strong>de</strong> los felinos persistía<br />
ro<strong>de</strong>ada <strong>de</strong> misterio, dadas la escasez y<br />
semejanza <strong>de</strong> sus restos fósiles. Pero gracias<br />
a los avances en la <strong>investigación</strong> genómica<br />
se ha logrado construir el árbol genealógico<br />
<strong>de</strong> los félidos.<br />
• Las pruebas <strong>de</strong> ADN <strong>de</strong>muestran que todos<br />
los felinos actuales <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> un <strong>de</strong>predador<br />
parecido a la pantera, que medraba<br />
por el su<strong>de</strong>ste asiático hace 10,8 millones <strong>de</strong><br />
años. Los gran<strong>de</strong>s felinos rugientes fueron los<br />
primeros en diferenciarse unos <strong>de</strong> otros; más<br />
tar<strong>de</strong>, aparecerían otros siete linajes.<br />
• Las fluctuaciones <strong>de</strong>l nivel <strong>de</strong>l mar favorecieron<br />
la colonización <strong>de</strong> nuevos continentes y<br />
la aparición <strong>de</strong> nuevas especies <strong>de</strong> felinos.<br />
En el Próximo Oriente se domesticó un gato<br />
salvaje y pequeño hace entre 8000 y 10.000<br />
años.<br />
• A pesar <strong>de</strong> su éxito evolutivo, la mayoría <strong>de</strong><br />
los felinos, con excepción <strong>de</strong>l gato doméstico,<br />
se halla hoy en peligro <strong>de</strong> extinción.<br />
Stephen J. Q'BrÍen<br />
y Warren E. Johnson<br />
legames y enigmáticos, los felinos no fascinan<br />
sólo a los que compartimos el sofá con sus<br />
representantes más pequeños, los gatos domésticos,<br />
sino también a los científicos que se han<br />
propuesto <strong>de</strong>scifrar el origen y la evolución<br />
<strong>de</strong> los parientes <strong>de</strong> mayor tamaño. ¿En qué<br />
regiones <strong>de</strong>l planeta evolucionaron los felinos actuales?<br />
¿Por qué y cuándo abandonaron su hogar y emigraron<br />
a través <strong>de</strong> los continentes? ¿Cuántas especies existen?<br />
¿Cuál es su parentesco?<br />
Se admite que la familia <strong>de</strong> los félidos (Fe/idae) incluye<br />
37 especies. Sin embargo, se han ofrecido docenas<br />
<strong>de</strong> esquemas <strong>de</strong> clasificación: las especies se agrupan<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> sólo dos géneros hasta veintitrés. ¿Cuál es el más<br />
acertado? Las especies <strong>de</strong> felino guardan una estrecha<br />
semejanza entre ellas; todas muestran el aspecto <strong>de</strong> gatos<br />
<strong>de</strong> tamaño pequeño, mediano o gran<strong>de</strong>. Distinguir el<br />
cráneo <strong>de</strong> un león <strong>de</strong>l cráneo <strong>de</strong> un tigre constituye un<br />
auténtico <strong>de</strong>safío, incluso para el experto. Ni siquiera<br />
los estudios genéticos que hemos llevado a cabo en<br />
el curso <strong>de</strong> los últimos veinte años nos han permitido<br />
establecer una clasificación <strong>de</strong>finitiva.<br />
Sin embargo, se ha producido una revolución en la<br />
secuenciación genómica <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Proyecto Genorna Humano<br />
y el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> potentes técnicas para el análisis<br />
INVESTIGACiÓN y CIENCIA, septiembre, 2007
<strong>de</strong>l ADN, que han aportado varios<br />
instrumentos extremadamente valiosos<br />
para la <strong>investigación</strong>. Haciendo<br />
uso <strong>de</strong> esas técnicas novedosas, los<br />
dos autores <strong>de</strong> este artículo, con la<br />
colaboración <strong>de</strong> otTOS expertos, hemos<br />
construido el árbol genealógico<br />
<strong>de</strong> la familia <strong>de</strong> los félidos.<br />
Mediante la comparación <strong>de</strong> la<br />
secuencia <strong>de</strong>l ADN <strong>de</strong> 30 genes en<br />
todas las especies actuales <strong>de</strong> felinos,<br />
hemos <strong>de</strong>terminado las ramificaciones<br />
<strong>de</strong>l árbol. Asimismo, a partir <strong>de</strong>l<br />
registro fósi I y mediante el método<br />
<strong>de</strong>l "reloj molecular" (que permite<br />
estimar el momento en que divergieron<br />
unas especies <strong>de</strong> otras según<br />
la magnitud <strong>de</strong> las diferencias génicas),<br />
hemos recreado la cronología <strong>de</strong><br />
tales bifurcaciones. El resultado ha<br />
proporcionado la primera <strong>de</strong>scripción<br />
fiable <strong>de</strong>l grado <strong>de</strong> parentesco entre<br />
INVESTIGACiÓN y CIENCIA, septiembre, 2007<br />
felinos <strong>de</strong> todos los tamaños, a la vez<br />
que ha permitido ctiscernir cómo y<br />
cuándo esos magníficos <strong>de</strong>predadores<br />
colonizaron los cinco continentes.<br />
Los estudios <strong>de</strong> AD parecían agregar<br />
las 37 especies en ocho grupos<br />
o "linajes". Descubrimos algo que<br />
nos resultó fascinante y estimulante<br />
a la vez: los ocho grupos <strong>de</strong>finidos<br />
por análisis molecular concordaban<br />
con otros tipos <strong>de</strong> observaciones;<br />
por botón <strong>de</strong> muestra: especies <strong>de</strong><br />
un mismo linaje compartían a menudo<br />
características morfológicas, biológicas<br />
y fisiológicas exclusivas <strong>de</strong><br />
su grupo. Pensemos en el linaje que<br />
agrupa todos los felinos <strong>de</strong> gran tamaño<br />
rugientes: león, tigre, leopardo,<br />
jaguar y leopardo <strong>de</strong> las nieves. Lo<br />
que permite rugir a esos animales es<br />
la osificación incompleta <strong>de</strong>l hioi<strong>de</strong>s,<br />
un hueso <strong>de</strong>l cuello que sostiene la<br />
lengua. A ese grupo pertenecen también<br />
la pamera nebulosa y la pantera<br />
nebulosa <strong>de</strong> Borneo, unos felinos <strong>de</strong><br />
tamaño medio poco conocidos, con<br />
un hermoso pelaje moteado; pero a<br />
ellas les impi<strong>de</strong> rugir una estructura<br />
ósea en el cuello algo distinta.<br />
La comparación entre secuencias<br />
génicas permitió i<strong>de</strong>ntificar los linajes<br />
y establecer su or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> aparición;<br />
los fósiles revelaron la cronología<br />
<strong>de</strong> la evolución experimentada. Sin<br />
embargo, para completar el marco<br />
hipotético y averiguar dón<strong>de</strong> aparecieron<br />
los felinos y cómo llegaron<br />
a su distribución actual en todo el<br />
mundo, se necesitaron dos informaciones<br />
adicionales.<br />
En primer lugar, <strong>de</strong>terminamos la<br />
distribución actual <strong>de</strong> cada especie<br />
49
I<br />
Primera ola <strong>de</strong> migraciones<br />
Hace unos nueve millones <strong>de</strong> años, los <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong>l antepasado <strong>de</strong> todos los felinos contem oraneos (un<br />
<strong>de</strong>predador parecido a la pantera) comenzaron a emigrar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su hogar en Asia hacia África y Norteamérica<br />
(y más tar<strong>de</strong> hacia Sudamérica ). El nivel <strong>de</strong>l mar era extraordinariamente bajo durante ese periodo;<br />
ello facilitó el establecimiento <strong>de</strong> "puentes" <strong>de</strong> tierra a través <strong>de</strong>l estrecho <strong>de</strong> Bering y <strong>de</strong> los extremos norte y<br />
sur <strong>de</strong>l Mar Rojo, lo que favoreció el <strong>de</strong>splazamiento <strong>de</strong> 105 feJinos.<br />
Africa<br />
Id.,<br />
Rojo<br />
t<br />
Precursor <strong>de</strong>l linaje<br />
<strong>de</strong>l caraca1<br />
Asia<br />
_1\ ,<br />
Segunda ola <strong>de</strong> migraciones<br />
Estrecho <strong>de</strong> Bering<br />
Precursor <strong>de</strong> los linajes<br />
<strong>de</strong>l puma, <strong>de</strong>l lince<br />
y <strong>de</strong>l ocelote<br />
Ecuador<br />
Norteamérica<br />
Precursor <strong>de</strong>l linaje<br />
<strong>de</strong>l ocelote<br />
Muchas otras migraciones se produjeron hace entre un millón y cuatro millones <strong>de</strong> años, cuando el bajo nivel <strong>de</strong>l<br />
mar volvió a poner en conexión a los continentes. La migración más reciente <strong>de</strong>l puma tuvo lugar hace entre<br />
aooo y 10.000 años.<br />
Africa<br />
León<br />
Guepardo<br />
Gato <strong>de</strong> pies negros<br />
Australia<br />
Lince, guepardo y precursores<br />
<strong>de</strong> los linajes <strong>de</strong>l leopardo y <strong>de</strong>l<br />
gato doméstico<br />
Ecuador<br />
Puma<br />
Norteamérica<br />
Sudamérica<br />
Sudamérica
NOTAS BREVES<br />
Existen uno_ 601 m le. "dtoS<br />
domésticos en todo el mundo.<br />
Los fósiles <strong>de</strong> los felinos guardan un parecido<br />
tal, que resulta casI mposible. incluso<br />
para un experto. distingui! el cráneo <strong>de</strong> l<br />
león <strong>de</strong>l cráneo <strong>de</strong> un tigre.<br />
León<br />
,' ,<br />
Tigre<br />
Los leones, los tigres. los jaguares y los<br />
leopardos son los únicos felinos que rugen.<br />
La osificación incompleta <strong>de</strong>l hioi<strong>de</strong>s, un<br />
hueso <strong>de</strong>l cuello que sostiene la lengua. es<br />
la responsable <strong>de</strong> esE' soni lo caracteristico.<br />
Hioi<strong>de</strong>s en los<br />
felinos rugienles<br />
gruesas placas <strong>de</strong> hielo que cubrían<br />
todo Canadá y el tercio septentrional<br />
<strong>de</strong> los EE.UU. se <strong>de</strong>rritieron <strong>de</strong> forma<br />
gradual; los paisajes estériles se<br />
transformaron en las tierras forestales<br />
y pra<strong>de</strong>ras <strong>de</strong> Norteamérica. Después<br />
<strong>de</strong>l gran <strong>de</strong>shielo, un caLaclismo eliminó<br />
<strong>de</strong> forma brusca 40 especies<br />
<strong>de</strong> mamíferos <strong>de</strong> Norteamérica. Las<br />
extinciones <strong>de</strong>l Pleistoceno. como<br />
así se conocen. suprimieron el 75<br />
por ciento <strong>de</strong> los animales <strong>de</strong> gran<br />
tamaño que habitaban ese territorio.<br />
Mamuts. mastodomes, lobos gigantes.<br />
gran<strong>de</strong>s osos <strong>de</strong> hocico corto (A rctodus),<br />
perezosos gigantes terrestres.<br />
leones americanos, felinos <strong>de</strong> dientes<br />
<strong>de</strong> sable, pumas y guepardos, todos<br />
ellos habrían <strong>de</strong>saparecido <strong>de</strong> N011eamérica.<br />
Los guepardos escaparon <strong>de</strong><br />
la extinción porque varios miJlones<br />
<strong>de</strong> años antes, cuando el nivel <strong>de</strong>l<br />
mar era todavía bajo, algunos <strong>de</strong> sus<br />
antepasados habían regresado a Asia<br />
y. más tar<strong>de</strong>. a Africa. Los pumas<br />
evitaron la aniquilación en un refugio<br />
sudamericano; resurgieron en<br />
Norteamérica muchas generacIOnes<br />
<strong>de</strong>spués. El resto <strong>de</strong> las especies<br />
nunca reaparecieron.<br />
Nuevas migraciones<br />
Por el tiempo en que los guepardos<br />
regresaban <strong>de</strong>s<strong>de</strong> América a Asia a<br />
través <strong>de</strong>l estrecho <strong>de</strong> Bering, los<br />
precursores <strong>de</strong> los linajes <strong>de</strong>l gato<br />
leopardo O y <strong>de</strong>l gato doméstico (i)<br />
divergieron <strong>de</strong> sus ancestros americanos<br />
y cruzaron el puente terrestre <strong>de</strong><br />
Bering hacia Asia. El linaje <strong>de</strong>l gato<br />
leopardo se <strong>de</strong>sarrollaría luego, para<br />
dar lugar al gato leopardo asiático y<br />
a cuatro especies <strong>de</strong> tamaño reducido<br />
que medran hoy en la India (gato<br />
rojo manchado), Mongolia (gato <strong>de</strong><br />
Pallas), lndonesia (gato <strong>de</strong> cabeza<br />
plana) y otros lugares <strong>de</strong> Asia dispersos<br />
(gato pescador).<br />
A lo largo <strong>de</strong> ese mismo período,<br />
en Asia, los gran<strong>de</strong>s felinos rugientes<br />
<strong>de</strong>l linaje Panthera acometieron una<br />
nueva expansión, <strong>de</strong> mayor alcance<br />
que las anteriores. Los tigres enormes<br />
<strong>de</strong> 320 kilogramos se dispersaron<br />
por el su<strong>de</strong>ste (lndia, Indochina, la<br />
plataforma continental Sunda y China);<br />
los leopardos <strong>de</strong> las nieves se<br />
adaptaron a las alturas <strong>de</strong>l Himalaya<br />
y las montañas <strong>de</strong> Altai, en el norte<br />
y oeste <strong>de</strong> Asia cemral. Los leopardos<br />
no sólo se propagaron por Asia,<br />
sino que se introdujeron también en<br />
Africa, don<strong>de</strong> todavía viven. Los leones<br />
y los jaguares se <strong>de</strong>splazaron a<br />
Norteamérica durante el Plioceno tardío,<br />
hace entre tres y cuatro millones<br />
<strong>de</strong> años. Aunque las extinciones <strong>de</strong>l<br />
Pleistoceno eliminaron <strong>de</strong> Norteamérica<br />
a esas dos especies, los jaguares<br />
consiguieron escapar a Sudamérica y<br />
los leones se dispersaron hacia Africa,<br />
don<strong>de</strong> encontraron un continente más<br />
hospitalario <strong>de</strong> lo que habían sido<br />
Europa, Asia o América. La supervivencia<br />
<strong>de</strong>l rey <strong>de</strong> la selva en Africa<br />
está amenazada, con menos <strong>de</strong> 30.000<br />
ejemplares. En Asia, sólo sobrevive<br />
una población minúscula y residual<br />
<strong>de</strong> unos 200 leones asiáticos endogámicos,<br />
en la reserva <strong>de</strong>l bosque <strong>de</strong><br />
Gir, provincia <strong>de</strong> Gujarat en la India<br />
occi<strong>de</strong>ntal.<br />
Nuestros análisis genéticos han<br />
puesto <strong>de</strong> manifiesto el riesgo <strong>de</strong><br />
extinción que corren los tigres. Hace<br />
unos 73.000 años, las po<strong>de</strong>rosas erupciones<br />
volcánicas <strong>de</strong>l Toba en Borneo<br />
aniquilaron <strong>de</strong>cenas <strong>de</strong> especies <strong>de</strong><br />
mamíferos <strong>de</strong>l este asiático, incluida<br />
una abundante población <strong>de</strong> tigres.<br />
Sobrevivió un reducto, que repobló<br />
toda la región en forma <strong>de</strong> una nueva<br />
raza, pero la carencia <strong>de</strong> diversidad<br />
genética en sus <strong>de</strong>scendientes contemporáneos<br />
indica que los supervivientes<br />
atravesaban un cuello <strong>de</strong><br />
botella poblacional en el momento<br />
<strong>de</strong>l activismo volcánico. Lo mismo<br />
que los guepardos y los pumas <strong>de</strong><br />
Nortearnérica, el tigre escapó <strong>de</strong> la<br />
extinción por muy poco.<br />
Felinos domesticas<br />
La fase final <strong>de</strong> la evolución <strong>de</strong> los<br />
felinos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la selva hasta nuestros<br />
hogares, comenzó en los <strong>de</strong>nsos<br />
bosques y <strong>de</strong>siertos inmensos que<br />
ro<strong>de</strong>aban la cuenca mediterránea. En<br />
esa región fue emergiendo <strong>de</strong> forma<br />
