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investigación y Ciencia Darwin "libros de joe"

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DARWIN, UNA VIDA PARA UNA IDEA<br />

En 1859, tras 20 años <strong>de</strong> estudios minuciosos y reflexiones, <strong>Darwin</strong><br />

publicaba El origen <strong>de</strong> las especies. Esta obra no sólo revolucionó las<br />

ciencias <strong>de</strong> la vida, sino que reveló también al hombre su humil<strong>de</strong><br />

lugar entre los seres vivos. Si bien la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la evolución estaba ya en<br />

el ambiente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía tiempo, <strong>Darwin</strong> le dio la forma <strong>de</strong> una teoría<br />

elaborada, apuntalada sobre una i<strong>de</strong>a revolucionaria: la selección<br />

natural. Según ésta, los organismos se modifican <strong>de</strong> generación<br />

en generación para formar, en una larga escala <strong>de</strong> tiempo, nuevas<br />

especies. Asimismo, la selección natural, que garantiza la supervivencia<br />

y la muerte <strong>de</strong> los individuos, es responsable <strong>de</strong> la <strong>de</strong>saparición<br />

<strong>de</strong> las especies y <strong>de</strong> formas enteras <strong>de</strong> vida. El concepto, simple y<br />

po<strong>de</strong>roso, no <strong>de</strong>ja indiferente. Las reacciones son numerosas: <strong>de</strong>bates<br />

vehementes, polémicas, interpretaciones y transformaciones, que han<br />

persistido hasta nuestros días.<br />

En la misma Inglaterra colonialista en que los esclavos fueron proclamados<br />

iguales que los súbditos <strong>de</strong> su Majestad británica y en una<br />

nación impregnada <strong>de</strong> cultura bíblica don<strong>de</strong> se cuestionó el dogma <strong>de</strong><br />

la Creación, un caballero rural sin cargo universitario revolucionó<br />

nuestra concepción <strong>de</strong>l mundo. Inglaterra era<br />

entonces un país <strong>de</strong> contrastes, don<strong>de</strong> el conservadurismo<br />

reinante tenía el mérito <strong>de</strong> conservar... la<br />

libertad <strong>de</strong> pensamiento.<br />

Seguiremos la trayectoria <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> paso a paso,<br />

en los hechos afortunados que permitirán la maduración<br />

<strong>de</strong> sus i<strong>de</strong>as, la metamorfosis <strong>de</strong>l estudiante mediocre <strong>de</strong> la<br />

burguesía victoriana. Acompañaremos al naturalista paciente<br />

y meticuloso en su periplo con el Beagle, la "oportunidad <strong>de</strong><br />

su vida". Viaje que ínspiró su larga reflexión hacia una visión<br />

<strong>de</strong>l mundo difícil <strong>de</strong> aceptar. Por fin, enten<strong>de</strong>remos los orígenes<br />

y el propósito <strong>de</strong> la más bella teoría <strong>de</strong> la historia natural.<br />

Una cita extraída <strong>de</strong> El hombre sin atributos, <strong>de</strong> Robert Musil,<br />

nos guiará en nuestra exploración:<br />

No tienes más que representarte lo que ocurre en nuestros días:<br />

cuando un hombre importante lanza una i<strong>de</strong>a nueva al mundo,<br />

ésta se convierte inmediatamente en objeto <strong>de</strong> división; <strong>de</strong>spierta<br />

simpatías y antipatías. Al principio, los admiradores arrancan<br />

<strong>de</strong> ella gran<strong>de</strong>s trozos para su conveniencia y analizan a<br />

conciencia asu maestro como los zorros <strong>de</strong>smenuzan la<br />

carroña; <strong>de</strong>spués, los adversarios anonadan sus pasajes<br />

débiles, <strong>de</strong> modo que <strong>de</strong> la obra ya no queda más que<br />

un conjunto <strong>de</strong> aforismos que amigos y enemigos aprovechan<br />

asu agrado. Le sigue una ambigüedad general. No existe un<br />

Sí que no vaya acompañado <strong>de</strong> un No. Hagas lo que hagas,<br />

hallarás siempre veínte i<strong>de</strong>as nobles a favor y otras veinte en<br />

contra. Uno estaria tentado <strong>de</strong> creer que suce<strong>de</strong> como en el amor,<br />

el odio y el hambre, don<strong>de</strong> los gustos <strong>de</strong>ben ser distintos para que<br />

cada cual pueda tener el suyo.<br />

BARBARA CONTlNENZA<br />

Profesora <strong>de</strong> historia <strong>de</strong> las ciencias<br />

<strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Roma Tor Vergata<br />

PRESENTACION<br />

<strong>Darwin</strong> encaramado<br />

en el árbol <strong>de</strong> las especies.


La evolución.<br />

una revolución<br />

La teoría <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>, expuesta en 1859 en El origen <strong>de</strong> las especies,<br />

planteaba <strong>de</strong> raíz un nuevo concepto <strong>de</strong>l mundo.<br />

¿Se trataba <strong>de</strong> una revolución o <strong>de</strong> una evolución?<br />

1. <strong>Darwin</strong> transformó las ciencias <strong>de</strong> la vida<br />

<strong>de</strong>l mismo modo en que Copérnico había<br />

revolucionado la astronomía: la teoría<br />

<strong>de</strong> Copérnico cuarteó el geocentrismo;<br />

la <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> asestó un duro golpe al<br />

antropocentrismo. El Sistema copernicano<br />

reproducido abajo se ha extraído <strong>de</strong> las<br />

Entretiens sur la pluralité <strong>de</strong>s mon<strong>de</strong>s<br />

("Conversaciones acerca <strong>de</strong> la pluralidad <strong>de</strong> los<br />

mundos"), <strong>de</strong> Bernard le Bovier <strong>de</strong> Fontenelle<br />

(1657-1757), uno <strong>de</strong> los inspiradores <strong>de</strong> las<br />

nuevas concepciones naturalistas <strong>de</strong>sarrolladas<br />

en el Siglo <strong>de</strong> las Luces.<br />

4<br />

LoS historiadores insisten en ello: en su obra más célebre, The Origin<br />

o/species by means o/natural seleetion ("El origen <strong>de</strong> las especies por<br />

medio <strong>de</strong> la selección natural"), publicada en 1859, <strong>Darwin</strong> nunca<br />

empleó el término "evolución" y jamás se refirió a la especie humana.<br />

<strong>Darwin</strong> era valiente, pero no temerario.<br />

Con todo, el año 1859 representó un hito en la historia. Menos <strong>de</strong><br />

40 años <strong>de</strong>spués, el paleontólogo norteamericano Henry Fairfield Osborn<br />

(1857-1935) preparaba una <strong>de</strong> las primeras historias <strong>de</strong>l evolucionismo;<br />

como sería cada vez más frecuente, buscaba por todas partes precursores<br />

<strong>de</strong> la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> evolución. En 1894, en From the Greeks to <strong>Darwin</strong>, the <strong>de</strong>velopment<br />

o/the evolution i<strong>de</strong>a through twentyjour centuries ("De los griegos<br />

a <strong>Darwin</strong>, el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> evolución a través <strong>de</strong> veinticuatro<br />

siglos"), escribió: '''El antes y el <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>' serán siempre el ante<br />

y post urbem conditam <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> la biología." Según Osborn, la i<strong>de</strong>a<br />

<strong>de</strong> la evolución no era nueva, sino que había "alcanzado su madurez tras<br />

lentas contribuciones aportadas a lo largo <strong>de</strong> veinticuatro siglos. [...] Cuanto<br />

más se estudia la ley <strong>de</strong> la evolución, más se convence uno <strong>de</strong> que no se<br />

llegó a la misma por un <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong>cisivo, sino por el <strong>de</strong>sarrollo<br />

progresivo <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as subordinadas y conexas, antes <strong>de</strong> que fuera reconocida<br />

como un todo único, primero por Lamarck y <strong>de</strong>spués por <strong>Darwin</strong>."<br />

Osborn explica así la evolución <strong>de</strong>l concepto <strong>de</strong> evolución. Dicho <strong>de</strong>sarrollo<br />

guarda semejanza con un proceso darwinista. No es ninguna casualidad.<br />

La evolución darwinista <strong>de</strong> los seres vivos se produce gradualmente,<br />

sin saltos bruscos; el conocimiento avanza <strong>de</strong> forma pareja. Esa visión<br />

"continuista" y acumulativa <strong>de</strong> la ciencia correspon<strong>de</strong> a una aplicación<br />

(avant la lettre) <strong>de</strong> la teoría evolucionista <strong>de</strong>l conocimiento, que traslada el<br />

mecanismo darwinista <strong>de</strong> la evolución <strong>de</strong> los organismos al afloramiento y<br />

establecimiento <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as nuevas. La evolución se aplica a la Evolución.<br />

El hecho <strong>de</strong> que para <strong>Darwin</strong> la evolución no sea sinónimo <strong>de</strong> progreso<br />

(es <strong>de</strong>cir, un avance hacia una perfección cada vez mayor) es un <strong>de</strong>talle<br />

que, según Osborn, podríamos pasar por alto. También podrían ignorarse<br />

las diferencias entre la teoría <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> y la <strong>de</strong> Lamarck, consi<strong>de</strong>radas<br />

simples etapas <strong>de</strong> un largo recorrido. "El futuro ---concluía Osborn- nos<br />

dirá si los precursores <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> y el mismo <strong>Darwin</strong> [...] han resuelto <strong>de</strong><br />

manera satisfactoria este problema antiguo, o si <strong>de</strong>bemos esperar todavía<br />

a otro Newton para nuestra filosofía <strong>de</strong> la Naturaleza."<br />

Aludiendo a Newton, Osborn mencionaba una expresión comúnmente<br />

utilizada años antes <strong>de</strong>l fallecimiento <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> para rendirle homenaje.<br />

El "Newton <strong>de</strong> la brizna <strong>de</strong> hierba", cuyo advenimiento Inmanuel Kant<br />

TEMAS 54


{<br />

(1724-1804) no osaba esperar, se había encarnado<br />

finalmente en <strong>Darwin</strong>, el hombre<br />

que había sido capaz <strong>de</strong> explicar en términos<br />

<strong>de</strong> leyes puramente naturales el "misterio <strong>de</strong><br />

los misterios", la estrucmración y diferenciación<br />

<strong>de</strong> la vida sobre la Tierra.<br />

En la Crítica <strong>de</strong>L juicio (1790), Kant, en<br />

el punto culminante <strong>de</strong> su reflexión sobre la<br />

naturaleza <strong>de</strong> la ciencia y <strong>de</strong>l conocimiento,<br />

había afirmado: "es absolutamente cierto que<br />

no po<strong>de</strong>mos apren<strong>de</strong>r a conocer, por principios<br />

puramente mecánicos <strong>de</strong> la naturaleza,<br />

los seres organizados y su posibilidad interior<br />

[... ]. Es absurdo para los seres humanos [...]<br />

esperar que algún nuevo Newton venga un<br />

día a explicar la producción <strong>de</strong> una brizna<br />

<strong>de</strong> hierba por leyes namrales, a las que no presida <strong>de</strong>signio alguno [...]".<br />

Ahora bien, ya en 1868, en su Historia naturaL <strong>de</strong> La creación, el zoólogo<br />

alemán Ernst Heinrich Haeckel, discípulo autoproclamado y fiel continuador<br />

<strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>, se pronunciaba en contra <strong>de</strong>l pesimismo <strong>de</strong> Kant: anunciaba<br />

que <strong>Darwin</strong> había superado el concepto finalista o teleológico tradicional<br />

<strong>de</strong> la naturaleza, aquel que imponía una explicación <strong>de</strong> la naturaleza en<br />

términos <strong>de</strong> hechos pre<strong>de</strong>stinados. Libres <strong>de</strong> ese prejuicio, los hombres<br />

<strong>de</strong> la ciencia podían estudiar los fenómenos <strong>de</strong> la vida en su globalidad y<br />

explicarlos por causas naturales puramente mecánicas.<br />

En efecto, <strong>Darwin</strong> había concluido EL origen <strong>de</strong> Las especies afirmando,<br />

con la discreción y la mo<strong>de</strong>ración que le caracterizaban:<br />

Es interesante contempLar un enmarañado ribazo cubierto por muchas<br />

pLantas <strong>de</strong> varias clases, con aves que cantan en Los matorraLes, con diferentes<br />

insectos que revoLotean y con gusanos que se arrastran entre La tierra<br />

húmeda, y reflexionar que estas formas, primorosamente construidas, tan<br />

diferentes entre sí, y que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n mutuamente <strong>de</strong> modos tan compLejos,<br />

han sido producidas por Leyes que obran a nuestro aLre<strong>de</strong>dor. [... ] Hay<br />

gran<strong>de</strong>za en esta concepción <strong>de</strong> que La vida, con sus diferentes fuerzas, ha<br />

sido aLentada por eL Creador en un corto número <strong>de</strong> formas o en una soLa,<br />

y que, mientras este pLaneta ha ido girando según La constante Ley <strong>de</strong> La<br />

gravitación, se han <strong>de</strong>sarroLLado y se están <strong>de</strong>sarroLLando, a partir <strong>de</strong> un<br />

principio tan senciLLo, infinidad <strong>de</strong> formas Las más beLLas y portentosas.<br />

DARWIN<br />

2. "Cuando ya no


3. La transición <strong>de</strong>l comportamiento <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />

póngido hasta el homínido, obra <strong>de</strong> Stephan<br />

Freedman (1987). <strong>Darwin</strong> no abordó, en El<br />

origen <strong>de</strong> las especies, la cuestión <strong>de</strong>l origen<br />

<strong>de</strong>l hombre.<br />

4. El naturalista alemán Ernst Haeckel<br />

(1834-1919), ferviente <strong>de</strong>fensor <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong><br />

y <strong>de</strong> su teoría.<br />

6<br />

La evolución darwinista, un proceso <strong>de</strong> naturaleza mecánica<br />

Las "leyes que obran a nuestro alre<strong>de</strong>dor" son la ley <strong>de</strong>! <strong>de</strong>sarrollo y <strong>de</strong><br />

la reproducción, la herencia, la variabilidad, la selección natural, la divergencia<br />

<strong>de</strong> caracteres y la extinción <strong>de</strong> las formas menos adaptadas. El<br />

proceso que <strong>Darwin</strong> <strong>de</strong>scribe con tanta precisión en El origen <strong>de</strong> las especies<br />

es indudablemente mecánico. Y aunque no sepa fundamentar el origen<br />

<strong>de</strong> las especies sobre unas bases fisicoquímicas, su enfoque materialista y<br />

unificador es, a un tiempo, manifiesto e inquietante. Haecke! pregonaba:<br />

'''Evolución' es <strong>de</strong> ahora en a<strong>de</strong>lante la palabra mágica, merced a la cual<br />

po<strong>de</strong>mos aclarar, o por lo menos empezar a aclarar, los misterios que nos<br />

ro<strong>de</strong>an. Pero pocos han entendido realmente esta consigna, y pocos se han<br />

dado cuenta <strong>de</strong> que su importancia transforma el mundo".<br />

Dejando aparte la fogosidad retórica, el darwinismo aparece, en efecto,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> su formulación, como una nueva concepción <strong>de</strong>l mundo. También<br />

se hizo habitual el uso <strong>de</strong> la expresión "revolución darwinista" para referirse<br />

al cambio radical <strong>de</strong> paradigma introducido por la teoría <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> en<br />

el dominio <strong>de</strong> las ciencias <strong>de</strong> la vida y en otras áreas.<br />

Haeckel reunió en un mismo Panteón los nombres <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> y <strong>de</strong><br />

Copérnico, el autor <strong>de</strong> otra gran revolución científica. En 1874, en Antropogenia<br />

o historia <strong>de</strong> la evolución humana, <strong>de</strong>claraba haber señalado por<br />

primera vez "los méritos <strong>de</strong> esos dos héroes en la erradicación <strong>de</strong>l concepto<br />

antropocéntrico y geocéntrico <strong>de</strong>l universo [...]. Del mismo modo que Copérnico<br />

dio su golpe <strong>de</strong> gracia al dogma geocéntrico en 1543 [...], <strong>Darwin</strong><br />

asestó un golpe fatal al dogma antropocéntrico en 1859". Afirmaba que<br />

la teoría darwinista era subversiva; <strong>de</strong>mostraba su importancia al subrayar<br />

que "la misma explica por medios mecánicos el origen <strong>de</strong> las formas<br />

orgánicas e i<strong>de</strong>ntifica las causas responsables" y que "queda casi eclipsada<br />

por la importancia <strong>de</strong>smesurada que adquiere por sí sola una consecuencia<br />

única y necesaria <strong>de</strong> la teoría [...): el origen animal <strong>de</strong>l hombre".<br />

Sigmund Freud, a punto <strong>de</strong> infligir a la humanidad un tercer golpe<br />

<strong>de</strong> gracia, retomará el tema <strong>de</strong>l "Copérnico <strong>de</strong>l mundo orgánico". En<br />

su Introducción al psicoanálisis (1916-1917), escribe que a lo largo <strong>de</strong> los<br />

siglos "la ciencia ha proporcionado al egoísmo ingenuo <strong>de</strong> la humanidad<br />

TEMAS 54


El hombre<br />

y los simios<br />

El <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> los simios antropomorfos suscitó<br />

numerosas polémicas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> principios <strong>de</strong>l siglo XIX<br />

Se temían las consecuencias nefastas, en el plano moral,<br />

<strong>de</strong> un acercamiento entre los simios y el hombre<br />

1. Sir Richard Owen (1804-1892), en una<br />

fotografía tomada hacia 1855. A este<br />

anatomista y paleontólogo <strong>de</strong>bemos el término<br />

dinosaurio. Opuesto a la tesis <strong>de</strong> la continuidad<br />

entre el animal y el hombre, Owen sostenía<br />

que la presencia <strong>de</strong> una pequeña estructura,<br />

el hippocampus minor, distinguía el cerebro<br />

humano <strong>de</strong>l cerebro <strong>de</strong> los simios.<br />

8<br />

.por qué <strong>de</strong>bieron científicos eminentes soportar numerosas<br />

l.<br />

acometidas <strong>de</strong> un público enar<strong>de</strong>cido? ¿Por qué surgieron<br />

tantas polémicas en e! seno <strong>de</strong> revistas cientÍficas y periódicos<br />

sobre un aspecto en apariencia tan marginal como la presencia<br />

o ausencia, en e! cerebro <strong>de</strong> los simios, <strong>de</strong> una pequeña estructura<br />

<strong>de</strong>nominada hippocampus minor? ¿Cómo logró una cuestión <strong>de</strong> anatomía<br />

comparada <strong>de</strong>spertar tales pasiones en la opinión pública, casi hasta e!<br />

punto <strong>de</strong> provocar reyertas?<br />

Richard Owen, uno <strong>de</strong> los principales protagonistas <strong>de</strong> la disputa, era<br />

entonces el mayor experto británico en simios. Des<strong>de</strong> los años treinta <strong>de</strong>!<br />

siglo XIX, había publicado varios trabajos sobre la osteología <strong>de</strong>! chimpancé<br />

y e! orangután; había conservado en alcohol cerebros <strong>de</strong> simio; también<br />

había llevado a cabo notables estudios paleontológicos, en particular sobre<br />

fósiles <strong>de</strong> reptiles. A él <strong>de</strong>bemos el término "dinosaurio", acuñado en<br />

1841 para <strong>de</strong>signar a un carnívoro gigante, <strong>de</strong>scrito por otros científicos<br />

y <strong>de</strong>nominado Megalosaurus.<br />

Los gran<strong>de</strong>s viajes habían favorecido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hada tiempo la recolección <strong>de</strong><br />

todo tipo <strong>de</strong> organismos. Sin embargo, los simios, a causa <strong>de</strong> su parecido<br />

con e! hombre, promovieron la publicación <strong>de</strong> relatos fantásticos don<strong>de</strong> se<br />

<strong>de</strong>scribían su comportamiento singular y capacidad extraordinaria. Cabe<br />

señalar que las poblaciones con las que los viajeros entraban en contacto<br />

durante sus expediciones, si bien eran indiscutiblemente humanas, presentaban<br />

--<strong>de</strong>s<strong>de</strong> e! punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong>! explorador- una forma <strong>de</strong> vida<br />

primitiva y "bestial". De hecho, cuanto más se distinguían esas poblaciones<br />

<strong>de</strong>! hombre blanco civilizado, más se tendía, sin muchos escrúpulos, a<br />

aproximarlos a los simios.<br />

La primera <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> un chimpancé data <strong>de</strong>! año 1699. Si bien<br />

disipaba las semejanzas entre e! simio y el hombre, equiparaba el pigmeo<br />

a una suerte <strong>de</strong> eslabón intermedio, que habría compartido con el hombre<br />

48 caracteres y 34 con los otros cuadrúmanos. Resultaba fácil ce<strong>de</strong>r a la<br />

tentación <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rar formas "inferiores" <strong>de</strong> humanidad a·las tribus<br />

indígenas que se irían <strong>de</strong>scubriendo.<br />

En 1849, se supo, por e! relato <strong>de</strong> un misionero, <strong>de</strong> la existencia, en<br />

Africa occi<strong>de</strong>ntal, <strong>de</strong> un gran simio <strong>de</strong> apariencia feroz: el gorila. Se pidió<br />

enseguida la opinión a Owen sobre la inquietante semejanza entre ese animal<br />

imponente y la especie humana. Como había hecho ya en el pasado, fruto<br />

<strong>de</strong> su experiencia, e! cientÍfico se esforzó en calmar los ánimos inquietos.<br />

No obstante, en 1855, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> numerosos chimpancés y orangutanes,<br />

llegó a Londres e! primer ejemplar vivo <strong>de</strong> gorila. Se trataba <strong>de</strong> una hembra<br />

TEMAS 54


joven, que se convertiría en una atracción <strong>de</strong> circo, arrastrado por todo el<br />

país como un fenómeno <strong>de</strong> feria.<br />

El pobre animal <strong>de</strong>spertaba un profundo estupor allí don<strong>de</strong> se exhibía.<br />

Reavivó un <strong>de</strong>bate ya can<strong>de</strong>nte en los medios científicos, pero que, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

entonces, merced al impulso <strong>de</strong>l eslogan "el hombre mono", alcanzaría a<br />

un público más extenso. La atmósfera <strong>de</strong>bía guardar cierta semejanza con<br />

la que <strong>de</strong>scribió Georges Brassens en El Gorila:<br />

"A través <strong>de</strong> las anchas rejas <strong>de</strong> la jaula contemplaba un grupo <strong>de</strong> viejas<br />

,un gorila po<strong>de</strong>roso, sin reparo por lo que pensaran <strong>de</strong> él. Ajenas a roda,<br />

las comadres señalaban cierto lugar, que mi madre me ha prohibido rigurosamente<br />

citar aquí."<br />

El fijismo <strong>de</strong> Linné contra el continuismo <strong>de</strong> Buffon<br />

Regresemos al <strong>de</strong>bate científico, sin duda menos espectacular, aunque no<br />

menos vivo. Ya en 1735, Cad van Linné (1707-1778) reconoció la manifiesta<br />

semejanza física entre el hombre y el simio. Incluyó a ambos en el mismo<br />

or<strong>de</strong>n, el <strong>de</strong> los Anthropomorpha. Nuestro sistemático sueco era fijista. Consi<strong>de</strong>raba<br />

su clasificación inmutable. Su "sistema natural" <strong>de</strong>bía reflejar, mediante<br />

la individualización <strong>de</strong> caracteres esenciales y fijos, la división original <strong>de</strong><br />

los organismos en especies creadas ab initio por el Creador; esas especies se<br />

perpetuaban <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> generación en generación, siempre invariables, con<br />

la excepción <strong>de</strong> minúsculas diferencias acci<strong>de</strong>ntales e intrascen<strong>de</strong>ntes.<br />

Linné no tenía ninguna intención <strong>de</strong> atentar contra la i<strong>de</strong>a tradicional <strong>de</strong><br />

"hombre" en cuanto criatura intelectual y moralmente superior; ni siquiera<br />

pretendía contra<strong>de</strong>cir la noción <strong>de</strong> una creación divina según los preceptos<br />

<strong>de</strong>l libro <strong>de</strong>l Génesis. Sin embargo, su <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> incluir el hombre y el<br />

simio en el mismo or<strong>de</strong>n se consi<strong>de</strong>ró extraordinaria y provocativa. Pero<br />

Linné no se retractó. Desafió a los críticos a que mostraran las diferencias<br />

cuya existencia proclamaban.<br />

Paradójicamente, fue Georges-Louis Leclerc <strong>de</strong> Buffon (1707-1788) quien<br />

restituyó la distancia entre el hombre y el simio. El naturalista francés fue<br />

2. El simio bien educado (1827), cuadro<br />

caricaturesco <strong>de</strong>l pintor Edwin landseer.<br />

3. Georges-louis leclerc <strong>de</strong> Buffon (1707-1788),<br />

cuyo retrato (abajo) se conserva en el Museo<br />

<strong>de</strong> Versalles, fue precursor <strong>de</strong>l evolucionismo.<br />

Consi<strong>de</strong>raba las variaciones observadas en los<br />

seres vivos como un alejamiento <strong>de</strong> un "mol<strong>de</strong>"<br />

original.<br />

DARIVIN 9


una posición paralela al suelo, porgue su cabeza está más inclinada todavía<br />

que la <strong>de</strong>l simio. Se observa, proseguía Virey, una verda<strong>de</strong>ra gradación en<br />

la vida y las faculta<strong>de</strong>s <strong>de</strong> todos los cuerpos, ya que po<strong>de</strong>mos "<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>r"<br />

<strong>de</strong>l hombre blanco al negro, <strong>de</strong>l negro al hotentote, hasta el orangután.<br />

Merced a los estudios <strong>de</strong> expertos en sistemática y en anatomía comparada,<br />

que hasta la fecha habían recurrido exclusivamente a métodos <strong>de</strong>scriptivos<br />

y morfológicos, nacía una nueva disciplina: la antropología científica. Al<br />

aceptar el principio <strong>de</strong> una modificación gradual <strong>de</strong> las características anatómicas,<br />

se abría la puerta a una comparación cuantitativa que permitía<br />

medir la importancia <strong>de</strong> las modificaciones. Peter Camper (I 722-1789),<br />

médico y fisiólogo holandés, se había servido <strong>de</strong> diversas técnicas para<br />

<strong>de</strong>finir el "ángulo facial", un parámetro que empleaba para comparar el<br />

cráneo <strong>de</strong> distintas razas humanas entre sí y con el cráneo <strong>de</strong> simios. El<br />

análisis concernía sólo a la estructura ósea, sobre la cual se trazaban lineas<br />

que unían la oreja y la nariz, por un lado, y la frente y el mentón, por<br />

Otro. La intersección <strong>de</strong> esas líneas formaba un ángulo. Este pasaba <strong>de</strong><br />

42 grados en los simios rabones, a 58 grados en el orangután, 70 grados<br />

en el hombre negro y el calmuco, entre 80 y 90 grados en el hombre<br />

europeo, hasta los 90 grados <strong>de</strong> las efigies <strong>de</strong> las piedras grabadas <strong>de</strong>l arte<br />

romano y los 100 grados <strong>de</strong> la cabeza i<strong>de</strong>alizada <strong>de</strong>l Apolo griego, expresión<br />

suprema <strong>de</strong> belleza y nobleza. Según Camper, y con él un gran número<br />

<strong>de</strong> sus contemporáneos que siguieron <strong>de</strong>rroteros similares, se producía la<br />

convergencia <strong>de</strong> diversas tradiciones <strong>de</strong> <strong>investigación</strong>: la fisonomía antigua,<br />

la teoría <strong>de</strong>l arte, la anatomía y la antropología incipiente. Algunos incluso<br />

quisieron ver en ese análisis craneológico las premisas <strong>de</strong> la frenología.<br />

Sin embargo, la progresión que se <strong>de</strong>ducía <strong>de</strong> esa comparación estaba<br />

muy lejos <strong>de</strong> prefigurar una evolución, como lo indicaba la inclusión <strong>de</strong> la<br />

cabeza <strong>de</strong> Apolo, i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> belleza divina. En esa época, el mundo natural<br />

salia representarse mediante la escala natural o la "ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong>l ser", imagen<br />

muy antigua don<strong>de</strong> cada peldaño o eslabón <strong>de</strong> la naturaleza simbolizaba<br />

un nivel o segmento autónomo respecto <strong>de</strong>l anterior, es <strong>de</strong>cir, un acto <strong>de</strong><br />

creación in<strong>de</strong>pendiente. La imagen <strong>de</strong> la escalera ilustraba la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> una<br />

perfección creciente, que encontraba su más alta expresión en el nivel<br />

más elevado, ocupado, claro está, por el hombre (salvo en los casos que<br />

incluían criaturas celestes como los ángeles).<br />

Ciertamente, había parecidos inquietantes entre entida<strong>de</strong>s que ocupaban<br />

niveles distintos, pero no incomodaban a los partidarios <strong>de</strong> la escala natural.<br />

En tales casos recurrían a la hipótesis <strong>de</strong> la "<strong>de</strong>generación", sugerida ya por<br />

Buffon, es <strong>de</strong>cir, el alejamiento respecto <strong>de</strong> un mol<strong>de</strong> original <strong>de</strong>bido a las<br />

6. Estudio <strong>de</strong>l ángulo facial (intersección <strong>de</strong> la<br />

línea oreja-nariz con la línea frente-mentón)<br />

extraído <strong>de</strong> la edición <strong>de</strong> 1791 <strong>de</strong> una obra<br />

<strong>de</strong> Peter Campero Este naturalista holandés<br />

comparaba los simios con las "razas" humanas.<br />

7. la escala <strong>de</strong> la creación, en una ilustración<br />

proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la primera edición (1512) <strong>de</strong> De<br />

nova logica (1303) <strong>de</strong> Ramón lull (1232-1316).<br />

DARIVIN 11


8. Georges Cuvier, cuya estatua se encuentra<br />

en Montbéliard, su ciudad natal. negaba<br />

la existencia <strong>de</strong> una continuidad entre las<br />

especies.<br />

12<br />

condiciones <strong>de</strong>sfavorables <strong>de</strong> ciertas regiones. Así, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el hombre blanco, el<br />

más perfecto, se "<strong>de</strong>scendía" al negro, al hotenrote y así <strong>de</strong> forma sucesiva.<br />

Los europeos, más cerca <strong>de</strong> este i<strong>de</strong>al, enconrraron en ello una confirmación<br />

<strong>de</strong> su propia superioridad sobre arras razas humanas, "más simiescas".<br />

Hacia una <strong>de</strong>scripción funcional <strong>de</strong> los seres vivos<br />

En 1798, Etienne Geoffroy Sainr-Hilaire (1772-1844) y Georges Cuvier<br />

(1769-1832) retomaron la técnica <strong>de</strong>l ángulo facial, modificándola parcialmente.<br />

Las características anatómicas <strong>de</strong>l hombre se comparaban <strong>de</strong> nuevo<br />

frente a las <strong>de</strong> diversas especies <strong>de</strong> simios; pero los datos se ponían luego en<br />

relación con la conducta, a fin <strong>de</strong> correlacionar capacidad y ángulo facial.<br />

Los mandriles, simios particularmente feroces y violentos, poseían un ángulo<br />

facial <strong>de</strong> 30 grados; los macacos, más vivarachos y mansos, un ángulo comprendido<br />

entre 42 y 45 grados; los cercopitecos, <strong>de</strong>spiertos, alegres, <strong>de</strong>licados<br />

y apacibles, entre 50 y 60 grados; los gibones y los orangutanes, entre 56 y<br />

63 grados; por último, el hombre presentaba siempre un ángulo superior a<br />

70 grados. Después se propuso, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la misma especie humana, otra<br />

correlación entre la forma <strong>de</strong>l cráneo y la inteligencia: las poblaciones con<br />

una frente baja y una mandíbula prominente nunca estarían dotadas <strong>de</strong> una<br />

capacidad intelectual equivalente a la <strong>de</strong>l promedio <strong>de</strong> los europeos.<br />

Empezó entonces a imponerse una forma distinta <strong>de</strong> observar el mundo<br />

vivo. Se trataba <strong>de</strong> establecer nexos entre las partes <strong>de</strong> la estructura examinada<br />

y la función <strong>de</strong>sempeñada por una <strong>de</strong> tales partes en relación con las<br />

otras. Dicho <strong>de</strong> otro modo, consi<strong>de</strong>rar cada parte en relación con el todo<br />

y con la función que ejerce en el mismo. Ya no bastaba la <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong><br />

un hueso aislado: se asociaban la forma y posición <strong>de</strong> éste a la función que<br />

cumplía en el contexto <strong>de</strong> la organización general <strong>de</strong>l organismo. Según<br />

Cuvier, no existe "prácticamente ningún hueso que varíe en sus facetas,<br />

curvas y protuberancias, sin que los otros sufran variaciones proporcionales;<br />

<strong>de</strong>l examen <strong>de</strong> un hueso es posible <strong>de</strong>ducir, con ciertos límites, la<br />

estructura <strong>de</strong>l esqueleto enrero".<br />

De este principio nació la paleontología: la reconstrucción, a partir <strong>de</strong><br />

elementos fósiles, <strong>de</strong> organismos <strong>de</strong>saparecidos. La propia anatomía iba<br />

a abandonar el plano <strong>de</strong> la simple <strong>de</strong>scripción estructural y estática para<br />

orientarse hacia cuestiones dinámicas y funcionales. Para Sainr-Hilaire, si<br />

un órgano presentaba un crecimiento superior al normal, ese fenómeno<br />

repercutía <strong>de</strong> forma inmediata en las partes más cercanas, las cuales, a<br />

partir <strong>de</strong> ese momento, no lograban alcanzar su <strong>de</strong>sarrollo habitual; sin<br />

embargo, ninguna parte <strong>de</strong>saparecía: todas se conservaban.<br />

El <strong>de</strong>bate sobre el plan <strong>de</strong> organización<br />

Un "plan <strong>de</strong> organización" configuraba, pues, la estructura y relacionaba las<br />

funciones entre sí. Por mor <strong>de</strong> ese plan <strong>de</strong> organización, Cuvier y Saint­<br />

Hilaire se enfrenraron en una controversia encendida que mereció la atención<br />

<strong>de</strong> la prensa en 1830 y que marcó una <strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s etapas <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong><br />

la biología. Cuvier i<strong>de</strong>ntificaba en el mundo animal cuatro gran<strong>de</strong>s grupos<br />

fundamentales: vertebrados, moluscos, articulados y radiados. Saint-Hilaire,<br />

en cambio, revindicaba una continuidad ininterrumpida <strong>de</strong> formas, una<br />

unidad <strong>de</strong>l plan <strong>de</strong> organización común a todos los animales. .<br />

Por un lado, Cuvier parecía <strong>de</strong>smarcarse <strong>de</strong> los esquemas <strong>de</strong> interpretación<br />

<strong>de</strong>l mundo vivo prece<strong>de</strong>ntes, rompiendo con la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la sucesión<br />

lineal y sin inrerrupciones. Por otro lado, si bien había manifestado interés<br />

por los aspectos históricos <strong>de</strong>l estudio <strong>de</strong> los animales (hasta el punto <strong>de</strong><br />

sentar las bases para la <strong>investigación</strong> <strong>de</strong> su prehistoria), seguía siendo un<br />

paladín <strong>de</strong>l fijismo, un <strong>de</strong>fensor intransigente <strong>de</strong>l catastrofismo. No entendía<br />

los fósiles como testigos <strong>de</strong> las transformaciones experimentadas por las<br />

especies, sino como vestigios <strong>de</strong> especies que habían vivido en el pasado<br />

TEMAS 54


y se habían extinguido en catástrofes súbitas. Para Cuvier, si las especies<br />

hubieran variado <strong>de</strong> forma progresiva, habríamos hallado los rastros <strong>de</strong> sus<br />

modificaciones graduales; y no habían aparecido hasra entonces.<br />

Geoffroy Saint-Hilaire tomó una dirección opuesta al principio <strong>de</strong> la<br />

constancia <strong>de</strong> las especies. Sostenía la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> un plan estructural común a<br />

todas, expuesto a modificaciones y transformaciones <strong>de</strong>pendientes <strong>de</strong>! medio.<br />

Sólo ese plan podría explicar lo que Cuvier se obstinaba en consi<strong>de</strong>rar<br />

como creado en su origen con el fin <strong>de</strong> ejercer una función <strong>de</strong>terminada<br />

y, por consiguiente, inmutable.<br />

Según ese razonamiento, contraatacaba Geoffroy Saint-Hilaire, un hombre<br />

que utiliza muletas estaría <strong>de</strong>stinado, en un principio, a ver su pierna<br />

paralizada o amputada. Somos simples historiadores <strong>de</strong> lo que existe;<br />

enten<strong>de</strong>mos las funciones sólo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber estudiado e intentado<br />

compren<strong>de</strong>r los instrumentos responsables <strong>de</strong> las mismas.<br />

Por otra parte, Geoffroy Saint-Hilaire se había convertido, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía<br />

tiempo, en adalid <strong>de</strong> las tesis transformistas <strong>de</strong> Jean-Baptiste Lamarck<br />

(1744-1829). Lamarck, fallecido cuando estallaba e! <strong>de</strong>bate en toda su<br />

virulencia, había sido ya el punto <strong>de</strong> mira <strong>de</strong> las críricas acerbas y sarcasmos<br />

<strong>de</strong> Cuvier. Para atacar las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> Lamarck, Cuvier aprovechó incluso e!<br />

elogio fúnebre que pronunció en su honor. Sin embargo, por una venganza<br />

<strong>de</strong>! <strong>de</strong>stino, este "e!ogio" no se publicó hasta 1832, tras su propia muerte.<br />

Cuvier afirmaba que las fantasías <strong>de</strong> Lamarck estimulaban la imaginación<br />

<strong>de</strong> poetas y metafísicos, pero no se sostenían ante cualquiera que hubiera<br />

disecado una mano, una víscera o una pluma.<br />

La naturaleza empezó por los más simples<br />

Lamarck ocupa un lugar privilegiado en e! <strong>de</strong>bate sobre e! evolucionismo,<br />

honor que <strong>de</strong>be, paradójicamente, a un Cuvier <strong>de</strong>seoso <strong>de</strong> ridiculizar sus<br />

tesis. Cuvier terminó por divulgar una suerte <strong>de</strong> caricatura, que supuso<br />

e! rechazo <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> Lamarck. Aunque <strong>Darwin</strong> creía no compartir la<br />

tesis <strong>de</strong> Lamarck, se le han reprochado ciertos rasgos <strong>de</strong> las mismas.<br />

A diferencia <strong>de</strong> Linné, Cuvier crea <strong>de</strong> nuevo dos ór<strong>de</strong>nes separados<br />

para e! hombre y los simios. Lamarck, en cambio, en su Filosofía zoológica<br />

(1809), clasifica al hombre en e! grupo <strong>de</strong> los mamíferos bímanos. A<strong>de</strong>más,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> una visión materialista --coherente con lo que se consi<strong>de</strong>raría <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

entonces una teoría <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo y <strong>de</strong> la transformación <strong>de</strong> las especiesestablece<br />

una conexión real entre el hombre y los simios. Basando su clasificación<br />

zoológica en e! sistema nervioso, Lamarck or<strong>de</strong>na los animales en<br />

apáticos, sensibles e inteligentes. Realiza un análisis naturalista <strong>de</strong>! espíritu,<br />

entendido como la adquisición progresiva <strong>de</strong> faculta<strong>de</strong>s cada vez más<br />

complejas en la trama <strong>de</strong> interacciones entre e! organismo y su entorno.<br />

El concepto, totalmente transformista en a<strong>de</strong>lante, <strong>de</strong> las especies vivas<br />

va acompañado, sin embargo, <strong>de</strong> Otro cambio radical <strong>de</strong> perspectiva: la<br />

inversión <strong>de</strong> la scala naturae, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> e! ser más perfecto en la cúspi<strong>de</strong> <strong>de</strong> la<br />

escala, hasta el menos perfecto, en e! pie <strong>de</strong> la misma. Lamarck escribió:<br />

Si es verdad que todos los seres vivos son producciones <strong>de</strong> la Naturaleza,<br />

no es posible negarse a creer que no pudo crearlas más que <strong>de</strong> forma<br />

sucesiva. Hay motivo para pensar que comenzó por los más simples, no<br />

habiendo producido más que en último lugar las organizaciones <strong>de</strong> mayor<br />

complejidad, sea <strong>de</strong>! reino animal, sea <strong>de</strong>l vegetal.<br />

El or<strong>de</strong>n natural es, por tanto, e! que reproduce el "proceso <strong>de</strong> la<br />

naturaleza", es <strong>de</strong>cir, la sucesión temporal, histórica, a través <strong>de</strong> la cual<br />

se modifican las especies. Lamarck afirma que es la naturaleza la que ha<br />

"creado la organización, la vida, la capacidad <strong>de</strong> sentir; la que ha multiplicado<br />

y diversificado, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> límites que nos son <strong>de</strong>sconocidos, los<br />

órganos y las faculta<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los cuerpos organizados, cuya existencia mantiene<br />

o multiplica; la que ha creado en los animales, sólo a través <strong>de</strong> la<br />

DARVJIN<br />

9. Esta lámina <strong>de</strong>l Tableau élémentaire <strong>de</strong><br />

I'histoire naturelle <strong>de</strong>s animaux (1797), <strong>de</strong><br />

//1<br />

i<br />

.. J<br />

t<br />

i<br />

!<br />

Georges Cuvier, compara el cráneo <strong>de</strong> distintos<br />

mamíferos. Cuvier se proponía establecer una<br />

correlación entre I.a geometría craneana y las<br />

capacida<strong>de</strong>s intelectuales.<br />

13


comunicación. Al ejercitar la garganta, la lengua y los labios <strong>de</strong>sarrollarían<br />

la facultad <strong>de</strong>l habla. "Las necesida<strong>de</strong>s lo explicarían todo por sí solas;<br />

habrían originado los esfuerzos, mientras que los órganos propios <strong>de</strong> las<br />

arriculaciones se habrían <strong>de</strong>sarrollado por su uso habitual." Y concluye:<br />

"Tales,serían las reflexiones que se podrían plantear si el hombre, consi<strong>de</strong>rado<br />

aquí la raza preeminente en cuestión, no se distinguiera <strong>de</strong> los<br />

animales más que por las características <strong>de</strong> su organización, y si su origen<br />

no fuera diferente <strong>de</strong>l <strong>de</strong> éstos".<br />

En efecto. Decir primero una cosa y luego su contrario, tal parece ser<br />

la estrategia <strong>de</strong> Lamarck. Bien se trate <strong>de</strong> pru<strong>de</strong>ncia, <strong>de</strong> un guiño irónico<br />

o <strong>de</strong> una manera sutil <strong>de</strong> eludir las posibles censuras, <strong>de</strong>be admitirse un<br />

hecho: con Lamarck, el hombre se convierte en un animal natural, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

todos los puntos <strong>de</strong> vista, incluido el relativo a sus faculta<strong>de</strong>s intelectuales y<br />

morales. La explicación se encuentra en el mismo mecanismo que subyace<br />

bajo la transformación <strong>de</strong> todos los seres vivos: la modificación <strong>de</strong>l entorno<br />

provoca nuevas necesida<strong>de</strong>s, las nuevas necesida<strong>de</strong>s incitan a cambiar los<br />

hábitos, los hábitos modifican la estructura y, por fin, la tristemente célebre<br />

"herencia <strong>de</strong> los caracteres adquiridos" ratifica esas modificaciones.<br />

Como ya se ha señalado, Geoffroy Saint-Hilaire había tomado partido por<br />

algunas i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> Lamarck, pero aun así las <strong>de</strong>bió malinterpretar. El atribuía<br />

a las circunsrancias ambientales un tipo <strong>de</strong> intervención sobre el organismo<br />

mucho más directo que el propugnado por el propio Lamarck. Cuvier, que<br />

siempre se había opuesto a las i<strong>de</strong>as lamarquianas, hizo lo posible, con notable<br />

éxito, para que éstas fueran mal interpretadas. En la controversia que<br />

lo enfrentaba a Saint-Hilaire, Cuvier salió victorioso; pero el transformismo,<br />

pese a esa victoria pírrica, constituía una realidad ineludible.<br />

La disputa sobre el hippocampus minor<br />

Por aquel entonces, en Gran Bretaña, Charles Lyell (1797-1875) publicaba,<br />

entre 1830 y 1833, los PrincipIes o/ Geology, una obra que iba a ejercer<br />

una influencia <strong>de</strong>terminante sobre <strong>Darwin</strong>. En la misma se sometÍan a un<br />

examen profundo las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> Lamarck y se refutaban <strong>de</strong> forma categórica.<br />

Por lo que respecta al hombre, el autor manifestaba la inquietud <strong>de</strong> que<br />

las tesis <strong>de</strong> Lamarck llegaran a <strong>de</strong>struir "la fe <strong>de</strong>l hombre en la noble<br />

genealogía <strong>de</strong> su especie".<br />

Richard Owen, personaje al que nos hemos referido ya y que iba a recibir<br />

el apelativo <strong>de</strong> "Cuvier británico", había adquirido un merecido prestigio<br />

por sus trabajos <strong>de</strong> anatomía, paleontología y sistemática. Había <strong>de</strong>jado <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r una concepción totalmente estática <strong>de</strong> la naturaleza y admitía modificaciones<br />

compatibles con su i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> los "tipos". Según esa teoría, inspirada<br />

en el arquetipo platónico, existÍan tan sólo matrices i<strong>de</strong>ales, fundadas sobre<br />

principios geométricos (un número reducido <strong>de</strong> formas fundamentales), que<br />

se reconocían al estudiar lo que el propio Owen <strong>de</strong>nominaba "homologías".<br />

Esas homologías correspondían a semejanzas estructurales i<strong>de</strong>ntificables<br />

incluso en partes muy diferenciadas <strong>de</strong> varios organismos (por ejemplo,<br />

las alas <strong>de</strong> los pájaros y los miembros anteriores <strong>de</strong> los mamíferos), cuyas<br />

modificaciones, halladas también en los fósiles, no son más que diversas<br />

realizaciones <strong>de</strong> un mismo proyecto divino <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo i<strong>de</strong>al.<br />

A través <strong>de</strong> esa visión, Owen avanzó un paso más y <strong>de</strong>sarrolló la "teoría<br />

verrebral <strong>de</strong>l cráneo", según la cual los huesos <strong>de</strong>l cráneo correspon<strong>de</strong>rían<br />

a una transformación <strong>de</strong> las últimas vérrebras <strong>de</strong> la espina dorsal. A partir<br />

<strong>de</strong> ciertas características <strong>de</strong>l cerebro, clasificó los mamíferos y asignó el<br />

hombre a una subclase distinta, la <strong>de</strong> los Arquencéfalos. Subrayó, a<strong>de</strong>más,<br />

la estrecha semejanza entre las manos y los pies en los simios, contrariamente<br />

a lo que se observa en el hombre.<br />

Como ya se ha comentado, los simios estaban <strong>de</strong> moda. En todas partes<br />

se <strong>de</strong>batía sobre sus rasgos morfológicos "humanos". Se temían las conse-<br />

DARWIN<br />

11. la "escala anatómica", según el escritor y<br />

teólogo suizo Johann Kaspar Lavater (1741­<br />

1801). Esta escala iba <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la "bestialidad<br />

<strong>de</strong>forme" <strong>de</strong> la rana hasta la belleza i<strong>de</strong>al <strong>de</strong><br />

Apolo.<br />

15


Babuinos<br />

y metafísica<br />

El 16 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1838 <strong>Darwin</strong> escribía: "El origen <strong>de</strong>l hombre<br />

ha quedado ahora probado. La metafísica <strong>de</strong>bería florecer.<br />

Quien entienda al babuino hará más por la metafísica que Locke"<br />

e<br />

.Qué hacía <strong>Darwin</strong> en ese entorno <strong>de</strong>l siglo XIX, mientras se<br />

<strong>de</strong>batía sobre las diferencias entre el hombre y los simios?<br />

Con casi cincuenta años <strong>de</strong> edad, miembro respetado <strong>de</strong> la<br />

comunidad científica, <strong>Darwin</strong> trabajaba <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía años, con<br />

una constancia notable, en un proyecto cuya intención, en un principio,<br />

no se atrevió a confesar ni siquiera a sí mismo. Pero ahora, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía<br />

poco, no sin cierta incomodidad e inquietud, lo estaba dando a conocer a<br />

un círculo reducido <strong>de</strong> amigos "escogidos" y dignos <strong>de</strong> confianza, aunque<br />

<strong>de</strong>stilando las informaciones. En 1844, en una carta dirigida a uno <strong>de</strong> esos<br />

amigos, el médico y botánico Joseph Dalton Hooker, escribía: "Estoy casi<br />

convencido, al contrario <strong>de</strong> lo que pensaba en un principio, <strong>de</strong> que las<br />

especies (es como si confesase un crimen) no son inmutables".<br />

En sus cua<strong>de</strong>rnos <strong>de</strong> notas privados, los célebres Cua<strong>de</strong>rnos que había empezado<br />

a redactar en 1837, don<strong>de</strong> se conce<strong>de</strong> cierta libertad, nos <strong>de</strong>svela sus<br />

pensamientos; <strong>Darwin</strong> se había asomado ya al problema <strong>de</strong> la continuidad<br />

entre el hombre y los otros animales, muy especialmente en los cua<strong>de</strong>rnos<br />

N y M (asignaba una letra <strong>de</strong>l alfabeto a cada uno), <strong>de</strong>nominados también<br />

Cua<strong>de</strong>rnos sobre eL hombre, eL espíritu y eL materiaLismo, o Cua<strong>de</strong>rnos metafísicos.<br />

En ellos aborda, repetidas veces, el tema <strong>de</strong> la expresión <strong>de</strong> las emociones, <strong>de</strong> la<br />

conciencia, <strong>de</strong> las relaciones entre el espíritu y el cuerpo, <strong>de</strong> la distinción entre<br />

el instinto y las faculta<strong>de</strong>s superiores, así como una serie <strong>de</strong> otras cuestiones<br />

que lo conducen a consi<strong>de</strong>raciones <strong>de</strong> naturaleza filosófica, religiosa y moral.<br />

En diversas ocasiones hace referencia a los simios, y sus observaciones <strong>de</strong>jan<br />

poco margen <strong>de</strong> duda acerca <strong>de</strong> su posición sobre este problema espinoso:<br />

para <strong>Darwin</strong>, e! hombre no ocupa un lugar privilegiado en e! universo.<br />

<strong>Darwin</strong> vio por primera vez un gran simio (Jenny, un orangután hembra<br />

<strong>de</strong> tres años) el 28 <strong>de</strong> marzo <strong>de</strong> 1837, en el zoo <strong>de</strong> Londres. El animal<br />

había sobrevivido un invierno gracias al pabellón con calefacción que se<br />

había habilitado para las jirafas. Murió algunos meses <strong>de</strong>spués, pero no sin<br />

que antes lo hubiesen exhibido, púdicamente vestido con ropas femeninas,<br />

ante la duquesa <strong>de</strong> Cambridge.<br />

En los Cua<strong>de</strong>rnos <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> abundan las observaciones <strong>de</strong>talladas, las<br />

i<strong>de</strong>as improvisadas, las indicaciones para un examen profundo ulterior, las<br />

reflexiones lanzadas sobre el pape! casi en forma <strong>de</strong> aforismos. "El origen 1. Una <strong>de</strong> las representaciones más antiguas<br />

<strong>de</strong>l hombre ha quedado ahora probado. La metafísica <strong>de</strong>bería florecer. <strong>de</strong> simio antropomorfo, sin duda una<br />

Quien entienda al babuino hará más por la metafísica que Locke", escribió hembra <strong>de</strong> orangután, es ésta. Aparece en<br />

e! 16 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1838. En otras palabras, no se pue<strong>de</strong> preten<strong>de</strong>r inves­ Demonstris, <strong>de</strong> Fortunio liceti (1577-1657),<br />

tigar el origen <strong>de</strong>l conocimiento y estudiar la naturaleza <strong>de</strong>l espíritu sin embriólogo <strong>de</strong> Padua. Se reprodujo en<br />

haber comprendido el vínculo <strong>de</strong> parentesco entre el hombre y el simio. numerosos textos <strong>de</strong>l siglo XVIII.<br />

DARWIN 17


2. "Comparen un fueguino con un orangután,<br />

y ¡atrévanse a afirmar que las diferencias son<br />

muy gran<strong>de</strong>s!", escribió <strong>Darwin</strong> en un cua<strong>de</strong>rno<br />

en 1838. Arriba, un indígena <strong>de</strong> la Tierra <strong>de</strong>l<br />

Fuego según Comad Maertens, dibujante a<br />

bordo <strong>de</strong>l Beagle durante la segunda parte <strong>de</strong>l<br />

viaje <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>.<br />

18<br />

Algunos días más tar<strong>de</strong>, tomó notas sobre las muecas <strong>de</strong> los simios y se<br />

preguntó si reían o lloraban.<br />

E! 30 <strong>de</strong> agosto, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> reflexiones sobre la felicidad, el<br />

intelecto y los instintos, aña<strong>de</strong>: "El espíricu <strong>de</strong>l hombre no es más perfecto<br />

que los instintos <strong>de</strong> los animales en todas las cambiantes circunstancias<br />

[...]. ¡Luego nuestra ascen<strong>de</strong>ncia es el origen <strong>de</strong> nuestras malas pasiones!<br />

¡El diablo, bajo la forma <strong>de</strong> un babuino, es nuestro abue!o!".<br />

El 4 <strong>de</strong> septiembre escribió: "Platón [...] dice en e! Fedón que nuestras<br />

'i<strong>de</strong>as imaginarias' <strong>de</strong>rivan <strong>de</strong> la existencia anterior <strong>de</strong>l alma, no nacen <strong>de</strong> la<br />

experiencia. Por existencia anterior entiéndase simio". El 23 <strong>de</strong> septiembre, tras<br />

numerosas observaciones y comparaciones sobre la capacidad <strong>de</strong> expresión <strong>de</strong>l<br />

hombre y el simio, apunta: "Todo el argumento basado en la expresión, más<br />

que cualquier otro punto concerniente a la estructura, <strong>de</strong>be su interés a su<br />

conexión con la mente (mostrar que en lo tocanre a la menre hay un hiato,<br />

no un salto entre el hombre y los brutos) [...] Comparen a un fueguino con<br />

un orangután y ¡atrévanse a afirmar que la diferencia es muy gran<strong>de</strong>!".<br />

Por último, el 4 <strong>de</strong> octubre: "Escudiar la metafísica como siempre se<br />

ha hecho me parece tan ineficaz como querer saber <strong>de</strong> astronomía sin la<br />

ayuda <strong>de</strong> la mecánica. La experiencia <strong>de</strong>muestra que el problema <strong>de</strong> la<br />

mente no pue<strong>de</strong> resolverse atacando directamente la ciuda<strong>de</strong>la. La mente<br />

es una función <strong>de</strong>l cuerpo. Hay que proporcionar un fundamento sólido<br />

a partir <strong>de</strong>! cual extraer nuestros argumentos".<br />

El hippocampus minor ridiculizado por un hippopotamus major...<br />

Tan sólo se trata <strong>de</strong> unas breves citas. Sin embargo, son más que suficientes<br />

para convertir en un baluarte irrisorio ese hippocampus minor que Owen,<br />

veinte años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la redacción <strong>de</strong> las notas, quiso levantar para <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r<br />

la posición <strong>de</strong>l hombre en la naturaleza <strong>de</strong> los peligros que la asediaban.<br />

Este hippocampus minor ridiculizado encontraría pronto su justo lugar en<br />

un entretenido libro para niños, Los niños <strong>de</strong>l agua, escrito en 1863 por<br />

Charles Kingsley (1819-1875). Capellán <strong>de</strong> la reina Victoria, profesor <strong>de</strong><br />

historia en Cambridge, comprometido en las luchas sociales y fundador <strong>de</strong>l<br />

grupo <strong>de</strong> los "socialistas cristianos", Kingsley fue uno <strong>de</strong> los pocos clérigos<br />

que <strong>de</strong>fendieron a <strong>Darwin</strong> tras la publicación <strong>de</strong> El origen <strong>de</strong> las especies.<br />

En este relato fantástico, escrito con fines claramente pedagógico-morales<br />

y con una buena dosis <strong>de</strong> ironía, "una historia <strong>de</strong> hadas, nada más que un<br />

entretenimiento y una obra <strong>de</strong> la imaginación, <strong>de</strong> la que no se <strong>de</strong>be creer<br />

una palabra, aunque sea verda<strong>de</strong>ra", e! hippocampus minor se convertía en<br />

e! hippopotamus major. "No existe nada más fiable que la gran prueba <strong>de</strong>!<br />

hippopotamus. Si en cu cerebro hay un hippopotamus major, entonces no<br />

eres un mono, aunque poseas cuatro manos, y no tengas pies, y seas más<br />

simiesco que e! más simiesco <strong>de</strong> todos los monos <strong>de</strong>! zoo. Si, en cambio,<br />

se <strong>de</strong>scubriera un hippopotamus major en un solo cerebro <strong>de</strong> mono, no hay<br />

nada que hacer, nada librará a tu tatatatatatatatatatatatarabue!a <strong>de</strong> haber<br />

sido un mono también".<br />

Es comprensible que Owen y los teólogos biempensantes que lo apoyaban<br />

se sinrieran amenazados con esa nueva visión <strong>de</strong>l mundo y <strong>de</strong>l<br />

hombre (el hombre se había consi<strong>de</strong>rado "especial" durantes siglos). No<br />

es necesario ser un gran experto para enten<strong>de</strong>r también por qué <strong>Darwin</strong><br />

fue tan pru<strong>de</strong>nte y tardó tanto tiempo en hacer pública esta teoría <strong>de</strong><br />

la transformación <strong>de</strong> las especies, teoría <strong>de</strong> la que no podía menos que<br />

esperarse efectos explosivos.<br />

En realidad, en esa época ya existían al menos dos versiones <strong>de</strong> la que con el<br />

tiempo sería la teoría darwinista <strong>de</strong> la evolución, pero quién sabe si <strong>Darwin</strong> se<br />

hubiera <strong>de</strong>cidido a divulgar sus i<strong>de</strong>as si, precisamente en 1858, mientras Owen<br />

y Huxley mantenían su acalorado <strong>de</strong>bate, no hubiera recibido por correo, el<br />

18 <strong>de</strong> junio, el ensayo <strong>de</strong> un joven naturalista llamado Roben Wallace.<br />

TEMAS 54


Los años<br />

<strong>de</strong> formación<br />

Igual que su padre y su abuelo, el joven Charles inicia estudios <strong>de</strong><br />

medicina, que interrumpirá en 1827. Cuando se le reorienta hacia la<br />

vida eclesiástica, <strong>de</strong>muestra ya afición a la historia natural<br />

Charles <strong>Darwin</strong> nació el 12 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong> 1809. Contrariamente a<br />

lo que se ha pretendido, <strong>Darwin</strong> no se hizo a sí mismo. Por ser<br />

responsable más que nadie --salvo quizá Men<strong>de</strong>l- <strong>de</strong> la importancia<br />

otorgada a las genealogías, conviene remontarse a sus dos<br />

ilustres abuelos, que no llegó a conocer.<br />

El abuelo materno se llamaba ]osiah Wedgwood (1730-1795). Aunque<br />

fue casi autodidacta, gracias a su espíritu empren<strong>de</strong>dor y a su talento<br />

para experimentar con nuevos materiales y técnicas, creó lo que se convertiría<br />

en una <strong>de</strong> las principales fábricas <strong>de</strong> porcelana <strong>de</strong> Gran Bretaña<br />

y proveedora <strong>de</strong> la casa real. Se casó con una prima, Sarah, con la que<br />

tuvo ocho hijos. La primogénita, Susannah (1765-1817), sería la madre<br />

<strong>de</strong> Charles <strong>Darwin</strong>.<br />

El abuelo paterno, Erasmus <strong>Darwin</strong> (1731-1802), fue médico, científico,<br />

inventor y poeta. Brillante, imaginativo y extraordinariamente activo en<br />

el cultivo <strong>de</strong> la mente y en sus aplicaciones. De su matrimonio con Mary<br />

Howard nacieron cinco hijos; dos <strong>de</strong> ellos fallecieron a muy corta edad;<br />

el tercero, Roben Waring <strong>Darwin</strong> (1766-1848), sería el padre <strong>de</strong> Charles;<br />

los otros dos, Charles y Erasmus, sucumbieron a la edad <strong>de</strong> 20 y 40 años,<br />

respectivamente. Charles, estudiante <strong>de</strong> medicina, pereció a causa <strong>de</strong> una<br />

infección contraída en una autopsia; Erasmus, abogado, abrumado por<br />

graves problemas financieros, se suicidó (murió ahogado) en un acceso<br />

<strong>de</strong> <strong>de</strong>presión. Robert Waring bautizó a sus dos hijos con el nombre <strong>de</strong><br />

sus hermanos difuntos.<br />

La esposa <strong>de</strong> Erasmus, Mary Howard, murió a los 30 años <strong>de</strong> edad,<br />

cuando Robert Waring tenía sólo cuatro. Más a<strong>de</strong>lante, Erasmus se volvió<br />

a casar y cuvo otros siete hijos, sin contar uno o dos hijos ilegítimos<br />

más entre los dos matrimonios. Tal proliferación se inscribía en su visión<br />

<strong>de</strong> la actividad sexual, que Erasmus aplicaba <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista<br />

científico (como vínculo esencial en la gran ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong> los seres vivos) y<br />

literario (la <strong>de</strong>nominaba en sus poemas "obra maestra <strong>de</strong> la naturaleza").<br />

Era autoritario hasta el límite <strong>de</strong> la tiranía. Robert, el padre <strong>de</strong> Charles,<br />

se vio prácticamente obligado a empren<strong>de</strong>r los estudios <strong>de</strong> medicina. De<br />

ahí que se prometiera a sí mismo no comportarse con sus hijos como su<br />

padre lo había hecho con él.<br />

La influencia <strong>de</strong>l abuelo Erasmus<br />

Erasmus era un científico brillante. Se interesó por la física, la química, la<br />

botánica y la geología. Tradujo <strong>de</strong>l latín la obra <strong>de</strong> Linné Genera plantarurn.<br />

Escribió un poema enciclopédico en verso, titulado El jardín botánico.<br />

DARWIN<br />

1. Robert Waring <strong>Darwin</strong>, padre <strong>de</strong> Charles <strong>Darwin</strong><br />

(arriba), era médico. Erasmus <strong>Darwin</strong> (abajo),<br />

abuelo paterno <strong>de</strong> Charles, fue también el abuelo,<br />

por vía materna, <strong>de</strong>l naturalista, antropólogo y<br />

estadístico Francis Galton (1822-1911).<br />

19


tizaron un nivel <strong>de</strong> vida confortable en !he Mount, la gran resi<strong>de</strong>ncia que<br />

adquirieron en Shrewsbury.<br />

Antes <strong>de</strong> casarse, Robert preguntó a su padre sobre los motivos <strong>de</strong> la<br />

muerte <strong>de</strong> su madre Mary. La carta que enviaría Erasmus reviste su interés.<br />

Ofrece un testimonio directo <strong>de</strong>l tipo <strong>de</strong> comunicación que existía entre<br />

padre e hijo, explícita y "sin escrúpulos", como él mismo la <strong>de</strong>finió. La<br />

carta refleja algunas <strong>de</strong> sus i<strong>de</strong>as médicas, lamarckianas avant la lettre.<br />

Erasmus estaba convencido <strong>de</strong> que Mary había heredado <strong>de</strong> su padre, quien<br />

"nunca había caído en enajenación, aunque sí se había emborrachado, en<br />

público y en privado", una enfermedad hepática, típica <strong>de</strong>l alcoholismo,<br />

que la convertía en víctima <strong>de</strong> violentas crisis <strong>de</strong> dolor y convulsiones,<br />

"aliviadas a veces con gran<strong>de</strong>s dosis <strong>de</strong> opio y un poco <strong>de</strong> vino, al que<br />

se acostumbró [...]. Todas las enfermeda<strong>de</strong>s causadas por la bebida son<br />

hereditarias, pero sólo en parte; el origen <strong>de</strong> la epilepsia y la enajenación<br />

se encuentra, creo, en la bebida. Así lo he observado a menudo en la<br />

epilepsia. Pero una generación sobria basta para revertir el <strong>de</strong>sgaste <strong>de</strong> la<br />

generación que bebe. Conozco numerosas familias que presentan por un<br />

lado algunos <strong>de</strong>mentes y cuyos hijos, ahora adultos, no experimentan ningún<br />

síntoma. Si no fuera así, no habría en todo el reino una sola familia<br />

sin epilépticos, gotosoS y enajenados".<br />

A pesar <strong>de</strong> su creencia en la herencia <strong>de</strong> los caracteres adquiridos (el<br />

alcoholismo era consi<strong>de</strong>rado un caso típico), Erasmus pretendía tranquilizar<br />

así a su hijo. De hecho, Robert tuvo con Susannah seis hijos, todos<br />

ellos completamente sanos. Después <strong>de</strong> las tres primeras hijas, Marianne,<br />

Caroline y Susan, nació Erasmus; cuatro años <strong>de</strong>spués llegó Charles y<br />

15 meses más tar<strong>de</strong>, Catherine, la benjamina.<br />

Experiencia precoz <strong>de</strong>l dolor<br />

Susannah cayó enferma y murió tras un largo sufrimiento, en 1817,<br />

cuando Charles contaba tan sólo ocho años. El mismo señalaría en su<br />

Autobiografía (que escribió a los 67 años para sus hijos): "No recuerdo<br />

casi nada <strong>de</strong> ella, sólo su lecho <strong>de</strong> muerte, su vestido <strong>de</strong> terciopelo negro<br />

y su curiosa mesa <strong>de</strong> trabajo. Creo que mi falta <strong>de</strong> recuerdos sobre ella<br />

pue<strong>de</strong> atribuirse en parte a mis hermanas, quienes, a causa <strong>de</strong> su dolor,<br />

evitaban hablar <strong>de</strong> ella o pronunciar su nombre; podría también <strong>de</strong>berse<br />

a la propia invali<strong>de</strong>z <strong>de</strong> mi madre antes <strong>de</strong> su muerte".<br />

Esa experiencia precoz <strong>de</strong>l dolor y la ausencia <strong>de</strong> recuerdos sobre su<br />

madre se han consi<strong>de</strong>rado, en una biografía reciente escrita por John<br />

Bowlby, psiquiatra infantil y psicoanalista, uno <strong>de</strong> los elementos que <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>naron<br />

las graves alteraciones psíquicas y físicas que sufrió Charles<br />

durante toda su vida adulta. Trastornos gástricos, con vómitos y náuseas,<br />

palpitaciones, crisis <strong>de</strong> pánico y sensaciones <strong>de</strong> <strong>de</strong>smayo. El propio <strong>Darwin</strong><br />

anotó y <strong>de</strong>scribió pormenorizadamente esos síntomas, que condicionaron<br />

su existencia.<br />

4. Con William Small (1734-1775) y Matthew<br />

Boulton (1728-1809), Erasmus <strong>Darwin</strong> fue uno<br />

<strong>de</strong> los fundadores <strong>de</strong> la Sociedad <strong>de</strong> Lunáticos.<br />

