Juan Sánchez Azcona - Bicentenario
Juan Sánchez Azcona - Bicentenario
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JUAN SANCHEZ AZCONA<br />
Una de las figuras más respetables de la Revolución Mexicana.<br />
Fue precursor y un hombre de acción. Sus actividades se iniciaron a<br />
fines del siglo pasado. En 1892 estudiaba un curso de especializaeión<br />
en ciencias poilticas y sociales, en la Sorbona, de Paris. Antes,<br />
habIa sido alumno en un gimnasio de Stuttgart, en Alemania. En la<br />
capital de Francia fue su compaflero de estudios y bohemia Fran-<br />
Cisco I. Madero. Los dos jóvenes tenlan ensueiios e inquietudes semejantes.<br />
Les preocupaba el porvenir de su patria. En aquellos dIas<br />
estaba como consul de Mexico en Paris uno de los luchadores liberales<br />
más lamosos de la época: don Ignacio Manuel Altamirano.<br />
Los jOvenes Madero y Sanchez <strong>Azcona</strong> tuvieron como tutor o guIa<br />
en sus andanzas por Europa a este ilustre intelectual, que representaba<br />
tan dignarnente a Mexico en el extranjero. Don Ignacio Manuel<br />
se interesó por sus jóvenes amigos, a quienes estirnuló con su ejemplo<br />
y su bondad, augurándoles un porvenir brillante:<br />
—Si ustedes siguen con esas preocupaciones patrióticas, serán<br />
algo grande en el futuro de Mexico.<br />
La amistad surgida en Europa entre los estudiantes Madero y<br />
Sanchez <strong>Azcona</strong> siguió siendo cada vez más Intirna, ya que aml)OS<br />
coincidIan en Ia lucha por un mismo ideal: el antirreeleccionismo.<br />
Convertido en periodista de combate, allá por 1908, <strong>Juan</strong> Sanchez<br />
<strong>Azcona</strong> fundó un diario de garra, que pronto se distinguio como<br />
una tribuna de la oposición: "Mexico Nuevo". Con él colaboraron los<br />
paladines. de Ia Revolución en potencia. AllI estuvieron los hombres<br />
que en el decurso de los aflos iban a ser generales, funcionarios P u -blicos o legisladores de los futuros tiempos. Sanchez <strong>Azcona</strong> fue el<br />
mentor y sostén de aquellas voluntades decididas a luchar par Ia redención<br />
del pueblo mexicano. Poco después apareció el libro anuriciador<br />
del apóstol Madero: "La sucesión presidencial de 1910",<br />
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que era el Ilamado a la lucha, sin temor al tirano. Libro valietite<br />
que despertó la conciencia cIvica, aletargada por la continuidad<br />
de un regimen de pretendida paz y Ieliciclad ficticia. A Madero<br />
se le declaró loco, cuando se conocieron sus intenciones de derrocar<br />
al viejo dictador. Madero y Sanchez <strong>Azcona</strong> estuvieron en la convención<br />
del Partido Anti rreeleccionista, celebrada el 15 de abril<br />
de 1910. En esa histórica asamblea brotó Ia candidatura de Madero<br />
para. la Presidencia de Ia Repiblica.<br />
Trrumpe la Revolución. Triunfa Madero. Hay un Gobierno provisional.<br />
Se celebran elecciones libres. El apóstol de La democracia<br />
Cs elegido por aplastante mayorIa. Toma posesion de la Presidencia.<br />
Como secretario particular ileva a su fiel amigo: <strong>Juan</strong> Sanchez<br />
<strong>Azcona</strong>.<br />
La reacción trabaja ell sombra. Se denigra al Presidente. Se<br />
aiquilan soldados del viejo ejCrcito para hacer la contrarrevolución.<br />
Los antiguos federales pierden en Galeana y son derrotados en<br />
Veracruz. Sin embargo, han logrado engrandecer a militarotes capaces<br />
de todo. Uno de ellos, que habIa triunfado ell del<br />
gobierno, en el norte del pals, consigue que los enemigos del rCgimen<br />
lo ensalcen, lo tomen por bandera y lo Ilenen de incienso. Ese<br />
malvado obtiene que el buen Presidente le dC poder y mando, para<br />
sofocar el tercer intento de insurrección: el de la Ciudadela. La<br />
traición Se consurna. El Presidente y el Vicepresidente de la Repáblica<br />
son hechos prisioneros. Después se les asesina de manera<br />
misteriosa, con todo género de precauciones.<br />