gradual un puñado <strong>de</strong> especies <strong>de</strong><br />
felinos diminutos (con un peso inferior<br />
a los 10 kilogramos): el gato<br />
<strong>de</strong> los pantanos <strong>de</strong>l este asiático, el<br />
gato <strong>de</strong> las arenas <strong>de</strong> Oriente Medio,<br />
el gato <strong>de</strong> pies negros africano<br />
y una especie ubicua <strong>de</strong> gato salvaje<br />
con cuatro subespecies reconocidas<br />
(europea, centroasiática, <strong>de</strong>l Oriente<br />
Próximo y China). A partir <strong>de</strong> una<br />
<strong>de</strong> esas subespecies salvajes comenzó<br />
uno <strong>de</strong> los experimentos más felices<br />
<strong>de</strong> la historia: la domesticación <strong>de</strong>l<br />
gato. Un estudio <strong>de</strong> genética molecular<br />
<strong>de</strong> amplio alcance sobre los gatos<br />
domésticos y los gatos salvajes <strong>de</strong>l<br />
mundo realizado por Carlos Driscoll,<br />
<strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Oxford,<br />
ha arrojado luz sobre ese proceso.<br />
Todos los gatos domésticos presentan<br />
rasgos genéticos que coinci<strong>de</strong>n con<br />
los <strong>de</strong> los gatos salvajes asiáticos <strong>de</strong><br />
Israel y <strong>de</strong> Oriente Próximo.<br />
En nuestra opinión, el gato fue domesticado<br />
en varias ocasiones, todas<br />
en la región <strong>de</strong>l Creciente fértil hace<br />
entre 8000 y 10.000 años, cuando las<br />
poblaciones humanas nómadas empezaron<br />
a reunirse en al<strong>de</strong>as pequeñas<br />
alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> los primeros asentamientos<br />
agrícolas. Allí se cultivaba trigo,<br />
cebada y arroz. Los gatos sal vajes<br />
<strong>de</strong> la región, quizás atraídos por los<br />
54 INVESTIGACiÓN y CIENCIA, septiembre, 2007
la evolució<br />
<strong>de</strong> los lepid<br />
n<br />
•<br />
osaunos<br />
Lagartos, serpientes y esfenodontes integran el grupo <strong>de</strong> los lepidosaurios,<br />
cuyo origen se retrotrae más allá <strong>de</strong> los dinosaurios.<br />
La evolución <strong>de</strong> los lepidosaurios en el hemisferio septentrional<br />
tuvo un curso distinto <strong>de</strong>l seguido en el austral<br />
l<br />
as aves se inscriben entre<br />
los dinosaurios. Y los dinosaurios<br />
entre los reptiles.<br />
Consi<strong>de</strong>rados en su conjunto,<br />
los reptiles integran el grupo<br />
que aporta mayor diversidad a los<br />
vertebrados terrestres. Existen unas<br />
15.400 especies vivas y numerosísimas<br />
fósiles.<br />
Entre los reptiles vivos, son los<br />
lepidosaurios uno <strong>de</strong> los grupos más<br />
amplios. Por su anatomía pertenecen<br />
al tipo <strong>de</strong> reptiles diápsidos, cuyos<br />
cráneos poseen dos barras óseas y<br />
dos ventanas a cada lado para el<br />
paso <strong>de</strong> la musculatura masticatoria.<br />
La historia <strong>de</strong> los lepidosaurios se<br />
pue<strong>de</strong> rastrear hasta principios <strong>de</strong>l<br />
Triásico, hace unos 250 millones <strong>de</strong><br />
años, cuando los seres vivos empezaban<br />
a reponerse <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los<br />
episodios <strong>de</strong> extinción más terribles,<br />
el <strong>de</strong> la transición <strong>de</strong>l Pérmico al<br />
Triásico.<br />
Sebastián Apesteguía<br />
Antes <strong>de</strong> que los dinosaurios se<br />
adueñaran <strong>de</strong> los ecosistemas terrestres,<br />
los lepidosaurios ya iban poblando<br />
el antiguo supercontinente <strong>de</strong><br />
Pangea, don<strong>de</strong> se incrementó la diversidad<br />
<strong>de</strong> sus especies y la amplitud<br />
<strong>de</strong> sus adaptaciones y rasgos anatómicos.<br />
El linaje <strong>de</strong> los lepidosaurios<br />
proviene <strong>de</strong> precursores paleozoicos,<br />
entre los que hubo formas corredoras,<br />
como Paliguana y Saurosternon, y<br />
planeadoras, como Kuehneosaurus e<br />
lcarosaurus. Sin embargo, los hitos<br />
principales <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> los lepidosaurios<br />
tuvieron lugar con posterioridad<br />
a la extinción permo-triásica, a<br />
principios <strong>de</strong> la era Mesozoica coincidió<br />
con el origen <strong>de</strong> mamíferos,<br />
dinosaurios y tortugas (el Mesozoico<br />
abarcó <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace 65 hasta hace unos<br />
250 millones <strong>de</strong> años).<br />
Los Lepidosauria se divi<strong>de</strong>n en dos<br />
linajes principales: los esfenodontes<br />
o Sphenodontia, muy numerosos entre<br />
el Triásico y mediados <strong>de</strong> la era<br />
Mesozoica, y los escamados o Squamata,<br />
los lagartos y serpientes, cuyo<br />
1. LOS PRIOESFENODONTES, lepidosaurios<br />
<strong>de</strong> un metro <strong>de</strong> largo, vivieron en la<br />
Patagonia argentina durante los inicios<br />
<strong>de</strong>l Cretácico Tardío. Como su pariente el<br />
tuatara <strong>de</strong> Nueva Zelanda, poseían un pico<br />
cortante e hileras <strong>de</strong>ntarias dobles en el<br />
paladar.<br />
INVESTIGACiÓN y CIENCIA, abril, 2007
2. LOS AMNIOTAS, los vertebrados mejor<br />
adaptados a la vida terrestre, nos dividimos<br />
por parentesco en varios grupos naturales;<br />
los principales, los sinápsidos (que incluyen<br />
a los mamíferos) y los reptiles. Entre los<br />
reptiles la mayor división se da entre<br />
los anápsidos y los diápsidos, que a su<br />
vez se divi<strong>de</strong>n en arcosaurios (cocodrilos<br />
y dinosaurios) y los lepidosaurios<br />
(esfenodontes y escamados).<br />
registro fósil se inicia a principios<br />
<strong>de</strong>l Jurásico y abarca <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces<br />
parte sustantiva <strong>de</strong> los vertebrados<br />
terrestres.<br />
Esfenodontes<br />
Los esfenodontes constituyen un grupo<br />
<strong>de</strong> reptiles <strong>de</strong> aspecto primitivo,<br />
emparentados con los lagartos. Se<br />
originaron durante el período Triásico,<br />
a comienzos <strong>de</strong> la "era <strong>de</strong> los<br />
Dinosaurios", hace uno s 240 millones<br />
<strong>de</strong> años. Sólo sobrevive el "tuatara''<br />
(Sphenodon) , en reducido número<br />
y con dos especies, S. punctatus y<br />
S. guntheri, restringidas al archipiélago<br />
<strong>de</strong> Nueva Zelanda. Por su<br />
carácter <strong>de</strong> "fósil viviente" y su anatomía<br />
poco especializada constituye<br />
la referencia obligada en anatomía<br />
comparada <strong>de</strong> los reptiles, en filogenia<br />
y en evolución inicial <strong>de</strong> los<br />
reptiles diápsidos.<br />
Los esfenodontes abundaron en<br />
número y diversidad específica durante<br />
los períodos inicial y medio<br />
<strong>de</strong>l Mesozoico. Sus restos fósiles<br />
se han hallado en roc as <strong>de</strong>l Triásico<br />
Medio (hace entre unos 230 y<br />
245 millones <strong>de</strong> años) al Jurásico<br />
Temprano (hace entre unos 175 y<br />
200 millones <strong>de</strong> años) <strong>de</strong> diversas<br />
regiones <strong>de</strong>l mundo (Gran Bretaña,<br />
China, América <strong>de</strong>l Norte, Brasil,<br />
etcétera). Durante ese lapso, los esfenodontes,<br />
<strong>de</strong> un tamaño que rara vez<br />
superaba los veinte centímetros, se<br />
hicieron comunes entre la fauna <strong>de</strong><br />
vertebrados continentales. La variedad<br />
<strong>de</strong> sus <strong>de</strong>nticiones y mandíbulas<br />
permite conce<strong>de</strong>rles distintos hábitos<br />
alimentarios: insectívoros, carnívoros<br />
, piscívoros, herbívoros o frugívoros.<br />
Unos poseían escudos óseos;<br />
otros presentaban cuerpos alongados<br />
para la natación y hocicos angostos<br />
para la pesca.<br />
El registro fósil se torna escaso en<br />
las rocas <strong>de</strong>l Jurásico Tardío (hace<br />
INVESTIGACiÓN y CIENCIA, abril, 2007<br />
unos 145-161 millones <strong>de</strong> años) y<br />
sobre todo en las <strong>de</strong>l Cretácico Temprano<br />
(hace unos 100-145 millones<br />
<strong>de</strong> años). Los hallazgos se reducen a<br />
unos pocos restos aislados, lo mismo<br />
en Gondwana (Africa) que en Laurasia<br />
(América <strong>de</strong>l Norte, Europa).<br />
Parece que la expansión a comienzos<br />
<strong>de</strong>l Cretácico <strong>de</strong> los escamados,<br />
es <strong>de</strong>cir, los verda<strong>de</strong>ros lagartos y las<br />
serpientes actuales, guardó relación<br />
con la reducción <strong>de</strong> la diversidad y<br />
la abundancia numérica <strong>de</strong> los esfenodontes<br />
<strong>de</strong>l hemisferio norte, que<br />
condujo a la extinción <strong>de</strong>l grupo en<br />
esa región. Creíase que idéntico fenómeno<br />
se repitió en el hemisferio<br />
austral, pues no se conocían restos<br />
<strong>de</strong> esfenodontes en el registro fósil<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> fines <strong>de</strong>l Cretácico Temprano<br />
hasta su reaparición en materiales<br />
casi contemporáneos a nuestra época<br />
provenientes <strong>de</strong> Nueva Zelanda.<br />
Priosphenodon<br />
Así estaban las cosas hasta que se<br />
halló un buen número <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s<br />
esfenodontes en La Buitrera, yacimiento<br />
fosilífero <strong>de</strong>l noroeste <strong>de</strong><br />
la Patagonia. Desenterré esqueletos<br />
completos en 1999 , en el marco <strong>de</strong><br />
un proyecto dirigido por Fernando<br />
E. Novas sobre las rocas <strong>de</strong> la Formación<br />
Can<strong>de</strong>leros, un afloramiento<br />
geológico <strong>de</strong> principios <strong>de</strong>l Cret ácico<br />
Superior (hace unos 65-100 millones<br />
<strong>de</strong> años). Fueron los primeros<br />
registros mundiales <strong>de</strong>l grupo para<br />
el Cretácico Superior. Se cubría así<br />
en parte un extenso hiato evolutivo.<br />
Se han recuperado ya <strong>de</strong>cenas<br />
<strong>de</strong> especímenes, muchos <strong>de</strong> ellos en<br />
óptimo estado <strong>de</strong> conservación, con<br />
individuos <strong>de</strong> distintas eda<strong>de</strong>s.<br />
En nuestros días, los rojos paredones<br />
<strong>de</strong> La Buitrera cortan la estepa<br />
patagónica mostrándonos finas capas<br />
<strong>de</strong> arena consolidada, <strong>de</strong>positadas<br />
allí por antiguos ríos, que recorrieron<br />
esa parte <strong>de</strong> Sudam érica durante<br />
los inicios <strong>de</strong>l Cretácico Superior,<br />
hace unos 90 millones <strong>de</strong> años . Tras<br />
surcar una pra<strong>de</strong>ra, fluían hacia el<br />
Pacífico; la cordillera <strong>de</strong> los An<strong>de</strong>s<br />
aún no existía. Los esfenodontes<br />
<strong>de</strong>ambulaban entonces a la sombra <strong>de</strong><br />
los mayores dinosaurios conocidos,<br />
así el carnívoro Giganotosaurus, <strong>de</strong><br />
14 metros <strong>de</strong> largo y dientes como<br />
puñales, y titanosaurios primitivos,<br />
gigantescos herbívoros emparentados<br />
con el Brachiosaurus.<br />
Otros integrantes <strong>de</strong> la misma fauna,<br />
aunque más pequeños, eran los<br />
araripesuquios, cocodrilos terrestres<br />
<strong>de</strong>l tamaño <strong>de</strong> una iguana, omnívoros,<br />
con gran<strong>de</strong>s dientes caniniformes;<br />
los orificios nasales en la parte<br />
frontal <strong>de</strong> un largo hocico les daban<br />
un aspecto algo zorruno. Serpientes<br />
55
ARCOSAURIO<br />
MODIFICADO<br />
ARCOSAURIO<br />
ORIGINAL<br />
LEPIDOSAURIO<br />
ORIGINAL<br />
ANAPSIDOS<br />
SINAPSIDOS<br />
3. LA ESTRUCTURA CRANEANA permite reconocer relaciones <strong>de</strong> parentesco entre los<br />
vertebrados terrestres, aunque medien modificaciones adaptativas notables. Los sinápsidos<br />
presentan un puente en la región temporal, que limita una abertura (abajo, <strong>de</strong>recha, en<br />
rojo) difícil <strong>de</strong> ver en humanos (abajo, izquierda). El cráneo homogéneo <strong>de</strong> los reptiles<br />
anápsidos (centro) se contrapone a las dos barras <strong>de</strong> los dlápsidos, que bor<strong>de</strong>an ventanas<br />
para el paso <strong>de</strong> musculatura tcentro. izquierda). Ya los primeros lepidosaurios mostraban<br />
una barra inferior incompleta (arriba, centros, que se altera consi<strong>de</strong>rablemente en los<br />
escamados (arriba, <strong>de</strong>recha).<br />
terrestres, con minúscul os restos <strong>de</strong><br />
patas, y pequeños y veloces dinosaurios<br />
carnívoros acech aban a los<br />
abundantes mamíferos driolestoi<strong>de</strong>os,<br />
con crán eos <strong>de</strong> apenas cuatro centímetros.<br />
En las orillas <strong>de</strong> lagun as,<br />
tortugas acuáticas emparentadas con<br />
la actual Acantochelys se alímentaban<br />
<strong>de</strong> peces, entre los que <strong>de</strong>stacaban los<br />
dipnoos o peces pulmon ados.<br />
Priosphenodon posee un cráneo<br />
compacto y triangular, con un agudo<br />
pico front al y dientes pequeños y<br />
triangulares dispu estos muy apretadamente,<br />
lo que le valió ese nombre,<br />
que proviene <strong>de</strong> tres palabras<br />
griegas: sierra-cuña-diente. Su <strong>de</strong>ntición<br />
y los indici os <strong>de</strong> movimientos<br />
mandibulares hacia <strong>de</strong>lante y atrás<br />
(propalinalidad) permiten suponer<br />
una dieta herbívora. Aunque con<br />
cautela: el único lepidosaurio propalínal<br />
<strong>de</strong> nuestros días, el tuatara,<br />
es carnívoro.<br />
Los esfenodontes <strong>de</strong> La Buitrera<br />
se cuentan entre los mayores <strong>de</strong>l<br />
mundo: más <strong>de</strong> un metro <strong>de</strong> longitud<br />
y su cráneo <strong>de</strong> 15 centímetros;<br />
pensemos que los pleurosaurios y los<br />
safeosaurios, esfenod ontes marinos<br />
<strong>de</strong> picos aguzados y estilizados cuerpos,<br />
poseen cráneos que sólo rondan<br />
los 10 centímetros. La masa corporal<br />
<strong>de</strong> Priosphenodon contra sta con la<br />
acostumbrada en la mayoría <strong>de</strong> los<br />
esfenodontes conocidos , que no superen<br />
los 20 centímetros <strong>de</strong> longitud.<br />
Los restos <strong>de</strong> esfenodontes hallados<br />
en La Buitrera llenan un vacío<br />
en el registro fósil entre los restos<br />
fragmentarios <strong>de</strong> principios <strong>de</strong>l Cretácico<br />
y el tuatara vivo <strong>de</strong> Nueva<br />
Zelanda. A<strong>de</strong>más, favorecen la hipótesis<br />
<strong>de</strong> que la supervivencia <strong>de</strong><br />
esfenod ontes en ese archipiélago <strong>de</strong>l<br />
océano Pacífico forma parte <strong>de</strong> la<br />
histori a y distribución <strong>de</strong> un extenso<br />
grupo <strong>de</strong> reptil es que habitaba el su-<br />
percontinente Gondw ana. Hipótesis<br />
respaldada también por los fósiles<br />