El grabado <strong>de</strong> la izquierda representa una<br />

reunión <strong>de</strong> los miembros <strong>de</strong> esa sociedad en<br />

el domicilio <strong>de</strong> otro miembro ilustre, James<br />

Watt. Adviértanse las botellas esparcidas por el<br />

suelo. Arriba, Matthew Boulton, rico industrial<br />

<strong>de</strong> Birmingham, en su época <strong>de</strong> componente <strong>de</strong><br />

la Sociedad <strong>de</strong> Lunáticos.<br />

5..EI camafeo antiesclavista fabricado por<br />

Josiah Wedgwood, abuelo materno <strong>de</strong> Charles<br />

<strong>Darwin</strong>, rezaba: "¿Acaso no soy un hombre y un<br />

hermano?"<br />

DARWIN 21


6. Susannah Wedgwood, madre <strong>de</strong> Charles<br />

<strong>Darwin</strong>. Una enfermedad la llevó a la tumba en<br />

1817, cuando Charles contaba con ocho años<br />

<strong>de</strong> edad.<br />

7. Charles <strong>Darwin</strong> y su hermana Catherine,<br />

en un dibujo <strong>de</strong> Ellen Sharples.<br />

Ningún médico se hallaba entonces capacitado para emitir un diagnóstico<br />

preciso. Se avanzaron numerosas hipótesis. Hubo quien señaló la enfermedad<br />

<strong>de</strong> Chagas, transmitida por ciertas chinches, que <strong>Darwin</strong> habría<br />

contraído en América <strong>de</strong>l Sur a lo largo <strong>de</strong> su viaje. Sin embargo, dado<br />

que ciertos síntomas estaban presentes ya antes <strong>de</strong> su partida, muchos se<br />

inclinan por una afección psicosomática, sobre todo si se consi<strong>de</strong>ra que<br />

los trastornos tendían a manifestarse en situaciones <strong>de</strong> estrés emocional y<br />

<strong>de</strong> fatiga excesiva. Se sugirió también un "síndrome <strong>de</strong> hiperventilación"<br />

o una "neurosis <strong>de</strong> angustia".<br />

<strong>Darwin</strong> temía que se tratase <strong>de</strong> una enfermedad hereditaria. Se sentía<br />

angustiado, probablemente como su padre, por la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> haberla transmitido<br />

a sus hijos. Desgraciadamente, el <strong>de</strong>stino confirmó sus temores:<br />

en 1851, su hija mayor Annie falleció a la edad <strong>de</strong> diez años <strong>de</strong> una "fiebre<br />

gástrica biliar". La muerte <strong>de</strong> su madre, y luego <strong>de</strong> su hija, <strong>de</strong> una<br />

enfermedad gástrica, sumado a sus propias crisis <strong>de</strong> síntomas similares,<br />

le inquietaron. Tanto, que le provocaron una angustiosa ansiedad por la<br />

salud <strong>de</strong> sus otros hijos, que fueron durante tiempo el objeto <strong>de</strong> cuidados<br />

y atenciones obsesivos. ¿Cómo podía <strong>Darwin</strong> ignorar los riesgos <strong>de</strong> un<br />

matrimonio consanguíneo (Emma, su mujer, era prima hermana suya) e<br />

ignorar que "la lucha por la existencia" que favorece a los más fuertes y a<br />

los más sanos, y que él mismo teorizaba por entonces, no tenía motivos<br />

para pasar por alto a su familia?<br />

Concepción finalista <strong>de</strong> la historia<br />

No nos anticipemos y regresemos al <strong>Darwin</strong> mno, huérfano <strong>de</strong> madre a<br />

los ocho años, para conocer su formación. La necesidad <strong>de</strong> señalar ciertos<br />

acontecimientos más que otros favorece una cierta concepción finalista <strong>de</strong><br />

la historia <strong>de</strong> una vida cuyo <strong>de</strong>senlace y resultados conocemos. Sabemos<br />

dón<strong>de</strong> queremos ir y relataremos la historia en función <strong>de</strong> ese fin. Al actuar<br />

así, operamos -¿cabría acaso otra opción?- <strong>de</strong> modo contrario al<br />

<strong>de</strong> la naturaleza, que, según <strong>Darwin</strong>, selecciona y "escoge" sin proyecto ni<br />

objetivo. Ella no "sabe" dón<strong>de</strong> se dirige: lo que le importa es llegar.<br />

Tras la muerte <strong>de</strong> la madre <strong>de</strong> Charles, la vida en The Mount cambió <strong>de</strong><br />

forma radical. Las hermanas mayores asumieron la dirección <strong>de</strong> la casa y la<br />

educación <strong>de</strong> los pequeños. El carácter <strong>de</strong> un padre gravemente afectado, ya<br />

<strong>de</strong> por sí difícil, empeoró. Una vez más, en su autobiografía, <strong>Darwin</strong> nos<br />

ofrece un amplio relato sobre la figura paterna y nos muestra la veneración<br />

que le profesaba: "Corpulento, <strong>de</strong> espaldas anchas [... J, era el hombre<br />

más imponente que jamás haya visto". El doctor Robert medía un metro<br />

ochenta y llegó a pesar 150 kilos. "Sus principales características consistían<br />

en una simpatía arrolladora y capacidad <strong>de</strong> observación, cualida<strong>de</strong>s que<br />

nunca he visto superar, ni siquiera igualar. [...] Poseía (<strong>de</strong>bido seguramente<br />

a sus dotes <strong>de</strong> simpatía) una propensión excepcional a inspirar confianza<br />

[...]. Su éxito profesional fue muy notable, teniendo en cuenta que en un<br />

principio, según me contó, había odiado sobremanera la profesión médica;<br />

si él hubiera tenido la subsistencia mínimamente asegurada, o si su padre<br />

le hubiera dado opción, nunca hubiera ejercido <strong>de</strong> médico. Hasta el final<br />

<strong>de</strong> su vida, el pensamiento <strong>de</strong> una operación le ponía enfermo, y apenas<br />

soportaba ver a alguien sangrar, repugnancia que me transmitió".<br />

Esta <strong>de</strong>scripción resulta inquietante, ya que evoca las facetas <strong>de</strong> la profesión<br />

médica <strong>de</strong> la época: una cierta sensiblería, el papel <strong>de</strong> confi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l<br />

enfermo y los consejos sabios y casi didácticos prodigados a los esposos.<br />

<strong>Darwin</strong> proseguía con la lista <strong>de</strong> las cualida<strong>de</strong>s paternas: una memoria<br />

extraordinaria, un orador excelente, casi siempre <strong>de</strong> buen humor y jovial<br />

con todos, pero que se hacía obe<strong>de</strong>cer e incluso temer. Aunque irascible,<br />

sabía ser muy amable. Era hábil y pru<strong>de</strong>nte en los negocios. Y por último:<br />

"Mi padre no tenía espíritu científico, en la medida en que no trató <strong>de</strong><br />

22 TEMAS 54


generalizar en forma <strong>de</strong> leyes universales sus conocimientos. Sin embargo,<br />

presentaba una teoría para casi cualquier cosa que sucedía. No creo que<br />

le <strong>de</strong>ba mucho <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista intelectual, pero su ejemplo fue<br />

<strong>de</strong> gran valor moral para todos sus hijos".<br />

La escuela mediocre <strong>de</strong> Shrewsbury<br />

Durante un año, Charles frecuentó la escuela local. En 1818, a la edad<br />

<strong>de</strong> nueve años, lo internaron en la escuela <strong>de</strong> Shrewsbury. Allí pasaría<br />

siete años, sin gran provecho ni alegría. Consi<strong>de</strong>rada una <strong>de</strong> las mejores<br />

<strong>de</strong> Inglaterra, la escuela estaba dirigida por el reverendo Samuel Butler,<br />

abuelo <strong>de</strong>l célebre escritor Samuel Butler (1835-1902). Este último acogió<br />

al principio con entusiasmo la teoría darwinista, aunque terminaría por<br />

abandonarla y abrazar una concepción evolucionista fuertemente inspirada<br />

en el lamarckismo.<br />

En Así muere la carne, novela publicada a título póstumo en 1903,<br />

Butler trenza una sátira brillante y feroz <strong>de</strong> la sociedad victoriana, <strong>de</strong> sus<br />

actitu<strong>de</strong>s beatas y <strong>de</strong> sus instituciones opresoras, en especial, la familia y<br />

la escuela. El protagonista es inscrito, por la voluntad <strong>de</strong> su padre, en una<br />

prestigiosa escuela dirigida por un famoso doctor Skinner, que no es otro<br />

que el reverendo Butler, pérfidamente <strong>de</strong>scrito por su nieto irreverente:<br />

Cuando el doctor Skinner era todavía un hombre joven <strong>de</strong> apenas<br />

veinticinco años, quedó vacante el puesto <strong>de</strong> director <strong>de</strong> la escuela <strong>de</strong><br />

Roughborough. Se lo dieron a él sin vacilar. Los resultados justificaron<br />

la elección. Los alumnos <strong>de</strong>l doctor Skinner se distinguían en cualquier<br />

universidad a la que fueran. El mo<strong>de</strong>laba sus espíritus a partir <strong>de</strong>l suyo<br />

y les <strong>de</strong>jaba una huella en el alma, una marca que ya no se borraría en<br />

toda su vida.<br />

Las Meditaciones sobre la Epístola y la personalidad <strong>de</strong> San Judas habían<br />

dado renombre al doctor Skinner: "Esta obra analizaba con tal profundidad<br />

el tema, que quien la compraba no tenía ya necesidad, en a<strong>de</strong>lante, <strong>de</strong><br />

meditar sobre la Epístola <strong>de</strong> San Judas, y agotaba incluso a cualquiera que<br />

se ocupara <strong>de</strong> ella". En su domicilio contaba con un pequeño laboratorio<br />

"instalado en un rincón <strong>de</strong> la habitación; la existencia <strong>de</strong> ese laboratorio<br />

y el uso familiar, frecuente y más o menos exacto, <strong>de</strong> palabras como<br />

"carbonato", "hiposulfito", "fosfato" y "afinidad" bastaban para <strong>de</strong>mostrar,<br />

incluso a los más escépticos, que el doctor Skinner era un químico <strong>de</strong><br />

primer or<strong>de</strong>n. Puedo afirmar <strong>de</strong> paso que el doctor Skinner cultivaba<br />

también otras ciencias, amén <strong>de</strong> la química. Sabía poco <strong>de</strong> mucho; cada<br />

una <strong>de</strong> esas nociones limitadas constituía un peligro". Butler <strong>de</strong>scribía<br />

la biblioteca polvorienta, las doctas discusiones en las que participaba el<br />

doctor Skinner, la prosopopeya y la seriedad incómoda con las que hablaba<br />

<strong>de</strong> manera solemne, incluso <strong>de</strong> nimieda<strong>de</strong>s. Y concluía:<br />

Maestros <strong>de</strong> escuela, si alguien entre uste<strong>de</strong>s lee este libro, recuer<strong>de</strong>n<br />

que pue<strong>de</strong> suce<strong>de</strong>r que un chiquillo lloroso y tímido, conducido por su<br />

padre hasta su <strong>de</strong>spacho, a quien uste<strong>de</strong>s tratan con todo el menosprecio<br />

que merece y a quien hacen la vida intolerable durante años, pues bien,<br />

ese chiquillo pue<strong>de</strong> ser su futuro biógrafo. Cuando observen a un pobre<br />

chiquillo con los ojos abatidos, sentado en el bor<strong>de</strong> <strong>de</strong> la silla, contra la<br />

pared <strong>de</strong> su <strong>de</strong>spacho, no olvi<strong>de</strong>n repetirse: "Es posible que sea este niño<br />

quien, si no voy con cuidado, explique algún día a todo el mundo la<br />

clase <strong>de</strong> hombre que yo era". Si tan sólo dos o tres maestros <strong>de</strong> escuela<br />

aprendieran esta lección y la retuvieran, estos últimos capítulos no se<br />

habrán escrito en vano.<br />

Sin lugar a dudas, <strong>Darwin</strong> habría coincidido plenamente con esa opinión.<br />

Dejando <strong>de</strong> lado los resultados escolares que él mismo calificaba <strong>de</strong> mediocres,<br />

<strong>Darwin</strong> hallaba satisfacción en otras tareas. Empezaba a observar<br />

OARWlN<br />

8. la escuela <strong>de</strong> Shrewsbury, don<strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> fue<br />

internado a los nueve años. En aquel entonces,<br />

estaba dirigida por el reverendo Samuel Butler,<br />

abuelo <strong>de</strong>l escritor Samuel Butler (1835-1902).<br />

23


9. El médico y fisiólogo alemán Franz Joseph<br />

Gall (1758-1828) <strong>de</strong>fendió la existencia <strong>de</strong><br />

una correlación entre la forma <strong>de</strong>l cráneo<br />

y las faculta<strong>de</strong>s mentales. Fue el creador<br />

<strong>de</strong> la frenología, disciplina cuyo carácter<br />

científico era dudoso. Se trata <strong>de</strong> una doctrina<br />

<strong>de</strong>sacreditada en la actualidad.<br />

24<br />

la naturaleza y a coleccionar insectos y plantas. Hacia los 12 años, había<br />

aprendido a disparar el fusil. Pero lo que más le motivó fue la instalación,<br />

con su hermano Erasmus, en un cobertizo <strong>de</strong> la casa paterna, <strong>de</strong> un pequeño<br />

laboratorio, don<strong>de</strong> los dos llevaron a cabo experimentos <strong>de</strong> química a menudo<br />

tan malolientes, que sus compañeros le pusieron "Gas" por apodo.<br />

Los estudios <strong>de</strong> medicina en Edimburgo<br />

El padre <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>, consciente <strong>de</strong> los resultados académicos insatisfactOrios<br />

<strong>de</strong> su hijo, <strong>de</strong>cidió en 1825 enviarlo a Edimburgo para que iniciara<br />

los estudios <strong>de</strong> medicina con su hermano mayor, como era tradición<br />

en la familia. Charles frecuentó los cursos durante dos años, con una<br />

larga interrupción en verano; durante el mismo, <strong>de</strong> regreso a su hogar,<br />

atendía con cierta satisfacción a algunos pacientes pobres. Prosiguió con<br />

las lecciones y la práctica clínica, aunque sin excesivo entusiasmo. Los<br />

cursos carecían <strong>de</strong> interés para él: la Universidad <strong>de</strong> Edimburgo, aunque<br />

todavía la mejor <strong>de</strong> Gran Bretaña, atravesaba una crisis <strong>de</strong>bido, entre otras<br />

causas, a un <strong>de</strong>terioro progresivo <strong>de</strong>l nivel <strong>de</strong>l claustro docente. Con el<br />

apoyo político y eclesiástico, las cátedras se ocupaban como si se tratase<br />

<strong>de</strong> bienes familiares.<br />

Citaremos el caso emblemático <strong>de</strong> Alexan<strong>de</strong>r Momo, representante <strong>de</strong><br />

la tercera generación <strong>de</strong> catedráticos <strong>de</strong> anatomía y al que <strong>Darwin</strong> consi<strong>de</strong>raba<br />

sencillamente repugnante. Aupado allí en 1800, profesaba con<br />

indolencia, <strong>de</strong> manera prolija y aburrida. Desaliñado, presentaba manchas<br />

<strong>de</strong> la sangre <strong>de</strong> los cadáveres. Lo que menos le importaba era actualizar<br />

el contenido <strong>de</strong> sus clases según los avances <strong>de</strong> la ciencia, si damos por<br />

cierto un episodio en el que, utilizando para la lección las notas <strong>de</strong> su<br />

abuelo, olvidó poner al día las fechas y leyó, sin inmutarse: "Cuando yo<br />

era estudiante, en 1719...". El inci<strong>de</strong>nte es sintOmático <strong>de</strong> una enseñanza<br />

<strong>de</strong> la medicina que reconocía la benevolencia y la sabiduría <strong>de</strong> un creador<br />

divino, garante <strong>de</strong> una armonía <strong>de</strong> la Naturaleza y <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n social y moral.<br />

El mismo Momo <strong>de</strong>claraba enseñar anatomía "para situar el contextO <strong>de</strong> la<br />

creación animal, que ofrece sorpren<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong>mostraciones <strong>de</strong> la sabiduría<br />

y el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> su Autor".<br />

En esa época, prosperaron en Edimburgo numerosas escuelas privadas<br />

<strong>de</strong> medicina. CompetÍan con la Universidad al impartir una enseñanza <strong>de</strong><br />

calidad. Los estudiantes adquirían conocimientOs sobre las investigaciones<br />

llevadas a cabo en Francia y en Alemania, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la nueva anatomía comparada<br />

hasta los últimos <strong>de</strong>scubrimientos <strong>de</strong> la paleontología, sin olvidar<br />

la fisiología, la neurología y la nueva "ciencia" <strong>de</strong> la frenología, <strong>de</strong> Franz<br />

Gall y Johann Spurzheim.<br />

MOnJo se oponía a la frenología. Se esforzaba en <strong>de</strong>mostrar la ausencia<br />

<strong>de</strong> correlaciones entre la dimensión y la forma <strong>de</strong>l cráneo y las faculta<strong>de</strong>s<br />

mentales. Partiendo <strong>de</strong> la premisa que, <strong>de</strong> ser fiable la frenología, la interferencia<br />

<strong>de</strong> un cuerpo físico con el cerebro <strong>de</strong> un ser vivo habría producido<br />

distorsiones <strong>de</strong>l comportamiento, Momo creyó útil introducir agujas en<br />

el cerebro <strong>de</strong> ocas, conejos y gallinas, que a continuación <strong>de</strong>jaba corretear<br />

libremente. Al no manifestarse las supuestas alteraciones <strong>de</strong>l comportamiento,<br />

llegaba a la conclusión <strong>de</strong> que la frenología estaba equivocada.<br />

Aportó luego otros argumentos, como la existencia <strong>de</strong> espacio.s entre el<br />

cerebro y la caja craneana, que habrían impedido, según los principios <strong>de</strong><br />

la frenología, una comparación entre la forma <strong>de</strong>l cerebro y la presencia<br />

<strong>de</strong> protuberancias externas.<br />

Los razonamientos <strong>de</strong> Monro no carecían <strong>de</strong> interés, pero <strong>Darwin</strong> era<br />

incapaz <strong>de</strong> "amar el odio" que <strong>de</strong>stilaba su profesor. Anotaba las presuntas<br />

pruebas en sus apuntes. Sin convencerle las tesis <strong>de</strong> la frenología, se<br />

encontraba <strong>de</strong>cepcionado por el rumbo que tomaban los <strong>de</strong>bates, teñidos<br />

<strong>de</strong> animosidad y prejuicio, carentes <strong>de</strong> voluntad <strong>de</strong> verdad.<br />

TEMAS 54


Por otro lado, <strong>Darwin</strong> quedaría muy impresionado por una experiencia<br />

traumatizante: dos intervenciones quirúrgicas, una <strong>de</strong> ellas en un niño,<br />

ejecutadas sin anestesia. (En esa época no se disponía todavía <strong>de</strong> cloroformo.)<br />

Mostraba aprensión por los cadáveres utilizados en las disecciones.<br />

Con frecuencia se trataba <strong>de</strong> cuerpos mal conservados y empleados<br />

varias veces, dada su escasez. Los únicos cadáveres que la ley autorizaba<br />

disecar eran los <strong>de</strong> asesinos con<strong>de</strong>nados o <strong>de</strong> indigentes muertos durante<br />

su <strong>de</strong>tención. Era imposible satisfacer las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> las escuelas <strong>de</strong><br />

medicina. No sólo llegaron a robarse cadáveres, sino que, en 1828, se<br />

produjo e! asesinato <strong>de</strong> al menos dieciséis personas con e! fin <strong>de</strong> ven<strong>de</strong>r<br />

su cuerpo a los anatomistas. Este comercio terminó en un escándalo,<br />

seguido <strong>de</strong>! proceso y <strong>de</strong> la ejecución <strong>de</strong>! culpable, cuyo cuerpo... se puso<br />

a la disposición <strong>de</strong> la universidad para la disección. Todo ello resultaba<br />

excesivo para un <strong>Darwin</strong> sensible.<br />

La "eminencia clerical"<br />

Con todo, la experiencia <strong>de</strong> Edimburgo no fue ni mucho menos negativa:<br />

e! joven provinciano <strong>de</strong> dieciséis años encontró un mundo estimulante,<br />

rico en i<strong>de</strong>as y en personalida<strong>de</strong>s. Durante su segundo año<br />

en la universidad, Charles se orientaría con mayor <strong>de</strong>cisión hacia la<br />

historia natural (que en esa época abarcaba la zoología, la meteorología,<br />

la geología, la botánica, etcétera). Se integró en la "Sociedad Pliniana<br />

<strong>de</strong> Historia Natural", una <strong>de</strong> las múltiples asociaciones estudiantiles<br />

que había en Edimburgo. Allí circulaban i<strong>de</strong>as radicales y se discutía<br />

sobre política, ciencia e incluso sobre e! "espíritu" en los animales y en<br />

el hombre. <strong>Darwin</strong> conoció allí a Robert Grant (1793-1874), médico<br />

y zoólogo, especialista en anatomía <strong>de</strong> invertebrados. En París, Grant<br />

había estudiado, con Cuvier y Geoffroy Saint-Hilaire, embriología y<br />

anatomía comparada. Conocía las obras <strong>de</strong> los naturalistas franceses y<br />

en particular las <strong>de</strong> Lamarck, pero apreciaba igualmente los trabajos <strong>de</strong><br />

Erasmus <strong>Darwin</strong>. Durante ese período, Charles leyó la Zoonomia <strong>de</strong> su<br />

abuelo y, por lo menos en parte, e! Sistema <strong>de</strong> los animales sin vértebras<br />

(1801) <strong>de</strong> Lamarck (se <strong>de</strong>sconoce si leyó también e! prefacio <strong>de</strong> esa obra,<br />

don<strong>de</strong> Lamarck exponía sus i<strong>de</strong>as sobre la transformación <strong>de</strong> las especies<br />

bajo e! efecto <strong>de</strong> un "impulso interno").<br />

En su autobiografía, <strong>Darwin</strong> explica que no se <strong>de</strong>jó convencer por esas<br />

i<strong>de</strong>as: "Un día que paseábamos juntos, [Grant] dio rienda suelta a su gran<br />

admiración por Lamarck y sus puntos <strong>de</strong> vista sobre la evolución. Yo le<br />

escuchaba con un silencio asombrado y -hasta don<strong>de</strong> yo sé-- sin que ello<br />

afectara mi espíritu. Ya había leído la Zoonomia <strong>de</strong> mi abuelo, que sostiene<br />

opiniones semejantes, pero había <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> compartirlas. No obstante,<br />

es probable que e! hecho <strong>de</strong> haber oído exponer y alabar tales puntos <strong>de</strong><br />

vista, cuando era muy joven, favoreciese que yo los <strong>de</strong>fendiera, bajo una<br />

forma distinta, en e! Origen <strong>de</strong> las especies. En esa época, yo admiraba<br />

la Zoonomia; pero al leerla una segunda vez tras un intervalo <strong>de</strong> diez o<br />

quince años, me <strong>de</strong>cepcionó, por ser la <strong>de</strong>smesura <strong>de</strong> la especulación en<br />

comparación con los hechos presentados".<br />

En aquellos años, <strong>Darwin</strong> inicia investigaciones sobre e! terreno, apren<strong>de</strong><br />

a cazar y a i<strong>de</strong>ntificar muestras, a disecar pájaros y, sobre todo, entra en<br />

contacto con las corrientes i<strong>de</strong>ológicas que influyen en la vida política y<br />

cultural.<br />

En 1827, año en que Charles abandonó <strong>de</strong>finitivamente Edimburgo,<br />

Grant fue nombrado, sin que fuera óbice su reputación lamarckista, profesor<br />

<strong>de</strong> zoología en e! Colegio Universitario <strong>de</strong> Londres. Un éxito <strong>de</strong>slumbrante<br />

que fue canto <strong>de</strong>! cisne: e! profesor abandonó la escena académica en<br />

1835, excluido por Richard Owen, a quien había contrariado sobremanera<br />

y quien puso <strong>de</strong> relieve e! peligro <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> Grant por amalgamar<br />

DARWIN<br />

10. La frenología, el estudio <strong>de</strong> los rasgos<br />

mentales a partir <strong>de</strong> la forma <strong>de</strong>l cráneo,<br />

estaba en boga en la época <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>.<br />

Hallamos un ejemplo <strong>de</strong> ello en este<br />

portaplumas capitiforme, <strong>de</strong> la primera mitad<br />

<strong>de</strong>l siglo XIX. Se conserva en el Instituto <strong>de</strong><br />

Historia <strong>de</strong> la Medicina <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong><br />

Viena.<br />

25


11. El Christ College, en la Universidad <strong>de</strong><br />

Cambridge, don<strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> ingresó en 1827 para<br />

estudiar teología.<br />

lamarckismo, transformación <strong>de</strong> las especies y revolución francesa, i<strong>de</strong>as<br />

que amenazaban la estabilidad social y los valores morales.<br />

En 1827, tras un breve viaje a París (el único que hizo al continente<br />

europeo en toda su vida), <strong>Darwin</strong> regresó al hogar familiar para pasar<br />

el verano y disfrutar <strong>de</strong> un largo y merecido <strong>de</strong>scanso. La caza era su<br />

principal diversión; se consagró a ella con un ardor y entusiasmo tales<br />

que suscitaron la recriminación <strong>de</strong>l padre, <strong>de</strong>cepcionado por el fracaso<br />

en los estudios <strong>de</strong> medicina. "Te preocupas sólo <strong>de</strong> la caza, <strong>de</strong> los perros<br />

y <strong>de</strong> perseguir a las ratas ----se quejaba el doctor Robert airado--, serás<br />

la <strong>de</strong>shonra <strong>de</strong> la familia." Sin <strong>de</strong>jar lugar para la discusión, se <strong>de</strong>cidió<br />

entonces que Charles se <strong>de</strong>dicara a la vida eclesiástica y prosiguiera sus<br />

estudios en Cambridge. Nunca había sido su intención ser párroco anglicano,<br />

pero la i<strong>de</strong>a tampoco le disgustó. Le <strong>de</strong>bió parecer mucho peor<br />

oponerse a las <strong>de</strong>cisiones paternas. Después <strong>de</strong> todo, se trataba <strong>de</strong> una<br />

opción <strong>de</strong> vida bastante habitual y socialmente apreciada en las familias <strong>de</strong><br />

un cierto rango, sobre todo para quien no había manifestado una auténtica<br />

vocación. A<strong>de</strong>más, muchos naturalistas eran eclesiásticos. Con todo, tuvo<br />

momentos <strong>de</strong> perplejidad:<br />

Al haber <strong>de</strong>batido y reflexionado escasamente sobre el tema, tenía escrúpulos<br />

en <strong>de</strong>clarar mi creencia en todos los dogmas <strong>de</strong> la Iglesia <strong>de</strong> Inglaterra<br />

[...]. Como no dudaba en absoluto sobre la verdad estricta y literal<br />

<strong>de</strong> cada palabra <strong>de</strong> la Biblia, me convencía a mí mismo <strong>de</strong> que nuestro<br />

Credo <strong>de</strong>bía ser aceptado plenamente. No me impresionaba lo ilógico que<br />

hay en afirmar que creía en lo que no comprendía y que <strong>de</strong> hecho resulta<br />

ininteligible. Podría haber dicho con toda verdad que no <strong>de</strong>seaba poner<br />

en duda ningún dogma, pero nunca llegué a estar tan loco como para<br />

pensar y <strong>de</strong>clarar "credo quia incredibile n.<br />

<strong>Darwin</strong> rememora con ironía que, en una reunlOn <strong>de</strong> doctos frenólogos,<br />

el análisis <strong>de</strong> una fotografía suya había señalado claramente una<br />

"protuberancia <strong>de</strong> la clerecía lo bastante <strong>de</strong>sarrollada para dar lugar a diez<br />

sacerdotes". Explica: "Teniendo en cuenta la agresividad con que me he<br />

visto atacado por la ortodoxia, parece ridículo que en su día pretendiese<br />

ser pastor". De hecho, nunca llegó a serlo, si bien la religión ocuparía un<br />

lugar importante en su reflexión.<br />

Cambridge: teología y ciencias naturales<br />

A pesar <strong>de</strong> todo, <strong>Darwin</strong> frecuentó Cambridge durante unos tres años,<br />

<strong>de</strong> 1828 a 1831. Su opinión sobre la influencia <strong>de</strong> esos estudios en su<br />

educación difícilmente podría haber sido más lapidaria: "Perdí completamente<br />

el tiempo". A lo largo <strong>de</strong> esos años, estudió matemáticas, los<br />

clásicos y filosofía moral. Aprobó los exámenes. Por encima <strong>de</strong> todo, se<br />

puso a coleccionar insectos, una actividad muy <strong>de</strong> moda por entonces. Se<br />

trataba <strong>de</strong> una "simple pasión por la colección", como él precisa; pero si<br />

bien todavía no le empujaban intenciones sistemáticas ni científicas, ello le<br />

acercaba más a ese mundo natural que atraparía toda su atención. Como<br />

prueba <strong>de</strong> su entusiasmo, escribió: "Un día, al arrancar una vieja corteza,<br />

vi dos escarabajos extraños y atrapé uno con cada mano; vi <strong>de</strong>spués un<br />

tercero <strong>de</strong> un tipo distinto que no podía permitirme <strong>de</strong>jar escapar; <strong>de</strong><br />

modo que introduje en mi boca el que mantenía en la mano <strong>de</strong>recha.<br />

Pero ¡ay!, expulsó un líquido intensamente acre que me quemó la lengua,<br />

por lo que me vi obligado a escupir el escarabajo, que finalmente perdí,<br />

igual que el tercero".<br />

Asimismo, frecuentó cursos libres como las lecciones <strong>de</strong> botánica <strong>de</strong>l<br />

reverendo John Henslow (1796-1861), que se convertiría en uno <strong>de</strong> sus<br />

amigos más próximos. Abandonó, en cambio, aunque más tar<strong>de</strong> se arre­<br />

26 TEMAS 54


pintió, el curso <strong>de</strong>l reverendo Adam Sedgwick (1785-1873), profesor <strong>de</strong><br />

geología. En agosto <strong>de</strong> 1831, estimulado por Henslow, realizó con él una<br />

breve expedición geológica en el norte <strong>de</strong>l País <strong>de</strong> Gales, don<strong>de</strong> empezó<br />

a familiarizarse con la estratigrafía.<br />

Las lecciones <strong>de</strong>l geólogo Adam Sedgwick<br />

Sedgwick ironizaba sobre las interpretaciones literales <strong>de</strong> los textos sagrados.<br />

Criticaba a los que veían en cada <strong>de</strong>scubrimiento geológico un argumento<br />

a favor <strong>de</strong>l relato bíblico <strong>de</strong>l Diluvio. Sin embargo, consi<strong>de</strong>raba que el<br />

"camino laborioso pero seguro <strong>de</strong> la inducción honesta" permitiría reconciliar<br />

las verda<strong>de</strong>s científicas y los dogmas religiosos. Contrario a cualquier<br />

forma <strong>de</strong> transformismo, será por tanto uno <strong>de</strong> los críticos más duros <strong>de</strong> un<br />

polémico libro: Vestigios <strong>de</strong> la historia natural <strong>de</strong> la creación, publicado <strong>de</strong><br />

forma anónima en 1844. Esta obra fue un auténtico éxito, como lo había<br />

previsto su autor, Roben Chambers (1802-1871), un editor y periodista <strong>de</strong><br />

Edimburgo consciente <strong>de</strong>l giro que había tomado el <strong>de</strong>bate en los círculos<br />

científicos y culturales, y <strong>de</strong>cidido a divulgarlo a un público más amplio.<br />

Redactado en un estilo simple y directo, el libro se publicó en un momento<br />

en que la disputa entre creacionismo y transformismo revelaba, más allá <strong>de</strong><br />

su carácter científico, una componente abiertamente i<strong>de</strong>ológica. La obra,<br />

con frecuencia provocadora, explotaba esa base i<strong>de</strong>ológica y proponía una<br />

"visión científica alternativa <strong>de</strong> progreso", una suerte <strong>de</strong> evolución cósmica<br />

que involucraba a todas las especies, incluida la humana, en una ascensión<br />

por etapas bajo una presión evolutiva intrínseca.<br />

Sedgwick lo atacó con todas las fuerzas: echó por tierra sus tesis, <strong>de</strong>nunció<br />

su falta <strong>de</strong> contenido científico y <strong>de</strong>claró que se trataba <strong>de</strong> una obra<br />

tan incalificable, que casi podía haberlo escrito una mujer --a <strong>de</strong>stacar<br />

la sensibilidad <strong>de</strong> la época-, si no fuera porque incluso una mujer no<br />

se habría rebajado a consi<strong>de</strong>rar indistintamente todos los fenómenos <strong>de</strong>l<br />

universo a través <strong>de</strong>l "progreso y <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> un materialismo repugnante,<br />

dogmático y <strong>de</strong>gradante". Pese a que sabía perfectamente cuán distinto<br />

era su concepto <strong>de</strong> evolución <strong>de</strong> la noción <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo y progreso lineal,<br />

¿cómo podía <strong>Darwin</strong> no sentirse amenazado por semejante ataque, si en<br />

el momento <strong>de</strong> aparecer el libro <strong>de</strong> Chambers su teoría <strong>de</strong> la evolución<br />

estaba ya estructurada y articulada?<br />

Sus temores estaban fundados. Obtendría prueba <strong>de</strong> ello en la carta<br />

que le escribió Sedgwick, en 1859, algunos días <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la publicación<br />

<strong>de</strong> El origen <strong>de</strong> las especies: "He leído su libro con más pena que<br />

alegría. He apreciado gran<strong>de</strong>mente algunas <strong>de</strong> sus partes; otras me han<br />

hecho <strong>de</strong>sternillar <strong>de</strong> risa hasta dolerme las costillas; y hay otras que las<br />

he leído con una profunda tristeza porque creo que son totalmente falsas<br />

y terriblemente perversas".<br />

Las enseñanzas <strong>de</strong> Sedgwick, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la campaña geológica <strong>de</strong> 1831, iniciarán<br />

al joven <strong>Darwin</strong> en la complejidad <strong>de</strong>l trabajo científico. En esa época,<br />

se <strong>de</strong>scubrió en los alre<strong>de</strong>dores <strong>de</strong> Shrewsbury una concha supuestamente<br />

tropical. Sedgwick se mostró escéptico ante tal hallazgo (probablemente<br />

un frau<strong>de</strong> inventado con astucia). En un principio, <strong>Darwin</strong> se sorprendió<br />

por la actitud <strong>de</strong> Sedgwick; pero más tar<strong>de</strong> comprendió que no basta un<br />

dato solitario para <strong>de</strong>mostrar un cuadro teórico estructurado, ni un único<br />

hecho para establecerlo.<br />

Escribió en su autobiografía: "Nada hasta entonces me había dado<br />

a enten<strong>de</strong>r mejor, a pesar <strong>de</strong> mis numerosas lecturas científicas, que<br />

la ciencia se basa en reagrupar los hechos para extraer <strong>de</strong> ellos leyes o<br />

conclusiones generales". Un juego sutil relaciona datos <strong>de</strong> observación,<br />

teorías e hipótesis. "Una anécdota <strong>de</strong>l viaje muestra hasta qué punto<br />

resulta fácil pasar por alto los fenómenos, aunque sean éstos notables,<br />

cuando no han sido observados antes por nadie. Pasamos muchas horas<br />

12. <strong>Darwin</strong> se arrepintió <strong>de</strong> no haber asistido<br />

a las clases <strong>de</strong> Adam Sedgwick, profesor <strong>de</strong><br />

geología <strong>de</strong> Cambridge (arriba). Sí acudió,<br />

en cambio, a las lecciones <strong>de</strong> botánica <strong>de</strong>l<br />

profesor John S. Henslow (abajo), con quien<br />

entabló amistad.<br />

DARWIN 27


El largo periplo<br />

<strong>de</strong>l Beagle<br />

Cuando se embarca en el Beagle en 1831, <strong>Darwin</strong> es un hombre joven<br />

<strong>de</strong> 22 años, pertrechado con una buena formación naturalista. A su<br />

regreso, tras cinco años <strong>de</strong> navegación, la fama le acompaña<br />

1. El naturalista y viajero alemán Alexan<strong>de</strong>r<br />

van Humboldt (1769-1858) (izquierda) y su<br />

compañero <strong>de</strong> expedición a América <strong>de</strong>l<br />

Sur Aimé Bonpland (1773-1858), pintados<br />

por Eduard En<strong>de</strong>r en 1850. El relato <strong>de</strong> van<br />

Humboldt había cautivado a <strong>Darwin</strong>.<br />

De entre sus lecturas en Cambridge, dos obras <strong>de</strong>spiertan en <strong>Darwin</strong><br />

"un <strong>de</strong>seo apremiante <strong>de</strong> realizar una aportación, siquiera mo<strong>de</strong>sta,<br />

a la noble edificación <strong>de</strong> las ciencias <strong>de</strong> la naturaleza. Ni una docena<br />

<strong>de</strong> <strong>libros</strong> me influyeron tanto". El primer libro, que ya hemos<br />

mencionado, es e! <strong>de</strong> Hersche!; e! otro, una obra en siete volúmenes <strong>de</strong><br />

Alexandre van Humboldt, Narración personal (1818). Este, reseña <strong>de</strong> un<br />

viaje a América <strong>de</strong>! Sur, muestra la diversidad <strong>de</strong> intereses <strong>de</strong> su prolífico<br />

autor. (Cosmos, título <strong>de</strong> su última obra, alberga veinte volúmenes.)<br />

Fascinado por los relatos <strong>de</strong> Humboldt, <strong>Darwin</strong> sueña en empren<strong>de</strong>r un viaje<br />

a Tenerife. Intentará atraer a Henslow y otros en su proyecto. "Conseguí que<br />

me presentaran a un comerciante <strong>de</strong> Londres para informarme sobre los navíos,<br />

pero ese proyecto se abortó al plantearse e! viaje <strong>de</strong>l Beagte". El 29 <strong>de</strong> agosto<br />

<strong>de</strong> 1831, en Shrewsbury, una carta <strong>de</strong> Henslow le transmite que el capitán<br />

Robert FitzRoy (1805-1865), <strong>de</strong> la Marina Real, busca un compañero <strong>de</strong> viaje<br />

instruido, dispuesto a embarcarse sin sueldo para que ayu<strong>de</strong> al naturalista <strong>de</strong>l<br />

barco en su labor cartográfica <strong>de</strong> las costas <strong>de</strong> América <strong>de</strong>l Sur. El viaje <strong>de</strong>be<br />

durar dos años y la partida está prevista para finales <strong>de</strong> septiembre.<br />

La propuesta parece hecha a medida. El navío está equipado para la<br />

<strong>investigación</strong> científica y <strong>Darwin</strong> se halla capacitado para sacarle partido a<br />

semejante ofrecimiento, provi<strong>de</strong>ncial e inesperado.<br />

Pero su entusiasmo queda atemperado<br />

con la reacción, previsible, <strong>de</strong>! doctor<br />

Robert <strong>Darwin</strong>, quien se opone a que su<br />

hijo abdique una vez más <strong>de</strong> sus obligaciones<br />

y responsabilida<strong>de</strong>s. Con todo, le <strong>de</strong>ja una<br />

puerta abierta: "Si encuentras un hombre con<br />

sentido común que te aconseje que vayas,<br />

lo consentiré".<br />

Charles reacciona con rapi<strong>de</strong>z. El primero<br />

<strong>de</strong> septiembre, se presenta en Maer, a unos<br />

30 kilómetros <strong>de</strong> Shrewsbury. Allí .vive su tío<br />

]osiah Wedgwood. A <strong>Darwin</strong> le gusta este<br />

lugar, don<strong>de</strong> había pasado largas vacaciones<br />

con sus primos. Encuentra un aliado en<br />

su tío, con quien mantiene unas relaciones<br />

excelentes, lo mismo que con el resto <strong>de</strong> la<br />

familia Wedgwood. Charles ha traído una<br />

lista <strong>de</strong> las objeciones paternas, que ]osiah va<br />

<strong>de</strong>smontando, una por una, en carta remitida<br />

30 TEMAS 54


la espalda al barco. Cuando le vimos por última vez estaba gordo, limpio, bien vestido;<br />

nunca había visto un cambio tan enorme y lamentable. Pero una vez que estuvo vestido<br />

y se hubo <strong>de</strong>svanecido la turbación inicial, volvió a ser el <strong>de</strong> antes. Cenó con el capitán<br />

FitzRoy y comió con la educación <strong>de</strong> siempre. Nos comentó que tenía suficiente (o como<br />

él <strong>de</strong>cía, <strong>de</strong>masiado) para comer, que no pasaba frío, que sus amigos eran muy buenas<br />

personas y que no <strong>de</strong>seaba regresar a Inglaterra. Por la noche <strong>de</strong>scubrimos la causa <strong>de</strong><br />

este cambio <strong>de</strong> opinión tan gran<strong>de</strong> en ¡emmy: su joven y linda mujer [perteneciente a<br />

otra tribu] llegaba al barco [...]. Nos explicó que había construido él mismo su canoa y<br />

¡alar<strong>de</strong>aba <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r hablar un poco la lengua materna <strong>de</strong> su esposa! Pero, cosa curiosa,<br />

había enseñado algunas palabras en inglés a toda su tribu [...]. Todos nos apenamos al<br />

pensar que le estrechábamos la mano por última vez.<br />

Para los científicos <strong>de</strong> la época, resultaba difícil hablar <strong>de</strong>l "estado noble" <strong>de</strong>l hombre<br />

ante una humanidad tan <strong>de</strong>gradada e inculta. "Un salvaje sin civilizar, escribe <strong>Darwin</strong><br />

a su hermana Caroline en marzo <strong>de</strong> 1833, es en verdad uno <strong>de</strong> los espectáculos más<br />

<strong>de</strong>soladores <strong>de</strong>l mundo". No obstante, a pesar <strong>de</strong> las diferencias <strong>de</strong> raza y cultura, la<br />

especie humana sigue siendo única para él: no tiene la tentación <strong>de</strong> <strong>de</strong>sdibujar "la línea<br />

<strong>de</strong> separación" entre e! hombre y e! simio, como hacen muchos <strong>de</strong> sus contemporáneos<br />

que postulan la existencia <strong>de</strong> uno o varios grupos in<strong>de</strong>pendientes e intermedios en la<br />

taxonomía humana. Sin duda, para <strong>Darwin</strong>, esta experiencia fue un aprendizaje sobre<br />

la amplitud <strong>de</strong> las transformaciones en e! seno <strong>de</strong> una misma especie.<br />

El viaje proporciona a <strong>Darwin</strong> otras ocasiones para reflexionar sobre e! hombre y la<br />

civilización. En Buenos Aires la revolución hace estragos; tropas <strong>de</strong> soldados patrullan las<br />

calles. En Montevi<strong>de</strong>o, una clase dirigente corrupta e ignorante ejerce un po<strong>de</strong>r sanguinario.<br />

En Australia y Nueva Zelanda, los aborígenes van <strong>de</strong>sapareciendo progresivamente,<br />

diezmados por los recién llegados. En Argentina, es testigo <strong>de</strong> algunos episodios <strong>de</strong> la<br />

guerra exterminadora encabezada, por las tropas <strong>de</strong>! general Juan Manuel <strong>de</strong> Rosas contra<br />

los indios: ''Aquí todos están convencidos <strong>de</strong> li<strong>de</strong>rar la más justa <strong>de</strong> las guerras porque<br />

está dirigida contra los salvajes. ¿Quién podría creer que en nuestra época se cometieran<br />

tantas atrocida<strong>de</strong>s en un país cristiano y civilizado? Se perdona la vida a los niños para<br />

ven<strong>de</strong>rlos como sirvientes, esclavos mejor, por lo menos mientras sus dueños pue<strong>de</strong>n<br />

persuadirles <strong>de</strong> que los son". En las colonias españolas, apunta <strong>Darwin</strong>, los esclavos son<br />

mejor tratados que en los territorios portugueses o ingleses.<br />

La esclavización <strong>de</strong>spierta su indignación. A la cuestión le <strong>de</strong>dica las últimas páginas <strong>de</strong><br />

su diario <strong>de</strong> viaje. El 19 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 1836, cuando e! Beagle pone rumbo a Inglaterra<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> Brasil, confiesa: "Doy gracias a Dios por no tener que visitar <strong>de</strong> nuevo un país con<br />

esclavos". El relato sobre las atrocida<strong>de</strong>s y cruelda<strong>de</strong>s a las que ha asistido toma aquí un<br />

valor explícito <strong>de</strong> testimonio y con<strong>de</strong>na:<br />

Imagine lo que sería vivir siempre bajo la amenaza <strong>de</strong> que su esposa e hijos -esos seres a<br />

los que incluso los esclavos tienen <strong>de</strong>recho a llamar suyos- le sean arrebatados y ¡vendidos<br />

como animales al mejor postor! Y que hombres que <strong>de</strong>claran amar a su prójimo como a sí<br />

38 TEMAS 54


11. Cabaña indígena<br />

<strong>de</strong> Tierra <strong>de</strong> Fuego.<br />

12. Iguana terrestre <strong>de</strong> las<br />

Galápagos (Conolophus<br />

subcristatus). Cabe <strong>de</strong>stacar<br />

su mimetismo <strong>de</strong> color<br />

con las rocas.<br />

mismos, que creen en Dios y que rezan para que se haga su voluntad en la Tierra, sean<br />

los mismos que excusan, mejor dicho, ¡qué ejecutan esos actos! Mi sangre se revela cuando<br />

pienso que nosotros los ingleses, y nuestros <strong>de</strong>scendientes americanos, en suma, todos nosotros<br />

que nos vanagloriamos tanto <strong>de</strong> nuestras liberta<strong>de</strong>s, ¡nos convirtamos en culpables <strong>de</strong> actos<br />

semejantes! Por lo menos, me queda el consueto <strong>de</strong> pensar que hayamos hecho, para expiar<br />

nuestros crímenes, el sacrificio más gran<strong>de</strong> que ninguna otra nación ha hecho todavía.<br />

El Parlamento inglés abolió en 1833 la esclavitud.<br />

Pinzones y tortugas <strong>de</strong> las Galápagos, pruebas contun<strong>de</strong>ntes<br />

Antes <strong>de</strong> ver a <strong>Darwin</strong> pisar su patria, retrocedamos hasta una etapa <strong>de</strong> su VIaje que<br />

sería crucial para el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> su teoría sobre la evolución. El 17 <strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong><br />

1835, el Beagle atraca en la isla <strong>de</strong> San Cristóbal, en el archipiélago <strong>de</strong> las Galápagos,<br />

las islas <strong>de</strong> las tortugas. Se trata <strong>de</strong> un archipiélago <strong>de</strong> origen volcánico formado por<br />

una <strong>de</strong>cena <strong>de</strong> islas, cinco <strong>de</strong> ellas extensas; dista un millar aproximado <strong>de</strong> kilómetros<br />

<strong>de</strong> las costas <strong>de</strong> Ecuador. Las islas se hallan bastante cerca <strong>de</strong>l continente; a pesar <strong>de</strong> su<br />

situación geográfica, gozan <strong>de</strong> un clima templado gracias a la confluencia <strong>de</strong> corrientes<br />

oceánicas proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> la Antártida, entre ellas, la corriente <strong>de</strong> Humboldt. Razón por la<br />

que, como comprueba <strong>Darwin</strong> con estupor, los pingüinos, los osos marinos y los leones<br />

marinos cohabitan con aves tropicales, iguanas, tortugas, cactus. Hasta don<strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>.<br />

sabía, nunca había existido allí una población humana indígena.<br />

En ese lugar <strong>Darwin</strong> encuentra los célebres pinzones y las no menos famosas tortugas.<br />

Por lo que respecta a estas últimas, tendrá la oportunidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>scubrir su sabor: "La<br />

región ventral asada al estilo <strong>de</strong> los Gauchos, carne con cuero, es <strong>de</strong>cir, sin retirar la piel,<br />

es <strong>de</strong>liciosa; se hace una sopa muy sabrosa con tortugas jóvenes; pero no puedo <strong>de</strong>cir<br />

que esa carne me entusiasme". Sin embargo, parece no haber vislumbrado las diferencias,<br />

pequeñas aunque nítidas, que distinguen los diversos grupos <strong>de</strong> tortugas en razón <strong>de</strong> su<br />

isla <strong>de</strong> origen. No obstante, el vicegobernador Mr. Lawson ya le había informado que "las<br />

tortugas diferían <strong>de</strong> una isla a otra y podía adivinar sin equivocarse <strong>de</strong> qué isla provenía<br />

cualquier ejemplar que se le presentara'. De ello se habían percatado ya los propios corsarios,<br />

que frecuentaban las islas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el siglo XVII, así como los balleneros, que buscaban<br />

<strong>de</strong>scanso en las islas tras sus largas campañas <strong>de</strong> pesca. Los marineros saquearon las islas,<br />

llevándose tortugas por centenares para aprovisionarse <strong>de</strong> carne fresca.<br />

Poco tiempo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>, el ballenero en que iba Herman Melville (1819-189l)<br />

<strong>de</strong>sembarcó en las Galápagos. Allí encontró inspiración para Moby Dick. Atracar allí constituía<br />

toda una proeza; <strong>de</strong>bido a las fuertes corrientes, las islas, como espejismos y alucinaciones,<br />

aparecían y <strong>de</strong>saparecían <strong>de</strong> repente ante la vista. Se las llamó islas Encantadas, tal era la magia<br />

<strong>de</strong> su atmósfera, e inspiraron leyendas y supersticiones sin cuenta. Corría entre los marineros<br />

la leyenda <strong>de</strong> que si los capitanes <strong>de</strong> navío morían en ellas se transformaban en tortugas...<br />

Al principio <strong>Darwin</strong> pasa por alto las diferencias entre las tortugas: "Mezclaba las<br />

colecciones proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> dos islas. Nunca me hubiera imaginado que islas situadas a<br />

80 o 90 km <strong>de</strong> distancia, casi todas a la vista unas <strong>de</strong> otras, formadas exactamente por<br />

las mismas rocas, sometidas a un clima muy parecido y con una altitud semejante, albergaran<br />

animales distintos; pero pronto comprobaremos la veracidad <strong>de</strong> este hecho. [...]<br />

Tuve bastante suerte al procurarme un número suficiente <strong>de</strong> muestras para establecer el<br />

fenómeno particularmente <strong>de</strong>stacable <strong>de</strong> la distribución <strong>de</strong> los animales."<br />

Una vez más, <strong>Darwin</strong> admite no haberse percatado <strong>de</strong> lo que se le ofrecía a la vista,<br />

igual que había ocurrido durante la excursión geológica con Sedgwick que relata en su<br />

Autobiografía. Sin embargo, aunque el material no se catalogó con minuciosidad, sí fue<br />

examinado por expertos, una vez en Londres. A la luz <strong>de</strong> resultados análogos obtenidos en<br />

la clasificación <strong>de</strong> ejemplares <strong>de</strong> iguanas, y sobre todo <strong>de</strong> pinzones, quedó <strong>de</strong> inmediato<br />

<strong>de</strong>mostrado que, no obstante su asombroso parecido, pertenecían a especies distintas,<br />

características <strong>de</strong> cada isla.<br />

A propósito <strong>de</strong> los pinzones, <strong>Darwin</strong> había escrito en sus Notas ornitológicas: "Cuando<br />

veo estas islas tan próximas unas <strong>de</strong> otras, con una reserva animal escasa, habitadas por esas<br />

aves <strong>de</strong> estructura ligeramente distinta, que ocupan el mismo lugar en la naturaleza, <strong>de</strong>bo<br />

DARWIN 39


13. Tortuga gigante <strong>de</strong> las Galápagos<br />

(Geochelone elephantopus), <strong>de</strong> la isla <strong>de</strong><br />

Isabela.<br />

14. Torrentes <strong>de</strong> lava "en cuerdas" en la Bahía<br />

<strong>de</strong> Sullivan, isla <strong>de</strong> San Salvador (archipiélago<br />

<strong>de</strong> las Galápagos).<br />

sospechar que se trata sólo <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s l...]. Si existe una mínima base<br />

en estas observaciones, valdría la pena examinar la zoología <strong>de</strong> los Archipiélagos;<br />

ya que tales hechos socavarían la estabilidad <strong>de</strong> las especies".<br />

<strong>Darwin</strong> se inclinaba a consi<strong>de</strong>rar como variedad <strong>de</strong> una misma especie a<br />

los individuos ligeramente distintos que ocupaban las diferentes islas. A<strong>de</strong>más,<br />

hacía notar su parecido con otras especies observadas en el continente.<br />

En sí misma, la i<strong>de</strong>a no contra<strong>de</strong>cía todavía la interpretación tradicional.<br />

El propio Lyell se mostraba dispuesto a admitir cierta variabilidad en las<br />

especies; la consi<strong>de</strong>raba incluso necesaria para su dispersión a partir <strong>de</strong><br />

sus "centros <strong>de</strong> creación".<br />

En este punto discrepan los historiadores. Unos sostienen que <strong>Darwin</strong>,<br />

durante el viaje <strong>de</strong>l Beagle, no tuvo "revelaciones" acerca <strong>de</strong> la transmutación<br />

<strong>de</strong> las especies, que nada le llevó a pensar en términos <strong>de</strong> evolución y que<br />

encontraba interesantes, pero no problemáticas, las variaciones en el seno<br />

<strong>de</strong> los grupos. Otros, en cambio, estiman que i<strong>de</strong>ntificó rápidamente los<br />

elementos sobre los que basó la tesis <strong>de</strong> la transmutación <strong>de</strong> las especies, para<br />

llegar bastante pronto a una diferente explicación causal <strong>de</strong> su origen.<br />

Una única especie se modifica para conseguir distintos fines<br />

A pesar <strong>de</strong> su importancia, no vamos a entrar en este análisis histórico<br />

y nos referiremos a los escritos <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> en el Viaje <strong>de</strong> un naturalista,<br />

don<strong>de</strong> <strong>de</strong>staca con claridad el papel <strong>de</strong> las Galápagos en la teoría <strong>de</strong> la<br />

evolución. Vale, no obstante, la pena subrayar que <strong>Darwin</strong> retocó ciertas<br />

partes <strong>de</strong> su diario <strong>de</strong> viaje en su reedición <strong>de</strong> 1845; sometió a revisión<br />

profunda el capítulo consagrado a las Galápagos. Este capítulo constituye<br />

un testimonio histórico, no por lo que <strong>Darwin</strong> vislumbra durante el viaje,<br />

sino por lo que llega a pensar y estima po<strong>de</strong>r comunicar en 1845, a medio<br />

camino entre su regreso a Inglaterra, a finales <strong>de</strong> 1836, y la publicación<br />

<strong>de</strong> El origen <strong>de</strong> las especies, en 1859. En el transcurso <strong>de</strong> ese prolongado<br />

intervalo acomete un trabajo teórico y práctico impresionante para poner<br />

en or<strong>de</strong>n sus i<strong>de</strong>as sobre la evolución.<br />

La historia natural <strong>de</strong> las islas es sumamente curiosa y digna <strong>de</strong> la mayor<br />

atención, escribe <strong>Darwin</strong> sobre las Galápagos. La mayoría <strong>de</strong> los organismos<br />

son esencialmente indígenas y no se les encuentra en ningún otro sitio;<br />

incluso se observan diferencias entre los que viven en una isla y otra. Sin<br />

embargo, todos estos organismos presentan un grado <strong>de</strong> parentesco más<br />

o menos estrecho con los <strong>de</strong> América, a pesar <strong>de</strong> que el archipiélago esté<br />

separado <strong>de</strong>l continente por unas 500 o 600 millas marinas. En una<br />

palabra, este archipiélago constituye un pequeño mundo en sí mismo, o<br />

mejor, un satélite vinculado a América, <strong>de</strong> don<strong>de</strong> proce<strong>de</strong>n algunos organismos<br />

y <strong>de</strong> don<strong>de</strong> <strong>de</strong>riva el carácter general <strong>de</strong> sus especímenes indígenas.<br />

Nuestra sorpresa ante el número <strong>de</strong> seres aborígenes que enriquecen estas<br />

islas crece si consi<strong>de</strong>ramos a<strong>de</strong>más su limitada extensión. Al mirar cada<br />

colina coronada por su cráter y los límites <strong>de</strong> cada colada <strong>de</strong> lava, que se<br />

distinguen todavía con niti<strong>de</strong>z, nos sentimos inclinados a pensar que en<br />

un período, geológicamente reciente, el océano se extendía sin interrupción<br />

allí don<strong>de</strong> las islas se encuentran ahora. De este modo, en el tiempo y en<br />

el espacio, llegamos a las puertas <strong>de</strong>l misterio <strong>de</strong> los misterios, la·primera<br />

aparición <strong>de</strong> nuevos seres sobre esta Tierra.<br />

Sigue un inventario <strong>de</strong> las especies <strong>de</strong> aves observadas y, entre ellas, "un<br />

grupo muy singular <strong>de</strong> gorriones [los pinzones] que se parecen entre sí por<br />

la conformación <strong>de</strong> su pico, por su cola corta, por la forma <strong>de</strong> su cuerpo<br />

y por su plumaje. Hay trece especies, que Gould ha dividido en cuatro<br />

subgrupos. Todas son características <strong>de</strong> este archipiélago, como también lo<br />

es, por otra parte, el grupo entero [...]. El hecho más curioso es la perfecta<br />

40 TEMAS 54


I<br />

Las primicias<br />

<strong>de</strong> una teoría<br />

Tras haber confiado a expertos el material recolectado durante su viaje,<br />

<strong>Darwin</strong> empren<strong>de</strong> en 1837 la redacción <strong>de</strong> sus Cua<strong>de</strong>rnos. Aunque no<br />

son exhaustivos, la expresión "mi teoría" se torna recurrente<br />

1. El ornitólogo John Gould, a quien <strong>Darwin</strong> había<br />

confiado especímenes <strong>de</strong> aves recolectados<br />

durante su viaje, concluyó que diversos grupos<br />

proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> las Galápagos, como los<br />

pinzones, estaban constituidos por especies<br />

distintas si bien estrechamente emparentadas.<br />

Este dibujo <strong>de</strong> Gould, extraído <strong>de</strong> la obra<br />

Zoología <strong>de</strong>l víaje <strong>de</strong>l Beagle, representa el<br />

pinzón <strong>de</strong> cactus común (Geospíza scan<strong>de</strong>ns).<br />

42<br />

<strong>Darwin</strong> llega a Shrewsbury en coche el 4 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong> 1836, en<br />

plena noche. Allí le reciben llenos <strong>de</strong> alegría sus hermanas y su<br />

padre, siente el placer intenso <strong>de</strong> regresar a su hogar. El largo viaje<br />

le ha cambiado. Leemos en su Autobiografía: "Es probable que mi<br />

mente madurara con los trabajos <strong>de</strong>l viaje, a juzgar por un comentario<br />

<strong>de</strong> mi padre, el observador más agudo que jamás he conocido, aunque<br />

escéptico por naturaleza y alejado <strong>de</strong> toda veleidad frenológica; nada más<br />

verme <strong>de</strong> vuelta, se volvió hacia mis hermanas y exclamó: 'Fijaos, la forma<br />

<strong>de</strong> su cabeza ha cambiado'''.<br />

<strong>Darwin</strong> se conce<strong>de</strong> sólo un breve respiro. No tarda en marcharse <strong>de</strong><br />

nuevo. Se <strong>de</strong>svía por Cambridge, para saludar a Henslow, y prosigue hacia<br />

Londres, don<strong>de</strong> conoce a Lyell y Owen. Va ampliando su círculo <strong>de</strong><br />

relaciones y confía las colecciones a clasificadores expertos: Henslow se<br />

encargará <strong>de</strong> las plantas; Leonard Jenyns, <strong>de</strong> los peces; Fre<strong>de</strong>rick William<br />

Hope, <strong>de</strong> los coleópteros; Miles Joseph Berkeley, <strong>de</strong> los hongos; Owen, <strong>de</strong><br />

los fósiles; George Waterhouse, <strong>de</strong> los mamíferos y una parte <strong>de</strong> las aves;<br />

Thomas Bell, <strong>de</strong> los reptiles; William Lonsdale,' <strong>de</strong> los corales; Christian<br />

Gorrfried Ehrenberg, <strong>de</strong> los protozoos ciliados; y John Gould, <strong>de</strong>l resto<br />

<strong>de</strong> las aves.<br />

En febrero <strong>de</strong> 1837, en su discurso presi<strong>de</strong>ncial <strong>de</strong> la Sociedad Geológica,<br />

Lyell utiliza los datos ya disponibles <strong>de</strong> Owen sobre los fósiles<br />

<strong>de</strong> América <strong>de</strong>l Sur. <strong>Darwin</strong>, que se ha convertido en miembro <strong>de</strong> esta<br />

sociedad científica y que ha impartido ya una conferencia sobre geología,<br />

asiste al evento. Lyell interpreta la afinidad entre las especies extinguidas<br />

y las especies vivas, que se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> claramente <strong>de</strong> los trabajos sobre los<br />

fósiles, en términos <strong>de</strong> "sucesión <strong>de</strong> las especies", concepto que esgrime<br />

para reforzar su tesis uniformitarista. El hecho <strong>de</strong> que los fósiles hallados<br />

por <strong>Darwin</strong> sean <strong>de</strong> formas hasta entonces <strong>de</strong>sconocidas y típicas <strong>de</strong><br />

América <strong>de</strong>l Sur <strong>de</strong>muestra que, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace largo tiempo, en cada continente<br />

medran formas perfectamente adaptadas a las condiciones locales,<br />

formas que han conservado su estructura característica. Owen· habla <strong>de</strong><br />

"persistencia <strong>de</strong>l tipo".<br />

Al mes siguiente, <strong>Darwin</strong> recibe las conclusiones <strong>de</strong> Gould. Los diversos<br />

pinzones y sinsontes <strong>de</strong> las Galápagos, aunque <strong>de</strong> estrecho parentesco,<br />

correspon<strong>de</strong>n a especies distintas. Ciertos rasgos, así la forma <strong>de</strong>l pico,<br />

presentan una variación gradual; permiten discriminar las especies en razón<br />

<strong>de</strong> las islas. Resulta evi<strong>de</strong>nte que el aislamiento constituye uno <strong>de</strong> los<br />

factores clave en esta diferenciación, que permite, no obstante, mantener<br />

la semejanza <strong>de</strong> todas esas especies con las <strong>de</strong>l continente.<br />

TEMAS 54


a la estructura, la herencia, herencia <strong>de</strong> la<br />

mente y la ten<strong>de</strong>ncia al cambio. Lamarck<br />

está, sin duda, presente en su pensamiento,<br />

pero <strong>Darwin</strong> precisa: "Los cambios no son<br />

e! resultado <strong>de</strong> la voluntad <strong>de</strong> los animales,<br />

sino <strong>de</strong> una ley <strong>de</strong> adaptación, igual que<br />

para los ácidos y las bases". O incluso: "La<br />

voluntad según Lamarck, absurda. No es<br />

aplicable a las plantas".<br />

<strong>Darwin</strong> subraya la diferencia entre su teoría<br />

y la <strong>de</strong> Lamarck, alejándose irremediablemente<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces <strong>de</strong> las posiciones<br />

creacionistas. Las páginas <strong>de</strong> los Cua<strong>de</strong>rnos<br />

no <strong>de</strong>jan ni un resquicio a la duda: "Evito<br />

<strong>de</strong>cir en qué medida me adhiero al materialismo;<br />

digo sólo que las emociones, los<br />

instintos, la magnitud <strong>de</strong>! talento, que son<br />

hereditarios, lo son porque e! cerebro <strong>de</strong>! niño guarda semejanza con la<br />

línea parental". Asimismo, polemiza <strong>de</strong> forma irónica con los expositores<br />

<strong>de</strong> la teología natural, <strong>de</strong>stacando lo falso para resaltar lo verda<strong>de</strong>ro: ''Aceptamos<br />

que los satélites, los planetas, los soles, los universos, es <strong>de</strong>cir, los<br />

sistemas universales en su totalidad, puedan estar gobernados por leyes;<br />

pero cuando nos referimos al más pequeño <strong>de</strong> los insectos, preten<strong>de</strong>mos<br />

que un acto especial <strong>de</strong> la creación lo haya hecho aparecer súbitamente,<br />

ya dotado <strong>de</strong> sus instintos, <strong>de</strong> su lugar en la naturaleza, <strong>de</strong> su hábitat".<br />

y ataca también e! prejuicio antropocéntrico: "El hecho <strong>de</strong> que las circunstancias<br />

hayan dado a la abeja e! instinto no es menos pertinente que<br />

e! hecho <strong>de</strong> que hayan dado al hombre e! inte!ecw".<br />

<strong>Darwin</strong> había traspasado la lin<strong>de</strong> <strong>de</strong> lo imaginable. En e! plano <strong>de</strong> las<br />

relaciones sociales y políticas, así como en e! <strong>de</strong> la teoría cientÍfica que<br />

elaboraba con gran esfuerzo, la divulgación <strong>de</strong> sus i<strong>de</strong>as habría sido una<br />

temeridad. Por un lado, se enfrentaba al creacionismo. <strong>Darwin</strong> conocía<br />

la intensidad <strong>de</strong> las vindicaciones <strong>de</strong> sus representantes; no resulta sorpren<strong>de</strong>nte<br />

que en los Cua<strong>de</strong>rnos evocara las persecuciones <strong>de</strong> los primeros<br />

astrónomos. El mismo Whewell, en la Historia <strong>de</strong> ¿as ciencias inductivas<br />

(1837), que se había publicado hacía poco, citaba <strong>de</strong> nuevo la "herejía"<br />

heliocéntrica <strong>de</strong> Copérnico, la con<strong>de</strong>na <strong>de</strong> Galileo por la Inquisición y la<br />

ejecución <strong>de</strong> Giordano Bruno en la hoguera. Whewe!1 hablaba con menosprecio<br />