El amigo más Intimo de, Madero, <strong>Juan</strong> Sanchez <strong>Azcona</strong>, es sacado<br />
hábil y cautelosamente del Palacio Nacional, cuando segula<br />
a su jefe hacia el sacrificio. El salvador del periodista revolucionario<br />
era nada menos que el Principe de La Palabra: Jesus Urueta. Después<br />
vinieron las escapadas, el vivir oculto a salto de niata, un<br />
intento para salir del pals, yendo prirnero a Tlaxcala: la prision en<br />
Puebla, que lo ponIa cerca del sepuicro; la fuga a Veracruz y por<br />
fin el viaje por mar hasta la Habana.<br />
* **<br />
A mediados de 1913 se presenta a su amigo el señor Carranza,<br />
en Piedras Negras. Se le destina a Sonora, donde Maytorena lo<br />
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nombra secretario tie Gobierno. A principios de 1914 el Primer<br />
Jefe le da una comisión en Europa. Se trata de neutralizar ]as gestiones<br />
que hace Huerta para colocar un empréstito en inglaterra y<br />
en Francia. Con la representación de Carranza. ci enviado especial<br />
Sanchez <strong>Azcona</strong> consiguió no soamente la nuiificación de las gestiones<br />
del usurpador, sino también que el empréstito se transfiriera<br />
al constitucionalismo.<br />
En agosto de 1914 estuvo como representante de Ia Revolución<br />
en España, nación a la que regresó en 1920, con el carácter de<br />
embajador. HabIa sido, además, uno de los diputados renovadores<br />
de Ia XXV1 Legislatura, que en 1914 fue disuelta y encarcelada<br />
por Huerta; y secretario de Relaciones Exteriores, por poco tiernpo,<br />
a la calda de don Venustiano Carranza. Serio, aus.tero y de una<br />
gran personalidad, Sanchez <strong>Azcona</strong> siguió siempre en la lInea que<br />
se trazara en su juventud: el antirreeleccionismo irreductibe.<br />
Y este hombre de una vida tan activa y fecunda murió casi<br />
olvidado, en la mayor pobreza, como corresponde a quieti ilevó una<br />
existencia honrada, sin otro afán ciue servir desinteresadamente a<br />
la patria. Su nombre no se ha perdido, porque lo fleva una modesta<br />
calle de la colonia Del Valle. Yo nunca olvidaré aquel discurso que<br />
<strong>Juan</strong> Sanchez <strong>Azcona</strong> pronunció en Hermosillo, pleno de virilidad<br />
y elevados conceptos, cuando la Revolución empezaba apenas a in<br />
crementarse en el norte, ci 16 de septiembre de 1913. l3eHa pieza<br />
oratoria que terminara asI:<br />
—Hacia dónde vamos?<br />
—Vamos a la conquista de la paz orgánica y definitiva, icon la<br />
guerra implacable y santa!<br />
13. J. S. A.<br />
A don <strong>Juan</strong> Sanchez <strong>Azcona</strong> lo conoci en 1912, en !Ierrnosilto, cuando<br />
ét ya era un politico de altura y desenipeuialia et cargo de secretrio de<br />
gobierno con Maytorena. Don <strong>Juan</strong> vivia en la caVe de Campeche, ahora<br />
Vildósola, casi en/rente de Ia /amilia Terminel. No crucé palabra con<br />
pero a distancia me sentla amigo suyo.<br />
Sanchez <strong>Azcona</strong> desempelô i,nportante pa pet desile antes de estallar la<br />
Revolución en 1910. Fue de los más connotados antIrreeleccIonista,s v jigu.<br />
ró en prirnera ilnea durante la convención del Tivoli. Como secretario particular<br />
del Presideate Madero, Luvo una actuación descoll.ante, seria y dis.<br />
creta. De la participación de Sanchez <strong>Azcona</strong> en actos revolucionarios, quiz[zs<br />
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La más relevante sea la que tuvo corno director de "Mxico Nuevo" en su<br />
primera época, ya que este diario /uc uno de los que inás mella hicieroiz<br />
en el edijicio caduco de La dictadura.<br />
Aunque .siempre nos saludamos con muestras de estirnación, nunca me<br />
consideré amigo cercano de <strong>Juan</strong> Sanchez <strong>Azcona</strong>, hombre importante en<br />
los destinos de la Revolución.<br />
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