Ejecución penal y derechos humanos - Ministerio de Justicia ...
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JORGE VICENTE PALADINES RODRÍGUEZ<br />
El Estado, al privar <strong>de</strong> la libertad a una persona, se coloca en una especial<br />
posición <strong>de</strong> garante <strong>de</strong> su vida e integridad física. Al momento <strong>de</strong> <strong>de</strong>tener<br />
a un individuo, el Estado lo introduce a una “institución total”, como es la<br />
prisión, en la cual los diversos aspectos <strong>de</strong> su vida se someten a una regulación<br />
fija, y se produce un alejamiento <strong>de</strong> su entorno natural y social, un<br />
control absoluto, una pérdida <strong>de</strong> intimidad, una limitación <strong>de</strong>l espacio<br />
vital y, sobre todo, una radical disminución <strong>de</strong> las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> autoprotección<br />
51 .<br />
La mano <strong>de</strong>l Estado se invisibiliza para resolver las cuestiones <strong>de</strong> hacinamiento,<br />
precariedad y corrupción. Se suma a ello un problema <strong>de</strong> gravísimas<br />
consecuencias al <strong>de</strong>bido proceso: el ingreso a la cárcel <strong>de</strong> personas<br />
sujetas a medidas cautelares personales como la prisión preventiva, es <strong>de</strong>cir,<br />
<strong>de</strong> individuos que gozan –o que <strong>de</strong>berían gozar– <strong>de</strong>l principio <strong>de</strong> presunción<br />
<strong>de</strong> inocencia. El sistema <strong>penal</strong> selecciona doblemente a las personas<br />
que van a ingresar a la cárcel, tanto en los bienes protegidos <strong>penal</strong>mente<br />
como en los individuos estigmatizados por la sociedad 52 . Zaffaroni <strong>de</strong>cía en<br />
1990 que el 65 por ciento <strong>de</strong> las personas encarceladas en América Latina<br />
eran aún procesadas, esto es, “presos sin con<strong>de</strong>na” 53 .<br />
La informalidad en las condiciones <strong>de</strong> encierro, la falta <strong>de</strong> certidumbre<br />
en las instituciones <strong>penal</strong>es encargadas <strong>de</strong> aplicar el principio <strong>de</strong> legalidad,<br />
y, la sobrepoblación carcelaria sin sentencia hacen <strong>de</strong>l sistema progresivo un<br />
instituto difícil <strong>de</strong> efectivizar. Por eso Mathiesen sostiene que la construcción<br />
<strong>de</strong> las cárceles se convierte en un excelente negocio, pues éstas siempre<br />
se llenan, no <strong>de</strong>jan <strong>de</strong> recibir a nuevos prisioneros 54 . La lógica <strong>de</strong>l encierro<br />
termina por imponerse sobre las personas sujetas a medidas cautelares, por<br />
ello Concepción Arenal <strong>de</strong>cía que: “De la cárcel los buenos salen malos y los<br />
malos, un poco peor….” 55 .<br />
51 Comisión Interamericana <strong>de</strong> Derechos Humanos, dictamen 31-99 <strong>de</strong>l 19 <strong>de</strong> Marzo <strong>de</strong> 1999.<br />
52 Alessandro Baratta, Criminología y sistema <strong>penal</strong>. Compilación in memorian; Carlos Alberto Elbert<br />
(dir.), colección Memoria Criminológica No. 1, Argentina, Editorial B <strong>de</strong> F, 2004, p. 362.<br />
53 Eugenio Raúl Zaffaroni, “Derechos Humanos y sistemas <strong>penal</strong>es en América Latina”, en<br />
Criminología crítica y control social. 1.- El po<strong>de</strong>r punitivo <strong>de</strong>l Estado, Rosario, Editorial Juris, 1993,<br />
p. 67.<br />
54 Thomas Mathiesen, op. cit., p. 44 en a<strong>de</strong>lante.<br />
55 Elías Neuman op. cit., p. 144.<br />
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