<strong>de</strong> Galileo y <strong>de</strong> Bruno, que tachaba <strong>de</strong> arrogante, mientras que<br />

juzgaba con indulgencia la Inquisición, que había actuado con mo<strong>de</strong>ración<br />

y únicamente bajo e! apremio <strong>de</strong> las circunstancias.<br />

Por otro lado, estaba e1lamarckismo (lo que se tomaba por tal y lo que e!<br />

propio <strong>Darwin</strong>, siguiendo a Lyell, entendía por lamarckismo): voluntarismo,<br />

pulsión interna, <strong>de</strong>seo, progreso. A pesar <strong>de</strong> que dicha teoría perdiera fuerza<br />

en e! plano científico (basta pensar en Grant), los radicales se la habían<br />

apropiado porque se adaptaba a sus i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo autónomo <strong>de</strong> la<br />

naturaleza y <strong>de</strong> progreso. Los radicales eran anticlericales y materialistas;<br />

extremistas, preconizaban reformas sociales profundas. Se oponían a la<br />

aplicación <strong>de</strong>! Poor Law Amendment Bill. Este proyecto <strong>de</strong> enmienda a<br />

la ley <strong>de</strong> los pobres, <strong>de</strong>fendido por los liberales (whigs), eliminaba cualquier<br />

ayuda <strong>de</strong>! Estado a los necesitados y creaba situaciones <strong>de</strong> fuerte competencia<br />

para e! empleo. <strong>Darwin</strong> era un liberal, pertenecía a la clase acomodada<br />

y no tenía intención <strong>de</strong> renunciar a sus privilegios. No podía arriesgarse<br />

a que sus i<strong>de</strong>as sobre la transformación <strong>de</strong> las especies fueran explotadas<br />

con fines políticos. Los radicales eran, por otra parte, antimaltusianos; y<br />

precisamente en esa época <strong>Darwin</strong> acababa <strong>de</strong> hallar en Malthus una clave<br />

<strong>de</strong> interpretación para abordar algunos <strong>de</strong> sus problemas.<br />

DARWIN<br />

5. Este retrato <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>, lyell y Joseph Hooker<br />

(1817-1911) se conserva en la Real Escuela<br />

<strong>de</strong> Cirujanos <strong>de</strong> londres. Hooker, cirujano y<br />

botánico, conoció a <strong>Darwin</strong> en 1839. Examinó<br />

las plantas que <strong>Darwin</strong> había traído <strong>de</strong> la Tierra<br />

<strong>de</strong> Fuego; se convertiría en uno <strong>de</strong> sus amigos.<br />

45


•<br />

la <strong>investigación</strong> sobre e! material acopiado durante e! VIaje <strong>de</strong>! BeagLe,<br />

llegó a la conclusión <strong>de</strong> que cabía interpretar los hechos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la óptica<br />

<strong>de</strong> una modificación gradual <strong>de</strong> las especies. Sin embargo, faltaba compren<strong>de</strong>r<br />

el modo en que los "organismos <strong>de</strong> todo tipo se han adaptado<br />

magníficamente a sus condiciones <strong>de</strong> existencia". Esas adaptaciones perfectas<br />

constituían las premisas <strong>de</strong> la teología natural. Había llegado el momento<br />

<strong>de</strong> explicarlas.<br />

De la selección artificial a la selección natural<br />

Con esta finalidad, "sin una teoría preconcebida, según los auténticos<br />

principios baconianos [...]", <strong>Darwin</strong> reúne e! mayor número posible <strong>de</strong><br />

datos sobre las variaciones morfológicas <strong>de</strong> los animales y las plantas en<br />

la naturaleza y, muy particularmente, las especies domesticadas: palomas,<br />

perros, caballos y otros animales emparentados. Para ello interroga <strong>de</strong> forma<br />

sistemática, mediante cuestionarios impresos y otros medios, a gana<strong>de</strong>ros,<br />

criadores, viveristas y jardineros. La famosa afición <strong>de</strong> los ingleses por los<br />

animales y los jardines había convertido la cría y la jardinería en negocios<br />

florecientes. El propio <strong>Darwin</strong> cría palomas y otras aves para sus estudios.<br />

Reúne informaciones sobre cómo e! ojo experimentado <strong>de</strong>! especialista<br />

i<strong>de</strong>ntifica entre individuos <strong>de</strong> una misma especie variaciones casi imperceptibles<br />

que le permite seleccionarlos, escogiendo los mejor adaptados a<br />

sus propósitos y favoreciendo su reproducción mediante apareamientos<br />

pre<strong>de</strong>terminados.<br />

"Pronto comprendí, explica, que la selección constituía la clave <strong>de</strong>l<br />

éxito en materia <strong>de</strong> producción <strong>de</strong> especies útiles, lo mismo animales<br />

que vegetales". Al principio se interesa por e! mecanismo <strong>de</strong> variación; se<br />

percata luego <strong>de</strong> la analogía entre la selección realizada por los criadores<br />

y la que opera sobre la naturaleza. Sin duda alguna, había i<strong>de</strong>ntificado<br />

ya la semejanza entre esos dos procesos cuando escribió e! último <strong>de</strong> sus<br />

Cua<strong>de</strong>rnos sobre La transmutación, don<strong>de</strong> afirma: "El hecho <strong>de</strong> que las razas<br />

domésticas se obtengan <strong>de</strong> la misma manera que las especies (bien que en<br />

este último caso <strong>de</strong> forma mucho más perfecta e infinitamente más lenta)<br />

constituye una parte <strong>de</strong>stacable <strong>de</strong> mi teoría".<br />

DARWIN<br />

2. A la izquierda, Thomas Malthus (1766-1834).<br />

A la <strong>de</strong>recha, Harriet Martineau (1802-1876),<br />

<strong>de</strong>fensora apasionada <strong>de</strong> Malthus. Erasmus,<br />

hermano <strong>de</strong> Charles <strong>Darwin</strong>, era uno <strong>de</strong> los<br />

allegados <strong>de</strong> la autora.<br />

47


población, en la medida en que afecta al progreso futuro <strong>de</strong> la sociedad, con<br />

comentarios sobre las teorías <strong>de</strong>l Sr. Godwin, el Sr. Condorcet y otros autores. Se<br />

opone así, algunos años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la Revolución Francesa, a los utópicos<br />

y otros filósofos <strong>de</strong>l progreso que sostenían la tesis <strong>de</strong> la perfectibilidad <strong>de</strong>l<br />

hombre y la sociedad, y veían en la Revolución una ocasión para afirmar<br />

las docerinas igualitarias. En ese contexto, Malthus opina que la abolición<br />

<strong>de</strong> todas las leyes <strong>de</strong> subsidio a los pobres sería la "mejor solución para<br />

aumentar la felicidad <strong>de</strong>l pueblo inglés en su conjunto". A pesar <strong>de</strong> sus<br />

buenas intenciones, esas leyes sociales tienen, según Malthus, el efecto<br />

contrario al <strong>de</strong>seado. Subvencionar la miseria provoca un encarecimiento<br />

<strong>de</strong> los alimentos, un aumento <strong>de</strong>l coste <strong>de</strong>l erabajo, un laxismo en las<br />

costumbres y un <strong>de</strong>terioro general <strong>de</strong> las condiciones <strong>de</strong> vida. Esas leyes,<br />

afirma Malthus, "crean los pobres que ellas mismas <strong>de</strong>ben aten<strong>de</strong>r". Por<br />

el contrario, <strong>de</strong>fien<strong>de</strong> que los pobres tienen su <strong>de</strong>stino entre las manos y,<br />

en la medida en que "los mayores estímulos <strong>de</strong>l espíritu parecen ser las<br />

necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l cuerpo", aliviar su sufrimiento mediante la beneficencia<br />

equivale a fomentar su indolencia y sus vicios naturales.<br />

Maltus recomienda, sobre todo para las clases inferiores, el matrimonio<br />

tardío y la abstinencia sexual, sin excluir "prácticas no naturales" como el<br />

aborto y el infanticidio. Hay que reconocer que los remedios <strong>de</strong> Malthus<br />

eran, en su cinismo, más humanos que la solución "simple y poco onerosa"<br />

planteada unos 70 años antes por Jonathan Swift para resolver problemas<br />

análogos en Irlanda. En el panfleto satírico Una mo<strong>de</strong>sta proposición<br />

(1729), Swift propone la venta <strong>de</strong> los niños <strong>de</strong> un año <strong>de</strong> edad "a gente<br />

<strong>de</strong> bien y <strong>de</strong> calidad en todo el reino [...] para una buena mesa. Si se<br />

tienen visitas, <strong>de</strong> un niño saldrán dos fuentes <strong>de</strong> comida; si se cena en<br />

familia, un cuarto, paletilla o pierna, será suficiente, y sazonado con un<br />

poco <strong>de</strong> pimienta o <strong>de</strong> sal tras hervirlo resultará excelente hasta el cuarto<br />

día, sobre todo en invierno".<br />

Las propuestas <strong>de</strong> Malthus se fundan en tesis <strong>de</strong> filósofos y economistas<br />

<strong>de</strong>l siglo XVIII y en estudios más antiguos todavía sobre la expansión<br />

<strong>de</strong>mográfica. El mismo apela a David Hume y a Adam Smith. La i<strong>de</strong>a <strong>de</strong><br />

que las dimensiones <strong>de</strong> la población guardan una estrecha relación con<br />

la producción <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> subsistencia correspon<strong>de</strong> a una verdad<br />

adquirida. La esperanza <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r instaurar un equilibrio natural, como<br />

muchos otros habían pensado, queda <strong>de</strong>sautorizada por las condiciones<br />

<strong>de</strong> miseria creciente que oprimen a las clases inferiores. Basándose en<br />

datos <strong>de</strong>mográficos y estadísticos, Malthus pone <strong>de</strong> relieve la inexorable<br />

y creciente <strong>de</strong>sproporción entre el aumento <strong>de</strong> los recursos alimentarios,<br />

que sigue una progresión aritmética, y el crecimiento incontrolado <strong>de</strong> la<br />

población, <strong>de</strong> progresión geométrica.<br />

Tasas <strong>de</strong> reproducción y medios <strong>de</strong> subsistencia<br />

Ahora bien, "el crecimiento <strong>de</strong> la especie humana no pue<strong>de</strong> mantenerse al<br />

ritmo <strong>de</strong> crecimiento <strong>de</strong> los medios <strong>de</strong> subsistencia más que por la acción<br />

constante <strong>de</strong> la po<strong>de</strong>rosa ley <strong>de</strong> la necesidad". Aunque Malthus se preocupe,<br />

sobre todo, <strong>de</strong> la especie humana, la constatación es trasladable a otras<br />

especies: "En los reinos animal y vegetal, la naturaleza ha distribuido las<br />

semillas <strong>de</strong> la vida con una mano extraordinariamente generosa y liberal.<br />

Pero ha sido parca con el espacio y los alimentos necesarios para hacerlas<br />

crecer. Si hubiera suficientes alimentos y espacio don<strong>de</strong> exten<strong>de</strong>rse, los<br />

gérmenes <strong>de</strong> la vida presentes en un pequeño pedazo <strong>de</strong> tierra ocuparían<br />

millones <strong>de</strong> mundos en cuestión <strong>de</strong> unos millares <strong>de</strong> años. La necesidad,<br />

esa imperiosa ley natural que lo rige todo, los retiene <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> límites<br />

impuestos. [...] Y la raza humana tampoco pue<strong>de</strong> eludirla, cualesquiera<br />

que sean sus esfuerzos". La cuestión se plantea en términos más simples<br />

para plantas y animales, entre los que "los sujetos sobrantes son eliminados<br />

4. David Hume (1711-1776), uno <strong>de</strong> los filósofos<br />

británicos sobre el que se basó Malthus.<br />

DARWIN 49


5. El filósofo inglés Francis Bacon (1561-1626).<br />

Con la intención <strong>de</strong> romper con la tradición<br />

aristotélica y escolástica, propuso una nueva<br />

clasificación <strong>de</strong> las ciencias, fundada sobre la<br />

distinción <strong>de</strong> las faculta<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l alma (memoria,<br />

imaginación y razón). A<strong>de</strong>más, re<strong>de</strong>finió el<br />

conocimiento científico como la <strong>investigación</strong><br />

<strong>de</strong> las causas naturales <strong>de</strong> los hechos y la<br />

<strong>de</strong>terminación <strong>de</strong> su esencia. <strong>Darwin</strong> insistió en<br />

diversas ocasiones sobre la conformidad <strong>de</strong> sus<br />

trabajos con los principios baconianos.<br />

50<br />

por la falta <strong>de</strong> espacio y <strong>de</strong> alimento, o, en el caso <strong>de</strong> los animales, por<br />

los ataques <strong>de</strong> los <strong>de</strong>predadores". En cambio, en lo que atañe a la especie<br />

humana, don<strong>de</strong> el instinto <strong>de</strong> propagación no es menos intenso, es la<br />

razón la que <strong>de</strong>be frenar el impulso.<br />

En la sociedad y en la naturaleza, la necesidad <strong>de</strong> contener la procreación<br />

excesiva <strong>de</strong> la especie en relación con los recursos existentes se concretaría<br />

así en una competencia inevitable. Sin embargo, ese <strong>de</strong>stino sombrío <strong>de</strong><br />

lucha y sufrimiento entraba a formar parte, según Malthus, <strong>de</strong> un <strong>de</strong>signio<br />

provi<strong>de</strong>ncial:<br />

Para que los estímulos <strong>de</strong> este tipo fueran más constantes y para empujar<br />

al hombre a servir los <strong>de</strong>signios benevolentes <strong>de</strong> la Provi<strong>de</strong>ncia [...], se ha<br />

prescrito que la población creciera con mayor celeridad que las subsistencias.<br />

Esta ley general [...] engendra indiscutiblemente muchos males parciales,<br />

pero una pequeña reflexión nos convencerá sin duda <strong>de</strong> que éstos se ven<br />

en gran medida compensados por los beneficios que produce. Los fuertes<br />

estímulos parecen necesarios para suscitar el esfuerzo; y, para dirigir este<br />

esfuerzo y formar la facultad <strong>de</strong> razonamiento, parece absolutamente<br />

necesario que el Ser supremo actúe siempre conforme a leyes generales. La<br />

permanencia <strong>de</strong> las leyes <strong>de</strong> la naturaleza, o nuestra certidumbre <strong>de</strong> que<br />

las mismas causas producen los mismos efectos, constituye el fundamento<br />

<strong>de</strong> la facultad <strong>de</strong> razonar [...]. Si Dios modificara su <strong>de</strong>signio con frecuencia<br />

[...], se produciría probablemente una torpeza general y fatal <strong>de</strong><br />

todas las faculta<strong>de</strong>s humanas; incluso las necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l cuerpo cesarían<br />

<strong>de</strong> incitar a los hombres a realizar un esfuerzo, sin que pudieran esperar<br />

razonablemente que sus esfuerzos, bien orientados, fueran coronados por<br />

éxitos [...]. Es a esta permanencia a la que <strong>de</strong>bemos los más gran<strong>de</strong>s y<br />

nobles esfuerzos <strong>de</strong>l espíritu. Es a esta permanencia a la que <strong>de</strong>bemos el<br />

pensamiento inmortal <strong>de</strong> un Newton.<br />

La argumentación <strong>de</strong> Malthus se inscribe en la teología natural. También<br />

para él, un proyecto divino gobierna los <strong>de</strong>stinos <strong>de</strong>l mundo, a través <strong>de</strong><br />

leyes naturales e inmutables. Una <strong>de</strong> esas leyes es la "lucha por la existencia",<br />

expresión presente ya en Lyell y en otros autores, y que él utiliza sin un<br />

énfasis particular. Aquí esa ley adquiere fuerza porque <strong>de</strong> ella se <strong>de</strong>ducen<br />

algunos cálculos. En ella se basa y se justifica el mo<strong>de</strong>lo económico <strong>de</strong> no<br />

intervencionismo, perfectamente adaptado a los intereses <strong>de</strong>l capitalismo<br />

incipiente <strong>de</strong> la revolución industrial. De la economía a la "economía <strong>de</strong><br />

la naturaleza' no hay más que un paso. La analogía es coherente y eficaz;<br />

<strong>de</strong> hecho, se halla difundida en las obras <strong>de</strong> los naturalistas. El propio<br />

<strong>Darwin</strong> la coge al vuelo.<br />

La biología al servicio <strong>de</strong> las ciencias sociales... y viceversa<br />

El <strong>de</strong>bate se centra en la aplicación, a las ciencias sociales y a la economía,<br />

<strong>de</strong> las ciencias biológicas (en especial <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> y <strong>de</strong><br />

la teoría <strong>de</strong> la selección natural). La discusión es compleja. Las ciencias<br />

sociales han utilizado la biología para explicar el funcionamiento <strong>de</strong> la<br />

sociedad y, a la inversa, la biología ha interpretado la naturaleza mediante<br />

mo<strong>de</strong>los sociales. El mismo Malthus había encontrado en la naturaleza<br />

la legitimación <strong>de</strong> sus tesis. De forma recíproca, la teoría <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>,<br />

(re)aplicada al dominio social, daría luz al "darwinismo social".<br />

La dimensión i<strong>de</strong>ológica <strong>de</strong>l <strong>de</strong>bate resulta evi<strong>de</strong>nte. Si el discurso <strong>de</strong><br />

Malthus intenta justificar, en el plano científico y en tanto que ley <strong>de</strong> la<br />

naturaleza, el statu quo social y <strong>de</strong>terminado mo<strong>de</strong>lo económico, la teoría<br />

darwinista proyecta sobre la naturaleza las estructuras y los conflictos <strong>de</strong><br />

la sociedad victoriana. En el paso <strong>de</strong> un contexto a otro, las traslaciones<br />

y las metáforas entrañan en su fundamento (en ocasiones <strong>de</strong> manera<br />

TEMAS 54


Vida privada<br />

El matrimonio en 1839, los hijos, la enfermedad, los problemas<br />

personales y las reflexiones teóricas agravan el conflicto interior<br />

que sufre <strong>Darwin</strong> sobre la religión. Se volverá agnóstico<br />

CASARSE<br />

Hijos (si Dios lo quiere) - una constante compañera<br />

(y amiga en la vejez) que se interesará<br />

por uno - objeto para ser amado y con el que<br />

entretenerse, - mejor que un perro en cualquier<br />

caso. - un hogar y alguien que se cui<strong>de</strong> <strong>de</strong><br />

él- los placeres <strong>de</strong> la música y <strong>de</strong>l cotorreo<br />

femenino. - Estas cosas son buenas para la<br />

salud. - Obligación <strong>de</strong> visitar y recibir a los<br />

familiares [tachado], pero una terrible pérdida<br />

<strong>de</strong> tiempo.<br />

Dios mío, es insoportable pensar en pasarse<br />

toda la vida como una abeja obrera, trabajando,<br />

trabajando, y sin hacer nada más.<br />

No, no, eso no pue<strong>de</strong> ser. -Imagínate pasándote<br />

el día entero solo en la ennegrecida y sucia casa<br />

<strong>de</strong> Londres. - Hazte sólo la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> una esposa<br />

buena y cariñosa sentada en un sofá, con un buen<br />

fuego, y <strong>libros</strong>, y quizá música - Compara esta<br />

visión con la dura realidad <strong>de</strong> Great Marlborough<br />

Sto Cásate, cásate, cásate. Q. E. D.<br />

NO CASARSE<br />

Sin hijos (sin una segunda vida), nadie que<br />

se ocupe <strong>de</strong> ti en la vejez. - ¿De qué sirve<br />

trabajar sin la simpatía <strong>de</strong> amigos próxímos y<br />

queridos? ¿Quiénes son los amigos próximos y<br />

queridos <strong>de</strong> los ancianos, sino su propia familia?<br />

Libertad para ir don<strong>de</strong> uno quiera - escoger<br />

Sociedad yfi"ecuentarla poco. - Conversación<br />

con hombres inteligentes en los clubes.<br />

No estar obligado a visitar a los parientes, ni<br />

ce<strong>de</strong>r a cada fruslería - los gastos y angustia<br />

por los hijos - las posibles peleas.<br />

Pérdida <strong>de</strong> tiempo, - no po<strong>de</strong>r leer por las<br />

noches - gordura y ociosidad - ansiedad y responsabilidad<br />

- menos dinero para <strong>libros</strong> y - Si<br />

muchos hijos, obligado a ganarse el pan - (Pero<br />

es muy malo para la salud trabajar <strong>de</strong>masiado).<br />

Quizás a mi mujer no le guste Londres; entonces<br />

la sentencia es el <strong>de</strong>stierro y la <strong>de</strong>gradación<br />

a una idiotez indolente y ociosa.<br />

<strong>Darwin</strong> no siguió las recomendaciones <strong>de</strong> continencia <strong>de</strong> Malthus.<br />

Muy al contrario, hizo caso al consejo <strong>de</strong> su padre <strong>de</strong> casarse<br />

rápidamente si quería tener hijos, ya que se acercaba a los treinta<br />

años. En noviembre <strong>de</strong> 1838, <strong>Darwin</strong> pi<strong>de</strong> en matrimonio a<br />

su prima Emma Wedgwood. Venía pensando en ello <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía algún<br />

tiempo, a la vez que le inquietaba su propia salud. Esos síntomas, que ya<br />

hemos mencionado y que lo acompañaron a lo largo <strong>de</strong> su vida, se manifestaban<br />

con frecuencia creciente. Su ritmo <strong>de</strong> trabajo es <strong>de</strong>senfrenado:<br />

lee continuamente, escribe memorias y anotaciones, su espíritu está en<br />

ebullición. Las i<strong>de</strong>as que va <strong>de</strong>sarrollando se le van convirtiendo paulatinamente<br />

en motivo <strong>de</strong> angustia. Encontrar una persona que se ocupe<br />

<strong>de</strong> él en e! futuro parecía una i<strong>de</strong>a razonable. Llegó a esa resolución tras<br />

un examen minucioso <strong>de</strong> la cuestión. Por increíble que parezca, nos <strong>de</strong>jó<br />

unas notas que dan fe <strong>de</strong> ello. Examinó las ventajas y los inconvenientes<br />

<strong>de</strong>! matrimonio, con una falta total <strong>de</strong> romanticismo. En e! dorso <strong>de</strong> la<br />

misma hoja concluye:<br />

Habiéndose <strong>de</strong>mostrado la necesidad <strong>de</strong>l matrimonio - ¿Cuándo? Más<br />

tar<strong>de</strong> o más temprano. El Gobernador dice que más temprano, ya que<br />

<strong>de</strong> lo contrario, mal asunto si se tienen hijos [...] Pero si me casara<br />

mañana: habría una infinidad <strong>de</strong> problemas y <strong>de</strong> gastos para adquirir y<br />

amueblar una casa; luchar para evitar la Sociedad -visitas matinales<br />

52 TEMAS 54


.<br />

-situaciones incómodas -pérdida <strong>de</strong> tiempo cada día. (A menos que<br />

la esposa sea un ángel y logre que uno no <strong>de</strong>je <strong>de</strong> ser laborioso.) ¿Cómo<br />

podría ahora ocuparme <strong>de</strong> mis asuntos si estuviera obligado a salir todos los<br />

días a pasear con mi mujer? ¡Ay! No podría apren<strong>de</strong>r francés, ni conocer<br />

el Continente, ni América, no podría subir en globo, no podría viajar<br />

solo a Gales -pobre esclavo - estarías peor que un negro - y a<strong>de</strong>más<br />

la horrenda pobreza (a menos que la esposa sea mejor que un ángel y<br />

tenga dinero). -Animo - No se pue<strong>de</strong> vivir esta vida solitaria, con<br />

una vejez renqueante, sin amistad, ni calor, ni hijos, ni quien te mire a<br />

la cara, ya con arrugas. -No importa, confíate a la suerte -mantente<br />

bien atento - Hay muchos esclavos jelices.<br />

<strong>Darwin</strong> no tiene nada <strong>de</strong> apasionado, por lo menos en esta facera... Sin<br />

embargo, una vez tomada la difícil <strong>de</strong>cisión <strong>de</strong> casarse y <strong>de</strong> participar en<br />

la reproducción <strong>de</strong> la especie, su elección le lleva resueltamente a Emma.<br />

Es rica, sabe francés, italiano y alemán, le gusta el <strong>de</strong>porte, sobresale en<br />

el tiro al arco, toca el piano (ha sido alumna <strong>de</strong> Chopin) y, muy probablemente,<br />

será un "ángel".<br />

<strong>Darwin</strong> acu<strong>de</strong> en diversas ocasiones a Maer, a la resi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> los<br />

Wedgwood. En el transcurso <strong>de</strong> una <strong>de</strong> esas visitas, durante un paseo, le<br />

llaman la atención unas lombrices que, mediante su acción lenta y casi<br />

imperceptible, han removido una buena extensión <strong>de</strong> tierra. La casualidad<br />

quiere que durante el paseo no estuviera acompañado <strong>de</strong> Emma; luego<br />

no estaba distraído. Sea como fuere, poco <strong>de</strong>spués presentará una breve<br />

exposición sobre el tema ante la Geological Society, y regresará sobre esta<br />

cuestión repetidas veces a lo largo <strong>de</strong> su vida. En octubre <strong>de</strong> 1881, algunos<br />

meses antes <strong>de</strong> su muerte, su último libro, 7he Formation o/ Vegetable<br />

Mould, through the Action o/Worms, with Observations o/their Habits ["La<br />

formación <strong>de</strong>l humus por la acción <strong>de</strong> las lombrices, con observaciones<br />

sobre sus hábitos"], tratará precisamente sobre las transformaciones increíbles<br />

<strong>de</strong>l suelo <strong>de</strong> que son capaces estas minúsculas criaturas mediante sus<br />

funciones digestivas. La obra tuvo un éxito indiscutible: en pocos meses<br />

se vendieron 3500 ejemplares.<br />

El 11 <strong>de</strong> noviembre <strong>de</strong> 1838 (el "gran día", day o/ days, escribe en su<br />

diario privado), se <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> a pedir la mano <strong>de</strong> Emma. Ella acepta y se casan<br />

el 29 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1839. En su diario escribe: "Me caso en Maer a la edad<br />

<strong>de</strong> treinta años; vuelvo a Londres." Eso es todo. La anotación siguiente data<br />

<strong>de</strong>l 5 <strong>de</strong> febrero: "He empezado con el alemán". Y el 7 <strong>de</strong> febrero: "He<br />

reemprendido la monografía sobre los bancos <strong>de</strong> cora!...". Esas anotaciones<br />

1. Down House (arriba, a la izquierda), don<strong>de</strong><br />

vivió <strong>Darwin</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> septiembre <strong>de</strong> 1842. Esta<br />

casa se encuentra en el pueblo <strong>de</strong> Downe, unos<br />

25 kilómetros al sur <strong>de</strong> Londres. Emma <strong>Darwin</strong><br />

(arriba) es la esposa <strong>de</strong> Charles. Este retrato<br />

<strong>de</strong> George Richmond se conserva en Down<br />

House. Aliado, las páginas <strong>de</strong>l diario don<strong>de</strong><br />

<strong>Darwin</strong> sopesa las ventajas e inconvenientes<br />

<strong>de</strong>l matrimonio.<br />

DARWIN 53


2. <strong>Darwin</strong>, con su primogénito, William.<br />

Poco <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> su nacimiento, <strong>Darwin</strong><br />

realizó observaciones sistemáticas sobre el<br />

aprendizaje y el comportamiento <strong>de</strong>l niño.<br />

son siempre lapidarias. Consigna esencialmente sus <strong>de</strong>splazamientos, las<br />

fechas <strong>de</strong> inicio y fin <strong>de</strong> sus trabajos y, con un <strong>de</strong>talle notable, la aparición<br />

<strong>de</strong> sus trastornos, así como Otros acontecimientos <strong>de</strong> importancia especial.<br />

El 27 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong>! mismo año, escribe: "Nacimiento <strong>de</strong> un hijo a las<br />

9 h 30." Se trata <strong>de</strong> William Erasmus (1839-1914). Alquilan una nueva<br />

casa en Londres, don<strong>de</strong> residirán hasta septiembre <strong>de</strong> 1842.<br />

El nacimiento <strong>de</strong> su primogénito,<br />

"excelente oportunidad para una observación minuciosa"<br />

Este nacimiento representa una nueva posibilidad <strong>de</strong> estudio, una "exce!ente<br />

oportunidad para una observación minuciosa". Des<strong>de</strong> los primeros días <strong>de</strong><br />

vida <strong>de</strong> su hijo, <strong>Darwin</strong> inicia una observación continua y sistemática <strong>de</strong> los<br />

comportamientos <strong>de</strong>! niño, que consigna escrupulosamente en sus notas.<br />

Siempre que pue<strong>de</strong>, establece analogías con e! comportamiento animal.<br />

Realiza pequeños experimentos, hace, por ejemplo, pequeños ruidos para<br />

<strong>de</strong>terminar a partir <strong>de</strong> qué edad e! niño i<strong>de</strong>ntifica la proce<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> los<br />

sonidos o <strong>de</strong>splaza rápidamente objetos cerca <strong>de</strong> su rostro para evaluar e!<br />

carácter reflejo <strong>de</strong> sus reacciones, in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> la experiencia. Estudia<br />

e! <strong>de</strong>sarrollo progresivo <strong>de</strong> la coordinación motora y <strong>de</strong> la facultad<br />

<strong>de</strong> manipulación <strong>de</strong> objetos. Se concentra muy especialmente en la aparición<br />

<strong>de</strong> las emociones y <strong>de</strong> las expresiones asociadas (ira y miedo, en<br />

particular); señala que e! niño reconoce pronto las expresiones faciales <strong>de</strong><br />

los <strong>de</strong>más. <strong>Darwin</strong> se interesa, sobre todo, en las expresiones, más que<br />

en las emociones como tales, y en su contenido subjetivo peculiar; a tal<br />

fin, aplica lo que se ha consi<strong>de</strong>rado una "táctica <strong>de</strong> la clasificación" <strong>de</strong><br />

los aspectos objetivos y observables <strong>de</strong> la expresión, muy diferente <strong>de</strong> los<br />

numerosos pasajes introspectivos, basados en e! autoanálisis, presentes en<br />

sus Cua<strong>de</strong>rnos anteriores.<br />

Asimismo, estudia e! problema <strong>de</strong> las asociaciones <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as y las primeras<br />

manifestaciones <strong>de</strong> la comunicación y <strong>de</strong>! lenguaje articulado. Compara<br />

e! comportamiento <strong>de</strong>! niño con el <strong>de</strong> los<br />

simios, a partir <strong>de</strong> diversas experiencias,<br />

como la observación <strong>de</strong> su propia imagen<br />

reflejada en un espejo. Un verda<strong>de</strong>ro método<br />

<strong>de</strong> observación, que preten<strong>de</strong> <strong>de</strong>mostrar la<br />

continuidad entre las funciones psíquicas<br />

animales y humanas y su origen natural común,<br />

va tomando forma; este aspecto había<br />

constituido ya uno <strong>de</strong> los principales centros<br />

<strong>de</strong> su reflexión en los Cua<strong>de</strong>rnos. Sus notas<br />

no se publicarán hasta 1877, en la revista<br />

Mind -don<strong>de</strong> habían salido varios artículos<br />

sobre e! origen natural <strong>de</strong>l lenguaje-, en<br />

parte por e! estímulo <strong>de</strong> la salida a la luz<br />

en 1871, y la reimpresión en 1874, <strong>de</strong> The<br />

Descent o/Man (La ascen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l hombre),<br />

don<strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> expresa sus opiniones sobre<br />

e! ser humano. En 1877, esas notas constituían,<br />

con su enfoque original, un trabajo<br />

innovador y sorpren<strong>de</strong>nte en e! dominio<br />

<strong>de</strong> la psicología infantil, sobre todo si se<br />

tiene en cuenta que fueron escritas 37 años<br />

antes; en la bibliografía anterior, este tipo<br />

<strong>de</strong> trabajos era rarísimo.<br />

Después <strong>de</strong> Doddy, apodo afectuoso <strong>de</strong><br />

William, nacieron otros nueve hijos: Annie<br />

en 1841; Mary al año siguiente (tan sólo<br />

54 TEMAS 54


Charles <strong>Darwin</strong> (]) Emma Wedgwood<br />

1809-1882 1808-1896<br />

1839<br />

William Annie Mary Henrietta Georges Elizabeth Francis Leonard Horace Charles<br />

Eleanor Waring<br />

1839-1914 1841-1851 1842 1843-1930 1845-1925 1847-1926 1848-1925 1850-1943 1851-1928 1856-1858<br />

fallecida<br />

a las tres semanas<br />

___sobreviviría tres semanas), Henrietta en 1843, George en 1845, Bessy en<br />

1847, Francis en 1848, Leonard en 1850, Horace en 1851 y, finalmente,<br />

en 1856, Charles Waring; este último probablemente renia trisomÍa y<br />

falleció a los 18 meses como consecuencia <strong>de</strong> una epi<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> escarlatina<br />

que también afectó a algunos <strong>de</strong> sus hermanos y hermanas.<br />

El dolor <strong>de</strong>l <strong>de</strong>ceso <strong>de</strong> su segunda hija, a la edad <strong>de</strong> diez años<br />

A pesar <strong>de</strong> que rrabajase ranto, parece que <strong>Darwin</strong> fue un padre afectuoso,<br />

que jugaba con sus hijos, presraba atención a su salud y se preocupaba<br />

por si habían heredado <strong>de</strong> él esa enfermedad jamás diagnosticada que le<br />

atormenraba. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> los dos hijos fallecidos muy pequeños -en aquella<br />

época la mortalidad infantil era muy elevada-, conoció el inmenso dolor<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong>ceso <strong>de</strong> su segunda hija, Annie, a la edad <strong>de</strong> diez anos. La nina cayó<br />

enferma y su estado se <strong>de</strong>terioró progresivamente. <strong>Darwin</strong>, tras comprobar<br />

el fracaso <strong>de</strong> todo tipo <strong>de</strong> inrervenciones, <strong>de</strong>cidió someterla a un tipo <strong>de</strong><br />

hidroterapia practicada por el doctor Gully, terapeuta renombrado en la<br />

época. El mismo recurría a ella <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía algún tiempo -como última<br />

esperanza <strong>de</strong>l mal que le afligía-, a pesar <strong>de</strong> que anteriormenre habia consi<strong>de</strong>rado<br />

a ese médico un charlatán. El tratamiento hidroterápico consistía<br />

en una cura mediante duchas frías, friegas, compresas y abluciones diversas,<br />

siempre con agua fría, combinadas con un régimen riguroso y paseos; todo<br />

esto se basaba en el principio <strong>de</strong> que las enfermeda<strong>de</strong>s crónicas estaban<br />

causadas por un flujo <strong>de</strong> sangre insuficienre hacia los órganos internos.<br />

Una mezcla <strong>de</strong> homeopatía, mesmerismo y quiromancia estuvo muy <strong>de</strong><br />

moda enrre las clases acomodadas, afligidas por una especie <strong>de</strong> "enfermedad<br />

victoriana" que se caracterizaba por un abanico más o menos diverso <strong>de</strong><br />

trastornos psicofisicos. El doctor Gully tenia numerosos pacienres ilustres:<br />

Charles Dickens y su esposa, Thomas Carlyle y su esposa, George Eliot,<br />

Alfred Tennyson, Herbert Spencer y muchos otros.<br />

<strong>Darwin</strong> sacó cierto provecho <strong>de</strong> la terapia, pero no se pudo hacer nada<br />

para salvar a la pequena Annie. Más a<strong>de</strong>lante, <strong>de</strong>cepcionado por las graves<br />

recaídas, él mismo abandonará ese tipo <strong>de</strong> cura. La muerte <strong>de</strong> la hija hizo<br />

resurgir en él una cuestión no resuelra en la relación con su mujer: la actitud<br />

con respecto a la religión. Emma, profundamenre creyenre, encontraba<br />

consuelo en la fe. Por el contrario, <strong>Darwin</strong> se había ido alejando progresiva<br />

e inexorablemenre <strong>de</strong> la misma, ya anres <strong>de</strong> casarse; pero el respeto por<br />

los sentimientos <strong>de</strong> su esposa y la angustia <strong>de</strong> ésta por las elecciones <strong>de</strong><br />

su marido no <strong>de</strong>jaban <strong>de</strong> preocuparle.<br />

Una lenta evolución en sus convicciones,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el "teísmo" hasta el "agnosticismo"<br />

En su Autobiografía, <strong>Darwin</strong> relata: "De este modo, la incredulidad me<br />

invadió muy lenramente, y finalmente se hizo total". Va adoptando una<br />

3. <strong>Darwin</strong> tuvo diez hijos, dos <strong>de</strong> los cuales<br />

(Mary y Charles Waring) murieron muy<br />

pequeños.<br />

4. Annie, la segunda hija <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>, a la edad<br />

<strong>de</strong> ocho años. Falleció <strong>de</strong> enfermedad dos<br />

años más tar<strong>de</strong>, en 1851. Este acontecimiento<br />

doloroso influyó en la evolución personal <strong>de</strong><br />

<strong>Darwin</strong> hacia el agnosticismo.<br />

DARWIN 55


5. <strong>Darwin</strong>, hacia la cincuentena, por la época en<br />

que apareció El origen <strong>de</strong> las especies (1859).<br />

"actitud escéptica y racionalista". La extrema dificultad, o incluso la imposibilidad,<br />

<strong>de</strong> concebir el universo y el mismo hombre "como el resultado<br />

<strong>de</strong> una necesidad o <strong>de</strong> un azar ciegos" conducen a la creencia en una<br />

"Causa Primera con un espíritu inteligente, análogo, en cierta medida,<br />

al <strong>de</strong>l hombre".<br />

Surge entonces La duda: ¿es <strong>de</strong> fiar eL espíritu <strong>de</strong>L hombre que, estoy<br />

convencido, se ha <strong>de</strong>sarroLLado a partir <strong>de</strong> un espíritu tan bajo como eL<br />

<strong>de</strong>L animaL más bajo, cuando extrae conclusiones tan grandiosas? ¿No<br />

serán éstas eL resultado <strong>de</strong> La conexión entre causa y efecto que se nos<br />

impone como si fuese necesaria, pero que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> probabLemente <strong>de</strong> una<br />

experiencia heredada? Tampoco <strong>de</strong>bemos pasar por alto La probabiLidad<br />

<strong>de</strong> que eL constante inculcar La creencia en Dios en eL espíritu <strong>de</strong> Los<br />

niños produzca un efecto tan po<strong>de</strong>roso, y quizá hereditario, sobre sus<br />

cerebros no <strong>de</strong>sarroLLados por compLeto, que Les resulte tan difíciL rechazar<br />

su creencia en Dios como a un mono abandonar su odio y miedo<br />

instintivo hacia La serpiente. No puedo preten<strong>de</strong>r arrojar La mínima Luz<br />

sobre probLemas tan oscuros. EL misterio <strong>de</strong>L principio <strong>de</strong> todas Las cosas<br />

es irresoLubLe para nosotros; es por eLLo por Lo que <strong>de</strong>bo contentarme con<br />

permanecer agnóstico.<br />

nomas Huxley forjó el término "agnosticismo" para <strong>de</strong>signar el distanciamiento<br />

respecto a todo tipo <strong>de</strong> "gnosis", es <strong>de</strong>cir, el conocimiento<br />

<strong>de</strong> los misterios religiosos. En Agnosticism, un ensayo escrito en 1889,<br />

Huxley confiesa<br />

Cuando alcancé La madurez inteLectuaL y empecé a preguntarme si era<br />

ateo, teísta o panteísta, materiaLista o i<strong>de</strong>aLista, cristiano o Librepensador,<br />

me di cuenta <strong>de</strong> que cuanto más aprendía y reflexionaba, menos fáciL era<br />

La respuesta, hasta que terminé por LLegar a La conclusión <strong>de</strong> que ninguna<br />

<strong>de</strong> esas <strong>de</strong>nominaciones me convenía, ni siquiera parciaLmente, excepto<br />

La última. La única cosa sobre La que se ponía <strong>de</strong> acuerdo La mayor<br />

parte <strong>de</strong> esta buena gente era precisamente sobre La que yo difería. ELLos<br />

estaban compLetamente seguros <strong>de</strong> haber alcanzado una cierta "gnosis'';<br />

con más o menos éxito habían resuelto eL problema <strong>de</strong> La existencia. En<br />

cambio, yo estaba compLetamente seguro <strong>de</strong> que no Lo había resuelto, y<br />

poseía una convicción bastante firme <strong>de</strong> que eL probLema era irresoLubLe.<br />

y, con Hume y Kant <strong>de</strong> mi Lado, no podía consi<strong>de</strong>rarme presuntuoso por<br />

mantenerme en esta opinión.<br />

Para <strong>Darwin</strong>, la aceptación <strong>de</strong> la etiqueta <strong>de</strong> agnóstico fue el resultado <strong>de</strong><br />

un largo trayecto interior, sobre todo teórico. Más allá <strong>de</strong> sus relaciones con<br />

Emma, el problema <strong>de</strong> la religión afectaba <strong>de</strong> manera inmediata y explícita<br />

a sus i<strong>de</strong>as sobre la existencia <strong>de</strong> leyes naturales, sobre su uniformidad y,<br />

por consiguiente, sobre su aplicación necesaria a todos los aspectos <strong>de</strong> la<br />

naturaleza, incluido el hombre. Es él quien consi<strong>de</strong>ra apropiado <strong>de</strong>nominar<br />

"teístas" las convicciones que él posee en la época <strong>de</strong> EL origen <strong>de</strong> Las<br />

especies. Estas convicciones cambiarán, hasta convertirse al agnosticismo,<br />

compromiso elegante que sirve para superar el conflicto entre la ciencia y<br />

la fe, intensamente sentido en la cultura y la sociedad victorianas.<br />

En este sentido, algunos comentaristas juzgan que el conflicto fue menos<br />

dramático <strong>de</strong> como se suele pintarlo, bien gracias a la especie <strong>de</strong> continuidad<br />

que había entre el pensamiento naturalista y esa teología natural<br />

que, a través <strong>de</strong> la "ley natural", celebraba la gran<strong>de</strong>za <strong>de</strong>l Creador, bien<br />

gracias a que en la mo<strong>de</strong>rada postura <strong>de</strong> los agnósticos se podía observar<br />

cierta religiosidad intrínseca que, pese a su arriscada <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> la ciencia,<br />

les llevaba a evitar una confrontación directa con la religión.<br />

56 TEMAS 54


2. El grupo <strong>de</strong> cirrípedos cuenta con unas 900<br />

especies, <strong>de</strong> las que forman parte percebes,<br />

anatifas y bálanos.<br />

58<br />

economía <strong>de</strong> la naturaleza. Ello exige una profunda reflexi6n; estudiar a<br />

Malthus y calcular las tasas <strong>de</strong> crecimiento...<br />

Las i<strong>de</strong>as anotadas anteriormente <strong>de</strong> manera fragmentaria se estructuran<br />

en este primer borrador <strong>de</strong> El origen <strong>de</strong> las especies en un verda<strong>de</strong>ro esquema<br />

expositivo. <strong>Darwin</strong> ya tiene en cuenta las posibles objeciones contra<br />

la teoría <strong>de</strong> la selección natural: "Se podría objetar que unos órganos tan<br />

perfectos como el ojo y la oreja no habrían podido constituirse nunca". E<br />

insiste sobre la gradación <strong>de</strong> la aparición <strong>de</strong> las diversas estructuras: "Pretendo<br />

simplemente <strong>de</strong>mostrar que la proposición [una aparición gradual<br />

<strong>de</strong> las diversas estructuras] no es tan monstruosa como parece a primera<br />

vista, y que si se pue<strong>de</strong>n alegar buenas razones para pensar que las especies<br />

<strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> progenitores comunes, la dificultad <strong>de</strong> imaginar formas <strong>de</strong><br />

estructura intermedia no basta para rechazar <strong>de</strong> entrada la teoría". En<br />

otro párrafo aborda las capacida<strong>de</strong>s mentales <strong>de</strong> los animales salvajes o<br />

domésticos, afirmando <strong>de</strong> nuevo que no quiere preocuparse <strong>de</strong>l origen <strong>de</strong><br />

la memoria, <strong>de</strong> la atención y <strong>de</strong> las diversas faculta<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l espíritu, "sino<br />

únicamente <strong>de</strong> sus diferencias en cada una <strong>de</strong> las gran<strong>de</strong>s divisiones <strong>de</strong><br />

la naturaleza".<br />

"Las formas específicas no son inmutables"<br />

En una segunda parte, "Sobre las pruebas geológicas", <strong>Darwin</strong> trata <strong>de</strong> los<br />

fósíles. "Si se reunieran todas las formas que han existido en algunas gran<strong>de</strong>s<br />

divisiones, se encontraría, con una buena aproximación, una gradación<br />

continua". Apunta que las opiniones <strong>de</strong> ciertos geólogos, especialmente <strong>de</strong><br />

Lyell, podrían representar un obstáculo para su teoría. Pero "si la geología<br />

no hace más que presentarnos, al ir arrancando grupos <strong>de</strong> hojas, ciertas<br />

páginas <strong>de</strong> los últimos capítulos <strong>de</strong> una historia, y cada página tan sólo<br />

ilustra una pequeña parte <strong>de</strong> los organismos <strong>de</strong> esa época, los hechos<br />

concuerdan perfectamente con mi teoría".<br />

También aborda la distribución geográfica <strong>de</strong> las especies, y utíliza<br />

entre otros los datos <strong>de</strong> las Galápagos. Afronta el gran problema <strong>de</strong> la<br />

clasificación y <strong>de</strong>l carácter arbitrario <strong>de</strong> los criterios adoptados para reagrupar<br />

los organismos. "La clasificación que todo el mundo consi<strong>de</strong>ra<br />

más correcta se <strong>de</strong>nomina Sistema Natural, pero nadie pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>finirlo<br />

[el diferente grado <strong>de</strong> afinidad entre los animales, con su correspondiente<br />

división en géneros, familias, ór<strong>de</strong>nes, etc.] [... J; si se [o utilizase con toda<br />

seriedad, el Sistema Natural <strong>de</strong>bería ser genealógico." <strong>Darwin</strong> examina<br />

ciertas semejanzas entre las estructuras <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s grupos <strong>de</strong> animales:<br />

"Por ejemplo, observamos el [ala <strong>de</strong>l] murciélago, [la pata <strong>de</strong>] el caballo,<br />

la aleta <strong>de</strong>l <strong>de</strong>lfín, la mano, todos ellos construidos según la misma estructura<br />

[...], notamos que hay un profundo nexo <strong>de</strong> unión entre ellos,<br />

e ilustrarlo es el fundamento y el objeto <strong>de</strong> lo que se <strong>de</strong>nomina Sistema<br />

Natural; y [ese nexo] es el fundamento <strong>de</strong> la distinción entre caracteres<br />

verda<strong>de</strong>ros y adaptativos. Ahora bien, este hecho extraordinario, que la<br />

mano, la pata, el ala y la aleta sean la misma cosa, lo explica <strong>de</strong> inmediato<br />

el principio <strong>de</strong> [la existencia <strong>de</strong>] formas-padre [...]". <strong>Darwin</strong> analiza la<br />

interpretación posible <strong>de</strong> los órganos llamados abortados, órganos que<br />

resultan inútiles, que habrían podido llegar a serlo "durante la sucesión<br />

<strong>de</strong> un número infinito <strong>de</strong> modificaciones". Menciona a Lamarck, para<br />

reafirmar que no existe "una ten<strong>de</strong>ncia hacia la perfección". Y concluye:<br />

"Estas son las razones que me llevan a pensar que las formas específicas<br />

no son inmutables".<br />

He ahí el "crimen" que confesará en su carta <strong>de</strong> 1844 dirigida al botánico<br />

]oseph Hooker, a la que ya hemos aludido (véase el capítulo ''Babuinos<br />

y metafísica"). (<strong>Darwin</strong> acababa <strong>de</strong> entablar con él relaciones epistolares<br />

porque, siguiendo el consejo <strong>de</strong> Henslow, que no disponía <strong>de</strong> tiempo<br />

TEMAS 54


para ello, <strong>de</strong>seaba confiarle el establecimiento <strong>de</strong>l catálogo <strong>de</strong> las plantas<br />

recolectadas en las Galápagos.)<br />

Algunas líneas <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la afirmación fatídica <strong>de</strong> que las especies no<br />

son inmutables, <strong>Darwin</strong> añadía en su manuscrito <strong>de</strong> 1842:<br />

Hay mucha gran<strong>de</strong>za en consi<strong>de</strong>rar a Los animaLes existentes bien Los<br />

<strong>de</strong>scendientes directos <strong>de</strong> formas sepuLtadas miLes <strong>de</strong> pies bajo tierra, bien<br />

Los cohere<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> un ancestro aún más remoto. ELLo concuerda con Lo<br />

que sabemos <strong>de</strong> La Ley impuesta a La materia por eL Creador, según La<br />

cuaL La creación y La extinción <strong>de</strong> Las formas, como eL nacimiento y<br />

La muerte <strong>de</strong> Los individuos, <strong>de</strong>ben ser eL efecto <strong>de</strong> medios [leyes] secundarios.<br />

Es ofensivo pensar que eL Creador <strong>de</strong> un número incontabLe <strong>de</strong><br />

sistemas <strong>de</strong> mundos tenga que haber creado cada una <strong>de</strong> Las miríadas<br />

<strong>de</strong> parásitos reptantes y <strong>de</strong> gusanos que todos Los días LLenan <strong>de</strong> vida eL<br />

sueLo y Las aguas <strong>de</strong> [este] soLo pLaneta. [... ] La muerte, eL hambre, La<br />

rapiña y La guerra escondidas en La naturaLeza han tenido como consecuencia<br />

eL bien más eLevado que podamos concebir: La creación <strong>de</strong> Los<br />

animaLes superiores ha venido directamente <strong>de</strong> ahí. Sin duda, La i<strong>de</strong>a<br />

<strong>de</strong> unas Leyes capaces <strong>de</strong> crear organismos individuaLes, caracterizados<br />

todos eLLos por La mayor precisión <strong>de</strong> ejecución y por Las adaptaciones<br />

más extensas, trascien<strong>de</strong> en un principio nuestras humil<strong>de</strong>s faculta<strong>de</strong>s.<br />

Se ajusta mejor a [nuestra mo<strong>de</strong>stia] suponer que cada uno <strong>de</strong> esos<br />

organismos exige eL fíat <strong>de</strong> un creador. Pero, en La misma proporción,<br />

La existencia <strong>de</strong> taLes Leyes <strong>de</strong>bería eLevar La i<strong>de</strong>a que nos hacemos <strong>de</strong>L<br />

po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>L Creador omnisciente.<br />

Mediante este artificio, <strong>Darwin</strong> aparta su teoría <strong>de</strong> un conflicto tajante<br />

con la religión. Dios no ha creado las especies <strong>de</strong> una en una, sino que<br />

ha impuesto la ley <strong>de</strong> la evolución a la materia inicial. <strong>Darwin</strong> <strong>de</strong>be a<br />

continuación <strong>de</strong>sarrollar e! esbozo: su teoría está bien articulada, pero es<br />

necesario reforzarla con todos los datos disponibles y recopilar OtrOS nuevos<br />

sobre la selección artificial, su variación y sus causas, los testimonios<br />

fósiles, e! <strong>de</strong>sarrollo embriológico y la distribución geográfica. Aún queda<br />

por realizar mucho trabajo antes <strong>de</strong> hacer pública una teoría todavía<br />

vulnerable.<br />

Londres, presa <strong>de</strong> la agitación social, se ha convertido en un lugar<br />

inhabitable. Charles y su esposa Emma han crecido en e! campo, tienen<br />

por entonces dos hijos (en espera <strong>de</strong> un tercero) y no se sienten bien en<br />

la ciudad. Con la ayuda <strong>de</strong>! doctor Robert (<strong>Darwin</strong> aún no ha obtenido<br />

beneficios <strong>de</strong> su trabajo), compran una casa<br />

en Downe, un pequeño pueblo <strong>de</strong> Kent, a<br />

unas dos horas <strong>de</strong> Londres. El 17 <strong>de</strong> septiembre<br />

<strong>de</strong> 1842 se mudan a Down House.<br />

La casa es enorme, con un jardín y siete<br />

hectáreas <strong>de</strong> bosque. Con e! tiempo, Da.rwin<br />

empren<strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s trabajos <strong>de</strong> renovación y<br />

<strong>de</strong> ampliación; compra un terreno adyacente<br />

don<strong>de</strong> planta arbustos y árboles, y hace<br />

trazar un sen<strong>de</strong>ro, el Sandwalk (camino <strong>de</strong><br />

arena), por e! que se paseará todos los días.<br />

Pasa una gran parte <strong>de</strong> la jornada, con un<br />

empleo estricto <strong>de</strong>l tiempo, en su <strong>de</strong>spacho<br />

espacioso y confortable. Pero no lleva<br />

una vida <strong>de</strong> recluso; frecuenta las socieda<strong>de</strong>s<br />

científicas y Down House se convierte<br />

en el lugar <strong>de</strong> encuentro <strong>de</strong> un círculo <strong>de</strong><br />

amigos y colegas.<br />

DARWIN<br />

3. Grabado extraído <strong>de</strong> Formas artísticas <strong>de</strong><br />

la naturaleza, <strong>de</strong> Ernst Haeckel (1834-1919).<br />

La clasificación <strong>de</strong> los cirrípedos, crustáceos<br />

marinos que viven sujetos a un soporte,<br />

planteaba serias dificulta<strong>de</strong>s. <strong>Darwin</strong> estudió<br />

en <strong>de</strong>talle este grupo <strong>de</strong> animales, lo que<br />

consolidó su reputación científica.<br />

4. Grabado extraído <strong>de</strong> Memoria sobre la<br />

familia <strong>de</strong> las melastomáceas, <strong>de</strong> Augustin<br />

Pyrame <strong>de</strong> Candolle (1828). Este botánico<br />

suizo contemporáneo <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> emprendió<br />

una vasta clasificación <strong>de</strong> los vegetales:<br />

la sistemática era la ciencia naturalista<br />

<strong>de</strong> la época.<br />

59


5. Robert Chambers (1802-1871), autor<br />

anónimo <strong>de</strong> Vestigios <strong>de</strong> la historia natural<br />

<strong>de</strong> la creación. La obra, publicada en 1844 y<br />

que admite la transmutación <strong>de</strong> las especies,<br />

provocó una gran agitación.<br />

60<br />

los resultados <strong>de</strong>l viaje <strong>de</strong>l Beagfe<br />

En su nueva resi<strong>de</strong>ncia, <strong>Darwin</strong> reempren<strong>de</strong> su trabajo sistemático sobre<br />

las notas y materiales recopilados durante el viaje <strong>de</strong>l BeagLe. Su obra<br />

sobre las barreras <strong>de</strong> coral data <strong>de</strong> 1842; en 1843 publica el último volumen<br />

<strong>de</strong> su ZooLogía <strong>de</strong>L viaje <strong>de</strong>L BeagLe, yen 1844 acaba el libro sobre<br />

las islas volcánicas. En 1845 aparece la segunda edición revisada <strong>de</strong> su<br />

diario <strong>de</strong> viaje; en 1846, su obra sobre la geología <strong>de</strong> América <strong>de</strong>l Sur.<br />

Mientras tanto, continúa estudiando el problema <strong>de</strong> las especies.<br />

A principios <strong>de</strong> 1844, retoma su borrador y empieza a elaborar una versión<br />

ampliada en unas 230 páginas. Aunque esta versión tampoco estaba pensada<br />

para ser publicada, en una carta dirigida a su esposa <strong>de</strong>l 5 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong><br />

1844 <strong>Darwin</strong> da instrucciones precisas para el caso <strong>de</strong> que falleciera antes<br />

<strong>de</strong> haber concluido la versión <strong>de</strong>finitiva: ''Acabo <strong>de</strong> finalizar mi borrador<br />

sobre la teoría <strong>de</strong> las especies. Con que hubiese, puesto que creo que es<br />

verda<strong>de</strong>ra, un solo juez competente que la aceptase, se la consi<strong>de</strong>rará un<br />

notable paso a<strong>de</strong>lante <strong>de</strong> la ciencia. Por 10 tanto, en caso <strong>de</strong> que muriese<br />

<strong>de</strong> repente, como mi último y más solemne <strong>de</strong>seo, que estoy seguro consi<strong>de</strong>rarás<br />

como si figurara legalmente en mi testamento, <strong>de</strong>stina 400 libras<br />

a su publicación". Al escribir una lista <strong>de</strong> editores posibles, sugiere a Lyell,<br />

eventualmente asistido por Hooker o por Henslow. Diez años más tar<strong>de</strong>,<br />

en 1854, cuando se prepara para iniciar una tercera versión, evi<strong>de</strong>ntemente<br />

angustiado por la perspectiva <strong>de</strong> no terminarla, añadirá: "Hooker es <strong>de</strong> lejos<br />

el mejor para editar mi volumen sobre las especies".<br />

El ensayo <strong>de</strong> 1844 está calcado sobre el borrador prece<strong>de</strong>nte, pero la<br />

argumentación es más sólida y los datos están organizados y <strong>de</strong>scritos con<br />

una mayor exactitud. Por lo que se refiere al estadio <strong>de</strong> elaboración <strong>de</strong> su<br />

teoría, su Autobiografía precisa que en aquella época<br />

pasé por alto un problema <strong>de</strong> gran importancia; me parece sorpren<strong>de</strong>nte,<br />

saLvo en virtud <strong>de</strong>l principio <strong>de</strong>L huevo <strong>de</strong> Colón, que Los pasase por alto,<br />

aL probLema y a La soLución. Se trata <strong>de</strong> La ten<strong>de</strong>ncia que tienen Los seres<br />

orgánicos <strong>de</strong> un mismo origen a divergir en su carácter a medida que se<br />

modifican. Que han divergido profundamente se hace patente en La manera<br />

en que Las especies <strong>de</strong> todo tipo se pue<strong>de</strong>n clasificar en géneros, Los géneros<br />

en familias, Las familias en subgrupos y así sucesivamente; y me acuerdo<br />

perfectamente <strong>de</strong>L Lugar <strong>de</strong>L camino, iba en mi carruaje, en que para mi<br />

gran gozo se me presentó La soLución; fue mucho <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> mi LLegada a<br />

Down. La soLución, según creo yo, es La siguiente: La <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia modificada<br />

<strong>de</strong> todas Las formas dominantes y en aumento tien<strong>de</strong> a adaptarse a<br />

Las muchas y muy diversas situaciones <strong>de</strong> La economía <strong>de</strong> La naturaLeza.<br />

A inicios <strong>de</strong>l año 1845, Hooker le remite el resultado <strong>de</strong> su trabajo sobre<br />

las plantas recolectadas en las Galápagos. Se trata <strong>de</strong> una confirmación<br />

más <strong>de</strong> la diferencia entre las especies <strong>de</strong> una isla a otra. En los meses<br />

anteriores, <strong>Darwin</strong> había estado informándole parcialmente sobre la teoría;<br />

Hooker manifiesta un interés pru<strong>de</strong>nte y una generosa disponibilidad. Sólo<br />

en 1847 le <strong>de</strong>jará leer una copia <strong>de</strong> su ensayo. Hooker no entendió <strong>de</strong><br />

inmediato el sentido profundo <strong>de</strong> la teoría, pero aun así emprendió un<br />

análisis crítico y minucioso <strong>de</strong> los numerosos temas abordados. <strong>Darwin</strong><br />

apreció mucho sus objeciones técnicas, <strong>de</strong>sprovistas <strong>de</strong> prejuicios tradicionales<br />

ajenos al discurso científico.<br />

En otoño <strong>de</strong> 1844 aparece Vestigios <strong>de</strong> La historia naturaL <strong>de</strong> La creación,<br />

obra <strong>de</strong> 400 páginas escrita anónimamente por Robert Chambers, futuro<br />

editor y científico aficionado. Este libro presenta una historia <strong>de</strong> la Tierra, <strong>de</strong><br />

la formación <strong>de</strong>l sistema solar a la aparición <strong>de</strong> los animales y <strong>de</strong> las plantas,<br />

el origen <strong>de</strong> la humanidad y el <strong>de</strong> las socieda<strong>de</strong>s. La obra, que produce<br />

un gran alboroto, conoce un éxito comercial, aunque es objeto también<br />

TEMAS 54


<strong>de</strong> ataques virulentos. La reacción <strong>de</strong> Sedwick expresa tanta indignación y<br />

es tan vehemente, que suscita reacciones a favor <strong>de</strong> Chambers, cuyo libro<br />

viene a simbolizar la oposición al po<strong>de</strong>r clerical y conservador.<br />

<strong>Darwin</strong>, por su parte, experimenta sentimientos más atemperados. La<br />

obra rompe con un tabú al admitir la transmutación, pero avanza opiniones<br />

sin un fundamento científico. Sin embargo, consi<strong>de</strong>ra inaceptable la crítica<br />

<strong>de</strong> Sedgwick. La obra no disgusta a Hooker, pero no pue<strong>de</strong> admitir que se<br />

especule sobre temas <strong>de</strong> esa clase; en otras ocasiones, ha criticado a "los que<br />

quieren hablar <strong>de</strong> las especies sin haber <strong>de</strong>scrito antes una en <strong>de</strong>talle". No<br />

olvi<strong>de</strong>mos que, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el siglo XVII y la reforma <strong>de</strong> la sistemática <strong>de</strong> Linné,<br />

<strong>de</strong>dicarse a la historia natural equivalía a i<strong>de</strong>ntificar un or<strong>de</strong>n vegetal o animal.<br />

Los botánicos y zoólogos se consagran casi exclusivamente a estudios<br />

sistemáticos, a menudo <strong>de</strong>scriptivos: clasificación y ciencia son sinónimos.<br />

De 1846 a 1852, trabajos sobre los cirrípedos<br />

<strong>Darwin</strong>, que ha subcontratado a otros para el trabajo taxonómico <strong>de</strong>l<br />

material recolectado durante el viaje <strong>de</strong>! Beagle, termina en diez años la<br />

tarea en la que se sumergió tras regresar <strong>de</strong>l viaje. No queda más que<br />

estudiar un minúsculo animal, un pequeño crustáceo que había recogido<br />

a lo largo <strong>de</strong> las COStas chilenas en 1835. Se trataba <strong>de</strong> un cirrípedo <strong>de</strong><br />

especie <strong>de</strong>sconocida. Hasta entonces, las investigaciones sobre este grupo<br />

<strong>de</strong> animales marinos sésiles (<strong>de</strong> los que forman parte los percebes y los<br />

bálanos) no habían dado más que resultados insatisfactorios. Para <strong>Darwin</strong><br />

era la oportunidad i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> adquirir, en e! dominio <strong>de</strong> la sistemática, una<br />

reputación que pudiera mantenerle al abrigo <strong>de</strong> los ataques sobre sus competencias<br />

reales. En octubre <strong>de</strong> 1846 se lanza a un estudio cuyo alcance y<br />

complejidad sin duda no había previsto, como tampoco el provecho que<br />

sacaría <strong>de</strong> él su teoría. "Los cirrípedos forman un grupo <strong>de</strong> especies difíciles<br />

<strong>de</strong> clasificar y muy variable; mi trabajo me resultó muy útil cuando en El<br />

origen <strong>de</strong> las especies tuve que analizar los principios <strong>de</strong> una clasificación<br />

natural", escribirá <strong>Darwin</strong> en su Autobiografta. Reúne materiales <strong>de</strong> diversas<br />

proce<strong>de</strong>ncias y su trabajo se extien<strong>de</strong> igualmente a los fósiles, hasta<br />

convertirse en una monografía exhaustiva sobre el tema, en tres gran<strong>de</strong>s<br />

volúmenes, que publica entre 1852 y 1854, o sea, unos ocho años <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> que emprendiese la tarea. En 1853, recibe la Real Medalla por sus<br />

estudios sobre los corales y, en particular, sobre los cirrípedos.<br />

<strong>Darwin</strong> se vio obligado a equiparse <strong>de</strong> nuevos instrumentos adaptados<br />

para la disección <strong>de</strong> unos organismos tan pequeños y <strong>de</strong> un objetivo más<br />

potente para su microscopio. El <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> un mundo <strong>de</strong>sconocido<br />

le fascinó. Estudió la anatomía <strong>de</strong> esos animales, su reproducción, su ciclo<br />

biológico, sus fases <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo, los lazos <strong>de</strong> parentesco entre las especies<br />

actuales y las especies fósiles y, sobre todo, la variación, "esta enrevesada<br />

variación que me place cuando me doy a la especulación pero que como<br />

sistemático me resulta odiosa", escribe a Hooker en 1850. ¿Cómo saber<br />

si dos individuos que son distintos pertenecen o no a la misma especie?<br />

La variación le atormenta; aunque le reafirma más en sus i<strong>de</strong>as sobre la<br />

evolución, sus tentativas <strong>de</strong> distinguir las especies <strong>de</strong> las varieda<strong>de</strong>s le<br />

exasperan. "He mal<strong>de</strong>cido a las especies y me he preguntado qué pecado<br />

he podido cometer para recibir tal castigo."<br />

<strong>Darwin</strong> se encuentra finalmente en situación <strong>de</strong> utilizar sus <strong>de</strong>scubrimientos<br />

en el plano <strong>de</strong> la sistemática para verificar sus hipótesis relativas al<br />

mecanismo <strong>de</strong> la evolución. Por entonces ya sabe cuál es e! "pecado" que<br />

está purgando. El mismo se ha acusado <strong>de</strong> un <strong>de</strong>lito, e! <strong>de</strong> creer que las<br />

especies no son inmutables. Los estudios que publica sobre los cirrípedos<br />

son, sin embargo, un trabajo irreprochable <strong>de</strong> sistemática: en ellos no se<br />

traslucen las i<strong>de</strong>as que le han guiado y que se vieron confirmadas en e!<br />

transcurso <strong>de</strong> sus investigaciones.<br />

DARWIN<br />

6. Joseph Hooker contaba con la estima y<br />

confianza <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>, quien le envió en 1847<br />

una copia <strong>de</strong> su borrador sobre la teoría <strong>de</strong>l<br />

origen <strong>de</strong> las especies.<br />

61


Compañeros<br />

<strong>de</strong> viaje<br />

El verano <strong>de</strong> 1858, mientras prepara una tercera versión<br />

<strong>de</strong> la que iba a ser su obra maestra, <strong>Darwin</strong> recibe un artículo <strong>de</strong> Wallace<br />

que exponía unas i<strong>de</strong>as muy próximas a las suyas<br />

1. Richard Owen, en una caricatura aparecida<br />

en Vanity Fair, una revista semanal inglesa.<br />

Este paleontólogo creacionista se enfrentó<br />

a Thomas Huxley en una resonada polémica.<br />

Huxley sería uno <strong>de</strong> los seguidores más fieles<br />

<strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>.<br />

62<br />

Aprincipios <strong>de</strong> los años cincuenta <strong>de</strong>l siglG XIX, <strong>Darwin</strong> conoce a<br />

Huxley, por entonces miembro <strong>de</strong>l consejo <strong>de</strong> la Regia Sociedad<br />

<strong>de</strong> Londres. (<strong>Darwin</strong> será elegido para este mismo consejo en<br />

1854.) En 1853, Huxley le invita a explicar sus trabajos sobre los<br />

cirrípedos; el mismo año, en ocasión <strong>de</strong> la décima edición <strong>de</strong> los Vestigios<br />

<strong>de</strong> la historia natural <strong>de</strong> la creaci6n, la obra "transmutacionista" <strong>de</strong> Robert<br />