encontrados por Trevor Worthy, <strong>de</strong><br />
Paleofaunal Surveys, en el Mioceno<br />
<strong>de</strong> Nueva Zelanda.<br />
La historia <strong>de</strong>l grupo en Gondwan a<br />
merece particular atención. Si bien<br />
se repartieron en el Triásico por todo<br />
el mundo, los linajes <strong>de</strong> esfenodontes<br />
fueron ramificánd ose en distintas<br />
especies a lo largo <strong>de</strong>l Jurásico y<br />
Cretácico Temprano, con el progreso<br />
<strong>de</strong> la fragm entación <strong>de</strong> Pangea en<br />
Gond wana y Laurasia. Ello explica<br />
la presencia <strong>de</strong> esfen odontinos en el<br />
Jurásico y Cretácico Tempr ano <strong>de</strong><br />
América <strong>de</strong>l Norte y Europ a, y en el<br />
Pleistoceno <strong>de</strong> Nueva Zeland a. Los<br />
eilenodontinos, linaje al que pertenece<br />
Priosph enodon, provienen <strong>de</strong><br />
rocas <strong>de</strong>l Jurásico Superior y Cretácico<br />
Inferior <strong>de</strong> Estados Unidos y,<br />
por último, <strong>de</strong>l Cretácico Superior<br />
<strong>de</strong> Patagonia.<br />
La búsqueda <strong>de</strong> materiales <strong>de</strong> esfenodontes<br />
en sedimentos <strong>de</strong> fines <strong>de</strong>l<br />
Cretácico Superior (hace 67 millones<br />
<strong>de</strong> años) permitió al autor hallar restos<br />
en dos localida<strong>de</strong>s patagónicas<br />
más, que ratificaron la supervivencia<br />
<strong>de</strong> los esfenodontes en Patagonia<br />
al menos hasta las postrimerías <strong>de</strong>l<br />
Cretácico.<br />
Su cas i total ausencia en el registro<br />
fósil terciario y su supervivencia<br />
limitad a a las islas <strong>de</strong> Nueva<br />
Zelanda nos llevan a suponer que<br />
los esfenodontes fueron una <strong>de</strong> las<br />
víctimas <strong>de</strong> la extinción <strong>de</strong> fines <strong>de</strong>l<br />
Cretácico, la misma que eliminó a<br />
los dinosaurios no avianos. Debió<br />
<strong>de</strong> causar una extrema mortandad <strong>de</strong><br />
estos lepido saurios . Su supervivencia<br />
habría estado ligada , nuevamente, a<br />
la plasticidad evolutiva <strong>de</strong>l grupo,<br />
cuyo representante actual <strong>de</strong>mue stra<br />
una inusual tolerancia a las zonas<br />
frías: se siente cómodo a unos 12 grados<br />
centígrados, temperatura que la<br />
actividad <strong>de</strong> otros lepidosaurios no<br />
tolera.<br />
Sph enodon cuenta con la barra<br />
temporal inferior completa, adaptación<br />
propia <strong>de</strong> esfenodontes avanzados<br />
. Este puente óseo, que conecta<br />
la región <strong>de</strong>l cráneo don<strong>de</strong> el hueso<br />
cuadrado <strong>de</strong> la mandíbula se articula<br />
con el hueso yugal, refuerza la región,<br />
<strong>de</strong> modo que pueda aplicarse un corte<br />
más po<strong>de</strong>roso y se posibilíte su masticación<br />
propalinal característica. En<br />
esa operación se requiere un cráne o<br />
56 INVESTIGACiÓN y CIENCIA, abril. 2007
:5<br />
w<br />
ce<br />
a:<br />
o<br />
u<br />
o<br />
::> "' J:<br />
AMERICA DELSUR<br />
6. "LA BU ITRERA" es un yacimiento<br />
fosilífero <strong>de</strong>l norte <strong>de</strong> la provincia <strong>de</strong> Río<br />
Negro, Argentina, don<strong>de</strong> trabaja el autor<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1999. Sus altos paredones morados,<br />
don<strong>de</strong> anidan los "jotes" o buitres, son<br />
<strong>de</strong>pósitos <strong>de</strong> un viejo río que <strong>de</strong>sembocaba<br />
en el Pacífico antes <strong>de</strong> que existiera la<br />
cordillera <strong>de</strong> los An<strong>de</strong>s.<br />
rica y Centroamérica. Los anoloi<strong>de</strong>os<br />
integran un grupo <strong>de</strong> lagartos<br />
ovíparos, mayormente insectívoros,<br />
<strong>de</strong> Sudamérica, que han invadido<br />
el Caribe y el sur <strong>de</strong> Norteamérica.<br />
Incluye n for mas arborícolas y<br />
gráci les como los anolis , mien tras<br />
que los matuastos son terrestres y<br />
robustos.<br />
Entre los iguanios acrodontes se<br />
encue ntran las agamas y los camaleones.<br />
Las agamas incluyen lagartos<br />
terrestres y diurnos <strong>de</strong> tamaño mediano<br />
a gran<strong>de</strong>, en genera l ovíparos<br />
y con llam ativas adaptaciones, como<br />
las alas membranosas <strong>de</strong>l Draco <strong>de</strong><br />
Indonesia, el collar <strong>de</strong>splegable <strong>de</strong>l<br />
Chlamydosaurus austra liano o las<br />
gran<strong>de</strong>s espinas <strong>de</strong>l Moloch. Algunos<br />
<strong>de</strong> ellos pier<strong>de</strong>n la cola como<br />
una estrategia <strong>de</strong> distracci ón . El<br />
corte se prod uce en la zona entre<br />
dos vértebra s, mientras que en otros<br />
lagartos se produce por la quebradura<br />
INVESTIGACiÓN y CIENCIA, abril, 2007<br />
69° 00' 68° 15'<br />
3900'' '·,,-- - - - - - - - - - -=-- ----, 390 00'<br />
PROVINCIA<br />
DENEUQUEN<br />
o I<br />
15 !<br />
LA BU•ITRERA 30 km<br />
I<br />
• RENTERIA
Superior y su extinción parece hallarse<br />
ligada a la <strong>de</strong> los dinosaurios<br />
al final <strong>de</strong>l Cretácico.<br />
Gecos: caminar por las pare<strong>de</strong>s<br />
Los miembros <strong>de</strong>l grupo Gekkota,<br />
o gecos, son lagartos entre pequeños<br />
(3 cm) y gran<strong>de</strong>s (60 cm), mayormente<br />
ovíparos, con distribución<br />
global, incluidos <strong>de</strong>siertos y selvas.<br />
Se alimentan <strong>de</strong> insectos y pequeños<br />
vertebrados, presentan reducciones<br />
importantes en los huesos craneanos,<br />
ojos gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong> pupilas verticales en<br />
los <strong>de</strong> hábitos nocturnos o redondas<br />
en los escasos diurnos, con párpados<br />
móviles o no, y una lengua bifurcada<br />
o simple. Las varieda<strong>de</strong>s arborícolas<br />
exhiben un <strong>de</strong>purado sistema <strong>de</strong><br />
múltiples láminas en los extremos<br />
<strong>de</strong> los <strong>de</strong>dos que les permiten caminar<br />
sin riesgo por superficies verticales<br />
lisas. Estas adaptaciones faltan en<br />
las especies más terrestres. Sus colas<br />
funcionan como órganos <strong>de</strong> reserva.<br />
Poseen una coloración críptica o llamativa.<br />
Presentan a<strong>de</strong>más una amplia<br />
diversidad <strong>de</strong> escamas .<br />
El registro más antiguo <strong>de</strong> un geco<br />
es el <strong>de</strong>l Hoburogecko, <strong>de</strong>l Cretácico<br />
Temprano <strong>de</strong> Mongolia (120 millones<br />
<strong>de</strong> años). En un principio se<br />
tomó al escamado primitivo Eichstaettisaurus,<br />
<strong>de</strong>l Jurásico Superior <strong>de</strong><br />
Solnhoffen, por un geco, pero hace<br />
poco se refutó esa adscripción.<br />
Anfisbenas y dibámidos,<br />
misterios subterráneos<br />
Las anfisbenas, los vulgares "lagartos-gusano"<br />
o "víboras <strong>de</strong> dos cabezas",<br />
son reptiles ápodos <strong>de</strong> tamaño<br />
mediano que viven en los sistemas <strong>de</strong><br />
túneles que abren. El género Bipes<br />
ha conservado los brazos. En general,<br />
las anfisbenas han reducido su<br />
pulmón <strong>de</strong>recho y sus ojos. Presentan<br />
cráneos muy consolidados, con<br />
los que excavan la tierra , y gran<strong>de</strong>s<br />
dientes con los que cazan lombrices.<br />
Su cola es corta y el tronco<br />
largo. Se distribuyen por Africa y<br />
Sudamérica, con algunas especies en<br />
Europa y Norteamérica. El registro<br />
fósil se conserva en sedimentos <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
el Terciario Temprano <strong>de</strong> Europa y<br />
Norteamérica. Algunos fragmentos<br />
<strong>de</strong> mandíbulas se han hallado también<br />
en rocas <strong>de</strong>l Cretácico Inferior<br />
<strong>de</strong> Uzbekistán y Mongolia.<br />
Los dibámidos, lagartos ápodos<br />
y excavadores, se distinguen por la<br />
INVESTIGACiÓN y CIENCIA, abril, 2007<br />
reducción <strong>de</strong> sus miembros posteriores,<br />
oídos atrofiados y ojos cubiertos<br />
por una placa. Viven en México e<br />
Indonesia. No se les conocen fósiles.<br />
Se ha pensado que tanto los dib ámidos<br />
como las anfisbenas estuvieron<br />
cercanos al origen <strong>de</strong> las serpientes.<br />
Estas constituyen, en lo esencial,<br />
un grupo <strong>de</strong> lagartos sin patas. En<br />
ellas, la reducción <strong>de</strong> miembros es<br />
extrema y su dispersión por todos<br />
los continentes, excepto las zonas<br />
muy frías, nos habla <strong>de</strong> una notable<br />
plasticidad evolutiva y, sin duda , <strong>de</strong><br />
un mo<strong>de</strong>lo corporal muy exitoso,<br />
que perdura a través <strong>de</strong> océanos <strong>de</strong><br />
tiempo.<br />
Plasticidad<br />
<strong>de</strong> los lepídosaurios<br />
Los lepidosaurios han mostrado una<br />
plasticidad evolutiva notable. Según<br />
el linaje, planean para cazar insectos;<br />
nadan en busca <strong>de</strong> peces o algas ;<br />
corren a cuatro patas, a dos o carecen<br />
<strong>de</strong> ellas; habitan en islas barridas por<br />
fríos vientos, en <strong>de</strong>siertos calcinantes,<br />
sobre los árboles <strong>de</strong> la selva o en<br />
el mundo subterráneo; se alimentan<br />
<strong>de</strong> plantas, insectos u otros vertebrados;<br />
<strong>de</strong>sarrollan complejos comportamientos<br />
para atraer a su pareja<br />
o se reproducen por partenogénesis;<br />
ponen huevos o paren a sus crías<br />
El autor<br />
vivas; almacenan reservas; <strong>de</strong>gluten<br />
presas más voluminosas que ellos<br />
mismos; generan venenos; trepan por<br />
don<strong>de</strong> sólo un insecto pue<strong>de</strong>; nadan<br />
don<strong>de</strong> sólo un pez o un cetáceo llega;<br />
exhiben colores apagados para mimetizarse<br />
con el entorno o los colores<br />
más brillantes para atraerse una pareja;<br />
cazan a <strong>de</strong>ntelladas o disparan la<br />
lengua; asustan al agresor, presentan<br />
batalla o <strong>de</strong>jan media cola <strong>de</strong> recuerdo;<br />
preparan una emboscada <strong>de</strong> horas<br />
o advierten al agresor con sonidos;<br />
y lo mismo son microvertebrados<br />
con un cráneo <strong>de</strong> un centímetro que<br />
megavertebrados con cráneos <strong>de</strong> un<br />
metro <strong>de</strong> largo.<br />
Si bien hoy la mayoría <strong>de</strong> los<br />
lepidosaurios posee un tamaño<br />
mo<strong>de</strong>sto, su número, diversidad e<br />
historia evolutiva los convierten<br />
en componentes fundamentales <strong>de</strong><br />
los ecosistemas. Están aquí <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
antes que los dinosaurios. Figuran<br />
en nuestras leyendas y en nuestros<br />
sueños y pesadillas. En nuestras manos<br />
está disfrutar <strong>de</strong> su sorpren<strong>de</strong>nte<br />
diversidad, enten<strong>de</strong>r su evolución y<br />
apren<strong>de</strong>r que muchas <strong>de</strong> sus especies,<br />
aun <strong>de</strong> serpientes, nos resultan<br />
inmediatamente útiles. En nuestras<br />
manos está respetar sus hábitats o<br />
sojuzgarlos hasta reducir su número<br />
y diversidad al mínimo.<br />
Sebastián Apesteguía es paleontólogo <strong>de</strong>l Museo Argentino <strong>de</strong> <strong>Ciencia</strong>s Naturales,<br />
don<strong>de</strong> trabaja <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1988, director <strong>de</strong>l Area <strong>de</strong> Paleontología <strong>de</strong>l CEBBAD (Fundación<br />
Félix <strong>de</strong> Azara-Universidad Maimóni<strong>de</strong>s) y titular <strong>de</strong> la cátedra <strong>de</strong> Herpetología <strong>de</strong> la<br />
Universidad CAE CE. Ha <strong>de</strong>scubierto varias localida<strong>de</strong>s fosilíferas cretácicas, entre las<br />
que se halla "La Buitrera". Es autor <strong>de</strong> 42 artículos científicos y 4 <strong>libros</strong> <strong>de</strong> dinosaurios<br />
para jóvenes. Investiga sobre la evolucíón <strong>de</strong> los esfenodontes y <strong>de</strong> los dinosaurios<br />
saurópodos.<br />
Bibliografía complementaria<br />
EVOLUCiÓN DE LOS LAGARTOS DEL CARIBE. Jonathan B. Losos en INVESTIGACiÓN y CIENCIA,<br />
págs. 14·20, mayo 2001.<br />
LARGE CRETACEDUS SPHENDDDNTIAN FRDM PATAGONIA PROVIDES INSIGHT INTD LEPIDOSAUR Evo·<br />
LUTION IN GONOWANA. Sebastián Apesteguía y Fernando E. Novas en Nature, vol. 425,<br />
págs. 609·612; 2003.<br />
AT THE FEET DF THE DINOSAURS: THE EARLY HISTORY ANO RADIATIDN OF LIZARDS. Susan Evans<br />
en Bi%gica/ Heviews, vol. 78, págs. 513·551; 2004.<br />
AN EARLY LATE CRETACEOUS L/ZARO FROM PATAGONIA, ARGENTINA. Sebastián Apesteguía,<br />
Fe<strong>de</strong>rico L.<br />
315; 2005.<br />
Agnolín y Gabriel Lio en Comptes Rendus Pa/evo/, vol. 4, n.o 4, págs. 311·<br />
Las expediciones a La Buitrera fueron financiadas por The Jurassic Foundation, la Agencia<br />
Nacional <strong>de</strong> Promoción Científica y Tecnológica (Argentina!. la National Geographic Society,<br />
PaleoGénesis y el Rotary Club.<br />
63
CONCEPTOS BASICOS<br />
La trayectoria <strong>de</strong> los nervios y<br />
fl uidos <strong>de</strong>l cuerpo humano guarda<br />
semejanza con la maraña<br />
<strong>de</strong> cables y cañerías <strong>de</strong> una<br />
casa antigua. Es un legado <strong>de</strong><br />
nuestros antepasados ictíneos<br />
y anfi bios.<br />
El tubo por el que pasa el<br />
esperma forma un complicado<br />
bucle que provoca hernias. Tal<br />
conformación constituye el resultado<br />
<strong>de</strong> cambios anatómicos<br />
acaecidos en el curso <strong>de</strong> nuestra<br />
evolución a partir <strong>de</strong> los peces.<br />
Los nervios que heredamos <strong>de</strong><br />
los peces y se extien<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l<br />
cerebro al diafragma pue<strong>de</strong>n<br />
irritarse y <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nar hipo.<br />
Este mecanismo <strong>de</strong> cierre <strong>de</strong><br />
la entrada al tubo respiratorio<br />
constituye un residuo <strong>de</strong> los anfi<br />
bios que nos precedieron y que<br />
respiraban mediante pulmones<br />
y branquias.<br />
Rasgos anatómicos<br />
<strong>de</strong>l pasado<br />
E<br />
Hemos heredado estructuras anatómicas <strong>de</strong> peces<br />
y renacuajos. Estos remanentes evolutivos son los<br />
culpables <strong>de</strong> las hernias, el hipo y otras <strong>de</strong>fi ciencias<br />
mpecé a enseñar anatomía humana por las<br />
mismas fechas en que la universidad<br />
remo<strong>de</strong>laba mi laboratorio. La coinci<strong>de</strong>ncia<br />
no pudo haber sido más propicia.<br />
Enseñar anatomía por primera vez supone un<br />
reto y no sólo por la copiosa terminología que<br />
hay que apren<strong>de</strong>r. Si echamos una ojeada al<br />
interior <strong>de</strong>l cuerpo humano, se nos revelan<br />