Chambers, que por entonces sigue teniendo éxito, Huxley publica una<br />

reseña virulenta don<strong>de</strong> ataca la transmutación <strong>de</strong> las especies; según él,<br />

la i<strong>de</strong>a insensata <strong>de</strong> progreso y los argumentos planteados por Chambers<br />

carecen <strong>de</strong> fundamento científico. <strong>Darwin</strong> se muestra dudoso. Se siente<br />

inclinado a aprobat esas críticas, <strong>de</strong> las que aprecia la inteligencia y el<br />

rigor (el concepto <strong>de</strong> evolución <strong>de</strong> Chambers no coinci<strong>de</strong> con el suyo);<br />

pero al mismo tiempo se pregunta si sus propios conceptos resistirían unos<br />

ataques <strong>de</strong> esa categoría.<br />

Es la época <strong>de</strong> los enfrentamientos entre Huxley y Owen. El hippocampus<br />

minor no es más que una <strong>de</strong> las numerosas manzanas <strong>de</strong> la discordia, no<br />

siempre <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n teórico o científico, entre ambos naturalistas. Huxley<br />

es adversario <strong>de</strong> Owen y consi<strong>de</strong>ra intolerables sus ataques contra Lyell<br />

(igual que <strong>Darwin</strong> y su grupo <strong>de</strong> amigos), pero es igualmente intransigente<br />

en su rechazo <strong>de</strong> la transmutación <strong>de</strong> las especies; es antimaltusiano. De<br />

todos modos, felicita en repetidas ocasiones a <strong>Darwin</strong> por su trabajo sobre<br />

los cirrípedos.<br />

<strong>Darwin</strong> escucha con atención las conferencias apasionadas <strong>de</strong> Huxley, lee<br />

las memorias que presenta, estudia sus trabajos. Le invita a las reuniones<br />

<strong>de</strong> Down House, a las que se unen las familias <strong>de</strong> los participantes y que<br />

son para él la oportunidad, cada vez más explícita, <strong>de</strong> confrontar sus opiniones<br />

con las <strong>de</strong> sus amigos naturalistas. Este grupo escogido <strong>de</strong> amigos<br />

manifiesta un amplio abanico <strong>de</strong> puntos <strong>de</strong> vista. Algunos, como Hooker,<br />

en a<strong>de</strong>lante un participante <strong>de</strong>stacado, dudan en aceptar plenamente cierras<br />

elementos <strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>. Otros, como el entomólogo Thomas Vernon<br />

Wollaston (1822-1878), parecen adherirse sin objeción a la t.eoría, pero<br />

la <strong>de</strong>snaturalizan con sus componendas pacificadoras. Huxley, para <strong>Darwin</strong>,<br />

todavía es un enigma. Finalmente está Lyell, el geólogo eminente...<br />

Lyell ha acogido bien las premisas y las consecuencias <strong>de</strong> la teoría.<br />

Sobre todo, teme estas últimas, a la vista <strong>de</strong> la agitación existente en<br />

los <strong>de</strong>bates públicos sobre la vinculación entre hombre y simio. Sin<br />

compartir las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>, tampoco se opone a ellas; antes bien,<br />

intenta enten<strong>de</strong>r no sólo la teoría como tal, sino la óptica evolucionista<br />

en general. En un esfuerzo <strong>de</strong> comprensión, <strong>de</strong>be repensar sus críticas<br />

TEMAS 54


lOS EXPERIMENTOS DE DARWIN .<br />

<strong>Darwin</strong> empezó con una colonia restringida <strong>de</strong> palomas, que fue enri­ <strong>de</strong> un largo tiempo sumergidos en agua salada. Durante meses tuvo por<br />

queciendo con diferentes razas proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> diversas partes <strong>de</strong>l mun­ aquí y allá, y no sólo en casa, <strong>de</strong>cenas <strong>de</strong> botellas llenas <strong>de</strong> agua salada:<br />

do. Estudiaba sus semejanzas y diferencias con el fin <strong>de</strong> establecer re­ a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> a sus hijos, <strong>Darwin</strong> hizo participar en este experimento, por<br />

laciones entre los grupos y remontarse hasta un posible origen común. otro lado extremadamente laborioso, a clases enteras <strong>de</strong> las parroquias<br />

Efectuaba a<strong>de</strong>más experimentos <strong>de</strong> selección, en los que llevaba a la vecinas. Algunas semillas fracasaban, pero otras resistían más allá <strong>de</strong><br />

práctica las nociones que había adquirido através <strong>de</strong> la bibliografía y la todas las previsiones y germinaban en ciertos casos <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> 80 días,<br />

relación directa con los criadores. Como le había sucedido antes con los y algunos granos <strong>de</strong> pimienta <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> cinco meses. Calculó las dis­<br />

cirrípedos, se sumergió en el estudio <strong>de</strong>l material<br />

tancias que podrían recorrer en estos intervalos <strong>de</strong> tiempo las semillas<br />

que le llegaba <strong>de</strong> todas partes (esqueletos,<br />

transportadas por las corrientes. Recibió semillas tropicales, con<br />

carcasas <strong>de</strong> animales muertos, ejem­<br />

sus vainas, que la corriente <strong>de</strong>l<br />

plares vivos). Pero no se limitaba a Golfo había transportado haslas<br />

palomas: realizaba, ala par,<br />

ta las costas <strong>de</strong> Noruega:<br />

experimentos con semillas, germinaron.<br />

para averiguar el modo en<br />

Pero no se <strong>de</strong>tuvo<br />

que ciertas especies vege­ ahí. Verificó si los granos<br />

tales habían alcanzando las podían quedar atrapados<br />

islas, separadas <strong>de</strong> la tierra en el plumaje <strong>de</strong> las aves:<br />

firme por una distancia inspeccionó el lodo pegado<br />

aveces consi<strong>de</strong>rable, y a sus patas y encontró incluso<br />

colonizarlas. larvas <strong>de</strong> animales. Hurgó en<br />

<strong>Darwin</strong> no estaba<br />

los excrementos para ver si las<br />

convencido <strong>de</strong> la existen­<br />

simientes resistían a los jugos gástricos. Analizó el alimento regurgitado<br />

cia <strong>de</strong> "puentes <strong>de</strong> tierra" <strong>de</strong> tipo<br />

por las rapaces <strong>de</strong>l zoológico, a las que había ofrecido pequeños pájaros<br />

"Atlántida" que, según Lyell y otros imaginaban, habrían existido por alimentados con granos. Vio cómo germinaban semillas que habían<br />

todas partes, para <strong>de</strong>sparecer luego en las profundida<strong>de</strong>s marinas, no permanecido hasta 30 días <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l cuerpo <strong>de</strong> una paloma muerta, a<br />

sin que antes las especies continentales hubiesen llegado a las islas la que había <strong>de</strong>jado flotar en agua salada.<br />

y las poblaran. Por ese motivo se puso aestudiar los diversos medios<br />

Los resultados <strong>de</strong> todos estos experimentos eran más que suficientes<br />

potenciales <strong>de</strong> transporte <strong>de</strong> semillas. Descubrió que, contrariamente para confirmar su hipótesis: las especies continentales pue<strong>de</strong>n colonizar<br />

a lo que se pensaba, muchos granos todavía podían germinar <strong>de</strong>spués islas lejanas, incluso en ausencia <strong>de</strong> puentes <strong>de</strong> tierra.<br />

cazar animales raros que ven<strong>de</strong> luego a los coleccionistas. A principios <strong>de</strong><br />

los años cincuenta <strong>de</strong>l siglo XIX, tras haber presentado diversos informes<br />

sobre sus colecciones naturalistas y publicado un diario <strong>de</strong> viaje, inicia<br />

una correspon<strong>de</strong>ncia con <strong>Darwin</strong>. En 1854 vuelve a partir hacia las Indias<br />

orientales. Al año siguiente se publica su artículo titulado Sobre la ley que ha<br />

regulado la introducción <strong>de</strong> nuevas especies; en él Wallace presenta pruebas <strong>de</strong><br />

la evolución <strong>de</strong> las especies, pero sin explicar su mecanismo. Es Lyell quien<br />

señala el artículo a <strong>Darwin</strong>. Este último lo encuentra más bien ambiguo,<br />

pero anima por escrito a Wallace a proseguir su estudio, y le hace saber que<br />

él mismo trabaja en esas cuestiones <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace más <strong>de</strong> veinte años.<br />

La larga maduración <strong>de</strong> El origen <strong>de</strong> las especies<br />

A finales <strong>de</strong> 1857, respondiendo a Wallace, que le ha puesto al día sobre<br />

sus trabajos acerca <strong>de</strong> la distribución <strong>de</strong> las especies en las islas y que le ha<br />

preguntado sobre las noveda<strong>de</strong>s en sus proyectos, <strong>Darwin</strong> escribe: "Estoy<br />

muy contento <strong>de</strong> que estudie la distribución según una base teórica.<br />

Estoy totalmente convencido <strong>de</strong> que sin especulación no existen observaciones<br />

buenas y originales [...] Muy pocos naturalistas se preocupan <strong>de</strong><br />

cuestiones que vayan más allá <strong>de</strong> la simple <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> las especies". Y<br />

aña<strong>de</strong>: "Me pregunta si hablaré <strong>de</strong>l 'hombre'. Pienso que vaya evitar <strong>de</strong><br />

plano la cuestión, ro<strong>de</strong>ada <strong>de</strong> tantos prejuicios; aunque admito que se trata<br />

<strong>de</strong>l problema más importante y más interesante para un naturalista".<br />

Durante el fuego cruzado entre Owen y Huxley, <strong>Darwin</strong> toma una<br />

<strong>de</strong>cisión: no hará ninguna mención <strong>de</strong>l hombre en su trabajo, que progresa<br />

muy lentamente y no piensa po<strong>de</strong>r publicar antes <strong>de</strong> dos años (es<br />

64 TEMAS 54


la tercera versión <strong>de</strong> su manuscrito sobre el origen <strong>de</strong> las especies). Lyell<br />

anima a <strong>Darwin</strong> a expresarse abiertamente y le insiste que publique, al<br />

menos, ciertas partes <strong>de</strong> la teoría, por ejemplo sus experimentos con las<br />

palomas (véase el recuadro "Los experimentos <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>"). En efecto,<br />

<strong>Darwin</strong> llevaba a cabo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía tiempo una serie <strong>de</strong> experimentos para<br />

investigar, entre otras cosas, la disaibución geográfica <strong>de</strong> los organismos.<br />

Había optado por la redacción <strong>de</strong> una versión más larga y documentada,<br />

y todavía buscaba nuevas confirmaciones para sus hipótesis.<br />

En octubre <strong>de</strong> 1856, remite a Hooker los dos primeros capítulos <strong>de</strong> la<br />

nueva versión, consagrados principalmente a la variación <strong>de</strong> las especies domésticas.<br />

Al mismo tiempo, prosigue sus experimentos y establece contactos<br />

con otros científicos para obtener nuevas informaciones. Por mediación <strong>de</strong><br />

Hooker, entabla correspon<strong>de</strong>ncia con Asa Gray, botánico <strong>de</strong> Harvard que<br />

trabaja también en la distribución geográfica <strong>de</strong> las especies; en septiembre<br />

<strong>de</strong> 1857, le escribe una carta don<strong>de</strong> expone pormenorizadamente su<br />

tesis. A inicios <strong>de</strong>l año 1857, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> un capítulo muy largo sobre la<br />

fecundidad y la esterilidad, empieza a escribir la parte relativa a la "lucha<br />

por la existencia" y dispone ya <strong>de</strong> cientos <strong>de</strong> páginas llenas <strong>de</strong> datos. Antes<br />

<strong>de</strong>l verano empren<strong>de</strong> la sección sobre la variación, para seguir <strong>de</strong>spués con<br />

la <strong>de</strong> la selección natural. Ha <strong>de</strong>cidido que el libro se titulará Selección<br />

natural. En marzo <strong>de</strong> 1858 están terminados diez capítulos, y estima que<br />

ya ha escrito dos tercios <strong>de</strong> la obra. No obstante, interrumpe su trabajo,<br />

como había ocurrido en diversas ocasiones, ante el empeoramiento <strong>de</strong> su<br />

salud, <strong>de</strong> su gran cansancio, así como <strong>de</strong> las preocupaciones que le provoca<br />

la salud <strong>de</strong> algunos <strong>de</strong> sus hijos.<br />

Empujado por la competencia <strong>de</strong> Wallace,<br />

<strong>Darwin</strong> se <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> a publicar<br />

El18 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong> 1858, poco <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber retomado su trabajo, recibe<br />

<strong>de</strong> Wallace un artículo <strong>de</strong> unas veinte páginas titulado Sobre la ten<strong>de</strong>ncia<br />

<strong>de</strong> las varieda<strong>de</strong>s a apartarse in<strong>de</strong>finidamente <strong>de</strong>l tipo original. Charles<br />

3. El naturalista Alfred Russel Wallace<br />

en 1854, el año <strong>de</strong> su partida hacia Malasia.<br />

DARWIN 65


4. A la izquierda Asa Gray (1810-1888), uno <strong>de</strong><br />

los principales botánicos norteamericanos <strong>de</strong>l<br />

siglo XIX. Gracias en muy buena medida a su<br />

intermediación, la teoría <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> se divulgó<br />

en Norteamérica. A la <strong>de</strong>recha, Charles <strong>Darwin</strong><br />

en los años setenta.<br />

5. Thomas Huxley en 1857.<br />

Waring, el menor <strong>de</strong> sus hijos, fallece algunos días más tar<strong>de</strong>, con sólo<br />

dieciocho meses <strong>de</strong> vida. <strong>Darwin</strong> escribe en su Autobiografía: "Mis planes<br />

se conrrariaron, pues a principios <strong>de</strong> verano <strong>de</strong> 1858 el señor Wallace, que<br />

entonces se encontraba en el archipiélago malayo, me envió un ensayo [...]<br />

que contenía exactamente la misma teoría que la mía".<br />

Aunque no sean exactamente idénticas, ambas teorías son muy similares.<br />

Wallace trata sobre las varieda<strong>de</strong>s, la "lucha por la existencia", los ritmos<br />

<strong>de</strong> crecimiento <strong>de</strong> las poblaciones con respecto a los recursos, los cambios,<br />

aunque sean ínfimos, capaces <strong>de</strong> actuar favorable o <strong>de</strong>sfavorablemente<br />

sobre la supervivencia. Ante la docrrina <strong>de</strong> Lamarck, sostiene que sus<br />

hipótesis sobre las variaciones progresivas <strong>de</strong> las especies que resultarían<br />

<strong>de</strong> las tentativas <strong>de</strong> los animales por <strong>de</strong>sarrollar sus órganos útiles, han<br />

sido "refutadas fácilmente y en repetidas ocasiones por todos los escritores<br />

que han rratado <strong>de</strong> este tema". Y explicaba: "La jirafa no ha adquirido su<br />

largo cuello por el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> alcanzar las ramas .<strong>de</strong> los arbustos más altos<br />

y haberlo estirado constantemente con ese propósito, sino simplemente<br />

porque cualquier variedad dotada <strong>de</strong> un cuello más largo <strong>de</strong> lo usual obtenía<br />

<strong>de</strong> inmediato una fuente nueva <strong>de</strong> pasto en el mismo terreno que<br />

sus compañeras <strong>de</strong> cuello más corto, y a la primera escasez <strong>de</strong> comida<br />

podía así sobrevividas."<br />

Wallace aborda el tema <strong>de</strong> las líneas divergentes con respecto a un tipo<br />

central, <strong>de</strong> la sucesión <strong>de</strong> especies sin parentesco, <strong>de</strong> la ausencia total <strong>de</strong><br />

límites <strong>de</strong>finidos en la producción <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s cada vez más alejadas<br />

<strong>de</strong>l tipo original. Y concluye haciendo hincapié, explícitamente, en la<br />

continuidad <strong>de</strong>l proceso: "A esta progresión por medio <strong>de</strong> pequeñísimos<br />

pasos, en direcciones diversas, pero siempre contrastada y equilibrada por<br />

esas condiciones necesarias a las que ha <strong>de</strong> sujetarse la existencia para<br />

preservarse, se la podría seguir, según se cree, hasta coincidir con todos<br />

los fenómenos presentados por los seres organizados, sus extinciones y su<br />

sucesión en épocas pasadas, y todas las extraordinarias modificaciones <strong>de</strong><br />

forma, <strong>de</strong> instinto y <strong>de</strong> costumbres que exhiben". Como comenta <strong>Darwin</strong><br />

con inquietud en una carta que escribe a Lyell, si el joven WalJace hubiera<br />

leído su manuscrito, no habría podido hacer una mejor síntesis.<br />

Todo lo que es nuevo es falso, todo lo que es verda<strong>de</strong>ro ya se sabía<br />

Por consejo <strong>de</strong> Lyell y Hooker, el ensayo <strong>de</strong> Wallace, junto con un extracto<br />

<strong>de</strong>l trabajo <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> y <strong>de</strong> la carta enviada por <strong>Darwin</strong> a Asa Gray el 5 <strong>de</strong><br />

66 TEMAS 54


septiembre <strong>de</strong> 1857 (don<strong>de</strong>, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> resumir sus 0plOlOnes, ilustra e!<br />

principio <strong>de</strong> divergencia <strong>de</strong> los caracteres) se presentaron e! 1 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong><br />

1858 a la Sociedad Linneana. Estos documentos estaban precedidos por una<br />

carta <strong>de</strong> Lyell y <strong>de</strong> Hooker, que daban fe <strong>de</strong> conocer los puntos <strong>de</strong> vista <strong>de</strong><br />

<strong>Darwin</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1844, y <strong>de</strong>! hecho que su teoría no había cambiado fundamentalmente<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1839. Ambos hombres confirman a<strong>de</strong>más que <strong>Darwin</strong><br />

y Wallace "han concebido, <strong>de</strong> forma in<strong>de</strong>pendiente y con <strong>de</strong>sconocimiento<br />

mutuo, la misma ingeniosa teoría sobre la aparición y perpetuación <strong>de</strong> las<br />

varieda<strong>de</strong>s y <strong>de</strong> las formas específicas sobre nuestro planeta".<br />

La teoría se recibe con una indiferencia casi general. <strong>Darwin</strong> comentará<br />

en su Autobiografía: "Sea como sea, nuestros trabajos conjuntos atrajeron<br />

apenas la atención: e! único comentario público <strong>de</strong>! que me acuerdo sobre<br />

la cuestión fue el <strong>de</strong>! Profesor Haughton <strong>de</strong> Dublín, quien juzgó que todo<br />

lo que contenían <strong>de</strong> nuevo era falso, y todo lo que había <strong>de</strong> verda<strong>de</strong>ro<br />

era viejo. Ello viene a <strong>de</strong>mostrar cómo un punto <strong>de</strong> vista nuevo <strong>de</strong>be<br />

argumentarse largo y tendido para que <strong>de</strong>spierte e! interés público".<br />

Esta indiferencia se refleja también en el informe anual <strong>de</strong>l presi<strong>de</strong>nte<br />

<strong>de</strong> la Sociedad Linneana, en aquella época Thomas Bell, quien escribe:<br />

"en realidad, e! año [oo.] no se ha caracterizado por ninguno <strong>de</strong> esos <strong>de</strong>scubrimientos<br />

singulares que [oo.] revolucionan el dominio <strong>de</strong> la ciencia<br />

al que pertenecen". Esta indiferencia parece, por lo tanto, contra<strong>de</strong>cir la<br />

tesis según la cual <strong>Darwin</strong>, igual que Wallace, tan sólo habrían expresado<br />

y sistematizado lo que ya se "respiraba en el aire". El mismo Wallace, que<br />

se alejará en a<strong>de</strong>lante <strong>de</strong> las posiciones <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>, afirmó siempre que la<br />

teoría <strong>de</strong> la selección natural es exclusivamente obra <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> y que su<br />

propio ensayo "nunca habría convencido a nadie o, como mucho, habría<br />

sido tachado <strong>de</strong> especulación ingeniosa, mientras que su obra revoluciona<br />

el estudio <strong>de</strong> la historia natural". El único mérito que reconocía e! buen<br />

Wallace era e! <strong>de</strong> haber empujado indirectamente a <strong>Darwin</strong> a que escribiera<br />

y publicara pronto su obra.<br />

DARWIN<br />

6. Según lamarck, las jirafas adquirían un largo<br />

cuello para llegar mejor a las hojas altas <strong>de</strong><br />

los árboles, lo que constituía un progreso para<br />

esos animales. En opinión <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>, las jirafas<br />

con un cuello largo se alimentan <strong>de</strong> las hojas<br />

altas que sus congéneres no pue<strong>de</strong>n alcanzar;<br />

<strong>de</strong> tal modo sobreviven y se reproducen mejor<br />

en tiempos <strong>de</strong> escasez, al seleccionarse dicho<br />

carácter.<br />

67


3. Ilustración extraída <strong>de</strong> los Estudios sobre<br />

los glaciares, <strong>de</strong> louis Agassiz, don<strong>de</strong> éste<br />

avanzaba la hipótesis <strong>de</strong> la existencia <strong>de</strong> un<br />

"período glacial" en el pasado.<br />

4. louis Agassiz (1807-1873) fue uno <strong>de</strong> los<br />

adversarios más acérrimos <strong>de</strong> la teoría<br />

<strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>.<br />

70<br />

concepto <strong>de</strong> especie no es más que una aplicación concreta<br />

<strong>de</strong> un problema fundamental <strong>de</strong> lógica y <strong>de</strong> teoría <strong>de</strong>l conocimiento.<br />

No obstante, en el contexto <strong>de</strong> la formulación <strong>de</strong><br />

las teorías biológicas, y en particular <strong>de</strong> la teoría evolucionista,<br />

la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> especie es crucial, el objeto, todavía<br />

hoy, <strong>de</strong> ásperas disputas que la teoría <strong>de</strong> la evolución no<br />

ha conseguido resolver o que incluso ha empeorado. Justo<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la publicación <strong>de</strong> El origen <strong>de</strong> las especies, uno<br />

<strong>de</strong> los adversarios más encarnizados <strong>de</strong> la teoría darwinista,<br />

Louis Agassiz, señaló: "Me parece que hay una gran confusión<br />

en la tesis general <strong>de</strong> la variabilidad <strong>de</strong> las especies,<br />

sobre la que se insiste tanto últimamente. Si las especies no<br />

existen, como sostienen los partidarios <strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong> la<br />

transmutación, entonces ¿cómo pue<strong>de</strong>n variar?".<br />

Según otros intérpretes, <strong>Darwin</strong> era consciente <strong>de</strong> la dificultad<br />

y habría evitado <strong>de</strong>liberadamente cualquier intento<br />

<strong>de</strong> re<strong>de</strong>finición. Al utilizar la noción <strong>de</strong> "especie" <strong>de</strong>finida<br />

por los naturalistas <strong>de</strong> la época, <strong>Darwin</strong> confirmaba que<br />

no se podía distinguir la palabra "especie" <strong>de</strong> la palabra "variedad"; y <strong>de</strong><br />

este modo se mostró partidario <strong>de</strong> una evolución divergente, don<strong>de</strong> las<br />

varieda<strong>de</strong>s no son más que especies que se están formando. La atención<br />

se centraba entonces en esas diferencias individuales, pequeñas y muy<br />

numerosas, que siempre habían molestado a los sistemáticos, pero que<br />

constituían, según <strong>Darwin</strong>, la materia bruta <strong>de</strong> la evolución:<br />

Nadie supone que todos los individuos <strong>de</strong> la misma especie estén fundidos<br />

absolutamente en el mismo mol<strong>de</strong>. li<strong>de</strong>s diferencias individuales revisten<br />

la mayor importancia para nosotros, porque frecuentemente, como es muy<br />

conocido <strong>de</strong> todo el mundo, son hereditarias, y aportan así materiales<br />

para que la selección natural opere sobre ellas y las acumule, <strong>de</strong> la misma<br />

manera que el hombre acumula en una dirección dada las diferencias<br />

individuales <strong>de</strong> sus producciones domésticas.<br />

¡Ahí está! Esas pocas líneas contienen la esencia <strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong> la evolución.<br />

Pero <strong>Darwin</strong> prosigue, imperturbable, comentando las dificulta<strong>de</strong>s a<br />

las que hace frente el naturalista sistemático para <strong>de</strong>tectar las diferencias y<br />

distinguir entre especie y variedad. Con este propósito, introduce algunos<br />

ejemplos, documenta casos particulares, repite y aclara sus tesis:<br />

El paso <strong>de</strong> un grado <strong>de</strong> diferencia a otro pue<strong>de</strong> ser en muchos casos<br />

el simple resultado <strong>de</strong> la naturaleza <strong>de</strong>l organismo y <strong>de</strong> las diferentes<br />

condiciones físicas a que haya estado expuesto largo tiempo; pero, por lo<br />

que se refiere a los caracteres más importantes y adaptativos, el paso <strong>de</strong><br />

un grado <strong>de</strong> diferencia a otro pue<strong>de</strong> atribuirse con seguridad a la acción<br />

acumulativa <strong>de</strong> la selección natural [...] y a los resultados <strong>de</strong> un mayor<br />

uso o <strong>de</strong>suso <strong>de</strong> sus partes. A una variedad bien caracterizada se la pue<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>nominar, por lo tanto, especie incipiente.<br />

El tercer capítulo trata <strong>de</strong> la "lucha por la existencia". <strong>Darwin</strong> se refiere<br />

aquí a De Candolle, a Lyell y a Malthus, con su principio <strong>de</strong>l aumento en<br />

progresión geométrica <strong>de</strong>l número <strong>de</strong> organismos, según el cual "[...] nacen<br />

muchos más individuos <strong>de</strong> los que pue<strong>de</strong>n sobrevivir, y [...], en consecuencia,<br />

<strong>de</strong>be haber una lucha por la existencia que se repite con frecuencia", sea con<br />

otros individuos <strong>de</strong> la misma especie, sea con las condiciones físicas <strong>de</strong> la<br />

vida. Plantea unos ejemplos para <strong>de</strong>mostrar las interacciones complejas y a<br />

veces insospechables entre los seres vivos. En virtud <strong>de</strong> la lucha interespecífica<br />

y, sobre todo, en el seno <strong>de</strong> una misma especie, <strong>Darwin</strong> explica:<br />

TEMAS 54


Las variaciones, por ligeras que sean y cualquiera que sea la causa <strong>de</strong><br />

que procedan, si son en algún grado provechosas a los individuos <strong>de</strong> una<br />

especie en sus relaciones infinitamente complejas con otros seres orgánicos<br />

y con sus condiciones físicas <strong>de</strong> vida, ten<strong>de</strong>rán a la conservación <strong>de</strong> estos<br />

individuos y serán, en general, heredadas por la <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia [...]. He<br />

llamado a este principio, por el cual toda ligera variación, si es útil, se<br />

conserva, con el nombre <strong>de</strong> selección natural, a fin <strong>de</strong> señalar su relación<br />

con la facultad <strong>de</strong> selección <strong>de</strong>l hombre; pero la expresión, frecuentemente<br />

usada por el señor Herbert Spencer, <strong>de</strong> supervivencia <strong>de</strong> los más aptos es<br />

más exacta y a veces igualmente conveniente.<br />

"Selección natural" se transforma en "supervivencia <strong>de</strong>l más apto"<br />

Algunos han sostenido que a taíz <strong>de</strong> las acusaciones <strong>de</strong> antropomorfismo<br />

dirigidas contra la expresión "selección natural", <strong>Darwin</strong> adoptó en<br />

las últimas ediciones <strong>de</strong> El origen <strong>de</strong> las especies la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> Spencer,<br />

"supervivencia <strong>de</strong>l más apto" (survival 01 the fittest). La elección fue<br />

<strong>de</strong>safortunada por más <strong>de</strong> un motivo. En primer lugar, abría un nuevo<br />

frente <strong>de</strong> polémica, con quienes se preguntaban si la teoría <strong>de</strong> la selección<br />

natural no seria más que una vana tautología: los que sobreviven son los<br />

más aptos, pero los más aptos ¿no son precisamente los que sobreviven?<br />

A<strong>de</strong>más, el paralelismo con el pensamiento <strong>de</strong> Spencer no aclaraba apenas<br />

el concepto <strong>de</strong> la evolución <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>. Por otro lado, este último no<br />

tenía a Spencer en muy alta estima, e incluso escribió en su Autobiografía:<br />

"Sus conclusiones nunca me han convencido [...]. Sus generalizaciones<br />

fundamentales [...] quizá son, me atrevería a <strong>de</strong>cir, muy valiosas <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

un punto <strong>de</strong> vista filosófico, pero <strong>de</strong> tal naturaleza, que no me parece<br />

que tengan ninguna utilidad estrictamente científica".<br />

En efecto, Spencer concebía la evolución como un progreso, un <strong>de</strong>sarrollo<br />

<strong>de</strong> lo homogéneo hacia lo heterogéneo, un <strong>de</strong>spliegue <strong>de</strong> posibilida<strong>de</strong>s; para<br />

fundamentar su i<strong>de</strong>a, empleaba la analogía con la ontogénesis, es <strong>de</strong>cir, el<br />

<strong>de</strong>sarrollo, el crecimiento, <strong>de</strong> los individuos. Tal era el sentido habitual <strong>de</strong>l<br />

término "evolución"; se entien<strong>de</strong> mejor ahora que <strong>Darwin</strong> prefiriera referirse a<br />

veces a la "<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia con modificaciones". A<strong>de</strong>más, el interés por la evolución<br />

manifestado por Spencer había nacido en el terreno <strong>de</strong> la teoría social y<br />

se había inspirado en el lamarckismo, confirmándose así una vez más el cruce<br />

entre este último y la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> progreso. Por lo tanto, no es <strong>de</strong> extrañar que<br />

<strong>de</strong> la confusión entre darwinismo biológico y evolucionismo social surgiera<br />

una confusión interpretativa, bien reflejada en la etiqueta <strong>de</strong> "dalwinismo<br />

social", con todas las consecuencias a las que ya hemos aludido.<br />

Con más motivo, <strong>Darwin</strong> insistía: "Debo advertir ante todo que uso<br />

esta expresión [lucha por la existencia] en un sentido amplio y metafórico,<br />

que incluye la <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> un ser respecto <strong>de</strong> otro, e incluye -lo<br />

que es más importante- no sólo la vida <strong>de</strong>l individuo, sino también<br />

el éxito al <strong>de</strong>jar <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia". Sin embargo, ello no bastará para evitar<br />

la interpretación "agresiva" <strong>de</strong>l darwinismo, según la cual <strong>Darwin</strong> es el<br />

teórico <strong>de</strong> una naturaleza "roja <strong>de</strong> sangre en dientes y garras", conforme<br />

a la expresión <strong>de</strong> Alfred Tennyson en el poema In memoriam (1850),<br />

es <strong>de</strong>cir, un mundo don<strong>de</strong> los organismos, para sobrevivir, no pue<strong>de</strong>n<br />

más que luchar y matarse entre ellos. No obstante, la argumentación <strong>de</strong><br />

<strong>Darwin</strong> se <strong>de</strong>sarrolla esencialmente en torno a la dimensión ecológica y a<br />

la distribución geográfica <strong>de</strong> los organismos:<br />

De dos cánidos, en tiempo <strong>de</strong> hambre, pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse verda<strong>de</strong>ramente que<br />

luchan entre sí por cuál conseguirá comer o vivir; pero <strong>de</strong> una planta en<br />

el límite <strong>de</strong> un <strong>de</strong>sierto se dice que lucha por la vida contra la sequedad,<br />

aunque más propio sería <strong>de</strong>cir que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> la humedad. De una<br />

5. Herbert Spencer (1820-1903) concebía<br />

la evolución como un progreso, una<br />

complejificación creciente <strong>de</strong> lo homogéneo<br />

a lo heterogéneo. <strong>Darwin</strong> no manifestaba<br />

ningún interés en esa i<strong>de</strong>a, ni nunca empleó el<br />

término <strong>de</strong> evolución en la primera edición <strong>de</strong><br />

El origen <strong>de</strong> las especies; prefería la expresión<br />

"<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia con modificaciones".<br />

DARWIN 71


..lJl/hmpo.'/f1Iú'.Il:.·/(¡f/.<br />

6. El árbol genealógico <strong>de</strong>l hombre, tal<br />

como lo representó el naturalista alemán, y<br />

darwinista convencido, Ernst Haeckel en su<br />

obra Anthropogenie, a finales <strong>de</strong>l siglo XIX. Este<br />

árbol engloba todo el reino animal; el hombre<br />

se encuentra por casualidad en la rama central<br />

más alta... aunque la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> progreso sea<br />

ajena a la evolución darwiniana.<br />

planta que produce anualmente un millar <strong>de</strong> semillas, <strong>de</strong> las que, por<br />

término medio, sólo una llega a completo <strong>de</strong>sarrollo, pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse, con<br />

más exactitud, que lucha con las plantas <strong>de</strong> la misma clase o <strong>de</strong> otras<br />

que ya cubrían el suelo.<br />

A pesar <strong>de</strong> ello, muchos aceptarán o no el darwinismo según suscriban o<br />

no un mo<strong>de</strong>lo socioeconómico basado en la rivalidad y la competencia.<br />

<strong>Darwin</strong> <strong>de</strong>dica un capítulo emero <strong>de</strong> El origen <strong>de</strong> las especies a aclarar<br />

los malemendidos relativos a la expresión "selección natural":<br />

Algunos hasta han imaginado que la selección natural produce la variabilidad,<br />

cuando en realidad implica solamente la conservación <strong>de</strong> las<br />

variaciones que aparecen y benefician al ser, dadas sus condiciones <strong>de</strong><br />

vida [oo.]; y hasta se ha argiiido que, como las plantas no tienen voluntad,<br />

¡la selección natural no les es aplicable! En el sentido literal <strong>de</strong> la palabra,<br />

indudablemente, selección natural es una expresión falsa; pero ¿quién ha<br />

puesto alguna vez un reparo a los químicos que hablan <strong>de</strong> las afinida<strong>de</strong>s<br />

electivas <strong>de</strong> los diferentes elementos? [oo.] Se ha dicho que yo hablo <strong>de</strong> la<br />

selección natural como <strong>de</strong> una potencia activa o divinidad; pero, ¿quién<br />

pone algún reparo a un autor que habla <strong>de</strong> la atracción <strong>de</strong> la gravedad<br />

como si regulase los movimientos <strong>de</strong> los planetas? Todos sabemos lo que<br />

se entien<strong>de</strong> por tales expresiones metafóricas y qué implican; y son casi<br />

necesarias para la brevedad. Del mismo modo, a<strong>de</strong>más, es difícil evitar<br />

el personificar la palabra Naturaleza; pero por Naturaleza quiero <strong>de</strong>cir<br />

sólo la acción y el resultado totales <strong>de</strong> muchas leyes naturales y por leyes,<br />

la sucesión <strong>de</strong> hechos, en cuanto son conocidos por nosotros.<br />

<strong>Darwin</strong> quiere evitar cualquier imerpretación <strong>de</strong> tipo finalista: ningún<br />

propósito, ninguna volumad consciente, ninguna fuerza misteriosa guía<br />

el proceso <strong>de</strong> la selección.<br />

El árbol <strong>de</strong> las especies<br />

En este comexto, <strong>Darwin</strong> imroduce brevememe un tema que profundizará<br />

en La ascen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l hombre (1871), la selección sexual: "Esta forma <strong>de</strong><br />

selección <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>, no <strong>de</strong> una lucha por la existencia en relación con otros<br />

seres orgánicos o con las condiciones externas, sino <strong>de</strong> una lucha entre<br />

los individuos <strong>de</strong> un sexo -generalmente, los machos- por la posesión<br />

<strong>de</strong>l otro sexo. El resultado no es la muerte <strong>de</strong>l competidor <strong>de</strong>safortunado,<br />

sino el que <strong>de</strong>ja poca o ninguna <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia".<br />

La selección natural pue<strong>de</strong> dar lugar a la extinción o a la divergencia <strong>de</strong><br />

los caracteres. <strong>Darwin</strong> introduce esta i<strong>de</strong>a para explicar cómo "en la economía<br />

general <strong>de</strong> un país, cuamo más extensa y perfectameme diversificados<br />

para diferemes costumbres estén los animales y plamas, tamo mayor será<br />

el número <strong>de</strong> individuos que puedan mamenerse". Extinción y divergencia<br />

<strong>de</strong> caracteres se representan precisameme en el único diagrama que figura<br />

en toda la obra. Se trata <strong>de</strong> una esquematización puramente teórica <strong>de</strong> la<br />

<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia con modificación <strong>de</strong> las especies, durante extensos períodos<br />

<strong>de</strong> tiempo, que ilustra cómo "esas ventajas <strong>de</strong>rivadas <strong>de</strong> la divergencia <strong>de</strong><br />

caracteres tien<strong>de</strong>n a producirse cuando se combinan con la. selección<br />

natural y la extinción". Este diagrama no es más que una clasificación<br />

genealógica don<strong>de</strong> se ponen <strong>de</strong> manifiesto las relaciones <strong>de</strong> subordinación<br />

<strong>de</strong> [os diversos grupos <strong>de</strong> organismos.<br />

[oo.] Las varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> una misma especie, muy estrechamente relacionadas<br />

entre sí; las especies <strong>de</strong>l mismo género, menos relacionadas y <strong>de</strong><br />

modo <strong>de</strong>sigual, formando secciones o subgéneros; las especies <strong>de</strong> géneros<br />

distintos, mucho menos relacionadas; y los géneros, relacionados en gra­<br />

72 TEMAS 54


7. los mecanismos responsables <strong>de</strong> la<br />

variación <strong>de</strong> los organismos vivos eran<br />

totalmente <strong>de</strong>sconocidos para <strong>Darwin</strong> y sus<br />

contemporáneos. las leyes <strong>de</strong> la herencia<br />

<strong>de</strong>scubiertas hacia los años 1860 por el padre<br />

Gregor Men<strong>de</strong>l (1822-1884) aportaron una<br />

primera explicación, pero permanecieron<br />

durante mucho tiempo ignoradas. En esta<br />

fotografía, tomada en el monasterio <strong>de</strong><br />

Altbrünn, Men<strong>de</strong>l es el tercero por la <strong>de</strong>recha.<br />

inheritance): que los hijos presentan caracteres intermedios con<br />

respecro a los <strong>de</strong> sus padres es una i<strong>de</strong>a casi universalmente<br />

aceptada. El mismo <strong>Darwin</strong> simpatiza con este concepro,<br />

a pesar <strong>de</strong> plantear importantes problemas<br />

a su teoría <strong>de</strong> las variaciones hereditarias. Estas<br />

se "diluirían" con los sucesivos cruzamienros,<br />

como apunta Henry ]enkin, profesor <strong>de</strong> la<br />

Universidad <strong>de</strong> Glasgow, en 1867. En efecro,<br />

si en un bote <strong>de</strong> pintura blanca se vierten<br />

algunas gotas <strong>de</strong> pintura negra (la variación)<br />

se obtiene pintura gris, <strong>de</strong> la que ya no se<br />

podrá recuperar el color negro puro; y si,<br />

a continuación se diluyen algunas gotas <strong>de</strong><br />

esta mezcla en pintura blanca, la modificación<br />

<strong>de</strong> color está <strong>de</strong>stinada a <strong>de</strong>saparecer. La<br />

objeción está bien fundamentada. <strong>Darwin</strong> es<br />

perfectamente consciente <strong>de</strong> ello, como también<br />

lo es <strong>de</strong> otros interrogantes que se <strong>de</strong>rivan <strong>de</strong> su<br />

teoría, a cuyo análisis <strong>de</strong>dica el sexto capítulo <strong>de</strong> EL<br />

origen <strong>de</strong> las especies. Recor<strong>de</strong>mos también que ulteriormente<br />

añadirá un capítulo como complemento a su obra, en<br />

respuesta a las críticas que se le formularon.<br />

En cuanto a las causas <strong>de</strong> las variaciones, <strong>Darwin</strong> insiste en aclarar la<br />

expresión "<strong>de</strong>bidas a la casualidad" que había utilizado para calificarlas (la<br />

biología evolucionista mo<strong>de</strong>rna utiliza la expresión "mutación aleatoria").<br />

El término "aleatorio" no significa aquí una ausencia <strong>de</strong> causas; significa<br />

solamente que cualesquiera que sean las causas <strong>de</strong> la mutación, ésta no<br />

constituye una respuesta <strong>de</strong>l patrimonio hereditario en vistas a una mejor<br />

adaptación <strong>de</strong>l organismo a su entorno. Dicho <strong>de</strong> otro modo, la mutación<br />

no va necesariamente en la misma dirección que las modificaciones <strong>de</strong>l<br />

medio y no resuelve los problemas que éste provoca en el organismo. En<br />

este sentido preciso es aleatoria, pues no persigue ningún fin. La selección<br />

sólo intervendrá a posteriori y la someterá a examen, conservando o eliminando<br />

lo que, según las circunstancias, será útil o perjudicial al individuo<br />

y, por consiguiente, a la especie.<br />

<strong>Darwin</strong> tiene motivos <strong>de</strong> sobra para temer ser mal interpretado y ver su<br />

discurso recaet en un marco provi<strong>de</strong>ncialista y finalista. Por eso se mantiene<br />

en precisar que "<strong>de</strong>bidas a la casualidad" es "una expresión completamente<br />

incorrecta", pero tiene la ventaja <strong>de</strong> reflejar nuestra ignorancia sobre las<br />

"causas <strong>de</strong> cada variación particular".<br />

Sin embargo, intenta i<strong>de</strong>ntificar las causas posibles <strong>de</strong> estas variaciones,<br />

examinando "las condiciones <strong>de</strong> vida a las que ha estado sometida cada<br />

especie durante varias generaciones sucesivas". No obstante, enseguida<br />

hace notar que se podrían dar "ejemplos <strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s semejantes producidas<br />

por una misma especie en condiciones <strong>de</strong> vida tan diferentes como<br />

puedan concebirse", y por el contrario, "<strong>de</strong> varieda<strong>de</strong>s diferentes producidas<br />

en condiciones externas iguales al parecer". Consi<strong>de</strong>raciones tales como<br />

éstas le inclinaron "a atribuir menos importancia a la acción directa <strong>de</strong><br />

las condiciones ambientales que a una ten<strong>de</strong>ncia a vatiar <strong>de</strong>bida a causas<br />

que ignoramos por completo".<br />

<strong>Darwin</strong> escribe también que no cabe duda <strong>de</strong> que "el uso ha fortalecido<br />

y <strong>de</strong>sarrollado ciertos órganos en los animales domésticos, <strong>de</strong> que el<br />

<strong>de</strong>suso los ha hecho disminuir y <strong>de</strong> que estas modificaciones son hereditarias".<br />

Y cita, entre arras cosas, la atrofia <strong>de</strong> los ojos <strong>de</strong>l topo y <strong>de</strong> las<br />

alas <strong>de</strong>l avestruz, cuyas patas están muy <strong>de</strong>sarrolladas. También evoca la<br />

acción <strong>de</strong>l clima, en particular sobre las plantas, y las variaciones correlacionadas<br />

<strong>de</strong> las diferentes partes <strong>de</strong>l organismo, sobre todo durante el<br />

74 TEMAS 54


11. Dos varieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> gallos, presentados en La<br />

variación <strong>de</strong> los animales y las plantas bajo la<br />

acción <strong>de</strong> la domesticación.<br />

78<br />

La i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la evolución se impuso fácilmente,<br />

no así la <strong>de</strong> la selección natural<br />

En el séptimo capítulo <strong>de</strong> EL origen <strong>de</strong> las especies, añadido en la sexta<br />

edición <strong>de</strong> 1872, <strong>Darwin</strong> respon<strong>de</strong> a otras críticas, en particular, al ataque<br />

<strong>de</strong>l zoólogo inglés Jackson Saint-Georges Mivart (1827-1900). Inicialmente<br />

favorable a las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>, Mivart había adoptado <strong>de</strong>spués una dura<br />

actitud crítica. Había atacado la selección natural en una obra publicada en<br />

1871, cuyo título, Génesis <strong>de</strong> las especies, <strong>de</strong>cía mucho sobre las intenciones<br />

<strong>de</strong> su autor. En efecto, Mivart reafirmaba su fe en el po<strong>de</strong>r divino y objetaba<br />

a <strong>Darwin</strong>, entre otras cosas, que la selección natural no explicaba la<br />

aparición <strong>de</strong> nuevas estructuras útiles para el organismo (véase el recuadro<br />

"Mivart, <strong>Darwin</strong> y los ojos <strong>de</strong> los peces planos").<br />

Refiriéndose a numerosos casos, <strong>Darwin</strong> <strong>de</strong>muestra cómo las costumbres,<br />

el uso y la correspon<strong>de</strong>ncia entre gradaciones <strong>de</strong> estructura y cambios <strong>de</strong><br />

función explican, en términos <strong>de</strong> selección natural, la adquisición progresiva<br />

<strong>de</strong> estructuras nuevas. En su réplica a Mivart, no vacila en utilizar los dos<br />

únicos ejemplos que tomó <strong>de</strong>l reino vegetal: la estructura <strong>de</strong> las flores <strong>de</strong><br />

las orquí<strong>de</strong>as y los movimientos <strong>de</strong> las plantas trepadoras. <strong>Darwin</strong> había<br />

<strong>de</strong>dicado a la cuestión dos trabajos, publicados tras la primera edición <strong>de</strong><br />

El origen <strong>de</strong> las especies.<br />

En La fecundaci6n <strong>de</strong> !as orquí<strong>de</strong>as por los insectos y los buenos resultados <strong>de</strong>l<br />

cruzamiento (1862), explicaba las ventajas <strong>de</strong> la fecundación cruzada e ilustraba<br />

cómo habían <strong>de</strong>sarrollado las orquí<strong>de</strong>as estructuras extraordinariamente<br />

adaptadas para atraer a los insectos en su provecho. En Los movimientos y<br />

los hábitos <strong>de</strong> las plantas trepadoras (1864), <strong>de</strong>scribía las diversas estrategias<br />

adoptadas por las plantas para "alcanzar la luz y el aire libre con el mínimo<br />

consumo <strong>de</strong> materia orgánica posible". Ambos estudios, más allá <strong>de</strong><br />

las numerosas informaciones que incluían, confirmaban el nuevo esquema<br />

explicativo <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>... y constituyeron <strong>de</strong> Jacto un ataque frontal contra la<br />

i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>l Diseñador inteligente. No es sorpren<strong>de</strong>nte, pues, que se convirtieran<br />

en el punto <strong>de</strong> mira polémico <strong>de</strong> los críticos, que si bien habían reconocido<br />

la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> evolución, no podían <strong>de</strong>shacerse <strong>de</strong> una concepción metafísica<br />

<strong>de</strong> la naturaleza en provecho <strong>de</strong> una concepción materialista, ni abandonar<br />

la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> un arquitecto divino por la <strong>de</strong> un proceso ciego y mecanicista.<br />

En este sentido, no es la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la evolución en sí la que encontró los<br />

mayores obstáculos (en realidad, se afirmó y extendió con una rapi<strong>de</strong>z notable),<br />

sino la <strong>de</strong> la selección natural. La evolución se convirtió pronto en<br />

"un hecho", mientras que la selección se mantuvo durante mucho tiempo<br />

como "una hipótesis" (por lo <strong>de</strong>más peligrosa), término por el que se <strong>de</strong>jaba<br />

filtrar <strong>de</strong>liberadamente la i<strong>de</strong>a negativa <strong>de</strong> especulación no científica y no<br />

fundamentada en los hechos. Por lo tanto, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un punto <strong>de</strong> vista histórico<br />

es impru<strong>de</strong>nte emplear los términos "darwinismo" y "evolucionismo"<br />

como sinónimos. Muchos, entre ellos el círculo restringido <strong>de</strong> amigos <strong>de</strong><br />

<strong>Darwin</strong>, se <strong>de</strong>claraban evolucionistas, pero al mismo tiempo rechazaban<br />

ciertos elementos característicos <strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong>.<br />

Incluso el gradualismo darwinista recibió <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un principio duras críticas,<br />

ya que atacaba la concepción existencialista y discreta <strong>de</strong>l mundo vivo.<br />

Fue así cómo, en contra <strong>de</strong> la evolución gradual teorizada por <strong>Darwin</strong><br />

(pequeñas variaciones aleatorias sometidas a la acción <strong>de</strong> la selección acaban<br />

por modificar las especies y originar otras nuevas), se afirmó la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong><br />

una evolución "por saltos", en la que las variaciones gran<strong>de</strong>s dan lugar a<br />

la formación <strong>de</strong> especies nuevas.<br />

La evolución por saltos, ¡una utopía!: Natura non facit sa/tus<br />

Se ha argumentado que existía una razón concreta para preferir la evolución<br />

por saltos a la evolución gradual: la primera permitía preservar la discontinuidad<br />

entre las especies y salvaguardar, aunque in extremis, la <strong>de</strong>finición<br />

TEMAS 54


esencialista <strong>de</strong> la especie. Sin embargo Leibniz ya había afirmado que "la<br />

Nacuraleza no crea ni especies ni géneros toralmente separados: entre ellos<br />

hay siempre algunas formas intermedias".<br />

Por otro lado, <strong>Darwin</strong> es muy claro sobre este punto. En su réplica<br />

a Mivarr, en la última edición <strong>de</strong> El origen <strong>de</strong> las especies, reafirma su<br />

posición:<br />

El señor Mivart, a<strong>de</strong>más, se inclina a opinar, y algunos naturalistas están<br />

<strong>de</strong> acuerdo con él, que las especies nuevas se manifiestan "súbitamente y<br />

por modificaciones que aparecen <strong>de</strong> una vez". [...] Piensa que es dificil<br />

creer que el ala <strong>de</strong> un ave se <strong>de</strong>sarrollase <strong>de</strong> otro modo que por una modificación<br />

'í-elativamente súbita <strong>de</strong> carácter señalado e importante" [...].<br />

Esta conclusión, que implica gran<strong>de</strong>s interrupciones o discontinuidad en<br />

las series, me parece sumamente improbable [...]. Según nuestra experiencia,<br />

las variaciones bruscas y muy marcadas se presentan en nuestras<br />

producciones domésticas aisladamente y a intervalos <strong>de</strong> tiempo bastante<br />

largos. Si esto ocurriese en estado natural, las variaciones estarían expuestas,<br />

como se explicó anteriormente, a per<strong>de</strong>rse por causas acci<strong>de</strong>ntales <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>strucción y por cruzamientos sucesivos, y sabemos que esto ocurre en<br />

estado doméstico, a menos que las variaciones bruscas <strong>de</strong> esta clase sean<br />

especialmente conservadas y separadas por el cuidado <strong>de</strong>! hombre.<br />

<strong>Darwin</strong> menciona el aislamiento en tanto que elemento esencial para la<br />

formación <strong>de</strong> razas domésticas. No obstante, contrariamente a las primeras<br />

formulaciones <strong>de</strong> su teoría, tien<strong>de</strong> a subestimar su papel en la nacuraleza.<br />

Este puntO consticuye, por otro lado, la causa <strong>de</strong> un <strong>de</strong>bate importante,<br />

incluido en el seno <strong>de</strong> la biología evolucionista mo<strong>de</strong>rna, en cuanto al<br />

papel primordial <strong>de</strong>l aislamiento geográfico en la formación <strong>de</strong> las especies<br />

nuevas. La posición <strong>de</strong>fendida por <strong>Darwin</strong> sobre el gradualismo y la<br />

importancia <strong>de</strong> la selección es clara y categórica. Véase cómo concluye el<br />

capículo consagrado a las objeciones formuladas contra su teoría:<br />

El que crea que alguna forma antigua, mediante una ten<strong>de</strong>ncia o fuerza<br />

interna, se transformó <strong>de</strong> repente, por ejemplo, en otra provista <strong>de</strong> alas,<br />

estará casi obligado a admitir, en oposición a toda analogía, que variaron<br />

simultáneamente muchos individuos. [...] Estará, a<strong>de</strong>más, obligado a creer<br />

que se han producido repentinamente muchas conformaciones admirablemente<br />

adaptadas a todas las otras partes <strong>de</strong>l mismo ser y a las condiciones<br />

ambientes; y no podrá presentar ni una sombra <strong>de</strong> explicación <strong>de</strong> estas<br />

complejas y portentosas adaptaciones. [...] Admitir todo esto es, a mi parecer,<br />

entrar en las regiones <strong>de</strong>l milagro y abandonar las <strong>de</strong> la <strong>Ciencia</strong>.<br />

<strong>Darwin</strong> aborda a continuación la cuestión <strong>de</strong>l instinto. Empren<strong>de</strong>r el<br />

escudio <strong>de</strong>l comportamiento es una <strong>de</strong>cisión indudablemente <strong>de</strong>licada y<br />

afirma no tener "la intención <strong>de</strong> investigar el origen <strong>de</strong> las faculta<strong>de</strong>s mentales".<br />

Según una estrategia muy similar a la adoptada para el concepto <strong>de</strong><br />

especie, <strong>de</strong>clara que no intentará dar <strong>de</strong>finición alguna <strong>de</strong>l instinto, y se<br />

limita a explicar: "Comúnmente se dice que es instintivo un acto ejecutado<br />

por un animal, especialmente si es un animal muy joven, sin experiencia,<br />

y cuando es realizado <strong>de</strong>! mismo modo por muchos individuos, sin que<br />

conozcan para qué fin se ejecuta". De este modo aplica al origen <strong>de</strong> los<br />

instintos e! mismo mecanismo que opera en la evolución en general:<br />

No sé ver dificultad alguna en que la selección natural conservase y acumulase<br />

continuamente variaciones <strong>de</strong>l instinto hasta cualquier grado que<br />

fuese provechoso. Así es, a mi parecer, cómo se han originado todos los<br />

instintos más complicados y maravitlosos. No dudo que ha ocurrido con los<br />

DARWIN<br />

12. Zarcillo <strong>de</strong> una planta trepadora que<br />

se enrosca en el tallo <strong>de</strong> otra planta. En<br />

Los movimientos y hábitos <strong>de</strong> las plantas<br />

trepadoras (1864), <strong>Darwin</strong> <strong>de</strong>scribía las<br />

diversas estrategias adoptadas por las plantas<br />

para alcanzar la luz y el aire libre utilizando la<br />

menor cantidad posible <strong>de</strong> materia orgánica..<br />

13. Las flores <strong>de</strong> las orquí<strong>de</strong>as poseen<br />

estructuras que parecen especialmente<br />

adaptadas para atraer a los insectos<br />

polinizadores. <strong>Darwin</strong> se centró en esta<br />

cuestión en su obra La fecundación <strong>de</strong> las<br />

orquí<strong>de</strong>as por los ínsectos y los buenos<br />

resultados <strong>de</strong>l cruzamiento, publicado en 1862.<br />

Abajo, una flor <strong>de</strong>l género Ophrys, sp.<br />

79


El origen<br />

<strong>de</strong> la mente<br />

Deberá proyectarse "mucha luz sobre el origen <strong>de</strong>l hombre y su historia':<br />

concluye <strong>Darwin</strong> en El origen <strong>de</strong> las especies. Tras un largo silencio,<br />

abordará esta <strong>de</strong>licada cuestión en 1870<br />

1. Una caricatura <strong>de</strong>l obispo <strong>de</strong> Oxford, Samuel<br />

Wilberforce, apodado "el untuoso Sam", uno<br />

<strong>de</strong> los protagonistas <strong>de</strong>l legendario, y en parte<br />

filosófico, <strong>de</strong>bate <strong>de</strong> Oxford sobre la teoría <strong>de</strong><br />

la evolución.<br />

82<br />

SaJvo algunas alusiones, e! hombre es e! gran ausente <strong>de</strong> El origen<br />

<strong>de</strong> las especies. <strong>Darwin</strong> ha eludido <strong>de</strong>liberadamente este tema. Sin<br />

duda, no se trataba únicamente <strong>de</strong> una maniobra táctica que pretendía<br />

evitar problemas, como había escrito en una carta a Wallace<br />

mencionada anteriormente. Algunos vieron en ello una <strong>de</strong>cisión polémica,<br />

coherente con e! antiantropocentrismo <strong>de</strong>! naturalista: omitir e! hombre en<br />

El origen <strong>de</strong> las especies equivalía a negarle un pape! central, a sobrenten<strong>de</strong>r<br />

que las leyes válidas para e! resto <strong>de</strong> seres vivos se le podían aplicar sin<br />

una distinción particular.<br />

Sin embargo, otros extraerán a su conveniencia conclusiones inevitables<br />

y avivarán e! <strong>de</strong>bate. Recuér<strong>de</strong>se que e! año anterior a la publicación<br />

<strong>de</strong> El origen <strong>de</strong> las especies, la discusión entre Owen y Huxley<br />

sobre e! hippocampus minor, conocido en términos populares como la<br />

polémica sobre "e! hombre mono", había alcanzado cotas máximas <strong>de</strong><br />

virulencia. Por encima <strong>de</strong> todo, e! tema sobre la animalidad <strong>de</strong>l hombre<br />

se había extendido más allá <strong>de</strong> los círculos cientÍficos, e incluso<br />

servía como argumento a favor <strong>de</strong> reivindicaciones político-i<strong>de</strong>ológicas.<br />

Caricaturas, dibujos humorísticos y rimas invadían la prensa satírica,<br />

como la célebre revista Puncho Evi<strong>de</strong>ntemente, es necesario distinguir<br />

el impacto <strong>de</strong> El origen <strong>de</strong> las especies en los medios estrictamente<br />

científicos <strong>de</strong> las reacciones mucho más espectaculares divulgadas por<br />

la prensa y las socieda<strong>de</strong>s científicas abiertas a un público más amplio,<br />

aunque cultivado.<br />

Se ha constatado que, tras salir a la luz El origen <strong>de</strong> las especies,<br />

fueron cada vez más abundantes las reseñas y comentarios sobre la<br />

obra, con la aparición <strong>de</strong> grupos <strong>de</strong> opinión más o menos sectarios a<br />

favor o en contra <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> y <strong>de</strong> sus i<strong>de</strong>as; en su mayoría, los <strong>de</strong>bates<br />

giraban en torno a sus consecuencias para el concepto <strong>de</strong> hombre<br />

y la explicación provi<strong>de</strong>ncialista <strong>de</strong>l mundo natural. Naturalmente,<br />

la prensa religiosa se pronunció contra las "herejías mo<strong>de</strong>rnas", utilizando<br />

todo tipo <strong>de</strong> estrategias en sus ataques: <strong>de</strong>nuncias, burlas,<br />

críticas <strong>de</strong> la estructura lógica y metodológica <strong>de</strong> las argumentaciones<br />

darwinistas. Hacia el fin <strong>de</strong> los años sesenta <strong>de</strong>l siglo XIX, cuando<br />

el éxito <strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong> la evolución era evi<strong>de</strong>nte y las metáforas <strong>de</strong><br />

<strong>Darwin</strong> se habían introducido (a menudo en un sentido impropio)<br />

en e! lenguaje corriente, los ataques se afinaron: sus <strong>de</strong>tractores recalcaron<br />

que la teoría aceptada <strong>de</strong> la evolución por los expertos no era<br />

la teoría darwinista, ya que muchos habían rechazado <strong>de</strong> la misma<br />

la selección natural.<br />

TEMAS 54


84 TEMAS 54


5. Macho <strong>de</strong>l ave <strong>de</strong>l paraíso raggiana<br />

(Paradisaea raggiana) efectuando su parada<br />

nupcial. Según <strong>Darwin</strong>, la lucha por la<br />

supervivencia está acompañada por una lucha<br />

constante por la posesión <strong>de</strong> las hembras. Esta<br />

lucha paralela ha incitado a los machos <strong>de</strong><br />

ciertas especies a <strong>de</strong>sarrollar unos ornamentos<br />

poco discretos, que no les son <strong>de</strong> ninguna<br />

utilidad en la lucha por la supervivencia, pero<br />

que atraen a las hembras y favorecen así su<br />

reproducción.<br />

86<br />

importantes, entre ellos La variación <strong>de</strong> los animales y las plantas bajo la<br />

acción <strong>de</strong> la domesticación, en 1868. No obstante, <strong>Darwin</strong> había evitado<br />

cuidadosamente la cuestión <strong>de</strong>l origen <strong>de</strong>l hombre. Inicialmente había<br />

previsto incluir en El origen <strong>de</strong> las especies un capítulo <strong>de</strong>dicado al hombre,<br />

pero había renunciado a ello a causa <strong>de</strong>l volumen excesivo que ya había<br />

alcanzado la obra. En los años setenta, <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> abordar este espinoso problema:<br />

"Cuando observé que muchos naturalistas aceptaban la doctrina<br />

<strong>de</strong> la evolución <strong>de</strong> las especies, me pareció oportuno trabajar sobre las<br />

notas que ya poseía y publicar especialmente un tratado sobre el origen<br />

<strong>de</strong>l Hombre", escribe en su Autobiografía.<br />

El hombre, un animal más<br />

Un nuevo cambio cultural incita a <strong>Darwin</strong> a expresarse sobre el origen <strong>de</strong>l<br />

hombre. Una serie <strong>de</strong> trabajos había dotado a la psicología <strong>de</strong> consistencia<br />

científica: los estudios en neurofisiología y en psicafisiología experimentales<br />

(estudios <strong>de</strong> las relaciones entre el funcionamiento <strong>de</strong>l cerebro y el comportamiento),<br />

el análisis fisiológico <strong>de</strong>l comportamiento, la aplicación <strong>de</strong><br />

técnicas <strong>de</strong> medición al análisis psicológico y el asociacionismo evolucionista<br />

<strong>de</strong> Spencer (según el cual, las asociaciones estímulo-respuesta se transmiten<br />

<strong>de</strong> una generación a otra mediante modificaciones <strong>de</strong>l sistema nervioso).<br />

Al liberarse <strong>de</strong> la tradición filosófica, la psicología había encontrado en<br />

las ciencias naturales un nuevo fundamento y, a su vez, había ofrecido a<br />

la <strong>investigación</strong> en biología la legitimización <strong>de</strong> un análisis científico <strong>de</strong>l<br />

espíritu, análisis al que <strong>Darwin</strong> se asiría sin vacilar.<br />

En 1871, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> tres años <strong>de</strong> trabajo, publica La ascen4encia <strong>de</strong>l<br />

hombre y la selección sexual. A partir <strong>de</strong> 1874, aparece una segunda edición<br />

revisada. En ella <strong>Darwin</strong> elabora <strong>de</strong> nuevo <strong>de</strong>smesuradamente sus notas,<br />

hasta convertirla en una obra en dos volúmenes que aborda, como indica<br />

su título, el concepto <strong>de</strong> selección sexual. Es uno <strong>de</strong> los aspectos <strong>de</strong> su<br />

teoría don<strong>de</strong> su <strong>de</strong>sacuerdo con Wallace es más profundo.<br />

"A menudo se ha afirmado con rotundidad -escribe <strong>Darwin</strong>- que<br />

nunca se podría conocer al hombre; pero la ignorancia engendra más<br />

confianza que el conocimiento, y son los que saben poco, y no los que<br />

TEMAS 54


saben mucho, los que afirman <strong>de</strong> una manera perentoria que la ciencia<br />

nunca podrá resolver talo cual problema". El objetivo principal <strong>de</strong> la<br />

obra es precisamente examinar si el hombre, igual que las otras especies,<br />

<strong>de</strong>scien<strong>de</strong> <strong>de</strong> alguna forma preexistente, compren<strong>de</strong>r <strong>de</strong> qué modo<br />

se produce y evaluar las diferencias entre las "razas" humanas. En La<br />

ascen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l hombre, <strong>Darwin</strong> formula finalmente el concepto naturalista<br />

<strong>de</strong>l hombre al que se adhiere <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la época <strong>de</strong> la redacción <strong>de</strong><br />

los Cua<strong>de</strong>rnos: la continuidad entre el hombre y los otros animales se<br />

aplica tanto a las características físicas como a las características mentales,<br />

morales y sociales. Se interesa en particular por las faculta<strong>de</strong>s intelectuales<br />

que dan lugar a una "capacidad mental superior" -tales como<br />

la curiosidad, la imitación, la atención, la memoria, la imaginación, la<br />

razón, la abstracción, el lenguaje y la conciencia-, no para <strong>de</strong>sarrollar<br />

una psicología sistemática, sino para <strong>de</strong>mostrar que esos temas pue<strong>de</strong>n<br />

ser abordados <strong>de</strong> manera coherente y eficaz en el cuadro <strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong><br />

la evolución.<br />

<strong>Darwin</strong> analiza la genealogía humana. Tras haber reafirmado la vali<strong>de</strong>z<br />

<strong>de</strong> las leyes generales que han llevado a la diversificación <strong>de</strong> los animales<br />

inferiores, escribe:<br />

[El hombre] se ha multiplicado tan rápidamente, que se ha visto sometido<br />

por fuerza a la lucha por la existencia y, en consecuencia, a la<br />

acción <strong>de</strong> la selección natural. Ha engendrado numerosas razas, algunas<br />

<strong>de</strong> effas tan divergentes, que varios naturalistas las han consi<strong>de</strong>rado especies<br />

distintas. El cuerpo <strong>de</strong>l hombre se ha construido según el mismo<br />

plan homólogo que el <strong>de</strong> otros mamíferos. Atraviesa las mismas fases <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>sarroffo embriológico. Conserva muchas conformaciones rudimentarias<br />

e inútiles que, sin duda, tuvieron su utilidad en el pasado. [...] Si el<br />

origen <strong>de</strong>l hombre hubiese sido totalmente diferente <strong>de</strong>l origen <strong>de</strong>l resto<br />

<strong>de</strong> los animales, esas manifestaciones dispares no serían más que errores<br />

sin sentido, y una hipótesis semejante es inadmisible. Por el contrario, esas<br />

manifestaciones se vuelven comprensibles, al menos en una gran parte, si<br />

se consi<strong>de</strong>ra que el hombre es, junto con otros mamíferos, el <strong>de</strong>scendiente<br />

común <strong>de</strong> algún tipo inferior <strong>de</strong>sconocido.<br />

6. Jóvenes woodabe, <strong>de</strong> Níger, maquillados y<br />

engalanados para la fiesta Gerewol, durante<br />

la cual las muchachas escogen al joven más<br />

apuesto <strong>de</strong>l año. Según <strong>Darwin</strong>, las diferencias<br />

entre las "razas" se <strong>de</strong>berían a la selección<br />

sexual; esas diferencias no son <strong>de</strong> ningún<br />

provecho especial para los hombres en la lucha<br />

por la existencia, pero les suponen una ventaja<br />

en la reproducción.


9. La expresión <strong>de</strong> un chimpancé enfadado<br />

y gruñón, <strong>de</strong> nuevo según un dibujo<br />

<strong>de</strong>l natural <strong>de</strong> Wood.<br />

10. <strong>Darwin</strong> ilustró La expresión <strong>de</strong> las<br />

emociones con fotografías. Arriba, expresión<br />

<strong>de</strong> sorpresa; en la página siguiente,<br />

expresiones <strong>de</strong> disgusto.<br />

Cualquiera que admita el principio <strong>de</strong> la evolución y, en cambio, experimente<br />

alguna dificultad en creer que las hembras <strong>de</strong> los mamíferos,<br />

<strong>de</strong> las aves, <strong>de</strong> los reptiles y <strong>de</strong> los peces hayan podido <strong>de</strong>sarrollar<br />

el gusto por la belleza hacia los machos, gusto que por lo general<br />

concuerda con el nuestro, <strong>de</strong>be recordar que, en cada miembro<br />

<strong>de</strong> la serie <strong>de</strong> los vertebrados, las células nerviosas <strong>de</strong>l cerebro<br />

<strong>de</strong>rivan directamente <strong>de</strong> las que poseía el antepasado común<br />

<strong>de</strong>l grupo entero: el cerebro y las faculta<strong>de</strong>s mentales pue<strong>de</strong>n<br />

recorrer un <strong>de</strong>sarrollo análogo bajo condiciones semejantes<br />

y, en consecuencia, pue<strong>de</strong>n cumplir aproximadamente las<br />

mismas funciones.<br />

La selección sexual <strong>de</strong>sempeñó también un papel importante<br />

y coherente para la teoría en su globalidad. Al <strong>de</strong>mostrar<br />

los límites <strong>de</strong> acción <strong>de</strong> la selección natural, abría la<br />

posibilidad <strong>de</strong> una interpretación más amplia <strong>de</strong>l mecanismo<br />

selecüvo en general: la evolución no selecciona ranto una<br />

especie por su capacidad <strong>de</strong> sobrevivir cuanto por su éxito<br />

reproductor. Cuanto más importante sea la <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong><br />

un macho, más probabilida<strong>de</strong>s tendrá éste <strong>de</strong> transmitir su<br />

patrimonio genético. Es precisamente en esta dirección en la<br />

que se <strong>de</strong>sarrollará la biología evolucionista <strong>de</strong>l siglo xx. Algunos<br />

estudios han <strong>de</strong>mostrado, en efecto, que en ciertas especies existen<br />

genes (que intervienen, por ejemplo, en el metabolismo <strong>de</strong> las grasas) que<br />

favorecen la reproducción, aunque reducen la esperanza <strong>de</strong> vida.<br />

A pesar <strong>de</strong> ello, o quizás a causa <strong>de</strong> ello, la selección sexual fue el objeto<br />

<strong>de</strong> numerosas críticas. Hasta hace poco dio incluso lugar a múltiples<br />

ataques. Algunos han afirmado que se trataba <strong>de</strong> una simple hipótesis<br />

ad hoc, que sirvió para tapar las brechas <strong>de</strong> la teoría <strong>de</strong> la evolución por<br />

selección natural.<br />

La expresión <strong>de</strong> las emociones<br />

En La ascen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l hombre, <strong>Darwin</strong> anuncia que <strong>de</strong>sea abordar <strong>de</strong> manera<br />

explícita otro aspecto, no por más específico menos significaüvo, en<br />

la reconstrucción <strong>de</strong> una historia natural <strong>de</strong>l espíritu. En la introducción<br />

escribe:<br />

Ténía la intención <strong>de</strong> añadir aquí un ensayo sobre la expresión <strong>de</strong> las<br />

diversas emociones en el hombre y los animales menos elevados, tema que<br />

me había llamado la atención, ya hace algunos años, en la obra <strong>de</strong> Sir<br />

Charles Bell. Este anatomista célebre sostiene que el hombre posee ciertos<br />

músculos únicamente <strong>de</strong>stinados a expresar sus emociones, opinión que yo<br />

<strong>de</strong>bía tener en cuenta, por oponerse claramente a la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que el hombre<br />

sea el <strong>de</strong>scendiente <strong>de</strong> cualquier otra forma inferior. Igualmente, <strong>de</strong>seaba<br />

verificar hasta qué punto las emociones se expresan <strong>de</strong> la misma manera<br />

en las diferentes razas humanas. Pero a causa <strong>de</strong> la longitud <strong>de</strong> la obra<br />

actual, he <strong>de</strong>bido renunciar a incluir en ella dicho ensayo, que está en<br />

parte terminado y será objeto <strong>de</strong> una publicación in<strong>de</strong>pendiente..<br />

La expresión <strong>de</strong> las emociones en el hombre y los animales aparece en 1872,<br />

un año <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> La ascen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l hombre. Una vez más, se trata <strong>de</strong> una<br />

obra más bien voluminosa: <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> una introducción y tres capítulos<br />

<strong>de</strong>dicados a enunciar los principios <strong>de</strong> la expresión, expone a lo largo <strong>de</strong><br />

dos capítulos los medios <strong>de</strong> expresión y las expresiones específicas en los<br />

animales. El resto <strong>de</strong>l libro, hasta llegar a las conclusiones, se <strong>de</strong>dica a las<br />

expresiones específicas <strong>de</strong>l hombre.<br />

90 TEMAS 54


<strong>Darwin</strong> analiza un enorme espectro <strong>de</strong> actitu<strong>de</strong>s o <strong>de</strong> senrimienros<br />

-sufrimienro y llantos, gozo y alegría, reflexión, odio e ira, <strong>de</strong>sprecio y<br />

disgusto, sorpresa y miedo y, finalmenre, el fenómeno <strong>de</strong>l rubor, "la más<br />

humana <strong>de</strong> todas las expresiones"-, y ofrece para cada comportamienro<br />

una <strong>de</strong>scripción esquemática en términos <strong>de</strong> fisiología neuromuscular,<br />

basada en múlriples ejemplos.<br />

A través <strong>de</strong> una exposición rápida y <strong>de</strong>nsa <strong>de</strong> las numerosas obras<br />

<strong>de</strong>stinadas al estudio <strong>de</strong> la expresión, <strong>Darwin</strong> se distancia <strong>de</strong> la vieja<br />

tradición <strong>de</strong> la fisiognomía, <strong>de</strong>finida como el "arte <strong>de</strong> conocer el carácter<br />

medianre el estudio <strong>de</strong>l estado habitual <strong>de</strong> los rasgos". Recor<strong>de</strong>mos que<br />

el capitán FitzRoy había dudado en admitirle a bordo <strong>de</strong>l Beagle a causa<br />

<strong>de</strong> su nariz.<br />

También critica a numerosos autores, como los ilustres fisiólogos Pierre<br />

Gratiolet y Charles Bell (éste había publicado en 1844 la tercera edición <strong>de</strong><br />

su Anatomía y filosofia <strong>de</strong> la expresión), quienes "parecen estar firmemenre<br />

convencidos <strong>de</strong> que la especie, incluida por supuesto la humana, apareció<br />

en su estado actual. Sir Charles Bell, imbuido <strong>de</strong> esta convicción, opina<br />

que muchos <strong>de</strong> nuestros músculos <strong>de</strong>l rostro son sólo instrumentos <strong>de</strong> la<br />

expresión o se hallan especialmente dispuestos para tal fin. Sin embargo, el<br />

simple hecho <strong>de</strong> que los simios anrropoi<strong>de</strong>s posean los mismos músculos<br />

faciales que nosotros <strong>de</strong>termina que esta afirmación sea muy improbable,<br />

ya que presumo que nadie estará dispuesto a admitir que los simios hayan<br />

sido provistos <strong>de</strong> músculos especiales únicamente para ejecutar sus<br />

<strong>de</strong>sagradables muecas. Asimismo, a casi todos los músculos <strong>de</strong>l rostro se<br />

les pue<strong>de</strong> asignar, con una gran verosimilitud, unos usos distintos, in<strong>de</strong>pendienres<br />

<strong>de</strong> la expresión".<br />

Al mismo tiempo que critica la teoría <strong>de</strong> las creaciones in<strong>de</strong>pendienres<br />

<strong>de</strong> las especies ("según esta doctrina, todo podría y pue<strong>de</strong> ser explicado <strong>de</strong><br />

igual modo; y su influencia ha sido tan funesta para la expresión como<br />

para todas las otras ramas <strong>de</strong> la historia natural"), <strong>Darwin</strong> llega a su tesis<br />

fundamental sobre la expresión:<br />

Ciertas expresiones <strong>de</strong> la especie humana, los pelos que se erizan en situación<br />

<strong>de</strong> terror extremo, los dientes que se enseñan en un arrebato <strong>de</strong><br />

rabia, son casi inexplicables si no se admite que el hombre ha vivido en<br />

el pasado en unas condiciones muy inftriores y parecidas a la bestialidad.<br />

La coinci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> ciertas expresiones en especies dispares (aunque<br />

próximas entre sí), por ejemplo, los movimientos <strong>de</strong> los mismos músculos<br />

<strong>de</strong>l rostro durante la risa en el hombre y en varios simios, se entien<strong>de</strong> un<br />

poco mejor si se cree en la <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> esas especies <strong>de</strong> un antepasado<br />

común. Aquel que acepta <strong>de</strong> manera general el <strong>de</strong>sarrollo gradual <strong>de</strong> la<br />

organización y <strong>de</strong> los hdbitos en todos lo animales verd aclararse toda<br />

la cuestión <strong>de</strong> la expresión <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un dngulo nuevo e interesante.<br />

La génesis <strong>de</strong> una expresión<br />

<strong>Darwin</strong> no ofrece una <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> la "emoción". En realidad, no se ocupa<br />

en absoluto <strong>de</strong>l tema y se concenrra en las expresiones, directamenre<br />

observables aunque su fugacidad y las sugestiones <strong>de</strong> nuestra imaginación<br />

nos lleven a veces al error. Con este fin, menciona en diversas ocasiones los<br />

estudios experimenrales <strong>de</strong> Guillaume-Benjamin Duchenne (1806-1875),<br />

neurólogo francés que había publicado, en 1862, Mecanismo <strong>de</strong> la fisonomía<br />

humana, o andlisis electrofisiológico <strong>de</strong> la expresión <strong>de</strong> las pasiones. Mediante<br />

la estimulación eléctrica <strong>de</strong> los músculos <strong>de</strong>l rostro, el neurólogo provoca<br />

movimientos expresivos asimilables a las expresiones auténricas, a fin <strong>de</strong><br />

analizar su fundamento fisiológico. <strong>Darwin</strong> tuvo la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> presenrar las<br />

abundantes fotografías tomadas por Duchenne a sujetos que <strong>de</strong>sconocen<br />

DARWIN 91


11. Una <strong>de</strong> las fotografías <strong>de</strong> los experimentos<br />

<strong>de</strong> Duchenne sobre la estimulación eléctrica <strong>de</strong><br />

los músculos <strong>de</strong>l rostro.<br />

12. Caricatura <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> como "hombremono",<br />

92<br />

totalmente las técnicas utilizadas por este último para inducir las expresiones;<br />

<strong>de</strong> este modo, <strong>Darwin</strong> verifica experimentalmente la capacidad<br />

<strong>de</strong> esos sujetos neutros para i<strong>de</strong>ntificar diferentes expresiones, fuera <strong>de</strong><br />

todo contexto. Su objetivo es correlacionar las expresiones y los "estados<br />

mentales" asociados.<br />

La fotografía ha empezado, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace muy poco, a servir <strong>de</strong> apoyo a<br />

la <strong>investigación</strong> científica. La expresión <strong>de</strong> las emociones es uno <strong>de</strong> los primeros<br />

textos don<strong>de</strong> se publican, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> las fotografías <strong>de</strong> Duchenne,<br />

unos clichés cuidadosamente escogidos por <strong>Darwin</strong> y, en ciertos casos,<br />

ejecutados expresamente por actores. En efecto, la técnica fotográfica <strong>de</strong><br />

la época exige mantener durante largo tiempo la postura, lo que difícilmente<br />

habría permitido captar las expresiones en directo. Por la misma<br />

razón, <strong>Darwin</strong> encarga realizar dibujos para ilustrar <strong>de</strong>l natural las posturas<br />

expresivas <strong>de</strong> los animales.<br />

A<strong>de</strong>más, <strong>Darwin</strong> explota una variedad <strong>de</strong> métodos que <strong>de</strong>scribe con<br />

pormenor. Igual que en los Cua<strong>de</strong>rnos y en el diario que escribe <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el<br />

nacimiento <strong>de</strong> su primer hijo, para <strong>de</strong>mostrar el origen instintivo y no<br />

aprendido <strong>de</strong> ciertas expresiones, se basa en la observación <strong>de</strong> los niños<br />

"porque expresan diversas emociones 'con una energía extraordinaria', según<br />

<strong>de</strong>staca Sir Charles Bell". En segundo lugar, le parece oportuno estudiar<br />

a los alienados, "ya que están sujetos a las pasiones más fuertes y les dan<br />

libre curso". También indaga en las expresiones representadas por los pintores<br />

y escultores: "Había esperado encontrar una ayuda po<strong>de</strong>rosa en los<br />

gran<strong>de</strong>s maestros <strong>de</strong> la pintura y la escultura, que son unos observadores<br />

tan atentos [...J, pero salvo algunas excepciones, no he encontrado ningún<br />

provecho en ellos. La razón es, sin duda, que en las obras <strong>de</strong> arte la belleza<br />

constituye el fin principal; pero la intensa contracción <strong>de</strong> los músculos <strong>de</strong>l<br />

rostro es incompatible con la belleza". Incluso cita las célebres Conferencias<br />

sobre la expresión <strong>de</strong> los diferentes tipos <strong>de</strong> pasiones <strong>de</strong>l pintor Charles Le<br />

Brun, que datan <strong>de</strong> 1667 y que "contienen algunas observaciones buenas",<br />

junto con "extraños contrasentidos".<br />

Por otro lado, <strong>Darwin</strong> consi<strong>de</strong>ra "<strong>de</strong> la mayor importancia verificar<br />

si en todas las razas humanas, sobre todo las que han mantenido pocas<br />

relaciones con los europeos, existen las mismas expresiones y los mismos<br />

gestos, como se ha asegurado a menudo sin pruebas suficientes. Si los<br />

mismos movimientos <strong>de</strong> las facciones o <strong>de</strong>l cuerpo expresan las mismas<br />

emociones en razas humanas distintas po<strong>de</strong>mos concluir, con una gran<br />

probabilidad, que esas expresiones son las verda<strong>de</strong>ras, es <strong>de</strong>cir, son innatas<br />

o instintivas". Con esta finalidad había preparado, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1867, un cuestionario<br />

<strong>de</strong> dieciséis preguntas a las que respondieron funcionarios <strong>de</strong> las<br />

colonias y misioneros. De los resultados <strong>de</strong> la encuesta concluyó "que un<br />

mismo estado <strong>de</strong> espíritu se expresa en cualquier país con una <strong>de</strong>stacable<br />

uniformidad". Por último, realiza observaciones muy precisas sobre las<br />

expresiones <strong>de</strong> los animales, ya que" [ese aspecto] nos proporciona la base<br />

más segura para establecer <strong>de</strong> una manera general las causas o el origen<br />

<strong>de</strong> diversos movimientos <strong>de</strong> la expresión".<br />

<strong>Darwin</strong> formula así tres principios. El primero es el principio <strong>de</strong> la utilidad<br />

<strong>de</strong> los hábitos asociados, según el cual "los movimientos útiles para<br />

la consecución <strong>de</strong> un <strong>de</strong>seo o el alivio <strong>de</strong> una sensación dolorosa, si se<br />

repiten con frecuencia, se convierten en tan habituales que se reproducen<br />

cada vez que aparece este <strong>de</strong>seo o sensación". En otras palabras, los<br />

comportamientos instintivos se <strong>de</strong>rivan <strong>de</strong> costumbres adquiridas a través<br />

<strong>de</strong>l refuerzo psicológico. Por ejemplo, la actitud <strong>de</strong> un gato asustado por<br />

un perro será siempre la misma, caracterizada por el erizamiento <strong>de</strong> los<br />

pelos, el lomo curvado y la emisión <strong>de</strong> un soplido. El segundo principio<br />

es el principio <strong>de</strong> la antítesis, según el cual "el uso constante [...] afirma<br />

en nosotros la costumbre <strong>de</strong> ejecutar voluntariamente actos opuestos [...].<br />

TEMAS 54


Cuando <strong>Darwin</strong> enunció su teoría <strong>de</strong> la evolución, en 1859, los<br />

conocimientos sobre genética eran nulos. A principios <strong>de</strong>l siglo xx,<br />

los trabajos <strong>de</strong> Thomas Morgan (1866-1945) sobre la genética <strong>de</strong> los<br />

mutantes <strong>de</strong> Drosophila <strong>de</strong>mostraron que pequeñas mutaciones en un<br />

animal tienen a veces consecuencias muy importantes sobre su anatomía.<br />

A<strong>de</strong>más, el estudio <strong>de</strong> la genética <strong>de</strong> las poblaciones proporciona<br />

ciertos datos, como la frecuencia <strong>de</strong> un gen, que permiten observar la<br />

selección natural en acción. En 1937, el genético Theodosius Dobzhansky<br />

(1900-1975) señaló que tales estudios <strong>de</strong> genética aportan<br />

una nueva mirada sobre la teoría <strong>de</strong> la evolución, y elaboró la teoría<br />

sintética <strong>de</strong> la evolución que enlazaba la genética y el darwinismo. A él<br />

se unieron pronto el anatomista y embriólogo Julian Huxley (1887­<br />

1975), el ornitólogo Ernst Mayr, el paleontólogo George G. Simpson<br />

(1902-1984) y el botánico G. Ledyard Stebbins, quienes aplicaron esas<br />

i<strong>de</strong>as a sus disciplinas. De ese acercamiento <strong>de</strong> evolución y genética<br />

nació el neodarwinismo: en el seno <strong>de</strong> las poblaciones, las variaciones<br />

hereditarias, resultado <strong>de</strong> mutaciones mínimas, se someten a la<br />

accíón <strong>de</strong> la selección natural, que modifica las frecuencias génicas <strong>de</strong><br />

esas poblaciones. Esos cambios conducen a una mejor adaptación <strong>de</strong><br />

los organismos. De esta síntesis <strong>de</strong>staca, sobre todo, la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> una<br />

evolución a pequeños pasos y la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> progreso, una <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as<br />

clave <strong>de</strong> Simpson: la evolución representaría, por una parte, una transformación<br />

gradual <strong>de</strong> lo vivo y, por otra parte, una progresión hacia<br />

una "mejor adaptación". A partir <strong>de</strong> los años setenta <strong>de</strong>l siglo xx, esta<br />

visión vacilará ante la irrupción, entre otras, <strong>de</strong> la biología molecular y<br />

la sistemática.<br />

Sin embargo, la conmoción no fue inmediata. Por causa tuvo más<br />

bien un cambio en la forma <strong>de</strong> ver el genoma: con gran sorpresa, los<br />

genéticos <strong>de</strong>scubren que el genoma no es una estructura compacta y<br />

rígida, a semejanza <strong>de</strong> un programa informático, sino una ca<strong>de</strong>na <strong>de</strong><br />

elementos -los genes- capaces <strong>de</strong> duplicarse y recombinarse. A raíz<br />

<strong>de</strong> estas modificaciones aparecen nuevos genes, que pue<strong>de</strong>n adquirir<br />

entonces nuevas funciones. Ciertas secuencias, como los transposones,<br />

pue<strong>de</strong>n incluso <strong>de</strong>splazarse e insertar copias <strong>de</strong> sí mismos en<br />

otras partes <strong>de</strong>l genoma. Contra toda previsión, esos transposones tan<br />

sólo codifican las proteínas que les son útiles, pero que no sirven a su<br />

huésped. En el <strong>de</strong>cenio <strong>de</strong> 1990, algunos estudios <strong>de</strong>mostraron que los<br />

transposones son numerosos y ocupan, por ejemplo, el44 por ciento<br />

<strong>de</strong>l genoma humano. iCasi la mitad <strong>de</strong>l genoma, a priori, no tiene<br />

ninguna utilidad para el organismo!<br />

En esa época también se pone <strong>de</strong> manifiesto la existencia, en una<br />

misma célula, <strong>de</strong> conflictos en el interior <strong>de</strong>l genoma, o entre dos<br />

genomas diferentes, como los <strong>de</strong>l núcleo y las mitocondrias. Así pues,<br />

la selección no se aplica sólo sobre el organismo, sino sobre toda<br />

entidad más o menos autónoma que incluya uno o diversos genes. Se<br />

distinguen entonces diferentes niveles <strong>de</strong> selección según la entidad <strong>de</strong><br />

que se trate: el nivel molecular, el nivel celular y, por supuesto, el nível<br />

<strong>de</strong>l organismo. Algunos biólogos privilegian un nivel más que otro.<br />

<strong>Darwin</strong> opinaba que la selección actúa sobre el organismo, Wallace,<br />

sobre la especie. En el lado opuesto, Richard Dawkins, en los años<br />

setenta, únicamente consi<strong>de</strong>ra los genes como blanco <strong>de</strong> la selección y<br />

ve los organismos como instrumentos para propagar el ADN. El biólogo<br />

Stephen Jay Gould (1941-2002), en cambio, preconizará una evolución<br />

activa en todos los niveles.<br />

A lo largo <strong>de</strong> los años, los investigadores refutarán ciertos puntos<br />

<strong>de</strong> la teoría sintética. Así, en 1991 aparece la teoría neutralista <strong>de</strong> la<br />

evolución molecular <strong>de</strong> Motoo Kimura, según la cual, la mayoría <strong>de</strong> las<br />

mutaciones serían neutras y no aportarían ninguna ventaja selectiva.<br />

La cúpula <strong>de</strong> la catedral <strong>de</strong> San Marcos, en Venecia, reposa sobre<br />

cuatro arcos. Este tipo <strong>de</strong> arquitectura hace aparecer cuatro<br />

pechinas (en color azul) que el <strong>de</strong>corador ha aprovechado, pero<br />

que el arquitecto no había "programado". De igual modo, en los<br />

seres vivos la exaptación es la utilización <strong>de</strong> los caracteres que<br />

preexisten fortuitamente.<br />

En 1979, Gould y Richard Lewontin forjan el concepto <strong>de</strong> exaptación,<br />

esto es, la utilización, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un punto <strong>de</strong> vista evolutivo, <strong>de</strong> un carácter<br />

que preexistía fortuitamente. Dicho <strong>de</strong> otro modo, a partir <strong>de</strong> lo viejo la<br />

evolución construye algo nuevo.<br />

La historia <strong>de</strong> las especies también se reexamina: la c1adística,<br />

obra <strong>de</strong>l entomólogo alemán Willi Hennig (1915-1976) propone<br />

establecer árboles don<strong>de</strong> aparecen relaciones <strong>de</strong> parentesco, pero<br />

sin buscar los antepasados. En esta clasificación, los fósiles ya no son<br />

ancestros potenciales, sino "primos" en los que se examina el grado<br />

<strong>de</strong> parentesco con otras especies. La i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> "progreso" también es<br />

<strong>de</strong>batida, especialmente por Leigh Van Valen, quien, en 1973, constata<br />

que la probabilidad <strong>de</strong> extinción <strong>de</strong> una especie es in<strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong>l<br />

tiempo. En otras palabras, las especies evolucionan y se adaptan pero<br />

no modifican su probabilidad <strong>de</strong> extinción, ya que las otras especies<br />

también evolucionan.<br />

Finalmente, en 1977, el <strong>de</strong>bate se centra en los mismos orígenes <strong>de</strong><br />

la vida. La filogenia molecular ha <strong>de</strong>mostrado que las mitocondrias y<br />

los c1oroplastos son bacterias que viven en simbiosis en el citoplasma<br />

<strong>de</strong> las células <strong>de</strong> los mamíferos. Igualmente, ciertos transposones<br />

serían los vestigios <strong>de</strong> antiguos virus colonizadores ... No somos más<br />

que una quimera, y la visión gradualista hacia el progreso continuo se<br />

<strong>de</strong>sdibuja a favor <strong>de</strong>l "bricolaje <strong>de</strong> la evolución", que domina en todos<br />

los niveles <strong>de</strong> integración.<br />

DARWIN 93


13. Fotografía <strong>de</strong> prensa <strong>de</strong>l entierro <strong>de</strong><br />

Charles <strong>Darwin</strong>, celebrado en la abadía <strong>de</strong><br />

Westminster.<br />

94<br />

[A veces, incluso], en un estado <strong>de</strong> ánimo<br />

<strong>de</strong>terminado, <strong>de</strong>be producitse una ten<strong>de</strong>ncia<br />

involuntaria, irresistible, a la realización <strong>de</strong><br />

actos totalmente contrarios". <strong>Darwin</strong> señala<br />

el ejemplo <strong>de</strong> un perro dócil: "Ninguno <strong>de</strong><br />

sus movimientos, <strong>de</strong> sus exptesiones más<br />

claras <strong>de</strong> afecto le son <strong>de</strong> utilidad alguna al<br />

animal. Parece que éstas se explicitan porque<br />

se hallan en total oposición o antítesis con<br />

respecto a la expresión <strong>de</strong> cólera". El tercer<br />

principio, <strong>de</strong>nominado el principio <strong>de</strong> acción<br />

directa <strong>de</strong>l sistema nervioso, reúne los comportamientos<br />

que no pue<strong>de</strong>n incluirse en las<br />

categorías prece<strong>de</strong>ntes. Según <strong>Darwin</strong>, el exceso<br />

<strong>de</strong> energía nerviosa <strong>de</strong>splegada durante<br />

una emoción <strong>de</strong>riva hacia comportamientos<br />

como la transpiración o los temblotes, pOt<br />

la única razón <strong>de</strong> que ha <strong>de</strong> liberarse hacia<br />

algún sitio y esas vías se encuentran ya dibujadas:<br />

"La fuerza nerviosa fluye fácilmente<br />

pOt cauces que ya ha recorrido antes".<br />

A través <strong>de</strong> estos tres principios, <strong>Darwin</strong> confirma las opiniones generales<br />

sobre el carácter innato o hereditario <strong>de</strong> los principales actos expresivos.<br />

A<strong>de</strong>más, propone una explicación plausible sobre su génesis: esos actos<br />

se habrían ejecutado en un comienzo con un objetivo bien <strong>de</strong>finido, más<br />

tar<strong>de</strong> se habrían vuelto habituales y por último hereditarios, a veces con<br />

in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> su ventaja efectiva, siendo entonces utilizados <strong>de</strong> manera<br />

voluntaria y consciente como medio <strong>de</strong> comunicación. <strong>Darwin</strong> aña<strong>de</strong>:<br />

"Si se admite que la mayoría <strong>de</strong> los movimientos <strong>de</strong> la expresión se han<br />

adquirido gradualmente y se han convertido <strong>de</strong>spués en instintivos, hasta<br />

cierto punto parece probable, a priori, que la facultad <strong>de</strong> teconocerlos se<br />

haya vuelto instintiva a través <strong>de</strong> un mecanismo idéntico". Concluye su<br />

obra manifestando el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> un estudio más profundo <strong>de</strong> la exptesión<br />

en el futuro, en particular por algún "fisiólogo experto".<br />

La psicología <strong>de</strong> las plantas<br />

Después <strong>de</strong> sus dos gran<strong>de</strong>s obras sobre el hombre, <strong>Darwin</strong> reempren<strong>de</strong> el<br />

trabajo sobre las plantas. En 1875 publica una obra sobre las plantas insectívoras,<br />

a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> una edición ampliada <strong>de</strong>l trabajo sobre las plantas<br />

trepadoras y la segunda edición <strong>de</strong> La variación. A estas publicaciones les<br />

siguen, en 1876, un trabajo sobre la autofecundación y la fecundación<br />

cruzada y, al año siguiente, un estudio sobre las diferentes formas <strong>de</strong> las<br />

flores, así como una nueva edición <strong>de</strong>l libro sobre las orquí<strong>de</strong>as. Finalmente,<br />

en 1880, aparece La facultad motriz en las plantas.<br />

En efecto, <strong>Darwin</strong> indaga en las plantas las formas primitivas y elementales<br />

<strong>de</strong> las funciones psicológicas. Mediante análisis elaborados <strong>de</strong><br />

fisiología vegetal, explica cómo las plantas pue<strong>de</strong>n también presentar un<br />

"comportamiento", es <strong>de</strong>cir, efectuar movimientos, respon<strong>de</strong>r a estímulos,<br />

transmitir informaciones <strong>de</strong> una parte a otra <strong>de</strong> su organismo. Con la ayuda<br />

<strong>de</strong> su hijo Francis, realiza experimentos sobre las funciones complejas<br />

<strong>de</strong> las plantas insectívoras (sobre las que había iniciado sus observaciones<br />

en 1860). Examina las diferentes reacciones <strong>de</strong> las hojas frente a cuerpos<br />

orgánicos e inorgánicos, e investiga los procesos químicos que permiten a<br />

los pequeños tentáculos contraerse y atrapar su presa. "Ofrece" a las plantas<br />

toda clase <strong>de</strong> alimentos (carne asada, cartílagos, hueso, esmalte, urea,<br />

etc.) para estudiar sus procesos digestivos. Incluso les administra sustancias<br />

como la estricnina y la nicotina, cuyo efecto en el sistema nervioso <strong>de</strong><br />

TEMAS 54


los animales era conocido; observa que esas sustancias ejercen una acción<br />

estimulante y tóxica en las plantas; éstas parecen no reaccionar ante la<br />

morfina, la atropina, el curare y el veneno <strong>de</strong> cobra. <strong>Darwin</strong> compara<br />

inmediatamente ese comportamiento con las numerosas "acciones ejecutadas<br />

inconscientemente por los animales inferiores": "No es exagerado<br />

afirmar -escribe en 1880- que el extremo <strong>de</strong> la radícula, [...] capaz <strong>de</strong><br />

dirigir los movimientos <strong>de</strong> las partes adyacentes, actúa como el cerebro<br />

<strong>de</strong> un animal inferior; cerebro que está situado en el extremo anterior <strong>de</strong>l<br />

cuerpo, que recibe las impresiones <strong>de</strong> los órganos <strong>de</strong> los sentidos y dirige<br />

los numerosos movimientos".<br />

Su última obra, publicada algunos meses antes <strong>de</strong> su fallecimiento,<br />

está <strong>de</strong>dicada a las lombrices, que "han <strong>de</strong>sempeñado en la historia <strong>de</strong>l<br />

mundo un papel mucho más importante <strong>de</strong>l que la mayoría supondría<br />

en un primer momento". Des<strong>de</strong> un punto <strong>de</strong> vista sensorial, estas humil<strong>de</strong>s<br />

criaturas están poco dotadas: "No se pue<strong>de</strong> afirmar que vean,<br />

aunque puedan distinguir la luz <strong>de</strong> la oscuridad; son totalmente sordas<br />

y tienen poco olfato; sólo poseen muy <strong>de</strong>sarrollado el sentido <strong>de</strong>l tacto".<br />

Sin embargo, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> someterlas a experimentos minuciosos (construye<br />

hojas artificiales <strong>de</strong> formas diversas y observa las diferemes estrategias <strong>de</strong><br />

las lombrices para introducidas en sus galerías), <strong>Darwin</strong> está dispuesto a<br />

reconocerles "un cieno grado <strong>de</strong> inteligencia más que un simple impulso<br />

ciego <strong>de</strong>l instinto".<br />

Cuando este último trabajo estuvo listo para publicarse, <strong>Darwin</strong> lo añadió<br />

a la lista <strong>de</strong> sus publicaciones en su Autobiografía, que había empezado a<br />

escribir en 1876 y que <strong>de</strong> vez en cuando iba actualizando. En la conclusión<br />

<strong>de</strong> la Autobiografía, afirma:<br />

Mi éxito como hombre <strong>de</strong> ciencia, cuaLquiera que haya sido su aLcance, se<br />

<strong>de</strong>be, a mi mo<strong>de</strong>sto enten<strong>de</strong>r, a todo un conjunto compLejo <strong>de</strong> cuaLida<strong>de</strong>s<br />

y condiciones diversas, entre eLLas -Las más importantes- eL amor por<br />

La ciencia, mi paciencia sin Límites para reflexionar Largamente sobre un<br />

tema <strong>de</strong>terminado, mi actividad observadora y recopiladora <strong>de</strong> hechos y,<br />

finaLmente, una buena dosis <strong>de</strong> invención así como <strong>de</strong> sentido común.<br />

Dada La mediocridad <strong>de</strong> mis capacida<strong>de</strong>s, es verda<strong>de</strong>ramente sorpren<strong>de</strong>nte<br />

que yo haya influido tan consi<strong>de</strong>rablemente en La opinión <strong>de</strong> Los hombres<br />

<strong>de</strong> ciencia sobre aLgunos puntos importantes.<br />

Charles <strong>Darwin</strong> falleció el 18 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1882 y fue inhumado con<br />

todos los honores en la abadía <strong>de</strong> Westminster.<br />

¿Po<strong>de</strong>mos imaginar, por ejempLo, que eL hombre poseerá todavía aLma<br />

cuando La bioLogía y La psicoLogía hayan aprendido a enten<strong>de</strong>rLa, a tratarLa<br />

en su conjunto? Sin embargo, ¡aspiramos a ese momento! ¡ Tódo está ahí!<br />

EL saber es una actitud, una pasión. En el fondo, incluso es una actitud<br />

ilícita: como eL gusto por eL alcohoL, eL erotismo y La vioLencia, La necesidad<br />

<strong>de</strong> saber impLica La formación <strong>de</strong> un carácter que ya no está en equilibrio.<br />

Es totaLmente faLso afirmar que eL investigador persigue La verdad. Es eLLa<br />

quien Le persigue; éL, La soporta. Lo verda<strong>de</strong>ro es verda<strong>de</strong>ro, eL hecho es<br />

reaL in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong>L investigador: éste simpLemente tiene La pasión;<br />

La dipsomanía <strong>de</strong>L hecho <strong>de</strong>termina su carácter y éL se preocupa hasta La<br />

ansiedad por saber si sus constataciones engendrarán aLgo totaL, humano,<br />

cabaL, o si engendrarán cuaLquier cosa. Es una naturaLeza contradictoria,<br />

sufridora y, sin embargo, extraordinariamente enérgica (EL hombre sin<br />

atributos, Roben Musíl, 1930).<br />

Igual que el investigador <strong>de</strong> Robert Musil, Dalwin, investigador apasionado,<br />

consagró toda su vida a una verdad, la teoría <strong>de</strong> la evolución...<br />

DARWlN 95


BIOGRAFIA<br />

1809 Charles <strong>Darwin</strong> nace en Shrewsbury (Inglaterra), hijo 1847 Empren<strong>de</strong> la redacción <strong>de</strong> su monografía sobre los<br />

<strong>de</strong> Robert Waring <strong>Darwin</strong> y Susannah Wedgwood. cirrípedos, que le ocupará durante ocho años.<br />

1817 EI15 <strong>de</strong> julio su madre fallece prematuramente. 1851 Fallecimiento <strong>de</strong> su hija mayor Annie.<br />

Ese mismo año acu<strong>de</strong> a la Escuela <strong>de</strong> Shrewsbruy.<br />

1858 En la Sociedad Linneana lee un ensayo sobre la teoría<br />

1825 Se inscribe en la facultad <strong>de</strong> medicina <strong>de</strong> Edimburgo. <strong>de</strong> la evolución por medio <strong>de</strong> la selección natural y<br />

1828 Interrumpe sus estudios <strong>de</strong> medicina y se inscribe<br />

en la Universidad <strong>de</strong> Cambridge, con vistas a convertirse<br />

en pastor <strong>de</strong> la Iglesia anglicana.<br />

1831 Embarca en el bergantín Beagle, que bajo el mando <strong>de</strong>l<br />

capitán Robert FitzRoy leva anclas el 27 <strong>de</strong> diciembre en<br />

Plymouth para realizar un viaje alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l mundo. En<br />

presenta la memoria, <strong>de</strong> contenido análogo, que Alfred<br />

Wallace le ha enviado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el su<strong>de</strong>ste asiático. Su hijo<br />

menor, Charles Waring, fallece.<br />

1859 Publica El origen <strong>de</strong> las especies por medio <strong>de</strong> la selección<br />

natural (On the Origin ofSpecies by Means of Natural<br />

Selection).<br />

el transcurso <strong>de</strong>l viaje <strong>Darwin</strong> se convierte en el naturalis­ 1871 Publica La ascen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l hombre y la selección sexual<br />

ta oficial <strong>de</strong>l Beagle. (The Descent of Man and Selection in Relation to Sex).<br />

1836 El Beagle fon<strong>de</strong>a <strong>de</strong> nuevo en costas británicas. <strong>Darwin</strong> 1872 Publica La expresión <strong>de</strong> las emociones en el hombre<br />

se establece en Londres. y los animales (The Expression of the Emotions in Man<br />

1839 En enero se casa con su prima Emma Wedgwood;<br />

and Animals).<br />

en diciembre nace William, su primogénito. 1881 Termina su Autobiografia y publica La formación <strong>de</strong>l<br />

1841 Nacimiento <strong>de</strong> Annie, su hija mayor.<br />

1842 En otoño se muda con su familia a Down House, en Kent.<br />

1844 Empieza a trabajar en la teoría <strong>de</strong> la evolución.<br />

BIBLIOGRAFIA<br />

Obras <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> traducidas al español:<br />

DIARIO DE UN NATURALISTA ALREDEDOR DEL MUNDO. Trad. Juan Mateos <strong>de</strong> Diego. Espasa-Calpe<br />

LA ESTRUCTURA Y DISTRIBUCION DE LOS ARRECIFES DE CORAL. Los Libros <strong>de</strong> la Catarata<br />

humus por la acción <strong>de</strong> las lombrices (The formation<br />

of vegetable mould, through the action of worms).<br />

1882 El 19 <strong>de</strong> abril fallece en Down House.<br />

LA TEORIA DE LA EVOLUCION DE LAS ESPECIES. Trad. Joan Lluis Riera Rey. Dirigido por Fernando Pardos Martínez. Editorial Crítica. (Incluye textos<br />

<strong>de</strong> Alfred Russel Wallace.)<br />

EL ORIGEN DE LAS ESPECIES. Trad. Antonio <strong>de</strong> Zulueta. Editoríal Calpe<br />

LA FECUNDACION DE LAS ORQUIDEAS. Trad. Carmen Pastor Gradolí. Editoríal Laetoli.<br />

LA VARIACION DE LOS ANIMALES Y LAS PLANTAS BAJO DOMESTICACION. Trad. Armando Garcia González. Consejo Superior <strong>de</strong> Investigaciones<br />

Cientificas. Los Libros <strong>de</strong> la Catarata.<br />

EL ORIGEN DEL HOMBRE Y DE LA SELECClON EN RELACION AL SEXO. Editoríal Edaf.<br />

LA EXPRESION DE LAS EMOCIONES EN LOS ANIMALES Y EN EL HOMBRE. Trad. Ramón Fernán<strong>de</strong>z Rodríguez. Alianza Editorial.<br />

PLANTAS CARNIVORAS. Trad. Joandomenec Ros. Editorial Laetoli.<br />

ENSAYO SOBRE EL INSTINTO Y APUNTE BIOGRAFICO DE UN NIÑO. Trad. Eulalia Pérez Se<strong>de</strong>ño. Editorial Tecnos.<br />

AUTOBIOGRAFIA. Trad. Aarón Cohen y Maria Luisa <strong>de</strong> la Torre. Alianza Editorial.<br />

Las obras completas <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> en inglés se pue<strong>de</strong>n leer en darwin-online.org.uk<br />

La correspon<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> <strong>Darwin</strong> se pue<strong>de</strong> leer en www.darwinproject.ac.uk


Ciertos interruptores<br />

inscritos en el ADN<br />

<strong>de</strong>terminan cuándo<br />

y dón<strong>de</strong> se activan<br />

los genes. Gracias<br />

a ellos, los genomas<br />

producen una amplia<br />

diversidad <strong>de</strong> formas<br />

animales a partir<br />

<strong>de</strong> dotaciones génicas<br />

muy parecidas<br />

Aprimera vista parece la lista <strong>de</strong> animales<br />

<strong>de</strong> un zoo: un elefante, un armadillo,<br />

una zarigüeya, un <strong>de</strong>lfín, un perezoso,<br />

un erizo, murciélagos gran<strong>de</strong>s y pequeños, un<br />

par <strong>de</strong> musarañas, algunos peces, un macaco,<br />

un orangután, un chimpancé, un gorila y otras<br />

criaturas menos conocidas. Pero este elenco <strong>de</strong><br />

animales salvajes no tiene nada que ver con parque<br />

zoológico real alguno. No hay jaulas, ni bares,<br />

ni siquiera animales. Es un zoo "virtual", que sólo<br />

alberga las secuencias <strong>de</strong>l ADN <strong>de</strong> esos animales,<br />

vale <strong>de</strong>cir, los cientos o miles <strong>de</strong> millones <strong>de</strong> letras<br />

<strong>de</strong> código <strong>de</strong>l ADN que constituyen el listado<br />

genético <strong>de</strong> cada especie.<br />

Los visitantes más entusiastas <strong>de</strong> este nuevo<br />

zoo molecular son los biólogos porque en él pue<strong>de</strong>n<br />

encontrar un inmenso y <strong>de</strong>tallado registro<br />

<strong>de</strong> la evolución. Llevan <strong>de</strong>cenios queriendo averiguar<br />

cómo ha surgido la enorme diversidad <strong>de</strong><br />

especies. Des<strong>de</strong> hace medio siglo sabemos que los<br />

cambios en los rasgos físicos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el color <strong>de</strong>l<br />

cuerpo hasta el tamaño <strong>de</strong>l cerebro, se <strong>de</strong>ben a<br />

cambios en el ADN. Sin embargo, <strong>de</strong>terminar<br />

con precisión qué cambios <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la notable<br />

extensión <strong>de</strong> las secuencias <strong>de</strong>l ADN son los que<br />

confieren a los animales su aspecto característico<br />

era, hasta hace poco, inalcanzable.<br />

Hoy en día se está <strong>de</strong>scifrando la información<br />

registrada en el ADN para localizar las instrucciones<br />

por las que las especies <strong>de</strong> moscas, peces<br />

o pájaros difieren unas <strong>de</strong> otras, o por las que<br />

nosotros mismos somos distintos <strong>de</strong> los chimpancés.<br />

Esta búsqueda ha provocado un cambio<br />

sustancial en nuestro punto <strong>de</strong> vista. Durante<br />

la mayor parte <strong>de</strong> los últimos 40 años, más o<br />

menos, se había polarizado la atención en los<br />

genes (las secuencias <strong>de</strong> nucleótidos <strong>de</strong>l ADN<br />

que codifican las ca<strong>de</strong>nas <strong>de</strong> aminoácidos que<br />

forman las proteínas).<br />

INVESTIGACION y CIENCIA. julio, 2008


En busca <strong>de</strong> interruptores<br />

Una <strong>de</strong> las mayores trabas que limitan el <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong> intensificadores humanos la encarna la dificultad <strong>de</strong> localizarlos en las vastas regiones<br />

no codificadoras <strong>de</strong>l genoma humano. Pero la selección natural tiene un gran po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> conservación. Dar con segmentos <strong>de</strong> ADN no codificador<br />

que se hayan conservado bien durante largos períodos <strong>de</strong> tiempo evolutivo es una forma <strong>de</strong> encontrar intensificadores.<br />

En este artículo hemos puesto especial énfasis en los cambios <strong>de</strong> los intensificadores, porque explican las diferencias entre organismos. Sin<br />

embargo, <strong>de</strong>be enten<strong>de</strong>rse que muchos intensificadores <strong>de</strong>sempeñan funciones que no han cambiado. El ritmo constante <strong>de</strong> las mutaciones va<br />

erosionando el parecido global entre las secuencias <strong>de</strong> ADN <strong>de</strong> especies distintas, amedida que van divergiendo; en cambio, la selección natural<br />

conservará las secuencias <strong>de</strong> los intensificadores que mantienen su función; aveces ese grado <strong>de</strong> conservación es extraordinario.<br />

Unos investigadores <strong>de</strong>l Instituto <strong>de</strong> Biología Molecular yCelular <strong>de</strong> Singapur y <strong>de</strong>l Instituto J. Craig Venter en Rockville (Maryland) han<br />

<strong>de</strong>scubierto que, apesar <strong>de</strong> los más <strong>de</strong> 500 millones <strong>de</strong> años <strong>de</strong> evolución que separan a los tiburones <strong>de</strong> los humanos, compartimos casi 5000<br />

elementos pertenecientes aregiones no codificadoras situadas cerca <strong>de</strong> genes y que parecen ser intensificadores. La mayoría <strong>de</strong> estos elementos<br />

tan bien conservados se hallan en las proximida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> genes que participan en la construcción <strong>de</strong>l cuerpo; es un reflejo <strong>de</strong> que los vertebrados<br />

compartan una misma arquitectura global.<br />

Todos los vertebrados presentan características anatómicas (órganos, tejidos, tipos celulares, etc.) que se han conservado durante su diversificación.<br />

Si se consi<strong>de</strong>ran distancias evolutivas más cortas, aumentan el número <strong>de</strong> elementos compartidos y el grado <strong>de</strong> similitud.<br />

Por tanto, gracias a la comparación <strong>de</strong> genomas el número <strong>de</strong> intensificadores conocidos en humanos, en mamíferos y en vertebrados crece<br />

<strong>de</strong>prisa ypodría conducir a la i<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong> las secuencias implicadas en la divergencia <strong>de</strong> las formas corporales.<br />

liarizados, se han estudiado Otros minoritarios.<br />

La carencia selectiva <strong>de</strong> proteína Duffy, que se<br />

encuentra en la superficie <strong>de</strong> los eritrocitos,<br />

caracteriza a uno <strong>de</strong> estos tipos. La proteína<br />

Duffy forma parte <strong>de</strong>l receptor utilizado por<br />

un parásito que provoca la malaria, Plasmodium<br />

vivax, para infectar los glóbulos rojos.<br />

Ahora bien, los eritrocitos <strong>de</strong> casi el 100 % <strong>de</strong><br />

la población <strong>de</strong> Africa occi<strong>de</strong>ntal carecen <strong>de</strong><br />

esta proteína, con lo que los individuos son<br />

resistentes a la infección.<br />

El gen Duffi se expresa también en otros<br />

tejidos <strong>de</strong>l organismo, entre ellos las células <strong>de</strong>l<br />

bazo, los riñones y e! cerebro. En la población<br />

africana, la expresión <strong>de</strong> Duffi en esos otros<br />

tejidos se mantiene. Como era <strong>de</strong> esperar, estos<br />

individuos Duffy-negativos son portadores <strong>de</strong><br />

una mutación en un intensificador <strong>de</strong>l gen<br />

Duffi que inutiliza el lugar <strong>de</strong> unión <strong>de</strong> un<br />

factor <strong>de</strong> transcripción que activa la expresión<br />

<strong>de</strong> Duffi en los precursores <strong>de</strong> los eritrocitos;<br />

ese intensificador, en cambio, no tiene ningún<br />

efecto en la producción <strong>de</strong> la proteína Duffy<br />

en otras partes <strong>de</strong>l organismo.<br />

Gregory A. Wray, <strong>de</strong> la Universidad Duke,<br />

y sus colaboradores han i<strong>de</strong>ntificado otros aspectos<br />

<strong>de</strong> la biología que han evolucionado a<br />

través <strong>de</strong> mutaciones en los intensificadores<br />

en diversos genes humanos. Una <strong>de</strong> las asociaciones<br />

más fascinantes que se han puesto<br />

<strong>de</strong> manifiesto hasta la fecha se refiere a una<br />

divergencia en las secuencias reguladoras que<br />

controlan el gen Prodynorphin, lo mismo en<br />

los gran<strong>de</strong>s simios que en el hombre. El gen<br />

en cuestión codifica una serie <strong>de</strong> pequeñas<br />

proteínas opioi<strong>de</strong>s producidas en el cerebro<br />

y que participan en la percepción, e! comporramiento<br />

y la memoria. En respuesta a<br />

estímulos, el gen humano se expresa <strong>de</strong> forma<br />

INVESTIGACION y CIENCIA, julio, 2008<br />

más intensa que el gen <strong>de</strong>l chimpancé. Existen<br />

sólidas pruebas que sugieren que la secuencia<br />

reguladora humana ha evolucionado por selección<br />

natural, es <strong>de</strong>cir, se mantuvo porque<br />

resultaba ventajosa.<br />

Tal y como ilustran los ejemplos aducidos,<br />

es indudable que las mutaciones en las regiones<br />

reguladoras <strong>de</strong>l ADN han <strong>de</strong>sempeñado un papel<br />

en la evolución humana y que, a<strong>de</strong>más, las<br />

variaciones en la regulación pue<strong>de</strong>n constituir<br />

una fuente rica <strong>de</strong> diferencias no sólo físicas,<br />

sino también en la salud <strong>de</strong> los individuos.<br />

Como no se pue<strong>de</strong> manipular el ADN <strong>de</strong> los<br />

seres humanos como si se tratara <strong>de</strong>! genoma <strong>de</strong><br />

moscas o peces, cuesta más estudiar los cambios<br />

en el ADN regulador a los que se <strong>de</strong>be nuestra<br />

divergencia <strong>de</strong> otras especies. No obstante,<br />

algunos nuevos métodos para el análisis <strong>de</strong><br />

genomas suponen avances prometedores.<br />

Nos hallamos en las etapas iniciales <strong>de</strong> la<br />

<strong>investigación</strong> <strong>de</strong> la evolución <strong>de</strong> las secuencias<br />

<strong>de</strong>l ADN que regulan los genes. En el<br />

zoológico virtual <strong>de</strong> genomas quedan todavía<br />

cientos <strong>de</strong> miles <strong>de</strong> interruptores genéticos<br />

por <strong>de</strong>scubrir o investigar. Sin embargo, ya<br />

cabe pre<strong>de</strong>cir que los cambios evolutivos <strong>de</strong><br />

la anatomía, en particular aquellos en los que<br />

intervienen genes pleiotrópicos, resultan <strong>de</strong><br />

cambios en los intensificadores génicos y no<br />

en los propios genes.<br />

Se ve así, a<strong>de</strong>más, cómo es posible que diversos<br />

grupos <strong>de</strong> animales companan la mayor<br />

parte, si no la totalidad, <strong>de</strong> los genes implicados<br />

en la construcción y diseño corporal: la diversidad<br />

<strong>de</strong>l reino animal <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>, sobre todo,<br />

<strong>de</strong> cómo y cuándo se utilizan esos genes. Para<br />

enten<strong>de</strong>r las diferencias morfológicas, no habremos<br />

<strong>de</strong> buscar en genes y proteínas, sino en<br />

ámbitos <strong>de</strong> nuestros genomas por explorar.<br />

Bibliografía<br />

complementaria<br />

EVOLUTlON AT TWO LEVELS:<br />

ON GENES AND FORMo Sean B.<br />

Carroll en PLoS Bialagy, vol. 3.<br />

págs. 1159-1166; julio <strong>de</strong> 2005.<br />

ENDLESS fORMS MOST BEAUTlFUL:<br />

THE NEW SCIENCE OF EVO DEVO<br />

AND THE MAKING OF THE ANIMAL<br />

KINGDOM. Sean B. Carroll. W.<br />

W. Norton, 2005.<br />

THE MAKING Of THE FITTEST: DNA<br />

AND THE ULTlMATE FORENSIC<br />

RECORD OF EVOLUTION. Sean B.<br />

Carroll. W. W. Norton, 2006.<br />

THE EVOLUTIONARY SIGNIFICANCE<br />

Of CIS-REGULATORY MUTATlONS.<br />

Gregory A. Wray en Nature<br />

Reviews Genetics, vol. 8, págs.<br />

206-216; marzo <strong>de</strong> 2007.<br />

EMERGING PRINCIPLES OF REGU­<br />

LATORY EVOLUTION. Benjamin<br />

Prud'homme, Nicolas Gompel y<br />

Sean B. Carroll en Proceedings<br />

af the Natianal Aca<strong>de</strong>my of<br />

Sciences USA, vol. 104, suplemento<br />

1, págs. 8605-8612; 15<br />

<strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 2007.<br />

31


urante largo tiempo se<br />

había venido admitiendo<br />

que la vida en la Tierra<br />

constituía un fenómeno<br />

local. De acuerdo con la<br />

hipótesis más extendida,<br />

las células vivas primitivas surgiero n<br />

<strong>de</strong> la evolución quím ica en nuestro<br />

planeta, hace miles <strong>de</strong> millones <strong>de</strong><br />

años, en un proceso <strong>de</strong> abiogénesis.<br />

La posibilid ad <strong>de</strong> que las células, o<br />

sus precursores, llegaran <strong>de</strong>l espacio<br />

pertenecía al reino <strong>de</strong> la fantasía<br />

científica. Pero los avances logrados<br />

en el curso <strong>de</strong> los últim os diez años<br />

abonan la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que la biosfera <strong>de</strong><br />

nuestro planeta habría surgido <strong>de</strong> una<br />

semilla extraterrestre.<br />

Sabemos que en las primeras<br />

etapas <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> nuestro sistema<br />

solar habrían existido numerosos<br />

mundos con agua líquid a, el<br />

ingrediente esencial para la vida tal<br />

y como la conocemos. Datos recientes<br />

obtenidos <strong>de</strong> las exploraciones<br />

que la NASA ha realizado en Marte<br />

corroboran las antiguas sospechas: el<br />

agua fluyó alguna vez por el planeta<br />

rojo, al menos <strong>de</strong> forma intermiten ­<br />

te. No es <strong>de</strong>scabellad o, pues, pensar<br />

que la vida existió en Marte largo<br />

tiemp o atrás y que quizá continúa<br />

allí. La vida pudo haberse <strong>de</strong>sarrollado<br />

también en Europa, satélite <strong>de</strong><br />

Júpiter (el cuarto en razón <strong>de</strong>l tamaño),<br />

que parece albergar agua líquida<br />

bajo su helada superficie. El mayor<br />

satélite <strong>de</strong> Saturn o, Titán , abunda en<br />

compuestos orgánicos; habida cuenta<br />

<strong>de</strong> las temperaturas gélidas <strong>de</strong> dich a<br />

luna , la posibilidad <strong>de</strong> hallar formas<br />

<strong>de</strong> vida allí es escasa, pero no <strong>de</strong>be<br />

<strong>de</strong>scartarse. La vida podría haberse<br />

<strong>de</strong>sarroll ado incluso en el tórrido Venus.<br />

Aunque la superficie venusiana<br />

está sometida a una temperatura y<br />

presión atmosférica excesivas para<br />

ser habitable, el planeta podría haber<br />

albergado vida micr oscópica en las<br />

capas altas <strong>de</strong> la atmósfera. A<strong>de</strong>más,<br />

26<br />

pue<strong>de</strong> que en la superficie <strong>de</strong> Venus<br />

no hayan reinado siempre esas<br />

condiciones durísimas. Quizá Venus<br />

presentara antaño un ambiente similar<br />

al <strong>de</strong> la Tierra primitiva.<br />

Por otra parte, la extensión <strong>de</strong>l espacio<br />

interplanetario no constituye la<br />

barrera infranqu eable que apare nta.<br />

En el curso <strong>de</strong> los últimos veinte años<br />

se ha <strong>de</strong>scubierto, a partir <strong>de</strong> la composición<br />

<strong>de</strong> los gases atrapados en<br />

ciertas rocas, que una treintena larga<br />

<strong>de</strong> meteoritos hallados en la Tierra<br />

proce<strong>de</strong>n <strong>de</strong> la corteza <strong>de</strong> Marte. Al<br />

propio tiempo, se han hallado orga ­<br />

nismos aptos para sobrevivir en el<br />

interior <strong>de</strong> tales meteoritos, al menos<br />

durante un viaje corto. Aunque ello<br />

no significa que fueran los mismos<br />

organismos que viajaron, <strong>de</strong>muestra<br />

que otros podrían haberlo hecho. La<br />

vida habría aparecido en Marte y luego<br />

venido a la Tierra, o viceversa.<br />

Los expertos estudian ahora con tenacidad<br />

el transporte interplanetario<br />

<strong>de</strong> materiales biológicos para averiguar<br />

si el viaje pudo haber ocurrido<br />

alguna vez. Estos trabajos arrojarán<br />

nueva luz sobre algunas cuestiones<br />

can<strong>de</strong>ntes: ¿Dón<strong>de</strong> y cómo surgió la<br />

vida? ¿Caben otras formas <strong>de</strong> vida?<br />

¿Hay vida en alguna otro lugar <strong>de</strong>l<br />

universo?<br />

De la filoso fía al laborato rio<br />

A los prim eros filósofos, la creación<br />

<strong>de</strong> vida a partir <strong>de</strong> materia inerte les<br />

parecía algo tan mágico, exclusivo <strong>de</strong><br />

las <strong>de</strong>ida<strong>de</strong>s, que algunos optaron por<br />

suponer que las formas vivas llegaron<br />

a la Tierra proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> otro<br />

lugar. Anaxágoras, filósofo griego <strong>de</strong><br />

hace 2500 años, formuló la hipótesis<br />

<strong>de</strong> la "panespermia" ("se millas<br />

por doquier"). De acuer do con la<br />

misma, la vida, todas las cosas en<br />

realidad, surgieron <strong>de</strong> la combinación<br />

<strong>de</strong> semillas sutiles y dispersas por<br />

el cosmos . En la era mo<strong>de</strong>rna, Lord<br />

Kelvin, Svante Arrhenius y Francis<br />

• Según la hipótesis <strong>de</strong> la panespermia, las células o sus precursores<br />

habrían aparecido en otro planeta o satélite hace miles <strong>de</strong> millones <strong>de</strong><br />

años y viajado a la Tierra transportados por un meteorito.<br />

• Una pequeña fracción <strong>de</strong> las rocas expulsadas <strong>de</strong> Marte por impactos<br />

<strong>de</strong> asteroi<strong>de</strong>s o cometas habrían llegado a la Tierra en unos pocos<br />

años .<br />

• Para evaluar la viabilidad <strong>de</strong> la panespermia. los expertos estud iarán si<br />

los microorganismos sobreviven a un viaje interplanetario.<br />

Crick, entre otros, han abogado por<br />

formas diversas <strong>de</strong> panespermia.<br />

Aunque la proponen también otros<br />

autores <strong>de</strong> menos respetabilid ad, se<br />

trat a <strong>de</strong> una i<strong>de</strong>a que no po<strong>de</strong>mos<br />

ignorar a la hora <strong>de</strong> estudiar la distribución<br />

y evolución <strong>de</strong> la vida en el<br />

universo y cómo ésta apareció sobre<br />

la Tierra.<br />

En su formulación actual, la hipótesis<br />

<strong>de</strong> la panespe rmia se centra en<br />

los medios empleados por el material<br />

biol ógico para alcanzar nuestro planeta,<br />

no en el propio origen <strong>de</strong> la<br />

vida. Don<strong>de</strong> quiera que empeza ra,<br />

la vida surgió <strong>de</strong> materia inerte. La<br />

abiogénesis pasó <strong>de</strong>l domini o filosófico<br />

a la experimentación científica<br />

durante los años cincuenta <strong>de</strong>l siglo<br />

pasado, cuando Stanley L. Miller y<br />

Harold C. Urey, <strong>de</strong> la Universidad<br />

<strong>de</strong> Chicago, <strong>de</strong>mostraron que los<br />

aminoáci dos y otras moléculas <strong>de</strong><br />

importancia biológica se generaban<br />

a partir <strong>de</strong> compuestos simples que,<br />

se suponía, existieron en la Tierra<br />

primitiva. Ahora se cree que también<br />

las moléculas <strong>de</strong> ácido ribonucleico<br />

(ARN), cruciales para el <strong>de</strong>sarrollo<br />

<strong>de</strong> la vida, se ensamblaron a parti r<br />

<strong>de</strong> componentes más elementales.<br />

En las células actuales, moléculas<br />

especializadas <strong>de</strong> ARN participan en<br />

la síntesis <strong>de</strong> las proteínas. Algunos<br />

ácidos ribonucleicos actúan <strong>de</strong> mensajeros<br />

entre los genes (hechos <strong>de</strong><br />

ácido <strong>de</strong>soxirribonucleico, o ADN)<br />

y los rib osom as (las fá bricas <strong>de</strong><br />

proteínas <strong>de</strong> la célula). Otros ARN<br />

transportan aminoác idos (los constituyentes<br />

<strong>de</strong> las proteínas) a los ribosomas,<br />

que a su vez contienen otra<br />

clase <strong>de</strong> ARN . Los ARN trabajan a<br />

la par con enzimas que cataliza n la<br />

unión <strong>de</strong> los aminoácidos, pero los<br />

ARN ribosómicos realizan la etapa<br />

crucial <strong>de</strong> la síntesis proteica por sí<br />

mismos. Durante las primeras fases<br />

<strong>de</strong> la evolución <strong>de</strong> la vida, las enzimas<br />

pudieron haber sido ARN, no<br />

proteínas. Puesto que estas enzimas<br />

<strong>de</strong> ARN habrían fabricado las primeras<br />

proteínas sin la existencia previa<br />

<strong>de</strong> enzimas proteínicas, la abiogénesis<br />

escapa <strong>de</strong>l viejo problema sobre<br />

la prioridad <strong>de</strong>l huevo o la gallina,<br />

al que se le había atado con anterioridad.<br />

Un sis tema prebiótico <strong>de</strong><br />

ARN y proteínas habría <strong>de</strong>sarrollado,<br />

andando el tiempo, la capacidad <strong>de</strong><br />

repl icar sus constituyentes moleculares,<br />

<strong>de</strong> una forma basta en un co-<br />

INVESTIGACiÓN y CIENCIA, enero, 2006


mienzo, para ir adquiriendo eficacia<br />

creciente.<br />

Esta nueva concepción <strong>de</strong>l origen<br />

<strong>de</strong> la vida ha obligado a replantearse<br />

el <strong>de</strong>bate cient ífico sobre la panespermi<br />

a. Ya no se discut e si los<br />

prim eros microorganismos surgiero n<br />

en la Tierra o llegaron <strong>de</strong>l espacio.<br />

Durante los comi enzos caóticos <strong>de</strong>l<br />

sistema solar, nuestro planeta est uvo<br />

sometido a un intenso bombar<strong>de</strong>o <strong>de</strong><br />

meteoritos que contenían compuestos<br />

orgá nicos simples. La Tierra joven<br />

pudo haber recibido también moléculas<br />

<strong>de</strong> mayor complejidad con funciones<br />

enzi máticas; molécul as que,<br />

si bien prebi óticas, form aban parte<br />

<strong>de</strong> un sistema que podía co nducir a<br />

la vida. Tras aterri zar en un medi o<br />

a<strong>de</strong>cuado, éstas habrían co ntinuado<br />

El EXPRESO INTERPLANETARIO<br />

evo lucionando hasta for mar células<br />

vivas. Cabe, pues, un esce nario intermedio<br />

en el que la vida hundi era sus<br />

raíces en la Tierra y en el espac io.<br />

Pe ro, ¿cuáles fueron las etapas que<br />

condujeron al <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la vida y<br />

dón<strong>de</strong> se dieron? Y, una vez la vida<br />

arra igó, ¿has ta dónd e se extendió?<br />

Los investi gador es acostumbraban<br />

centrarse en la plausibilidad <strong>de</strong><br />

la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> panespermia. Han dado<br />

un paso al frente, para calcular la<br />

probabilidad <strong>de</strong> que los materi ales<br />

biológicos reali zaran el viaje a la<br />

Tie rra <strong>de</strong>s<strong>de</strong> otros planetas y satélites.<br />

Para iniciar el viaje interpl anetario,<br />

los materiales (rocas y partículas<br />

<strong>de</strong> polvo) habrían sido expulsados <strong>de</strong><br />

su planeta <strong>de</strong> origen tras el impacto<br />

<strong>de</strong> un cometa o un asteroi<strong>de</strong>. Du­<br />

rante el viaje espac ia l, el campo<br />

gravi tatorio <strong>de</strong> otro plan eta o <strong>de</strong> un<br />

satélite los habría capturado. Lueg o,<br />

habrían <strong>de</strong>celerado hasta cae r hacia<br />

la superficie cruza ndo la atmósfera,<br />

si la hubiera.<br />

Transferenci as <strong>de</strong> ese tipo ocurren<br />

con frecuenci a por todo el sistema<br />

solar, aunque para el mat erial expulsado<br />

resulta más fácil viajar <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

los cuerpos más alejados <strong>de</strong>l Sol<br />

haci a los más cercanos y terminar<br />

en un obj eto <strong>de</strong> ma yor masa . De<br />

hecho, las simulaciones reali zadas<br />

por Brett Gladman, <strong>de</strong> la Universidad<br />

<strong>de</strong> Columbia Británica, sugieren que<br />

la masa transportada <strong>de</strong> la Tierra a<br />

Marte es muy inferior a la transferida<br />

<strong>de</strong> Marte a la Tierra. El escenario<br />

panespérmi co más estudiado se basa,<br />

INVESTIGACiÓNy CIENCIA, enero, 2006 27


El ARCA DE NOE COSMICA<br />

pu es, en el transporte <strong>de</strong> microorganism<br />

os, o sus precursores, <strong>de</strong> Marte<br />

a la Tierra.<br />

Las simulaciones <strong>de</strong> impactos <strong>de</strong><br />

asteroi<strong>de</strong>s y cometas en Ma rte ind ican<br />

que los mat eri ales sa len lanzados en<br />

múltiples direcciones. Para Gladman<br />

y sus colaboradores , cada pocos millones<br />

<strong>de</strong> años Marte sufre un imp acto<br />

<strong>de</strong> vio lencia suficie nte para eye ctar<br />

roc as que, co n el tiempo, alca nza rían<br />

la Tierra . El viaje int erpl anetario sue ­<br />

le ser bastant e largo: gran parte <strong>de</strong><br />

la casi tonelada <strong>de</strong> rocas marcianas<br />

qu e aterrizan en la Tierra anualme nte<br />

ha pasad o varios millones <strong>de</strong> años en<br />

el espacio. Só lo un a diminuta frac ­<br />

ció n (una <strong>de</strong> cada 10 mill ones) habrá<br />

permanecido menos <strong>de</strong> un año en el<br />

espacio. A los tres años <strong>de</strong>l impacto,<br />

han co mpletado el viaje Marte­<br />

Tierra unas 10 rocas <strong>de</strong>l tam año <strong>de</strong><br />

28<br />

un puñ o co n un peso supe rior a los<br />

100 gra mos. Guijarros y part ícul as <strong>de</strong><br />

polvo tien<strong>de</strong> n a real izar viajes interplanetari<br />

os con mayor rapi<strong>de</strong>z; co n<br />

rocas, sin embargo, esos recorridos<br />

menu<strong>de</strong>an menos.<br />

¿Sobreviviría n las entida <strong>de</strong>s biológicas<br />

a es tos viajes? A nalice mos<br />

primero si los microorganism os re ­<br />

sistiría n la eye cci ón <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el cuerpo<br />

celes te pro genitor <strong>de</strong>l met eorito. En<br />

el laboratorio se ha observado, a través<br />

<strong>de</strong> ensayos <strong>de</strong> choque, que ciertas<br />

ca<strong>de</strong> nas <strong>de</strong> bacterias sobreviven a las<br />

aceler aciones y sac udidas (ca mbios<br />

<strong>de</strong> ace lerac ió n) qu e sufrirían en un a<br />

típica eye cción <strong>de</strong> altas pr esiones en<br />

Marte. Resulta <strong>de</strong> vital importa ncia,<br />

no obstante, que durant e el impacto<br />

y la expuls ión los meteoritos no se<br />

ca lienten hasta el punto <strong>de</strong> <strong>de</strong>struir<br />

el material biológico qu e portan.<br />

En un principio se creyó qu e cua lquier<br />

material ex pulsado co n una veloc<br />

idad superio r a la veloc idad <strong>de</strong><br />

escape <strong>de</strong> Marte terminaría, si no convertido<br />

en vapor, fundido <strong>de</strong>l tod o.<br />

A raíz <strong>de</strong>l posteri or <strong>de</strong>scubrimiento<br />

<strong>de</strong> meteoritos totalmente intacto s (sin<br />

fun dir) proced entes <strong>de</strong> la Luna y <strong>de</strong><br />

Marte, se <strong>de</strong>sechó esa i<strong>de</strong>a. H. Ja y<br />

Melos h, <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Arizo<br />

na, ca lculó qu e un pequeño porce<br />

ntaje <strong>de</strong> las roc as eyectadas serían<br />

ex pulsadas <strong>de</strong> Marte sin sufr ir ningún<br />

calenta miento . Según Melos h, cuando<br />

la onda <strong>de</strong> presión que, <strong>de</strong>bida<br />

al impacto, se propaga <strong>de</strong>l interior<br />

al ex ter ior alca nza la superficie <strong>de</strong>l<br />

pl anet a, lo hace co n una diferen cia<br />

<strong>de</strong> fase <strong>de</strong> 180 grados , lo que cancela<br />

la presión en una fina cap a <strong>de</strong><br />

rocas justo por <strong>de</strong>b ajo <strong>de</strong> la supe rficie.<br />