estructuras que han persistido durante el curso<br />
<strong>de</strong> la evolución, una suerte <strong>de</strong> maraña confusa,<br />
don<strong>de</strong> arterias, nervios y otras estructuras realizan<br />
recorridos extraños para ir <strong>de</strong> una parte<br />
a otra <strong>de</strong>l cuerpo.<br />
Mientras me esforzaba por enten<strong>de</strong>r las<br />
estructuras internas <strong>de</strong>l cuerpo humano, la<br />
universidad me dio espacio en un edifi cio centenario<br />
que iban a reconvertir en un laboratorio<br />
mo<strong>de</strong>rno. Cuando picamos las pare<strong>de</strong>s<br />
para arreglar la fontanería y la electricidad,<br />
nos encontramos una ma<strong>de</strong>ja <strong>de</strong> cables, alambres<br />
y cañerías, carentes <strong>de</strong> función aparente,<br />
que se enroscaban y retorcían extrañamente<br />
por todo el edifi cio. Nadie en su sano juicio<br />
habría diseñado un edifi cio con semejante<br />
embrollo. Construido en 1896, mostraba un<br />
diseño antiguo, que se había ido arreglando <strong>de</strong><br />
forma chapucera durante décadas en las sucesivas<br />
renovaciones. Si queríamos compren<strong>de</strong>r<br />
la enrevesada trayectoria <strong>de</strong> un cable o una<br />
cañería, había que conocer su historia y las<br />
modifi caciones experimentadas en el transcurso<br />
<strong>de</strong>l tiempo. Lo mismo sirve para las estructuras<br />
que componen el cuerpo humano.<br />
Tomemos el cordón espermático, el tubo<br />
que conecta los testículos, en el escroto, a la<br />
uretra, en el pene. El esperma sale <strong>de</strong>l cuerpo<br />
siguiendo la trayectoria <strong>de</strong>l tubo. Dado que<br />
el escroto se halla al lado <strong>de</strong>l pene, podría<br />
• • • NEIL H. SHUBIN<br />
pensarse que el mejor diseño correspon<strong>de</strong>ría<br />
al recorrido más corto: una línea recta entre<br />
las dos estructuras. No es así. El cordón espermático<br />
ascien<strong>de</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el escroto, gira en<br />
el interior <strong>de</strong> la pelvis, <strong>de</strong>scien<strong>de</strong> a través <strong>de</strong><br />
una abertura <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> las articulaciones <strong>de</strong> la<br />
ca<strong>de</strong>ra y, por fi n, viaja hacia la uretra, en el<br />
interior <strong>de</strong>l pene. Semejante trayectoria ⎯un<br />
legado histórico⎯ resulta <strong>de</strong>sconcertante, por<br />
incomprensible, a los estudiantes <strong>de</strong> medicina<br />
y a los varones que sufren ciertos tipos <strong>de</strong><br />
hernias a causa <strong>de</strong> ella.<br />
La herencia <strong>de</strong> los peces<br />
Para interpretar nuestro cuerpo <strong>de</strong>bemos<br />
examinar la historia que compartimos con<br />
todos los seres vivos: <strong>de</strong>s<strong>de</strong> microorganismos<br />
y vermes hasta peces y primates. En el caso<br />
<strong>de</strong>l cordón espermático, las gónadas humanas<br />
empiezan a <strong>de</strong>sarrollarse <strong>de</strong> forma similar a las<br />
<strong>de</strong> los tiburones, peces y otros vertebrados. La<br />
formación <strong>de</strong> las gónadas humanas (ovarios<br />
en las mujeres y testículos en los varones) se<br />
produce más arriba, cerca <strong>de</strong>l hígado, por la<br />
razón presumible <strong>de</strong> que es allí don<strong>de</strong> ocurren<br />
las interacciones entre los tejidos que se <strong>de</strong>sarrollan<br />
en las gónadas. En los tiburones y<br />
peces adultos, las gónadas suelen permanecer<br />
cerca <strong>de</strong>l hígado. Mantienen esa confi guración<br />
ancestral probablemente porque su esperma se<br />
<strong>de</strong>sarrolla <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la cavidad corporal.<br />
El funcionamiento <strong>de</strong> los mamíferos difi ere<br />
<strong>de</strong>l comportamiento <strong>de</strong> los peces que nos<br />
precedieron. Al <strong>de</strong>sarrollarse el feto masculino,<br />
las gónadas <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n. En las mujeres, los<br />
ovarios bajan <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la zona media <strong>de</strong>l cuerpo<br />
para colocarse cerca <strong>de</strong>l útero y <strong>de</strong> las trompas<br />
<strong>de</strong> Falopio. Semejante <strong>de</strong>splazamiento asegura<br />
42 INVESTIGACION Y CIENCIA, enero, 2009<br />
KENN BROWN Mondolithic Studios
INVESTIGACION Y CIENCIA, enero, 2009 43
El autor<br />
Neil H. Shubin es responsable<br />
<strong>de</strong> asuntos académicos<br />
<strong>de</strong>l museo Field. También<br />
es paleontólogo y <strong>de</strong>cano<br />
adjunto <strong>de</strong> biología evolutiva<br />
y <strong>de</strong> los organismos; ocupa<br />
la cátedra Robert R. Bensley<br />
<strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Chicago.<br />
Sus trabajos han arrojado luz<br />
sobre trasformaciones clave<br />
en la evolución: <strong>de</strong> los reptiles<br />
a los mamíferos, <strong>de</strong>l océano a<br />
tierra fi rme.<br />
Gónada<br />
Las hernias<br />
La larga trayectoria <strong>de</strong> <strong>de</strong>scenso <strong>de</strong> los<br />
testículos durante el <strong>de</strong>sarrollo embrionario<br />
(<strong>de</strong>s<strong>de</strong> una parte superior <strong>de</strong>l cuerpo,<br />
equivalente a don<strong>de</strong> resi<strong>de</strong>n en los<br />
tiburones) crea un punto débil en<br />
la pared inguinal que hace a los<br />
varones propensos a sufrir<br />
hernias.<br />
1 mes<br />
Corazón<br />
que el óvulo no tenga que viajar muy lejos<br />
para ser fecundado. En los varones, las gónadas<br />
recorren un camino más largo: <strong>de</strong>ben llegar a<br />
la bolsa escrotal, extendida <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el cuerpo.<br />
Tal conformación resulta <strong>de</strong>terminante para<br />
la producción <strong>de</strong> un esperma sano. Los mamíferos<br />
somos <strong>de</strong> sangre caliente; se supone que<br />
la cantidad y calidad <strong>de</strong>l esperma <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n<br />
<strong>de</strong> que éste se <strong>de</strong>sarrolle a una temperatura<br />
inferior a la <strong>de</strong>l cuerpo. De hecho, un estudio<br />
sugiere que la calidad <strong>de</strong>l esperma mejora si,<br />
en lugar <strong>de</strong> utilizar calzoncillos ajustados, que<br />
presionan el escroto contra el cuerpo, se usan<br />
<strong>de</strong> tipo boxer, que permiten que cuelgue. El<br />
escroto <strong>de</strong> los mamíferos correspon<strong>de</strong> a un<br />
saco separado el cuerpo, más caliente, que se<br />
eleva y <strong>de</strong>scien<strong>de</strong> para controlar la temperatura<br />
a la que se <strong>de</strong>sarrolla el esperma.<br />
Y ahí llega el problema. Para que los testículos<br />
se posen en la bolsa escrotal tienen<br />
que <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>r un trecho largo, obligando al<br />
cordón espermático a seguir un bucle enrevesado.<br />
Desgraciadamente, el bucle provoca en<br />
los machos una <strong>de</strong>bilidad en la pared abdominal<br />
cerca <strong>de</strong> su terminación. Cuando un<br />
fragmento <strong>de</strong> víscera se insinúa a través <strong>de</strong><br />
este punto débil, se producen varios tipos <strong>de</strong><br />
Gónada<br />
Corazón<br />
7 meses<br />
hernias, unas congénitas y otras adquiridas. Las<br />
primeras ocurren cuando algunas piezas <strong>de</strong>l<br />
intestino viajan con las gónadas y <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n<br />
a través <strong>de</strong> la pared abdominal; las segundas se<br />
<strong>de</strong>sarrollan más tar<strong>de</strong>. La propensión a adquirir<br />
ciertos tipos <strong>de</strong> hernias refl eja, pues, capas <strong>de</strong><br />
historia humana: nuestro pasado pez y nuestro<br />
presente mamífero.<br />
Por qué tenemos hipo<br />
El mismo tipo <strong>de</strong> análisis evolutivo pue<strong>de</strong> aplicarse<br />
a otros <strong>de</strong>sarreglos. Pensemos en el hipo,<br />
que pue<strong>de</strong> limitarse a una simple molestia <strong>de</strong><br />
unos minutos o convertirse en un trastorno<br />
que altera la vida durante meses o, en raras<br />
ocasiones, años. El hipo lo provoca una contracción<br />
<strong>de</strong>l diafragma. El sonido característico<br />
“hip” se produce cuando inspiramos aire <strong>de</strong><br />
forma repentina mientras se cierra la glotis, la<br />
hendidura anterior <strong>de</strong> la laringe. Todos esos<br />
movimientos son involuntarios. Hacemos “hip”<br />
sin ninguna intención buscada. El hipo aparece<br />
por distintas razones: por comer en exceso o<br />
<strong>de</strong>masiado <strong>de</strong>prisa y por motivos más graves,<br />
como tumores en el área torácica.<br />
CHEN Y.<br />
El hipo refl eja al menos dos fases <strong>de</strong> nuestra<br />
historia: una que compartimos con los peces ALICE<br />
Punto débil<br />
en la pared<br />
abdominal<br />
44 INVESTIGACION Y CIENCIA, enero, 2009<br />
Pubis<br />
Cordón<br />
espermático<br />
9 meses<br />
Escroto<br />
Hernia
ALICE Y. CHEN<br />
El hipo<br />
El hipo pue<strong>de</strong> causarlo, entre<br />
otros, el bloqueo o las lesiones<br />
que provocan la retorsión <strong>de</strong> los<br />
nervios frénicos responsables<br />
<strong>de</strong> la respiración, un remanente<br />
evolutivo <strong>de</strong> los peces. Estos<br />
nervios transmiten señales<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el cerebro y producen<br />
un espasmo <strong>de</strong>l diafragma,<br />
haciendo que la glotis se<br />
cierre <strong>de</strong> golpe. La inspiración<br />
repentina <strong>de</strong> aire y el bloqueo<br />
<strong>de</strong> la laringe, el hipo, constituye<br />
un legado <strong>de</strong> los renacuajos,<br />
que bombean agua a la boca<br />
cuando respiran a través <strong>de</strong> las<br />
branquias. Al propio tiempo, se<br />
les cierra la glotis para evitar que<br />
el agua entre en los pulmones,<br />
que utilizan para la respiración<br />
en tierra.<br />
y otra con los anfi bios. De los peces heredamos<br />
los nervios principales que controlan la<br />
respiración. Dos <strong>de</strong> ellos, el vago y el frénico,<br />
se extien<strong>de</strong>n <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la base <strong>de</strong>l cráneo y cursan<br />
a través <strong>de</strong> la cavidad torácica y el diafragma.<br />
Ese recorrido tortuoso origina problemas:<br />
cualquier cosa que interrumpa el camino <strong>de</strong><br />
los nervios a lo largo <strong>de</strong> su recorrido afecta a<br />
nuestra capacidad para respirar. La irritación<br />
<strong>de</strong> esos nervios pue<strong>de</strong> provocar hipo. Si el<br />
cuerpo humano tuviera un diseño más racional,<br />
los nervios no viajarían <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el cuello,<br />
sino <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un punto cercano al diafragma.<br />
Sin embargo, hemos heredado ese diseño <strong>de</strong><br />
nuestros antepasados los peces, que cuentan<br />
con branquias situadas cerca <strong>de</strong> la cabeza, no<br />
un diafragma más abajo.<br />
Si la extraña trayectoria <strong>de</strong> los nervios se<br />
la <strong>de</strong>bemos a nuestra historia ictínea, el hipo<br />
pue<strong>de</strong> haber surgido <strong>de</strong>l pasado que compartimos<br />
con los anfi bios. Resulta que el patrón<br />
<strong>de</strong> la actividad muscular y nerviosa <strong>de</strong>l hipo<br />
se da <strong>de</strong> forma natural en otros organismos.<br />
No en cualesquiera. En concreto, se observa<br />
en los renacuajos, que respiran mediante los<br />
pulmones y las branquias. Cuando usan las<br />
branquias se encuentran con un problema:<br />
tienen que bombear agua a la boca para <strong>de</strong>spués<br />
conducirla a través <strong>de</strong> las branquias,<br />
evitando que entre en los pulmones. Inspiran<br />
<strong>de</strong> forma súbita, mientras cierran la glotis<br />
para clausurar el tubo respiratorio. En esencia,<br />
Abierta Cerrada<br />
Tráquea<br />
Pulmones<br />
Diafragma<br />
respiran mediante las branquias usando una<br />
forma <strong>de</strong> hipo.<br />
Hemos pasado varias etapas <strong>de</strong> nuestro pasado<br />
remoto en antiguos océanos, riachuelos y<br />
sabanas; no en edifi cios <strong>de</strong> ofi cinas, pistas <strong>de</strong><br />
esquí o campos <strong>de</strong> fútbol. Tamaña <strong>de</strong>sconexión<br />
entre pasado y presente explica algunos <strong>de</strong> los<br />
<strong>de</strong>smoronamientos que sufre nuestro cuerpo.<br />
Los huesos más importantes <strong>de</strong> la rodilla, la<br />
espalda y la muñeca humana surgieron en<br />
criaturas acuáticas hace cientos <strong>de</strong> millones<br />
<strong>de</strong> años. No sorpren<strong>de</strong>, por tanto, que nos<br />
<strong>de</strong>sgarremos los cartílagos <strong>de</strong> las rodillas y pa<strong>de</strong>zcamos<br />
dolor <strong>de</strong> espalda por caminar sobre<br />
dos piernas, o <strong>de</strong>sarrollemos el síndrome <strong>de</strong>l<br />
túnel carpiano por escribir a mano o en un<br />
teclado. Ni los peces ni los anfi bios que nos<br />
precedieron realizaban semejantes tareas.<br />
Tomemos el plano corporal <strong>de</strong> un pez, modifi<br />
quémoslo con genes alterados <strong>de</strong> un verme<br />
y disfracémoslo para que parezca un mamífero;<br />
estiremos y retorzamos luego el cuerpo<br />
<strong>de</strong> marras para conseguir un organismo que<br />
camine erguido, hable, piense y controle los<br />
<strong>de</strong>dos. El resultado: una receta <strong>de</strong>sastrosa.<br />
Po<strong>de</strong>mos “disfrazar” al pez sólo hasta cierto<br />
punto, si no queremos sufrir las consecuencias<br />
<strong>de</strong> semejante chapucería. En un mundo perfectamente<br />
diseñado, sin un legado histórico<br />
tan extenso, no pa<strong>de</strong>ceríamos hemorroi<strong>de</strong>s ni<br />
hernias. Ni sería tan cara la remo<strong>de</strong>lación <strong>de</strong><br />
un edifi cio.<br />
Nervio frénico<br />
INVESTIGACION Y CIENCIA, enero, 2009 45<br />
Epiglotis<br />
Pulmón<br />
Glotis<br />
Epiglotis<br />
Branquias<br />
Bibliografía<br />
complementaria<br />
WHY WE GET SICK: THE NEW<br />
SCIENCE OF DARWINIAN MEDI-<br />
CINE. Randolph M. Nesse y<br />
George C. Williams. Vintage;<br />
1996.<br />
Entrada <strong>de</strong> agua<br />
EVOLVING HEALTH: THE ORIGINS<br />
OF ILLNESS AND WHY THE MO-<br />
DERN WORLD IS MAKING US SICK.<br />
Noel T. Boaz. Wiley; 2002.<br />
EVOLUTIONARY MEDICINE AND<br />
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Wenda R. Trevathan, E. O.<br />
Smith y James J. McKenna.<br />
Oxford University Press; 2007.<br />
YOUR INNER FISH: A JOURNEY<br />
INTO THE 3.5-BILLION-YEAR HIS-<br />
TORY OF THE HUMAN BODY. Neil<br />
Shubin. Panthon; 2008.
Ramapithecus<br />
Este primate, ya extinguido, es el primer homínido con<br />
características humanas bien <strong>de</strong>finidas. El hallazgo <strong>de</strong> nuevos<br />
restos ha permitido <strong>de</strong>limitar su situación en lafilogenia humana<br />
Hace quince años. el único dato<br />
existente sobre la aparición <strong>de</strong> una<br />
rama <strong>de</strong>finitivamente humana en<br />
la genealogía <strong>de</strong> nuestra especie era un<br />
fragmento <strong>de</strong> mandíbula superior que<br />
había sido <strong>de</strong>scubierto en el norte <strong>de</strong> la<br />
India en 1932. Hoy día, se han encontrado<br />
otros fósiles <strong>de</strong> este homínido y<br />
<strong>de</strong> otros géneros próximos en AfTica<br />
oriental. Grecia, Turquía. Hungri.a. la<br />
India y Pakislán. Durante los años 60,<br />
estos fósiles <strong>de</strong> homínidos aumentaron<br />
consi<strong>de</strong>rablemente, no gracias a nuevos<br />
<strong>de</strong>scubrimientos originales, sino como<br />
resultado <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong> restos<br />
que se encontraban en colecciones <strong>de</strong><br />
fósiles <strong>de</strong> primates en diversos museos.<br />
Des<strong>de</strong> 1972. el número <strong>de</strong> estos restos<br />
casi se ha duplicado. Estos hallazgos<br />
han constituido un avance significativo<br />
para el paleontólogo especializado en<br />
primates. Des<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> la<br />
evolución <strong>de</strong> la especie humana, estos<br />
hallazgos han permitido <strong>de</strong>limitar con<br />
mayor exactitud los cambios evolutivos<br />
que se han producido 'Cturante los últimos<br />
14 miliones <strong>de</strong> años. Estos estudios<br />
posibilitan, en la actualidad, <strong>de</strong>finir el<br />
camino que ha llevado <strong>de</strong> los hominoi·<br />
<strong>de</strong>s (rama principal <strong>de</strong>l árbol genealógi·<br />
ca humano, en la que se encuentran si·<br />
1uados los gran<strong>de</strong>s antropoi<strong>de</strong>s) a los<br />
huminidos y <strong>de</strong> los homínidos al género<br />
Homo.<br />
Este camino se inicia en el Mioceno.<br />
momento en que vivía en el Viejo<br />
Mundo una población <strong>de</strong> antropoi<strong>de</strong>s<br />
cuya existencia se conoce <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace<br />
más <strong>de</strong> un siglo. En 1856, Edouard Lartet,<br />
abogado y paleontólogo francés,<br />
<strong>de</strong>scribió una mandíbula <strong>de</strong> primate ha·<br />
liada en un terreno arcilloso <strong>de</strong>l Mioceno<br />
en los Pirineos franceses. Lartet<br />
<strong>de</strong>nominó a esta especie fósil Dryopithecus<br />
fontani. El nombre genérico, que<br />
combina los términos griegos que significan<br />
"roble" y "antropoi<strong>de</strong>", pone <strong>de</strong><br />
12<br />
Elwyn L. Simons<br />
manifiesto la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Lartet, quien pensaba<br />
que este primate vivía en el bosque.<br />
Esta conjetura se apoya en los restos<br />
<strong>de</strong> plantas y <strong>de</strong> animales encontrados<br />
junto a otros fósiles <strong>de</strong> Dryopithecus.<br />
Estos antropoi<strong>de</strong>s cosmopolitas vivían,<br />
al parecer. en regiones boscosas tropicales<br />
y subtropicales, alimentándose <strong>de</strong><br />
hojas y <strong>de</strong> frulas.<br />
Los primeros fósiles <strong>de</strong> Dryopithecus<br />
hallados en Francia fueron tres restos<br />
parciales <strong>de</strong> mandíbula inferior, una <strong>de</strong><br />
las cuales había perdido tan sólo un<br />
diente. No pudo encontrarse ninguna<br />
mandíbula superior, y. en general, la<br />
mayoria <strong>de</strong> los fósiles europeos <strong>de</strong> Dr)'opithecus<br />
no fueron más que dientes suel·<br />
tos. En consecuencia, apenas existían<br />
datos acerca <strong>de</strong> la forma <strong>de</strong>l cráneo, <strong>de</strong><br />
la cara o <strong>de</strong>l resto <strong>de</strong>l cuerpo <strong>de</strong> este<br />
antropoi<strong>de</strong> hasta finales <strong>de</strong> la década<br />
<strong>de</strong> los 40. Por esta época, L. S. B. Leakey<br />
y colaboradores hallaron restos más<br />
completos en los ricos yacimientos <strong>de</strong>l<br />
Mioceno situados en las islas <strong>de</strong>l lago<br />
Victoria y al noreste <strong>de</strong>l mismo. Entre<br />
estos restos se encontraron fragmentos<br />
<strong>de</strong> mandíbula <strong>de</strong> tamaño parecido al<br />
<strong>de</strong> los actuales gibones (el más pequeño<br />
<strong>de</strong> los antropoi<strong>de</strong>s actuales) y al <strong>de</strong><br />
los gorilas. En 1948, la esposa <strong>de</strong> Lea·<br />
key, Mary, encontró un cráneo fósil<br />
perfectamente conservado en la isla <strong>de</strong><br />
Rusinga <strong>de</strong>l lago Victoria, y, tres años<br />
más tar<strong>de</strong>, Tom Whitworth, colaborador<br />
<strong>de</strong> Leakey, <strong>de</strong>scubrió restos <strong>de</strong> un<br />
segundo cráneo en el mismo lugar, así<br />
como un miembro anterior y otros restos<br />
óseos, entre los que se encontraban<br />
una mano, otros huesos <strong>de</strong> las extremi·<br />
da<strong>de</strong>s y parte <strong>de</strong> un pie. Estos antro·<br />
poi<strong>de</strong>s fósiles africanos quedaron c1asi·<br />
ficados <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l género Proconsu/; se<br />
i<strong>de</strong>ntificó a los dos cráneos y los huesos<br />
<strong>de</strong> las extremida<strong>de</strong>s como pertenecientes<br />
a la especie Proconsu/ africanus. Sin<br />
embargo, estudios recientes sostienen<br />
que Proconsul no constituye un género<br />
aparte, sino que se trata <strong>de</strong> un miembro<br />
africano <strong>de</strong>l género Dr)'opithecus.<br />
A ntes <strong>de</strong> seguir hay que señalar otros<br />
dos datos importantes con respecto a<br />
los dryopithecinos. Uno <strong>de</strong> ellos es que<br />
se encuentran fósiles <strong>de</strong> dryopithecinos<br />
tanto en yacimientos <strong>de</strong>l Mioceno como<br />
en estratos <strong>de</strong>l período anterior u Oligoceno.<br />
Ello indica que los dryopithecinos<br />
vivieron durante un período <strong>de</strong> unos 20<br />
millones <strong>de</strong> años. El otro dato importante<br />
es que estos fósiles han sido hallados<br />
en Francia, en Africa oriental y<br />
en otros lugares correspondientes a una<br />
amplia región <strong>de</strong>l mundo antiguo: el<br />
<strong>de</strong>sierto occi<strong>de</strong>ntal <strong>de</strong> Egipto, la zona <strong>de</strong><br />
Barcelona, el valle <strong>de</strong>l Rhin, la zona<br />
<strong>de</strong> Viena, las montañas <strong>de</strong>l noreste <strong>de</strong><br />
Hungría, la provincia <strong>de</strong> Macedonia<br />
(Grecia), Asia Menor, las llanuras <strong>de</strong><br />
Potwar (Pakistán). las colinas <strong>de</strong> Si·<br />
walik (la India), las minas <strong>de</strong> carbón <strong>de</strong><br />
Yunán (China occi<strong>de</strong>ntal) y diversos lu·<br />
gares <strong>de</strong> la zona central <strong>de</strong>l sur <strong>de</strong> Chi·<br />
na. Durante este extenso y largo proceso<br />
<strong>de</strong> irradiación, estos antropoi<strong>de</strong>s se<br />
encontraron con climas cada vez más<br />
fríos, en los que los bosques tropicales<br />
o subtropicales daban paso a bosques<br />
abiertos o a sabanas. Los fósiles halla·<br />
dos en Europa y Asia indican que, hace<br />
unos 15 millones <strong>de</strong> años, los DT)'opithecus<br />
produjeron por lo menos otros tres<br />
géneros.<br />
Dos géneros <strong>de</strong> ellos, Sivapithecus y<br />
GiganlOpithecus, eran primates con un<br />
macizo facial tan alargado como el <strong>de</strong><br />
los antropoi<strong>de</strong>s actuales. El tercer<br />
género, Ramapilhecus. presentaba un<br />
macizo facial <strong>de</strong> pequeño tamaño. Las<br />
relaciones existentes entre estos tres primates<br />
<strong>de</strong>l Mioceno no podrán ser <strong>de</strong>terminadas<br />
hasta que se encuentren<br />
restos que comprendan bóvedas craneales<br />
y huesos <strong>de</strong> las extremida<strong>de</strong>s. En ge·
ESTAS CUATRO MANDIBULAS INFERIORES permiten <strong>de</strong>terminar<br />
la presencia <strong>de</strong> diferencias en el grado <strong>de</strong> divergencia posterior <strong>de</strong><br />
los arcos <strong>de</strong>ntales en tres primates fósiles. A la izquierda (aJ. y con finalida<strong>de</strong>s<br />
comparativas. se incluye la mandíbula <strong>de</strong> un chimpancé<br />
actual; el arco <strong>de</strong>ntal. con típica forma en U. se halla formado por<br />
y otro existe un amplio hiato. Las especies<br />
<strong>de</strong> Ramapithecus vivieron en<br />
Eurasia hace por lo menos ocho millones<br />
<strong>de</strong> años, mientras que los primeros<br />
fósiles <strong>de</strong> AuSlralopithecus y Homo, hallados<br />
por Donald C. Johanson, <strong>de</strong> la<br />
Case Western Reserve University. en<br />
Etiopía, y, por Mary Leakey, en Tanzania,<br />
no llegan a los 4 millones <strong>de</strong> años.<br />
Volviendo a las características anatómicas,<br />
en 1967, al estudiar <strong>de</strong> nuevo la<br />
morfología mandibular <strong>de</strong> los antropoi<strong>de</strong>s<br />
fósiles mejor conocidos. advertí, con<br />
sorpresa, que los antropoi<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l Mioceno<br />
presentaban una arcada <strong>de</strong>ntal (el<br />
arco formado por los dientes, visto por<br />
la norma superior) muy distinta <strong>de</strong> la<br />
que se observa en los antropoi<strong>de</strong>s actuales.<br />
En los antropoi<strong>de</strong>s actuales, este<br />
arco presenta forma <strong>de</strong> U, ya que las<br />
ramas mandibulares son paralelas. En<br />
cambio, en los antropoi<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l Mioceno<br />
dicho arco presenta forma <strong>de</strong> V. como<br />
resultado <strong>de</strong> la divergencia posterior <strong>de</strong><br />
los arcos mandibulares.<br />
Dos años <strong>de</strong>spués, E. Genet-Yarcin,<br />
en París, observó que el arco <strong>de</strong>ntal <strong>de</strong><br />
la mayoría <strong>de</strong> los A lIstralopithecus presentaba<br />
también forma <strong>de</strong> V. En consecuencia,<br />
dos grupos separados entre sí<br />
por varios millones <strong>de</strong> años poseen una<br />
característica idéntica (en ambos grupos,<br />
la V es <strong>de</strong> vértice romo). En cambio,<br />
el arco <strong>de</strong>ntal <strong>de</strong> Homo sapiens no<br />
tiene forma ni <strong>de</strong> U ni <strong>de</strong> V. sino que es<br />
redon<strong>de</strong>ado. En consecuencia, es probable<br />
que el arco en forma <strong>de</strong> U <strong>de</strong> los<br />
16<br />
antropoi<strong>de</strong>s actuales y el arco semicircular<br />
humano procedan <strong>de</strong>l arco original<br />
en forma <strong>de</strong> V.<br />
¿Cuáles son las características <strong>de</strong>l arco<br />
<strong>de</strong>ntal <strong>de</strong> Ramapitheeus? Básicamente,<br />
el arco <strong>de</strong>ntal <strong>de</strong> Ramapitheeus es <strong>de</strong><br />
tipo intermedio. Las ramas <strong>de</strong>l maxilar<br />
divergen, formando con las líneas paralelas<br />
un ángulo <strong>de</strong> unos 20 grados. Este<br />
ángulo es superior al que presentan los<br />
antropoi<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l Mioceno (unos 10 grados)<br />
y menor que el <strong>de</strong> los A uSlralopi<br />
. fhecus (unos 30 grados).<br />
Tanto Ramapithecus como Auslralopi-<br />
Iheeus poseyeron mandíbulas cuyo<br />
grosor <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la cara lingual a la cara<br />
correspondiente a la mejilla es comparable,<br />
a nivel <strong>de</strong> la región molar, con la<br />
altura <strong>de</strong> la mandibula. En los antropoi<strong>de</strong>s<br />
actuales, la mandíbula es mucho<br />
menos robusta, siendo su grosor inferior<br />
a su altura. Los molares <strong>de</strong> Ramapithecus<br />
y <strong>de</strong> Auslralopilhecus presentan<br />
también un aspecto muy robusto. Se<br />
trata <strong>de</strong> molares planos, <strong>de</strong> gran tamaño.<br />
y, vistos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> arriba, ofrecen<br />
un aspecto redon<strong>de</strong>ado. A diferencia <strong>de</strong><br />
lo que ocurre en los molares <strong>de</strong> los<br />
chimpancés y <strong>de</strong> los gorilas, y también<br />
en los molares <strong>de</strong> Dryopithecus en sentido<br />
estricto (excluyendo a Sivapithecus),<br />
el esmalte es <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rable grosor y,<br />
en consecuencia, más resistente al <strong>de</strong>s·<br />
gaste. Los caninos e incisivos son <strong>de</strong><br />
menor tamaño que los <strong>de</strong> los antropoi·<br />
<strong>de</strong>s actuales. A<strong>de</strong>más. la mandíbula ¡nfe-<br />
ramas paralelas; en consecuencia. SU grado <strong>de</strong> divergencia es nulo. A<br />
continuación (b) aparece la reromtrucción <strong>de</strong> la mandíbula <strong>de</strong> Dr)'opilhecus:<br />
las ramas mandibulares presentan una divergencia (en color)<br />
<strong>de</strong> unos 10 grados. hunediatamente <strong>de</strong>spués (e) se encuentra una reconstrucción<br />
<strong>de</strong> la mandíbula <strong>de</strong> Ramapifhecus. Las ramas mandi-<br />
rior <strong>de</strong> Ramapilheeus y <strong>de</strong> A ustralopitheeus<br />
se encuentra mejor preparada para<br />
la masticación, al presentar no una,<br />
sino dos crestas internas. Estas eminencias,<br />
<strong>de</strong>nominadas torus superior e inferior,<br />
se observan todavía en los fósiles<br />
<strong>de</strong> Auslralopithecus <strong>de</strong> hace tan sólo un<br />
millón <strong>de</strong> años.<br />
Otra característica especial que presentan<br />
ambos homínidos es una marcada<br />
diferencia en el <strong>de</strong>sgaste <strong>de</strong> los<br />
dos primeros molares. En Dr)'opilheeus<br />
y en los antropoi<strong>de</strong>s actuales, el esmalte<br />
<strong>de</strong> las cúspi<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l primer molar se<br />
<strong>de</strong>sgasta, apareciendo en su lugar el<br />
cemento subyacente, cosa que ocurre<br />
también en el segundo molar. En Ramapithecus<br />
y A ustralopithecus el distinto<br />
<strong>de</strong>sgaste que presentan estas dos piezas<br />
indica que la erupción <strong>de</strong>l segundo<br />
molar <strong>de</strong>bía producirse mucho más<br />
tar<strong>de</strong> que la <strong>de</strong>l primero, lo que implica<br />
que su maduración era mucho más lenta<br />
que la <strong>de</strong> los antropoi<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l Mioceno o<br />
<strong>de</strong> los actuales.<br />
Este conjunto <strong>de</strong> características -mandibulas<br />
gruesas y preparadas para la<br />
masticación, molares aplanados y reducción<br />
<strong>de</strong> los caninos y <strong>de</strong> los incisivos-<br />
pue<strong>de</strong> compararse con las que se<br />
observan en ciertos tipos <strong>de</strong> mamíferos,<br />
como los herbivoros provistos <strong>de</strong> pezuñas,<br />
los roedores herbívoros o incluso<br />
los elefantes. Estos mamíferos mastican<br />
los alimentos triturándolos mediante un<br />
movimiento <strong>de</strong> balancín, lo que implica<br />
que la masticación es, por lo menos en
a<br />
TRES MANDIBULAS FOSILES. vislas por la norma posterior. para<br />
po<strong>de</strong>r observar las prominencias óseas indicadas en los corles transversales<br />
<strong>de</strong> la <strong>de</strong>recha. En el corte se obsena el plano en que coinci<strong>de</strong>n<br />
las mita<strong>de</strong>s <strong>de</strong>recha e izquierda <strong>de</strong> la mandíbula. Las prominerK'ias<br />
óseas aumenlan la resistencia mandibular frenle a las tensiones horí·<br />
lontales producidas por la masticación lateralizada. En Ramapifhecus<br />
(a) y Au.ftralopithecus (bj estas prominencias presentan un <strong>de</strong>sarrollo<br />
similar. Gigumopilhecus (e! recuerda al antropoi<strong>de</strong> <strong>de</strong>l Mioceno 1Ia-<br />
IX<br />
mado Sil'apitlreclIs y al gorila IIclual; la eminencia inferior se halla<br />
más <strong>de</strong>sarrollada que la superior. En los dos homínidos, el eje mayor <strong>de</strong><br />
la sección transversal forma un ángulo relativamente marcado con la<br />
horizontal; en las mandibulas que aparecen en la figura. este ángulo<br />
es <strong>de</strong> unos 65 grados. aurque en ocasiones pue<strong>de</strong> ser incluso mayor.<br />
Esta característica contrasta con el aspet':lo que presenta el corte transversal<br />
<strong>de</strong> Giganropithecus. en que la porción anterior es más alargada<br />
y se inclina hacia <strong>de</strong>lanee. formando un ángulo menor con la horizontal.<br />
45
1. BACTERIAS DEl AZUFRE ver<strong>de</strong>s y purpúreas colonizan<br />
una fuente termal. Medran en agua anéxica y rica en<br />
sulfuro <strong>de</strong> hidrógeno. la presencia <strong>de</strong> extensos tapices<br />
oceánicos <strong>de</strong> estos organismos durante períodos antiguos<br />
<strong>de</strong> extinciones en masa sugiere que hubo condiciones<br />
similares predominantes en tales épocas.