Da do qu e es ta capa ape nas sufre<br />

INVESTIGACiÓN y CI ENCIA, enero, 2006


compresion, mientra s que las capas<br />

interiores se hallan sometidas a una<br />

enorme presión, las rocas cercanas<br />

a la superficie se expulsan a gran<strong>de</strong>s<br />

velocida<strong>de</strong>s y sin sufrir apenas<br />

<strong>de</strong>formación.<br />

¿Qué <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> la capacidad <strong>de</strong> los<br />

microorganismos <strong>de</strong> sobrevivir a la<br />

entrada en la atmósfera terrestre? Edward<br />

An<strong>de</strong>rs, adscrito por entonces al<br />

Institut o Enrico Fermi <strong>de</strong> la Universidad<br />

<strong>de</strong> Chicago, <strong>de</strong>mostró que las<br />

partículas interplan etarias se frenan<br />

en la atmósfera alta <strong>de</strong> la Tierra,<br />

evitando así el calentamiento. Los<br />

meteoritos, en cambi o, sufren una<br />

fricción fort ísima: su superfic ie se<br />

fun<strong>de</strong> cuando atraviesan la atmósfera.<br />

Pero el pulso térmico tiene tiempo <strong>de</strong><br />

penetrar unos milím etros meteorito<br />

a<strong>de</strong>ntro, <strong>de</strong> forma que los organismos<br />

encerrados en la profundidad <strong>de</strong> la<br />

roca sobrevivirían.<br />

En el curso <strong>de</strong> los últimos cinco<br />

años, uno <strong>de</strong> los autores (Weiss)<br />

ha venido analizando con sus colabor<br />

adores dos tipos <strong>de</strong> meteoritos<br />

marcianos: los nakhlites, un conjunto<br />

<strong>de</strong> rocas expulsadas <strong>de</strong> Marte por<br />

un impacto cometario o <strong>de</strong> asteroi<strong>de</strong><br />

hace unos 11 millones <strong>de</strong> años, y<br />

ALH84001, que abandonó el planeta<br />

rojo cuatro millon es <strong>de</strong> años antes.<br />

(ALH8400 1 se hizo famoso en 1996,<br />

cuando un grupo <strong>de</strong> científicos li<strong>de</strong>rados<br />

por David McKay, <strong>de</strong>l Centro<br />

Espacial Johnson <strong>de</strong> la NASA, anunció<br />

el hallazgo <strong>de</strong> trazas <strong>de</strong> microorganismos<br />

fósiles que recordaban a<br />

las bacterias terrestres. Un <strong>de</strong>cenio<br />

<strong>de</strong>spués continúa el <strong>de</strong>bate sobre si<br />

este meteorito contiene o no huellas<br />

<strong>de</strong> vida marciana.)<br />

A parti r <strong>de</strong>l estudio <strong>de</strong> las propieda<strong>de</strong>s<br />

magnéticas <strong>de</strong> los meteoritos<br />

y la composición <strong>de</strong> los gases<br />

atrapados <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> éstos, el equipo<br />

<strong>de</strong> Weiss halló que ALH84001, y al<br />

menos dos <strong>de</strong> los siete nakhli tes <strong>de</strong>scubiertos<br />

hasta la fecha, apenas se<br />

habían calentado unos pocos cientos<br />

<strong>de</strong> grados Celsius <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que formaron<br />

parte <strong>de</strong> la superficie marciana.<br />

Es más, el hecho <strong>de</strong> que los nakhlites<br />

sean rocas casi prístin as, inalteradas<br />

por los efectos <strong>de</strong> las ondas <strong>de</strong><br />

choque <strong>de</strong> altas presiones, significa<br />

que el impacto en Marte no elevó<br />

su temp eratura por encima <strong>de</strong> los<br />

100 grados centígrados.<br />

No todos, pero sí buena parte <strong>de</strong><br />

los procariota s terrestres (organis-<br />

INVESTIGACiÓNy CIENCIA, enero, 2006<br />

mas unicelulares simples como las<br />

bacteria s, cuyo núcleo carece <strong>de</strong><br />

membrana) y los eucariotas (organismos<br />

con núcleos bien <strong>de</strong>finidos)<br />

sobrevivirían <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ese intervalo<br />

<strong>de</strong> temperaturas. Este resultado ofreció<br />

la primera prueba experimental<br />

<strong>de</strong> que los materiales viajarían <strong>de</strong><br />

planeta a planeta sin experimentar<br />

esterilizac ión térmic a en ningún momento,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la eyecció n hasta el<br />

aterrizaje.<br />

El probl ema <strong>de</strong> la radiación<br />

Con todo, para que la panespermi a<br />

resulte viable los microorganismos<br />

<strong>de</strong>ben sobrevivir no sólo a la expulsión<br />

<strong>de</strong>l planeta <strong>de</strong> origen y la<br />

entrada en la atmósfera <strong>de</strong>l cuerpo <strong>de</strong><br />

llegada, sino superar también el viaje<br />

interplanetario. Los meteoroi<strong>de</strong>s y las<br />

partículas <strong>de</strong> polvo estarían expuestos<br />

al espacio vacío , a temperaturas extremas<br />

y a varios tipos <strong>de</strong> radiación.<br />

La <strong>de</strong> mayor peligro para la vida<br />

por ellos portada sería la luz solar<br />

ultravioleta (UY) <strong>de</strong> alta energía, que<br />

rompe los enlaces que unen los átomos<br />

<strong>de</strong> carbono <strong>de</strong> las molécula s orgánicas<br />

. Pero no resulta complicado<br />

protegerse <strong>de</strong> esa radiación: bastan<br />

unas micras <strong>de</strong> material opaco para<br />

resg uardar a las bacterias.<br />

Un proyecto europeo realizado en<br />

las instalaciones que la NASA utiliza<br />

para el estudio <strong>de</strong> exposiciones <strong>de</strong><br />

larga duración ("Lo ng Duration Exposure<br />

Facility", o LDEF, un satélite<br />

<strong>de</strong>splegado por la lanza<strong>de</strong>ra espacial<br />

en 1984 y rescatado <strong>de</strong> su órbita seis<br />

años <strong>de</strong>spués) <strong>de</strong>mostró que con una<br />

fina capa <strong>de</strong> aluminio se podía proteger<br />

<strong>de</strong> la radiación UY a esporas <strong>de</strong><br />

la bacteria Bacillus subtilis. De las<br />

esporas protegidas por el aluminio,<br />

aunque expuestas al vacío y a las<br />

temperaturas extremas <strong>de</strong>l espacio, un<br />

80 por ciento sobrevivió (se reanimaron<br />

como células bacterianas activas<br />

al final <strong>de</strong> la misión). En cuanto a<br />

las esporas que no estaban protegidas<br />

por el aluminio y, por tanto, quedaban<br />

a merced <strong>de</strong> la radiación UY directa<br />

<strong>de</strong>l Sol, la mayoría se <strong>de</strong>struyeron.<br />

No todas, sin embargo: una <strong>de</strong> cada<br />

diez mil permaneció viable (la presencia<br />

<strong>de</strong> sustancias como la glucosa<br />

y las sales aumentaron la tasa <strong>de</strong> supervivencia).<br />

Incluso en cuerpos <strong>de</strong><br />

las dimensiones <strong>de</strong> una partícula <strong>de</strong><br />

polvo, la radiación solar ultravioleta<br />

no tendría por qué este rilizar a<br />

una colo nia microbi ana entera. En<br />

el interior <strong>de</strong> un cuerpo <strong>de</strong> mayor<br />

tamaño (un guija rro, por eje mplo),<br />

la protección frente a la radiación<br />

ultravioleta sería todavía mayor.<br />

Este estudio <strong>de</strong> las radi aciones<br />

se llevó a cabo en una órbita baja<br />

terrestre, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la protección <strong>de</strong>l<br />

campo magnético <strong>de</strong> nuestro planeta.<br />

Por tanto, los resultados nada dicen<br />

sobre los efec tos <strong>de</strong> las partículas<br />

interplanetarias dotadas <strong>de</strong> carga que<br />

no atraviesan la magnetosfera <strong>de</strong> la<br />

Tierra. De vez en cuando, en el Sol<br />

se registran estallidos que producen<br />

iones y electrones <strong>de</strong> alta energía;<br />

a<strong>de</strong>m ás, las partícul as dotadas <strong>de</strong><br />

carga constituyen una <strong>de</strong> las componentes<br />

principal es <strong>de</strong> la radiación<br />

cós mica galáctica que bomb ar<strong>de</strong>a<br />

sin cesar el sistema solar. Proteger<br />

a los organismos <strong>de</strong> radiacio ­<br />

nes tan energéticas como los rayos<br />

gamma entraña mayor complejidad<br />

que apantallarlos ante la radiación<br />

ultr avioleta. Una capa <strong>de</strong> roca <strong>de</strong><br />

sólo unos micrometro s <strong>de</strong> espeso r<br />

bloquea la radiación ultravioleta. Sin<br />

embargo, a mayor escudo, mayor es<br />

la dosis <strong>de</strong> otros tipos <strong>de</strong> radiación,<br />

por una razón clara: la interacción<br />

entre partículas dotadas <strong>de</strong> carga y<br />

fotones <strong>de</strong> alta energía, por un lado,<br />

y materi al rocoso <strong>de</strong>l escudo, por<br />

otro, produ ce una auténtica lluvia <strong>de</strong><br />

radi ación secundaria en el interior<br />

<strong>de</strong>l meteorito.<br />

Esa llu via alcanzaría a cualquier<br />

micro organismo <strong>de</strong>l inter ior <strong>de</strong> la<br />

roca, salvo que ésta midi era dos o<br />

más metros <strong>de</strong> diámetro. Ahora bien,<br />

según hemos avanzado, ese tipo <strong>de</strong><br />

rocas no suelen empren<strong>de</strong>r viajes<br />

interpl anetarios rápidos . En consecuencia,<br />

a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la prot ección<br />

ultravioleta, importa sobremanera la<br />

resistencia <strong>de</strong>l microorganismo a todos<br />

los componentes <strong>de</strong> la radiación<br />

espacial y la celeridad con la que<br />

el meteorito portador se <strong>de</strong>splaza <strong>de</strong><br />

planeta a planeta. Cuanto más corto<br />

sea el viaje, menor será la dosis <strong>de</strong><br />

radiación y, por tanto, mayor el índice<br />

<strong>de</strong> supervivencia.<br />

En términos <strong>de</strong> resistencia a la<br />

radiación, B. subtilis es bastante robusta.<br />

Deinococcus radiodurans, una<br />

bacteria que Arthur W. An<strong>de</strong>rson <strong>de</strong>scubrió<br />

en los años cincuenta <strong>de</strong>l siglo<br />

pasado, lo es todavía más: sobrevive a<br />

las dosis <strong>de</strong> radiación que se aplican<br />

para esterilizar los productos alimen­<br />

29


período <strong>de</strong>terminado. Ni siquiera la<br />

transferenci a <strong>de</strong> organismos viables<br />

garantiza el éxito <strong>de</strong> la germinación<br />

en el planeta que los rec ibe, sobre<br />

todo si ya hay vida anterior.<br />

Caben varias situaciones imagi ­<br />

nables. Los microorgani smos <strong>de</strong><br />

Marte llegaron a la Tierra <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> que la vida surgiera <strong>de</strong> forma<br />

in<strong>de</strong>pendiente en nuestro planeta y<br />

no lograron reemplazar las especies<br />

locales ni coexistir con ellas . La<br />

vida marciana encontró en la Tierra<br />

un nicho apropiado, que no se ha<br />

i<strong>de</strong>ntificado todavía; <strong>de</strong> hecho, <strong>de</strong>l<br />

total <strong>de</strong> especies bacteriológicas que<br />

habitan nuestro planeta apenas se ha<br />

catalogado un pequeño porcentaje;<br />

incluso pudiera ser que pervivieran,<br />

sin i<strong>de</strong>ntificar, grupos <strong>de</strong> organismos<br />

carentes <strong>de</strong> relación genética con la<br />

vida terrestre conocida.<br />

Mientras no se <strong>de</strong>scubra vida en<br />

otro planeta o satélite, seguiremos<br />

ignorando si hubo panespermia y<br />

en qué grado. En el supues to <strong>de</strong><br />

que las futur as misiones espaciales<br />

hallaran vida en el planeta rojo y<br />

llegaran a la conclusión <strong>de</strong> que la<br />

bioquímica marciana difiere <strong>de</strong> la<br />

terrestre, quedaría <strong>de</strong>mostrado que<br />

la vida terrestre no proce<strong>de</strong> <strong>de</strong> Marte.<br />

Pero si las bioquímicas fueran<br />

similares, cabría preguntarse sobre<br />

la posibilidad <strong>de</strong> una fuente común<br />

para ambas biosferas. Para abordar<br />

esta cuestión, y suponiendo que las<br />

formas <strong>de</strong> vida marcianas utilizaban<br />

el ADN para almac enar la información<br />

genética, <strong>de</strong>berían estudiarse<br />

las secuencias <strong>de</strong> nucleótidos. Si las<br />

secuencias <strong>de</strong> ADN marcianas no<br />

siguieran el código genético que las<br />

células vivas terrestres util izan para<br />

la síntesis <strong>de</strong> proteínas, la hipótesis<br />

panespérmica entre Marte y la Tierra<br />

per<strong>de</strong>ría fuerza.<br />

No se agotan ahí las situaciones<br />

plausibles. Quizá la vida <strong>de</strong> Marte<br />

utilizara el ARN o una estructura parecida<br />

para su replicación. De hecho,<br />

podría ser que algunos organismos<br />

<strong>de</strong> la Tierra, aún por <strong>de</strong>scubrir, se<br />

ajustaran a esa categoría, en cuyo<br />

caso tales criaturas terrestres exóticas<br />

se hallarían emparentadas con<br />

las formas <strong>de</strong> vida marcianas.<br />

A modo <strong>de</strong> resum en: la vida<br />

terrestre pudo originarse en el propio<br />

planeta, resultar <strong>de</strong> una semilla<br />

biológica proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l espacio o<br />

surgir <strong>de</strong> una combinación <strong>de</strong> ambos<br />

INVESTIGACiÓNy CIENCIA, enero, 2006<br />

MONITORIZACION DEL ENTOR<br />

procesos. Cualquiera <strong>de</strong> esas situa­ ocurre con facilidad por todo el<br />

ciones fue posible. La confirmación cosmos. Es más, podrían compararse<br />

<strong>de</strong> una panespermia entre Marte y la organismos terrestres con formas <strong>de</strong><br />

Tierra sugeriría que la vida, una vez vida alienígena para elaborar una<br />

iniciada, se esparciría con presteza <strong>de</strong>finición más general <strong>de</strong> la vida.<br />

por todo un sistema estelar. Por fin, comenzaríamos a enten<strong>de</strong>r<br />

Si, por el contrario, se hallaran las leyes <strong>de</strong> la biología igual que<br />

organismos marcianos surgidos con compren<strong>de</strong>mos las <strong>de</strong> la física y la<br />

in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la vida terrestre , química: como propi eda<strong>de</strong>s fundaello<br />

indi caría qu e la abi ogénesis mentales <strong>de</strong> la natural eza.<br />

Losautores<br />

David Warmflash y Benjamin Weiss han seguido caminos distintos, aunque<br />

complementarios, en el estudio <strong>de</strong>l origen extraterrestre <strong>de</strong> la vida. Astrobiólogo <strong>de</strong><br />

la Universidad <strong>de</strong> Houston y <strong>de</strong>l Centro Espacial Johnson <strong>de</strong> la NASA, Warmflash<br />

participa en el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> métodos <strong>de</strong> análisis moleculares que faciliten la búsqueda<br />

<strong>de</strong> microorganismos en Marte y en Europa, un satélite <strong>de</strong> Júpiter. Weiss es profesor<br />

<strong>de</strong> ciencias planetarias en el Instituto <strong>de</strong> Tecnología <strong>de</strong> Massachusetts. Ha estudiado<br />

varios meteoritos marcianos.<br />

Bibliografía complementaria<br />

WOR LOS IN THE MA KI NG: THE EVOLU TION OF THE UNIVERSE. Svante Arrhenius. Harper; 1908.<br />

THE STR UCTURAL BASIS OF RIBOSO ME ACTlVITY IN PEPTlOE BO NO SYNTHESIS. P. Nissen,<br />

J. Hansen, N. Ban, P. B. Moore, y T. A. Steitz en Science, vol. 289, págs. 878·879;<br />

11 <strong>de</strong> agosto 2000.<br />

RIS KS THREATENING VIABLE TRANSFER OF MICROBES BET WEEN BOOlES IN OUR SO LAR SYSTEM.<br />

C. Mileikowsky, F. A. Cucinotta, J. W. Wilson, B. Gladman, G. Horneck, L. Lin<strong>de</strong>gren,<br />

H. J. Melosh, H. Rickman, M. Valtonen y J. Q. Zheng en Planetary andSpace Science,<br />

vol. 48, tomo 11, págs. 1107·1115; septiembre 2000.<br />

MARTIAN SURFACEPALEO TE MPERATURES FROMTHER MOCHRO NOLOGY OF METEORITES. D. lo Shuster<br />

y B. P. Weiss en Science, vol. 309, págs. 594·600; 22 <strong>de</strong> julio 2005.<br />

QRIGI NS OF THE GENETlC COO E: THE ESCAPEO TRIPLET TH EOR Y. M. Yarus, J. G. Caporaso<br />

y R. Knight en Annual Review of Biochemistry, vol. 74, págs. 179·198; julio 2005.<br />

31


Turiasaurus rio<strong>de</strong>vensis:<br />

el gigante europeo<br />

Están apareciendo<br />

fósiles <strong>de</strong><br />

Turiasaurus<br />

rio<strong>de</strong>vensis,<br />

dinosaurio<br />

saurópodo gigante,<br />

en sedimentos<br />

<strong>de</strong> entre 140 y 150<br />

millones <strong>de</strong> años<br />

<strong>de</strong> antigüedad.<br />

El yacimiento<br />

se encuentra<br />

en España<br />

Rafael Royo Torres, Alberto Cobos y Luis Alcalá<br />

Hasta la fecha, los dinosaurios gigantes<br />

habían sido <strong>de</strong>scubiertos en el Nuevo<br />

Mundo o en Africa. Algunos ejemplos<br />

son los saurópodos Seismosaurus, hallado en<br />

Estados Unidos, Argentinosaurus, en Argentina,<br />

Paralititan, en Egipto, y Brachiosaurus, en<br />

Tanzania. Encontrar uno <strong>de</strong> ellos en Europa<br />

y en pleno siglo xxi parecía poco probable.<br />

Hallarlo en un pueblo turolense constituyó<br />

toda una sorpresa.<br />

Des<strong>de</strong> hacía más <strong>de</strong> diez años se tenía constancia<br />

<strong>de</strong> indicios <strong>de</strong> vertebrados mesozoicos<br />

en Rio<strong>de</strong>va, el pueblo en cuestión. Algunos<br />

fragmentos aislados habían aparecido entre los<br />

<strong>de</strong>sechos <strong>de</strong> unas obras <strong>de</strong> mejora <strong>de</strong> la carretera<br />

<strong>de</strong> acceso a la población. Cuando en 2002<br />

el equipo <strong>de</strong> paleontólogos <strong>de</strong> la Fundación<br />

Conjunto Paleontológico <strong>de</strong> Teruel-Dinópolis<br />

comenzó a recopilar la información disponible<br />

sobre ese y otros indicios, en el marco <strong>de</strong><br />

un programa encaminado a conseguir nuevos<br />

hallazgos <strong>de</strong> dinosaurios, Rio<strong>de</strong>va fue una <strong>de</strong><br />

las áreas seleccionadas. El 22 <strong>de</strong> febrero <strong>de</strong><br />

2003, al poco tiempo <strong>de</strong> empezar los trabajos<br />

<strong>de</strong> prospección paleontológica, se hallaron los<br />

primeros fósiles signifi cativos: unos centros<br />

vertebrales aislados <strong>de</strong> estegosáurido. En los<br />

meses siguientes se recuperaron restos en otros<br />

ocho lugares. La zona prometía <strong>de</strong>scubrimientos<br />

importantes.<br />

Las labores <strong>de</strong> campo se vieron recompensadas<br />

el 23 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 2003, día en que se<br />

<strong>de</strong>scubrió un nuevo yacimiento, en un paraje<br />

<strong>de</strong>nominado “El Humero”, junto al Barranco<br />

<strong>de</strong> Barrihonda y apenas a un kilómetro <strong>de</strong><br />

distancia <strong>de</strong> Rio<strong>de</strong>va. En una superfi cie <strong>de</strong><br />

unos 100 metros cuadrados había cientos<br />

<strong>de</strong> pequeños fragmentos <strong>de</strong> huesos fósiles;<br />

otros mayores se encontraban integrados en<br />

los muros <strong>de</strong> contención intercalados entre<br />

bloques <strong>de</strong> arenisca y cantos rodados. Fragmentos<br />

<strong>de</strong> una tibia, <strong>de</strong> un fémur y falanges<br />

<strong>de</strong>l pie que parecían haber pertenecido a un<br />

gran animal se amontonaban entre cardos y<br />

arbustos. Estos indicios bastaron para reconocer<br />

el enorme potencial <strong>de</strong>l décimo <strong>de</strong> los<br />

yacimientos registrados (RD-10), al que <strong>de</strong>nominamos<br />

Barrihonda-El Humero. Bajo aquel<br />

gigantesco rompecabezas <strong>de</strong> huesos troceados<br />

por el paso <strong>de</strong>l arado durante años, ¿podrían<br />

50 INVESTIGACION Y CIENCIA, junio, 2009<br />

FCPT-D Y CARMELO LOPEZ, UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA; LAS DEMAS IMAGENES: CORTESIA DE LOS AUTORES


1. RECONSTRUCCION<br />

<strong>de</strong> Turiasaurus rio<strong>de</strong>vensis<br />

y <strong>de</strong> su paisaje.<br />

2. CLASIFICACION<br />

<strong>de</strong> los dinosaurios<br />

saurópodos y<br />

posición <strong>de</strong>l nuevo<br />

clado Turiasauria<br />

(<strong>de</strong>recha).<br />

haberse conservado fosilizadas otras partes intactas<br />

<strong>de</strong>l esqueleto <strong>de</strong> un gran dinosaurio?<br />

Una nueva especie<br />

En los yacimientos <strong>de</strong> dinosaurios suele aparecer<br />

material suelto, que apenas permite atribuirlo<br />

a un taxón <strong>de</strong>terminado. En el caso <strong>de</strong>l<br />

gran dinosaurio <strong>de</strong> Rio<strong>de</strong>va se recuperaron<br />

numerosos huesos completos <strong>de</strong> un mismo<br />

individuo, que nos facilitaron su asignación<br />

a un género y una especie.<br />

Tras el examen <strong>de</strong> los primeros restos, se<br />

<strong>de</strong>terminó que se trataba <strong>de</strong> un dinosaurio<br />

saurópodo; lo avalaba la presencia <strong>de</strong> rasgos<br />

característicos en algunos huesos <strong>de</strong> las patas<br />

posteriores, entre ellos una falange <strong>de</strong>l pie,<br />

enorme. La comparamos con una falange similar<br />

<strong>de</strong>l dinosaurio Brachiosaurus, expuesto en<br />

Dinópolis-Teruel; tras observar la <strong>de</strong>smesurada<br />

diferencia <strong>de</strong> tamaño a favor <strong>de</strong> la encontrada<br />

en Barrihonda, resultaba evi<strong>de</strong>nte que estábamos<br />

ante un supergigante.<br />

Durante los meses <strong>de</strong> julio a diciembre<br />

<strong>de</strong> 2003 se <strong>de</strong>sarrolló la primera campaña <strong>de</strong><br />

excavaciones. Más tar<strong>de</strong>, como algunos hue-<br />

TRIASICO<br />

JURASICO<br />

CRETACICO<br />

SUPERIOR INFERIOR MEDIO SUP. INFERIOR<br />

SUPERIOR<br />

Mastrichtiano<br />

Campaniano<br />

Santoniano<br />

Coniaciano<br />

Turoniano<br />

Cenomaniano<br />

Albiano<br />

Aptiano<br />

Barremiano<br />

Hauteriviano<br />

Valanginiano<br />

140,2<br />

Berriasiano<br />

Titoniano<br />

Kimeridgiano 150,8<br />

Oxfordiano<br />

161,2<br />

Calloviano<br />

Batoniano<br />

Bajociano<br />

Aleniano<br />

175,6<br />

Toarciano<br />

Pliensbachiano<br />

Sinemuriano<br />

Hetangiano<br />

199,6<br />

Raetiano<br />

Noriano<br />

Carniano<br />

65,5<br />

99,6<br />

228,7<br />

sos continuaban bajo un talud próximo, fue<br />

necesaria la ayuda <strong>de</strong> maquinaria pesada para<br />

retirar la cobertera. Gracias a esto se pudo<br />

preparar una superfi cie <strong>de</strong> excavación <strong>de</strong> un<br />

tamaño semejante a la <strong>de</strong> una cancha <strong>de</strong> baloncesto;<br />

así, se recuperaron aún más huesos<br />

<strong>de</strong>l animal. La excavación continuó durante<br />

2004-2005. En total se recuperaron varios<br />

dientes, seis vértebras <strong>de</strong>l cuello, tres vértebras<br />

dorsales, dos vértebras <strong>de</strong> la cola, restos <strong>de</strong> la<br />

cintura escapular, una pata <strong>de</strong>lantera izquierda<br />

completa, —formada por un húmero (<strong>de</strong> 1,79<br />

metros <strong>de</strong> longitud), un radio, la ulna (cúbito),<br />

un carpal, cinco metacarpos y falanges <strong>de</strong> la<br />

mano—, así como restos <strong>de</strong> las patas traseras,<br />

consistentes en una fíbula (peroné), dos<br />

astrágalos, varios metatarsos y algunas falanges<br />

<strong>de</strong> los pies. De manera más fragmentaria se<br />

recogieron un sacro, parte <strong>de</strong> un fémur y una<br />

tibia, entre otros elementos.<br />

La información <strong>de</strong> que se disponía con tal<br />

cantidad <strong>de</strong> huesos fue sufi ciente para <strong>de</strong>terminar<br />

si el animal representaba una nueva<br />

especie <strong>de</strong> dinosaurio o si pertenecía a una<br />

ya conocida. Se trata <strong>de</strong> una especie nueva:<br />

INVESTIGACION Y CIENCIA, junio, 2009 51<br />

PROSAUROPODA<br />

Vulcanodon<br />

Shunosaurus<br />

Barapasaurus<br />

EUHELOPODIDAE<br />

SAUROPODA<br />

SAUROPODOMORPHA<br />

TURIASAURIA<br />

DIPLODOCOIDEA<br />

EUSAUROPODA<br />

Camarasaurus<br />

BRACHIOSAURIDAE<br />

TITANOSAURIA<br />

TITANOSAURIFORMES<br />

NEOSAUROPODA<br />

CONCEPTOS BASICOS<br />

En Rio<strong>de</strong>va, provincia <strong>de</strong><br />

Teruel, se ha <strong>de</strong>scubierto<br />

uno <strong>de</strong> los dinosaurios<br />

más gran<strong>de</strong> <strong>de</strong>l mundo.<br />

Se ha <strong>de</strong>terminado que<br />

los huesos <strong>de</strong>senterrados<br />

pertenecían a un animal<br />

<strong>de</strong> un género y especie<br />

(Turiasaurus rio<strong>de</strong>vensis)<br />

<strong>de</strong>sconocidos hasta ahora.<br />

Su masa corporal <strong>de</strong>bía<br />

<strong>de</strong> estar entre las 40 y las<br />

48 toneladas. Parece que<br />

sobrepasaba con holgura<br />

los 30 metros <strong>de</strong> longitud<br />

(era, pues, el mayor <strong>de</strong><br />

Europa).<br />

Vivió en la edad Titónico-<br />

Berriasiense, al fi nal <strong>de</strong>l<br />

Jurásico y principios <strong>de</strong>l<br />

Cretácico.<br />

El paisaje era por entonces<br />

muy diferente <strong>de</strong>l que hoy<br />

caracteriza a esa parte <strong>de</strong><br />

la cordillera Ibérica: una<br />

gran llanura sometida a<br />

las mareas y surcada por<br />

gran<strong>de</strong>s ríos caudalosos<br />

que <strong>de</strong>sembocaban en el<br />

mar <strong>de</strong> Tethys.


2. DETALLE DE LOS META-<br />

CARPOS <strong>de</strong> la mano izquierda<br />

<strong>de</strong> Turiasaurus en el yacimiento<br />

Barrihonda-El Humero.<br />

3. RESTOS FOSILES <strong>de</strong> una<br />

costilla y <strong>de</strong> una vértebra dorsal<br />

<strong>de</strong> Turiasaurus durante la campaña<br />

<strong>de</strong> excavación <strong>de</strong> 2005 en<br />

Barrihonda-El Humero.<br />

la pata <strong>de</strong>lantera izquierda completa servía <strong>de</strong><br />

holotipo (el elemento conservado en que se<br />

basa la <strong>de</strong>fi nición <strong>de</strong> la especie) y el resto <strong>de</strong>l<br />

material recuperado formaba el paratipo (los<br />

elementos que acompañan en esa <strong>de</strong>fi nición<br />

al holotipo). Las características exclusivas <strong>de</strong>l<br />

nuevo género y especie se encuentran en sus<br />

vértebras dorsales medias, en sus vértebras<br />

caudales distales, en las costillas cervicales<br />

anteriores y en las patas <strong>de</strong>lanteras y traseras<br />

(húmero, radio, ulna, carpal, tibia, fíbula y<br />

metatarso V).<br />

Sus características anatómicas y noveda<strong>de</strong>s<br />

evolutivas se publicaron en la revista Science<br />

<strong>de</strong>l 22 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 2006. Al espécimen<br />

se le <strong>de</strong>nominó Turiasaurus rio<strong>de</strong>vensis. El género<br />

Turiasaurus se tomó <strong>de</strong> “Turia”, palabra<br />

relacionada etimológicamente con Teruel y<br />

que da nombre a su río, y <strong>de</strong> sauros, término<br />

griego que signifi ca lagarto. El nombre <strong>de</strong> la<br />

especie se refi ere a Rio<strong>de</strong>va, don<strong>de</strong> se encuentra<br />

el yacimiento.<br />

La edad <strong>de</strong>l dinosaurio<br />

Uno <strong>de</strong> los problemas que hubo que resolver<br />

fue la edad geológica <strong>de</strong>l yacimiento. La zona<br />

no había atraído hasta entonces la atención <strong>de</strong><br />

los científi cos. La información disponible se<br />

restringía al Mapa Geológico Nacional y a dos<br />

publicaciones bastante recientes. Los trabajos<br />

en cuestión, realizados por investigadores <strong>de</strong><br />

la Universidad <strong>de</strong> Stuttgart, asignaban a los<br />

sedimentos un intervalo <strong>de</strong> edad muy amplio;<br />

abarcaba todo el Cretácico Inferior (entre hace<br />

146 y 100 millones <strong>de</strong> años). Tras meses <strong>de</strong><br />

trabajo se perfi laron columnas estratigráfi cas<br />

(dibujos <strong>de</strong> la sucesión vertical <strong>de</strong> rocas <strong>de</strong>l<br />

yacimiento) y se estudió la microfauna <strong>de</strong> los<br />

niveles fosilíferos. Toda esta información se<br />

comparó posteriormente con las diferentes<br />

formaciones geológicas <strong>de</strong>scritas en la cordillera<br />

Ibérica.<br />

Lo primero que se observó fue que los niveles<br />

don<strong>de</strong> se encontraban los dinosaurios<br />

se situaban por encima <strong>de</strong>l Jurásico Superior<br />

marino. Esto indicaba un cambio gradual, en<br />

el que las rocas calizas <strong>de</strong> origen marino <strong>de</strong>jaron<br />

paso a medios cada vez más continentales,<br />

representados por sedimentos arenosos y arcillosos.<br />

El yacimiento Barrihonda-El Humero<br />

se encontraba en rocas <strong>de</strong> la Formación Villar<br />

<strong>de</strong>l Arzobispo (<strong>de</strong> edad Titónico-Berriasiense,<br />

entre hace unos 151 y 140 millones <strong>de</strong> años,<br />

al fi nal <strong>de</strong>l Jurásico y principios <strong>de</strong>l Cretácico),<br />

que en Rio<strong>de</strong>va se caracteriza por alcanzar un<br />

gran espesor y presentar pocos niveles carbonatados.<br />

Como la microfauna encontrada por <strong>de</strong>bajo<br />

<strong>de</strong> los yacimientos <strong>de</strong> dinosaurios contiene al<br />

foraminífero Anchispirocyclina lusitanica, que<br />

aporta información acerca <strong>de</strong> la edad absoluta<br />

<strong>de</strong> las capas que lo contienen, y como a<strong>de</strong>más<br />

se ha podido correlacionar la sucesión<br />

estratigráfi ca <strong>de</strong> la parte superior (techo) <strong>de</strong>l<br />

afl oramiento, se calcula que el dinosaurio vivió<br />

entre hace unos 143 y 147 millones <strong>de</strong><br />

años, intervalo en el que se incluye el límite<br />

Jurásico-Cretácico.<br />

El lugar don<strong>de</strong> vivió<br />

El estudio geológico <strong>de</strong> los sedimentos aporta<br />

datos relevantes acerca <strong>de</strong> cómo era el ambiente<br />

don<strong>de</strong> quedó enterrado el dinosaurio.<br />

Los sedimentos con fósiles están formados<br />

por estratos <strong>de</strong> notable espesor, compuestos<br />

por arcillas rojas y grises, con presencia <strong>de</strong><br />

paleosuelos entre los que se intercalan gran<strong>de</strong>s<br />

capas <strong>de</strong> areniscas blancas y amarillentas.<br />

Estas capas incluyen a veces en su base limos<br />

52 INVESTIGACION Y CIENCIA, junio, 2009


laminados con restos vegetales, mol<strong>de</strong>s <strong>de</strong> bivalvos,<br />

gasterópodos y otros. Menos frecuentes<br />

son los niveles <strong>de</strong> oncolitos (estructuras sedimentarias<br />

que incluyen concreciones esféricas<br />

creadas por cianobacterias) con presencia <strong>de</strong><br />

ostreidos (ostras), lo que indica una clara infl<br />

uencia marina.<br />

A partir <strong>de</strong> estos datos sabemos que el paisaje<br />

fue muy diferente <strong>de</strong>l que hoy <strong>de</strong>fi ne a<br />

esa parte <strong>de</strong> la cordillera Ibérica: una extensa<br />

llanura sometida a la infl uencia <strong>de</strong> las mareas<br />

y surcada por ríos caudalosos que <strong>de</strong>sembocaban<br />

en el mar <strong>de</strong> Tethys (germen <strong>de</strong>l actual<br />

mar Mediterráneo). A<strong>de</strong>más, una abundante<br />

vegetación conformaría un lugar a<strong>de</strong>cuado para<br />

mantener a los protagonistas <strong>de</strong> la época, los<br />

dinosaurios.<br />

Un nuevo linaje<br />

Los dinosaurios saurópodos, entre los que se<br />

cuenta Turiasaurus rio<strong>de</strong>vensis, son cuadrúpedos,<br />

dotados <strong>de</strong> largos cuellos y colas. Por las características<br />

<strong>de</strong> sus dientes, con facetas <strong>de</strong> <strong>de</strong>sgaste,<br />

sabemos que eran <strong>de</strong> hábitos fi tófagos; se alimentaban<br />

<strong>de</strong> hojas <strong>de</strong> arbustos y árboles.<br />

La clasifi cación <strong>de</strong> los saurópodos ha ido<br />

variando en los últimos diez años. Se ha pa-<br />

TERUEL, TERRITORIO DE DINOSAURIOS<br />

El hallazgo <strong>de</strong> dinosaurios en la provincia<br />

<strong>de</strong> Teruel no es nuevo. Turiasaurus<br />

forma parte <strong>de</strong> una larga lista <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>scubrimientos paleontológicos que,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el siglo XVIII, atrae hasta el sur <strong>de</strong><br />

Aragón a paleontólogos <strong>de</strong> toda Europa.<br />

La primera mención a dinosaurios en<br />

España, se remonta a 1872, cuando Juan<br />

Vilanova Piera (1822-1893) notifi có el<br />

hallazgo <strong>de</strong> Iguanodon en la localidad<br />

<strong>de</strong> Utrillas. Sin embargo, esta temprana<br />

mención no tuvo continuidad inmediata<br />

y, salvo excepciones, como la referencia<br />

<strong>de</strong> José Royo y Gómez en 1918 a restos<br />

proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> Mora <strong>de</strong> Rubielos, no se<br />

comenzó a estudiar <strong>de</strong> forma sistemática<br />

a los dinosaurios ibéricos hasta el último<br />

cuarto <strong>de</strong>l siglo XX. Entre las nuevas<br />

especies <strong>de</strong> dinosaurios <strong>de</strong>fi nidas en<br />

Teruel <strong>de</strong>staca Aragosaurus ischiaticus<br />

(<strong>de</strong>scubierta en Galve y <strong>de</strong>scrita en 1987<br />

por José Luis Sanz y colaboradores), ya<br />

que supuso el primer dinosaurio <strong>de</strong>fi nido en España. El último dinosaurio<br />

en sumarse a la lista ha sido Tastavinsaurus sanzi y otros están a la<br />

espera <strong>de</strong> ser publicados.<br />

Pero los huesos no son los únicos restos <strong>de</strong> dinosaurios que se<br />

encuentran en Teruel; también hay fósiles <strong>de</strong> huevos, como el ootaxón<br />

Macroolithus turolensis, proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> Galve y publicado por Olga Amo<br />

y colaboradores en el año 2000, que se ha relacionado con dinosaurios<br />

carnívoros similares a Oviraptor <strong>de</strong> Mongolia. Igualmente, y <strong>de</strong> eda<strong>de</strong>s<br />

geológicas muy dispares, hay yacimientos<br />

<strong>de</strong> huellas <strong>de</strong> dinosaurios producidas<br />

por saurópodos, tireóforos, terópodos y<br />

ornitópodos. Cabe <strong>de</strong>stacar que varios<br />

<strong>de</strong> estos yacimientos se encuentran<br />

en localida<strong>de</strong>s que también presentan<br />

huesos fósiles, por lo que el interés<br />

científi co se amplía consi<strong>de</strong>rablemente al<br />

disponer <strong>de</strong> una mayor información sobre<br />

restos directos e indirectos en las mismas<br />

formaciones geológicas.<br />

Entre los yacimientos <strong>de</strong> icnitas <strong>de</strong>stacan<br />

Las Cerradicas, en Galve, con huellas<br />

<strong>de</strong>l ornitópodo cuadrúpedo más pequeño<br />

registrado en el mundo, y El Castellar, en<br />

la localidad <strong>de</strong>l mismo nombre, don<strong>de</strong><br />

entre las más <strong>de</strong> 800 icnitas reconocidas<br />

existe un rastro producido por un<br />

carnívoro <strong>de</strong> más <strong>de</strong> nueve metros <strong>de</strong><br />

longitud. Resulta signifi cativo, a<strong>de</strong>más,<br />

que en varios <strong>de</strong> estos afl oramientos se<br />

conservan enormes huellas subcirculares<br />

y en forma <strong>de</strong> media luna (fotografía) producidas por los pies y las<br />

manos <strong>de</strong> saurópodos <strong>de</strong> gran talla, como Turiasaurus u otras especies<br />

coetáneas, <strong>de</strong> hace unos 145 millones <strong>de</strong> años.<br />

Un aspecto reseñable <strong>de</strong>l registro fósil turolense es que abarca un<br />

amplio abanico temporal, ya que existen restos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Jurásico Superior,<br />

hace 150 millones <strong>de</strong> años, hasta el Cretácico Superior, poco antes<br />

<strong>de</strong> la extinción <strong>de</strong> los dinosaurios en el límite Cretácico-Terciario, hace<br />

unos 65 millones <strong>de</strong> años.<br />

sado <strong>de</strong> un número restringido <strong>de</strong> “familias”<br />

a una cifra notable <strong>de</strong> clados (agrupaciones<br />

formadas por todas las especies que comparten<br />

un antepasado evolutivo común). Los saurópodos<br />

pue<strong>de</strong>n dividirse en dos gran<strong>de</strong>s grupos:<br />

los eusaurópodos basales y los neosaurópodos.<br />

Los primeros presentan caracteres primitivos<br />

y los segundos reúnen formas <strong>de</strong>rivadas, entre<br />

las que se encuentran también los individuos<br />

<strong>de</strong> mayor porte (Seismosaurus, Brachiosaurus<br />

y Argentinosaurus).<br />

Los caracteres <strong>de</strong>l esqueleto <strong>de</strong> Turiasaurus<br />

rio<strong>de</strong>vensis lo sitúan entre los saurópodos no<br />

neosaurópodos: la estructura interna <strong>de</strong>l hueso<br />

sin cavida<strong>de</strong>s en vértebras y costillas, una<br />

relación <strong>de</strong>l radio con el metacarpo más largo<br />

(McII) <strong>de</strong> 0,369, una fórmula <strong>de</strong> las falanges<br />

(el número <strong>de</strong> falanges por cada <strong>de</strong>do) <strong>de</strong> la<br />

mano <strong>de</strong> 2-2-2-2-¿? y el extremo proximal<br />

<strong>de</strong> la tibia comprimido mediolateralmente.<br />

Turiasaurus constituye la muy notable novedad<br />

<strong>de</strong> ser el primer saurópodo gigante incluido<br />

entre los eusaurópodos basales. Según el<br />

análisis fi logenético, está situado <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong><br />

un nuevo grupo al que aporta su nombre,<br />

Turiasauria, junto con Losillasaurus <strong>de</strong> Losilla<br />

<strong>de</strong> Aras (Valencia), y Galveosaurus <strong>de</strong> Galve<br />

DINOPOLIS.<br />

UNA GRAN<br />

ENCICLOPEDIA<br />

SOBRE LA HISTORIA<br />

DE LA VIDA<br />

EN LA TIERRA<br />

En 2001 abrió sus puertas al público<br />

el primero <strong>de</strong> los edifi cios <strong>de</strong>l<br />

proyecto Dinópolis, que hoy cuenta<br />

con un importante complejo<br />

paleontológico en la ciudad <strong>de</strong><br />

Teruel y cinco secciones distribuidas<br />

por la provincia, en lugares<br />

signifi cativos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un punto <strong>de</strong><br />

vista paleontológico: Peñarroya<br />

<strong>de</strong> Tastavins, Galve, Rubielos <strong>de</strong><br />

Mora, Albarracín y Castellote, así<br />

como un centro asociado en Mas<br />

<strong>de</strong> las Matas. A las facetas propias<br />

<strong>de</strong> difusión que se realizan a través<br />

<strong>de</strong> sus exposiciones (visitadas<br />

ya por más <strong>de</strong> 1,3 millones <strong>de</strong> personas)<br />

y <strong>de</strong> sus programas públicos,<br />

se suman las tareas <strong>de</strong> conservación<br />

<strong>de</strong> colecciones y <strong>de</strong><br />

yacimientos, así como <strong>de</strong> <strong>investigación</strong>,<br />

propias <strong>de</strong> un museo<br />

paleontológico.<br />

INVESTIGACION Y CIENCIA, junio, 2009 53


Los autores<br />

Rafael Royo Torres, Alberto<br />

Cobos y Luis Alcalá son<br />

paleontólogos <strong>de</strong> la Fundación<br />

Conjunto Paleontológico <strong>de</strong><br />

Teruel-Dinópolis. Royo Torres es<br />

doctor en ciencias geológicas<br />

por la Universidad <strong>de</strong> Zaragoza<br />

y especialista en dinosaurios<br />

saurópodos. Cobos se formó<br />

como geólogo en la Universidad<br />

<strong>de</strong>l País Vasco e investiga en la<br />

utilización <strong>de</strong> la paleontología<br />

como factor <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo. Alcalá<br />

es doctor en ciencias geológicas<br />

(paleontología) por la Universidad<br />

Complutense <strong>de</strong> Madrid y ha sido<br />

Conservador <strong>de</strong> Paleontología y<br />

Vicedirector <strong>de</strong> Exposiciones y<br />

Programas Públicos en el Museo<br />

Nacional <strong>de</strong> <strong>Ciencia</strong>s Naturales<br />

(CSIC).<br />

Agra<strong>de</strong>cimientos al Gobierno<br />

<strong>de</strong> Aragón y proyecto Valdinotur<br />

CGL 2006-13903-BTE.<br />

(Teruel), con los que comparte numerosos<br />

caracteres diagnósticos.<br />

La distribución geográfi ca y estratigráfi ca<br />

precisa <strong>de</strong> este nuevo clado es una <strong>de</strong> las tareas<br />

a <strong>de</strong>terminar en el futuro, pero todo indica<br />

que Turiasauria representa una radiación<br />

que se originó en Europa antes <strong>de</strong>l Titónico<br />

(Jurásico superior). El estudio comparado <strong>de</strong><br />

los dientes ha permitido también i<strong>de</strong>ntifi car<br />

material fragmentario proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> otros yacimientos<br />

europeos, lo que hace pensar que<br />

correspon<strong>de</strong>n al nuevo clado. En Francia se<br />

han <strong>de</strong>scrito dientes <strong>de</strong> Neosodon, dinosaurio<br />

que comparte con los dientes <strong>de</strong> Turiasaurus<br />

la constitución <strong>de</strong> sus coronas en forma <strong>de</strong><br />

corazón. Un diente similar fue localizado en<br />

el Museo Geológico en Lisboa, y un diente<br />

asignado al género Cardiodon, <strong>de</strong>l Jurásico<br />

Medio <strong>de</strong> Inglaterra, presenta coinci<strong>de</strong>ncias en<br />

su <strong>de</strong>scripción. Los dientes <strong>de</strong> Neosodon son<br />

más altos que los <strong>de</strong> Turiasaurus y más angostos<br />

en sentido labiolingual. Con Cardiodon<br />

ha sido imposible realizar una comparación<br />

directa porque el diente <strong>de</strong>scrito a mediados<br />

<strong>de</strong>l siglo xix por Richard Owen permanece<br />

en para<strong>de</strong>ro <strong>de</strong>sconocido.<br />

En cualquier caso, se ha <strong>de</strong>mostrado la<br />

presencia <strong>de</strong> un linaje <strong>de</strong>sconocido hasta la<br />

EN EL CONTEXTO DE LA PENINSULA IBERICA<br />

El registro <strong>de</strong> dinosaurios saurópodos en la península Ibérica presenta<br />

una alta diversidad, con ocho especies propias <strong>de</strong>scritas<br />

y un número abundante <strong>de</strong> grupos representados. Durante el Jurásico<br />

Inferior y Medio, la península formaba parte <strong>de</strong>l supercontinente<br />

Pangea. Entonces predominaban los saurópodos basales y eusaurópodos<br />

no neosaurópodos. Los datos más antiguos <strong>de</strong> dinosaurios<br />

saurópodos <strong>de</strong> España se encontrarían en el Sinemuriense <strong>de</strong> Soria,<br />

i<strong>de</strong>ntifi cados por icnitas en forma <strong>de</strong> media luna asignadas, con dudas,<br />

a manos <strong>de</strong> saurópodos. En el Calloviense (Jurásico Superior), el<br />

supercontinente Pangea comenzó a fragmentarse en dos: Laurasia al<br />

norte (Norteamérica, Europa y Asia) y Gondwana al sur (Sudamérica,<br />

Africa, India, Australia y Antártida). Se experimentó luego un máximo<br />

en la diversidad mundial <strong>de</strong> dinosaurios saurópodos en torno al tránsito<br />

Jurásico-Cretácico. En la península Ibérica se han <strong>de</strong>scrito, a<strong>de</strong>más<br />

<strong>de</strong> los tres géneros españoles <strong>de</strong> Turiasauria, restos portugueses <strong>de</strong><br />

diplodocoi<strong>de</strong>os (Dinheirosaurus), macronarios (Lourinhasaurus) y<br />

titanosauriformes (Lusotitan).<br />

4. DIENTE <strong>de</strong> Turiasaurus rio<strong>de</strong>vensis.<br />

El siguiente intervalo signifi cativo con restos <strong>de</strong> saurópodos<br />

pertenece al Cretácico Inferior (Hauteriviense-Aptiense). La península<br />

Ibérica, en dicho momento, formaba parte <strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> archipiélagos<br />

con posibles conexiones esporádicas con Africa, Norteamérica y<br />

Asia. Los diplodócidos fueron reemplazados por los rebaquisáuridos,<br />

los turiasaurios se habrían extinguido y dominarían los Titanosauriformes<br />

basales, <strong>de</strong> los que abundan restos en la cordillera Ibérica. Algunos<br />

taxones que han sido reconocidos a partir <strong>de</strong> dientes aislados, como<br />

Oplosaurus armatus y “Pleurocoelus” val<strong>de</strong>nsis, indican una relación<br />

geográfi ca con el Reino Unido y Asia, don<strong>de</strong> se encontraron los primeros<br />

euhelopódidos.<br />

Durante el Cretácico Superior, el único grupo <strong>de</strong> saurópodos representado<br />

es el <strong>de</strong> los titanosaurios. Se han recuperado huesos, icnitas<br />

y huevos. En el Campaniense se <strong>de</strong>scriben formas <strong>de</strong> un titanosaurio<br />

pequeño, Lirainosaurus astibiae, <strong>de</strong>fi nido en el Condado <strong>de</strong> Treviño<br />

(Burgos). Y <strong>de</strong>l Maastrichtiense se citan titanosaurios <strong>de</strong> gran tamaño<br />

<strong>de</strong>l Pirineo a partir <strong>de</strong> huesos y yacimientos <strong>de</strong> huellas.<br />

54 INVESTIGACION Y CIENCIA, junio, 2009


Lista <strong>de</strong> huesos <strong>de</strong> Turiasaurus<br />

1 Falange ungueal<br />

2 Vértebra cervical<br />

3 Vértebra cervical<br />

4 Vértebra cervical<br />

5 Vértebra cervical<br />

6 Vértebra cervical<br />

7 Vértebra cervical<br />

8 Costilla dorsal<br />

9 Dos vértebras dorsales<br />

10 Costilla dorsal<br />

11 Dientes<br />

12 Vértebra caudal<br />

13 Vértebra caudal<br />

14 Costilla dorsal<br />

15 Costilla dorsal<br />

16 Costilla dorsal<br />

17 Astragalo<br />

18 Radio<br />

19 Costilla dorsal<br />

20 Falange <strong>de</strong>l pie<br />

21 Ulna<br />

36<br />

5. PLANO DE EXCAVACION<br />

<strong>de</strong>l yacimiento Barrihonda-El<br />

Humero.<br />

22 Húmero<br />

23 Metacarpo<br />

24 Metacarpo<br />

25 Metacarpo<br />

26 Metacarpo<br />

27 Metacarpo<br />

28 Escápula<br />

29 Fíbula<br />

30 Sacro<br />

31 In<strong>de</strong>terminado<br />

32 Costilla dorsal<br />

33 Vértebra dorsal<br />

34 Vértebra dorsal<br />

35 Costilla dorsal<br />

36 Vértebra dorsal<br />

37 Falange<br />

38 Esternal<br />

39 Falange ungueal <strong>de</strong> la mano<br />

40 Falange <strong>de</strong> la mano<br />

41 Falange <strong>de</strong> la mano<br />

42 Falange <strong>de</strong> la mano<br />

31<br />

30<br />

29<br />

MAPA DE EXCAVACION: BARRIHONDA-EL HUMERO<br />

RIODEVA (TERUEL) 2005<br />

32 33<br />

37<br />

35<br />

22<br />

34<br />

28 38<br />

21<br />

24 23<br />

26<br />

1825<br />

19<br />

17<br />

20<br />

16<br />

11<br />

27<br />

15<br />

14<br />

12<br />

N<br />

O<br />

S<br />

E<br />

0 50 100 200 cm<br />

10<br />

9<br />

1<br />

13<br />

28<br />

6<br />

8<br />

22<br />

21<br />

38<br />

4<br />

7<br />

5<br />

24 23<br />

39 41<br />

25<br />

40<br />

18<br />

42<br />

27<br />

26<br />

20 cm<br />

6. HUESOS <strong>de</strong> Turiasaurus<br />

rio<strong>de</strong>vensis encontrados hasta<br />

el momento, situados en su<br />

posición anatómica relativa.<br />

INVESTIGACION Y CIENCIA, junio, 2009 55<br />

5 m<br />

3<br />

2


7. PATA DELANTERA izquierda<br />

<strong>de</strong> Turiasaurus rio<strong>de</strong>vensis.<br />

fecha, <strong>de</strong>l que había restos <strong>de</strong> dientes dispersos<br />

por Europa que se habían estado catalogando<br />

como Sauropoda incertae sedis. Así, gracias al<br />

hallazgo <strong>de</strong> gran cantidad <strong>de</strong> material fósil <strong>de</strong><br />

Turiasaurus rio<strong>de</strong>vensis, se ha podido proponer<br />

que otros dinosaurios, como Losillasaurus, Galveosaurus,<br />

Neosodon y Cardiodon, forman parte<br />

<strong>de</strong> un grupo común, el clado Turiasauria.<br />

Peso y talla<br />

Turiasaurus rio<strong>de</strong>vensis, el primer eusaurópodo<br />

basal (es <strong>de</strong>cir, primitivo) gigante encontrado<br />

hasta la fecha en el mundo, <strong>de</strong>sarrolló una<br />

masa corporal <strong>de</strong> entre 40 y 48 toneladas; al<br />

parecer, sobrepasaba con holgura los 30 metros<br />

<strong>de</strong> longitud. ¿Cómo se ha podido obtener esta<br />

información?<br />

Con el paso <strong>de</strong>l tiempo, las estimaciones <strong>de</strong><br />

la masa corporal <strong>de</strong> los dinosaurios saurópodos<br />

han variado. Diríase que “han encogido”. Así,<br />

por ejemplo, un saurópodo <strong>de</strong> 24 metros <strong>de</strong><br />

longitud como Brachiosaurus ha ido perdiendo<br />

peso paulatinamente según se empleaban<br />

procedimientos cada vez más ajustados. Des<strong>de</strong><br />

los primeros trabajos publicados en 1962, en<br />

los que se le atribuían 78 toneladas, se ha<br />

pasado hoy a unas 30 o 40 toneladas, e incluso<br />

menos <strong>de</strong> 30, según los autores. Para calcular<br />

el peso <strong>de</strong> Turiasaurus escogimos uno <strong>de</strong> los<br />

métodos más conservadores, el propuesto por<br />

An<strong>de</strong>rson y colaboradores en 1985; a tenor<br />

<strong>de</strong>l mismo, Brachiosaurus pesaría 29 toneladas.<br />

Los cálculos obtenidos con ese método, que se<br />

basa en las dimensiones <strong>de</strong> la circunferencia<br />

menor <strong>de</strong> la diáfi sis <strong>de</strong>l húmero y <strong>de</strong>l fémur,<br />

indican que Turiasaurus pesaba entre 40 y<br />

48 toneladas.<br />

Al ser Turiasauria un nuevo linaje <strong>de</strong> dinosaurios,<br />

resultó complicado establecer comparaciones<br />

directas <strong>de</strong> las proporciones <strong>de</strong>l<br />

esqueleto con las <strong>de</strong> otros saurópodos. Por un<br />

lado, el tamaño <strong>de</strong> los elementos anatómicos<br />

<strong>de</strong> Turiasaurus resulta equiparable al <strong>de</strong> los<br />

mayores saurópodos conocidos. Por ejemplo, el<br />

húmero <strong>de</strong> Turiasaurus mi<strong>de</strong> 1790 milímetros<br />

<strong>de</strong> longitud, similar a la que se le supone (ya<br />

que no se lo ha encontrado) al húmero <strong>de</strong><br />

Argentinosaurus (1810 mm) y mayor que la <strong>de</strong>l<br />

húmero <strong>de</strong> Paralititan (1690 mm). Sólo los<br />

húmeros <strong>de</strong> algunos braquiosáuridos le superan<br />

en longitud; sin embargo, estos dinosaurios<br />

<strong>de</strong>sarrollaron unas extremida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>lanteras más<br />

largas que las traseras; no cabe, pues, compararlos<br />

con Turiasaurus. Esto explica que los<br />

huesos <strong>de</strong> la pata trasera <strong>de</strong> Turiasaurus sean<br />

<strong>de</strong> mayor tamaño que los <strong>de</strong> Brachiosaurus,<br />

aunque no lo sean los <strong>de</strong> las <strong>de</strong>lanteras. La<br />

falange ungueal I <strong>de</strong>l pie <strong>de</strong> Turiasaurus mi<strong>de</strong><br />

300 mm <strong>de</strong> longitud mientras que la <strong>de</strong> Brachiosaurus<br />

(HMN SII), sólo 240 mm.<br />

Géneros <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s saurópodos con longitu<strong>de</strong>s<br />

que exce<strong>de</strong>n los 30 metros y masas<br />

estimadas en 40.000 kg o superiores sólo se<br />

conocían entre los neosaurópodos (en diplodócidos<br />

y Titanosauriformes). Turiasaurus,<br />

sin embargo, <strong>de</strong>muestra que al menos uno<br />

8. PIE DERECHO <strong>de</strong> Turiasaurus rio<strong>de</strong>vensis.<br />

56 INVESTIGACION Y CIENCIA, junio, 2009


Método para el cálculo <strong>de</strong> masa y longitud <strong>de</strong> Turiasaurus rio<strong>de</strong>vensis<br />

El método <strong>de</strong> An<strong>de</strong>rson y colaboradores calcula la masa (M) <strong>de</strong> un<br />

dinosaurio cuadrúpedo basándose en las circunferencias mínimas<br />

(C) <strong>de</strong> la diáfi sis <strong>de</strong>l húmero (h) y <strong>de</strong>l fémur (f) <strong>de</strong> un mismo individuo<br />

según la fórmula M = 0,078 C 2,73<br />

h+f para dinosaurios cuadrúpedos.<br />

Según este método, Brachiosaurus brancai tendría una masa <strong>de</strong><br />

29 toneladas métricas.<br />

Por lo que respecta a Turiasaurus, conocemos la longitud <strong>de</strong>l húmero:<br />

1790 mm, pero sólo se dispone <strong>de</strong>l extremo distal <strong>de</strong>l fémur. Para conocer<br />

las dimensiones <strong>de</strong>l fémur, necesarias para la estimación <strong>de</strong> masa, se<br />

realizó un análisis comparado con huesos completos <strong>de</strong> otros saurópodos<br />

basales cercanos fi logenéticamente a Turiasaurus. Los saurópodos<br />

utilizados para tal operación fueron: Gongxianosaurus shibeiensis, Kotasaurus<br />

yamanpalliensis, Cetiosauriscus stewarti, Cetiosaurus oxoniensis,<br />

Jobaria tigui<strong>de</strong>nsis, Omeisaurus maoianus, Mamenchisaurus youngi y<br />

Ferganasaurus verzilini. Las ecuaciones alométricas generadas g conducen<br />

a una estimación <strong>de</strong> la longitud <strong>de</strong>l fémur mur<br />

<strong>de</strong> Turiasaurus rio<strong>de</strong>vensis <strong>de</strong> 2219 mm m y,<br />

en el caso <strong>de</strong> la tibia, <strong>de</strong> 1365 mm.<br />

La medida <strong>de</strong> circunferencia en la<br />

mitad <strong>de</strong> la diáfi sis <strong>de</strong>l húmero es <strong>de</strong> 755 55<br />

mm. Desafortunadamente, no disponemos emos<br />

Loxodonta africana<br />

<strong>de</strong> ese dato para el fémur, ya que sólo se ha<br />

conservado una parte distal que equivaldría aldría<br />

al 16 % <strong>de</strong>l total <strong>de</strong> su longitud. En esa a parte<br />

la diáfi sis mi<strong>de</strong> 980 mm <strong>de</strong> circunferencia. ncia.<br />

Para estimar la medida en la mitad <strong>de</strong> la<br />

<strong>de</strong> los linajes más basales llegó a alcanzar<br />

un porte gigante, al margen <strong>de</strong> los neosaurópodos.<br />

Turiasaurus rio<strong>de</strong>vensis es hasta la fecha el<br />

mayor dinosaurio <strong>de</strong> Europa y uno <strong>de</strong> los más<br />

gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l mundo, junto a Argentinosaurus<br />

(Argentina), Sauroposeidon (Estados Unidos),<br />

Amphicoelias (Estados Unidos) y Paralititan<br />

(Egipto). Un aspecto muy importante es que,<br />

entre todos los supergigantes, Turiasaurus es el<br />

más completo, incluso por <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> Seismosaurus<br />

(Estados Unidos); este dato tiene aún<br />

mayor signifi cación teniendo en cuenta que<br />

las excavaciones en el yacimiento Barrihonda-<br />

El Humero aún continúan y todavía están<br />

proporcionando nuevos fósiles.<br />

No estaba solo<br />

Des<strong>de</strong> que comenzaron los trabajos <strong>de</strong> prospección<br />

paleontológica en Rio<strong>de</strong>va se han<br />

documentado más <strong>de</strong> 40 puntos diferentes<br />

con restos <strong>de</strong> dinosaurio. Algunos sólo han<br />

proporcionado fragmentos aislados; otros se<br />

presentan como yacimientos potenciales. Ya<br />

se han acometido varias excavaciones, a<strong>de</strong>más<br />

<strong>de</strong> la <strong>de</strong> Barrihonda-El Humero. Así, en El<br />

Carrillejo (RD-11) se ha <strong>de</strong>scubierto una<br />

vértebra caudal que muestra afinida<strong>de</strong>s con<br />

Diplodocus y Barosaurus (saurópodos hallados<br />

en la Formación Morrison <strong>de</strong> Estados<br />

diáfi sis <strong>de</strong> este fémur hemos usado referencias <strong>de</strong> otros fémures <strong>de</strong> saurópodos<br />

conocidos. Como la mínima y la máxima diferencia entre las<br />

circunferencias <strong>de</strong> estos fémures al 16 % <strong>de</strong> su longitud con respecto<br />

a la parte media <strong>de</strong> la diáfi sis (don<strong>de</strong> se sitúa la menor circunferencia)<br />

varía entre un 81 % y 92 %, po<strong>de</strong>mos estimar que la circunferencia<br />

aproximada en la mitad <strong>de</strong> la diáfi sis <strong>de</strong>l fémur <strong>de</strong> Turiasaurus variaría<br />

entre 794 mm y 902 mm, por lo que, aplicando estos datos a la fórmula<br />

<strong>de</strong> An<strong>de</strong>rson y colaboradores, obtenemos que nuestro dinosaurio<br />

tendría una masa comprendida entre 39,90 y 47,36 toneladas.<br />

Teniendo en cuenta la siguiente ecuación, establecida para estimar<br />

longitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> dinosaurios saurópodos a partir <strong>de</strong> su masa, establecida<br />

por Seebacher en 2004:<br />

masa corporal (kg) = 214,44 (longitud total en m) 1,46<br />

se obtienen unas longitu<strong>de</strong>s para el dinosaurio <strong>de</strong> Rio<strong>de</strong>va <strong>de</strong> 36<br />

y 38 metros, , en función <strong>de</strong> las masas anteriormente calculadas.<br />

Estos datos establecen que Turiasaurus es uno <strong>de</strong> los mayores<br />

dinosaurios <strong>de</strong>scubiertos en el planeta.<br />

Unidos) y con Torniera (saurópodo <strong>de</strong> la<br />

Formación Tendaguru <strong>de</strong> Tanzania). El grupo<br />

al que pertenecen se <strong>de</strong>nomina Diplodocinae<br />

y su presencia en los tres continentes<br />

indica que hace unos 150 millones <strong>de</strong> años<br />

pudo haber existido comunicación terrestre<br />

entre ellos.<br />

En Rio<strong>de</strong>va convivieron diferentes especies<br />

<strong>de</strong> saurópodos. Se han <strong>de</strong>senterrado también<br />

restos <strong>de</strong> estegosaurios (dinosaurios con<br />

placas), ornitópodos primitivos (dinosaurios<br />

con pies <strong>de</strong> tres <strong>de</strong>dos) y terópodos (dinosaurios<br />

carnívoros) <strong>de</strong> diferentes tamaños.<br />

Animales <strong>de</strong> otro tipo también convivían con<br />

Turiasaurus; entre ellos, cocodrilos, tortugas<br />

y peces.<br />

Los trabajos continúan<br />

Las investigaciones en Rio<strong>de</strong>va han permitido<br />

<strong>de</strong>fi nir un nuevo género y especie, Turiasaurus<br />

rio<strong>de</strong>vensis, como el mayor dinosaurio<br />

<strong>de</strong> Europa; un nuevo clado, Turiasauria, con<br />

representantes en España, Portugal, Francia e<br />

Inglaterra; se han <strong>de</strong>scrito restos <strong>de</strong>l primer<br />