Thomas S. Kuhn, filósofo e historiador <strong>de</strong> la<br />
ciencia, sugirió que las disciplinas científicas<br />
remedaban en su <strong>de</strong>sarrollo a los seres vivos.<br />
No crecían <strong>de</strong> forma lenta y continua, sino<br />
que disfrutaban <strong>de</strong> períodos prolongados <strong>de</strong><br />
estabilidad interrumpidos por revoluciones<br />
ocasionales con la aparición <strong>de</strong> una nueva especie, una<br />
nueva teoría en el caso <strong>de</strong> la ciencia. Tal enfoque se<br />
ajusta como un guante al estudio <strong>de</strong> las causas y las<br />
consecuencias <strong>de</strong> las extinciones en masa, cataclismos<br />
biológicos periódicos en los que una gran proporción<br />
<strong>de</strong> los organismos <strong>de</strong>l planeta se extinguió. Tras esos<br />
eventos, todo cambió.<br />
Des<strong>de</strong> que <strong>de</strong>scubrieron extinciones en masa históricas<br />
hace más <strong>de</strong> dos siglos, los paleontólogos creyeron<br />
que se trataba <strong>de</strong> acontecimientos graduales, causados<br />
por una combinación <strong>de</strong> cambio climático y fuerzas<br />
biológicas (<strong>de</strong>predación, competencia y enfermeda<strong>de</strong>s).<br />
Pero en 1980, la interpretación <strong>de</strong> las extinciones en<br />
masa sufrió un vuelco, una revolución "kuhniana". El<br />
equipo <strong>de</strong> Walter Alvarez, <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> California<br />
en Berkeley, propuso que la extinción que eliminó<br />
a los dinosaurios hace 65 millones <strong>de</strong> años ocurrió <strong>de</strong><br />
forma súbita, en la catástrofe ecosistémica que siguió<br />
al impacto <strong>de</strong> un asteroi<strong>de</strong>. En el transcurso <strong>de</strong> los<br />
dos <strong>de</strong>cenios siguientes, la hipótesis <strong>de</strong> que un bólido<br />
proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l espacio aniquiló un segmento notable<br />
<strong>de</strong> la vida sobre la Tierra fue aceptada sin reserva. En<br />
esa línea, numerosos expertos acabaron por creer que<br />
los escombros cósmicos causaron al menos otras tres<br />
<strong>de</strong> las cinco gran<strong>de</strong>s extinciones en masa.<br />
Ahora se está gestando otra transformación en nuestra<br />
concepción <strong>de</strong>l pasado interrumpido <strong>de</strong> la vida terrestre.<br />
Aparecen nuevas pruebas geoquirrucas proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong><br />
las bandas <strong>de</strong> roca estratificada que <strong>de</strong>linean los eventos<br />
<strong>de</strong> extinciones en masa en el registro geológico. Se han<br />
<strong>de</strong>scubierto residuos químicos, <strong>de</strong>nominados bioindicadores<br />
orgánicos, que produjeron seres vivos minúsculos<br />
que no suelen fosilizar. Según estos datos, los impactos<br />
cataclísmicos fueron la excepción, y no la norma, entre<br />
las causas <strong>de</strong> las extinciones en masa. Parece que, en<br />
la mayoría <strong>de</strong> los casos, la propia Tierra se habría convertido<br />
en el peor enemigo <strong>de</strong> la vida, <strong>de</strong> una manera<br />
que no habíamos imaginado. Las activida<strong>de</strong>s humanas<br />
actuales quizás estén poniendo en peligro, una vez más,<br />
a la biosfera.<br />
Después <strong>de</strong> Alvarez<br />
Para compren<strong>de</strong>r el entusiasmo general que <strong>de</strong>spertó<br />
la teoría <strong>de</strong>l impacto <strong>de</strong>l asteroi<strong>de</strong>, nos ayudará revisar<br />
las pruebas que la apoyaron. El escenario que planteaba<br />
Alvarez, junto con el físico Luis W. Alvarez (su padre) y<br />
los químicos nucleares Helen V. Michel y Frank Asaro,<br />
se fundaba sobre dos hipótesis. Primera, que un asteroi<strong>de</strong><br />
<strong>de</strong> unos 10 kilómetros <strong>de</strong> diámetro cayó sobre la Tierra<br />
hace 65 millones <strong>de</strong> años. Segunda, que las consecuencias<br />
ambientales <strong>de</strong>l impacto eliminaron a más <strong>de</strong> la mitad<br />
<strong>de</strong> las especies. Habían encontrado las huellas que <strong>de</strong>jó<br />
la explosión en una gruesa capa <strong>de</strong> iridio (elemento raro<br />
en la Tierra, aunque común en cuerpos extraterrestres)<br />
que llovió polvoriento sobre el globo.<br />
No habían pasado diez años <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un anuncio tan prodigioso,<br />
cuando apareció el rastro probatorio: el cráter <strong>de</strong><br />
Chicxulub, en la península mexicana <strong>de</strong> Yucatán. Oculto<br />
a la vista, su <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong>spejó la mayoría <strong>de</strong> las<br />
dudas que pendían sobre la <strong>de</strong>saparición <strong>de</strong>l reino <strong>de</strong> los
dinosaurios con un impacto <strong>de</strong>scomunal. Al propio tiempo,<br />
planteaba nuevas cuestiones sobre otros episodios <strong>de</strong><br />
extinción en masa. Si uno fue causado por un impacto,<br />
¿qué ocurrió con el resto? A lo largo <strong>de</strong> los últimos 500<br />
millones <strong>de</strong> años, y por cinco veces, la mayoría <strong>de</strong> los<br />
organismos <strong>de</strong>l planeta <strong>de</strong>saparecieron <strong>de</strong> pronto.<br />
El primero <strong>de</strong> esos episodios ocurrió al final <strong>de</strong>l período<br />
Ordovícico, hace unos 443 millones <strong>de</strong> años. El<br />
segundo, hace 374 millones <strong>de</strong> años, se produjo en las<br />
postrimerías <strong>de</strong>l Devónico. El mayor <strong>de</strong> todos, la Gran<br />
Mortandad, al final <strong>de</strong>l Pérmico (hace 251 millones <strong>de</strong><br />
años), eliminó el 90 por ciento <strong>de</strong> los habitantes <strong>de</strong>l<br />
océano y el 70 por ciento <strong>de</strong> las plantas y animales<br />
(insectos incluidos) <strong>de</strong> tierra firme [véase "La mayor<br />
extinción biológica conocida", <strong>de</strong> Douglas H. Erwin;<br />
INVESTIGACIÓN y CIENCIA, septiembre, 1996]. Se asistió<br />
a otra mortandad global hace 201 millones <strong>de</strong> años, cuando<br />
expiraba el período Triásico. La última extinción <strong>de</strong><br />
importancia, hace 65 millones <strong>de</strong> años, cerró el Cretácico<br />
con el impacto mencionado <strong>de</strong>l meteorito.<br />
En los inicios <strong>de</strong> los noventa, David Raup pre<strong>de</strong>cía<br />
en Extinciones: ¿genes perversos o mala suerte? que<br />
terminaría por <strong>de</strong>scubrirse que los impactos fueron los<br />
causantes <strong>de</strong> todas las extinciones en masa citadas, amén<br />
<strong>de</strong> otros eventos <strong>de</strong> menor gravedad. Las pruebas <strong>de</strong>l<br />
impacto para la frontera geológica entre los períodos<br />
Cretácico y Terciario (KJT) eran y siguen resultando convincentes.<br />
A<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l cráter <strong>de</strong> Chicxulub y <strong>de</strong>l estrato<br />
inequívoco <strong>de</strong> iridio, los escombros <strong>de</strong>l impacto, incluidas<br />
piedras sometidas a una enorme presión y distribuidas<br />
por todo el globo, dan fe <strong>de</strong> la colisión. Otras pistas<br />
químicas, inscritas en sedimentos antiguos, nos hablan<br />
<strong>de</strong> cambios súbitos en la composición atmosférica <strong>de</strong>l<br />
planeta y en el clima subsiguiente.<br />
En varios otros períodos <strong>de</strong> extinción, las señales apuntaban<br />
también en idéntica dirección. A comienzos <strong>de</strong> los<br />
setenta, los geólogos habían ya asociado una fina capa<br />
<strong>de</strong> iridio con las extinciones <strong>de</strong> las postrimerías <strong>de</strong>l Devónico.<br />
En 2002, ciertos <strong>de</strong>scubrimientos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sectores<br />
in<strong>de</strong>pendientes, sugerían impactos <strong>de</strong> asteroi<strong>de</strong>s a últimos<br />
<strong>de</strong>l Triásico y a últimos también <strong>de</strong>l Pérmico. En el estrato<br />
<strong>de</strong>l Triásico se registraban débiles trazas <strong>de</strong> iridio. En el<br />
caso <strong>de</strong>l Pérmico, se aportó una pista sugestiva: moléculas<br />
<strong>de</strong> fullerenos, que se suponía contenían atrapados gases<br />
48<br />
• Más <strong>de</strong> la mitad <strong>de</strong> los seres que han vivido en<br />
la Tierra han sido eliminados en el curso <strong>de</strong> sucesivas<br />
extinciones en masa, durante los últimos<br />
500 millones <strong>de</strong> años.<br />
• Uno <strong>de</strong> tales <strong>de</strong>sastres, que conllevó la <strong>de</strong>saparición<br />
<strong>de</strong> los dinosaurios, se atribuye al impacto <strong>de</strong><br />
un asteroi<strong>de</strong>. Carecemos <strong>de</strong> pruebas contun<strong>de</strong>ntes<br />
sobre la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> los agentes causales <strong>de</strong> los<br />
<strong>de</strong>más episodios.<br />
• Pero empiezan a barajarse nuevas pruebas fósiles<br />
y geoquímicas que sugieren un mecanismo ambiental<br />
sorpren<strong>de</strong>nte para las extinciones principales<br />
y, quizá, para el resto: un océano anóxico que<br />
expulsa gas venenoso como resultado <strong>de</strong>l cal<strong>de</strong>amiento<br />
global.<br />
extraterrestres [véase "Impactos repetidos", <strong>de</strong> Luann Becker;<br />
INVESTIGACIÓN y CIENCIA, mayo, 2002].<br />
De ese modo, fue adquiriendo cuerpo la sospecha <strong>de</strong> que<br />
asteroi<strong>de</strong>s o cometas se hallaban en el origen <strong>de</strong> cuatro<br />
<strong>de</strong> las cinco gran<strong>de</strong>s extinciones en masa. Se apartaba<br />
<strong>de</strong> ese guión el evento al final <strong>de</strong>l Ordovícico, que se<br />
atribuyó a la radiación proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> una estrella que<br />
explotó en nuestra vecindad cósmica.<br />
Sin embargo, al ahondar, en años recientes, en el<br />
análisis <strong>de</strong> los datos, se <strong>de</strong>scubrió que había muchos<br />
cabos sueltos. Del reexamen <strong>de</strong> los fósiles se <strong>de</strong>sprendía<br />
que las extinciones <strong>de</strong>l Pérmico y <strong>de</strong>l Triásico correspondieron<br />
a procesos que se prolongaron cientos <strong>de</strong><br />
miles <strong>de</strong> años. Las pruebas recientes sobre el aumento<br />
y caída <strong>de</strong>l carbono atmosférico, que son propios <strong>de</strong><br />
su ciclo, sugerían que la biosfera pa<strong>de</strong>ció, no un golpe<br />
catastrófico súbito, sino una extensa serie <strong>de</strong> perturbaciones<br />
ambientales.<br />
Un impacto no tan súbito<br />
Del evento KJT se <strong>de</strong>sprendía que el impacto <strong>de</strong> un<br />
cuerpo <strong>de</strong> gran tamaño equivale a la acción <strong>de</strong> un terremoto<br />
que arrasa una ciudad. El <strong>de</strong>sastre es súbito, <strong>de</strong>vastador<br />
y <strong>de</strong> corta duración; terminada la sacudida, se<br />
empren<strong>de</strong> <strong>de</strong> inmediato la reconstrucción <strong>de</strong> la ciudad.<br />
Este ciclo <strong>de</strong> <strong>de</strong>strucción y recuperación subsiguiente<br />
queda reflejado en los datos <strong>de</strong> isótopos <strong>de</strong>l carbono<br />
para las extinciones <strong>de</strong>l KJT, así como en el registro<br />
fósil (aunque la verificación <strong>de</strong> esta última prueba requirió<br />
cierto tiempo). La esperada mortalidad súbita en<br />
la misma frontera KIT resulta evi<strong>de</strong>nte entre los fósiles<br />
más pequeños y más numerosos, los <strong>de</strong>l plancton calcáreo<br />
y silícico, y en las esporas <strong>de</strong> las plantas. Pero<br />
conforme aumentaba el tamaño <strong>de</strong> los fósiles <strong>de</strong> un<br />
grupo, más gradual parecía su extinción.<br />
Poco a poco, los paleontólogos comprendieron que ese<br />
patrón manifiesto venía condicionado por la escasez <strong>de</strong><br />
fósiles <strong>de</strong> cierta entidad, <strong>de</strong> tamaño importante, en la<br />
mayoría <strong>de</strong> los horizontes sedimentarios y rocosos don<strong>de</strong><br />
se había concentrado la <strong>investigación</strong>. Para salir al paso<br />
<strong>de</strong> ese problema <strong>de</strong> muestreo y obtener una imagen más<br />
clara <strong>de</strong>l ritmo <strong>de</strong> las extinciones, Charles Marshall,<br />
<strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Harvard, <strong>de</strong>sarrolló un protocolo<br />
para el análisis estadístico <strong>de</strong> distribuciones <strong>de</strong> fósiles.<br />
Mediante la <strong>de</strong>terminación <strong>de</strong> la probabilidad <strong>de</strong> que<br />
una especie se haya extinguido <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un período <strong>de</strong><br />
tiempo dado, el método analítico en cuestión <strong>de</strong>smenuza<br />
la máxima cantidad <strong>de</strong> información que proporcionan<br />
incluso los fósiles raros.<br />
En 1996, Marshall y el autor aunaron fuerzas para<br />
aplicar ese protocolo en las secciones estratigráficas <strong>de</strong>l<br />
KJT. Mostraron que lo que se manifestaba como una<br />
extinción gradual <strong>de</strong> los animales marinos <strong>de</strong> cierta talla<br />
más abundantes, los ammonites <strong>de</strong> Europa, resultaba<br />
coherente con su <strong>de</strong>saparición repentina en la frontera<br />
KJT. (Los ammonites son moluscos fósiles emparentados<br />
con el nautilo.)<br />
Pero la aplicación <strong>de</strong> la nueva metodología a extinciones<br />
anteriores arrojó resultados distintos. El grupo <strong>de</strong>l<br />
autor estudió estratos que representaban ambientes a la<br />
vez marinos y no marinos <strong>de</strong>l final <strong>de</strong> los períodos Pér-<br />
INVESTIGACiÓN y CIENCIA, diciembre, 2DD6
2. ERUPCIONES DE SULFURO DE HIDROGENO frente a la costa<br />
<strong>de</strong> Namibia. En esta fotografía obtenida por satélite aparecen<br />
en forma <strong>de</strong> remolinos ver<strong>de</strong> pálido sobre la superficie oceánica.<br />
Estos episodios locales y frecuentes resultan <strong>de</strong> la acumulación<br />
<strong>de</strong> sulfuro <strong>de</strong> hidrógeno en los sedimentos <strong>de</strong>l fondo marino; nos<br />
ofrecen una imagen mo<strong>de</strong>rna <strong>de</strong> las condiciones que se dieron<br />
durante el afloramiento global propuesto para varios períodos <strong>de</strong><br />
extinciones en masa: aire con olor <strong>de</strong> azufre, peces muertos y<br />
langostas que, en busca <strong>de</strong> oxígeno, huyen a las playas intentando<br />
escapar <strong>de</strong>l veneno.<br />
(Durante largo tiempo se erigió en hipótesis alternativa<br />
a la <strong>de</strong>l impacto <strong>de</strong>l asteroi<strong>de</strong>.)<br />
Ahora bien, las alteraciones producidas por un vulcanismo<br />
intenso no explicarían necesariamente las extinciones<br />
marinas en masa <strong>de</strong> finales <strong>de</strong>l Pérmico. Tampoco<br />
justificarían la muerte <strong>de</strong> plantas en tierra firme, pues ,<br />
con un nivel incrementado <strong>de</strong> CO 2 , la vegetación habría<br />
prosperado y, por tanto, sobrevivido al cal<strong>de</strong>amiento.<br />
Los bioindicadores <strong>de</strong> los sedimentos oceánicos <strong>de</strong> las<br />
postrimerías <strong>de</strong>l Pérmico y <strong>de</strong> las rocas más recientes <strong>de</strong>l<br />
Triásico aportan pruebas químicas <strong>de</strong> una proliferación<br />
oceánica <strong>de</strong> las bacterias consumidoras <strong>de</strong> H 2S. Puesto<br />
que estos microorganismos medran sólo en ambientes<br />
anóxicos, pero necesitan la luz solar para la fotosíntesis,<br />
su presencia en estratos que representan ambientes marinos<br />
someros revela que hasta la superficie <strong>de</strong> los océanos<br />
era, a finales <strong>de</strong>l Pérmico, anóxica y rica en H 2S.<br />
En los océanos actuales, el oxígeno se presenta en<br />
concentraciones homogéneas, iguales <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la superficie<br />
hasta el fondo, porque se disuelve en el agua <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />
atmósfera y es transportado hacia el fondo por la circulación<br />
oceánica. Sólo en circunstancias insólitas, así las<br />
registradas en el mar Negro , las condiciones anóxicas<br />
bajo la superficie permiten la vida, en la columna <strong>de</strong><br />
agua, <strong>de</strong> una amplia variedad <strong>de</strong> organismos que no<br />
toleran el oxígeno. Estos microorganismos anaerobios<br />
que medran en las profundida<strong>de</strong>s producen cantida<strong>de</strong>s<br />
copiosas <strong>de</strong> sulfuro <strong>de</strong> hidrógeno, que también se disuelve<br />
en el agua <strong>de</strong> mar.<br />
52<br />
A medida que su concentración aumenta, el H 2S difun<strong>de</strong><br />
hacia arriba, don<strong>de</strong> se encuentra con el oxígeno<br />
que se difun<strong>de</strong> hacia abajo. Mientras no se altere este<br />
equilibrio, el agua saturada <strong>de</strong> oxígeno y la que lo está <strong>de</strong><br />
sulfuro <strong>de</strong> hidrógeno permanecen separadas; su interfase,<br />
la quimioclina, se mantiene estable. Las bacterias <strong>de</strong>l<br />
azufre ver<strong>de</strong>s y purpúreas suelen vivir en la quimioclina,<br />
don<strong>de</strong> gozan <strong>de</strong>l suministro <strong>de</strong> H 2S <strong>de</strong>s<strong>de</strong> abajo y <strong>de</strong><br />
luz solar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> arriba .<br />
Según los cálculos <strong>de</strong> Lee R. Kump y Michael A.<br />
Arthur, <strong>de</strong> la Universidad estatal <strong>de</strong> Pennsylvania, si<br />
la concentración <strong>de</strong> oxígeno oceánico se reduce, las<br />
condiciones empiezan a favorecer a las bacterias anaerobias<br />
<strong>de</strong> las profundida<strong>de</strong>s, que proliferan y, por tanto,<br />
aumentan la concentración <strong>de</strong> sulfuro <strong>de</strong> hidrógeno. En<br />
sus mo<strong>de</strong>los, si la concentración <strong>de</strong> H 2S en las profundida<strong>de</strong>s<br />
hubiera aumentado por encima <strong>de</strong> un umbral<br />
crítico durante un tal intervalo <strong>de</strong> anoxia oceánica, la<br />
quimioclina que separa el agua profunda, rica en H 2S,<br />
<strong>de</strong>l agua superficial, oxigenada, habría subido hasta la<br />
superficie <strong>de</strong> forma brusca. Con un resultado terrorífico:<br />
se hubieran generado enormes burbujas <strong>de</strong> H 2S gas que<br />
reventarían en la atmósfera.<br />
De acuerdo con los trabajos <strong>de</strong> Kump y Arthur, al final<br />
<strong>de</strong>l Pérmico estos afloramientos oceánicos produjeron<br />
suficiente H 2S para causar extinciones en tierra firme<br />
y en el océano. Pero este gas sofocante no habría sido<br />
el único asesino. Los mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> Alexan<strong>de</strong>r Pavlov, <strong>de</strong><br />
la Universidad <strong>de</strong> Arizona, muestran que el H 2S habría<br />
atacado el escudo <strong>de</strong> ozono <strong>de</strong>l planeta, una capa atmosférica<br />
que protege <strong>de</strong> la radiación solar ultravioleta (UV)<br />
a los seres vivos. Ciertas esporas fósiles <strong>de</strong> Groenlandia<br />
muestran <strong>de</strong>formaciones provocadas por una exposición<br />
prolongada a niveles elevados <strong>de</strong> UV, lo que constituye<br />
una prueba <strong>de</strong> que la capa <strong>de</strong> ozono se <strong>de</strong>sgarró cuando<br />
concluía el Pérmico.<br />
Po<strong>de</strong>mos hoy comprobar que, por culpa <strong>de</strong>l agujero <strong>de</strong><br />
la capa <strong>de</strong> ozono, sobre todo en la Antártida, <strong>de</strong>cae con<br />
celeridad la biomasa <strong>de</strong> fitoplancton. Y si se <strong>de</strong>struye la<br />
base <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>na alimentaria, no tardarán en hallarse<br />
también en apuros los organismos que se encuentran en<br />
niveles superiores.<br />
Kump y Arthur estiman que el volumen <strong>de</strong> H 2S gaseoso<br />
que, proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l océano, entró en la atmósfera<br />
<strong>de</strong> finales <strong>de</strong>l Pérmico fue <strong>de</strong> más <strong>de</strong> 2000 veces la<br />
cantidad, mo<strong>de</strong>rada, que los volcanes emiten en la actualidad.<br />
Este gas tóxico habría impregnado la atmósfera<br />
en una concentración suficiente para matar a plantas y<br />
animales, sobre todo porque la letalidad <strong>de</strong>l H 2S aumenta<br />
con la temperatura. Parece que varias extinciones en<br />
masa, gran<strong>de</strong>s y pequeñas, tuvieron lugar durante cortos<br />
intervalos <strong>de</strong> cal<strong>de</strong>amiento global. Aquí es don<strong>de</strong> pudo<br />
haber intervenido la actividad volcánica antigua.<br />
Contemporáneos a múltiples extinciones en masa,<br />
hubo episodios volcánicos intensos que arrojaron miles<br />
<strong>de</strong> kilómetros cuadrados <strong>de</strong> lava sobre los continentes<br />
y suelo marino. Un subproducto <strong>de</strong> esa colosal emisión<br />
volcánica sería el enorme volumen <strong>de</strong> dióxido <strong>de</strong><br />
carbono y metano que penetró en la atmósfera, lo que<br />
habría causado un cal<strong>de</strong>amiento global inmediato. Durante<br />
el Pérmico y el Triásico tardíos, así como en el<br />
Jurásico temprano, el Cretácico medio y el Paleoceno<br />
INVESTIGACiÓN y CIENCIA, diciembre, 2006
ACI<br />
1. RESTOS FOSllES DE UN PODEROSO<br />
DINOSAURIO CARNIVORO, Majungatholus<br />
stopus (foto superior). Murió ha ce 70 millones<br />
<strong>de</strong> años en un lugar hoy en día en el noroeste<br />
<strong>de</strong> Madagascar (página siguiente, foto superion.<br />
Al <strong>de</strong>senterrar los restos, se recuperó la<br />
mandíbula con dientes en sierra, apta para<br />
<strong>de</strong>spedazar la carne (foto a la <strong>de</strong>recha). los<br />
paleon tólogos empaquetaron con escayola las<br />
piezas fósiles para tran sporta rlas a Estados<br />
Unidos (página siguiente, foto inferior) , para<br />
averiguar las causas posibles <strong>de</strong> su muerte.<br />
lENTOS FOSILIF<br />
. , r '<br />
; .<br />
Los huesos <strong>de</strong> numerosos<br />
animales muertos hace<br />
70 millones <strong>de</strong> años se<br />
acumulan en yacimientos<br />
<strong>de</strong> Madagascar. Se ha<br />
<strong>de</strong>terminado qué causó<br />
esa mortandad<br />
Raymond R. Rogers<br />
y David W. Krause<br />
'"<br />
ffi<br />
o<br />
a:<br />
ci<br />
"z o::;<br />
;¡<br />
a:
ROSDE MADAGASCAR<br />
El cuerpo se apoya sobre el costado<br />
izquierdo, la cabeza y el cuello<br />
están doblados hacia atrás, hacia<br />
la pelvis: postura típica <strong>de</strong> la<br />
muerte. Los brazos y las piernas<br />
todavía se encuentran en correcta posición<br />
anatómica y persisten la mayoría <strong>de</strong> los<br />
huesos, aunque un examen más <strong>de</strong>tallado<br />
muestra que los <strong>de</strong> las manos y <strong>de</strong> los pies<br />
se han dislocado. También el cráneo está<br />
algo <strong>de</strong>sarticulado, pero todos sus huesos<br />
se encuentran próximos entre sí. Curiosamente,<br />
falta el extremo <strong>de</strong> la cola. Cerca<br />
aparecen los restos <strong>de</strong> más esqueletos, en<br />
diverso estado <strong>de</strong> conservación y <strong>de</strong> dispersión.<br />
Unos, completos; <strong>de</strong> otros, sólo queda<br />
un cráneo , una escápula o un hueso <strong>de</strong><br />
las extremida<strong>de</strong>s. ¿Dón<strong>de</strong> murieron estos<br />
animales? ¿Allí don<strong>de</strong> los <strong>de</strong>senterramos<br />
o se agruparon sus restos <strong>de</strong>spués? ¿Murieron<br />
a la vez o fueron acumulándose a<br />
lo largo <strong>de</strong> mucho tiempo? ¿Cuál fue la<br />
causa <strong>de</strong> su muerte?<br />
Estas preguntas se suscitaron en cuanto<br />
<strong>de</strong>scubrimos la fosa común en el verano<br />
<strong>de</strong> 2005 . Nuestro equipo, compuesto <strong>de</strong><br />
paleontólogos y geólogos estadouni<strong>de</strong>nses<br />
y malgaches, trabaja en estos sedimentos<br />
<strong>de</strong>l noroeste <strong>de</strong> la isla, que recibe el apodo<br />
<strong>de</strong> "Gran Isla Roja" por el intenso color<br />
rojo veneciano <strong>de</strong> sus tierras. A medida<br />
que buscábamos respuestas, íbamos recopilando<br />
información. Con todo, la forma<br />
en que acometimos la <strong>investigación</strong> quizá<br />
resulte tan interesante como el fruto <strong>de</strong><br />
la misma.<br />
Empezamos por bautizar al yacimiento:<br />
MAD05-42, que cifra el año <strong>de</strong> su <strong>de</strong>scubrimiento<br />
y el número correlativo <strong>de</strong><br />
campo fosilífero haIlado en esa área. El<br />
segundo paso consistió en i<strong>de</strong>ntificar los
esqueletos fósi les. Gracias a otros<br />
<strong>de</strong>scubrimientos <strong>de</strong> la mism a región,<br />
<strong>de</strong>terminamos pronto que la mayoría<br />
<strong>de</strong> los restos pertenecían a diferentes<br />
especies <strong>de</strong> dinosaurios.<br />
No se trata <strong>de</strong>l único cementerio<br />
<strong>de</strong> dinosaurios <strong>de</strong>l noroeste <strong>de</strong> Madagascar.<br />
Concuerda con un patrón<br />
que hemos observado repetidamente<br />
a lo largo <strong>de</strong> un <strong>de</strong>cenio <strong>de</strong> investigaciones<br />
geológicas en los terrenos<br />
semi áridos cercanos al pueblo<br />
<strong>de</strong> Berivotra. Hemos <strong>de</strong>scub ierto<br />
allí niveles sobre niveles <strong>de</strong> muerte<br />
masiva, <strong>de</strong> esqueletos <strong>de</strong> ani males<br />
gran<strong>de</strong>s y pequeñ os, jóvenes y viejos ,<br />
enterrados jun tos, formando espectaculares<br />
lechos repletos <strong>de</strong> huesos.<br />
Así, mientras trabajábam os para <strong>de</strong>scubrir<br />
la causa <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> los<br />
animales <strong>de</strong>l yaci miento MAD05-42<br />
no podíamos sino preguntarnos también<br />
la razó n <strong>de</strong> que hubiera tanta<br />
acumulación <strong>de</strong> huesos en perfe cto<br />
estado <strong>de</strong> conservación.<br />
Reapertura <strong>de</strong> un caso cerrado<br />
hace mucho<br />
Han transcurrido <strong>de</strong>masiados millones<br />
<strong>de</strong> años para que podamos aplicar<br />
el armamentario forense actual. Para<br />
extraer pistas <strong>de</strong> los hueso s y <strong>de</strong>l sedimento<br />
<strong>de</strong>bemos recurrir a técnicas<br />
geo lógicas <strong>de</strong> datación y emplear los<br />
métod os <strong>de</strong> la tafonomía, disciplina<br />
que estud ia los proce sos que experimentan<br />
los restos <strong>de</strong> un organismo<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> su muert e hasta que quedan<br />
enterrados.<br />
Comenzamos a extraer los huesos<br />
<strong>de</strong> la matriz rocosa. Al principio,<br />
empleamos palas y martillos <strong>de</strong> geólogo,<br />
que retiran el sedimento que<br />
los cubre, pero <strong>de</strong>spués los huesos se<br />
exponen con instrumentos <strong>de</strong> <strong>de</strong>ntista<br />
y finos pincele s. Hubimos <strong>de</strong> tener<br />
mucho cuid ado en no dañar la frágil<br />
superficie <strong>de</strong> los huesos. Una vez que<br />
quedaron expuestos, se cartogra fiaban<br />
y fotografiaban con sumo <strong>de</strong>talle.<br />
Quedaba registrado dónd e aparecían<br />
y se anot aban las posibles relacione s<br />
espaciales entre restos.<br />
Luego, impregnamos los huesos<br />
con col as consolidantes y los protegimos<br />
con un envoltorio <strong>de</strong> escayola<br />
y arp illera. Cada hueso así tratado<br />
se inventarió y empaquetó para su<br />
transporte hasta nuestros laboratorios<br />
en Estad os Unidos. Allí retiramos el<br />
sedimento residual y estudi amos los<br />
huesos a fondo, pres tando particular<br />
atención a cualquier marca superficial<br />
que pudiera indicarnos la causa<br />
<strong>de</strong> la muerte.<br />
Se pudo <strong>de</strong>terminar in situ que los<br />
esquel etos procedían <strong>de</strong> rocas sedimentarias<br />
<strong>de</strong> la Forma ción Maevaran<br />
o, unas <strong>de</strong>cenas <strong>de</strong> metros por<br />
<strong>de</strong>baj o <strong>de</strong> las rocas que corres pon<strong>de</strong>n<br />
al límite entre el Cretácico y el Terciario<br />
. Este límite tiene 65 millones<br />
<strong>de</strong> años <strong>de</strong> antigüedad; señala el momento<br />
en que todos los dinosaurios<br />
(excepto las aves) y muchos otros<br />
grupos <strong>de</strong> especies sufrie ro n una<br />
exti nción en masa por todo el planeta<br />
[véase "Impactos repetidos", por<br />
Lunnan Becker; INVESTIGACIÓN y<br />
CIENCIA, mayo 2002; y "El episodio<br />
<strong>de</strong> impacto <strong>de</strong> Chicxulub", por David<br />
A. Kring y Daniel Durda; INVESTIGA<br />
CIÓN Y CIENCIA, febrero 2004].<br />
Nuestro lecho <strong>de</strong> huesos se encuentra<br />
44,5 metros por <strong>de</strong>b ajo <strong>de</strong><br />
este horizonte <strong>de</strong> extin ción en masa<br />