Diplodocinae <strong>de</strong> España, así como dos yacimientos<br />

<strong>de</strong> huellas y más <strong>de</strong> 40 puntos con<br />

restos <strong>de</strong> dinosaurio en el término municipal.<br />

Estos logros se han cosechado en cinco años <strong>de</strong><br />

trabajo, gracias a la instalación en Dinópolis<br />

<strong>de</strong> un equipo estable <strong>de</strong> paleontólogos.<br />

Turiasaurus rio<strong>de</strong>vensis<br />

Bibliografía<br />

complementaria<br />

CARACTERIZACION DE LOS DEPO-<br />

SITOS SEDIMENTARIOS CON DINO-<br />

SAURIOS DE RIODEVA (TERUEL).<br />

L. Luque, A. Cobos, R. Royo<br />

Torres, E. Espílez y L. Alcalá<br />

en Geogaceta, vol. 38, págs.<br />

27-30; 2005.<br />

A GIANT EUROPEAN DINOSAUR<br />

AND A NEW SAUROPOD CLADE.<br />

R. Royo Torres, A. Cobos<br />

y L. Alcalá en Science, vol. 314,<br />

págs. 1925-1927; 2006.<br />

RIODEVA SITES (TERUEL, SPAIN)<br />

SHEDDING LIGHT TO EUROPEAN<br />

SAUROPOD PHYLOGENY. R. Royo<br />

Torres, A. Cobos, A. Aberasturi,<br />

E. Espílez, I. Fierro, A. González,<br />

L. Luque, L. Mampel<br />

y L. Alcalá en Geogaceta,<br />

vol. 41, págs. 183-186; 2007.<br />

TERUEL, TERRITORIO PALEONTO-<br />

LOGICO. L. Alcalá y A. Cobos<br />

coord. en Fundamental, vol. 11,<br />

pág. 119; 2007.<br />

INVESTIGACION Y CIENCIA, junio, 2009 57


. "<br />

VO UCIOn<br />

<strong>de</strong> los<br />

48<br />

Las huellas genómicas en el ADN <strong>de</strong> los felinos salvajes<br />

<strong>de</strong> todo el mundo esclarecen el árbol genealógico<br />

<strong>de</strong> esta familia y revelan sus migraciones en el pasado<br />

• La historia evolutiva <strong>de</strong> los felinos persistía<br />

ro<strong>de</strong>ada <strong>de</strong> misterio, dadas la escasez y<br />

semejanza <strong>de</strong> sus restos fósiles. Pero gracias<br />

a los avances en la <strong>investigación</strong> genómica<br />

se ha logrado construir el árbol genealógico<br />

<strong>de</strong> los félidos.<br />

• Las pruebas <strong>de</strong> ADN <strong>de</strong>muestran que todos<br />

los felinos actuales <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n <strong>de</strong> un <strong>de</strong>predador<br />

parecido a la pantera, que medraba<br />

por el su<strong>de</strong>ste asiático hace 10,8 millones <strong>de</strong><br />

años. Los gran<strong>de</strong>s felinos rugientes fueron los<br />

primeros en diferenciarse unos <strong>de</strong> otros; más<br />

tar<strong>de</strong>, aparecerían otros siete linajes.<br />

• Las fluctuaciones <strong>de</strong>l nivel <strong>de</strong>l mar favorecieron<br />

la colonización <strong>de</strong> nuevos continentes y<br />

la aparición <strong>de</strong> nuevas especies <strong>de</strong> felinos.<br />

En el Próximo Oriente se domesticó un gato<br />

salvaje y pequeño hace entre 8000 y 10.000<br />

años.<br />

• A pesar <strong>de</strong> su éxito evolutivo, la mayoría <strong>de</strong><br />

los felinos, con excepción <strong>de</strong>l gato doméstico,<br />

se halla hoy en peligro <strong>de</strong> extinción.<br />

Stephen J. Q'BrÍen<br />

y Warren E. Johnson<br />

legames y enigmáticos, los felinos no fascinan<br />

sólo a los que compartimos el sofá con sus<br />

representantes más pequeños, los gatos domésticos,<br />

sino también a los científicos que se han<br />

propuesto <strong>de</strong>scifrar el origen y la evolución<br />

<strong>de</strong> los parientes <strong>de</strong> mayor tamaño. ¿En qué<br />

regiones <strong>de</strong>l planeta evolucionaron los felinos actuales?<br />

¿Por qué y cuándo abandonaron su hogar y emigraron<br />

a través <strong>de</strong> los continentes? ¿Cuántas especies existen?<br />

¿Cuál es su parentesco?<br />

Se admite que la familia <strong>de</strong> los félidos (Fe/idae) incluye<br />

37 especies. Sin embargo, se han ofrecido docenas<br />

<strong>de</strong> esquemas <strong>de</strong> clasificación: las especies se agrupan<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> sólo dos géneros hasta veintitrés. ¿Cuál es el más<br />

acertado? Las especies <strong>de</strong> felino guardan una estrecha<br />

semejanza entre ellas; todas muestran el aspecto <strong>de</strong> gatos<br />

<strong>de</strong> tamaño pequeño, mediano o gran<strong>de</strong>. Distinguir el<br />

cráneo <strong>de</strong> un león <strong>de</strong>l cráneo <strong>de</strong> un tigre constituye un<br />

auténtico <strong>de</strong>safío, incluso para el experto. Ni siquiera<br />

los estudios genéticos que hemos llevado a cabo en<br />

el curso <strong>de</strong> los últimos veinte años nos han permitido<br />

establecer una clasificación <strong>de</strong>finitiva.<br />

Sin embargo, se ha producido una revolución en la<br />

secuenciación genómica <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Proyecto Genorna Humano<br />

y el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> potentes técnicas para el análisis<br />

INVESTIGACiÓN y CIENCIA, septiembre, 2007


<strong>de</strong>l ADN, que han aportado varios<br />

instrumentos extremadamente valiosos<br />

para la <strong>investigación</strong>. Haciendo<br />

uso <strong>de</strong> esas técnicas novedosas, los<br />

dos autores <strong>de</strong> este artículo, con la<br />

colaboración <strong>de</strong> otTOS expertos, hemos<br />

construido el árbol genealógico<br />

<strong>de</strong> la familia <strong>de</strong> los félidos.<br />

Mediante la comparación <strong>de</strong> la<br />

secuencia <strong>de</strong>l ADN <strong>de</strong> 30 genes en<br />

todas las especies actuales <strong>de</strong> felinos,<br />

hemos <strong>de</strong>terminado las ramificaciones<br />

<strong>de</strong>l árbol. Asimismo, a partir <strong>de</strong>l<br />

registro fósi I y mediante el método<br />

<strong>de</strong>l "reloj molecular" (que permite<br />

estimar el momento en que divergieron<br />

unas especies <strong>de</strong> otras según<br />

la magnitud <strong>de</strong> las diferencias génicas),<br />

hemos recreado la cronología <strong>de</strong><br />

tales bifurcaciones. El resultado ha<br />

proporcionado la primera <strong>de</strong>scripción<br />

fiable <strong>de</strong>l grado <strong>de</strong> parentesco entre<br />

INVESTIGACiÓN y CIENCIA, septiembre, 2007<br />

felinos <strong>de</strong> todos los tamaños, a la vez<br />

que ha permitido ctiscernir cómo y<br />

cuándo esos magníficos <strong>de</strong>predadores<br />

colonizaron los cinco continentes.<br />

Los estudios <strong>de</strong> AD parecían agregar<br />

las 37 especies en ocho grupos<br />

o "linajes". Descubrimos algo que<br />

nos resultó fascinante y estimulante<br />

a la vez: los ocho grupos <strong>de</strong>finidos<br />

por análisis molecular concordaban<br />

con otros tipos <strong>de</strong> observaciones;<br />

por botón <strong>de</strong> muestra: especies <strong>de</strong><br />

un mismo linaje compartían a menudo<br />

características morfológicas, biológicas<br />

y fisiológicas exclusivas <strong>de</strong><br />

su grupo. Pensemos en el linaje que<br />

agrupa todos los felinos <strong>de</strong> gran tamaño<br />

rugientes: león, tigre, leopardo,<br />

jaguar y leopardo <strong>de</strong> las nieves. Lo<br />

que permite rugir a esos animales es<br />

la osificación incompleta <strong>de</strong>l hioi<strong>de</strong>s,<br />

un hueso <strong>de</strong>l cuello que sostiene la<br />

lengua. A ese grupo pertenecen también<br />

la pamera nebulosa y la pantera<br />

nebulosa <strong>de</strong> Borneo, unos felinos <strong>de</strong><br />

tamaño medio poco conocidos, con<br />

un hermoso pelaje moteado; pero a<br />

ellas les impi<strong>de</strong> rugir una estructura<br />

ósea en el cuello algo distinta.<br />

La comparación entre secuencias<br />

génicas permitió i<strong>de</strong>ntificar los linajes<br />

y establecer su or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> aparición;<br />

los fósiles revelaron la cronología<br />

<strong>de</strong> la evolución experimentada. Sin<br />

embargo, para completar el marco<br />

hipotético y averiguar dón<strong>de</strong> aparecieron<br />

los felinos y cómo llegaron<br />

a su distribución actual en todo el<br />

mundo, se necesitaron dos informaciones<br />

adicionales.<br />

En primer lugar, <strong>de</strong>terminamos la<br />

distribución actual <strong>de</strong> cada especie<br />

49


I<br />

Primera ola <strong>de</strong> migraciones<br />

Hace unos nueve millones <strong>de</strong> años, los <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong>l antepasado <strong>de</strong> todos los felinos contem oraneos (un<br />

<strong>de</strong>predador parecido a la pantera) comenzaron a emigrar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su hogar en Asia hacia África y Norteamérica<br />

(y más tar<strong>de</strong> hacia Sudamérica ). El nivel <strong>de</strong>l mar era extraordinariamente bajo durante ese periodo;<br />

ello facilitó el establecimiento <strong>de</strong> "puentes" <strong>de</strong> tierra a través <strong>de</strong>l estrecho <strong>de</strong> Bering y <strong>de</strong> los extremos norte y<br />

sur <strong>de</strong>l Mar Rojo, lo que favoreció el <strong>de</strong>splazamiento <strong>de</strong> 105 feJinos.<br />

Africa<br />

Id.,<br />

Rojo<br />

t<br />

Precursor <strong>de</strong>l linaje<br />

<strong>de</strong>l caraca1<br />

Asia<br />

_1\ ,<br />

Segunda ola <strong>de</strong> migraciones<br />

Estrecho <strong>de</strong> Bering<br />

Precursor <strong>de</strong> los linajes<br />

<strong>de</strong>l puma, <strong>de</strong>l lince<br />

y <strong>de</strong>l ocelote<br />

Ecuador<br />

Norteamérica<br />

Precursor <strong>de</strong>l linaje<br />

<strong>de</strong>l ocelote<br />

Muchas otras migraciones se produjeron hace entre un millón y cuatro millones <strong>de</strong> años, cuando el bajo nivel <strong>de</strong>l<br />

mar volvió a poner en conexión a los continentes. La migración más reciente <strong>de</strong>l puma tuvo lugar hace entre<br />

aooo y 10.000 años.<br />

Africa<br />

León<br />

Guepardo<br />

Gato <strong>de</strong> pies negros<br />

Australia<br />

Lince, guepardo y precursores<br />

<strong>de</strong> los linajes <strong>de</strong>l leopardo y <strong>de</strong>l<br />

gato doméstico<br />

Ecuador<br />

Puma<br />

Norteamérica<br />

Sudamérica<br />

Sudamérica


NOTAS BREVES<br />

Existen uno_ 601 m le. "dtoS<br />

domésticos en todo el mundo.<br />

Los fósiles <strong>de</strong> los felinos guardan un parecido<br />

tal, que resulta casI mposible. incluso<br />

para un experto. distingui! el cráneo <strong>de</strong> l<br />

león <strong>de</strong>l cráneo <strong>de</strong> un tigre.<br />

León<br />

,' ,<br />

Tigre<br />

Los leones, los tigres. los jaguares y los<br />

leopardos son los únicos felinos que rugen.<br />

La osificación incompleta <strong>de</strong>l hioi<strong>de</strong>s, un<br />

hueso <strong>de</strong>l cuello que sostiene la lengua. es<br />

la responsable <strong>de</strong> esE' soni lo caracteristico.<br />

Hioi<strong>de</strong>s en los<br />

felinos rugienles<br />

gruesas placas <strong>de</strong> hielo que cubrían<br />

todo Canadá y el tercio septentrional<br />

<strong>de</strong> los EE.UU. se <strong>de</strong>rritieron <strong>de</strong> forma<br />

gradual; los paisajes estériles se<br />

transformaron en las tierras forestales<br />

y pra<strong>de</strong>ras <strong>de</strong> Norteamérica. Después<br />

<strong>de</strong>l gran <strong>de</strong>shielo, un caLaclismo eliminó<br />

<strong>de</strong> forma brusca 40 especies<br />

<strong>de</strong> mamíferos <strong>de</strong> Norteamérica. Las<br />

extinciones <strong>de</strong>l Pleistoceno. como<br />

así se conocen. suprimieron el 75<br />

por ciento <strong>de</strong> los animales <strong>de</strong> gran<br />

tamaño que habitaban ese territorio.<br />

Mamuts. mastodomes, lobos gigantes.<br />

gran<strong>de</strong>s osos <strong>de</strong> hocico corto (A rctodus),<br />

perezosos gigantes terrestres.<br />

leones americanos, felinos <strong>de</strong> dientes<br />

<strong>de</strong> sable, pumas y guepardos, todos<br />

ellos habrían <strong>de</strong>saparecido <strong>de</strong> N011eamérica.<br />

Los guepardos escaparon <strong>de</strong><br />

la extinción porque varios miJlones<br />

<strong>de</strong> años antes, cuando el nivel <strong>de</strong>l<br />

mar era todavía bajo, algunos <strong>de</strong> sus<br />

antepasados habían regresado a Asia<br />

y. más tar<strong>de</strong>. a Africa. Los pumas<br />

evitaron la aniquilación en un refugio<br />

sudamericano; resurgieron en<br />

Norteamérica muchas generacIOnes<br />

<strong>de</strong>spués. El resto <strong>de</strong> las especies<br />

nunca reaparecieron.<br />

Nuevas migraciones<br />

Por el tiempo en que los guepardos<br />

regresaban <strong>de</strong>s<strong>de</strong> América a Asia a<br />

través <strong>de</strong>l estrecho <strong>de</strong> Bering, los<br />

precursores <strong>de</strong> los linajes <strong>de</strong>l gato<br />

leopardo O y <strong>de</strong>l gato doméstico (i)<br />

divergieron <strong>de</strong> sus ancestros americanos<br />

y cruzaron el puente terrestre <strong>de</strong><br />

Bering hacia Asia. El linaje <strong>de</strong>l gato<br />

leopardo se <strong>de</strong>sarrollaría luego, para<br />

dar lugar al gato leopardo asiático y<br />

a cuatro especies <strong>de</strong> tamaño reducido<br />

que medran hoy en la India (gato<br />

rojo manchado), Mongolia (gato <strong>de</strong><br />

Pallas), lndonesia (gato <strong>de</strong> cabeza<br />

plana) y otros lugares <strong>de</strong> Asia dispersos<br />

(gato pescador).<br />

A lo largo <strong>de</strong> ese mismo período,<br />

en Asia, los gran<strong>de</strong>s felinos rugientes<br />

<strong>de</strong>l linaje Panthera acometieron una<br />

nueva expansión, <strong>de</strong> mayor alcance<br />

que las anteriores. Los tigres enormes<br />

<strong>de</strong> 320 kilogramos se dispersaron<br />

por el su<strong>de</strong>ste (lndia, Indochina, la<br />

plataforma continental Sunda y China);<br />

los leopardos <strong>de</strong> las nieves se<br />

adaptaron a las alturas <strong>de</strong>l Himalaya<br />

y las montañas <strong>de</strong> Altai, en el norte<br />

y oeste <strong>de</strong> Asia cemral. Los leopardos<br />

no sólo se propagaron por Asia,<br />

sino que se introdujeron también en<br />

Africa, don<strong>de</strong> todavía viven. Los leones<br />

y los jaguares se <strong>de</strong>splazaron a<br />

Norteamérica durante el Plioceno tardío,<br />

hace entre tres y cuatro millones<br />

<strong>de</strong> años. Aunque las extinciones <strong>de</strong>l<br />

Pleistoceno eliminaron <strong>de</strong> Norteamérica<br />

a esas dos especies, los jaguares<br />

consiguieron escapar a Sudamérica y<br />

los leones se dispersaron hacia Africa,<br />

don<strong>de</strong> encontraron un continente más<br />

hospitalario <strong>de</strong> lo que habían sido<br />

Europa, Asia o América. La supervivencia<br />

<strong>de</strong>l rey <strong>de</strong> la selva en Africa<br />

está amenazada, con menos <strong>de</strong> 30.000<br />

ejemplares. En Asia, sólo sobrevive<br />

una población minúscula y residual<br />

<strong>de</strong> unos 200 leones asiáticos endogámicos,<br />

en la reserva <strong>de</strong>l bosque <strong>de</strong><br />

Gir, provincia <strong>de</strong> Gujarat en la India<br />

occi<strong>de</strong>ntal.<br />

Nuestros análisis genéticos han<br />

puesto <strong>de</strong> manifiesto el riesgo <strong>de</strong><br />

extinción que corren los tigres. Hace<br />

unos 73.000 años, las po<strong>de</strong>rosas erupciones<br />

volcánicas <strong>de</strong>l Toba en Borneo<br />

aniquilaron <strong>de</strong>cenas <strong>de</strong> especies <strong>de</strong><br />

mamíferos <strong>de</strong>l este asiático, incluida<br />

una abundante población <strong>de</strong> tigres.<br />

Sobrevivió un reducto, que repobló<br />

toda la región en forma <strong>de</strong> una nueva<br />

raza, pero la carencia <strong>de</strong> diversidad<br />

genética en sus <strong>de</strong>scendientes contemporáneos<br />

indica que los supervivientes<br />

atravesaban un cuello <strong>de</strong><br />

botella poblacional en el momento<br />

<strong>de</strong>l activismo volcánico. Lo mismo<br />

que los guepardos y los pumas <strong>de</strong><br />

Nortearnérica, el tigre escapó <strong>de</strong> la<br />

extinción por muy poco.<br />

Felinos domesticas<br />

La fase final <strong>de</strong> la evolución <strong>de</strong> los<br />

felinos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la selva hasta nuestros<br />

hogares, comenzó en los <strong>de</strong>nsos<br />

bosques y <strong>de</strong>siertos inmensos que<br />

ro<strong>de</strong>aban la cuenca mediterránea. En<br />

esa región fue emergiendo <strong>de</strong> forma<br />

gradual un puñado <strong>de</strong> especies <strong>de</strong><br />

felinos diminutos (con un peso inferior<br />

a los 10 kilogramos): el gato<br />

<strong>de</strong> los pantanos <strong>de</strong>l este asiático, el<br />

gato <strong>de</strong> las arenas <strong>de</strong> Oriente Medio,<br />

el gato <strong>de</strong> pies negros africano<br />

y una especie ubicua <strong>de</strong> gato salvaje<br />

con cuatro subespecies reconocidas<br />

(europea, centroasiática, <strong>de</strong>l Oriente<br />

Próximo y China). A partir <strong>de</strong> una<br />

<strong>de</strong> esas subespecies salvajes comenzó<br />

uno <strong>de</strong> los experimentos más felices<br />

<strong>de</strong> la historia: la domesticación <strong>de</strong>l<br />

gato. Un estudio <strong>de</strong> genética molecular<br />

<strong>de</strong> amplio alcance sobre los gatos<br />

domésticos y los gatos salvajes <strong>de</strong>l<br />

mundo realizado por Carlos Driscoll,<br />

<strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Oxford,<br />

ha arrojado luz sobre ese proceso.<br />

Todos los gatos domésticos presentan<br />

rasgos genéticos que coinci<strong>de</strong>n con<br />

los <strong>de</strong> los gatos salvajes asiáticos <strong>de</strong><br />

Israel y <strong>de</strong> Oriente Próximo.<br />

En nuestra opinión, el gato fue domesticado<br />

en varias ocasiones, todas<br />

en la región <strong>de</strong>l Creciente fértil hace<br />

entre 8000 y 10.000 años, cuando las<br />

poblaciones humanas nómadas empezaron<br />

a reunirse en al<strong>de</strong>as pequeñas<br />

alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> los primeros asentamientos<br />

agrícolas. Allí se cultivaba trigo,<br />

cebada y arroz. Los gatos sal vajes<br />

<strong>de</strong> la región, quizás atraídos por los<br />

54 INVESTIGACiÓN y CIENCIA, septiembre, 2007


la evolució<br />

<strong>de</strong> los lepid<br />

n<br />

•<br />

osaunos<br />

Lagartos, serpientes y esfenodontes integran el grupo <strong>de</strong> los lepidosaurios,<br />

cuyo origen se retrotrae más allá <strong>de</strong> los dinosaurios.<br />

La evolución <strong>de</strong> los lepidosaurios en el hemisferio septentrional<br />

tuvo un curso distinto <strong>de</strong>l seguido en el austral<br />

l<br />

as aves se inscriben entre<br />

los dinosaurios. Y los dinosaurios<br />

entre los reptiles.<br />

Consi<strong>de</strong>rados en su conjunto,<br />

los reptiles integran el grupo<br />

que aporta mayor diversidad a los<br />

vertebrados terrestres. Existen unas<br />

15.400 especies vivas y numerosísimas<br />

fósiles.<br />

Entre los reptiles vivos, son los<br />

lepidosaurios uno <strong>de</strong> los grupos más<br />

amplios. Por su anatomía pertenecen<br />

al tipo <strong>de</strong> reptiles diápsidos, cuyos<br />

cráneos poseen dos barras óseas y<br />

dos ventanas a cada lado para el<br />

paso <strong>de</strong> la musculatura masticatoria.<br />

La historia <strong>de</strong> los lepidosaurios se<br />

pue<strong>de</strong> rastrear hasta principios <strong>de</strong>l<br />

Triásico, hace unos 250 millones <strong>de</strong><br />

años, cuando los seres vivos empezaban<br />

a reponerse <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los<br />

episodios <strong>de</strong> extinción más terribles,<br />

el <strong>de</strong> la transición <strong>de</strong>l Pérmico al<br />

Triásico.<br />

Sebastián Apesteguía<br />

Antes <strong>de</strong> que los dinosaurios se<br />

adueñaran <strong>de</strong> los ecosistemas terrestres,<br />

los lepidosaurios ya iban poblando<br />

el antiguo supercontinente <strong>de</strong><br />

Pangea, don<strong>de</strong> se incrementó la diversidad<br />

<strong>de</strong> sus especies y la amplitud<br />

<strong>de</strong> sus adaptaciones y rasgos anatómicos.<br />

El linaje <strong>de</strong> los lepidosaurios<br />

proviene <strong>de</strong> precursores paleozoicos,<br />

entre los que hubo formas corredoras,<br />

como Paliguana y Saurosternon, y<br />

planeadoras, como Kuehneosaurus e<br />

lcarosaurus. Sin embargo, los hitos<br />

principales <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> los lepidosaurios<br />

tuvieron lugar con posterioridad<br />

a la extinción permo-triásica, a<br />

principios <strong>de</strong> la era Mesozoica coincidió<br />

con el origen <strong>de</strong> mamíferos,<br />

dinosaurios y tortugas (el Mesozoico<br />

abarcó <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace 65 hasta hace unos<br />

250 millones <strong>de</strong> años).<br />

Los Lepidosauria se divi<strong>de</strong>n en dos<br />

linajes principales: los esfenodontes<br />

o Sphenodontia, muy numerosos entre<br />

el Triásico y mediados <strong>de</strong> la era<br />

Mesozoica, y los escamados o Squamata,<br />

los lagartos y serpientes, cuyo<br />

1. LOS PRIOESFENODONTES, lepidosaurios<br />

<strong>de</strong> un metro <strong>de</strong> largo, vivieron en la<br />

Patagonia argentina durante los inicios<br />

<strong>de</strong>l Cretácico Tardío. Como su pariente el<br />

tuatara <strong>de</strong> Nueva Zelanda, poseían un pico<br />

cortante e hileras <strong>de</strong>ntarias dobles en el<br />

paladar.<br />

INVESTIGACiÓN y CIENCIA, abril, 2007


2. LOS AMNIOTAS, los vertebrados mejor<br />

adaptados a la vida terrestre, nos dividimos<br />

por parentesco en varios grupos naturales;<br />

los principales, los sinápsidos (que incluyen<br />

a los mamíferos) y los reptiles. Entre los<br />

reptiles la mayor división se da entre<br />

los anápsidos y los diápsidos, que a su<br />

vez se divi<strong>de</strong>n en arcosaurios (cocodrilos<br />

y dinosaurios) y los lepidosaurios<br />

(esfenodontes y escamados).<br />

registro fósil se inicia a principios<br />

<strong>de</strong>l Jurásico y abarca <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces<br />

parte sustantiva <strong>de</strong> los vertebrados<br />

terrestres.<br />

Esfenodontes<br />

Los esfenodontes constituyen un grupo<br />

<strong>de</strong> reptiles <strong>de</strong> aspecto primitivo,<br />

emparentados con los lagartos. Se<br />

originaron durante el período Triásico,<br />

a comienzos <strong>de</strong> la "era <strong>de</strong> los<br />

Dinosaurios", hace uno s 240 millones<br />

<strong>de</strong> años. Sólo sobrevive el "tuatara''<br />

(Sphenodon) , en reducido número<br />

y con dos especies, S. punctatus y<br />

S. guntheri, restringidas al archipiélago<br />

<strong>de</strong> Nueva Zelanda. Por su<br />

carácter <strong>de</strong> "fósil viviente" y su anatomía<br />

poco especializada constituye<br />

la referencia obligada en anatomía<br />

comparada <strong>de</strong> los reptiles, en filogenia<br />

y en evolución inicial <strong>de</strong> los<br />

reptiles diápsidos.<br />

Los esfenodontes abundaron en<br />

número y diversidad específica durante<br />

los períodos inicial y medio<br />

<strong>de</strong>l Mesozoico. Sus restos fósiles<br />

se han hallado en roc as <strong>de</strong>l Triásico<br />

Medio (hace entre unos 230 y<br />

245 millones <strong>de</strong> años) al Jurásico<br />

Temprano (hace entre unos 175 y<br />

200 millones <strong>de</strong> años) <strong>de</strong> diversas<br />

regiones <strong>de</strong>l mundo (Gran Bretaña,<br />

China, América <strong>de</strong>l Norte, Brasil,<br />

etcétera). Durante ese lapso, los esfenodontes,<br />

<strong>de</strong> un tamaño que rara vez<br />

superaba los veinte centímetros, se<br />

hicieron comunes entre la fauna <strong>de</strong><br />

vertebrados continentales. La variedad<br />

<strong>de</strong> sus <strong>de</strong>nticiones y mandíbulas<br />

permite conce<strong>de</strong>rles distintos hábitos<br />

alimentarios: insectívoros, carnívoros<br />

, piscívoros, herbívoros o frugívoros.<br />

Unos poseían escudos óseos;<br />

otros presentaban cuerpos alongados<br />

para la natación y hocicos angostos<br />

para la pesca.<br />

El registro fósil se torna escaso en<br />

las rocas <strong>de</strong>l Jurásico Tardío (hace<br />

INVESTIGACiÓN y CIENCIA, abril, 2007<br />

unos 145-161 millones <strong>de</strong> años) y<br />

sobre todo en las <strong>de</strong>l Cretácico Temprano<br />

(hace unos 100-145 millones<br />

<strong>de</strong> años). Los hallazgos se reducen a<br />

unos pocos restos aislados, lo mismo<br />

en Gondwana (Africa) que en Laurasia<br />

(América <strong>de</strong>l Norte, Europa).<br />

Parece que la expansión a comienzos<br />

<strong>de</strong>l Cretácico <strong>de</strong> los escamados,<br />

es <strong>de</strong>cir, los verda<strong>de</strong>ros lagartos y las<br />

serpientes actuales, guardó relación<br />

con la reducción <strong>de</strong> la diversidad y<br />

la abundancia numérica <strong>de</strong> los esfenodontes<br />

<strong>de</strong>l hemisferio norte, que<br />

condujo a la extinción <strong>de</strong>l grupo en<br />

esa región. Creíase que idéntico fenómeno<br />

se repitió en el hemisferio<br />

austral, pues no se conocían restos<br />

<strong>de</strong> esfenodontes en el registro fósil<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> fines <strong>de</strong>l Cretácico Temprano<br />

hasta su reaparición en materiales<br />

casi contemporáneos a nuestra época<br />

provenientes <strong>de</strong> Nueva Zelanda.<br />

Priosphenodon<br />

Así estaban las cosas hasta que se<br />

halló un buen número <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s<br />

esfenodontes en La Buitrera, yacimiento<br />

fosilífero <strong>de</strong>l noroeste <strong>de</strong><br />

la Patagonia. Desenterré esqueletos<br />

completos en 1999 , en el marco <strong>de</strong><br />

un proyecto dirigido por Fernando<br />

E. Novas sobre las rocas <strong>de</strong> la Formación<br />

Can<strong>de</strong>leros, un afloramiento<br />

geológico <strong>de</strong> principios <strong>de</strong>l Cret ácico<br />

Superior (hace unos 65-100 millones<br />

<strong>de</strong> años). Fueron los primeros<br />

registros mundiales <strong>de</strong>l grupo para<br />

el Cretácico Superior. Se cubría así<br />

en parte un extenso hiato evolutivo.<br />

Se han recuperado ya <strong>de</strong>cenas<br />

<strong>de</strong> especímenes, muchos <strong>de</strong> ellos en<br />

óptimo estado <strong>de</strong> conservación, con<br />

individuos <strong>de</strong> distintas eda<strong>de</strong>s.<br />

En nuestros días, los rojos paredones<br />

<strong>de</strong> La Buitrera cortan la estepa<br />

patagónica mostrándonos finas capas<br />

<strong>de</strong> arena consolidada, <strong>de</strong>positadas<br />

allí por antiguos ríos, que recorrieron<br />

esa parte <strong>de</strong> Sudam érica durante<br />

los inicios <strong>de</strong>l Cretácico Superior,<br />

hace unos 90 millones <strong>de</strong> años . Tras<br />

surcar una pra<strong>de</strong>ra, fluían hacia el<br />

Pacífico; la cordillera <strong>de</strong> los An<strong>de</strong>s<br />

aún no existía. Los esfenodontes<br />

<strong>de</strong>ambulaban entonces a la sombra <strong>de</strong><br />

los mayores dinosaurios conocidos,<br />

así el carnívoro Giganotosaurus, <strong>de</strong><br />

14 metros <strong>de</strong> largo y dientes como<br />

puñales, y titanosaurios primitivos,<br />

gigantescos herbívoros emparentados<br />

con el Brachiosaurus.<br />

Otros integrantes <strong>de</strong> la misma fauna,<br />

aunque más pequeños, eran los<br />

araripesuquios, cocodrilos terrestres<br />

<strong>de</strong>l tamaño <strong>de</strong> una iguana, omnívoros,<br />

con gran<strong>de</strong>s dientes caniniformes;<br />

los orificios nasales en la parte<br />

frontal <strong>de</strong> un largo hocico les daban<br />

un aspecto algo zorruno. Serpientes<br />

55


ARCOSAURIO<br />

MODIFICADO<br />

ARCOSAURIO<br />

ORIGINAL<br />

LEPIDOSAURIO<br />

ORIGINAL<br />

ANAPSIDOS<br />

SINAPSIDOS<br />

3. LA ESTRUCTURA CRANEANA permite reconocer relaciones <strong>de</strong> parentesco entre los<br />

vertebrados terrestres, aunque medien modificaciones adaptativas notables. Los sinápsidos<br />

presentan un puente en la región temporal, que limita una abertura (abajo, <strong>de</strong>recha, en<br />

rojo) difícil <strong>de</strong> ver en humanos (abajo, izquierda). El cráneo homogéneo <strong>de</strong> los reptiles<br />

anápsidos (centro) se contrapone a las dos barras <strong>de</strong> los dlápsidos, que bor<strong>de</strong>an ventanas<br />

para el paso <strong>de</strong> musculatura tcentro. izquierda). Ya los primeros lepidosaurios mostraban<br />

una barra inferior incompleta (arriba, centros, que se altera consi<strong>de</strong>rablemente en los<br />

escamados (arriba, <strong>de</strong>recha).<br />

terrestres, con minúscul os restos <strong>de</strong><br />

patas, y pequeños y veloces dinosaurios<br />

carnívoros acech aban a los<br />

abundantes mamíferos driolestoi<strong>de</strong>os,<br />

con crán eos <strong>de</strong> apenas cuatro centímetros.<br />

En las orillas <strong>de</strong> lagun as,<br />

tortugas acuáticas emparentadas con<br />

la actual Acantochelys se alímentaban<br />

<strong>de</strong> peces, entre los que <strong>de</strong>stacaban los<br />

dipnoos o peces pulmon ados.<br />

Priosphenodon posee un cráneo<br />

compacto y triangular, con un agudo<br />

pico front al y dientes pequeños y<br />

triangulares dispu estos muy apretadamente,<br />

lo que le valió ese nombre,<br />

que proviene <strong>de</strong> tres palabras<br />

griegas: sierra-cuña-diente. Su <strong>de</strong>ntición<br />

y los indici os <strong>de</strong> movimientos<br />

mandibulares hacia <strong>de</strong>lante y atrás<br />

(propalinalidad) permiten suponer<br />

una dieta herbívora. Aunque con<br />

cautela: el único lepidosaurio propalínal<br />

<strong>de</strong> nuestros días, el tuatara,<br />

es carnívoro.<br />

Los esfenodontes <strong>de</strong> La Buitrera<br />

se cuentan entre los mayores <strong>de</strong>l<br />

mundo: más <strong>de</strong> un metro <strong>de</strong> longitud<br />

y su cráneo <strong>de</strong> 15 centímetros;<br />

pensemos que los pleurosaurios y los<br />

safeosaurios, esfenod ontes marinos<br />

<strong>de</strong> picos aguzados y estilizados cuerpos,<br />

poseen cráneos que sólo rondan<br />

los 10 centímetros. La masa corporal<br />

<strong>de</strong> Priosphenodon contra sta con la<br />

acostumbrada en la mayoría <strong>de</strong> los<br />

esfenodontes conocidos , que no superen<br />

los 20 centímetros <strong>de</strong> longitud.<br />

Los restos <strong>de</strong> esfenodontes hallados<br />

en La Buitrera llenan un vacío<br />

en el registro fósil entre los restos<br />

fragmentarios <strong>de</strong> principios <strong>de</strong>l Cretácico<br />

y el tuatara vivo <strong>de</strong> Nueva<br />

Zelanda. A<strong>de</strong>más, favorecen la hipótesis<br />

<strong>de</strong> que la supervivencia <strong>de</strong><br />

esfenod ontes en ese archipiélago <strong>de</strong>l<br />

océano Pacífico forma parte <strong>de</strong> la<br />

histori a y distribución <strong>de</strong> un extenso<br />

grupo <strong>de</strong> reptil es que habitaba el su-<br />

percontinente Gondw ana. Hipótesis<br />

respaldada también por los fósiles<br />

encontrados por Trevor Worthy, <strong>de</strong><br />

Paleofaunal Surveys, en el Mioceno<br />

<strong>de</strong> Nueva Zelanda.<br />

La historia <strong>de</strong>l grupo en Gondwan a<br />

merece particular atención. Si bien<br />

se repartieron en el Triásico por todo<br />

el mundo, los linajes <strong>de</strong> esfenodontes<br />

fueron ramificánd ose en distintas<br />

especies a lo largo <strong>de</strong>l Jurásico y<br />

Cretácico Temprano, con el progreso<br />

<strong>de</strong> la fragm entación <strong>de</strong> Pangea en<br />

Gond wana y Laurasia. Ello explica<br />

la presencia <strong>de</strong> esfen odontinos en el<br />

Jurásico y Cretácico Tempr ano <strong>de</strong><br />

América <strong>de</strong>l Norte y Europ a, y en el<br />

Pleistoceno <strong>de</strong> Nueva Zeland a. Los<br />

eilenodontinos, linaje al que pertenece<br />

Priosph enodon, provienen <strong>de</strong><br />

rocas <strong>de</strong>l Jurásico Superior y Cretácico<br />

Inferior <strong>de</strong> Estados Unidos y,<br />

por último, <strong>de</strong>l Cretácico Superior<br />

<strong>de</strong> Patagonia.<br />

La búsqueda <strong>de</strong> materiales <strong>de</strong> esfenodontes<br />

en sedimentos <strong>de</strong> fines <strong>de</strong>l<br />

Cretácico Superior (hace 67 millones<br />

<strong>de</strong> años) permitió al autor hallar restos<br />

en dos localida<strong>de</strong>s patagónicas<br />

más, que ratificaron la supervivencia<br />

<strong>de</strong> los esfenodontes en Patagonia<br />

al menos hasta las postrimerías <strong>de</strong>l<br />

Cretácico.<br />

Su cas i total ausencia en el registro<br />

fósil terciario y su supervivencia<br />

limitad a a las islas <strong>de</strong> Nueva<br />

Zelanda nos llevan a suponer que<br />

los esfenodontes fueron una <strong>de</strong> las<br />

víctimas <strong>de</strong> la extinción <strong>de</strong> fines <strong>de</strong>l<br />

Cretácico, la misma que eliminó a<br />

los dinosaurios no avianos. Debió<br />

<strong>de</strong> causar una extrema mortandad <strong>de</strong><br />

estos lepido saurios . Su supervivencia<br />

habría estado ligada , nuevamente, a<br />

la plasticidad evolutiva <strong>de</strong>l grupo,<br />

cuyo representante actual <strong>de</strong>mue stra<br />

una inusual tolerancia a las zonas<br />

frías: se siente cómodo a unos 12 grados<br />

centígrados, temperatura que la<br />

actividad <strong>de</strong> otros lepidosaurios no<br />

tolera.<br />

Sph enodon cuenta con la barra<br />

temporal inferior completa, adaptación<br />

propia <strong>de</strong> esfenodontes avanzados<br />

. Este puente óseo, que conecta<br />

la región <strong>de</strong>l cráneo don<strong>de</strong> el hueso<br />

cuadrado <strong>de</strong> la mandíbula se articula<br />

con el hueso yugal, refuerza la región,<br />

<strong>de</strong> modo que pueda aplicarse un corte<br />

más po<strong>de</strong>roso y se posibilíte su masticación<br />

propalinal característica. En<br />

esa operación se requiere un cráne o<br />

56 INVESTIGACiÓN y CIENCIA, abril. 2007


:5<br />

w<br />

ce<br />

a:<br />

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::> "' J:<br />

AMERICA DELSUR<br />

6. "LA BU ITRERA" es un yacimiento<br />

fosilífero <strong>de</strong>l norte <strong>de</strong> la provincia <strong>de</strong> Río<br />

Negro, Argentina, don<strong>de</strong> trabaja el autor<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1999. Sus altos paredones morados,<br />

don<strong>de</strong> anidan los "jotes" o buitres, son<br />

<strong>de</strong>pósitos <strong>de</strong> un viejo río que <strong>de</strong>sembocaba<br />

en el Pacífico antes <strong>de</strong> que existiera la<br />

cordillera <strong>de</strong> los An<strong>de</strong>s.<br />

rica y Centroamérica. Los anoloi<strong>de</strong>os<br />

integran un grupo <strong>de</strong> lagartos<br />

ovíparos, mayormente insectívoros,<br />

<strong>de</strong> Sudamérica, que han invadido<br />

el Caribe y el sur <strong>de</strong> Norteamérica.<br />

Incluye n for mas arborícolas y<br />

gráci les como los anolis , mien tras<br />

que los matuastos son terrestres y<br />

robustos.<br />

Entre los iguanios acrodontes se<br />

encue ntran las agamas y los camaleones.<br />

Las agamas incluyen lagartos<br />

terrestres y diurnos <strong>de</strong> tamaño mediano<br />

a gran<strong>de</strong>, en genera l ovíparos<br />

y con llam ativas adaptaciones, como<br />

las alas membranosas <strong>de</strong>l Draco <strong>de</strong><br />

Indonesia, el collar <strong>de</strong>splegable <strong>de</strong>l<br />

Chlamydosaurus austra liano o las<br />

gran<strong>de</strong>s espinas <strong>de</strong>l Moloch. Algunos<br />

<strong>de</strong> ellos pier<strong>de</strong>n la cola como<br />

una estrategia <strong>de</strong> distracci ón . El<br />

corte se prod uce en la zona entre<br />

dos vértebra s, mientras que en otros<br />

lagartos se produce por la quebradura<br />

INVESTIGACiÓN y CIENCIA, abril, 2007<br />

69° 00' 68° 15'<br />

3900'' '·,,-- - - - - - - - - - -=-- ----, 390 00'<br />

PROVINCIA<br />

DENEUQUEN<br />

o I<br />

15 !<br />

LA BU•ITRERA 30 km<br />

I<br />

• RENTERIA


Superior y su extinción parece hallarse<br />

ligada a la <strong>de</strong> los dinosaurios<br />

al final <strong>de</strong>l Cretácico.<br />

Gecos: caminar por las pare<strong>de</strong>s<br />

Los miembros <strong>de</strong>l grupo Gekkota,<br />

o gecos, son lagartos entre pequeños<br />

(3 cm) y gran<strong>de</strong>s (60 cm), mayormente<br />

ovíparos, con distribución<br />

global, incluidos <strong>de</strong>siertos y selvas.<br />

Se alimentan <strong>de</strong> insectos y pequeños<br />

vertebrados, presentan reducciones<br />

importantes en los huesos craneanos,<br />

ojos gran<strong>de</strong>s <strong>de</strong> pupilas verticales en<br />

los <strong>de</strong> hábitos nocturnos o redondas<br />

en los escasos diurnos, con párpados<br />

móviles o no, y una lengua bifurcada<br />

o simple. Las varieda<strong>de</strong>s arborícolas<br />

exhiben un <strong>de</strong>purado sistema <strong>de</strong><br />

múltiples láminas en los extremos<br />

<strong>de</strong> los <strong>de</strong>dos que les permiten caminar<br />

sin riesgo por superficies verticales<br />

lisas. Estas adaptaciones faltan en<br />

las especies más terrestres. Sus colas<br />

funcionan como órganos <strong>de</strong> reserva.<br />

Poseen una coloración críptica o llamativa.<br />

Presentan a<strong>de</strong>más una amplia<br />

diversidad <strong>de</strong> escamas .<br />

El registro más antiguo <strong>de</strong> un geco<br />

es el <strong>de</strong>l Hoburogecko, <strong>de</strong>l Cretácico<br />

Temprano <strong>de</strong> Mongolia (120 millones<br />

<strong>de</strong> años). En un principio se<br />

tomó al escamado primitivo Eichstaettisaurus,<br />

<strong>de</strong>l Jurásico Superior <strong>de</strong><br />

Solnhoffen, por un geco, pero hace<br />

poco se refutó esa adscripción.<br />

Anfisbenas y dibámidos,<br />

misterios subterráneos<br />

Las anfisbenas, los vulgares "lagartos-gusano"<br />

o "víboras <strong>de</strong> dos cabezas",<br />

son reptiles ápodos <strong>de</strong> tamaño<br />

mediano que viven en los sistemas <strong>de</strong><br />

túneles que abren. El género Bipes<br />

ha conservado los brazos. En general,<br />

las anfisbenas han reducido su<br />

pulmón <strong>de</strong>recho y sus ojos. Presentan<br />

cráneos muy consolidados, con<br />

los que excavan la tierra , y gran<strong>de</strong>s<br />

dientes con los que cazan lombrices.<br />

Su cola es corta y el tronco<br />

largo. Se distribuyen por Africa y<br />

Sudamérica, con algunas especies en<br />

Europa y Norteamérica. El registro<br />

fósil se conserva en sedimentos <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

el Terciario Temprano <strong>de</strong> Europa y<br />

Norteamérica. Algunos fragmentos<br />

<strong>de</strong> mandíbulas se han hallado también<br />

en rocas <strong>de</strong>l Cretácico Inferior<br />

<strong>de</strong> Uzbekistán y Mongolia.<br />

Los dibámidos, lagartos ápodos<br />

y excavadores, se distinguen por la<br />

INVESTIGACiÓN y CIENCIA, abril, 2007<br />

reducción <strong>de</strong> sus miembros posteriores,<br />

oídos atrofiados y ojos cubiertos<br />

por una placa. Viven en México e<br />

Indonesia. No se les conocen fósiles.<br />

Se ha pensado que tanto los dib ámidos<br />

como las anfisbenas estuvieron<br />

cercanos al origen <strong>de</strong> las serpientes.<br />

Estas constituyen, en lo esencial,<br />

un grupo <strong>de</strong> lagartos sin patas. En<br />

ellas, la reducción <strong>de</strong> miembros es<br />

extrema y su dispersión por todos<br />

los continentes, excepto las zonas<br />

muy frías, nos habla <strong>de</strong> una notable<br />

plasticidad evolutiva y, sin duda , <strong>de</strong><br />

un mo<strong>de</strong>lo corporal muy exitoso,<br />

que perdura a través <strong>de</strong> océanos <strong>de</strong><br />

tiempo.<br />

Plasticidad<br />

<strong>de</strong> los lepídosaurios<br />

Los lepidosaurios han mostrado una<br />

plasticidad evolutiva notable. Según<br />

el linaje, planean para cazar insectos;<br />

nadan en busca <strong>de</strong> peces o algas ;<br />

corren a cuatro patas, a dos o carecen<br />

<strong>de</strong> ellas; habitan en islas barridas por<br />

fríos vientos, en <strong>de</strong>siertos calcinantes,<br />

sobre los árboles <strong>de</strong> la selva o en<br />

el mundo subterráneo; se alimentan<br />

<strong>de</strong> plantas, insectos u otros vertebrados;<br />

<strong>de</strong>sarrollan complejos comportamientos<br />

para atraer a su pareja<br />

o se reproducen por partenogénesis;<br />

ponen huevos o paren a sus crías<br />

El autor<br />

vivas; almacenan reservas; <strong>de</strong>gluten<br />

presas más voluminosas que ellos<br />

mismos; generan venenos; trepan por<br />

don<strong>de</strong> sólo un insecto pue<strong>de</strong>; nadan<br />

don<strong>de</strong> sólo un pez o un cetáceo llega;<br />

exhiben colores apagados para mimetizarse<br />

con el entorno o los colores<br />

más brillantes para atraerse una pareja;<br />

cazan a <strong>de</strong>ntelladas o disparan la<br />

lengua; asustan al agresor, presentan<br />

batalla o <strong>de</strong>jan media cola <strong>de</strong> recuerdo;<br />

preparan una emboscada <strong>de</strong> horas<br />

o advierten al agresor con sonidos;<br />

y lo mismo son microvertebrados<br />

con un cráneo <strong>de</strong> un centímetro que<br />

megavertebrados con cráneos <strong>de</strong> un<br />

metro <strong>de</strong> largo.<br />

Si bien hoy la mayoría <strong>de</strong> los<br />

lepidosaurios posee un tamaño<br />

mo<strong>de</strong>sto, su número, diversidad e<br />

historia evolutiva los convierten<br />

en componentes fundamentales <strong>de</strong><br />

los ecosistemas. Están aquí <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

antes que los dinosaurios. Figuran<br />

en nuestras leyendas y en nuestros<br />

sueños y pesadillas. En nuestras manos<br />

está disfrutar <strong>de</strong> su sorpren<strong>de</strong>nte<br />

diversidad, enten<strong>de</strong>r su evolución y<br />

apren<strong>de</strong>r que muchas <strong>de</strong> sus especies,<br />

aun <strong>de</strong> serpientes, nos resultan<br />

inmediatamente útiles. En nuestras<br />

manos está respetar sus hábitats o<br />

sojuzgarlos hasta reducir su número<br />

y diversidad al mínimo.<br />

Sebastián Apesteguía es paleontólogo <strong>de</strong>l Museo Argentino <strong>de</strong> <strong>Ciencia</strong>s Naturales,<br />

don<strong>de</strong> trabaja <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1988, director <strong>de</strong>l Area <strong>de</strong> Paleontología <strong>de</strong>l CEBBAD (Fundación<br />

Félix <strong>de</strong> Azara-Universidad Maimóni<strong>de</strong>s) y titular <strong>de</strong> la cátedra <strong>de</strong> Herpetología <strong>de</strong> la<br />

Universidad CAE CE. Ha <strong>de</strong>scubierto varias localida<strong>de</strong>s fosilíferas cretácicas, entre las<br />

que se halla "La Buitrera". Es autor <strong>de</strong> 42 artículos científicos y 4 <strong>libros</strong> <strong>de</strong> dinosaurios<br />

para jóvenes. Investiga sobre la evolucíón <strong>de</strong> los esfenodontes y <strong>de</strong> los dinosaurios<br />

saurópodos.<br />

Bibliografía complementaria<br />

EVOLUCiÓN DE LOS LAGARTOS DEL CARIBE. Jonathan B. Losos en INVESTIGACiÓN y CIENCIA,<br />

págs. 14·20, mayo 2001.<br />

LARGE CRETACEDUS SPHENDDDNTIAN FRDM PATAGONIA PROVIDES INSIGHT INTD LEPIDOSAUR Evo·<br />

LUTION IN GONOWANA. Sebastián Apesteguía y Fernando E. Novas en Nature, vol. 425,<br />

págs. 609·612; 2003.<br />

AT THE FEET DF THE DINOSAURS: THE EARLY HISTORY ANO RADIATIDN OF LIZARDS. Susan Evans<br />

en Bi%gica/ Heviews, vol. 78, págs. 513·551; 2004.<br />

AN EARLY LATE CRETACEOUS L/ZARO FROM PATAGONIA, ARGENTINA. Sebastián Apesteguía,<br />

Fe<strong>de</strong>rico L.<br />

315; 2005.<br />

Agnolín y Gabriel Lio en Comptes Rendus Pa/evo/, vol. 4, n.o 4, págs. 311·<br />

Las expediciones a La Buitrera fueron financiadas por The Jurassic Foundation, la Agencia<br />

Nacional <strong>de</strong> Promoción Científica y Tecnológica (Argentina!. la National Geographic Society,<br />

PaleoGénesis y el Rotary Club.<br />

63


CONCEPTOS BASICOS<br />

La trayectoria <strong>de</strong> los nervios y<br />

fl uidos <strong>de</strong>l cuerpo humano guarda<br />

semejanza con la maraña<br />

<strong>de</strong> cables y cañerías <strong>de</strong> una<br />

casa antigua. Es un legado <strong>de</strong><br />

nuestros antepasados ictíneos<br />

y anfi bios.<br />

El tubo por el que pasa el<br />

esperma forma un complicado<br />

bucle que provoca hernias. Tal<br />

conformación constituye el resultado<br />

<strong>de</strong> cambios anatómicos<br />

acaecidos en el curso <strong>de</strong> nuestra<br />

evolución a partir <strong>de</strong> los peces.<br />

Los nervios que heredamos <strong>de</strong><br />

los peces y se extien<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l<br />

cerebro al diafragma pue<strong>de</strong>n<br />

irritarse y <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nar hipo.<br />

Este mecanismo <strong>de</strong> cierre <strong>de</strong><br />

la entrada al tubo respiratorio<br />

constituye un residuo <strong>de</strong> los anfi<br />

bios que nos precedieron y que<br />

respiraban mediante pulmones<br />

y branquias.<br />

Rasgos anatómicos<br />

<strong>de</strong>l pasado<br />

E<br />

Hemos heredado estructuras anatómicas <strong>de</strong> peces<br />

y renacuajos. Estos remanentes evolutivos son los<br />

culpables <strong>de</strong> las hernias, el hipo y otras <strong>de</strong>fi ciencias<br />

mpecé a enseñar anatomía humana por las<br />

mismas fechas en que la universidad<br />

remo<strong>de</strong>laba mi laboratorio. La coinci<strong>de</strong>ncia<br />

no pudo haber sido más propicia.<br />

Enseñar anatomía por primera vez supone un<br />

reto y no sólo por la copiosa terminología que<br />

hay que apren<strong>de</strong>r. Si echamos una ojeada al<br />

interior <strong>de</strong>l cuerpo humano, se nos revelan<br />

estructuras que han persistido durante el curso<br />

<strong>de</strong> la evolución, una suerte <strong>de</strong> maraña confusa,<br />

don<strong>de</strong> arterias, nervios y otras estructuras realizan<br />

recorridos extraños para ir <strong>de</strong> una parte<br />

a otra <strong>de</strong>l cuerpo.<br />

Mientras me esforzaba por enten<strong>de</strong>r las<br />

estructuras internas <strong>de</strong>l cuerpo humano, la<br />

universidad me dio espacio en un edifi cio centenario<br />

que iban a reconvertir en un laboratorio<br />

mo<strong>de</strong>rno. Cuando picamos las pare<strong>de</strong>s<br />

para arreglar la fontanería y la electricidad,<br />

nos encontramos una ma<strong>de</strong>ja <strong>de</strong> cables, alambres<br />

y cañerías, carentes <strong>de</strong> función aparente,<br />

que se enroscaban y retorcían extrañamente<br />

por todo el edifi cio. Nadie en su sano juicio<br />

habría diseñado un edifi cio con semejante<br />

embrollo. Construido en 1896, mostraba un<br />

diseño antiguo, que se había ido arreglando <strong>de</strong><br />

forma chapucera durante décadas en las sucesivas<br />

renovaciones. Si queríamos compren<strong>de</strong>r<br />

la enrevesada trayectoria <strong>de</strong> un cable o una<br />

cañería, había que conocer su historia y las<br />

modifi caciones experimentadas en el transcurso<br />

<strong>de</strong>l tiempo. Lo mismo sirve para las estructuras<br />

que componen el cuerpo humano.<br />

Tomemos el cordón espermático, el tubo<br />

que conecta los testículos, en el escroto, a la<br />

uretra, en el pene. El esperma sale <strong>de</strong>l cuerpo<br />

siguiendo la trayectoria <strong>de</strong>l tubo. Dado que<br />

el escroto se halla al lado <strong>de</strong>l pene, podría<br />

• • • NEIL H. SHUBIN<br />

pensarse que el mejor diseño correspon<strong>de</strong>ría<br />

al recorrido más corto: una línea recta entre<br />

las dos estructuras. No es así. El cordón espermático<br />

ascien<strong>de</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el escroto, gira en<br />

el interior <strong>de</strong> la pelvis, <strong>de</strong>scien<strong>de</strong> a través <strong>de</strong><br />

una abertura <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> las articulaciones <strong>de</strong> la<br />

ca<strong>de</strong>ra y, por fi n, viaja hacia la uretra, en el<br />

interior <strong>de</strong>l pene. Semejante trayectoria ⎯un<br />

legado histórico⎯ resulta <strong>de</strong>sconcertante, por<br />

incomprensible, a los estudiantes <strong>de</strong> medicina<br />

y a los varones que sufren ciertos tipos <strong>de</strong><br />

hernias a causa <strong>de</strong> ella.<br />

La herencia <strong>de</strong> los peces<br />

Para interpretar nuestro cuerpo <strong>de</strong>bemos<br />

examinar la historia que compartimos con<br />

todos los seres vivos: <strong>de</strong>s<strong>de</strong> microorganismos<br />

y vermes hasta peces y primates. En el caso<br />

<strong>de</strong>l cordón espermático, las gónadas humanas<br />

empiezan a <strong>de</strong>sarrollarse <strong>de</strong> forma similar a las<br />

<strong>de</strong> los tiburones, peces y otros vertebrados. La<br />

formación <strong>de</strong> las gónadas humanas (ovarios<br />

en las mujeres y testículos en los varones) se<br />

produce más arriba, cerca <strong>de</strong>l hígado, por la<br />

razón presumible <strong>de</strong> que es allí don<strong>de</strong> ocurren<br />

las interacciones entre los tejidos que se <strong>de</strong>sarrollan<br />

en las gónadas. En los tiburones y<br />

peces adultos, las gónadas suelen permanecer<br />

cerca <strong>de</strong>l hígado. Mantienen esa confi guración<br />

ancestral probablemente porque su esperma se<br />

<strong>de</strong>sarrolla <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la cavidad corporal.<br />

El funcionamiento <strong>de</strong> los mamíferos difi ere<br />

<strong>de</strong>l comportamiento <strong>de</strong> los peces que nos<br />

precedieron. Al <strong>de</strong>sarrollarse el feto masculino,<br />

las gónadas <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n. En las mujeres, los<br />

ovarios bajan <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la zona media <strong>de</strong>l cuerpo<br />

para colocarse cerca <strong>de</strong>l útero y <strong>de</strong> las trompas<br />

<strong>de</strong> Falopio. Semejante <strong>de</strong>splazamiento asegura<br />

42 INVESTIGACION Y CIENCIA, enero, 2009<br />

KENN BROWN Mondolithic Studios


INVESTIGACION Y CIENCIA, enero, 2009 43


El autor<br />

Neil H. Shubin es responsable<br />

<strong>de</strong> asuntos académicos<br />

<strong>de</strong>l museo Field. También<br />

es paleontólogo y <strong>de</strong>cano<br />

adjunto <strong>de</strong> biología evolutiva<br />

y <strong>de</strong> los organismos; ocupa<br />

la cátedra Robert R. Bensley<br />

<strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Chicago.<br />

Sus trabajos han arrojado luz<br />

sobre trasformaciones clave<br />

en la evolución: <strong>de</strong> los reptiles<br />

a los mamíferos, <strong>de</strong>l océano a<br />

tierra fi rme.<br />

Gónada<br />

Las hernias<br />

La larga trayectoria <strong>de</strong> <strong>de</strong>scenso <strong>de</strong> los<br />

testículos durante el <strong>de</strong>sarrollo embrionario<br />

(<strong>de</strong>s<strong>de</strong> una parte superior <strong>de</strong>l cuerpo,<br />

equivalente a don<strong>de</strong> resi<strong>de</strong>n en los<br />

tiburones) crea un punto débil en<br />

la pared inguinal que hace a los<br />

varones propensos a sufrir<br />

hernias.<br />

1 mes<br />

Corazón<br />

que el óvulo no tenga que viajar muy lejos<br />

para ser fecundado. En los varones, las gónadas<br />

recorren un camino más largo: <strong>de</strong>ben llegar a<br />

la bolsa escrotal, extendida <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el cuerpo.<br />

Tal conformación resulta <strong>de</strong>terminante para<br />

la producción <strong>de</strong> un esperma sano. Los mamíferos<br />

somos <strong>de</strong> sangre caliente; se supone que<br />

la cantidad y calidad <strong>de</strong>l esperma <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>n<br />

<strong>de</strong> que éste se <strong>de</strong>sarrolle a una temperatura<br />

inferior a la <strong>de</strong>l cuerpo. De hecho, un estudio<br />

sugiere que la calidad <strong>de</strong>l esperma mejora si,<br />

en lugar <strong>de</strong> utilizar calzoncillos ajustados, que<br />

presionan el escroto contra el cuerpo, se usan<br />

<strong>de</strong> tipo boxer, que permiten que cuelgue. El<br />

escroto <strong>de</strong> los mamíferos correspon<strong>de</strong> a un<br />

saco separado el cuerpo, más caliente, que se<br />

eleva y <strong>de</strong>scien<strong>de</strong> para controlar la temperatura<br />

a la que se <strong>de</strong>sarrolla el esperma.<br />

Y ahí llega el problema. Para que los testículos<br />

se posen en la bolsa escrotal tienen<br />

que <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>r un trecho largo, obligando al<br />

cordón espermático a seguir un bucle enrevesado.<br />

Desgraciadamente, el bucle provoca en<br />

los machos una <strong>de</strong>bilidad en la pared abdominal<br />

cerca <strong>de</strong> su terminación. Cuando un<br />

fragmento <strong>de</strong> víscera se insinúa a través <strong>de</strong><br />

este punto débil, se producen varios tipos <strong>de</strong><br />

Gónada<br />

Corazón<br />

7 meses<br />

hernias, unas congénitas y otras adquiridas. Las<br />

primeras ocurren cuando algunas piezas <strong>de</strong>l<br />

intestino viajan con las gónadas y <strong>de</strong>scien<strong>de</strong>n<br />

a través <strong>de</strong> la pared abdominal; las segundas se<br />

<strong>de</strong>sarrollan más tar<strong>de</strong>. La propensión a adquirir<br />

ciertos tipos <strong>de</strong> hernias refl eja, pues, capas <strong>de</strong><br />

historia humana: nuestro pasado pez y nuestro<br />

presente mamífero.<br />

Por qué tenemos hipo<br />

El mismo tipo <strong>de</strong> análisis evolutivo pue<strong>de</strong> aplicarse<br />

a otros <strong>de</strong>sarreglos. Pensemos en el hipo,<br />

que pue<strong>de</strong> limitarse a una simple molestia <strong>de</strong><br />

unos minutos o convertirse en un trastorno<br />

que altera la vida durante meses o, en raras<br />

ocasiones, años. El hipo lo provoca una contracción<br />

<strong>de</strong>l diafragma. El sonido característico<br />

“hip” se produce cuando inspiramos aire <strong>de</strong><br />

forma repentina mientras se cierra la glotis, la<br />

hendidura anterior <strong>de</strong> la laringe. Todos esos<br />

movimientos son involuntarios. Hacemos “hip”<br />

sin ninguna intención buscada. El hipo aparece<br />

por distintas razones: por comer en exceso o<br />

<strong>de</strong>masiado <strong>de</strong>prisa y por motivos más graves,<br />

como tumores en el área torácica.<br />

CHEN Y.<br />

El hipo refl eja al menos dos fases <strong>de</strong> nuestra<br />

historia: una que compartimos con los peces ALICE<br />

Punto débil<br />

en la pared<br />

abdominal<br />

44 INVESTIGACION Y CIENCIA, enero, 2009<br />

Pubis<br />

Cordón<br />

espermático<br />

9 meses<br />

Escroto<br />

Hernia


ALICE Y. CHEN<br />

El hipo<br />

El hipo pue<strong>de</strong> causarlo, entre<br />

otros, el bloqueo o las lesiones<br />

que provocan la retorsión <strong>de</strong> los<br />

nervios frénicos responsables<br />

<strong>de</strong> la respiración, un remanente<br />

evolutivo <strong>de</strong> los peces. Estos<br />

nervios transmiten señales<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el cerebro y producen<br />

un espasmo <strong>de</strong>l diafragma,<br />

haciendo que la glotis se<br />

cierre <strong>de</strong> golpe. La inspiración<br />

repentina <strong>de</strong> aire y el bloqueo<br />

<strong>de</strong> la laringe, el hipo, constituye<br />

un legado <strong>de</strong> los renacuajos,<br />

que bombean agua a la boca<br />

cuando respiran a través <strong>de</strong> las<br />

branquias. Al propio tiempo, se<br />

les cierra la glotis para evitar que<br />

el agua entre en los pulmones,<br />

que utilizan para la respiración<br />

en tierra.<br />

y otra con los anfi bios. De los peces heredamos<br />

los nervios principales que controlan la<br />

respiración. Dos <strong>de</strong> ellos, el vago y el frénico,<br />

se extien<strong>de</strong>n <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la base <strong>de</strong>l cráneo y cursan<br />

a través <strong>de</strong> la cavidad torácica y el diafragma.<br />

Ese recorrido tortuoso origina problemas:<br />

cualquier cosa que interrumpa el camino <strong>de</strong><br />

los nervios a lo largo <strong>de</strong> su recorrido afecta a<br />

nuestra capacidad para respirar. La irritación<br />

<strong>de</strong> esos nervios pue<strong>de</strong> provocar hipo. Si el<br />

cuerpo humano tuviera un diseño más racional,<br />

los nervios no viajarían <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el cuello,<br />

sino <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un punto cercano al diafragma.<br />

Sin embargo, hemos heredado ese diseño <strong>de</strong><br />

nuestros antepasados los peces, que cuentan<br />

con branquias situadas cerca <strong>de</strong> la cabeza, no<br />

un diafragma más abajo.<br />

Si la extraña trayectoria <strong>de</strong> los nervios se<br />

la <strong>de</strong>bemos a nuestra historia ictínea, el hipo<br />

pue<strong>de</strong> haber surgido <strong>de</strong>l pasado que compartimos<br />

con los anfi bios. Resulta que el patrón<br />

<strong>de</strong> la actividad muscular y nerviosa <strong>de</strong>l hipo<br />

se da <strong>de</strong> forma natural en otros organismos.<br />

No en cualesquiera. En concreto, se observa<br />

en los renacuajos, que respiran mediante los<br />

pulmones y las branquias. Cuando usan las<br />

branquias se encuentran con un problema:<br />

tienen que bombear agua a la boca para <strong>de</strong>spués<br />

conducirla a través <strong>de</strong> las branquias,<br />

evitando que entre en los pulmones. Inspiran<br />

<strong>de</strong> forma súbita, mientras cierran la glotis<br />

para clausurar el tubo respiratorio. En esencia,<br />

Abierta Cerrada<br />

Tráquea<br />

Pulmones<br />

Diafragma<br />

respiran mediante las branquias usando una<br />

forma <strong>de</strong> hipo.<br />

Hemos pasado varias etapas <strong>de</strong> nuestro pasado<br />

remoto en antiguos océanos, riachuelos y<br />

sabanas; no en edifi cios <strong>de</strong> ofi cinas, pistas <strong>de</strong><br />

esquí o campos <strong>de</strong> fútbol. Tamaña <strong>de</strong>sconexión<br />

entre pasado y presente explica algunos <strong>de</strong> los<br />

<strong>de</strong>smoronamientos que sufre nuestro cuerpo.<br />

Los huesos más importantes <strong>de</strong> la rodilla, la<br />

espalda y la muñeca humana surgieron en<br />

criaturas acuáticas hace cientos <strong>de</strong> millones<br />

<strong>de</strong> años. No sorpren<strong>de</strong>, por tanto, que nos<br />

<strong>de</strong>sgarremos los cartílagos <strong>de</strong> las rodillas y pa<strong>de</strong>zcamos<br />

dolor <strong>de</strong> espalda por caminar sobre<br />

dos piernas, o <strong>de</strong>sarrollemos el síndrome <strong>de</strong>l<br />

túnel carpiano por escribir a mano o en un<br />

teclado. Ni los peces ni los anfi bios que nos<br />

precedieron realizaban semejantes tareas.<br />

Tomemos el plano corporal <strong>de</strong> un pez, modifi<br />

quémoslo con genes alterados <strong>de</strong> un verme<br />

y disfracémoslo para que parezca un mamífero;<br />

estiremos y retorzamos luego el cuerpo<br />

<strong>de</strong> marras para conseguir un organismo que<br />

camine erguido, hable, piense y controle los<br />

<strong>de</strong>dos. El resultado: una receta <strong>de</strong>sastrosa.<br />

Po<strong>de</strong>mos “disfrazar” al pez sólo hasta cierto<br />

punto, si no queremos sufrir las consecuencias<br />

<strong>de</strong> semejante chapucería. En un mundo perfectamente<br />

diseñado, sin un legado histórico<br />

tan extenso, no pa<strong>de</strong>ceríamos hemorroi<strong>de</strong>s ni<br />

hernias. Ni sería tan cara la remo<strong>de</strong>lación <strong>de</strong><br />

un edifi cio.<br />

Nervio frénico<br />

INVESTIGACION Y CIENCIA, enero, 2009 45<br />

Epiglotis<br />

Pulmón<br />

Glotis<br />

Epiglotis<br />

Branquias<br />

Bibliografía<br />

complementaria<br />

WHY WE GET SICK: THE NEW<br />

SCIENCE OF DARWINIAN MEDI-<br />

CINE. Randolph M. Nesse y<br />

George C. Williams. Vintage;<br />

1996.<br />

Entrada <strong>de</strong> agua<br />

EVOLVING HEALTH: THE ORIGINS<br />

OF ILLNESS AND WHY THE MO-<br />

DERN WORLD IS MAKING US SICK.<br />

Noel T. Boaz. Wiley; 2002.<br />

EVOLUTIONARY MEDICINE AND<br />

HEALTH: NEW PERSPECTIVES.<br />

Wenda R. Trevathan, E. O.<br />

Smith y James J. McKenna.<br />

Oxford University Press; 2007.<br />

YOUR INNER FISH: A JOURNEY<br />

INTO THE 3.5-BILLION-YEAR HIS-<br />

TORY OF THE HUMAN BODY. Neil<br />

Shubin. Panthon; 2008.