y 14,5 metros por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l límite<br />
superior <strong>de</strong> la Formación Maevarano.<br />
Medimos el grado <strong>de</strong> <strong>de</strong>sintegración<br />
REGISTRO GEOLOGICO<br />
radiactiva <strong>de</strong> algunos minerales <strong>de</strong><br />
rocas <strong>de</strong> origen volcá nico <strong>de</strong> los<br />
niveles por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la formación<br />
y obtu vim os así una datación <strong>de</strong><br />
88 millones <strong>de</strong> años <strong>de</strong> antigüedad.<br />
Por encima <strong>de</strong> la formación y entreverados<br />
con ella, había sedimentos <strong>de</strong><br />
origen marino que el flujo y reflujo<br />
<strong>de</strong> las mareas <strong>de</strong>po sitó en la orilla <strong>de</strong><br />
la isla. Estos sedimentos contienen<br />
con chas y pequeños esq ueletos <strong>de</strong><br />
microorganismos unicelulares, datados<br />
en otros yacimientos cerc a <strong>de</strong>l<br />
final <strong>de</strong>l período Cretácico, aunque<br />
sin llegar al final propiamente dicho<br />
<strong>de</strong> ese intervalo.<br />
Tomados en su conjunto, los registros<br />
cronológicos mostraban que<br />
las muertes se produj eron hace unos<br />
70 millo nes <strong>de</strong> año s. Es <strong>de</strong>c ir, la<br />
causa <strong>de</strong> muerte <strong>de</strong> los dinosaur ios<br />
hallados en MADÜ5-42 no guardaba<br />
relación con la extinción general que<br />
se produjo varios millones <strong>de</strong> año s<br />
más tar<strong>de</strong>.<br />
La tafonomía aceleró el progreso<br />
<strong>de</strong> nuestra <strong>investigación</strong>. Los estudios<br />
LA HISTORIA DE LOS SUELOS <strong>de</strong> la isla <strong>de</strong> Madagascar proporciona algunas<br />
pistas sobre la causa <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> tantos animales hace 70 millones <strong>de</strong><br />
años. Al inicio <strong>de</strong> la era Mesozoica (hace 250 millones <strong>de</strong> años), Madagascar<br />
formaba parte <strong>de</strong> Gondwana. La actividad tectónica modificó la posición <strong>de</strong> las<br />
placas terrestres. Al inicio <strong>de</strong>l período Cretácico (hace 130<br />
millones <strong>de</strong> años), Madagascar se encontraba a unos<br />
400 kilómetros <strong>de</strong>l continente africano. Luego se<br />
unió a la placa continental africana y se <strong>de</strong>splazó<br />
hacia el norte. Cuando la mortandad que estamos<br />
investigando (mapa inferior), el norte <strong>de</strong> Madagascar<br />
se encontraba cerca <strong>de</strong> los 30 grados <strong>de</strong><br />
latitud sur; allí, las condiciones climáticas producían<br />
una alternancia <strong>de</strong> períodos prolongados <strong>de</strong><br />
sequía y <strong>de</strong> intensas lluvias.<br />
Océano<br />
Indico<br />
16 INVESTIGACi ÓN y CIENCIA, abril, 2007
Muertes en masa<br />
Uno <strong>de</strong> los primeros yacimientos <strong>de</strong>scubiertos,<br />
MAD93-18, revela con niti<strong>de</strong>z inigualable la<br />
naturaleza recurrente <strong>de</strong> la mortalidad en masa en<br />
el antiguo Madagascar. El yacimiento MAD93-18<br />
presenta tres horizontes <strong>de</strong> fósiles consecutivos,<br />
uno sobre otro. Las excavaciones proporcionaron el<br />
esqueleto entero <strong>de</strong>l Rapetosaurus (fotografía inferior<br />
<strong>de</strong>recha e inferior izquierda), un saurópodo enorme.<br />
Aportó también restos óseos <strong>de</strong> numerosas especies,<br />
muchas <strong>de</strong> ellas nuevas para la ciencia, como los<br />
huesos pequeños y <strong>de</strong>licados <strong>de</strong> un ave primitiva,<br />
Rahonavis ostromi (<strong>de</strong>recha).<br />
tafonómicos analizan las modificaciones<br />
que sufren los huesos (si están<br />
quemados, rotos o mordidos), las<br />
alteraciones <strong>de</strong> los esqueletos (cuál<br />
es su estado <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarticulación o si<br />
algún <strong>de</strong>predador o carroñero se ha<br />
llevado alguna parte) y la historia <strong>de</strong><br />
su enterramiento (cómo quedaron sepultados<br />
los fósiles y qué les sucedió<br />
<strong>de</strong>spués). Por último, la tafonomía<br />
aborda los procesos <strong>de</strong> fosilización;<br />
es <strong>de</strong>cir, el mecanismo <strong>de</strong> mineralización<br />
<strong>de</strong>l hueso .<br />
Tras analizar el yacimiento<br />
MAD05-42 <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una perspectiva<br />
tafonómica, po<strong>de</strong>mos afirmar que<br />
las muertes se produjeron en el<br />
transcurso <strong>de</strong> un período prolongado<br />
<strong>de</strong> tiempo, quizá semanas o meses,<br />
porque los esqueletos nos hablan <strong>de</strong><br />
INVESTIGACiÓN y CIENCIA, abril, 2007<br />
historias postmórtem dispares. Mientras<br />
unos cuerpos se encuentran enteros,<br />
otros están <strong>de</strong>sarticulados y sus<br />
huesos muy dispersos; la muerte no<br />
pudo sorpren<strong>de</strong>r a la vez a ambos .<br />
Unos huesos tienen una conservación<br />
perfecta, en tanto que otros muestran<br />
indicios <strong>de</strong> meteorización avanzada<br />
y <strong>de</strong> <strong>de</strong>gradación <strong>de</strong> la superficie.<br />
Cuando los animales hallados en<br />
un mismo osario tienen diferentes<br />
momentos <strong>de</strong> muerte, <strong>de</strong>cimos que<br />
el yacimiento está "promediado en<br />
el tiempo".<br />
A partir <strong>de</strong> los datos tafonómicos<br />
po<strong>de</strong>mos estimar cuánto tiempo<br />
pasó <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la primera muerte hasta<br />
la última. Aunque no resulta posible<br />
<strong>de</strong>terminar con exactitud el tiempo<br />
<strong>de</strong> formación <strong>de</strong> este yacimiento, sí<br />
po<strong>de</strong>mos sostener que los animales<br />
no murieron simultáneamente.<br />
La escena <strong>de</strong>l crimen<br />
La historia geológica <strong>de</strong> Madagascar<br />
proporciona otras pistas importantes<br />
sobre la causa <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> estos<br />
dinosaurios. Al principio <strong>de</strong> la<br />
era Mesozoica (hace 250 millones<br />
<strong>de</strong> años), Madagascar estaba unida<br />
a Gondwana (la mitad meridional<br />
<strong>de</strong>l supercontinente Pangea), a caballo<br />
entre Africa y la India, y con<br />
la Antártida sita cerca <strong>de</strong> su punta<br />
meridional. La actividad tectónica reconfiguró<br />
las placas terrestres a gran<br />
escala. En el Jurásico superior (hace<br />
160 millones <strong>de</strong> años), Madagascar<br />
se había <strong>de</strong>sprendido <strong>de</strong> Africa y movido<br />
hacia al sur, con la India <strong>de</strong><br />
17
3. LA SEOI.IIA FUE LA<br />
CULPABLE. Los animales se<br />
concentraban en los lechos<br />
secos <strong>de</strong> los rlos, don<strong>de</strong><br />
morían a medida que el agua<br />
y la comida se agotaban. El<br />
dinosaurio Majungatholus,<br />
imponente, se com fa los<br />
cadáveres <strong>de</strong> Rapetosaurus<br />
(en primer plano) e incluso <strong>de</strong><br />
animales <strong>de</strong> su misma especie<br />
(al fondo a la izquierda). Las<br />
aves (Rahona vis) carro ñeab an<br />
también los esqueletos. La<br />
causa inmediata <strong>de</strong> la muerte<br />
podía ser la <strong>de</strong>shidratación,<br />
el calor, la malnutrición y el<br />
envenenamiento, ya que el<br />
agua estancada se pudría.<br />
Otros animales carnívoros<br />
e insectos se alimentaban<br />
<strong>de</strong> estos esqueletos, hasta<br />
que las lluvias torrenciales<br />
<strong>de</strong>senca<strong>de</strong>naban las avenidas<br />
<strong>de</strong> barro que los enterraron<br />
y han persistido, fosilizados,<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace 70 millones <strong>de</strong><br />
años.<br />
modus operandi. Estos animales no<br />
fueron víctimas <strong>de</strong> un día <strong>de</strong> mala<br />
suerte en el Cret ácico superior; hubo<br />
muchos días <strong>de</strong> mala suerte .<br />
Cuando logramos reunir todas las<br />
pruebas, el veredic to resulta inapelable:<br />
la sequía. Se trataba <strong>de</strong> un<br />
ecosistema subtropical, con indicios<br />
20<br />
4. LAS ESPORAS DE ALGAS que se han<br />
encontrado en las rocas matrices <strong>de</strong> los<br />
huesos fósiles indican la posible toxicidad<br />
<strong>de</strong>l agua <strong>de</strong> las menguantes charcas.<br />
inequívocos <strong>de</strong> períodos estacio nales<br />
<strong>de</strong> ari<strong>de</strong>z. Los animales acudirían en<br />
tropel, sedientos, a los cauces secos<br />
<strong>de</strong> los ríos, en busca <strong>de</strong> algu na charca,<br />
para morir poco a poco a medida<br />
que el agua potable y los alimentos<br />
se agotaban. Lo observamos hoy en<br />
Africa y en el interior <strong>de</strong> Australia:<br />
se producen sequías mortíferas que<br />
conducen a los animales a juntarse<br />
alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> los pocos recursos que<br />
quedan. Durante un período prolongado<br />
<strong>de</strong> sequía pue<strong>de</strong>n sucumbir miles<br />
<strong>de</strong> individuos don<strong>de</strong> buscaban la<br />
última gota <strong>de</strong> agua; los cadáveres<br />
se acumulan allí, a veces dura nte<br />
años.<br />
La <strong>investigación</strong> sobre la mortalidad<br />
vinculada a sequía ratifica, en<br />
ejemplos <strong>de</strong> nuestros días , que los<br />
<strong>de</strong>safortunados animales <strong>de</strong> los yacimi<br />
entos <strong>de</strong> Maevarano quedaron<br />
expuestos a causas últimas <strong>de</strong> muerte<br />
muy diversas: <strong>de</strong>shidratación, calor,<br />
la malnutrició n e incluso envenenamiento,<br />
porq ue el agua estancada se<br />
pudre. Tenemos indicaciones fasci-<br />
nantes <strong>de</strong> la posible presencia <strong>de</strong><br />
algas en las aguas estancadas don<strong>de</strong><br />
se reunían estos animales. Mich ael<br />
Zavada , <strong>de</strong> la Universidad estatal <strong>de</strong><br />
. Tennessee Oriental, experto en polen<br />
<strong>de</strong>l Cretácico, ha aislado microesparas<br />
<strong>de</strong> algas en rocas matrices <strong>de</strong><br />
fósiles. Debe confirmarse, sin embargo,<br />
que la presencia <strong>de</strong> estas esporas<br />
guarda relación con la floración <strong>de</strong><br />
algas tóxicas.<br />
Pero, ¿cuá l es la razón por la que<br />
los fósil es animales se han conservado<br />
<strong>de</strong> forma tan exquisita? Los<br />
restos orgánicos suelen conservarse<br />
muy mal en la superficie, don<strong>de</strong> se<br />
encuentran a merced <strong>de</strong> los carroñeros<br />
y don<strong>de</strong> el Sol, <strong>de</strong> form a lent a<br />
pero continua, quema la superficie <strong>de</strong><br />
los huesos hasta convertirlos en esquirlas,<br />
hasta <strong>de</strong>jarlos en polvo. Para<br />
una preservación dura<strong>de</strong>ra, el enterramiento<br />
<strong>de</strong>be producirse poco <strong>de</strong>spu és<br />
<strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong>l animal. Podríamos<br />
<strong>de</strong>cir que, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la perspectiva <strong>de</strong> un<br />
fósi l, un enterramiento rápido es la<br />
clave <strong>de</strong> su inmortalidad .<br />
INVESTIGACiÓN y CIENCIA, abril. 2007<br />
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Por suerte para los que estudiamos<br />
estos fósiles, intervino un sepulturero<br />
muy eficaz, coordinado con el clima<br />
letal. Las sequías que periódicamente<br />
traían el <strong>de</strong>sastre a los cauces resecos<br />
no eran eternas. Cuando regresa ban<br />
las lluvias, y lo hacían torrencialmente,<br />
se producían avenidas <strong>de</strong> lodo. La<br />
erosión <strong>de</strong> las lluvias provocaba la<br />
llegada <strong>de</strong> masas viscosas <strong>de</strong> agua<br />
encenagada que cubría n y enterraban<br />
Los autores<br />
Rayrnond R. Rogers y David W. Krause vienen excavando<br />
y estudiando <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1996 los yacimientos fosilífero s <strong>de</strong><br />
Madagascar. Rogers compa rte la docencia en el <strong>de</strong>partamento<br />
<strong>de</strong> geología en el Colegio Macalester con la <strong>investigación</strong> en el<br />
Museo Field <strong>de</strong> Chicago y el Museo <strong>de</strong> la <strong>Ciencia</strong> <strong>de</strong> Minnesota.<br />
Krause, profesor <strong>de</strong>l <strong>de</strong>partamento <strong>de</strong> ciencias anatómicas <strong>de</strong><br />
la Universidad <strong>de</strong> Stony Brook, es también investigador <strong>de</strong>l<br />
Museo Field. Las es tancias <strong>de</strong> Krause en Mada gascar, el cuarto<br />
país más pobre <strong>de</strong>l mundo, le han llevado a crear la Fundación<br />
Madagascar Ankizy, una organización sin ánimo <strong>de</strong> lucro que<br />
construye escuelas y proporciona asistencia sanitaria a niños en<br />
regiones rem otas <strong>de</strong> la isla.<br />
INVESTIGACiÓN y CIENCIA, abril, 2007<br />
los huesos. Las características sedimentarias<br />
<strong>de</strong> nuestras acumulaciones<br />
<strong>de</strong> huesos apuntan a un tipo especial<br />
<strong>de</strong> flujo, libre <strong>de</strong> turbulencias, don<strong>de</strong><br />
el agua y el sedimento se mueven<br />
conver tidos en una masa casi plástica.<br />
Este tipo <strong>de</strong> flujo es común<br />
hoy. Un ejemplo muy reciente son<br />
las avalanchas letales <strong>de</strong> barro que<br />
en 2005 produjo el huracán Stan en<br />
Guatemala.<br />
Bibliografía complementaria<br />
Una y otra vez, cobrado su peaje<br />
por las sequías, tornarían a correr<br />
espesos ríos <strong>de</strong> barro, corrieron sobre<br />
esqueletos y huesos dispersos<br />
<strong>de</strong> animales muertos hacía minutos<br />
o meses. Los enterraron en tumbas<br />
sedimentarias, protectoras y permanentes.<br />
Y en ellas han permanecido<br />
70 millones <strong>de</strong> años, hasta que las<br />
tumbas se abrieron y revelaron una<br />
historia apasionante.<br />
MON STERS OF MAOAGASCAR. John Flynn y David Krause en<br />
National Geographic, vol. 198, n.O 2, págs. 44·57; agosto<br />
2000.<br />
CANNIBAlISM IN THE MAOAGASCAN DINOSAUR MAJUNGATHOLUS<br />
ATOPUS. Raymond R. Rogers, David W. Krause y Kristina<br />
Curry Rogers en Nsture, vol. 422, págs. 515·518, 3 <strong>de</strong> abril,<br />
2003.<br />
THE NATURAL HISTORY OF MADAGASCAR. Dirigido y traducido<br />
por Steven M. Goodman y Jonathan P. Benstead. University<br />
of Chicago Press, 2004.<br />
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