Ramapithecus<br />

Este primate, ya extinguido, es el primer homínido con<br />

características humanas bien <strong>de</strong>finidas. El hallazgo <strong>de</strong> nuevos<br />

restos ha permitido <strong>de</strong>limitar su situación en lafilogenia humana<br />

Hace quince años. el único dato<br />

existente sobre la aparición <strong>de</strong> una<br />

rama <strong>de</strong>finitivamente humana en<br />

la genealogía <strong>de</strong> nuestra especie era un<br />

fragmento <strong>de</strong> mandíbula superior que<br />

había sido <strong>de</strong>scubierto en el norte <strong>de</strong> la<br />

India en 1932. Hoy día, se han encontrado<br />

otros fósiles <strong>de</strong> este homínido y<br />

<strong>de</strong> otros géneros próximos en AfTica<br />

oriental. Grecia, Turquía. Hungri.a. la<br />

India y Pakislán. Durante los años 60,<br />

estos fósiles <strong>de</strong> homínidos aumentaron<br />

consi<strong>de</strong>rablemente, no gracias a nuevos<br />

<strong>de</strong>scubrimientos originales, sino como<br />

resultado <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong> restos<br />

que se encontraban en colecciones <strong>de</strong><br />

fósiles <strong>de</strong> primates en diversos museos.<br />

Des<strong>de</strong> 1972. el número <strong>de</strong> estos restos<br />

casi se ha duplicado. Estos hallazgos<br />

han constituido un avance significativo<br />

para el paleontólogo especializado en<br />

primates. Des<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> la<br />

evolución <strong>de</strong> la especie humana, estos<br />

hallazgos han permitido <strong>de</strong>limitar con<br />

mayor exactitud los cambios evolutivos<br />

que se han producido 'Cturante los últimos<br />

14 miliones <strong>de</strong> años. Estos estudios<br />

posibilitan, en la actualidad, <strong>de</strong>finir el<br />

camino que ha llevado <strong>de</strong> los hominoi·<br />

<strong>de</strong>s (rama principal <strong>de</strong>l árbol genealógi·<br />

ca humano, en la que se encuentran si·<br />

1uados los gran<strong>de</strong>s antropoi<strong>de</strong>s) a los<br />

huminidos y <strong>de</strong> los homínidos al género<br />

Homo.<br />

Este camino se inicia en el Mioceno.<br />

momento en que vivía en el Viejo<br />

Mundo una población <strong>de</strong> antropoi<strong>de</strong>s<br />

cuya existencia se conoce <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace<br />

más <strong>de</strong> un siglo. En 1856, Edouard Lartet,<br />

abogado y paleontólogo francés,<br />

<strong>de</strong>scribió una mandíbula <strong>de</strong> primate ha·<br />

liada en un terreno arcilloso <strong>de</strong>l Mioceno<br />

en los Pirineos franceses. Lartet<br />

<strong>de</strong>nominó a esta especie fósil Dryopithecus<br />

fontani. El nombre genérico, que<br />

combina los términos griegos que significan<br />

"roble" y "antropoi<strong>de</strong>", pone <strong>de</strong><br />

12<br />

Elwyn L. Simons<br />

manifiesto la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Lartet, quien pensaba<br />

que este primate vivía en el bosque.<br />

Esta conjetura se apoya en los restos<br />

<strong>de</strong> plantas y <strong>de</strong> animales encontrados<br />

junto a otros fósiles <strong>de</strong> Dryopithecus.<br />

Estos antropoi<strong>de</strong>s cosmopolitas vivían,<br />

al parecer. en regiones boscosas tropicales<br />

y subtropicales, alimentándose <strong>de</strong><br />

hojas y <strong>de</strong> frulas.<br />

Los primeros fósiles <strong>de</strong> Dryopithecus<br />

hallados en Francia fueron tres restos<br />

parciales <strong>de</strong> mandíbula inferior, una <strong>de</strong><br />

las cuales había perdido tan sólo un<br />

diente. No pudo encontrarse ninguna<br />

mandíbula superior, y. en general, la<br />

mayoria <strong>de</strong> los fósiles europeos <strong>de</strong> Dr)'opithecus<br />

no fueron más que dientes suel·<br />

tos. En consecuencia, apenas existían<br />

datos acerca <strong>de</strong> la forma <strong>de</strong>l cráneo, <strong>de</strong><br />

la cara o <strong>de</strong>l resto <strong>de</strong>l cuerpo <strong>de</strong> este<br />

antropoi<strong>de</strong> hasta finales <strong>de</strong> la década<br />

<strong>de</strong> los 40. Por esta época, L. S. B. Leakey<br />

y colaboradores hallaron restos más<br />

completos en los ricos yacimientos <strong>de</strong>l<br />

Mioceno situados en las islas <strong>de</strong>l lago<br />

Victoria y al noreste <strong>de</strong>l mismo. Entre<br />

estos restos se encontraron fragmentos<br />

<strong>de</strong> mandíbula <strong>de</strong> tamaño parecido al<br />

<strong>de</strong> los actuales gibones (el más pequeño<br />

<strong>de</strong> los antropoi<strong>de</strong>s actuales) y al <strong>de</strong><br />

los gorilas. En 1948, la esposa <strong>de</strong> Lea·<br />

key, Mary, encontró un cráneo fósil<br />

perfectamente conservado en la isla <strong>de</strong><br />

Rusinga <strong>de</strong>l lago Victoria, y, tres años<br />

más tar<strong>de</strong>, Tom Whitworth, colaborador<br />

<strong>de</strong> Leakey, <strong>de</strong>scubrió restos <strong>de</strong> un<br />

segundo cráneo en el mismo lugar, así<br />

como un miembro anterior y otros restos<br />

óseos, entre los que se encontraban<br />

una mano, otros huesos <strong>de</strong> las extremi·<br />

da<strong>de</strong>s y parte <strong>de</strong> un pie. Estos antro·<br />

poi<strong>de</strong>s fósiles africanos quedaron c1asi·<br />

ficados <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l género Proconsu/; se<br />

i<strong>de</strong>ntificó a los dos cráneos y los huesos<br />

<strong>de</strong> las extremida<strong>de</strong>s como pertenecientes<br />

a la especie Proconsu/ africanus. Sin<br />

embargo, estudios recientes sostienen<br />

que Proconsul no constituye un género<br />

aparte, sino que se trata <strong>de</strong> un miembro<br />

africano <strong>de</strong>l género Dr)'opithecus.<br />

A ntes <strong>de</strong> seguir hay que señalar otros<br />

dos datos importantes con respecto a<br />

los dryopithecinos. Uno <strong>de</strong> ellos es que<br />

se encuentran fósiles <strong>de</strong> dryopithecinos<br />

tanto en yacimientos <strong>de</strong>l Mioceno como<br />

en estratos <strong>de</strong>l período anterior u Oligoceno.<br />

Ello indica que los dryopithecinos<br />

vivieron durante un período <strong>de</strong> unos 20<br />

millones <strong>de</strong> años. El otro dato importante<br />

es que estos fósiles han sido hallados<br />

en Francia, en Africa oriental y<br />

en otros lugares correspondientes a una<br />

amplia región <strong>de</strong>l mundo antiguo: el<br />

<strong>de</strong>sierto occi<strong>de</strong>ntal <strong>de</strong> Egipto, la zona <strong>de</strong><br />

Barcelona, el valle <strong>de</strong>l Rhin, la zona<br />

<strong>de</strong> Viena, las montañas <strong>de</strong>l noreste <strong>de</strong><br />

Hungría, la provincia <strong>de</strong> Macedonia<br />

(Grecia), Asia Menor, las llanuras <strong>de</strong><br />

Potwar (Pakistán). las colinas <strong>de</strong> Si·<br />

walik (la India), las minas <strong>de</strong> carbón <strong>de</strong><br />

Yunán (China occi<strong>de</strong>ntal) y diversos lu·<br />

gares <strong>de</strong> la zona central <strong>de</strong>l sur <strong>de</strong> Chi·<br />

na. Durante este extenso y largo proceso<br />

<strong>de</strong> irradiación, estos antropoi<strong>de</strong>s se<br />

encontraron con climas cada vez más<br />

fríos, en los que los bosques tropicales<br />

o subtropicales daban paso a bosques<br />

abiertos o a sabanas. Los fósiles halla·<br />

dos en Europa y Asia indican que, hace<br />

unos 15 millones <strong>de</strong> años, los DT)'opithecus<br />

produjeron por lo menos otros tres<br />

géneros.<br />

Dos géneros <strong>de</strong> ellos, Sivapithecus y<br />

GiganlOpithecus, eran primates con un<br />

macizo facial tan alargado como el <strong>de</strong><br />

los antropoi<strong>de</strong>s actuales. El tercer<br />

género, Ramapilhecus. presentaba un<br />

macizo facial <strong>de</strong> pequeño tamaño. Las<br />

relaciones existentes entre estos tres primates<br />

<strong>de</strong>l Mioceno no podrán ser <strong>de</strong>terminadas<br />

hasta que se encuentren<br />

restos que comprendan bóvedas craneales<br />

y huesos <strong>de</strong> las extremida<strong>de</strong>s. En ge·


ESTAS CUATRO MANDIBULAS INFERIORES permiten <strong>de</strong>terminar<br />

la presencia <strong>de</strong> diferencias en el grado <strong>de</strong> divergencia posterior <strong>de</strong><br />

los arcos <strong>de</strong>ntales en tres primates fósiles. A la izquierda (aJ. y con finalida<strong>de</strong>s<br />

comparativas. se incluye la mandíbula <strong>de</strong> un chimpancé<br />

actual; el arco <strong>de</strong>ntal. con típica forma en U. se halla formado por<br />

y otro existe un amplio hiato. Las especies<br />

<strong>de</strong> Ramapithecus vivieron en<br />

Eurasia hace por lo menos ocho millones<br />

<strong>de</strong> años, mientras que los primeros<br />

fósiles <strong>de</strong> AuSlralopithecus y Homo, hallados<br />

por Donald C. Johanson, <strong>de</strong> la<br />

Case Western Reserve University. en<br />

Etiopía, y, por Mary Leakey, en Tanzania,<br />

no llegan a los 4 millones <strong>de</strong> años.<br />

Volviendo a las características anatómicas,<br />

en 1967, al estudiar <strong>de</strong> nuevo la<br />

morfología mandibular <strong>de</strong> los antropoi<strong>de</strong>s<br />

fósiles mejor conocidos. advertí, con<br />

sorpresa, que los antropoi<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l Mioceno<br />

presentaban una arcada <strong>de</strong>ntal (el<br />

arco formado por los dientes, visto por<br />

la norma superior) muy distinta <strong>de</strong> la<br />

que se observa en los antropoi<strong>de</strong>s actuales.<br />

En los antropoi<strong>de</strong>s actuales, este<br />

arco presenta forma <strong>de</strong> U, ya que las<br />

ramas mandibulares son paralelas. En<br />

cambio, en los antropoi<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l Mioceno<br />

dicho arco presenta forma <strong>de</strong> V. como<br />

resultado <strong>de</strong> la divergencia posterior <strong>de</strong><br />

los arcos mandibulares.<br />

Dos años <strong>de</strong>spués, E. Genet-Yarcin,<br />

en París, observó que el arco <strong>de</strong>ntal <strong>de</strong><br />

la mayoría <strong>de</strong> los A lIstralopithecus presentaba<br />

también forma <strong>de</strong> V. En consecuencia,<br />

dos grupos separados entre sí<br />

por varios millones <strong>de</strong> años poseen una<br />

característica idéntica (en ambos grupos,<br />

la V es <strong>de</strong> vértice romo). En cambio,<br />

el arco <strong>de</strong>ntal <strong>de</strong> Homo sapiens no<br />

tiene forma ni <strong>de</strong> U ni <strong>de</strong> V. sino que es<br />

redon<strong>de</strong>ado. En consecuencia, es probable<br />

que el arco en forma <strong>de</strong> U <strong>de</strong> los<br />

16<br />

antropoi<strong>de</strong>s actuales y el arco semicircular<br />

humano procedan <strong>de</strong>l arco original<br />

en forma <strong>de</strong> V.<br />

¿Cuáles son las características <strong>de</strong>l arco<br />

<strong>de</strong>ntal <strong>de</strong> Ramapitheeus? Básicamente,<br />

el arco <strong>de</strong>ntal <strong>de</strong> Ramapitheeus es <strong>de</strong><br />

tipo intermedio. Las ramas <strong>de</strong>l maxilar<br />

divergen, formando con las líneas paralelas<br />

un ángulo <strong>de</strong> unos 20 grados. Este<br />

ángulo es superior al que presentan los<br />

antropoi<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l Mioceno (unos 10 grados)<br />

y menor que el <strong>de</strong> los A uSlralopi­<br />

. fhecus (unos 30 grados).<br />

Tanto Ramapithecus como Auslralopi-<br />

Iheeus poseyeron mandíbulas cuyo<br />

grosor <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la cara lingual a la cara<br />

correspondiente a la mejilla es comparable,<br />

a nivel <strong>de</strong> la región molar, con la<br />

altura <strong>de</strong> la mandibula. En los antropoi<strong>de</strong>s<br />

actuales, la mandíbula es mucho<br />

menos robusta, siendo su grosor inferior<br />

a su altura. Los molares <strong>de</strong> Ramapithecus<br />

y <strong>de</strong> Auslralopilhecus presentan<br />

también un aspecto muy robusto. Se<br />

trata <strong>de</strong> molares planos, <strong>de</strong> gran tamaño.<br />

y, vistos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> arriba, ofrecen<br />

un aspecto redon<strong>de</strong>ado. A diferencia <strong>de</strong><br />

lo que ocurre en los molares <strong>de</strong> los<br />

chimpancés y <strong>de</strong> los gorilas, y también<br />

en los molares <strong>de</strong> Dryopithecus en sentido<br />

estricto (excluyendo a Sivapithecus),<br />

el esmalte es <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rable grosor y,<br />

en consecuencia, más resistente al <strong>de</strong>s·<br />

gaste. Los caninos e incisivos son <strong>de</strong><br />

menor tamaño que los <strong>de</strong> los antropoi·<br />

<strong>de</strong>s actuales. A<strong>de</strong>más. la mandíbula ¡nfe-<br />

ramas paralelas; en consecuencia. SU grado <strong>de</strong> divergencia es nulo. A<br />

continuación (b) aparece la reromtrucción <strong>de</strong> la mandíbula <strong>de</strong> Dr)'opilhecus:<br />

las ramas mandibulares presentan una divergencia (en color)<br />

<strong>de</strong> unos 10 grados. hunediatamente <strong>de</strong>spués (e) se encuentra una reconstrucción<br />

<strong>de</strong> la mandíbula <strong>de</strong> Ramapifhecus. Las ramas mandi-<br />

rior <strong>de</strong> Ramapilheeus y <strong>de</strong> A ustralopitheeus<br />

se encuentra mejor preparada para<br />

la masticación, al presentar no una,<br />

sino dos crestas internas. Estas eminencias,<br />

<strong>de</strong>nominadas torus superior e inferior,<br />

se observan todavía en los fósiles<br />

<strong>de</strong> Auslralopithecus <strong>de</strong> hace tan sólo un<br />

millón <strong>de</strong> años.<br />

Otra característica especial que presentan<br />

ambos homínidos es una marcada<br />

diferencia en el <strong>de</strong>sgaste <strong>de</strong> los<br />

dos primeros molares. En Dr)'opilheeus<br />

y en los antropoi<strong>de</strong>s actuales, el esmalte<br />

<strong>de</strong> las cúspi<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l primer molar se<br />

<strong>de</strong>sgasta, apareciendo en su lugar el<br />

cemento subyacente, cosa que ocurre<br />

también en el segundo molar. En Ramapithecus<br />

y A ustralopithecus el distinto<br />

<strong>de</strong>sgaste que presentan estas dos piezas<br />

indica que la erupción <strong>de</strong>l segundo<br />

molar <strong>de</strong>bía producirse mucho más<br />

tar<strong>de</strong> que la <strong>de</strong>l primero, lo que implica<br />

que su maduración era mucho más lenta<br />

que la <strong>de</strong> los antropoi<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l Mioceno o<br />

<strong>de</strong> los actuales.<br />

Este conjunto <strong>de</strong> características -mandibulas<br />

gruesas y preparadas para la<br />

masticación, molares aplanados y reducción<br />

<strong>de</strong> los caninos y <strong>de</strong> los incisivos-<br />

pue<strong>de</strong> compararse con las que se<br />

observan en ciertos tipos <strong>de</strong> mamíferos,<br />

como los herbivoros provistos <strong>de</strong> pezuñas,<br />

los roedores herbívoros o incluso<br />

los elefantes. Estos mamíferos mastican<br />

los alimentos triturándolos mediante un<br />

movimiento <strong>de</strong> balancín, lo que implica<br />

que la masticación es, por lo menos en


a<br />

TRES MANDIBULAS FOSILES. vislas por la norma posterior. para<br />

po<strong>de</strong>r observar las prominencias óseas indicadas en los corles transversales<br />

<strong>de</strong> la <strong>de</strong>recha. En el corte se obsena el plano en que coinci<strong>de</strong>n<br />

las mita<strong>de</strong>s <strong>de</strong>recha e izquierda <strong>de</strong> la mandíbula. Las prominerK'ias<br />

óseas aumenlan la resistencia mandibular frenle a las tensiones horí·<br />

lontales producidas por la masticación lateralizada. En Ramapifhecus<br />

(a) y Au.ftralopithecus (bj estas prominencias presentan un <strong>de</strong>sarrollo<br />

similar. Gigumopilhecus (e! recuerda al antropoi<strong>de</strong> <strong>de</strong>l Mioceno 1Ia-<br />

IX<br />

mado Sil'apitlreclIs y al gorila IIclual; la eminencia inferior se halla<br />

más <strong>de</strong>sarrollada que la superior. En los dos homínidos, el eje mayor <strong>de</strong><br />

la sección transversal forma un ángulo relativamente marcado con la<br />

horizontal; en las mandibulas que aparecen en la figura. este ángulo<br />

es <strong>de</strong> unos 65 grados. aurque en ocasiones pue<strong>de</strong> ser incluso mayor.<br />

Esta característica contrasta con el aspet':lo que presenta el corte transversal<br />

<strong>de</strong> Giganropithecus. en que la porción anterior es más alargada<br />

y se inclina hacia <strong>de</strong>lanee. formando un ángulo menor con la horizontal.<br />

45


1. BACTERIAS DEl AZUFRE ver<strong>de</strong>s y purpúreas colonizan<br />

una fuente termal. Medran en agua anéxica y rica en<br />

sulfuro <strong>de</strong> hidrógeno. la presencia <strong>de</strong> extensos tapices<br />

oceánicos <strong>de</strong> estos organismos durante períodos antiguos<br />

<strong>de</strong> extinciones en masa sugiere que hubo condiciones<br />

similares predominantes en tales épocas.


Thomas S. Kuhn, filósofo e historiador <strong>de</strong> la<br />

ciencia, sugirió que las disciplinas científicas<br />

remedaban en su <strong>de</strong>sarrollo a los seres vivos.<br />

No crecían <strong>de</strong> forma lenta y continua, sino<br />

que disfrutaban <strong>de</strong> períodos prolongados <strong>de</strong><br />

estabilidad interrumpidos por revoluciones<br />

ocasionales con la aparición <strong>de</strong> una nueva especie, una<br />

nueva teoría en el caso <strong>de</strong> la ciencia. Tal enfoque se<br />

ajusta como un guante al estudio <strong>de</strong> las causas y las<br />

consecuencias <strong>de</strong> las extinciones en masa, cataclismos<br />

biológicos periódicos en los que una gran proporción<br />

<strong>de</strong> los organismos <strong>de</strong>l planeta se extinguió. Tras esos<br />

eventos, todo cambió.<br />

Des<strong>de</strong> que <strong>de</strong>scubrieron extinciones en masa históricas<br />

hace más <strong>de</strong> dos siglos, los paleontólogos creyeron<br />

que se trataba <strong>de</strong> acontecimientos graduales, causados<br />

por una combinación <strong>de</strong> cambio climático y fuerzas<br />

biológicas (<strong>de</strong>predación, competencia y enfermeda<strong>de</strong>s).<br />

Pero en 1980, la interpretación <strong>de</strong> las extinciones en<br />

masa sufrió un vuelco, una revolución "kuhniana". El<br />

equipo <strong>de</strong> Walter Alvarez, <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> California<br />

en Berkeley, propuso que la extinción que eliminó<br />

a los dinosaurios hace 65 millones <strong>de</strong> años ocurrió <strong>de</strong><br />

forma súbita, en la catástrofe ecosistémica que siguió<br />

al impacto <strong>de</strong> un asteroi<strong>de</strong>. En el transcurso <strong>de</strong> los<br />

dos <strong>de</strong>cenios siguientes, la hipótesis <strong>de</strong> que un bólido<br />

proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l espacio aniquiló un segmento notable<br />

<strong>de</strong> la vida sobre la Tierra fue aceptada sin reserva. En<br />

esa línea, numerosos expertos acabaron por creer que<br />

los escombros cósmicos causaron al menos otras tres<br />

<strong>de</strong> las cinco gran<strong>de</strong>s extinciones en masa.<br />

Ahora se está gestando otra transformación en nuestra<br />

concepción <strong>de</strong>l pasado interrumpido <strong>de</strong> la vida terrestre.<br />

Aparecen nuevas pruebas geoquirrucas proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong><br />

las bandas <strong>de</strong> roca estratificada que <strong>de</strong>linean los eventos<br />

<strong>de</strong> extinciones en masa en el registro geológico. Se han<br />

<strong>de</strong>scubierto residuos químicos, <strong>de</strong>nominados bioindicadores<br />

orgánicos, que produjeron seres vivos minúsculos<br />

que no suelen fosilizar. Según estos datos, los impactos<br />

cataclísmicos fueron la excepción, y no la norma, entre<br />

las causas <strong>de</strong> las extinciones en masa. Parece que, en<br />

la mayoría <strong>de</strong> los casos, la propia Tierra se habría convertido<br />

en el peor enemigo <strong>de</strong> la vida, <strong>de</strong> una manera<br />

que no habíamos imaginado. Las activida<strong>de</strong>s humanas<br />

actuales quizás estén poniendo en peligro, una vez más,<br />

a la biosfera.<br />

Después <strong>de</strong> Alvarez<br />

Para compren<strong>de</strong>r el entusiasmo general que <strong>de</strong>spertó<br />

la teoría <strong>de</strong>l impacto <strong>de</strong>l asteroi<strong>de</strong>, nos ayudará revisar<br />

las pruebas que la apoyaron. El escenario que planteaba<br />

Alvarez, junto con el físico Luis W. Alvarez (su padre) y<br />

los químicos nucleares Helen V. Michel y Frank Asaro,<br />

se fundaba sobre dos hipótesis. Primera, que un asteroi<strong>de</strong><br />

<strong>de</strong> unos 10 kilómetros <strong>de</strong> diámetro cayó sobre la Tierra<br />

hace 65 millones <strong>de</strong> años. Segunda, que las consecuencias<br />

ambientales <strong>de</strong>l impacto eliminaron a más <strong>de</strong> la mitad<br />

<strong>de</strong> las especies. Habían encontrado las huellas que <strong>de</strong>jó<br />

la explosión en una gruesa capa <strong>de</strong> iridio (elemento raro<br />

en la Tierra, aunque común en cuerpos extraterrestres)<br />

que llovió polvoriento sobre el globo.<br />

No habían pasado diez años <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un anuncio tan prodigioso,<br />

cuando apareció el rastro probatorio: el cráter <strong>de</strong><br />

Chicxulub, en la península mexicana <strong>de</strong> Yucatán. Oculto<br />

a la vista, su <strong>de</strong>scubrimiento <strong>de</strong>spejó la mayoría <strong>de</strong> las<br />

dudas que pendían sobre la <strong>de</strong>saparición <strong>de</strong>l reino <strong>de</strong> los


dinosaurios con un impacto <strong>de</strong>scomunal. Al propio tiempo,<br />

planteaba nuevas cuestiones sobre otros episodios <strong>de</strong><br />

extinción en masa. Si uno fue causado por un impacto,<br />

¿qué ocurrió con el resto? A lo largo <strong>de</strong> los últimos 500<br />

millones <strong>de</strong> años, y por cinco veces, la mayoría <strong>de</strong> los<br />

organismos <strong>de</strong>l planeta <strong>de</strong>saparecieron <strong>de</strong> pronto.<br />

El primero <strong>de</strong> esos episodios ocurrió al final <strong>de</strong>l período<br />

Ordovícico, hace unos 443 millones <strong>de</strong> años. El<br />

segundo, hace 374 millones <strong>de</strong> años, se produjo en las<br />

postrimerías <strong>de</strong>l Devónico. El mayor <strong>de</strong> todos, la Gran<br />

Mortandad, al final <strong>de</strong>l Pérmico (hace 251 millones <strong>de</strong><br />

años), eliminó el 90 por ciento <strong>de</strong> los habitantes <strong>de</strong>l<br />

océano y el 70 por ciento <strong>de</strong> las plantas y animales<br />

(insectos incluidos) <strong>de</strong> tierra firme [véase "La mayor<br />

extinción biológica conocida", <strong>de</strong> Douglas H. Erwin;<br />

INVESTIGACIÓN y CIENCIA, septiembre, 1996]. Se asistió<br />

a otra mortandad global hace 201 millones <strong>de</strong> años, cuando<br />

expiraba el período Triásico. La última extinción <strong>de</strong><br />

importancia, hace 65 millones <strong>de</strong> años, cerró el Cretácico<br />

con el impacto mencionado <strong>de</strong>l meteorito.<br />

En los inicios <strong>de</strong> los noventa, David Raup pre<strong>de</strong>cía<br />

en Extinciones: ¿genes perversos o mala suerte? que<br />

terminaría por <strong>de</strong>scubrirse que los impactos fueron los<br />

causantes <strong>de</strong> todas las extinciones en masa citadas, amén<br />

<strong>de</strong> otros eventos <strong>de</strong> menor gravedad. Las pruebas <strong>de</strong>l<br />

impacto para la frontera geológica entre los períodos<br />

Cretácico y Terciario (KJT) eran y siguen resultando convincentes.<br />

A<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l cráter <strong>de</strong> Chicxulub y <strong>de</strong>l estrato<br />

inequívoco <strong>de</strong> iridio, los escombros <strong>de</strong>l impacto, incluidas<br />

piedras sometidas a una enorme presión y distribuidas<br />

por todo el globo, dan fe <strong>de</strong> la colisión. Otras pistas<br />

químicas, inscritas en sedimentos antiguos, nos hablan<br />

<strong>de</strong> cambios súbitos en la composición atmosférica <strong>de</strong>l<br />

planeta y en el clima subsiguiente.<br />

En varios otros períodos <strong>de</strong> extinción, las señales apuntaban<br />

también en idéntica dirección. A comienzos <strong>de</strong> los<br />

setenta, los geólogos habían ya asociado una fina capa<br />

<strong>de</strong> iridio con las extinciones <strong>de</strong> las postrimerías <strong>de</strong>l Devónico.<br />

En 2002, ciertos <strong>de</strong>scubrimientos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sectores<br />

in<strong>de</strong>pendientes, sugerían impactos <strong>de</strong> asteroi<strong>de</strong>s a últimos<br />

<strong>de</strong>l Triásico y a últimos también <strong>de</strong>l Pérmico. En el estrato<br />

<strong>de</strong>l Triásico se registraban débiles trazas <strong>de</strong> iridio. En el<br />

caso <strong>de</strong>l Pérmico, se aportó una pista sugestiva: moléculas<br />

<strong>de</strong> fullerenos, que se suponía contenían atrapados gases<br />

48<br />

• Más <strong>de</strong> la mitad <strong>de</strong> los seres que han vivido en<br />

la Tierra han sido eliminados en el curso <strong>de</strong> sucesivas<br />

extinciones en masa, durante los últimos<br />

500 millones <strong>de</strong> años.<br />

• Uno <strong>de</strong> tales <strong>de</strong>sastres, que conllevó la <strong>de</strong>saparición<br />

<strong>de</strong> los dinosaurios, se atribuye al impacto <strong>de</strong><br />

un asteroi<strong>de</strong>. Carecemos <strong>de</strong> pruebas contun<strong>de</strong>ntes<br />

sobre la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> los agentes causales <strong>de</strong> los<br />

<strong>de</strong>más episodios.<br />

• Pero empiezan a barajarse nuevas pruebas fósiles<br />

y geoquímicas que sugieren un mecanismo ambiental<br />

sorpren<strong>de</strong>nte para las extinciones principales<br />

y, quizá, para el resto: un océano anóxico que<br />

expulsa gas venenoso como resultado <strong>de</strong>l cal<strong>de</strong>amiento<br />

global.<br />

extraterrestres [véase "Impactos repetidos", <strong>de</strong> Luann Becker;<br />

INVESTIGACIÓN y CIENCIA, mayo, 2002].<br />

De ese modo, fue adquiriendo cuerpo la sospecha <strong>de</strong> que<br />

asteroi<strong>de</strong>s o cometas se hallaban en el origen <strong>de</strong> cuatro<br />

<strong>de</strong> las cinco gran<strong>de</strong>s extinciones en masa. Se apartaba<br />

<strong>de</strong> ese guión el evento al final <strong>de</strong>l Ordovícico, que se<br />

atribuyó a la radiación proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> una estrella que<br />

explotó en nuestra vecindad cósmica.<br />

Sin embargo, al ahondar, en años recientes, en el<br />

análisis <strong>de</strong> los datos, se <strong>de</strong>scubrió que había muchos<br />

cabos sueltos. Del reexamen <strong>de</strong> los fósiles se <strong>de</strong>sprendía<br />

que las extinciones <strong>de</strong>l Pérmico y <strong>de</strong>l Triásico correspondieron<br />

a procesos que se prolongaron cientos <strong>de</strong><br />

miles <strong>de</strong> años. Las pruebas recientes sobre el aumento<br />

y caída <strong>de</strong>l carbono atmosférico, que son propios <strong>de</strong><br />

su ciclo, sugerían que la biosfera pa<strong>de</strong>ció, no un golpe<br />

catastrófico súbito, sino una extensa serie <strong>de</strong> perturbaciones<br />

ambientales.<br />

Un impacto no tan súbito<br />

Del evento KJT se <strong>de</strong>sprendía que el impacto <strong>de</strong> un<br />

cuerpo <strong>de</strong> gran tamaño equivale a la acción <strong>de</strong> un terremoto<br />

que arrasa una ciudad. El <strong>de</strong>sastre es súbito, <strong>de</strong>vastador<br />

y <strong>de</strong> corta duración; terminada la sacudida, se<br />

empren<strong>de</strong> <strong>de</strong> inmediato la reconstrucción <strong>de</strong> la ciudad.<br />

Este ciclo <strong>de</strong> <strong>de</strong>strucción y recuperación subsiguiente<br />

queda reflejado en los datos <strong>de</strong> isótopos <strong>de</strong>l carbono<br />

para las extinciones <strong>de</strong>l KJT, así como en el registro<br />

fósil (aunque la verificación <strong>de</strong> esta última prueba requirió<br />

cierto tiempo). La esperada mortalidad súbita en<br />

la misma frontera KIT resulta evi<strong>de</strong>nte entre los fósiles<br />

más pequeños y más numerosos, los <strong>de</strong>l plancton calcáreo<br />

y silícico, y en las esporas <strong>de</strong> las plantas. Pero<br />

conforme aumentaba el tamaño <strong>de</strong> los fósiles <strong>de</strong> un<br />

grupo, más gradual parecía su extinción.<br />

Poco a poco, los paleontólogos comprendieron que ese<br />

patrón manifiesto venía condicionado por la escasez <strong>de</strong><br />

fósiles <strong>de</strong> cierta entidad, <strong>de</strong> tamaño importante, en la<br />

mayoría <strong>de</strong> los horizontes sedimentarios y rocosos don<strong>de</strong><br />

se había concentrado la <strong>investigación</strong>. Para salir al paso<br />

<strong>de</strong> ese problema <strong>de</strong> muestreo y obtener una imagen más<br />

clara <strong>de</strong>l ritmo <strong>de</strong> las extinciones, Charles Marshall,<br />

<strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> Harvard, <strong>de</strong>sarrolló un protocolo<br />

para el análisis estadístico <strong>de</strong> distribuciones <strong>de</strong> fósiles.<br />

Mediante la <strong>de</strong>terminación <strong>de</strong> la probabilidad <strong>de</strong> que<br />

una especie se haya extinguido <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un período <strong>de</strong><br />

tiempo dado, el método analítico en cuestión <strong>de</strong>smenuza<br />

la máxima cantidad <strong>de</strong> información que proporcionan<br />

incluso los fósiles raros.<br />

En 1996, Marshall y el autor aunaron fuerzas para<br />

aplicar ese protocolo en las secciones estratigráficas <strong>de</strong>l<br />

KJT. Mostraron que lo que se manifestaba como una<br />

extinción gradual <strong>de</strong> los animales marinos <strong>de</strong> cierta talla<br />

más abundantes, los ammonites <strong>de</strong> Europa, resultaba<br />

coherente con su <strong>de</strong>saparición repentina en la frontera<br />

KJT. (Los ammonites son moluscos fósiles emparentados<br />

con el nautilo.)<br />

Pero la aplicación <strong>de</strong> la nueva metodología a extinciones<br />

anteriores arrojó resultados distintos. El grupo <strong>de</strong>l<br />

autor estudió estratos que representaban ambientes a la<br />

vez marinos y no marinos <strong>de</strong>l final <strong>de</strong> los períodos Pér-<br />

INVESTIGACiÓN y CIENCIA, diciembre, 2DD6


2. ERUPCIONES DE SULFURO DE HIDROGENO frente a la costa<br />

<strong>de</strong> Namibia. En esta fotografía obtenida por satélite aparecen<br />

en forma <strong>de</strong> remolinos ver<strong>de</strong> pálido sobre la superficie oceánica.<br />

Estos episodios locales y frecuentes resultan <strong>de</strong> la acumulación<br />

<strong>de</strong> sulfuro <strong>de</strong> hidrógeno en los sedimentos <strong>de</strong>l fondo marino; nos<br />

ofrecen una imagen mo<strong>de</strong>rna <strong>de</strong> las condiciones que se dieron<br />

durante el afloramiento global propuesto para varios períodos <strong>de</strong><br />

extinciones en masa: aire con olor <strong>de</strong> azufre, peces muertos y<br />

langostas que, en busca <strong>de</strong> oxígeno, huyen a las playas intentando<br />

escapar <strong>de</strong>l veneno.<br />

(Durante largo tiempo se erigió en hipótesis alternativa<br />

a la <strong>de</strong>l impacto <strong>de</strong>l asteroi<strong>de</strong>.)<br />

Ahora bien, las alteraciones producidas por un vulcanismo<br />

intenso no explicarían necesariamente las extinciones<br />

marinas en masa <strong>de</strong> finales <strong>de</strong>l Pérmico. Tampoco<br />

justificarían la muerte <strong>de</strong> plantas en tierra firme, pues ,<br />

con un nivel incrementado <strong>de</strong> CO 2 , la vegetación habría<br />

prosperado y, por tanto, sobrevivido al cal<strong>de</strong>amiento.<br />

Los bioindicadores <strong>de</strong> los sedimentos oceánicos <strong>de</strong> las<br />

postrimerías <strong>de</strong>l Pérmico y <strong>de</strong> las rocas más recientes <strong>de</strong>l<br />

Triásico aportan pruebas químicas <strong>de</strong> una proliferación<br />

oceánica <strong>de</strong> las bacterias consumidoras <strong>de</strong> H 2S. Puesto<br />

que estos microorganismos medran sólo en ambientes<br />

anóxicos, pero necesitan la luz solar para la fotosíntesis,<br />

su presencia en estratos que representan ambientes marinos<br />

someros revela que hasta la superficie <strong>de</strong> los océanos<br />

era, a finales <strong>de</strong>l Pérmico, anóxica y rica en H 2S.<br />

En los océanos actuales, el oxígeno se presenta en<br />

concentraciones homogéneas, iguales <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la superficie<br />

hasta el fondo, porque se disuelve en el agua <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />

atmósfera y es transportado hacia el fondo por la circulación<br />

oceánica. Sólo en circunstancias insólitas, así las<br />

registradas en el mar Negro , las condiciones anóxicas<br />

bajo la superficie permiten la vida, en la columna <strong>de</strong><br />

agua, <strong>de</strong> una amplia variedad <strong>de</strong> organismos que no<br />

toleran el oxígeno. Estos microorganismos anaerobios<br />

que medran en las profundida<strong>de</strong>s producen cantida<strong>de</strong>s<br />

copiosas <strong>de</strong> sulfuro <strong>de</strong> hidrógeno, que también se disuelve<br />

en el agua <strong>de</strong> mar.<br />

52<br />

A medida que su concentración aumenta, el H 2S difun<strong>de</strong><br />

hacia arriba, don<strong>de</strong> se encuentra con el oxígeno<br />

que se difun<strong>de</strong> hacia abajo. Mientras no se altere este<br />

equilibrio, el agua saturada <strong>de</strong> oxígeno y la que lo está <strong>de</strong><br />

sulfuro <strong>de</strong> hidrógeno permanecen separadas; su interfase,<br />

la quimioclina, se mantiene estable. Las bacterias <strong>de</strong>l<br />

azufre ver<strong>de</strong>s y purpúreas suelen vivir en la quimioclina,<br />

don<strong>de</strong> gozan <strong>de</strong>l suministro <strong>de</strong> H 2S <strong>de</strong>s<strong>de</strong> abajo y <strong>de</strong><br />

luz solar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> arriba .<br />

Según los cálculos <strong>de</strong> Lee R. Kump y Michael A.<br />

Arthur, <strong>de</strong> la Universidad estatal <strong>de</strong> Pennsylvania, si<br />

la concentración <strong>de</strong> oxígeno oceánico se reduce, las<br />

condiciones empiezan a favorecer a las bacterias anaerobias<br />

<strong>de</strong> las profundida<strong>de</strong>s, que proliferan y, por tanto,<br />

aumentan la concentración <strong>de</strong> sulfuro <strong>de</strong> hidrógeno. En<br />

sus mo<strong>de</strong>los, si la concentración <strong>de</strong> H 2S en las profundida<strong>de</strong>s<br />

hubiera aumentado por encima <strong>de</strong> un umbral<br />

crítico durante un tal intervalo <strong>de</strong> anoxia oceánica, la<br />

quimioclina que separa el agua profunda, rica en H 2S,<br />

<strong>de</strong>l agua superficial, oxigenada, habría subido hasta la<br />

superficie <strong>de</strong> forma brusca. Con un resultado terrorífico:<br />

se hubieran generado enormes burbujas <strong>de</strong> H 2S gas que<br />

reventarían en la atmósfera.<br />

De acuerdo con los trabajos <strong>de</strong> Kump y Arthur, al final<br />

<strong>de</strong>l Pérmico estos afloramientos oceánicos produjeron<br />

suficiente H 2S para causar extinciones en tierra firme<br />

y en el océano. Pero este gas sofocante no habría sido<br />

el único asesino. Los mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> Alexan<strong>de</strong>r Pavlov, <strong>de</strong><br />

la Universidad <strong>de</strong> Arizona, muestran que el H 2S habría<br />

atacado el escudo <strong>de</strong> ozono <strong>de</strong>l planeta, una capa atmosférica<br />

que protege <strong>de</strong> la radiación solar ultravioleta (UV)<br />

a los seres vivos. Ciertas esporas fósiles <strong>de</strong> Groenlandia<br />

muestran <strong>de</strong>formaciones provocadas por una exposición<br />

prolongada a niveles elevados <strong>de</strong> UV, lo que constituye<br />

una prueba <strong>de</strong> que la capa <strong>de</strong> ozono se <strong>de</strong>sgarró cuando<br />

concluía el Pérmico.<br />

Po<strong>de</strong>mos hoy comprobar que, por culpa <strong>de</strong>l agujero <strong>de</strong><br />

la capa <strong>de</strong> ozono, sobre todo en la Antártida, <strong>de</strong>cae con<br />

celeridad la biomasa <strong>de</strong> fitoplancton. Y si se <strong>de</strong>struye la<br />

base <strong>de</strong> la ca<strong>de</strong>na alimentaria, no tardarán en hallarse<br />

también en apuros los organismos que se encuentran en<br />

niveles superiores.<br />

Kump y Arthur estiman que el volumen <strong>de</strong> H 2S gaseoso<br />

que, proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l océano, entró en la atmósfera<br />

<strong>de</strong> finales <strong>de</strong>l Pérmico fue <strong>de</strong> más <strong>de</strong> 2000 veces la<br />

cantidad, mo<strong>de</strong>rada, que los volcanes emiten en la actualidad.<br />

Este gas tóxico habría impregnado la atmósfera<br />

en una concentración suficiente para matar a plantas y<br />

animales, sobre todo porque la letalidad <strong>de</strong>l H 2S aumenta<br />

con la temperatura. Parece que varias extinciones en<br />

masa, gran<strong>de</strong>s y pequeñas, tuvieron lugar durante cortos<br />

intervalos <strong>de</strong> cal<strong>de</strong>amiento global. Aquí es don<strong>de</strong> pudo<br />

haber intervenido la actividad volcánica antigua.<br />

Contemporáneos a múltiples extinciones en masa,<br />

hubo episodios volcánicos intensos que arrojaron miles<br />

<strong>de</strong> kilómetros cuadrados <strong>de</strong> lava sobre los continentes<br />

y suelo marino. Un subproducto <strong>de</strong> esa colosal emisión<br />

volcánica sería el enorme volumen <strong>de</strong> dióxido <strong>de</strong><br />

carbono y metano que penetró en la atmósfera, lo que<br />

habría causado un cal<strong>de</strong>amiento global inmediato. Durante<br />

el Pérmico y el Triásico tardíos, así como en el<br />

Jurásico temprano, el Cretácico medio y el Paleoceno<br />

INVESTIGACiÓN y CIENCIA, diciembre, 2006


ACI<br />

1. RESTOS FOSllES DE UN PODEROSO<br />

DINOSAURIO CARNIVORO, Majungatholus<br />

stopus (foto superior). Murió ha ce 70 millones<br />

<strong>de</strong> años en un lugar hoy en día en el noroeste<br />

<strong>de</strong> Madagascar (página siguiente, foto superion.<br />

Al <strong>de</strong>senterrar los restos, se recuperó la<br />

mandíbula con dientes en sierra, apta para<br />

<strong>de</strong>spedazar la carne (foto a la <strong>de</strong>recha). los<br />

paleon tólogos empaquetaron con escayola las<br />

piezas fósiles para tran sporta rlas a Estados<br />

Unidos (página siguiente, foto inferior) , para<br />

averiguar las causas posibles <strong>de</strong> su muerte.<br />

lENTOS FOSILIF<br />

. , r '<br />

; .<br />

Los huesos <strong>de</strong> numerosos<br />

animales muertos hace<br />

70 millones <strong>de</strong> años se<br />

acumulan en yacimientos<br />

<strong>de</strong> Madagascar. Se ha<br />

<strong>de</strong>terminado qué causó<br />

esa mortandad<br />

Raymond R. Rogers<br />

y David W. Krause<br />

'"<br />

ffi<br />

o<br />

a:<br />

ci<br />

"z o::;<br />

;¡<br />

a:


ROSDE MADAGASCAR<br />

El cuerpo se apoya sobre el costado<br />

izquierdo, la cabeza y el cuello<br />

están doblados hacia atrás, hacia<br />

la pelvis: postura típica <strong>de</strong> la<br />

muerte. Los brazos y las piernas<br />

todavía se encuentran en correcta posición<br />

anatómica y persisten la mayoría <strong>de</strong> los<br />

huesos, aunque un examen más <strong>de</strong>tallado<br />

muestra que los <strong>de</strong> las manos y <strong>de</strong> los pies<br />

se han dislocado. También el cráneo está<br />

algo <strong>de</strong>sarticulado, pero todos sus huesos<br />

se encuentran próximos entre sí. Curiosamente,<br />

falta el extremo <strong>de</strong> la cola. Cerca<br />

aparecen los restos <strong>de</strong> más esqueletos, en<br />

diverso estado <strong>de</strong> conservación y <strong>de</strong> dispersión.<br />

Unos, completos; <strong>de</strong> otros, sólo queda<br />

un cráneo , una escápula o un hueso <strong>de</strong><br />

las extremida<strong>de</strong>s. ¿Dón<strong>de</strong> murieron estos<br />

animales? ¿Allí don<strong>de</strong> los <strong>de</strong>senterramos<br />

o se agruparon sus restos <strong>de</strong>spués? ¿Murieron<br />

a la vez o fueron acumulándose a<br />

lo largo <strong>de</strong> mucho tiempo? ¿Cuál fue la<br />

causa <strong>de</strong> su muerte?<br />

Estas preguntas se suscitaron en cuanto<br />

<strong>de</strong>scubrimos la fosa común en el verano<br />

<strong>de</strong> 2005 . Nuestro equipo, compuesto <strong>de</strong><br />

paleontólogos y geólogos estadouni<strong>de</strong>nses<br />

y malgaches, trabaja en estos sedimentos<br />

<strong>de</strong>l noroeste <strong>de</strong> la isla, que recibe el apodo<br />

<strong>de</strong> "Gran Isla Roja" por el intenso color<br />

rojo veneciano <strong>de</strong> sus tierras. A medida<br />

que buscábamos respuestas, íbamos recopilando<br />

información. Con todo, la forma<br />

en que acometimos la <strong>investigación</strong> quizá<br />

resulte tan interesante como el fruto <strong>de</strong><br />

la misma.<br />

Empezamos por bautizar al yacimiento:<br />

MAD05-42, que cifra el año <strong>de</strong> su <strong>de</strong>scubrimiento<br />

y el número correlativo <strong>de</strong><br />

campo fosilífero haIlado en esa área. El<br />

segundo paso consistió en i<strong>de</strong>ntificar los


esqueletos fósi les. Gracias a otros<br />

<strong>de</strong>scubrimientos <strong>de</strong> la mism a región,<br />

<strong>de</strong>terminamos pronto que la mayoría<br />

<strong>de</strong> los restos pertenecían a diferentes<br />

especies <strong>de</strong> dinosaurios.<br />

No se trata <strong>de</strong>l único cementerio<br />

<strong>de</strong> dinosaurios <strong>de</strong>l noroeste <strong>de</strong> Madagascar.<br />

Concuerda con un patrón<br />

que hemos observado repetidamente<br />

a lo largo <strong>de</strong> un <strong>de</strong>cenio <strong>de</strong> investigaciones<br />

geológicas en los terrenos<br />

semi áridos cercanos al pueblo<br />

<strong>de</strong> Berivotra. Hemos <strong>de</strong>scub ierto<br />

allí niveles sobre niveles <strong>de</strong> muerte<br />

masiva, <strong>de</strong> esqueletos <strong>de</strong> ani males<br />

gran<strong>de</strong>s y pequeñ os, jóvenes y viejos ,<br />

enterrados jun tos, formando espectaculares<br />

lechos repletos <strong>de</strong> huesos.<br />

Así, mientras trabajábam os para <strong>de</strong>scubrir<br />

la causa <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> los<br />

animales <strong>de</strong>l yaci miento MAD05-42<br />

no podíamos sino preguntarnos también<br />

la razó n <strong>de</strong> que hubiera tanta<br />

acumulación <strong>de</strong> huesos en perfe cto<br />

estado <strong>de</strong> conservación.<br />

Reapertura <strong>de</strong> un caso cerrado<br />

hace mucho<br />

Han transcurrido <strong>de</strong>masiados millones<br />

<strong>de</strong> años para que podamos aplicar<br />

el armamentario forense actual. Para<br />

extraer pistas <strong>de</strong> los hueso s y <strong>de</strong>l sedimento<br />

<strong>de</strong>bemos recurrir a técnicas<br />

geo lógicas <strong>de</strong> datación y emplear los<br />

métod os <strong>de</strong> la tafonomía, disciplina<br />

que estud ia los proce sos que experimentan<br />

los restos <strong>de</strong> un organismo<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> su muert e hasta que quedan<br />

enterrados.<br />

Comenzamos a extraer los huesos<br />

<strong>de</strong> la matriz rocosa. Al principio,<br />

empleamos palas y martillos <strong>de</strong> geólogo,<br />

que retiran el sedimento que<br />

los cubre, pero <strong>de</strong>spués los huesos se<br />

exponen con instrumentos <strong>de</strong> <strong>de</strong>ntista<br />

y finos pincele s. Hubimos <strong>de</strong> tener<br />

mucho cuid ado en no dañar la frágil<br />

superficie <strong>de</strong> los huesos. Una vez que<br />

quedaron expuestos, se cartogra fiaban<br />

y fotografiaban con sumo <strong>de</strong>talle.<br />

Quedaba registrado dónd e aparecían<br />

y se anot aban las posibles relacione s<br />

espaciales entre restos.<br />

Luego, impregnamos los huesos<br />

con col as consolidantes y los protegimos<br />

con un envoltorio <strong>de</strong> escayola<br />

y arp illera. Cada hueso así tratado<br />

se inventarió y empaquetó para su<br />

transporte hasta nuestros laboratorios<br />

en Estad os Unidos. Allí retiramos el<br />

sedimento residual y estudi amos los<br />

huesos a fondo, pres tando particular<br />

atención a cualquier marca superficial<br />

que pudiera indicarnos la causa<br />

<strong>de</strong> la muerte.<br />

Se pudo <strong>de</strong>terminar in situ que los<br />

esquel etos procedían <strong>de</strong> rocas sedimentarias<br />

<strong>de</strong> la Forma ción Maevaran<br />

o, unas <strong>de</strong>cenas <strong>de</strong> metros por<br />

<strong>de</strong>baj o <strong>de</strong> las rocas que corres pon<strong>de</strong>n<br />

al límite entre el Cretácico y el Terciario<br />

. Este límite tiene 65 millones<br />

<strong>de</strong> años <strong>de</strong> antigüedad; señala el momento<br />

en que todos los dinosaurios<br />

(excepto las aves) y muchos otros<br />

grupos <strong>de</strong> especies sufrie ro n una<br />

exti nción en masa por todo el planeta<br />

[véase "Impactos repetidos", por<br />

Lunnan Becker; INVESTIGACIÓN y<br />

CIENCIA, mayo 2002; y "El episodio<br />

<strong>de</strong> impacto <strong>de</strong> Chicxulub", por David<br />

A. Kring y Daniel Durda; INVESTIGA­<br />

CIÓN Y CIENCIA, febrero 2004].<br />

Nuestro lecho <strong>de</strong> huesos se encuentra<br />

44,5 metros por <strong>de</strong>b ajo <strong>de</strong><br />

este horizonte <strong>de</strong> extin ción en masa<br />

y 14,5 metros por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l límite<br />

superior <strong>de</strong> la Formación Maevarano.<br />

Medimos el grado <strong>de</strong> <strong>de</strong>sintegración<br />

REGISTRO GEOLOGICO<br />

radiactiva <strong>de</strong> algunos minerales <strong>de</strong><br />

rocas <strong>de</strong> origen volcá nico <strong>de</strong> los<br />

niveles por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la formación<br />

y obtu vim os así una datación <strong>de</strong><br />

88 millones <strong>de</strong> años <strong>de</strong> antigüedad.<br />

Por encima <strong>de</strong> la formación y entreverados<br />

con ella, había sedimentos <strong>de</strong><br />

origen marino que el flujo y reflujo<br />

<strong>de</strong> las mareas <strong>de</strong>po sitó en la orilla <strong>de</strong><br />

la isla. Estos sedimentos contienen<br />

con chas y pequeños esq ueletos <strong>de</strong><br />

microorganismos unicelulares, datados<br />

en otros yacimientos cerc a <strong>de</strong>l<br />

final <strong>de</strong>l período Cretácico, aunque<br />

sin llegar al final propiamente dicho<br />

<strong>de</strong> ese intervalo.<br />

Tomados en su conjunto, los registros<br />

cronológicos mostraban que<br />

las muertes se produj eron hace unos<br />

70 millo nes <strong>de</strong> año s. Es <strong>de</strong>c ir, la<br />

causa <strong>de</strong> muerte <strong>de</strong> los dinosaur ios<br />

hallados en MADÜ5-42 no guardaba<br />

relación con la extinción general que<br />

se produjo varios millones <strong>de</strong> año s<br />

más tar<strong>de</strong>.<br />

La tafonomía aceleró el progreso<br />

<strong>de</strong> nuestra <strong>investigación</strong>. Los estudios<br />

LA HISTORIA DE LOS SUELOS <strong>de</strong> la isla <strong>de</strong> Madagascar proporciona algunas<br />

pistas sobre la causa <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> tantos animales hace 70 millones <strong>de</strong><br />

años. Al inicio <strong>de</strong> la era Mesozoica (hace 250 millones <strong>de</strong> años), Madagascar<br />

formaba parte <strong>de</strong> Gondwana. La actividad tectónica modificó la posición <strong>de</strong> las<br />

placas terrestres. Al inicio <strong>de</strong>l período Cretácico (hace 130<br />

millones <strong>de</strong> años), Madagascar se encontraba a unos<br />

400 kilómetros <strong>de</strong>l continente africano. Luego se<br />

unió a la placa continental africana y se <strong>de</strong>splazó<br />

hacia el norte. Cuando la mortandad que estamos<br />

investigando (mapa inferior), el norte <strong>de</strong> Madagascar<br />

se encontraba cerca <strong>de</strong> los 30 grados <strong>de</strong><br />

latitud sur; allí, las condiciones climáticas producían<br />

una alternancia <strong>de</strong> períodos prolongados <strong>de</strong><br />

sequía y <strong>de</strong> intensas lluvias.<br />

Océano<br />

Indico<br />

16 INVESTIGACi ÓN y CIENCIA, abril, 2007


Muertes en masa<br />

Uno <strong>de</strong> los primeros yacimientos <strong>de</strong>scubiertos,<br />

MAD93-18, revela con niti<strong>de</strong>z inigualable la<br />

naturaleza recurrente <strong>de</strong> la mortalidad en masa en<br />

el antiguo Madagascar. El yacimiento MAD93-18<br />

presenta tres horizontes <strong>de</strong> fósiles consecutivos,<br />

uno sobre otro. Las excavaciones proporcionaron el<br />

esqueleto entero <strong>de</strong>l Rapetosaurus (fotografía inferior<br />

<strong>de</strong>recha e inferior izquierda), un saurópodo enorme.<br />

Aportó también restos óseos <strong>de</strong> numerosas especies,<br />

muchas <strong>de</strong> ellas nuevas para la ciencia, como los<br />

huesos pequeños y <strong>de</strong>licados <strong>de</strong> un ave primitiva,<br />

Rahonavis ostromi (<strong>de</strong>recha).<br />

tafonómicos analizan las modificaciones<br />

que sufren los huesos (si están<br />

quemados, rotos o mordidos), las<br />

alteraciones <strong>de</strong> los esqueletos (cuál<br />

es su estado <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarticulación o si<br />

algún <strong>de</strong>predador o carroñero se ha<br />

llevado alguna parte) y la historia <strong>de</strong><br />

su enterramiento (cómo quedaron sepultados<br />

los fósiles y qué les sucedió<br />

<strong>de</strong>spués). Por último, la tafonomía<br />

aborda los procesos <strong>de</strong> fosilización;<br />

es <strong>de</strong>cir, el mecanismo <strong>de</strong> mineralización<br />

<strong>de</strong>l hueso .<br />

Tras analizar el yacimiento<br />

MAD05-42 <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una perspectiva<br />

tafonómica, po<strong>de</strong>mos afirmar que<br />

las muertes se produjeron en el<br />

transcurso <strong>de</strong> un período prolongado<br />

<strong>de</strong> tiempo, quizá semanas o meses,<br />

porque los esqueletos nos hablan <strong>de</strong><br />

INVESTIGACiÓN y CIENCIA, abril, 2007<br />

historias postmórtem dispares. Mientras<br />

unos cuerpos se encuentran enteros,<br />

otros están <strong>de</strong>sarticulados y sus<br />

huesos muy dispersos; la muerte no<br />

pudo sorpren<strong>de</strong>r a la vez a ambos .<br />

Unos huesos tienen una conservación<br />

perfecta, en tanto que otros muestran<br />

indicios <strong>de</strong> meteorización avanzada<br />

y <strong>de</strong> <strong>de</strong>gradación <strong>de</strong> la superficie.<br />

Cuando los animales hallados en<br />

un mismo osario tienen diferentes<br />

momentos <strong>de</strong> muerte, <strong>de</strong>cimos que<br />

el yacimiento está "promediado en<br />

el tiempo".<br />

A partir <strong>de</strong> los datos tafonómicos<br />

po<strong>de</strong>mos estimar cuánto tiempo<br />

pasó <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la primera muerte hasta<br />

la última. Aunque no resulta posible<br />

<strong>de</strong>terminar con exactitud el tiempo<br />

<strong>de</strong> formación <strong>de</strong> este yacimiento, sí<br />

po<strong>de</strong>mos sostener que los animales<br />

no murieron simultáneamente.<br />

La escena <strong>de</strong>l crimen<br />

La historia geológica <strong>de</strong> Madagascar<br />

proporciona otras pistas importantes<br />

sobre la causa <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> estos<br />

dinosaurios. Al principio <strong>de</strong> la<br />

era Mesozoica (hace 250 millones<br />

<strong>de</strong> años), Madagascar estaba unida<br />

a Gondwana (la mitad meridional<br />

<strong>de</strong>l supercontinente Pangea), a caballo<br />

entre Africa y la India, y con<br />

la Antártida sita cerca <strong>de</strong> su punta<br />

meridional. La actividad tectónica reconfiguró<br />

las placas terrestres a gran<br />

escala. En el Jurásico superior (hace<br />

160 millones <strong>de</strong> años), Madagascar<br />

se había <strong>de</strong>sprendido <strong>de</strong> Africa y movido<br />

hacia al sur, con la India <strong>de</strong><br />

17


3. LA SEOI.IIA FUE LA<br />

CULPABLE. Los animales se<br />

concentraban en los lechos<br />

secos <strong>de</strong> los rlos, don<strong>de</strong><br />

morían a medida que el agua<br />

y la comida se agotaban. El<br />

dinosaurio Majungatholus,<br />

imponente, se com fa los<br />

cadáveres <strong>de</strong> Rapetosaurus<br />

(en primer plano) e incluso <strong>de</strong><br />

animales <strong>de</strong> su misma especie<br />

(al fondo a la izquierda). Las<br />

aves (Rahona vis) carro ñeab an<br />

también los esqueletos. La<br />

causa inmediata <strong>de</strong> la muerte<br />

podía ser la <strong>de</strong>shidratación,<br />

el calor, la malnutrición y el<br />

envenenamiento, ya que el<br />

agua estancada se pudría.<br />

Otros animales carnívoros<br />

e insectos se alimentaban<br />

<strong>de</strong> estos esqueletos, hasta<br />

que las lluvias torrenciales<br />

<strong>de</strong>senca<strong>de</strong>naban las avenidas<br />

<strong>de</strong> barro que los enterraron<br />

y han persistido, fosilizados,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace 70 millones <strong>de</strong><br />

años.<br />

modus operandi. Estos animales no<br />

fueron víctimas <strong>de</strong> un día <strong>de</strong> mala<br />

suerte en el Cret ácico superior; hubo<br />

muchos días <strong>de</strong> mala suerte .<br />

Cuando logramos reunir todas las<br />

pruebas, el veredic to resulta inapelable:<br />

la sequía. Se trataba <strong>de</strong> un<br />

ecosistema subtropical, con indicios<br />

20<br />

4. LAS ESPORAS DE ALGAS que se han<br />

encontrado en las rocas matrices <strong>de</strong> los<br />

huesos fósiles indican la posible toxicidad<br />

<strong>de</strong>l agua <strong>de</strong> las menguantes charcas.<br />

inequívocos <strong>de</strong> períodos estacio nales<br />

<strong>de</strong> ari<strong>de</strong>z. Los animales acudirían en<br />

tropel, sedientos, a los cauces secos<br />

<strong>de</strong> los ríos, en busca <strong>de</strong> algu na charca,<br />

para morir poco a poco a medida<br />

que el agua potable y los alimentos<br />

se agotaban. Lo observamos hoy en<br />

Africa y en el interior <strong>de</strong> Australia:<br />

se producen sequías mortíferas que<br />

conducen a los animales a juntarse<br />

alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> los pocos recursos que<br />

quedan. Durante un período prolongado<br />

<strong>de</strong> sequía pue<strong>de</strong>n sucumbir miles<br />

<strong>de</strong> individuos don<strong>de</strong> buscaban la<br />

última gota <strong>de</strong> agua; los cadáveres<br />

se acumulan allí, a veces dura nte<br />

años.<br />

La <strong>investigación</strong> sobre la mortalidad<br />

vinculada a sequía ratifica, en<br />

ejemplos <strong>de</strong> nuestros días , que los<br />

<strong>de</strong>safortunados animales <strong>de</strong> los yacimi<br />

entos <strong>de</strong> Maevarano quedaron<br />

expuestos a causas últimas <strong>de</strong> muerte<br />

muy diversas: <strong>de</strong>shidratación, calor,<br />

la malnutrició n e incluso envenenamiento,<br />

porq ue el agua estancada se<br />

pudre. Tenemos indicaciones fasci-<br />

nantes <strong>de</strong> la posible presencia <strong>de</strong><br />

algas en las aguas estancadas don<strong>de</strong><br />

se reunían estos animales. Mich ael<br />

Zavada , <strong>de</strong> la Universidad estatal <strong>de</strong><br />

. Tennessee Oriental, experto en polen<br />

<strong>de</strong>l Cretácico, ha aislado microesparas<br />

<strong>de</strong> algas en rocas matrices <strong>de</strong><br />

fósiles. Debe confirmarse, sin embargo,<br />

que la presencia <strong>de</strong> estas esporas<br />

guarda relación con la floración <strong>de</strong><br />

algas tóxicas.<br />

Pero, ¿cuá l es la razón por la que<br />

los fósil es animales se han conservado<br />

<strong>de</strong> forma tan exquisita? Los<br />

restos orgánicos suelen conservarse<br />

muy mal en la superficie, don<strong>de</strong> se<br />

encuentran a merced <strong>de</strong> los carroñeros<br />

y don<strong>de</strong> el Sol, <strong>de</strong> form a lent a<br />

pero continua, quema la superficie <strong>de</strong><br />

los huesos hasta convertirlos en esquirlas,<br />

hasta <strong>de</strong>jarlos en polvo. Para<br />

una preservación dura<strong>de</strong>ra, el enterramiento<br />

<strong>de</strong>be producirse poco <strong>de</strong>spu és<br />

<strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong>l animal. Podríamos<br />

<strong>de</strong>cir que, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la perspectiva <strong>de</strong> un<br />

fósi l, un enterramiento rápido es la<br />

clave <strong>de</strong> su inmortalidad .<br />

INVESTIGACiÓN y CIENCIA, abril. 2007<br />

z<br />

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Por suerte para los que estudiamos<br />

estos fósiles, intervino un sepulturero<br />

muy eficaz, coordinado con el clima<br />

letal. Las sequías que periódicamente<br />

traían el <strong>de</strong>sastre a los cauces resecos<br />

no eran eternas. Cuando regresa ban<br />

las lluvias, y lo hacían torrencialmente,<br />

se producían avenidas <strong>de</strong> lodo. La<br />

erosión <strong>de</strong> las lluvias provocaba la<br />

llegada <strong>de</strong> masas viscosas <strong>de</strong> agua<br />

encenagada que cubría n y enterraban<br />

Los autores<br />

Rayrnond R. Rogers y David W. Krause vienen excavando<br />

y estudiando <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1996 los yacimientos fosilífero s <strong>de</strong><br />

Madagascar. Rogers compa rte la docencia en el <strong>de</strong>partamento<br />

<strong>de</strong> geología en el Colegio Macalester con la <strong>investigación</strong> en el<br />

Museo Field <strong>de</strong> Chicago y el Museo <strong>de</strong> la <strong>Ciencia</strong> <strong>de</strong> Minnesota.<br />

Krause, profesor <strong>de</strong>l <strong>de</strong>partamento <strong>de</strong> ciencias anatómicas <strong>de</strong><br />

la Universidad <strong>de</strong> Stony Brook, es también investigador <strong>de</strong>l<br />

Museo Field. Las es tancias <strong>de</strong> Krause en Mada gascar, el cuarto<br />

país más pobre <strong>de</strong>l mundo, le han llevado a crear la Fundación<br />

Madagascar Ankizy, una organización sin ánimo <strong>de</strong> lucro que<br />

construye escuelas y proporciona asistencia sanitaria a niños en<br />

regiones rem otas <strong>de</strong> la isla.<br />

INVESTIGACiÓN y CIENCIA, abril, 2007<br />

los huesos. Las características sedimentarias<br />

<strong>de</strong> nuestras acumulaciones<br />

<strong>de</strong> huesos apuntan a un tipo especial<br />

<strong>de</strong> flujo, libre <strong>de</strong> turbulencias, don<strong>de</strong><br />

el agua y el sedimento se mueven<br />

conver tidos en una masa casi plástica.<br />

Este tipo <strong>de</strong> flujo es común<br />

hoy. Un ejemplo muy reciente son<br />

las avalanchas letales <strong>de</strong> barro que<br />

en 2005 produjo el huracán Stan en<br />

Guatemala.<br />

Bibliografía complementaria<br />

Una y otra vez, cobrado su peaje<br />

por las sequías, tornarían a correr<br />

espesos ríos <strong>de</strong> barro, corrieron sobre<br />

esqueletos y huesos dispersos<br />

<strong>de</strong> animales muertos hacía minutos<br />

o meses. Los enterraron en tumbas<br />

sedimentarias, protectoras y permanentes.<br />

Y en ellas han permanecido<br />

70 millones <strong>de</strong> años, hasta que las<br />

tumbas se abrieron y revelaron una<br />

historia apasionante.<br />

MON STERS OF MAOAGASCAR. John Flynn y David Krause en<br />

National Geographic, vol. 198, n.O 2, págs. 44·57; agosto<br />

2000.<br />

CANNIBAlISM IN THE MAOAGASCAN DINOSAUR MAJUNGATHOLUS<br />

ATOPUS. Raymond R. Rogers, David W. Krause y Kristina<br />

Curry Rogers en Nsture, vol. 422, págs. 515·518, 3 <strong>de</strong> abril,<br />

2003.<br />

THE NATURAL HISTORY OF MADAGASCAR. Dirigido y traducido<br />

por Steven M. Goodman y Jonathan P. Benstead. University<br />

of Chicago Press, 2004.<br />

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